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A mí me gustaría más, ciertamente, decir y escribir, lo primero, las virtudes de cada Religioso, sobre todo de los míos propios, antes que descubrir una mínima mancha de imperfección otro. Pero --para que resplandezca mejor la omnipotencia de nuestro Redentor en soportar, y la virtud de la paciencia en sus siervos, y para que se sepa la verdad de los hechos-- debo decir lo que dijo el mismo Revmo. P. Pietrasanta, el Visitador Apostólico, a los pocos meses de ejercer su Cargo. Fue lo siguiente: “Para hacerme cargo de la situación de la Orden y de los Religiosos de las Escuelas Pías, y, mucho más, de su Superior, he elegido a tres Religiosos, para visitar algunas casas de algunas Provincias de ella”.
 
A mí me gustaría más, ciertamente, decir y escribir, lo primero, las virtudes de cada Religioso, sobre todo de los míos propios, antes que descubrir una mínima mancha de imperfección otro. Pero --para que resplandezca mejor la omnipotencia de nuestro Redentor en soportar, y la virtud de la paciencia en sus siervos, y para que se sepa la verdad de los hechos-- debo decir lo que dijo el mismo Revmo. P. Pietrasanta, el Visitador Apostólico, a los pocos meses de ejercer su Cargo. Fue lo siguiente: “Para hacerme cargo de la situación de la Orden y de los Religiosos de las Escuelas Pías, y, mucho más, de su Superior, he elegido a tres Religiosos, para visitar algunas casas de algunas Provincias de ella”.

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CAPÍTULO 25 De cómo el P. Visitador Apostólico Eligió a tres Padres nuestros Para visitar algunas Casas

A mí me gustaría más, ciertamente, decir y escribir, lo primero, las virtudes de cada Religioso, sobre todo de los míos propios, antes que descubrir una mínima mancha de imperfección otro. Pero --para que resplandezca mejor la omnipotencia de nuestro Redentor en soportar, y la virtud de la paciencia en sus siervos, y para que se sepa la verdad de los hechos-- debo decir lo que dijo el mismo Revmo. P. Pietrasanta, el Visitador Apostólico, a los pocos meses de ejercer su Cargo. Fue lo siguiente: “Para hacerme cargo de la situación de la Orden y de los Religiosos de las Escuelas Pías, y, mucho más, de su Superior, he elegido a tres Religiosos, para visitar algunas casas de algunas Provincias de ella”.

Para comenzar, eligió al P. Nicolás Mª [Gavotti] del Rosario, persona de aquellas cualidades y virtudes muy conocidas en nuestra pobre Orden, como Visitador la Provincia de Génova, y nuestra casa de Cagliari, en Cerdeña, fundada hacía poco. Yo no quiero reseñar las cualidades de este Padre, sino sólo describir lo que he encontrado escrito por otros.

Dicen, en efecto, lo siguiente: “El P. Nicolás Mª del SS. Rosario, de Savona, es muy conocido, no sólo en su Provincia natural, sino también en el resto de la Orden, sobre todo en las casas de Nápoles. Pues bien; el P. Esteban [Cherubini] de los Ángeles lo propuso a Mario, poco antes de que el P. General Fundador y sus Asistentes privara a aquél del oficio de Procurador General, y el P. Mario lo renovara en el cargo”.

Pues bien, como este P. Nicolás Mª era cómplice con dicho P. Esteban –ahora Procurador General- ´en muchas cosas dignas de ser enmendadas´, por sus intereses particulares lo recomendó al P. Visitador Apostólico, jesuita, quien le dio el cargo de Visitador General en la Provincia de Génova y Cerdeña. Estas Casas hablan, y hablarán, de las actuaciones hechas por ese Padre, cuya vida nadie puede atestiguar mejor que nuestro P. General Fundador, pues fue uno de aquéllos que ambicionaban las aclamaciones de sus parientes, y no las de sus nobles acciones, que son las que hablan por el religioso”. Es lo que yo he encontrado escrito por un individuo, religioso nuestro de primera clase.

Yo, además, sé por boca de los mismos Religiosos nuestros de Cerdeña, que una vez se presentó en aquella isla, no como religioso descalzo, pobre de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, sino vestido de soldado, o comediante; porque debajo llevaba un alzacuello dorado, un par de calzones, también con dorados, y muchas otras vanidades que -aunque me acordara de todas- me daría ruborizaría al describirlas. Además, como me revolvieron el estómago cuando me las contaron, no puse interés. Después, se llevó de allí todo lo que quiso.

El segundo Visitador fue el P. Glicerio [Corutio] de la Natividad, de la ciudad de Frascati, conocido por todos. Pero quien más tuvo ocasión para adquirir el mérito de soportarlo, fue N. V. P. Fundador y General; porque contra Nuestro Venerable Padre la tramó muchas veces.

Era estúpido y voluble por naturaleza; todo lo contrario de los sentimientos de nuestro Venerable Fundador General; y con los mismos del P. Esteban y del P. Mario. Este Padre llegó a Nápoles como Visitador.

El tercero, fue el P. Juan Lucas [di Rosa] de la Santísima Virgen, napolitano, hechura del P. Mario, poco antes Provincial de aquel Reino. Nunca antes tuvo un cargo, a no ser por pocos días. Éste fue de Visita a su Provincia.

Me parece que estoy obligado desde aquí a añadir que el susodicho P. Nicolás [Gavotti] del SS. Rosario, Visitador de Génova y Cerdeña, en el año de 1662, gracias a sus viejas artimañas, había sido enviado fuera de Roma por decreto de la Visita Apostólica y del Sumo Pontífice reinante. Tanto era el mal olor que despedía de sí mismo ante todos.

Ya ves, queridísimo lector. Con semejantes individuos ¿qué reforma se podía esperar, y qué buena relación de Visita, a no ser para oprimir cada vez más la virtud, y enaltecer la disolución y a los disolutos? La orientación que les dio el P. Visitador Apostólico Pietrasanta, y los interrogatorios para hacer la visita personal, parecen sacados más de la política de Maquiavelo o de la doctrina de algún enemigo de Su Divina Majestad y de su Esposa la Iglesia santa, que de una doctrina bien fundada y católica.

Quien ha leído nuestras Constituciones, confirmadas por muchos Sumos Pontífices, revisadas antes con tanta exactitud por una sagrada Congregación de Obispos y Regulares, y por ésta encomendada a la consideración de los Primeros hombres y Religiosos que se encontraron en Roma, no sólo será de mi opinión, sino que dirá más aún; y confirmará que la finalidad principal del Revmo. P. Visitador Pietrasanta era la de “destrugere et evellere Religionem Clericorum Pauperum Matris Dei Scholarum Piarum”[Notas 1].

INTERROGATORIOS

Que ellos mismos titularon

“CIRCUNSTANTIAE SERVANDAE”

1. - Qué piensa cada uno de su Profesión y de la validez de las Constituciones.

2. ¿Le parece que se observan las Bulas de los Pontífices?

3. ¿En la Orden hay medios necesarios para sacar adelante a los súbditos en el espíritu?

4. ¿Le parece que el daño viene producido porque la situación se ha alargado demasiado, y porque los súbditos están demasiado cargados de trabajos?

5. ¿Qué le parece ir descalzo, dormir sin sábanas, y vestir tan toscamente?

6. ¿Le perecen demasiados los ayunos que se hacen en la Orden, y estar de pie en la colación de la noche?

7. ¿En el pasado, los enfermos han sido tratados con caridad, y provistos de las cosas necesarias?

8. ¿Le parece que la Orden puede mantenerse sin ningún tipo de ingresos?

9. ¿Se tiene en cuenta preparar individuos idóneos para el mantenimiento de las escuelas y para no defraudar al prójimo?

10. ¿Le parece es mejor un General de por vida o temporal?

11. ¿Le parece mejor que los Superiores los nombre el General o el Provincial, o los Capítulos en Consejo?

12. ¿Cómo se atiende a los ejercicios espirituales, y al Instituto; y le parece buenos los medios mandados por las Constituciones para hacerlos?

13. ¿Le parece que se debe continuar o dejar el acompañamiento de los alumnos a casa, terminadas las clases?

14. ¿Sería bueno dejar algunas casas?

15. ¿Se explican en las casas casos de conciencia, conforme a las Bulas de los Pontífices; y las ceremonias de la Misa?

16. ¿Le parece mejor que cada uno sea asignado a su Provincia; y cómo se deban dar las provisiones para los viajes?

17. ¿Cómo se debe proveer la casa de las cosas necesarias, tanto del alimento, como del vestido, o de la sastrería?

18. ¿Sabe si existe algún escándalo, tanto del Superior como de los súbditos?

19. ¿Sabe si alguno de los nuestros alguna vez ha enajenado bienes de una casa a otra, y se los ha dado a alumnos?

20. ¿Qué siente cada uno de su situación?

21. ¿Cómo están las casas de bien atendidas en confesores y predicadores?

22. ¿Qué le parece de la recreación ordinaria? ¿Se concedes recreaciones debidas, y extraordinarias?

23. ¿Cómo se observa el voto de castidad y de obediencia?

24. ¿De este modo nuestro de vivir, se puede derivar algún peligro para la castidad?

25. ¿Cómo se observa el voto de la pobreza en general?

26. ¿Se trata bien a los forasteros a nuestra Orden?

27. ¿Cómo se administran las limosnas de las Misas y otras? ¿Se distribuyen más a los seglares que a los nuestros?

28. ¿Se puede observar el silencio como mandan las Constituciones?

29. ¿Se ejercitan todos en las clases?

30. ¿En qué se falta en el ejercicio de las clases?

31. ¿En los Oratorios se educa a los alumnos en las virtudes?

32. ¿Qué remedios le parecen oportunos para arreglar la Orden?

34. ¿Qué le parece la elección y duración de los Asistentes?

Queridísimo lector, observa y reflexiona los puntos, especialmente los números 3 – 12 - 24 – y 31; y después, juzga.

Notas

  1. Destruir y arrasar la Orden de los Clérigos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.