Diferencia entre revisiones de «Granollers (ES) Colegio»
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Revisión de 15:32 24 nov 2014
Contenido
Datos
Demarcación Cataluña
(1933- )
Antecedentes históricos.
La ciudad de Granollers (capital del Valles oriental) ha sido siempre un centro comercial de excepción; su mercado semanal de los jueves atrae a gentes de la comarca y de más lejos; en los primeros años de la década de los treinta contaba con unos 10.000 habitantes. Tenía industrias nuevas y bien cimentadas. Desde 1902 gozaba de un colegio regido por los hermanos de las Escuelas Cristianas; diversos problemas les obligaron a abandonar el centro y la población, en julio de 1933. La junta del patronato de las escuelas y en especial su tesorero, Luis Serra Guardia, buscaron la continuidad de la enseñanza cristiana para sus hijos; a través de un amigo de éste barcelonés, interesó al escolapio P. Juan Piera, de la comunidad de Balmes quien trató con el P. Provincial Juan M.ª Vives; ambos visitaron el colegio y se entrevistaron con las personas responsables. El 20-9-1933, el P. Julián Centelles tomaba posesión del cargo de presidente de la casa y con él formaban comunidad los PP. Enrique Bou, Roque Closa, el Cl. Ramón Mestre y el H. Antonio Solé; el 13-12-1933 la casa era erigida canónicamente y el presidente se convertía en rector.
Desarrollo histórico.
El edificio se había construido en 1925, en la parte norte del centro católico frente a la casa rectoral. El espacio era pequeño, sólo cuatro aulas; como capilla, los religiosos, utilizaban la sala del centro católico. Para hacer frente a los gastos de edificar las nuevas aulas, los lasalianos, cuando estaban, se vieron precisados a crear un patronato, que emitió bonos, recaudó donativos y se encargó de la construcción. Los escolapios trataron con el patronato para la fundación y, hasta el 23-3-1964, la junta del patronato participó de la propiedad y decisiones del colegio. En la indicada fecha una resolución de Madrid traspasó, totalmente, la propiedad a las Escuelas Pías y desapareció el patronato.
El 28-5-1934 el P. Julián Centelles fue nombrado, por orden ministerial, profesor de literatura del Instituto de segunda enseñanza de la ciudad; fue un hecho importante porque el instituto estaba situado en el edificio que después sería colegio de la Orden y ello permitió las relaciones con el propietario. La comunidad vivió momentos dramáticos durante los acontecimientos del 6-10-1934, en que la ciudad de Granollers estuvo en manos de la FAI; se opuso resistencia desde el cuartel cercano al colegio, lo que originó la rotura de cristales en el edificio, a causa de las explosiones.
El 19-7-1936 la comunidad abandonó el colegio, después de haber confiado a familias amigas tanto el archivo como otros objetos de valor. El único religioso de la comunidad asesinado, durante la guerra civil, fue el P. Rodrigo Millán.
Durante los primeros años -1933 al 1936- el alumnado creció de 160, en octubre del primer año, a 325 en junio de 1936. Las aulas del edificio del centro católico eran insuficientes y la comunidad (11-1-1934) se dirigió a la Congregación provincial pidiendo ampliación y proponiendo la solución. El 14 del mismo mes la Congregación contestó favorablemente y facultó al P. rector para iniciar las gestiones; en estas gestiones había que entender que el patronato asumiría el empréstito y demás cargas financieras, ya que la comunidad no poseía recursos suficientes con que afrontar la operación. Ante el notario Felipe Font se firmó la escritura (26-12-1934) según la cual la junta del patronato se comprometía a adquirir la finca del Sr. José Serrat Bonastre; dicha finca la estaría utilizando el Instituto de la ciudad durante todo el año 1936. El valor de la adquisición era de 80.000 ptas. y como paga y señal se entregaron 2.000 ptas. que aportó el Sr. Esteban Roca Humbert. El 21-7-1936 eran pasto de llamas y de destrucción total el templo parroquial, el centro católico, el edificio donde estaban las aulas y la residencia de los religiosos; hoy, en parte, todo ello es una plaza. Hasta el 16-4-1939 no pudo regresar el P. Julián Centelles a Granollers. Después de una serie de gestiones con las autoridades, junta del patronato y el Sr. Serrat se consiguió, que el 1 de mayo, se abriera la matrícula en el edificio de la calle Condestable, n. 1 (hoy n. 36). Hubo que desalojar de dicho edificio a los profesores y alumnos de bachillerato que lo habían vuelto a ocupar; el Sr. Serrat se avino a aceptar que el período de la guerra civil era nulo a efectos de contrato y, por lo tanto, quedaba un semestre a partir de enero de 1939 para el pago de la finca. Con suscripciones, bonos e hipotecas se consiguió reunir la cantidad estipulada y pagar el valor de la finca del Sr. Serrat; el 7-8-1939 se firmó la escritura definitiva ante el notario D. José M.ª Sanahuja.
La casa pronto resultó insuficiente y, sucesivamente, se fue ampliando de la siguiente manera: el 9-6-1940 se bendijo la primera piedra de la nueva iglesia y, sobre ella, se fueron edificando aulas e internado, según el proyecto del arquitecto Juan Padrós. En junio de 1945 se inauguraron las nuevas edificaciones. Durante el breve rectorado del P. Pedro Boronat, y mientras se levantaba la iglesia, se dispuso la construcción de dos aulas en el ala este del patio, que fueron inauguradas en noviembre de 1942.
La iglesia, de estilo neorománico, contiene tres imágenes escultóricas de Frederic Mares (de San José Esposo, titular de la iglesia, de la Virgen de las Escuelas Pías y de San José de Calasanz) y decoran el ábside unos frescos de José Morell, que representan los dolores y gozos de San José. A partir del año 1955 se remoza la antigua casa, ampliando ventanas, remodelando las aulas, etc. Posteriormente se acondicionó el desván existente sobre la casa primera (1969-1970). A pesar de ello todo iba quedando pequeño ante el continuo aumento de alumnos y las necesidades pedagógicas, cada vez más exigentes.
Se cerró el internado al terminar el curso 1960-1961 y sus dependencias se convirtieron en aulas. Como iba creciendo el número de alumnos mediopensionistas, obligó a destinar para comedores espacios que hasta entonces se habían dedicado a clases.
Un hecho importante fue, de cara al futuro, la comunicación, que se recibió en la comunidad, del traspaso de la propiedad (de la finca e inmueble) de la junta del patronato a las Escuelas Pías. Este hecho dejaba con las manos libres a los escolapios. Desde 1961 se fue pensando en la construcción en la parte este de la finca que, después del desmonte del terraplén del tren, iba a convertirse en una gran avenida de la ciudad. Se discuten varios proyectos entre la comunidad y la Congregación provincial y, finalmente (enero 1969), se terminó la estructura por la empresa Pujadas y Viura. Mientras continuaba la obra interna, se acometió durante el verano de 1969, la transformación de parte de los bajos de la primitiva casa y del ángulo entre ésta y el nuevo bloque de aulas, para cocina y comedor. En noviembre de 1969 se inauguraba la cocina, a finales de mes se comienza a utilizar las aulas y, en enero de 1970 queda inaugurado también el comedor. El 19-6-1970 tuvo lugar el acto protocolario de inauguración oficial, con asistencia de superiores, autoridades, antiguos alumnos y amigos del colegio. Este nuevo bloque tiene gimnasio, patio cubierto, aulas para preescolar y educación general básica, secretaría, sala de profesores, salas de visitas, tutorías. En la parte situada sobre la iglesia se instala el bachillerato y la zona del antiguo Instituto queda para la comunidad, laboratorios y biblioteca. Se financió la obra con ayudas particulares, empréstitos y un préstamo del Banco de Crédito a la construcción, después de ser declarado el colegio de interés social por el Ministerio de educación (18-9-1968). A partir del siguiente curso, 1970-1971, los alumnos dispusieron de pista polideportiva en el patio asfaltado. La comunidad, en septiembre de 1979, se trasladó a vivir a un piso, que la Provincia había adquirido en un bloque de viviendas cercano (calle Que vedo).
Desarrollo pedagógico.
Los niveles y grados de enseñanza que se han dado, a través de los cincuenta y pocos años de existencia, tienen su principio en las cuatro aulas de primaria que se heredaron de los hermanos de las Escuelas Cristianas. En 1933 atendía el bachillerato un Instituto «municipal», de cuyo claustro formaba parte, como ya se ha dicho, el P. Julián Centelles; la llamada «cuarta clase» era la de enseñanza de comercio, que se subdividía según el profesorado disponible.
Al posesionarse los escolapios de la casa (c/ Condestable de Portugal) que había servido de Instituto en 1939, se dio un 1.° curso con muy escasa organización dada la premura de tiempo. A partir del 18-9-1939, en que comienza el nuevo curso, se sabe que el colegio tenía los siguientes niveles: párvulos, tres grados de primaria y tres cursos de comercio... La matrícula superó los 400 inscritos y, además de los de la ciudad, acudieron alumnos de Cardedeu, Montmeló, Llissa, etc. También se organizaron clases nocturnas para trabajadores, que llegaron a tener unos 40 alumnos.
A partir del curso 1944-1945 se dieron clases de bachillerato. Al año siguiente, con la inauguración de los pisos sobre a nueva iglesia, se abre el internado y, con ello, se consigue un aumento de alumnos de segunda enseñanza que proceden de poblaciones distantes. El 29-4-1964 el colegio fue declarado «reconocido elemental y superior de bachillerato».
Con la nueva ley de educación de 1970 el colegio pidió y consiguió autorización para impartir las siguientes enseñanzas: preescolar, educación general básica y los tres cursos del bachillerato unificado polivalente; el COU se implantó al comenzar el curso 1982-1983.
Tratándose de un colegio muy moderno, y con pocos años de existencia, no cabe destacar en él grandes originalidades en materia de enseñanza. Los planes y programas seguidos han sido siempre los legislados por la autoridad competente. No ha contado con las antiguas asociaciones de alumnos. Hasta los años setenta, puede afirmarse, que su principal problema era el económico, que no le permitía expansionarse y acomodarse a las necesidades mínimas que exigía el número de alumnos que lo frecuentaban. Se tiene que destacar que algunos escolapios, ya en la década de los años cincuenta, orientaron a los alumnos hacia el scoultismo parroquial, colaborando en dicha obra como consiliarios. Ha existido un movimiento litúrgico de renovación y una escolanía. Con la renovación conciliar o preconciliar se organizaron ejercicios espirituales cerrados o abiertos, convivencias, marchas, así como una serie de actos culturales que indicaron una apertura hacia campos nuevos. Entre los deportes practicados en el colegio destacó, en los años cincuenta, el balonmano; fue semillero que nutrió el club local de este deporte, que por aquellos años era uno de los más destacados de la península conquistando muchos trofeos y títulos internacionales. Por la capacidad y práctica deportiva que gozaba el colegio mereció ser designado como sede de los II Juegos Deportivos Escolapios (25 y 26-5-1963).
Datos complementarios.
Pronto se organizaron los antiguos alumnos formando una asociación y el 23-11-1947 se bendijo la bandera de la entidad. Todos sus componentes eran jóvenes y ello le imprimió un carácter dinámico y vivo. Se celebraron los habituales actos anuales; el domingo de Ramos de 1957 se bendijo un paso, el de la «Verónica», para participar en la procesión local de los «viernes santos». Se conserva dicho paso en el coro de la iglesia.
Los antiguos alumnos fueron unos colaboradores incondicionales en las fiestas que se celebraban; se puede destacar las celebradas con motivo del III centenario de la canonización de San José de Calasanz y, en especial, la estancia de las Reliquias del Santo en Granollers, los días del 17 al 20-12- 1948.
Durante el curso 1958-1959 se conmemoraron los primeros 25 años de la fundación; se tuvieron actos culturales, deportivos, etc. Destacó como acto principal, el día 12-4-1959, una misa de medio-pontifical celebrada por el obispo auxiliar de la diócesis, Narciso Jubany y una comida de hermandad, muy concurrida. Durante el curso 1982-1983, se celebró el cincuentenario de la fundación; no se tuvieron actos externos sino únicamente entre los alumnos con una exposición retrospectiva. Al año siguiente se iba a celebrar la conmemoración de la presencia escolapia en Cataluña y no convenía multiplicar los actos en exceso.
Existe una asociación de padres de familia, desde hace unos diez años, y que cumple, como en tantos colegios, una fundación colaboradora. El colegio de Granollers es uno de los primeros centros que contó con un grupo de «escuela de padres», que se ha mostrado siempre muy activo.
De él han salido vocaciones al estado religioso y sacerdotal. El 24-4-1949 celebró su primera misa el P. Ángel Oliveras, primer antiguo alumno del colegio que había abrazado la vida escolapia. Otros cinco escolapios siguieron el mismo camino.
El 18-10-1958 tuvo lugar la supuesta curación milagrosa del H. Simeón Blasco, que estaba aquejado de un tumor en la garganta considerado maligno e incurable. El hermano invocó al recién fallecido Pío XII (9-10-1958) y se encontró bien. No pudo aportarse como milagro por falta de análisis y radiografías previas; en recuerdo de este hecho queda en el vestíbulo del colegio una gran imagen del Pío XII.
El ayuntamiento de la ciudad dedicó una calle al Fundador de las Escuelas Pías, y en distintos momentos concedió la medalla de oro de la misma a los PP. Rodrigo Millán, Julián Centelles y Jaime Castelltort.
Superiores
Bibliografía
- Archivo Provincia Cataluña
Redactor(es)
- Juan Florensa, en 1990, artículo original del DENES I