Última revisión de 14:43 5 dic 2014

Mapa de la demarcación

Dibujo-panel del oratorio de comunidad en el colegio de Managua

Datos

Demarcación Centroamérica

(1950-1972)

Fundación.

Los escolapios habían llegado a Nicaragua en 1949. Tras las dificultades surgidas en León, la primera comunidad entendió que no era conveniente abandonar la ciudad, aunque sí llegar a instalarse en Managua, que era la capital. Al comienzo de 1950 el P. Joaquín Ferragud conecta con Mons. Lezcano, arzobispo de esta ciudad, ofreciendo una fundación escolapia, en donde sólo existía un colegio regentado por los hermanos de La Salle. Con la complacencia del obispo adquirió en venta un solar, cuyo propietario era D. Horacio Aguirre, de 132.947 metros cuadrados, a 11 kilómetros y medio del centro de la ciudad, en un paisaje maravilloso y de gran futuro. El contrato se firmaba el 14-2-1952. Pero antes de poder llegar a semejante proyecto se instaló en la barriada de San Sebastián (mayo de 1950), alquilando el colegio de Lourdes a los PP. capuchinos; era un viejo caserón de una sola planta, 2.400 metros cuadrados, que venía funcionando como «Escuela nacional Méjico». Así comenzó Managua con los PP. Remigio Mengual, Alfonso Este ve y Manuel Ros. El 9-9-1952 llegaba el P. Bruno Martínez como rector. En el mes de noviembre intentó solventar el asunto del edificio adquiriendo un terreno más amplio y urbanizable a donde poder trasladar el Calasanz.

Sin embargo, el vendedor, Frixione, puso la compra en situación muy difícil. Así que el P. Bruno y la comunidad optaron por comprar la casa de los capuchinos. El contrato se firmó en 1954 y las escrituras quedaron sepultadas en el terremoto de 1972. Tal finca fue ampliándose poco a poco adquiriendo solares lindantes y pequeños edificios, no sin gran dificultad por razón de los vendedores. En aquellos locales -la comunidad religiosa itinerante de uno a otro- fue funcionando el colegio hasta febrero de 1955. La compañía constructora Lizuain, con gran rapidez entregó el 1 de junio de ese año el edificio que en años posteriores se iría completando. El 23-12-1956 fue bendecido solemnemente por el obispo Carlos Borge. Era un edificio de cuatro pisos; el primero para diligencia y clases, el segundo y tercero para aulas y el cuarto para vivienda de la comunidad. Dos años más tarde, se levantó la otra ala: tres pisos para sótano, servicios, clases y capillas, cuyas obras comenzaron el 12-3-1958, y duraron casi un año. La primera supuso algo más de un millón de córdobas, mientras que la segunda quedó en el millón justo. En el momento del terremoto de 1972 el edificio estaba valorado en 3.500.000 córdobas.

Ampliaciones.

El P. Bruno tenía particular interés por la educación de los niños marginados, tarea que no se hacía en el colegio Calasanz. Para ello, ya en 1953, alquiló dos casas frente al colegio y abrió un grado con 45 niños y la profesora Gloria Escobar. Poco a poco consiguió que la obra creciera hasta los seis grados de primaria; y viendo que era insuficiente abrió clases de comercio. En ello colaboraron los PP. Luis Espinosa y J. Mínguez. La dificultad surgió por falta de validez en los títulos obtenidos. En horario nocturno se abrieron aulas de alfabetización para adultos.

El colegio Calasanz siempre tuvo problemas de espacios, a pesar de las obras. Así que en 1962 comenzó a funcionar un jardín de infancia, en el barrio El Carmen (de ahí tomó su nombre) colonia Pereyra; fue levantado por la constructora Cardenal Lacayo Fiallos. Era un pabellón de una sola planta, pero con todos los adelantos pedagógicos del momento para el fin proyectado.

Ya en los años sesenta se vio la necesidad, igualmente, de ampliar la obra. Imposible llegar a hacerlo en el barrio San Sebastián. Mirar al kilómetro 11 y medio, en donde se habían comprado los terrenos diez años antes podía ser traicionar el espíritu calasancio. Por todo ello se buscó solar en barrios socialmente bajos (San Judas Tadeo y Altagracia; el 26-1-1965 firma el P. Bruno un contrato de compraventa de 11.081 varas de la firma Riestra, en la zona By-pass por valor de 459.000 córdobas). Previsto el posible abandono de San Sebastián, el rector de la Universidad Násere Habed López propone a la comunidad escolapia la compra del Calasanz para facultad de Ciencias de la Educación por 18 millones de córdobas, con un año de plazo para que el colegio buscase el nuevo asentamiento. Llevado el planteamiento a reflexión comunitaria se decidió seguir en San Sebastián.. La decisión citada arriba resolvía un problema de opción escolapia, pero no el del espacio. Así que en 1968 se pensó en utilizar el solar adquirido por el P. Ferragut en 1951. Era rector del Calasanz el P. Barbera. La compañía Arco construyó en el kilómetro 11 y 1/2 un pabellón dedicado a jardín de infancia, y tres primeros grados de primaria. Fue bendecido el 3-3-1969 por el Administrador apostólico de la ciudad, Julián Luis Barni. Funcionó bajo la dirección del H. Luis Ruiz ayudado por profesores y profesoras especializados. Desde el primer momento comenzó la coeducación. El número de alumnos fue ya el máximo que podía albergar.

El crecimiento de la obra lo indican los siguientes datos:

El crecimiento del colegio Calasanz pudo ser debido, no sólo al trabajo y talante de los religiosos y del personal seglar que colaboraba y ayudaba, sino también al bajo valor y aprecio que se tenía por las escuelas nacionales y al escaso número de colegios privados, algunos de ellos dedicados a la alta sociedad.

Desde el colegio se trabajó en la Iglesia local colaborando y dirigiendo parroquias (Santa Clara, San Rafael del Sur, la comarca de los Castro, San Antonio, San José y San Sebastián). Particular interés y dedicación se tuvo con el movimiento juvenil scout. Ms. Badén Power tuvo a bien visitar el grupo.

Superiores

Redactor(es)

• Jesús Gómez, en 1990, artículo original del DENES I