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Su Majestad, el Poderosísimo y Serenísimo Rey de Polonia y Suecia, con Monseñor Ilmo. y Revmo. Nuncio de aquel Reino, y muchos Ilmos. y Excmos. Señores, desde que comenzaron las persecuciones contra N. V. P. General y Fundador, escribieron de continuo cartas muy eficaces, no sólo a Nuestro Señor Urbano VIII y al Papa Inocencio X, sino a los Ilmos. Barberini, Panziroli, y a otros. Pero yo no tengo ninguna copia de las cartas, porque estando en Nápoles, no las veía, sino sólo me las contaban nuestros religiosos; como cuando, el 25 de febrero de 1645, me escribía el P. Santiago [Bandoni] de Santa María Magdalena, con estas palabras: | Su Majestad, el Poderosísimo y Serenísimo Rey de Polonia y Suecia, con Monseñor Ilmo. y Revmo. Nuncio de aquel Reino, y muchos Ilmos. y Excmos. Señores, desde que comenzaron las persecuciones contra N. V. P. General y Fundador, escribieron de continuo cartas muy eficaces, no sólo a Nuestro Señor Urbano VIII y al Papa Inocencio X, sino a los Ilmos. Barberini, Panziroli, y a otros. Pero yo no tengo ninguna copia de las cartas, porque estando en Nápoles, no las veía, sino sólo me las contaban nuestros religiosos; como cuando, el 25 de febrero de 1645, me escribía el P. Santiago [Bandoni] de Santa María Magdalena, con estas palabras: |
Última revisión de 17:40 27 oct 2014
Ver original en ItalianoCAPÍTULO 10 Cartas recibidas de Polonia A favor de las Escuelas Pías [1646]
Su Majestad, el Poderosísimo y Serenísimo Rey de Polonia y Suecia, con Monseñor Ilmo. y Revmo. Nuncio de aquel Reino, y muchos Ilmos. y Excmos. Señores, desde que comenzaron las persecuciones contra N. V. P. General y Fundador, escribieron de continuo cartas muy eficaces, no sólo a Nuestro Señor Urbano VIII y al Papa Inocencio X, sino a los Ilmos. Barberini, Panziroli, y a otros. Pero yo no tengo ninguna copia de las cartas, porque estando en Nápoles, no las veía, sino sólo me las contaban nuestros religiosos; como cuando, el 25 de febrero de 1645, me escribía el P. Santiago [Bandoni] de Santa María Magdalena, con estas palabras:
“Mando una copia de una carta del Rey de Polonia, escrita al Papa hace quince días a favor nuestro, además de otras dos escritas por Su Majestad a los Cardenales Pallotta y Matea, también a favor nuestro. Además, el Rey ha dado encargo al Internuncio, que ha venido a rendir obediencia al Papa en nombre del Rey, para que trate especialmente este asunto nuestro de parte suya, etc. Pero no encuentro esta copia”:
“Monseñor Nuncio al Emmo. Panziroli
Emmo., Revmo. y Excmo. Señor Patrono
Me ha hablado Su Majestad, con mucho sentimiento, en esta última audiencia de Padres de las Escuelas Pías. Desearía de Nuestro Señor el Papa le hiciera el favor de concederle que la Orden de dichos Padres continúe de la manera como hoy se encuentra en estos Reinos suyos, que tienen, además, tanta necesidad de operarios; y éstos resultan de especialísimo provecho a nuestra Religión Católica, la cual recibiría un daño notable si, ante la mirada de tantos herejes y enemigos de la Iglesia Romana, vieran suprimida, como dicen, por la maldad de algunos, una Orden y un Instituto tan necesario a la República Cristiana; dado que estos Padres viven en estas Tierras con una exactísima observancia, y con increíble edificación de estos pueblos, que tienen una devoción que no se puede expresar suficientemente.
Me permito llevar estos sentimientos de Su Majestad, como noticia, a Vuestra Eminencia, a la que, mientras tanto, reverencio muy humildemente.
Varsovia, 28 de abril de 1646”.