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01.02. La Villa de Peralta

En 1677 el P. Luis Cavada, Provincial de las Escuelas Pías de Cerdeña, fue a Barbastro con un compañero para fundar el primer colegio escolapio de España. Y no sin emoción recordaba años más tarde, al escribir en castellano la ‘Corónica de esta nuestra Provincia de Sardeña’: 'Instado el P. Provincial de los deudos de nuestro Ven. Fundador, passó con su compañero a la Villa de Peralta y fueron los primeros que lograron la dicha de entrar y besar el suelo de las casas donde nació el Ven. Padre, cuya imagen hallaron colgada junto al Altar mayor de la Iglesia Parroquial...'[Notas 1].

Esta primera visita de escolapios a Peralta de la Sal fue una ocasión propicia para recoger datos de la familia y del pueblo del Fundador y mandarlos a Roma. Y en este interesante informe, escrito en italiano, decía el P. Cavada entre otras cosas:

'La Villa de Peralta de la Sal … dista de los confines de Cataluña dos leguas; de la ciudad de Barbastro, cuatro; de la Villa de Benabarre ... dos leguas; de la ciudad de Lérida, siete y de la ciudad de Urgel, dieciocho ... No es muy grande la Villa, pero es buena y al presente se compone de 116 fuegos o casas, gente afable y pacífica; y si bien está situada dentro de Aragón, es de la diócesis de Urgel, ciudad de Cataluña, en los Pirineos ... y comúnmente en Peralta se habla más en catalán que en español ...; no muy lejos de la Iglesia en la parte más llana de la Villa, están situadas las casas que fueron de sus afortunados padres, donde nació ...'[Notas 2].

La expresa referencia de las distancias que separan a Peralta de las villas o ciudades de Barbastro, Benabarre, Lérida y Urgel, tiene su explicación, pues era sabido que el P. Fundador había estado en ellas. Hay que notar, sin embargo, que el número de fuegos o vecinos que nos da el P. Cavada es exagerado, pues por otras estadísticas consta que Peralta tenía 59 fuegos en 1495, 62 en 1542, 87 en 1650 y 90 en 1713[Notas 3]. Si aplicamos el índice demográfico comúnmente aceptado de 4,5 habitantes por fuego, tenemos la siguiente estadística: en 1495 tenía Peralta 265 habitantes, 279 en 1542, 391 en 1650, 405 en 1713. y José de Calasanz nació en 1557.

De las dos partes en que el río Calasanz divide el pueblo, la más pequeña es la de la izquierda del cauce, unida a la mayor por un puente de dos arcos bajos, cuyos sillares desgastados revelan sus muchos siglos de existencia. En la ribera derecha, precisamente junto al puente, estaban situadas 'las casas', de que hablaba el P. Cavada en 1677, apenas veintinueve años después de la muerte de José de Calasanz (+ 1648), y, por tanto, con suficiente garantía para que sus parientes y los ancianos de la villa supieran a ciencia cierta dónde había nacido su ya famoso compatriota. En 1693 empezaron los largos trámites para fundar una casa escolapia, que fue un hecho en 1697, aunque sólo en 1715, adquiridas las venerables casas, solar natalicio del Santo, pasaron a habitarlas los escolapios, empezando una transformación que duraría siglos hasta el momento presente[Notas 4].

El pueblo, en la margen derecha del río Calasanz, queda agazapado en una hondonada, como partido en dos mitades que se miran de frente, con sus calles y sus casas recostadas en las dos laderas, que bajan a encontrarse en lo que, en días de lluvia, se convierte en torrentera, cuyas aguas fangosas van a parar al río Calasanz, que bordea la villa. La impresión es que las cosas han cambiado poco desde mediados del siglo XVI y que hoy día sigue el mismo trazado de calles, arriba y abajo por las laderas, en las que alternan las viejas paredes de adobe o de piedra; las portadas en arco de dovelas o ladrillo, sobre las que todavía se ve alguno que otro escudo heráldico de infanzonía; las ventanas y ventanucos de los pisos altos; el juego de luces y sombras proyectadas por la diversidad de alturas, de entrantes y salientes de los edificios; fachadas desnudas y desconchadas junto a otras pulidas y recién enjalbegadas...

La iglesia parroquial de Santa María sí que ha cambiado, pues a la primitiva románica, de la que apenas quedan huellas, sucedió la actual, más espaciosa, ocupando gran parte del solar antiguo. La transformación se llevó a cabo probablemente en la primera mitad del siglo XVII, mientras José de Calasanz estaba en Roma. Queda, sin embargo, como preciosa herencia del templo anterior, la maciza y sencilla pila bautismal en la que fue bautizado el Santo y siguen bautizándose los niños de su pueblo.

Peralta no se ve hasta que se llega al borde de la hondonada que la acoge. Por lo que hace pensar si su nombre —salva su evidente etimología latina— tenga muy poco que ver con alturas y rocas encastilladas. Su nombre no nace por referencia al lugar que ocupa —aunque no falte la 'piedra alta' ya mencionada—, sino que es probablemente nombre común, pues hay Peraltas en Navarra, Gerona, Tarragona, Albacete y otras dos en la misma provincia de Huesca. Incluso en la vieja toponimia urgelesa existen Peralta, Peramitja y Perabaixa (Peralta, Peramedia y Perabaja). Y no se puede excluir la hipótesis de que los repobladores urgelitanos le dieran el nombre de su lugar de origen, como ha sido norma en todas las conquistas.

Notas

  1. Cf. EGC II, p. 26.
  2. RegCal 13,6.2.
  3. Cf. Gran geografia comarcal de Catalunya, vol. 12 (1984) p.432; I. J. DE Asso y DEL Río, o.c., p.308. Este autor da 62 fuegos en 1495 y 87 en 1650.
  4. Cf. C. RABAZA, Historia de las Escuelas Pías en España, vol. 1 (Valencia 1917) p.45-51.