Última revisión de 14:44 5 dic 2014

Mapa de la demarcación

Datos

Demarcación Puerto Rico - Nueva York

(1950-1976)

Antecedentes de la fundación.

El P. Antonio Rivarés, profesor en el colegio Santo Tomás de Córdoba -Argentina- obtuvo una beca de estudios en Norteamérica y los permisos de los PP. Visitador, Manuel Pazos, y Viceprovincial, Valentín Hombrados. Se hospedó, al llegar a Nueva York en diciembre de 1948, en la casa de las MM. de San José de la Montaña. La presencia de los escolapios en Estados Unidos era alentada por el P. Provincial, Valentín Aísa, por el P. General, Vicente Tomek, a indicación del propio Papa, Pío XII. El P. Rivarés atendió en un primer momento como capellán a las religiosas citadas -los escolapios mantendrían la capellanía desde 1953 a 1977-; luego pasó a las parroquias del «Corpus Christi» y de «San Pablo» al este de Harlem; por su dominio de la lengua y su trato personal se ganó la simpatía de la Cancillería eclesiástica de Manhattan. De ese modo se le hizo la promesa de que algún día los escolapios llegarían a trabajar en el campo de la educación. Pidió al Provincial que enviara algunos religiosos para que se fueran preparando. De esta suerte llegaron «para el estudio del inglés, ayuda a los párrocos y reuniones periódicas en alguna de las casas parroquiales donde trabajaban» los PP. M. Otal, J. Gazulla y R. Aznar, en 1950, F. Ramo, F. Encuentra y J. Mateo en 1951, y en 1953 F. Negrillos. Aun sin permiso jurídico de establecerse en Nueva York, el 31-3-1952 se leyeron cartas del P. Provincial al cardenal y la respuesta de la Cancillería ofreciendo el uso de la casa parroquial de San Nicolás. Pero poco a poco disminuía la influencia del P. Rivarés y crecía la del P. Encuentra.

Fundación: 1950.

Las fuertes dificultades nacieron en los primeros meses del año 1955. Los exalumnos de las Escuelas Pías de Hungría celebraron en Nueva York una fiesta local en favor de los escolapios húngaros residentes en Buffalo. El Vicario general, Mons. Edward Dargin pidió responsabilidades al no haberse solicitado permiso. No fue suficiente la presencia del P. Bátori y del mismo P. General. Este suceso puso difícil la permanencia, como grupo, en la diócesis. El canciller, Gustavo Shulteiss, y Mons. Dinnen, entre otros, suavizaron la situación y en junio se recibía una carta de agradecimiento por los servicios prestados, autorizando el uso del inmueble por otro año. Fue el 12-3-1957 cuando el mismo cardenal Spellman concede el permiso para una casa canónica, pero eran necesarios más religiosos.

Residencia calasanz.

La promesa de trabajar en el campo de la educación quedó olvidada; la posibilidad de una residencia para universitarios no tomó cuerpo; la esperanza de una parroquia estaba lejana. Los religiosos que llegaban podía dedicarse a trabajos complementarios en parroquias, hospitales, al estudio del idioma y a conseguir títulos universitarios. La estructura del edificio y la buena administración económica lo permitían. Los intentos en el campo educativo se redujeron al P. Negrillos trasladándose a un colegio en Devon, Pensilvania, y al P. Aznar con clases de latín en el «Cardenal Hayes H. S. del Bronx».

El número de religiosos que han pasado por la casa a lo largo de su historia tanto de la Provincia de Aragón, como de miembros del ICCE de Madrid han sido treinta y seis.

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Bibliografía

• Doc. Archivo Viceprovincia.

Redactor(es)

• Luis Gracií, en 1990, artículo original del DENES I