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3. RZESZÓW

a. Fundación y Estado de nuestra Casa de Rzeszów, Fundación de Lubomirski (1696)

(Reg. Prov. 57 B)


La ilustre y Magnífica Dña. Sofía Pudenciana de Bobrek, hija del difunto Ilustre y Magnífico Nicolás Spytek Ligeza de Bobrek, Castellano de Sandomierz, Capítan de Ropciez Biece, esposa legítima del Ilustre y magnífico Ladislao Domingo, Duque de Ostrog y Zaslaw, Conde de Jarnow, Palatino de Sendomir y Capitán de Luceori, en el año 1642 fundó y levantó esta casa, sin terminarla, con una iglesia sí terminada, para monjas de clausura de la Orden de San Francisco, de la Tercera Orden de la penitencia, en su ciudad hereditaria de Rzeszów, en territorio del Palatinado de Rusia, situado en la diócesis de Przemysl.

La Ilustre y Magnífica Fundadora inscribió a favor de las monjas citadas en la ciudad nueva de Rorczyn el sábado después del domingo de la Misericordia del año 1644 una suma de 57000 florines polacos para que produjera una renta anual, y en la última voluntad de su testamento dejó esa suma para la fundación de las monjas, el día 28 de junio de 1644, como puede verse en la inscripción y el testamento que se conservan en nuestro colegio de Rzeszów.

Ocurrió que después de la muerte de la fundadora y de su marido, sus bienes de Rzeszów fueron a poder del Excmo. Jorge Lubomirski, Mariscal Mayor del Reino de Polonia y Jefe del ejército, con derecho hereditario. Este, considerando que era una pena que estuviera el edificio sin acabar y vacío, y tras consultar a varones doctos, escuchando consejos a favor y en contra en presencia del Nuncio Apostólico en Polonia de aquel tiempo, viendo que nuestros Padres de las Escuelas Pías habían abandonado Varsovia a causa de la guerra con los suecos (era entonces provincial el P. Alejandro de S. Bernardo, y el P. Jacobo de Sta. Bárbara), con el permiso del Ordinario los llevó a aquel monasterio, como medida de hospitalidad, hasta que la Sede Apostólica determinara otra cosa. Y así se hizo, en el año 1654. Él mandó que se suministrara generosamente de sus propiedades todo lo necesario para la comida y vestido.

Mientras tanto, la causa se agitaba en la curia romana durante mucho tiempo y con muchos gastos. Al final, se presentaron cartas suplicatorias del Ilmo. D. Estanislao, obispo de Przemysl, y del Ilmo. D. Juan Jarnowski, Arzobispo de Lviv, y luego el Ilmo. Jerónimo Agustín Lubomirski, hijo y heredero del Ilmo. Jorge Lubomirski, presentó a Roma en su propio nombre un escrito a SS. Clemente X en el cual por voluntad propia y con su potestad cambiaba la voluntad de los testadores a favor de una fundación y la aplicaba a nuestra Orden, pasando a nuestro nombre todos los censos y propiedades del citado monasterio, con derechos plenos y facultades, como consta por un decreto o carta apostólica, con el acto de aprobación para ser introducidos por el Ordinario del lugar, el Muy Ilustre y Magnífico Señor D. Estanislao de Bronikow, canónigo vicarial para temas espirituales y Oficial General de de Przemysl, y Prepósito de Sambori, Riborice y Wysnez, nombrado comisario y ejecutor por la Sede Apostólica. A él se enviaron cartas de nuestros rectores y provinciales, intentando llevar adelante esta causa, con la autorización del Vicario General P. Alejo de la Concepción de la B.V. María, como consta en el archivo de nuestra casa de Rzeszów.

Así, pues, se recibió el beneficio de S.S. Clemente X, Papa por la divina Providencia, y siguiendo todas las normas del derecho, fuimos introducidos por medio de un delegado del Ordinario del lugar, el Muy Ilustre y Muy Reverendo Alberto Wlodek, Canónigo de Przemysl, el 2º domingo de Cuaresma del año 1673, sin la oposición de nadie. Por lo cual la Divina Providencia puso fin a las disputas y se llevó a cabo la introducción en los locales existentes, y se nos entregaron los derechos sobre nuestro colegio y los bienes que la Ilustre y Magnífica Fundadora había construido para las monjas.

Para mayor firmeza de nuestra fundación, el Ilustrísimo Jerónimo Lubomirski, Caballero y Mariscal de la Corte del Reino, heredero, reconoció la suma dejada por la Ilustrísima Sofía Pudenciana de Bobrek de 57.000 florines polacos dejados a las monjas sobre sus bienes de Rudna y Krasne, y la inscribió el miércoles víspera de la fiesta de s. Lorenzo diácono y mártir del año 1684 en las actas de la Capitanía de Przemysl, y la inscripción fue transmitida al Castillo de Cracovia el viernes después de Pentecostés del mismo año. Esa suma asignada por el Ilmo. Sr. Mariscal está inscrita como un capital que produce un censo anual de 4000 florines polacos, que se paga en cuatro plazos anuales de 1000 florines por medio de los judíos de la sinagoga de Rzeszów.

A esta suma se añadieron 3000 florines polacos por la piadosa generosidad del Magnífico D. Andrés Scibior Chelmski, segundo mayordomo de Sandomierz, y esta suma se añadió a la fundación principal que guardan los hebreos de la sinagoga de Rzeszów, con garantía de inscripción, y de ella proviene cada año un interés de 210 florines polacos.

Más tarde, el año 1690 se añadió un capital de 10.000 florines polacos, de Magnífico Juan Grabinski, mayordomo de Zakrorima, legada en testamento a cambio de cuatro misas semanales a ser celebradas perpetuamente. Esta suma se la debía el Ilmo. Jerónimo Lubomirski Mariscal al Sr. Grabinski, así que la asumió él mismo a favor de nuestro colegio de Rzeszów, sobre los bienes de su posesión denominada Powectna cerca de la ciudad de Rzeszów, y la inscribió el martes después del domingo de la Santísima Trinidad del año 1691. De esta suma proviene un censo anual de 700 florines polacos, que se pagan cada año.

Luego en el año 1693 llegó a nuestro colegio de Rzeszów una suma de 7000 florines polacos de la Magnífica Señora Teófila Gosciminska, por su testamento de este año, y confirmado e inscrito legalmente, y su hijo D. Andrés Gosciminski dio una garantía de respetar ese testamento. Por sus manos se paga cada año una cantidad de 490 florines polacos.

Terminada la construcción de nuestro colegio de Rzeszów el año inmediatamente pasado, nuestro hermano Alejo Francisco de S. Antonio de Padua dispuso entregar antes de su profesión una suma de 4.500 florines polacos para construir las escuelas, y se inscribió sobre sus bienes heredables, y se gastaron en la parte del colegio donde están las escuelas.

Junto a nuestro colegio de Rzeszów hay un huerto con una huerta dividida en dos partes, rodeado por todas partes con una cerca de madera. También hay al lado del colegio un edificio, llamado de Gulzewski, con un terreno que se extiende desde nuestro huerto hasta el cementerio, inscrito a favor del colegio en Przemysl el jueves después del Domingo Reminiscere de Cuaresma, del año 1678. Fue reconocida la inscripción de los bienes en el registro de Przemysl el jueves día siguiente de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María del año 1677, y se hizo entonces la medición oficial de largo y ancho.

El colegio tiene también una fábrica de ladrillos comprada por la casa por medio del P. Agustín de s. Juan Bautista, situada en los suburbios de Rzeszów, que tiene un amplio horno para cocer los ladrillos, y un edificio de madera habitable como depósito, que aunque no produce ningún beneficio, sirve para las necesidades de la casa. En el mismo terreno hay dos balsas para criar peces.

Suma de capitales y censos de la casa

1.Capital principal: 57.000 FP

  • De los que cada año se obtienen 4000 FP

2.Segundo Capital: 3000 FP

  • De los que procede un censo anual de 210 FP

3.Tercer capital: 10.000 FP

  • De los que procede un censo anual de 700 FP

4.Cuarto Capital: 7000 FP

  • De los que procede una censo de 490 FP

Así, pues la suma de todos los capitales anteriores es de 77.000 FP, de los cada año procede un censo de 5400 FP.

Carga de misas perpetuas

Los capitales anteriores tienen las siguientes cargas de misas:

1.Cada sábado una misa cantada votiva de la Santísima Virgen maría, por la Fundadora. 1.

2.Cada lunes una misa también cantada votiva de la Pasión del Señor por el Ilmo. Sr. Jerónimo Agustín Lubomirski, actual Tesorero del reino. 1.

3.Por el Magnífico Sr. Andreas Chelminski, dos misas perpetuas semanales. 2

4.Por el Magnífico Sr. Juan Grabinoki, a celebrar cada semana, misas de difuntos, 4.

5.Por la Magnífica Señora Teófila Gosciminska, cada semana se celebran misas, 3.

El templo

El templo de este colegio tiene el título o patrocinio santo de S. Miguel Arcángel y Santa Bárbara Virgen y Mártir, y está completamente terminado; por fuera el techo está cubierto de tejas de arcilla, y por dentro tanto el techo como las paredes están artísticamente compuestos. Está consagrado. Tiene tres altares; el mayor está realmente está realmente construido, a costa del Ilmo. Sr. Fundador. En el centro tiene un crucifijo, consagrado, y al lado un tabernáculo dorado. Los otros dos, laterales, son un poco menores, pero hermosamente construidos. Uno de ellos, llamado de la cofradía del Santo Escapulario, fue construido y dorado principalmente a costa de la citada cofradía; el otro, tanto su construcción como su dorado fue pagado en parte por la cofradía de los estudiantes de la Inmaculada concepción y San José Esposo de Santa María Virgen, y luego también contribuyó el Magnífico Señor Chelmski. En estos dos altares se conservan las reliquias de S. Fermín y S. Modesto, en sus cajas decoradas de plata. Se hizo y se doró la cátedra a costa de nuestro Hermano Alejo Francisco de s. Antonio de Padua. Hay bancos en todo el templo junto a las paredes. El pavimento es de tablas de madera, menos en el presbiterio. El coro de los músicos tiene forma oval y es de ladrillos cocidos. La sacristía se encuentra en la parte lateral, con los armarios, cajas y demás, y un lavabo de estaño. En el camerino (que cierra una pared de madera) hay una columna de madera con una imagen de estaño de la B.V. María, a la cual los miércoles y sábados los estudiantes suelen cantar las letanías.

La casa o nuestra vivienda religiosa

Nuestra casa está construida en forma de cuadrado perfecto. En el piso inferior, del este al sur se encuentra el comedor, totalmente adornado con cuadros pintados e imágenes pintadas en cerámica, con ladrillos de madera, con cinco mesas y un armario. Ene l piso superior está el oratorio, con pavimento de tablas de madera. Al este del mismo hay algunas celdas hechas de madera, y luego sobresale fuera de la casa una esquina. Otra esquina semejante sobresale en la parte occidental, hacia el sur. En la parte inferior está la despensa, bien ordenada, con la habitación para el despensero. Encima está la biblioteca.

En el pasillo inferior, al sur hay dos habitaciones, y una tercera mayor, dividida por tablas. El corredor del piso superior al sur hay cuatro celdas habitables. En el pasillo inferior al este primero está la cocina, con su hipogeo. Después hay una celda, y luego dos habitaciones mayores para recibir a los huéspedes divididas con tablas. Al final, frente a la iglesia, las antiguas escuelas.

En el pasillo superior al este hay ocho celdas habitables y al final, sobre las antiguas escuelas, está la despensa para conservar alimentos. En el pasillo inferior hacia el oeste hay una habitación, y dos en el superior. Después en el pasillo inferior hay tres clases: de sintaxis, de gramática y de ínfimos, junto a la puerta por la que se entra al colegio. En el piso superior de igual modo hay tres clases: de poesía, de retórica y de filosofía.

En la parte del colegio, al norte en el piso inferior hay un pasillo junto a la iglesia, y en la parte de la casa un pasillo que va al huerto de la casa, en medio del cual hay un pozo del que se saca el agua que se usa, rodeado de madera y con un techo.

Después del colegio, en la zona del huerto, hay una puerta más amplia para entrar en la casa. En esa zona hay un edificio con todos los calderos y jarras necesarios para preparar la cerveza. En la otra parte está la habitación caliente, con un edificio para los músicos y otros empleados cómodo para vivir. Luego hay dos establos y otros edificios preparados para guardas las cosas de la casa.

Estudiantes

El número de estudiantes en nuestra escuela de Rzeszów pasa de 400 a veces, y otras veces no llegan.

Hay que añadir a las sumas de capitales de la casa una cantidad de 10.000 FP del pío legado de D. Alberto Loczanowicz, párroco de de Nochovia para los estudiantes músicos, de los que proviene un censo de 700 florines.

b. Fundación de Rzeszów

(Arch. Gen., Reg. Prov. 57 B)
EN EL NOMBRE DE LA SANTÍSIMA Y UNA TRINIDAD
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO, AMÉN.

Sea sabido de todos que en el año 1669 de la Natividad del Señor, en la séptima indicción, el 4 de abril, año segundo del Pontificado de nuestro Santísimo Padre en Cristo y Señor Clemente IX, papa por la Divina Providencia, yo, notario infrascrito, vi, leí y copié el documento expedido por la Curia Romana que dice lo siguiente:

“Clemente IX, Siervo de los siervos de Dios, a nuestro querido hijo y venerable hermano nuestro en el cargo el Obispo de Przemysl, salud y bendición apostólica.
El oficio pastoral que Dios nos ha confiado exige de Nos escuchar de buena gana los justos y honrados deseos de los fieles de Cristo, y en especial los de los príncipes que son gratos y merecedores ante la Sede Apostólica, y de las personas regulares que bajo el suave yugo de la religión prestan servicio en el camino del Señor buscando el bien de las almas, y les concedamos los favores y gracias oportunos. Se nos ha presentado recientemente una petición por parte de nuestros queridos hijos el príncipe Jerónimo Agustín Lubomirski, hijo y heredero del en otro tiempo príncipe también Lubomirski, Mariscal del reino de Polonia y jefe del ejército cuando vivía, y de la Congregación de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, residentes ahora en la población llamada Rzeszów de la diócesis de Przemysl, con una petición, según la cual hace tiempo, en el año 1644 o en un tiempo próximo, Sofía Pudenciana de Borek, natural de Ostro y Duquesa de de Czaslavia, actuando humanamente comenzó a construir en dicha población de Rzeszów un edificio para hacer un monasterio de la Regla de la Penitencia S. Francisco, y que como dote, y cómodo sustento suyo, al erigir el monasterio para soportarlo perpetuamente, de los bienes que Dios le había dado con generosidad destinó una cantidad de 160.000 florines. Luego, cuando el edificio no estaba aún terminado, en su última voluntad pidió a sus herederos que terminaran el monasterio, y demás cosas según se dice en el testamento. Más tarde la iglesia y la casa de los clérigos citados en Varsovia fueron quemadas por los suecos, y el citado Príncipe Jorge, considerando a los clérigos citados totalmente destituidos, y actuando con toda humanidad, y pensando también en los abundantes frutos que habían producido no sólo con la educación de la juventud, sino también con otros muchos servicios a la iglesia, y que intentaban e intentarán seguir produciendo, con la ayuda de Dios, movido por el celo de la caridad, con permiso del Nuncio Apostólico que estaba entonces en el reino, y el del ordinario del lugar, reservado este al beneplácito de la misma Sede, acogió a los clérigos en dicho lugar, nunca habitado por las monjas, y los introdujo para vivir allí sin hacer ninguna fundación o erección canónica de ellos en el monasterio a efecto de que habitaran allí, y destinó a los mismos clérigos el rédito de cuatro mil de los 160.000, y el rédito de 8.000 florines al año. La petición dice también que según los decretos de la Congregación de nuestros venerables hermanos los cardenales S.E.R. encargados de los asuntos de obispos y regulares, los monasterios de monjas de clausura erigidos sólidamente con dote en censos anuales no pueden aceptar el instituto, a causa de que el lugar está sometido a las incursiones de los escitas y de otros enemigos del reino citado, y por otras razones el ordinario de Przemysl no estaba de acuerdo con la erección e institución del monasterio, y recomendó cambiar la voluntad de la citada Duquesa Sofía Pudenciana, y la introducción de los citados clérigos en su edificio, declarando que tal cambio e introducción serán para mayor utilidad de la Iglesia de Dios.
Por lo cual se nos pidió humildemente por parte del Príncipe Jerónimo Agustín y de los clérigos citados que nos dignáramos proveer en este asunto con benignidad apostólica. Nos, pues, al Príncipe jerónimo Agustín y a los citados clérigos, a cada uno en particular, los absolvemos e cualquier excomunión, suspensión, entredicho y demás sentencias , censuras y penas eclesiásticas, de derecho o personales, con cualquier ocasión o causa, que puedan estar vinculadas a ellas, a efecto de conseguir las presentes, y los declaramos absueltos, e inclinados ante las súplicas de tu discreción, por este decreto apostólico mandamos que convoques al monasterio que se iba a erigir e informes a los citados anteriormente, los clérigos citados que están allí y a las monjas que iban a entrar en él, que los censos y frutos que según la voluntad de dicha Duquesa Sofía Pudenciana, con todos los derechos, y la casa que habían sido destinados al monasterio, por autoridad nuestra los sustituyas y entregues a los clérigos, y nadie incomode, perturbe, inquiete o impida al Príncipe Jerónimo Agustín y a los citados clérigos, nunca y bajo ningún pretexto o excusa, y así y no de otro modo deberá ser tenido en cuenta y juzgado por todos los jueces ordinarios, delegados, auditores de las causas del palacio apostólico, y también los Cardenales S. I. R., incluidos los delegados, subdelegados y nuncios de la Sede, y cualquier cosa que atente contra ello será declarado nulo y vacío, tanto si atentan contra ello de manera consciente o inconsciente, con cualquier autoridad. Queremos que tengas en cuenta que con nuestra autoridad, no obstante la voluntad de dicha Sofía Pudenciana, y su mandato piadoso, que especialmente para esta ocasión, cambiamos su deseo expresa, suficiente y oportunamente, y ello a pesar de cualesquier constituciones y ordenaciones apostólicas, incluso los decretos de concilios sinodales o universales, especiales o generales, que ya se han dado o que se darán, y todo lo que se refiera a dicha Congregación, por juramento o confirmación apostólica, con cualquier autoridad, o estatutos, privilegios e indultos, y cartas apostólicas, personales o generales, bajo cualquier tenor y forma, y con cualesquier derogaciones, y otras cláusulas eficaces e insólitas, y todas las demás cláusulas en contra, incluso concedidas muchas veces, aprobadas y otorgadas, o añadidas, por lo que consideramos por las presentes que todo está suficiente y expresamente citado, cada cosa y cada palabra, no sólo las cláusulas generales, sino cualquier tipo de expresión, y todo lo que se haya podido decir de un modo u otro, y a tenor de las presentes derogamos todo lo que vaya en contra especialmente para esta vez, permaneciendo por lo demás en su vigor.
Queremos también que estos clérigos cumplan exactamente con las cargas que hubieran sido impuestas por la citada Sofía Pudenciana, o de lo contrario esta gracia no les llegará.
En Roma, en San Pedro, el año 1668 del nacimiento del Señor, a 20 de marzo de 1668, en el segundo año de nuestro pontificado. C. Astius”

Esta carta apostólica la he transcrito literalmente y guardo copia en mi casa, del notario infrascrito, y firman como testigos los Sres. Federico Vacherotte y Adán Malchaire, clérigos de las diócesis de Malinas y Lieja respectivamente, llamados especialmente para ello.

c. Visita General a la casa de Rzeszów (1696)

Arch. Gen., Reg. Prov. 59 A
En el nombre del Señor, amén

Este es el autógrafo de las Actas de la Visita General Apostólica que tuvo lugar el mes de marzo de 1696 en nuestra casa de las Escuelas Pías de Rzeszów, diócesis de Cracovia, Palatinado de Rusia, de la Provincia de Polonia, por nuestro Padre General Juan Francisco de S. Pedro, Comisario y Delegado de la Sede Apostólica, siendo secretario yo, P. Antonio de S. José[Notas 1].

Habiendo salido de Radom, diócesis de Cracovia, Palatinado de Sandomierz, el 1 de marzo, con los compañeros acostumbrados, guiando el camino el P. Jerónimo de San Pedro y San Pablo, Rector de Radom, el 5 del mismo mes llegamos a Rzeszów antes del almuerzo, donde el P. General fue filialmente acogido por toda la comunidad. Como eran entonces las fiestas del Carnaval, la habitual intimación de la Visita fue pospuesta hasta el 7, primer día de Cuaresma, día en que yo, secretario, la puse en la puerta habitual, indicando que ese mismo día, después de recitar la Coronilla del Nombre de María, comenzaría la visita en la iglesia, como de hecho ocurrió. Después de visitarla, el P. General nos encargó al P. Miguel y a mí, su secretario, que continuáramos nosotros la visita de las cosas y los lugares, queriendo él mismo dedicarse a la visita de las personas, para avanzar más aprisa. En primer lugar, pues,

[1. Hermano Casimiro de S. Simón]

El 8 de marzo compareció ante nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów el H. Casimiro de S. Simón, operario, de 38 años, de comunidad en esta casa desde hace medio año, encargado del vestuario y portero, que no conoce el latín, y me ruega a mí, Pablo de Jesús, Vicerrector de esta casa, que traduzca las preguntas y respuestas, y las escriba, y yo estoy de acuerdo, dando mi palabra sacerdotal de guardar secreto, para que él hable libremente. Luego el P. General dijo al H. Casimiro que debía decir la verdad sinceramente, en conciencia, sobre las cuestiones que le iba a preguntar, y que debería guardar secreto sobre lo que hablaran, cosa que prometió hacer religiosamente.

1.Le preguntó cuánto tiempo llevaba en la Orden, y en qué casas había estado de comunidad
  • Llevo ya ocho años en la Orden, en la fiesta de Todos los Santos, y he estado de comunidad en Podolín, Cracovia y Rzeszów, donde estoy ahora.
2.Si echaba algo de menos para su consuelo y satisfacción
  • Estoy preocupado porque tengo muchas ocupaciones, entre el vestuario y la portería, y no puedo hacer todo lo que quisiera. Pero por lo demás estoy contento, y dispuesto a hacer cualquier tarea que me mande la Orden.
3.En su opinión, ¿en esta casa todos cumplían correctamente sus tareas?
  • Hay una cosa que me desagradó en el cuidado de los seglares de la casa, y es que en las fiestas, principalmente de Cristo, de la Virgen o de los santos, nadie se dedicó a cuidar sus devociones, sino que más bien los vi dedicarse en ese tiempo a muchas insolencias, lo cual me desagradó, y cada vez me movió a indignarme. Además, refiriéndonos a la familia religiosa, noté y tomé a mal que los hermanos no llevan a cabo sus deberes sagrados con la reverencia y modestia que convendría. Lo he observado principalmente en los HH. Wenceslao, Enrique, Damián y otros, pues en el momento de la distribución de los patronos, algunos al recibir el patrocinio de su santo mártir se lo tomaron a broma y con risas, cosa que hace también frecuentemente el H. Wenceslao en el tiempo de la meditación, el cual también en la hora de vísperas en la vigilia de la Natividad se puso a hablar en la iglesia.
4.¿Qué opina de su Superior?
  • Ocurrió que una vez se dirigió a mí con duras y graves palabras en presencia de seglares, concretamente me amenazó con azotarme, me llamó rústico, y cosas similares. Por lo demás no he visto nada en él que sea causa de escándalo.
5.¿Ha observado en alguien algo contra la observancia regular, concretamente dicho o hecho contra los votos solemnes?
  • He observado que los HH. Alejo y Wenceslao en alguna solemnidad no fueron a comulgar. También noté que el H. Joaquín, operario, durante unas diez semanas después de la fiesta de San Miguel nunca comulgó con nosotros, y a pesar de observarlo con toda diligencia, no pude verle comulgar en la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Además el H. Joaquín con su impaciencia escandaliza mucho a los seglares, a los cuales no puede hablar con palabras pacíficas, sino que frecuentemente les lanza terribles imprecaciones y maldiciones. En los demás no he notado nada.
6.¿Hay en casa alguna discordia entre los nuestros?
  • Con ocasión de una discusión en el comedor surgió alguna discordia entre los hermanos, que el P. Rector reprimió.
7.¿Sabe si algún maestro actúa con negligencia en cuestión de piedad y letras en la escuela?
  • No lo sé.
8.¿Sabe si se ha dado algún escándalo por parte de alguno de los nuestros en casa o fuera?
  • No lo sé.
9.Considerando a los miembros de la comunidad uno por uno, ¿hay alguna cosa reprensible en ellos que deba ser corregida?
  • En primer lugar, en el P. Plácido de S. Luis, ecónomo, creo que no hay que corregir ninguna negligencia en su ministerio, ni en lo referente a la despensa, ni en la cocina, o en otras tareas confiadas a él. Pero de vez en cuando he notado que tiene las manos manchadas de hollín. Además en el tiempo de los ejercicios espirituales nos causa muchas molestias y preocupaciones con sus ruidos, pues hace cosas que convendría hacer en otro momento. Con el P. Eustaquio de S. Lucas suelo tener problemas si no le abro la puerta al primer golpe. El H. Ignacio de Sta. Margarita a veces se dirige a mí en la habitación para hablar. Sé que el H. Joaquín renunció dos veces a su hidromiel, no lo he visto ebrio una sola vez. En los demás no he visto nada digno de corrección.
10.¿Tiene que decir algo más, y todo lo que ha dicho es cierto?
  • No me viene a la mente nada más que decir, y todo lo que he dicho es cierto. En fe de lo cual pongo a continuación mi firma.

Hermano Casimiro de San Simón.

Yo, Pablo de Jesús, Vicerrector del Colegio de Rzeszów escribí lo anterior.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[2. Hermano Joaquín de S. Benito]

El mismo día compareció ante nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów el H. Joaquín de S. Simón, operario, de 40 años, de comunidad en esta casa desde hace nueve años, cuestor y hortelano, al cual le exhortó paternalmente a decir la verdad sinceramente, en conciencia, sobre las cuestiones que le iba a preguntar, y que debería guardar secreto sobre lo que hablaran. Y me eligió a mí, Pablo de Jesús, Vicerrector de esta casa, como intérprete, y escritor de sus respuestas, puesto que no sabe latín y apenas sabe escribir. Siguen a continuación.

1.Le preguntó cuánto tiempo llevaba en la Orden
  • Desde hace 14 años.
2.En qué casas había estado de comunidad
  • En Podolín, y luego en Rzeszów, donde estaba ahora de comunidad
3.Si necesitaba alguna cosa, de dentro o de fuera, por necesidad o para consuelo suyo
  • Gracias a Dios, no necesito nada, estoy contento con lo que tengo
4.Qué opina de su Superior
  • No tengo nada en contra
5.Si había notado algo en los hermanos de comunidad contra la observancia regular o los votos solemnes, o algo que creara escándalo entre los seglares
  • No he notado nada, pues trato poco con los demás de los nuestros. En los seglares de casa no he notado nada que desdiga de su estado
6.Si hay entre los nuestros algunas rivalidades o discordias que perturben la paz religiosa
  • Aparte de algunas discusiones calientes que han surgido con ocasión de los sermones en el refectorio los sábados entre los padres, no he notado nada que perturbe a la paz religiosa
7.Si hay algo que haya sabido y quiera comunicar a propósito de los maestros en el ejercicio de las escuelas
  • No sé nada, ni he oído nada de los seglares que vaya en contra de la enseñanza de nuestros maestros
8.Si sabe si por parte de los nuestros se ha producido algún escándalo, dicho o hecho, dentro o fuera de casa
  • No lo sé
9.Si, individualmente, hay alguien en la comunidad que deba ser corregido por alguna cosa.
  • Noté en el P. Plácido de S. Luis que no ejerció la debida caridad con los enfermos contra lo prescrito y mandado por los Superiores. En los demás no he notado nada digno de reprensión.
10.Hay algo más que quiera decir con respecto a sí o los demás, y si confirma que lo dicho anteriormente es verdad religiosa.
  • No tengo nada más que decir, y lo que dije lo hice en conciencia y con verdad religiosa. He sido advertido que debo guardar secreto, y firmo lo anterior en fe.

Joaquín de San Benito.

Yo, Pablo de Jesús, Vicerrector del Colegio de Rzeszów escribí lo anterior por mandato del Rvdo. P. General, y lo firmo.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[3. Clérigo Damián de la Purificación de la B.V.M.]

El 9 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Damián de la Purificación de la B.V.M., clérigo profeso, de 24 años de edad comenzados el pasado mes de diciembre, de comunidad en esta casa desde hace tres años comenzados en las vacaciones de octubre pasadas, maestro de la clase de Gramática y presidente del Oratorio de pequeños. Su Paternidad me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, de corazón, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto.

1.Me preguntó cuánto tiempo llevo en la Orden.
  • Seis años, comenzados en la fiesta de S. Bartolomé, el mes de agosto.
2.Qué estudios y con qué profesores los he hecho
  • En el siglo estudió poesía, pate en Piotrkow, parte en Varsovia, con nuestros padres. En Piotrkow mi maestro fue el P. Casimiro de S. José, que ahora enseña humanidades en Podolín. En Varsovia tuve al P. Damián de la Stma. Trinidad, que ahora es profesor de Poesía y Retórica en Gora. No he estudiado retórica en ninguna parte, pues fui promovido de un salto a estudiar Filosofía en Podolín, el primer año con el P. Gabriel del Sto. Ángel Custodio y el 2º con el P. José de la Purificación.
3.En qué clases y durante cuánto tiempo he enseñado.
  • He enseñado durante tres años en Rzeszów; primero en la clase de ínfimos, y ahora hace medio año que enseño en la clase de Gramática.
4.Si hago otros ministerios.
  • Además de las clases y el oratorio soy el distribuidor de los patronos mensuales.
5.Si necesito algo de dentro o de fuera.
  • Para mayor provecho mío desearía ser promovido a enseñar humanidades, pues no he estudiado Retórica; de este modo me esforzaría por llevar a cabo las lecciones y el estudio, como hacen otros que sin haberla estudiado la enseñan. Además me parecería aconsejable que en esta casa los enfermos tuvieran algún consuelo, tanto en la ración de comida como en el aligeramiento del trabajo. Tengo experiencia de este descuido porque sufrí durante casi medio año de cuartanas, y tenía que enseñar en clase y no recibí ninguna atención ni en la mesa ni en farmacia. En cuando a la ropa creo que también hay alguna negligencia. A mí me ocurrió que, habiendo perdido en la iglesia la capa, en regalo recibí uno usado de otro Padre. En el vestuario no nos dan pañuelos, así que si recibimos alguno como regalo de Año Nuevo, no se lo damos al Superior, sino que nos lo quedamos nosotros mismos. Además en el verano no nos dan calcetines de lino, sino unos horribles. Igualmente hay algunos defectos en la mesa, principalmente en relación con los ayunos, como en este tiempo de Cuaresma.
6.Si todos cumplen bien sus tareas en esta Casa.
  • En lo que se refiere al Ecónomo, que es el P. Plácido de S. Luis, ya dije lo referente a comida y ropa. Nosotros los clérigos sufrimos mucho a causa de los confesores, que cuando los necesitamos no los tenemos, como hoy por la mañana que sólo había uno para recibir nuestras confesiones.
7.Qué pienso del P. Rector y de los PP. Provinciales, el actual y el anterior.
  • Muy bien el P. Rector, que gestiona de manera óptima todas las cosas. Del P. Provincial pasado no tengo nada que decir. Y del presente, el P. Juan de Jesús María, tampoco.
8.Si cree que reina la observancia regular.
  • Sí que hay observancia; pero habría que corregir algunas cosas para que hubiera justicia, pues si los sacerdotes y los clérigos fallan en alguna cosa, sólo son castigados los clérigos. De vez en cuando salen sin compañero el P. Rector y otros; a veces los estudiantes por alguna necesidad van a la habitación del profesor de Retórica Glicerio de S. Esteban. Antes se reunían a veces para beber algunos Padres en la habitación del P. Vicerrector Pablo de Jesús, estando nosotros los juniores presentes o dándonos cuenta de ello. Lo cual nosotros lo considerábamos un mal ejemplo; en el presente ese abuso se ha cortado.
9.Si hay paz y concordia en la casa, o hay discordias, facciones, odios etc.
  • Ahora, estando presente Vuestra Paternidad, hay paz en casa, antes sin embargo había alguna discordia entre los Padres Vicerrector, el profesor de Filosofía José [de la Purificación de la B.V.M.] y Glicerio [de S. Esteban], el maestro de Retórica. Ignoro las causas. Lo que sé es que irrumpieron en la habitación del P. Rector por tales discordias, por lo que yo y otros conocimos que no estaban de acuerdo en lo que discutían, y también lo oyeron algunos criados. Era el tiempo de las peleas en la Provincia por el nuevo Provincial. Pero en verdad no oí nada.
10.Si los maestros educan diligentemente a los alumnos en la piedad y en las letras.
  • No tengo nada en contra, como no sea que no dan ninguna conferencia los sábados, y que han comenzado a omitir la oración que se solía decir a principios de mes por los difuntos.
11.Si he oído de algún escándalo dado por los nuestros del que haya oído hablar a los de fuera.
  • No sé nada.
12.Si hay alguna cosa que deba corregirse individualmente en las personas de la comunidad de Rzeszów.
  • Nada digno de ser reprendido.

Y como no se me hace ninguna pregunta más, siendo avisado de nuevo sobre la seriedad del secreto a guardar, y de la obligación de decir la verdad, esta deposición que he hecho la firmo con mi mano.

Damián de la Purificación de la B. V. M.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[4. Clérigo Onofre del Espíritu Santo]

El mismo día por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Onofre del Espíritu Santo, clérigo profeso, ordenado de las cuatro órdenes menores, de 33 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa de Rzeszów. No tengo ningún ministerio, sino que me dedico solamente a estudiar. El Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, de corazón, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar, cosa que acepto.

1.Me pregunta cuántos años llevo en la Orden
  • He comenzado el séptimo años.
2.Estudios, profesores y dónde he estudiado.
  • En el siglo estudié en Lublin con los Padres de la Compañía de Jesús inclusive las humanidades, y también escribí Filosofía. Después de dediqué a estudiar Derecho Civil en la facultad que existe allí. Unos años después, con ayuda de la gracia de Dios, entré en nuestra Orden y volví a estudiar humanidades en Podolín con el P. Tomás de S. Lucas piadosamente difunto, donde también tuvo como profesor al P. Gabriel del Ángel Custodio primero, y luego al P. José de la Purificación. Luego me dediqué a estudiar la Filosofía. Aquí me dedico a estudiar lo mismo, hasta que los Superiores dispongan otra cosa para mí.
3.En qué clases y durante cuánto tiempo he enseñado.
  • En Podolín enseñé a los pequeños durante medio año y luego también de vez en cuando Gramática y Sintaxis. Después de terminar la Filosofía en Podolín fue enviado a Piotrkow y enseñé Gramática durante un año. De Piotrkow fui a Cracovia para curarme el pie izquierdo a causa de que me cayó encima un barril lleno de cerveza cuando llevaba velas a la bodega. Finalmente de Cracovia vine a Rzeszów para ocuparme de la clase ínfima, vacante por la muerte del P. Lorenzo de S. Casimiro, piadosamente difunto el año anterior.
4.Qué otras tareas he desempeñado en las casas donde he estado de comunidad.
  • Sólo las de la casa adecuadas para clérigos. En Piotrkow y en Cracovia algunas veces me encargaron algunos asuntos legales concernientes a esas casas.
5.Si necesito algo de dentro o de fuera.
  • Me atrevo a formular algunas quejas sobre la comida y la ropa. En cuanto a la comida, que es mala y a veces escasa, por lo cual algunos a veces se procuran comida de fuera, en detrimento de la observancia. En cuanto a la ropa, que a veces carecemos de lo necesario, a causa de que el Padre Ecónomo está ocupado en las muchas ocupaciones de la casa. En lo que a mí concierne, estoy contento y no carezco de nada.
6.Si todos cumplen bien sus tareas en esta Casa.
  • Me quejaré de que a veces padecemos la carencia de confesores, por lo que aquí de vez en cuando sospecho que todos nos confesamos menos veces de lo común.
7.Qué pienso del P. Rector de esta casa y de los PP. Provinciales, el actual y el anterior.
  • Aunque no me corresponde a mí hablar de los superiores, ya que me lo manda por obediencia diré que he oído a varios de la casa que en el Rector no existe o apenas el amor por el bien común, por lo cual la mitad de los ingresos de la casa se los gasta él mismo invitando a comer a sus amigos huéspedes, mientras en el comedor todos ayunan. Oí algunas quejas a padres y hermanos. En cuanto a los convites, yo mismo he visto que apenas hay semana en la que no beba a veces con algunos de fuera en casa, y a veces vaya a beber fuera con seglares, y estas frecuentísimas bebidas no son sin desdoro suyo y nuestro. Además es frecuente que cuando va a casa de tales amigos a la ciudad vuelva a media noche, visiblemente borracho, de lo que oí quejarse a padres y hermanos, no sin escándalo. Me he dado cuenta también de alguna confusión en los ingresos de la casa, pues copiando el archivo para Vuestra Paternidad no encontré ninguna cantidad de los capitales de la casa, cuando se dice tales capitales deberían producir intereses a la casa. Además veo que faltan las inscripciones jurídicas correspondientes a los fondos de la fundación. Todas estas cosas yo ya se las señalé al Padre Rector; lo mejor será que Vuestra Paternidad les pregunte a los Padres. Por otra parte, con respecto a la fábrica de ladrillos creo que no tenemos ningún derecho, y si lo tenemos es dudoso. Y la razón es que no lo poseemos de acuerdo con las leyes, por lo cual es necesario arreglar las cosas. En cuanto a la observancia regular suya, como no frecuenta los ejercicios de la comunidad, no la puede promover mucho. En cuanto al anterior Padre Provincial Vicente de San José, no sé de otra cosa en lo que deba ser corregido sino su facilidad para ir haciendo componendas, cosa de lo que el P. Simón de Sta. Catalina, Rector de Cracovia, nos avisaba cuando yo estaba allí, por lo cual habría sido un escándalo para los súbditos y hermanos que hubiera sido Provincial por tercera vez. Finalmente estoy en deuda con respecto a la doctrina y religiosidad del actual Padre Provincial Juan de Jesús María, al que conocí y aprecié cuando estaba en Podolín.
8.Si rige la observancia regular y de los votos solemnes.
  • Me parece que en la iglesia no se cumple por los nuestros el culto debido, pues en las misas más solemnes unos están de pie, otros de rodillas, y otros van dando vueltas, sin tener en cuenta el escándalo o admiración que pueden provocar en los fieles que asisten, por la negligencia de la conformidad y la modestia. Me parece también aconsejable que no se tengan reuniones de los juniores ni por la noche ni en otros momentos. La ocasión de ello surgió principalmente por el conflicto con los estudios de filosofía que surgió a finales de octubre, cuando se hacían consultas entre los estudiantes acerca de no seguir los estudios, a causa de que el profesor Padre José era muy exigente con ellos en las clases por su seriedad. Por ello el Padre Rector reunió a todos los estudiantes y les preguntó si querían estudiar o no; y que los que quisieran estudiar se pusieran a un lado, y lo que no en otro. Al ser preguntado, yo fui el primero que me puse en la parte de los que querían estudiar, aunque ya era maestro, y conmigo vinieron los hermanos Alejo de San Antonio y Wenceslao de San Carlos, a los cuales se unieron los hermanos Leonardo de la Visitación e Ignacio de Sta. Margarita. Los demás, concretamente los hermanos Cipriano de la Stma. Trinidad y Enrique de S. Antonio, no quisieron, por lo cual el primero fue enviado a la escuela (me corrijo) a la sacristía, y el segundo a la escuela de la que me encargaba yo. Sospecho que hay alguna disensión en la comunidad entre los Padres Vicerrector y Profesor de Filosofía, y que a ella corresponde también la división entre los hermanos. Ignoro la causa de ella, por lo tanto no diré nada. Me parece también que en alguna cosa se prescinde de la pobreza, pues como es muy difícil obtener zapatos en casa, y otras cosas relacionadas con el vestido, he visto a algunos, concretamente al Padre Glicerio de S. Esteban y otros, comprarse zapatos más bonitos que los que se hacen en casa. Digo también que he oído a estos juniores que alguna vez se han ofrecido incorrectamente satisfacciones, siendo inconstantes en su vocación y prescindiendo de los superiores y de la Orden; principalmente me refiero al H. Cipriano de la Trinidad, a quien el H. Wenceslao de S. Carlos le dio un imperial para que falsificara los datos de su bautismo para anular su profesión por motivo de desacuerdo en los datos. Son frecuentes los secretos que se traen entre sí los hermanos Cipriano, Leonardo, Enrique, Esteban y Damián, en los cuales no he podido penetrar, pues sospechan que estoy de la parte de los hermanos Alejo y Wenceslao. El hermano Ignacio, sin embargo, permanece indiferente, y no sospecho de él, y parece que todos confían en él, y viceversa. Están molestos con el hermano Alejo, despensero, porque no les facilita la bebida que le habían pedido para los descansos entre las lecciones, y esto fue conocido por el Padre Rector y el Padre José, el Profesor, por lo que quizás en la reunión entre ellos les denunció ante el Padre Rector de negligencia en los estudios. Y de este modo surgieron también fricciones entre el Padre Vicerrector y el profesor de filosofía, y se han dejado también de dar las clases de matemáticas. También se dedicaban a beber en privado, en casa y fuera, y de este modo poco a poco cayeron en la intemperancia, y puedo decirle porque he visto a algunos en la ciudad, como el hermano Cipriano y otros compañeros suyos, de los que exceptúo algunos. Entre nosotros se descuida también la lectura espiritual. Parece que también ha desaparecido entre nosotros la laudable costumbre de cuenta de la conciencia, pues algunos afirman que les ha creado problemas, pues luego no se han respetado los secretos y ha creado desconfianza. Se descuida totalmente la charla sobre casos de conciencia. Lo mismo que la práctica de los ritos sagrados, también la sinceridad religiosa parece que ha sido proscrita de nuestra Provincia, a causa de que se actúa de manera política y engañosa. He encontrado que una disciplina relajada y pobre con los jóvenes produce la relajación en los corazones de los religiosos. Añado que también tienen familiaridad fuera con mujeres, por otra parte muy honestas, lo cual hace que todas las cosas de la casa sean conocidas por los de fuera, y entre los primeros de estos están el Padre Rector, el Padre Vicerrector y el Padre Glicerio, maestro de retórica. A causa de ello los súbditos no tiene confianza en los superiores, y yo creo que sería necesario dirigirse a ellos filialmente. Por lo demás, como los toques de comunidad ordenados no son dados de manera fiel, algunos llegan antes de empezar la misa, y otros cuando ya está comenzada, lo crea confusión en el buen orden.
9.Si hay paz y concordia en la casa, o hay discordias, facciones, odios etc.
  • Durante algunas semanas ardían las disensiones entre el P. Rector, el P. Vicerrector, el P. José, el P. Glicerio y el P. Eustaquio, casi hasta reñir, no sé por qué motivo. Dicen que el P. Rector lo arregló. Oí de manera clara que la causa del conflicto era que algunos estaban turbados por alguna carta que había enviado el nuevo Provincial. Pero no me consta seguro que fuera esa la causa.
10.Si los maestros educan diligentemente a los alumnos en la piedad y en las letras.
  • Con respecto a esto me enteré que el H. Esteban de S. Alberto, maestro de Sintaxis, enseñaba elucubraciones a sus discípulos a partir de un libro impreso, y avisé de ello al P. José, Prefecto. Y que algunos de nuestros maestros no sólo reciben, sino que incluso piden regalitos a los familiares de los alumnos, lo cual oí que hizo el H. Damián alguna vez, y también el H. Enrique. Deduzco que también se descuida la piedad en las escuelas, por las quejas del P. Vicerrector al respecto.
11.Si he oído que los nuestros han dado algún escándalo.
  • Para mí el abuso más grande que hay es que los maestros de las escuelas superiores se burlan de los de las escuelas inferiores, de donde viene el deseo y la codicia de enseñar en las superiores. En cuanto a las cosas espirituales, a algunos no les gusta el culto, y por eso reducen los actos, como el H. Enrique de S. Antonio, que al preguntarle por ello respondió: “¿Qué tengo yo que ver con las cosas espirituales?” Wenceslao de S. Carlos se indignó conmigo porque le dije que al hacer las cosas se encomendara a Dios. El H. Esteban de S. Alberto no quiso hacer la recitación de las letanías en la escuela, porque decía que no le tocaba a él. También son escandalosas las vueltas a casa del Padre Rector cuando viene de casa de sus amigos seglares, y en casa se dice que bebe más de la cuenta.
12.Si hay alguna cosa digna de corregirse individualmente en las personas de la comunidad, citándolas por su nombre.
  • Oí al H. Cipriano de la Stma. Trinidad que ayer el P. Rector convocó a la comunidad acerca de la visita. ¿Qué se dijo o se concluyó en ella? Lo ignoro. Del P. Vicerrector se dice que es fraudulento. Del Padre Plácido se dice que se busca alguna comodidad en la bebida, y además que los hermanos van de buena gana con él a la ciudad, y que se pasea de manera menos honesta en su manera de ir vestido con el hábito. Del Padre Glicerio se dice que es propenso a disputas, inconstancia y engaños. El P. Eustaquio de S. Lucas le hace mucha falta imponerse. Con respecto al H. Cipriano de la Stma. Trinidad, además de lo dicho he observado confabulaciones y ociosidad. Del H. Enrique ya he dicho bastante más arriba. El H. Alejo de S. Antonio arde de vez en cuando en alguna impaciencia, y cuando yo fui enviado con él a casa de su familia observé que era propenso a tener familiaridad con las mujeres, por lo cual raramente debe ser enviado a visitarlos, o nunca. Del H. Wenceslao de S. Antonio, como he dicho en otro lugar, se le califica de inconstante en la vocación. El H. Esteban de S. Alberto a veces habla de temas prohibidos, y debe ser apartado cuidadosamente de todo tipo de ocasiones, a causa de su propensión a la deshonestidad, y debe ser vigilada su escuela a causa de sus familiaridades con los adolescentes. El H. Damián de la Purificación, a pesar de tener algún talento no parece amigo del estudio; es más bien propenso a dar buena imagen y a las facciones, y también es menos cuidadoso con el hábito. El H. Joaquín de San Benito, lego, a menudo está borracho. El P. Rector le ha reprendido por dar cosas de la casa a seglares. El H. Casimiro de San Simón, aunque es un buen hermano, llora porque el P. Rector se ríe de su humildad y observancia cuando le hace demasiados obsequios.

Y no se me ocurre decir nada más, y firmo con mi mano todo lo que escrito, afirmando que es verdad y prometiendo guardar secreto.

Yo, Onofre del Espíritu Santo.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[5. Clérigo Esteban de San Alberto]

El 10 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Esteban de San Alberto, clérigo profeso, de 24 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa desde hace tres años, maestro siempre de la clase de Sintaxis y presidente del Oratorio de pequeños. Su Paternidad me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, de corazón, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto con sus recomendaciones.

1.Fui preguntado sobre desde hace cuánto tiempo estoy en la Orden.
  • El 10 de julio pasado se cumplieron siete años de mi ingreso en la Orden.
2.Estudios, profesores y dónde he estudiado.
  • Estudié Retórica durante el segundo año del noviciado con el P. Toñas de S. Lucas piadosamente difunto, en Podolín. Allí también estudié Filosofía durante dos años, siendo profesor primero el P. Gabriel del S. Ángel Custodio y luego el P. José de la Purificación de la B.V., que enseña lo mismo ahora en Rzeszów.
3.En qué escuelas y durante cuánto tiempo he enseñado.
  • Sólo he enseñado Sintaxis en esta casa durante tres años, y no he estado en ninguna otra casa de comunidad, sólo en Podolín y Rzeszów.
4.Qué servicios domésticos he hecho en estas casas.
  • En Podolín era sacristán y ayudante del hortelano y encargado de la ropa; aquí soy encargado del comedor, del horario escolar, y tengo el oficio de la humildad.
5.Si necesito alguna cosa de dentro o de fuera.
  • Gracias a Dios estoy contento en todas las cosas relacionadas con mi vocación, y con las órdenes de los superiores. Sólo deseo una cosa, y es que tengo padres septuagenarios en Chelm que no me han visto desde hace diez años y tienen muchas ganas de verme, por lo que suplico a Vuestra Paternidad que en las próximas vacaciones pueda ir a verlos, para consuelo suyo. En lo que se refiere a las necesidades, me parece que la ración de comida es escasa, teniendo en cuenta el trabajo con los escolares, especialmente en esta época de ayunos. Además no está bien condimentado y preparado, a causa de lo cual surgen murmuraciones.
6.Si todos cumplen bien sus tareas en esta Casa.
  • La biblioteca está muy descuidada; sólo se ha limpiado con motivo de la venida de Vuestra Paternidad. Normalmente se guarda en ella la avena, el aceite y otras cosas, de modo que ni se podía entrar en ella. A causa de que los libros se sacan fácilmente de ella por la gente de fuera, incluso los que son pequeños pero importante, como las gramáticas, por lo cual los que enseñamos gramática no tenemos libros. Además unos seglares me dijeron que teníamos una hermosa iglesia, pero que nunca se limpian las telas de araña. No se asignado un día común de corte de pelo.
7.Qué pienso del P. Rector de esta casa y de los PP. Provinciales, el actual y el anterior.
  • Del P. Rector tengo muy buena opinión, pero los seglares están escandalizados porque visita muy a menudo alguna casa, aunque sea honesta, en la cual se queda hasta tarde en la noche, a causa de lo cual nuestros cocheros que tiene que esperar hablan mal. A causa de la frecuencia de huéspedes es muy raro que esté en la mesa con nosotros. Acerca del anterior Provincial el P. Vicente de S. José, sólo piensan bien de él sus partidarios, a los demás apenas les toca el corazón, a causa de alguna crueldad suya, como yo experimenté cuando estaba en Podolín, neo profeso, y él me preguntó sobre el fruto de la meditación. Yo simplemente le respondí que no lo había notado, y él, sospechando que lo decía por él, quería condenarme a tres meses de cárcel, si toda la comunidad y mis lágrimas no le hubieran convencido de mi inocencia. Escribí también una carta sin permiso al P. Bernardo a Podolín, en la cual no le contaba sino cosas sin importancia, y a causa de ello me condenó a un trimestre de mortificaciones, ayunos y disciplinas cada semana mientras el lector recitaba el Miserere, a lo cual añadió la privación de mi puesto de profesión durante un año, yendo incluso detrás de los legos, sin ninguna disminución. Además, cada vez que venía de visita a esta casa, raro era el día en que no se emborrachaba, por lo cual desahogaba su furia en nosotros, y nunca oímos una buena palabra de su boca. Oímos además que sólo se portaba bien con los Rectores que le trataban opíparamente. No actuaba con justicia con todos: por el mismo error a uno lo castigaba duramente, y a otro levemente, como me ocurrió a mí y a otros. En sus correcciones era áspero y vehemente, por lo que en la fiesta de San Lino provocó el desmayo de los hermanos Alejo de S. Antonio y Wenceslao de S. Carlos, porque no habían vuelto de vacaciones en el tiempo señalado. Con respecto al Provincial actual, Juan de Jesús María, tengo muy buena impresión, según lo que he oído de otros, pues apenas lo conozco. Oí sin embargo algunos parloteos acerca de su nombramiento (cuya declaración sin embargo no fue publicada en esta casa), que yo sepa. Vi, eso sí, que llegaban muchas cartas de Varsovia a Rzeszów para los PP. Rector, profesor de Filosofía y Glicerio en la época de las intrigas. Se me olvida añadir con respecto al P. Provincial anterior que a mí no quería absolverme públicamente de la excomunión por haber pegado al H. Damián, cosa que no ocurrió con el P. Glicerio de S. Esteban, que en el refectorio le dio una bofetada tan fuerte al Padre Miguel de San Lucas que cayó sobre el lavabo, sangrando, exceso que toda a comunidad podrá confirmar.
8.Si rige la observancia regular según las Constituciones y en especial de los votos solemnes.
  • En genera rige la observancia regular, sin embargo se descuida la regla de que no se debe entrar en las habitaciones de los otros. Así que si nosotros los clérigos entramos en la habitación de otro clérigo somos castigados, pero si vamos a la habitación de un sacerdote no nos dicen nada. Cuando el Padre Vicerrector tiene Capítulo, los sacerdotes nunca son escuchados. Hay reuniones nocturnas hasta tarde en la noche en las habitaciones de los Padres Glicerio de S. Esteban y José de la Purificación, el profesor de Filosofía, cuyas celdas frecuentan también los clérigos Alejo de S. Antonio, Wenceslao de S. Carlos y Onofre del Espíritu Santo; ignoro lo que hacen allí. La acción de gracias después de la comunión es demasiado breve. Los PP. José y Glicerio son morosos para oír confesiones cuando son llamados, según oí del sacristán. El P. Glicerio cuando le tocó la semana acostumbrada no quiso cantar la misa, diciendo que no podía cantar, cuando sin embargo oí a los HH. Leonardo y Wenceslao que fueron con él a casa de Sr. Chemtski que allí cantó canciones seglares. Además los sacerdotes no hacen las letanías los sábados, como suele hacerse en otros lugares. El P. Rector muy frecuentemente está fuera de casa. El P. Vicerrector hace lo mismo, y raramente pasa una semana sin que vaya a casa del Sr. Rodolski, y muy a menudo no están en casa ninguno de los dos, con lo que el gobierno de la misma queda acéfalo. Durante la meditación de la tarde frecuentemente están ausentes todos los sacerdotes, reunidos en la habitación del P. Rector, que les invita a hidromiel y vino, pues ocurre que algunos señores le dan vino como limosna. No hace lo mismo con nosotros, y yo en tres años apenas he bebido un vasito de vino. En el verano nos compran unos calcetines tales que inmediatamente nos dan fastidio, por lo que vamos indecentemente, con los pies desnudos.
9.Si hay paz y concordia en la casa, y si hay discordias en la Provincia.
  • En esta casa existe esta costumbre, que cuando va a haber una visita inmediatamente todos nos ponemos en una aparente suma paz; tan pronto como se va el visitador del colegio, vuelven a aparecer las rivalidades de nuevo. Así lo he visto con mis propios ojos durante un trienio. Especialmente este año ha habido tales peleas entre el P. Vicerrector por un lado y los PP. Glicerio y José por otra que estos lo trataron de judío ante gente de fuera. Cosa que he oído de varias personas, concretamente de la Sra. Wasowicz, fundadora de Radom, que me preguntó si era verdad. Estando yo presente en el pasillo y en el comedor el P. José le dijo delante de la comunidad que los estaba gobernando como a perros y no como a religiosos. Y el P. Glicerio me dijo que le había dicho el Sr. Bokum, canónigo, que después de esto había divulgado la cosa ante el Sr. Podolski y otros. Y apenas hay nadie en los lugares vecinos y en la ciudad que no conozcan las difamaciones que se hacen uno al otro. Y el mismo Sr. Tesorero del fundador, según me contó el P. Rector cuando volvió de ver al Sr. Wasowicz, fundadora de Radom, le preguntó a él si era verdad que el P. Vicerrector era un judío converso. A lo cual el P. Rector le respondió que no era cierto, sino que era hijo de un noble y gran padre de familia, que en otro tiempo había sido administrador del Arzobispo de Gniezno en el distrito de Lowicz. Yo mismo soy testigo de haber visto a menudo llorar al P. Vicerrector a causa de las disputas, y he escuchado muchos gritos en la habitación del P. Rector a causa de esto, y más aún este año debido a las intrigas en relación con el nuevo Provincial. El P. Glicerio nos confunde en las recreaciones en ausencia del P. Rector, manejando él mismo el reloj (cosa que corresponde a los clérigos), pues apenas hay ninguna en la que él mismo y el P. José no lancen burlas y bromas contra el P. Vicerrector, de lo cual es testigo toda la comunidad. Desde el mismo púlpito, en medio de la predicación en la fiesta de San Miguel el P. José atacó de tal modo al P. Vicerrector que nosotros los clérigos y otros nos avergonzamos. El mismo P. Vicerrector, para conciliarse los ánimos de estos dos, ha enviado a menudo a los PP. Plácido, Eustaquio y otros, para que pusieran concordia entre ellos, pero recibieron sus consejos con oídos sordos, e incluso celebraban la maldad de sus corazones, con escándalo nuestro. Hubo una gran disputa y pelea entre el P. Rector y el P. José el mes pasado. Ocurrió en la nueva biblioteca, donde el P. José le acusó de dilapidar 2.000 en invitar a beber a sus amigos en la ciudad, y esto lo oímos nosotros los clérigos en el oratorio. El P. Rector no lo reconoció, y le respondió inmediatamente, entre otras cosas que se fuera a comer el pan a otra Orden, como los Reformados. Entonces el P. José sin permiso se fue a Cracovia, y cuando volvió de allí no quiso aceptar el castigo debido. Ahora el P. Rector está más de su lado y del P. Glicerio que del P. Vicerrector. De ello nos escandalizamos los clérigos, pues a nosotros por una palabra mal dicha nos meterían en la cárcel, y sin embargo con los sacerdotes se tiene indulgencia. El día después de la Purificación de la B.V., no recuerdo por qué motivo, el mismo P. José atacó al P. Wenceslao durante la recreación con palabras oprobiosas e injuriosas, llamándole cerdo de Minerva[Notas 2], y por ese estilo. A sus alumnos los trata también duramente, con palabras soberbias e insultantes. El H. Alejo de San Antonio es bastante pendenciero, como lo probó principalmente reprochando de infamia a los HH. Cipriano y Leonardo cuando estaban de comunidad en Dabrowica. También acostumbraban los PP. José y Glicerio reprochar a los demás de su origen villano, y jactarse de su nobleza, y lo mismo hacen con respecto a la Provincia, de manera que ya no usan su nombre religioso, sino que en todas partes usan su apellido familiar. Y también hay alguna disputa a veces entre los PP. Eustaquio y Glicerio a causa de la escuela; escuché quejarse al P. Eustaquio. El P. Glicerio mandó al H. Enrique de S. Antonio que a su dictado escribiera un dictado sobre la vida del P. Rector. Entonces el H. Enrique se lo dijo al P. Vicerrector, y este al Rector, y luego se lo contó a toda la comunidad; esto ocurrió el pasado mes de diciembre. Acerca de la Provincia, como clérigo no sé nada sino que en la Provincia hay partidos, y que el anterior Provincial los convocó en Cracovia para que le apoyaran de nuevo a él, lo cual lo oí a los PP. Eustaquio, plácido y a otros de la casa.
10.Si los maestros educan diligentemente a los alumnos en la piedad y en las letras, y si hay algún escándalo en ello.
  • Advierto toda diligencia en las escuelas, y hacen bien su papel el Prefecto y los Maestros en cuanto a la piedad y las letras, excepto que, ahora que va consolidándose la piadosa costumbre de recitar el oficio de Difuntos por los hermanos escolares difuntos en la primera reunión de cada mes en el Oratorio de mayores, muy frecuentemente está ausente el P. Glicerio, que es el presidente de los mayores y debería dirigirlos, y en su lugar le sustituye un clérigo. Y tampoco asiste como solía a la oración continua, sino que delega esta tarea a algún clérigo. Los alumnos abandonan también el oratorio, porque son golpeados por el Prefecto. En efecto, existía antiguamente en la Provincia la costumbre de que, vestidos de saco, por mandato suyo se daban ellos mismos disciplinas. Ha disminuido el número de alumnos, a causa de que el P. José, Prefecto, es muy severo pegándoles. Se han ido de 250 a 300, porque el P. Glicerio primero los castiga, y luego los envía al Prefecto para que los vuelva a castiga, por cualquier motivo. Y, aunque parece un castigo excesivo con los pequeños, les da azotes con una gran correa. Todavía tiene menos consideración con los maestros, pues entra en nuestras clases sin bonete, mientras que nosotros inmediatamente nos levantamos y bajamos de la cátedra, mostrando el respeto que se debe a todos los superiores. También hay algunos problemas en la promoción de las clases inferiores a las superiores, sin que hayan aprendido todo lo que deberían en la clase inferior.
11.Si sé de algún escándalo dado por los nuestros o que ronde por fuera
  • Son cosas antiguas; modernamente, a Dios gracias, nada.
12.Si hay alguna cosa que deba corregirse individualmente en las personas de la comunidad
  • Me remito a lo dicho más arriba. El P. Plácido de S. Luis es un óptimo religioso y no oye al P. Vicerrector sino cuando él mismo desea algo. El P. Lucas de S. Pantaleón escucha las confesiones de los sacerdotes, pero no quiere escuchar la de los hermanos. De los Padres Glicerio y José oí que asistieron a bailes en casa del Sr. Ustrzycki en la época de Carnaval del año pasado. El P. Eustaquio de S. Lucas se emborracha a menudo, con escándalo nuestro. El H. Cipriano de la Stma. Trinidad escribió que el P. Cipriano de S. Lorenzo tenía epilepsia, por un simple desmayo que tuvo al día anterior en los baños cerca de Podolín, pero yo, que he vivido un año en la misma habitación, puedo decir que es falso. El H. Joaquín de S. Benito, lego, ha sido reprendido dos veces por el P. Rector por dar cosas de la casa a seglares, la última vez, pescado. Bebe demasiado aguardiente, y no se sabe de dónde saca el dinero. El P. Wenceslao contó que hay una tabernera a la que debe 4 florines por la compra de tal bebida.
Y como por ahora no tengo nada más que decir, firmo con mi mano lo que he escrito, y recuerdo que tenía que decir la verdad y guardar secreto sobre todo ello.
Esteban de S. Alberto, m.p.
J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[6. Clérigo Wenceslao de S. Carlos]

El 12 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Wenceslao de San Carlos, clérigo profeso, de 22 años de edad cumplidos el pasado mes de enero, de comunidad en esta casa desde hace tres años, estudiando el tercer año de filosofía. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto.

1.Fui preguntado sobre desde hace cuánto tiempo estoy en la Orden.
  • El próximo 15 de agosto cumpliré 8 años desde que ingresé en la Orden.
2.Estudios, profesores y dónde he estudiado.
  • Estudié Retórica en Podolín durante un año con el P. Tomás de S. Lucas, piadosamente difunto, por lo que durante otros dos años continué los estudios interrumpidos en Gora, con el P. Leopoldo de S. Matías. Aquí en Rzeszów he estudiado dos años Filosofía con el P. José de la Purificación y también he estudiado el primer libro de los Elementos Euclidianos, que nos enseñó el P. Pablo de Jesús, Vicerrector.
3.En qué escuelas y durante cuánto tiempo he enseñado
  • En Radom enseñé un año en la escuela de ínfimos, de donde fui enviado a estudiar filosofía.
4.Qué servicios domésticos he hecho en estas casas.
  • Encargado del comedor.
5.Si necesito alguna cosa de dentro o de fuera.
  • En lo que se refiere al interior, algunas veces he sentido algunas tentaciones de dejar la Orden, pero gracias a Dios estoy contento y dispuesto a permanecer en la vocación a la que he sido llamado. Sólo deseo que esta debilidad de mi juventud me sirva de ejemplo para recordarlo en el futuro.
6.Si todos cumplen bien sus tareas en esta Casa.
  • A veces se ausentan el P. Rector y el P. Vicerrector, dejando la casa sin cabeza. El P. Rector pidió al Hermano Joaquín, que tenía la llave de la despensa con las cosas de comer, que se las devolviera, porque había dado polenta y parte de un pescado a seglares.
7.Qué pienso del P. Rector y de los PP. Provinciales, el actual y el anterior
  • Me parece bien el P. Rector. Sólo he notado que está a menudo distraído de la comunidad a causa de los huéspedes. El P. Provincial anterior era en cierto modo inaccesible para nosotros, y no podíamos presentarle nuestras dificultadles, y si tratábamos con él con ocasión de su visita, no trataba paternalmente a los súbditos. El P. Juan de Jesús María es religioso y erudito, y no he oído ni sabido nada en contra de esta opinión. Sólo que algunos no lo quieren como Provincial, suponiendo que subió a este grado por ambición.
8.Si rige la observancia regular según las Constituciones y demás, especialmente de los votos solemnes, en la casa de Rzeszów.
  • A veces no se sigue el horario marcado para las comidas, y a veces se retrasan. A veces faltan de los ejercicios espirituales el P. José de la Purificación, profesor, y el P. Glicerio de S. Esteban, maestro de Retórica por culpa suya. En lo demás se procede regularmente.
9.Si hay paz y concordia en la casa y en la Provincia.
  • Hubo algunas disputas durante la recreación a causa de discusiones entre el P. Vicerrector y el Profesor de Filosofía, con insultos, a las que pronto puso fin el P. Rector. Hubo también intrigas entre los estudiantes que arregló el P. provincial. He oído que hubo intrigas en la Provincia con ocasión de la acogida del nuevo Provincial, pues algunos aspiraban a que lo eligiera la Provincia, y por ello tampoco querían recibir al Viceprovincial P. Simón de Sta. Catalina de Siena, Rector de Cracovia.
10.Si los maestros educan diligentemente a los alumnos en la piedad y en las letras.
  • No sé nada en contra.
11.Si sé de algún escándalo dado por los nuestros en casa o que ronde por fuera
  • No he oído nada a propósito de esto.
12.Si hay alguna cosa que deba corregirse individualmente en las personas de la comunidad
  • A veces ocurre que hay alguna insuficiencia en la mesa, a causa de que el P. Rector y el Ecónomo no atienden bien las necesidades de la comunidad.

Y como no se me hace ninguna pregunta más, siendo avisado de nuevo sobre la seriedad del secreto a guardar, y de la obligación de decir la verdad, esta deposición que he hecho la firmo con mi mano.

Wenceslao de S. Carlos, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[7. Clérigo Alejo de S. Antonio]

El 12 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Alejo de San Antonio, clérigo profeso, de unos 29 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace tres años. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto.

1.Fui preguntado sobre desde hace cuánto tiempo estoy en la Orden.
  • En la fiesta de la Asunción de la Virgen cumpliré 5 años desde que ingresé en la Orden.
2.Estudios, profesores y dónde he estudiado.
  • Estando fuera estudié retórica en esta casa de Rzeszów; una vez en la Orden he estudiado dos años de Filosofía también aquí.
3.En qué escuelas y durante cuánto tiempo he enseñado
  • En el segundo año de noviciado en Podolín enseñé un año en la escuela de ínfimos; después de la profesión, enseñé un año entero sintaxis en el mismo lugar. Luego los dos años siguientes he enseñado retórica en esta casa, a pesar de que fui enviado a Rzeszów para estudiar la filosofía.
4.Qué servicios domésticos he hecho en estas casas.
  • Encargado de la despensa.
5.Si necesito alguna cosa de dentro o de fuera.
  • En relación con las cosas de la despensa, se producen muchas infracciones en cuanto a la comida. (…) A pesar de que la hay, pero en cuestión de distribuir cerveza y comida, tengo que seguir las instrucciones del P. Rector, por lo que a veces me ofenden los estudiantes de Filosofía, concretamente los HH. Enrique de S. Antonio, Cipriano de la Sta. Trinidad, Leonardo de la Visitación e Ignacio de Sta. Margarita (… ) Suplico a V. Paternidad me permita hacer los estudios de Teología. (…) lo cual corresponde en primer lugar al P. Ecónomo.
6.Si todos en esta comunidad cumplen correctamente con las tareas que les han sido asignadas.
  • El ecónomo suele ir a la ciudad y abusa a veces de la bebida, y vuelve tarde, por lo que las cosas no son preparadas a tiempo, de lo cual se sigue la perturbación del orden. Además hay algún descuido en las cosas relacionadas con el huerto. En los demás oficiales no he observado nada.
7.Qué pienso del Superior de esta Casa y de los PP. Provinciales, el actual y el anterior
  • No sólo a mí, sino también a otros les parece que emplea muchas cosas de la casa para atender a sus huéspedes, y además va por la noche a casa de seglares y dedicándose a beber, por lo que la comunidad religiosa queda abandonada. Aunque las casa a las que va son honradas. El anterior P. Provincial Vicente de S. José se portaba de manera inhumana con los súbditos (…) También oí que (…) en el Capítulo Provincial, esto lo oí al H. Wenceslao de S. Carlos. Del P. Juan de Jesús María, actual Provincial, (…)
8.Si rige la observancia regular según las Constituciones y demás, especialmente de los votos solemnes.
  • En general existe a observancia regular, pero a los enfermos se les descuida, como yo lo he visto. (…)
9.Si hay paz y concordia en la casa y en la Provincia.
  • Hubo divisiones en la casa (…)
10.Si los maestros educan diligentemente a los alumnos en la piedad y en las letras.
  • No he oído nada en contra.
11.Si sé de algún escándalo dado por los nuestros o que ronde por fuera
  • (…) El P. Rector pasa mucho tiempo fuera, y gasto mucho en invitar a beber (…)
12.Si hay alguna cosa que deba corregirse individualmente en las personas de la comunidad
  • El P. Vicerrector (…) El Hermano Cipriano (…). El Hermano Leonardo (…)

Y como no se me hace ninguna pregunta más, siendo avisado de nuevo sobre la seriedad del secreto a guardar, y de la obligación de decir la verdad, esta deposición que he hecho la firmo con mi mano.

Yo, Alejo Francisco de S. Antonio, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[8. Clérigo Enrique de San Antonio]

El 13 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Enrique de San Antonio, clérigo profeso, de 25 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa desde hace tres años, y maestro de la escuela de ínfimos. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.A la primera, hace 9 años que estoy en la Orden.
2.A la segunda, estudié retórica en Podolín durante dos años, uno con el P. Wenceslao de S. Francisco, y el segundo con el Tomás de S. Lucas, piadosamente difunto. Durante dos años también he estudiado, y terminado, la filosofía, con el P. José de la Purificación como profesor.
3.A la tercera, comencé enseñando Gramática durante un año en Podolín, y también Principios e Ínfimos. Luego fui trasladado a Rzeszów y enseñé un año Sintaxis. Después en Varsovia enseñé Poesía y Oratoria. Finalmente fui enviado a estudiar Filosofía a Rzeszów.
4.A la cuarta, en cuanto a las tareas domésticas, me ocupo de los pasillos y los candelabros.
5.A la quinta, he sufrido algunas persecuciones por parte del profesor P. José, que me acusó porque después de haber terminado los estudios de Filosofía no quise asistir a más clases suyas, pues había hablado con el P. Rector y le dije que prefería enseñar en la escuela, y dice que soy la cabeza de los rebeldes. Sin embargo yo no soy consciente de haber invitado a otros condiscípulos a rechazarlas. Y oí que piensa poner impedimentos para que no pueda seguir estudiando. En cuando a la comida, a veces nos dan muy poca.
6.A la sexta, el P. Plácido de Santo Domingo, ecónomo, creo que debe corregirse, pues la comida y la cena no están preparados a tiempo, con lo que queda perturbado el horario. También hay alguna confusión en la iglesia, con indignación de los seglares, porque ordinariamente los sacerdotes no celebran. Además son renuentes a escuchar confesiones, con lo cual se padece un gran apuro el sacristán cuando los seglares piden un confesor, y a nosotros los hermanos nos sucede igual. También se ve alguna negligencia en el H. Alejo de S. Antonio, despensero, que a veces no tiene preparada la mesa a tiempo. También sufrimos algo en cuestión de vestuario, pues parece que no hay suficiente ropa, y otros artículos como mantas; el responsable del ropero es el H. Casimiro de S. Simón, lego. En el comedor parece que tampoco hay suficientes cucharas, etc. Todas estas cosas corresponden al ecónomo.
7.A la séptima, frecuentemente está acompañando a los huéspedes, mientras nosotros en el comedor pasamos miserias, porque gasta lo de la cocina para comer con ellos (hablo del P. Rector). Dándose cuenta de ello, los sacerdotes se quejan vehementemente. El actual provincial, el P. Juan de Jesús María creo que es un óptimo religioso, pues fui súbdito suyo en Varsovia cuando era Rector allí.
8.A la octava, ocurre que a veces está ausentes el P. Rector y el P. Vicerrector, pues omiten avisarse entre ellos. Parece que hay mucha pobreza, pues no nos dan capa, sino que se deja a los súbditos que se las arregles par procurársela, por lo que a veces se consigue la ropa de manera ilícita. Yo, de hecho, alguna vez alguna vez cuando he salido he pedido la capa a uno de los nuestros. Otra cosa que se debería dar a los de casa son calcetines. El P. Ecónomo no hace caso de lo que le manda el P. Rector. Faltan también la comunidad zapatos; algunos se los mandan hacer elegantes para ellos. También desprecian la observancia los que a destiempo en cualquier momento se dedican a beber, invitándose unos a otros en sus habitaciones, como los PP. Glicerio de S. Esteban y José de la Purificación. Hay también deficiencias con la comida: pues a unos hermanos se les da una porción, y a otros otra. Lo mismo ocurre con el vestido: hay diferencia en los paños, unos que duran más y otros que duran menos. El P. Rector a veces invita a los sacerdotes a su habitación, dejando a los clérigos en la recreación, durante más tiempo del establecido, y sabemos por ellos mismos que allí se dedican a beber. Frecuentemente ocurre que algunos se jactan de su origen noble, despreciando a los que no lo son, por lo cual los PP. Glicerio de S. Esteban y José de la Purificación han ofendido al P. Vicerrector, difamándolo ante seglares, diciendo que sus padres eran judíos, con lo cual han llenado de ignominia su nombre, y la cosa ha llegado al Sr. Wasowicz, fundador de Radom, y también al Sr. tesorero, que se lo preguntó a nuestro P. Rector, y nuestros hermanos lo oyeron. Además la Sra. Chelmiska, esposa del Portaestandarte de Sandomierz se entera de todas las cosas que pasan en casa, y el que más habla con ella es el P. Glicerio, que se lo cuenta todo. Es muy lamentable que se hable fuera de las miserias domésticas. El Sr. Canónigo Bokum hermano del tesorero habló con él de nuestros problemas, según nos ha contado el H. Wenceslao de S. Carlos, que tiene confianza con él. Volviendo al insulto infligido al P. Vicerrector acerca del judaísmo, el P. José de la Purificación, profesor, estando el P. Plácido enfermo en la cama, en ausencia del P. Rector y supliéndolo, le dijo que tuviera cuidado no se fuera a ofender aquel judío. También de mí hablaron cuando el P. profesor por la razón de que no quería asistir a sus clases después de haber terminado el currículum de Filosofía, de acuerdo con el P. Rector, me llamó estúpido. También lo fue a contar el P. Glicerio a la Sra. Chelmiska, en cuya casa permaneció dos semanas, lo cual me parece reprobable.
9.A la novena. Se han producido muchas discordias en la Provincia a causa de que no fue admitido el Provincial P. Juan de Jesús María. En esta casa las hay entre los PP. Glicerio y José por un lado y el P. Vicerrector por otro, los cuales no lo querían reconocer en ausencia del P. Rector, ignoro por qué razones. También entre nosotros los clérigos hay a veces disputas a causa de la adhesión a una o a otra parte. En nuestras recreaciones hay bromas e insultos, y en una ocasión ocurrió que le P. José llamó al P. Wenceslao de S. Alberto cerdo de Minerva, etc.
10.A la décima. En casi todas las escuelas de nuestra Provincia falta el antiguo fervor que cuando yo era adolescente mostraban los maestros. Por ejemplo no se hacen frecuentemente declamaciones, y considero que esto se omite porque ese tipo de labores se consideran poco gratas. Crece también en nuestras escuelas el defecto de que se cuentan las miserias que sufren los escolares, quienes aterrorizados abandonan nuestro instituto, temiendo que lo que se cuenta de otros, se pueda contar un día de ellos mismos. Han cambiado tanto los prefectos y maestros con respecto a los primeros que al presente no hay esperanza de que volvamos a tener el mismo número de alumnos. No se tienen las conferencias de los sábados para los alumnos, que había mandado hacer el Visitador General, y que se comenzaron a tener, pero cuando él se fue, se abandonaron.
11.A la undécima, ningún escándalo, gracias a Dios.
12.A la duodécima. El P. Eustaquio bebe demasiado aguardiente y se está destruyendo con él. Cosa en la que también cae el H. Joaquín de S. Benito.

Y no teniendo nada más que decir, supliqué a Su Paternidad que antes de que saliera hacia Roma pensar en mi teología, etc. Firmo con mi mano todo lo que escrito, afirmando que es verdad y prometiendo guardar secreto.

Enrique de S. Antonio, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[9. Clérigo Ignacio de Santa Margarita]

El mismo día por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Ignacio de Santa Margarita, clérigo profeso, de 29 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa desde hace tres años, estudiando filosofía. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.Llevo 9 años en la Orden, cumplidos en la fiesta de Santa Margarita.
2.En la Orden he estudiado Retórica en Podolín, con el Maestro P. Wenceslao de S. Francisco; aquí he estudiado Filosofía durante 3 años.
3.He enseñado dos años en Rzeszów; el primero en la clase de Ínfimos y Pequeños; otro año, Gramática y Principios. Durante dos años enseñé en Piotrkow Gramática con Principios.
4.En la actualidad hago los trabajos comunes de la casa.
5.Gracias a Dios, no me falta nada: estoy satisfecho.
6.No he visto ningún problema en los oficios de la casa.
7.Aunque yo estoy completamente satisfecho con el P. Rector, es cierto que da lugar a murmuraciones sobre sí mismo y la comunidad por sus excesivas ausencias de casa y sus visitas a casas de seglares, de las cuales incluso vuelve bebido por la noche. También se murmura comúnmente de él a causa de que a menudo trae huéspedes a casa a los que trata opíparamente, por lo cual frecuentemente está ausente. Oí también que los seglares se quejaban de él, pero no recuerdo la causa. Yo tengo alguna duda a causa de una carta que me envió un sacerdote en la cual decía que había enviado una limosna, cosa que ni vi antes ni espero ver después. Con respecto al Provincial pasado y al actual, no tengo nada que decir.
8.Siempre he visto que rige la observancia religiosa.
9.Aunque hubo algunas discordias, ya se han calmado.
10.No ocurre nada contra el ministerio de las escuelas.
11.Gracias a Dios no hay ningún escándalo.
12.Sospecho que el P. Rector pasa mucho tiempo en casa de seglares, y trae muchos seglares a casa, y no está con los religiosos como debiera. El hermano Wenceslao de S. Carlos tiene demasiado afecto con los seglares, como por ejemplo el año pasado. El rigor asusta a algunos de los nuestros, y afecta a los ánimos.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano todo lo que escrito, dando fe.

Ignacio de Sta. Margarita, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[10. Clérigo Leonardo de la Visitación]

El mismo día por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Leonardo de la Visitación de la B.V.M., clérigo profeso, de 29 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa desde hace tres años, estudiando filosofía. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.En la próxima Pascua se cumplirán 10 años desde que entré en la Orden.
2.En el siglo había estudiado Retórica, a la cual dediqué cerca de cuatro años, pero añadí otro año en esta casa siendo maestro el P. Pablo de Jesús, el Vicerrector actual. Luego he estudiado dos años de Filosofía siendo profesor el P. José de la Purificación.
3.He enseñado Sintaxis durante 2 años en Dabrowica, principalmente corrigiendo los errores de maestros anteriores, enviado por el piadosamente difunto P. José, Provincial. También enseñé en Chelm durante dos años Principios.
4.Como más arriba.
5.Yo personalmente no carezco de nada. En cuanto a continuar los estudios tenía alguna inquietud a causa de que el P. José profesor daba sus lecciones rápidamente y nos trataba con severidad y con desprecio, como una carga para la Orden, etc. Esto selo dije tres veces al anterior P. Provincial. Además el Profesor y el P. Glicerio de S. Esteban han insultado al P. Vicerrector difamándolo, incluso ante seglares, tratándolo de judío, como yo mismo oí a la Sra. Chelmiska, pariente del P. Glicerio, etc. También al P. Wenceslao de S. Alberto el P. José durante la recreación lo trato con palabras irreligiosas recientemente, llamándolo cerdo, etc. El origen de esto es alguna razón de queja que tiene desde antiguo el P. José, etc. El actual Superior trata con dureza a los clérigos y a los hermanos. Somos tratados más como criados por los mayores, sin el espíritu religioso que debería mostrar el amor paterno. De donde viene una inquietud común de los juniores, por lo que me atrevo a pedir filialmente a Vuestra Paternidad que a mí y a mis compañeros nos promueva para continuar nuestros estudios y ser ordenados sacerdotes. No creo que esto sea pedir ninguna locura, sino simplemente justicia distributiva por parte de los Superiores, etc.
6.Convendría que el P. Plácido, ecónomo, se preocupara más para que la comida y la cena fueran preparadas de acuerdo con el horario, y que fueran un poco mejor, etc.
7.La observancia del P. Rector no es muy digna de alabanza, pues carece de la ejemplaridad que todos esperan en el P. Rector, ya que siempre está hablando con sus huéspedes, se le ve raramente en la oración y en los actos de culto. Se preocupa poco por lo que concierne a la casa, la Orden y las Constituciones. Se gasta buena parte de los bienes de la casa en bebidas con sus amigos huéspedes. Aunque se hacen muchos gastos en comprar cosas, la comunidad apenas puede disfrutar de ellos. (…) Al P. Vicente de S. José, anterior Provincial, puedo decir que era bueno con los Superiores que lo trataban bien, lo cual hacía que casi todos los días estaba borracho. (…) Además trataba tiránicamente a los que le resistían, no promoviéndolos a escuelas superiores, etc. (…) Del actual Provincial P. Juan de Jesús María he oído que es un hombre de mérito, y que ha habido controversias como consecuencia de su nombramiento (…).
8.Se descuidan los ejercicios espirituales que se hacían cada año durante las vacaciones. Se tienen cada día las prácticas espirituales, pero frecuentemente están ausentes los PP. Rector, Glicerio de S. Esteban y José de la Purificación. Cuando el P. Rector quiere dar consuelo a los Padres, los invita a ellos solos a beber en su habitación, dejándonos a los demás en el recreo. Existen confrontaciones entre los padres sin que se reconcilien. Tropiezan en ello los PP. Glicerio y José el profesor, que suelen tener muchas discusiones.
9.El P. Glicerio de S. Esteban por alguna ofensa que le hizo el P. Rector, se fue de casa. El H. Enrique, clérigo (…) en casa del Sr. Chelmiski (…) El P. Glicerio acostumbra ante los seglares (…)
10.En las escuelas hay algunas negligencias, especialmente por parte del P. Eustaquio de S. Lucas, maestro de Poesía. También el P. Glicerio de S. Esteban maestro de Retórica; se dice que enseñan relajadamente, sin avanzar, y omiten las declamaciones acostumbradas. El P. José prefecto castiga severamente a los niños, que no le aprecian. (…)
11. Oí del P. Rector y otros que nuestro Sr. Fundador de Radom se quejó de circunstancias escandalosas y deshonestas del P. Ladislao de la Concepción cuando fue Rector allí. Del P. Jorge de la Concepción que ahora está en Varsovia y es profesor de Teología oí al H. Jacinto de la Cruz que era demasiado relajado y tenía conversaciones deshonestas con el otro sexo y demasiada familiaridad con los estudiantes. Oí también que el P. Antonio del Espíritu Santo, actual Vicerrector de Radom (…)
12.El P. Vicerrector es un hombre egregio, pero es apasionado cuando prohíbe las confidencias de los súbditos. El P. Rector (…) El H. Enrique (…) El H. Esteban de S Alberto el H. Damián (…)

Firmo con mi mano todo lo que escrito, dando fe.

Leonardo de la Visitación de la BVM, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[11. Clérigo Cipriano de la Santísima Trinidad]

El día 14 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Leonardo de la Visitación de la B.V.M., clérigo profeso, de 30 años de edad comenzados, de comunidad en esta casa desde hace tres años, estudiando filosofía. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.Hace 10 años que estoy en la Orden.
2.Estudié un año Retórica en esta casa con el maestro P. Pablo de Jesús, actual Vicerrector. Durante dos años he estudiado Filosofía y Elementos Euclidianos con el Profesor P. José de la Purificación de la B.V.M.; las Matemáticas con e mismo P. Vicerrector.
3.El segundo año de noviciado enseñé Principios en Podolín. Otro año enseñé Gramática y Principios en Rzeszów. Entonces me mandaron a Dabrowica y durante dos años enseñé Retórica con Poesía. Luego me enviaron a Chelm donde durante otro bienio enseñé Sintaxis con Gramática. Y luego me enviaron a estudiar Filosofía.
4.Sólo por orden del Superior me encargo de la Sacristía.
5.Por incuria del P. Ecónomo la comida nos la preparan de una manera más bien desagradable. Suplico a V. Paternidad que pueda hacer los estudios de teología ya que hasta ahora he estado ejerciendo el ministerio solamente, mientras que otros compañeros de noviciado ya han terminado sus estudios.
6.Hay un gran problema en la sacristía a causa de que cuando piden algún confesor para oír confesiones no quieren venir exceptuados los PP. Eustaquio y Lucas; los demás cuando son llamados dicen que no son criados, etc. Lo mismo ocurre cuando se llama a los sacerdotes para satisfacer ofrendas presentadas no quieren venir, con gran admiración de los seglares, que viendo tales costumbres, con gran confusión del sacristán vuelven a tomar las limosnas y se fan rápidamente a casa de los Bernardinos. No me parece menos absurdo que no se tengan escrúpulos ante la lámpara apagada ante el Santísimo Sacramento, no ofreciendo el aceite necesario como de costumbre, cuando de lo contrario llegarían notables limosnas, con las cuales se podrían comprar cosas para la sacristía; se diría que la casa tiene ya los suficientes ingresos. Hay alguna sociedad en el comedor, porque los cuchillos, etc., no son debidamente lavados.
7.Oí a algunos seglares que estaban escandalizados por lo tarde que vuelve de la ciudad el P. Rector, que se queda hablando y bebiendo allí con seglares hasta la noche, y tienen que esperarle mucho tiempo el cochero con el carro y los caballos fuera de las puertas. Es también notable que el P. Rector omite frecuentemente la misa, y cuando la celebra está tan distraído que si no fuera por el monaguillo fácilmente se confundiría. Lo cual se puede atribuir a su poca concentración o a la preocupación por los negocios. Y para gran confusión mía, sacristán, me ocurrió que encontré en el cáliz una partícula de hostia pegada, aunque no pude saber quién había celebrado con él. Ya dije que el P. Rector frecuentemente ni celebra. Además oí al P Ecónomo quejarse de que se gasta más dinero en obsequiar a sus amigos y huéspedes que en mantener la comunidad. Y ciertamente tiene a menudo sesiones de beber con seglares, por lo que es muy raro que se siente en la mesa, permaneciendo con los visitantes en su habitación. El Sr. Prepósito de Szendigom que por institución del Ilmo. Duque Potocki paga una pensión para músicos me preguntaba cómo es que no hacemos lo necesario para tener músicos. Trata a los súbditos con desdén, no como a hermanos religiosos, por lo que la gente vacila antes de pedir entrar aquí, y se van a otras Órdenes. Es descuidado con los enfermos, como yo mismo pude experimentar, pues estando enfermo en la cama tuve que vender un libro mío que me era muy necesario para comprarme las medicinas necesarias, pues aborrecía todo tipo de comida, y aunque las había pedido, no pude obtenerlas de la casa. Lo mismo ocurrió al P. Alfonso de la Natividad de la B.B.M., que se esforzaba por caminar con los pies deformemente tumefactos. Si quería comer, le había mandado el mismo P. Rector que fuera al comedor, y parece que luego en la visita el citado Padre se quejó contra él. Él sin embargo trataba bien al Provincial P. Vicente con vino; este le leyó la queja, y en venganza él perseguía al P. Alfonso. Oí también quejas del P. Rector que confesó al P. Lucas que el P. Provincial no lo aprobaba para los nuestros. Ocurrió al menos una vez que mientras la comunidad estaba haciendo la disciplina del viernes él estaba con sus visitas bebiendo en la habitación caliente de la comunidad. Por lo demás se le ha visto frecuentemente bebido mientras daba conferencias y en el capítulo de culpas. Los gastos hechos para los huéspedes son tantos como los hechos para la comunidad, como claramente se puede ver en los libros de economía. Del anterior P. Provincial Vicente de S. José se ha observado comúnmente que frecuentemente se queda dormido a causa de la bebida. Y como “en el vino está la verdad”, fácilmente divulgaba los secretos. Y bebido mortificaba a los inocentes; se encendía sin que se le diera ocasión, y daba excesiva gravedad a la cosa, manteniéndose intratable. Desde que era seglar conocí la religiosidad del P. Juan de Jesús María, el actual Provincial. Y sé que algunos Padres de esta casa fueron obligados a firmar contra él, como el P. Plácido de S. Luis, el P. Lucas de S. Pantaleón, el P. Eustaquio de S. Lucas y el P. Wenceslao de S. Alberto, según una comunicación que les transmitió el P. Rector, y que a mí me comunicó el P. Wenceslao, y se hizo una conspiración contra él, la cual yo oí que se había hecho contra él porque los que eran opuestos a ese nombramiento decían que no querían que les dominara un germano.
8.En efecto, hay observancia comunitaria, pero a veces los hermanos están solos en la meditación, sin ningún sacerdote, y el P. Rector está frecuentemente ausente. Los PP. Eustaquio de S. Esteban y José de la Purificación no quieren obedecer de ningún modo al P. Vicerrector, con escándalo de toda la familia, principalmente de los que viven en casa. Y ocurrió una vez que preguntando el P. Vicerrector al P. José, profesor y prefecto de las escuelas, si iba a dar vacaciones a los estudiantes, él le respondió, entre otras cosas, “¿Acaso es Vuestra Reverencia el Superior?”. Otra vez el mismo P. José durante el tiempo de la recreación le dijo: “Deberías mandar a los perros, y no a personas”, oyéndolo todos los Padres y algunos hermanos. He visto también a algunos comprarse cosas sin recato, ni pensar que pecan contra la pobreza, concretamente el P. Glicerio citado, que ha comprado varias cosas a los judíos.
9.En cuanto a la paz domestica, diré que en este trienio que he pasado en Rzeszów ha habido muchas disputas. De todas ellas se dice que el origen son los PP. José de la Purificación, profesor de Filosofía, y el P. Glicerio de S. Esteban, que son los autores y causantes de todas las divisiones domésticas. Y para ir a lo concreto, oyéndolo nosotros los clérigos desde el oratorio, el P. José recriminó con desprecio al P. Rector ante los demás Padres en el lugar en que se encuentra la biblioteca nueva porque había consumido en vino quince mil. El Padre Glicerio mandó al H. Enrique de S. Antonio que escribiera en un diario las acciones del P. Rector, para luego ir a casa de la seria Chelmiska y contarlo a los seglares. Estos dos Padres por lo demás han ofendido muchas veces al P. Vicerrector porque les recriminaba sus inobservancias, y ellos no toleraban en absoluto que les gobernase en ausencia del Padre Rector. A consecuencia de ello, el P. Glicerio procedió desconsideradamente difamando al P. Vicerrector ante los amigos del Canónigo Bokum, especialmente el Sr. Podolski, el cual comentó con el mismo Canónigo que estaba admirado de que hubiera tan poca caridad entre nosotros. El mismo P. Glicerio, sospechando que se contaría también en la corte del Ilmo. Tesorero nuestro Fundador Lubomirski, lo contó por medio de un sobrino pensionista nuestro todo a la Sra. Chemilska, portaestandarte de Sandomirz, que está informada de todas nuestras cosas domésticas por el P. Glicerio. El cual a menudo le escribe cartas, con las cuales ha destruido el afecto que la señora citada tenía hacia el P. Rector, pues eran ofensivas. Apenas hay una recreación en la que estos dos no digan alguna burla o algún sarcasmo a propósito del P. Vicerrector, sin que les importe que los oiga la comunidad, cosa admirable. Entre nosotros los clérigos también sembró alguna cizaña el H. Jacinto de la Cruz, incorregible etc., que desapareció cuando se fue él. Yo tuve también problemas con el profesor P. José porque como a mí por alguna razón antigua de antipatía me trata siempre de manera ofensiva, rogué al P. Rector que no me obligara a seguir los estudios de Filosofía, por las razones citadas, y él me puso al cargo de la sacristía. Como todos los sacerdotes querían celebrar al mismo tiempo, por orden del P. Rector tenía todos los cálices encerrados menos uno. Vino entonces él para celebrar misa, me pidió otro cáliz, y no quise dárselo, por lo cual se enfadó conmigo y a menudo me desprecia y me trata de manera despectiva. Con escándalo de toda la comunidad, estos dos Padres, Glicerio y José, después de tener tal conflicto con el P. Vicerrector celebraban sin reconciliarse; luego el P. Vicerrector envió al P. Plácido para que se reconciliara el P. José, pero este no quiso saber nada y fue a su celebración. La orden que Vuestra Paternidad acerca de la distribución de vestidos no se observa, y en consecuencia sufrimos falta de zapatos y calcetines. Volviendo a las disputas, antes de la venida de Vuestra Paternidad, cuando el P. Wenceslao, religioso inocente, refirió que al P. Rector habían desagradado algunas burlas hechas por el P. José de la Purificación. Cuando este se enteró, durante la recreación pública insultó al P. Wenceslao con duras palabras, llamándolo incluso cerdo de Minerva. Había también invectivas abusivas y burlas entre los hermanos clérigos poco antes de la venida de Vuestra Paternidad, que el P. Rector quiso cortar en medio del refectorio, pero no hizo nada contra el P. José, que solía cantar burlas poniéndoles música de cantos religiosos. Es frecuente que los clérigos vean tales abusos por parte de los sacerdotes sin que a ellos les impongan ninguna pena.
10.No veo nada en contra.
11.Creo que habría que aconsejar que nuestras cosas no se diseminen entre los de fuera, que se enteran de todo lo nuestro con escándalo.
12.No sé cómo se puede decir al P. Rector acerca de los de fuera para que se aparte de ellos. El P. Vicerrector es temerario al corregir, sin esperar la ocasión oportuna. El P. Plácido de S. Luis, ecónomo, parece que no tiene otra voluntad de servir sino lo que le manda el P. Rector, haciendo lo que a él le gusta, y no lo que él mismo debería hacer. El P. Eustaquio tropieza un poco en la bebida, y la bebida no hace ningún bien al religioso. El H. Enrique de S. Antonio tuvo una llamada de atención, a causa de las burlas del H. Alejo de S. Antonio; se enfada fácilmente. El H. Wenceslao de S. Carlos se me acercó para pedirme que falsificara su partida de bautismo, de modo que se invalidara su profesión a causa de no haber cumplido la edad necesaria. El H. Joaquín de S. Benito, operario, ha de ser corregido para que no beba tanto aguardiente.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano todo lo que escrito y recordando los preceptos dados, dando fe.

Cipriano de la Stma. Trinidad, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[12. Padre Wenceslao de S. Alberto]

El día 16 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Wenceslao de S. Alberto, sacerdote profeso, de 30 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace tres años, en el ministerio de predicador, tanto en nuestra iglesia como fuera. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.Llevo 9 años en la Orden.
2.Estudié humanidades en Podolín durante un año siendo maestro el P. Wenceslao de s. Francisco. Luego he estudiado Filosofía en Rzeszów, siendo profesor el P. José de la Purificación de la B.V. María.
3.En Podolín enseñé un año en la clase de Ínfimos antes de hacer la profesión. Luego enseñé otro año Gramática siendo ya profeso. En Chelm tuve un año la clase de Gramática con Sintaxis. Y enseñé lo mismo en Wielun durante dos años.
4.No he hecho otros servicios a la Provincia que los acostumbrados.
5.Muy poco antes de la llegada de Vuestra Paternidad, me humilló el P. José de la Purificación de la B.V. María con palabras ofensivas, llamándome exactamente “cerdo de Minerva”, simplemente porque inocentemente había dicho que al P. Rector le habían disgustado alunas bromas que había dicho durante el sermón en la fiesta de la Purificación. Pero luego hicimos la paz. Tengo a mi madre ya decadente en un lugar cerca de Lowicz, y como tiene la intención de dejar algunas mandas piadosas me ha pedido mucho que la ayude, por lo que suplico a Vuestra Paternidad que haga que me envíen a alguna casa más cercana.
6.Oigo que algunos se quejan contra el Padre Ecónomo porque no sigue la orden de Vuestra Paternidad mandando que cada año se den dos pares de zapatos, calcetines y otras cosas necesarias. Y en verdad a mí en tres años sólo me ha dado un par de calcetines.
7.He oído a otros, y lo he notado yo mismo, las frecuentes salidas del P. Rector a diversos lugares yendo solo, lo cual aunque nada prueba, luego los seglares dicen que están admirados de que tan a menudo se ausente de la casa, yendo a visitar a algún ciudadano de Rzeszów, y que el carro queda durante varias horas delante de la puerta en medio de la calle. Y muchas veces no vuelve aquí de otras casas sino tarde en la noche. Lo cual ha sido notado también por la gente noble, aunque se trata de una casa honrada, etc. Allí se dedican a beber, y de vez en cuando se lleva a la misma casa nuestros instrumentos musicales y allí se divierten con cantos y violines, de lo cual también se quejan los ciudadanos prudentes. De vez en cuando ocurre que bebe demasiado, especialmente cuando vuelve de la ciudad. Además es muy raro que acuda a la oración, y lo mismo ocurre en el comedor. O bien está fuera de casa, o bien está en casa hablando con sus visitas. Por lo que toda la comunidad se queja de que se hagan tantos gastos inútiles para tratar bien a sus huéspedes. También hay algunas quejas por parte del Depositario contra el P. Rector porque se queda parte del dinero que entra por las misas y funerales y luego lo emplea en gastos inútiles. Oí al mismo Depositario que antes de la llegada de Vuestra Paternidad a esta casa había puesto una cajita suya con dinero en el lugar de la tesorería común, y que él la encontró inmediatamente antes de la llegada. Afirman como cosa cierta que él tiene dinero. Robaron el vestido de plata de la Virgen que tenemos en nuestra iglesia, y para volverlo a hacer un ciudadano entregó un donativo de 400 florines polacos, y con ese dinero el P. Rector compró dos caballos, que luego vendió por 520 florines. De otro ciudadano recibió 100 florines, y el Sr. Mayordomo del Reino le dio 50 imperiales, y se los repartió con el P. Glicerio de S. Esteban, maestro de Retórica que quería 20 de esos imperiales que había sido dados para el manto de la Virgen. Total que hasta ahora no se ha hecho nada, con el consiguiente enfado de los bienhechores. Del P. Provincial anterior Vicente de S. José no he notado nada que tenga que decir. Del actual Juan de Jesús María no tengo nada en contra que decir; he oído decir que es un hombre bueno. Sin embargo su instalación no fue publicada aquí.
8.El P. Glicerio fue corregido por el P. Rector por no sé qué ligerezas cometidas en casa del Sr. Chelmiski, Portaestandarte de Sandomierz, y oí que el mismo P. Glicerio allí respondió de manera indebida al P. Rector, y al salir esta cuestión en el capítulo de culpas, le mandó que leyera durante una semana en el comedor, cosa que no hizo, quizás porque el P. Rector le perdonó. Cuando regresé de Cracovia de ser ordenado sacerdote, oí que el P. José de la Purificación de la B.V. María, profesor de Filosofía, había acusado en la comunidad de haberse bebido 2.000, y que por ello el P. Rector lo excomulgó, y el P. José, estando ausentes el P. Rector y el P. Vicerrector, se fue a Cracovia, donde se supone que el P. Provincial le reprendió, y luego no se hizo nada más sobre este asunto. Al P. Glicerio de S. Esteban le entregó el Sr. Mayordomo Ustrzycki diez imperiales, y no se sabe qué ocurrió con ese dinero, pues el Padre Rector no dijo nada de ella, como me aseguró el mismo P. Glicerio. Además en tiempo de Carnaval de este año fueron a casa del mismo Mayordomo Zakrocimi el P. José de la Purificación de la B.V.M. y el P. Glicerio de S. Esteban cuando había bailes allí, cosa que me contó después del hecho el mismo P. Glicerio, con admiración de los presentes.
9.Acerca de la concordia doméstica he de decir que el P. Glicerio de S. Esteban ha sido la causa de muchas intrigas domésticas, pues recibe a mal las recomendaciones del P. Pablo de Jesús, Vicerrector, e incluso dijo entre los seglares que era judío, y lo mismo contó al Canónigo Bokum, cosa que él diseminó con vergüenza suya y nuestra, como me lo refirió el H. Cipriano, a quien se lo había contado el Canónigo. Además el P. José de la Purificación de la B.V. María dijo al P. Plácido de S. Luis que tuviera cuidado con el judío, etc. Con lo cual se inflamaron de nuevo los ánimos, y la llaga abierta en la que el P. Vicerrector, inocente, era insultado. Además en una ocasión el P. José, profesor, dijo al P. Vicerrector, oyéndolos todos con gran escándalo en el huerto, que no era digno de mandar hombres, sino perros. Estas diferencias duraron bastante tiempo, no sin escándalo, principalmente porque se vio que celebraban sin reconciliarse. Con respecto al Provincial, hubo últimamente intrigas y conspiraciones contra el nombramiento del nuevo Provincial el P. Juan de Jesús María. Sin embargo yo no sé las razones por las que la gente se oponía a su nombramiento. Algunos sacerdotes fueron obligados a firmar contra él. Yo revoco mi firma, porque la hice injustamente, a ejemplo de otros. Eran también reluctantes a firmar los Padres Plácido de S. Luis, Lucas de S. Pantaleón y Eustaquio de S. Lucas. Pero como vimos que habían firmado el P. Rector, y los PP. José de la Purificación y Glicerio, por orden suya nos persuadieron para que firmásemos todos. Yo simplemente procedí a firmar sin haber leído lo que estaba escrito contra él, al cual había reconocido como provincial cuando había ido a Cracovia para la ordenación. Las razones que se corrían para oponerse a ese nombramiento eran que había colocado mal una cierta suma en Varsovia, y que había corrompido a los Asistentes de Vuestra Paternidad, además de que no estaba entre los candidatos de la Congregación de Cracovia. Oí que el que había sido el primer promotor de esta causa había sido el P. Jorge de la Concepción.
10.Las escuelas están bien administradas, pero el P. José de la Purificación es demasiado severo, al punto que todos los estudiantes seglares le llaman Herodes, y que por eso ha disminuido su número.
11.Conozco con certeza que el P. Glicerio escribe frecuentes cartas a seglares, aunque no sé de qué tratan. De otros escándalos, en casa o fuera, o en la Provincia, no sé nada.
12.Con respecto al P. Rector digo de nuevo que, teniendo una fundación para buena música, los que pagan la pensión me han dicho que no satisface las intenciones de los fundadores, pues la música era mejor antes de recibir el legado de 10.000 florines polacos para la música, por lo que los encargados me dijeron que ya no iban a pagar más. Se observa comúnmente, y yo lo he observado personalmente, que frecuentemente no recita el oficio divino. Del P. Vicerrector no he notado nada que señalar, sino que ha sufrido miserias a causa de las razones dichas, pues el P. Rector lo trata como si no fuera Vicerrector. Del P. Eustaquio hay que decir que bebe demasiado. Del hermano Joaquín de S. Benito, cuestor, narran los cocheros que hace maravillas entre los seglares bebiendo, y que el grano recibido en limosna lo vende para comprarse aguardiente. Yo puedo confirmar esto, pues una vez yo fui enviado por el P. Rector a comprar grano, y en el camino me encontré con una señora que me pidió que le dijera al H. Joaquín que le pagara los cuatro florines que le debía por el aguardiente. Y como no tenía la capa, los mismos cocheros sospecharon que la había entregado para pagar alguna deuda. Durante dos año se ha descuidado la orden del P. Provincial de que hicieran ejercicios espirituales por parte de los PP. Rector, Vicerrector, Plácido, Lucas y Eustaquio.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano todo lo que escrito y recordando los preceptos dados de decir la verdad y guardar secreto, dando fe.

Wenceslao de S. Alberto, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[13. Padre Eustaquio de S. Lucas]

El mismo día 16 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Eustaquio de S. Lucas, sacerdote profeso, de 30 años de edad, de comunidad en esta casa desde tres años, en el ministerio de predicador, tanto en nuestra iglesia como fuera. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. (Esta es mi escritura: Eustaquio de S. Lucas)

Como le temblaban las manos, me rogó a mí [P. General] que escribiera yo lo que me dijera. Preguntado sobre su estado, edad y ministerio, me dijo que era sacerdote profeso, de 36 años de edad, que este era su segundo año en Rzeszów y que enseña en la clase de Poesía etc.

1.Llevo 14 años en la Orden.
2.Entre en la Orden cuando ya había terminado los estudios de Humanidades. En ella estudié Filosofía en Lowicz, siendo profesor el P. Feliciano de la Asunción.
3.En el segundo año de noviciado enseñé en la clase de Pequeños en Podolín. Luego enseñé allí dos años Poesía y Retórica. Luego fui enviado a Radom, donde enseñé Gramática y Sintaxis un año; de esa casa fui enviado a Lowicz para estudiar la Filosofía. Después fui enviado a Varsovia y durante un año enseñé Gramática, y de nuevo fui enviado a Podolín, donde, como la vez anterior, enseñé Retórica y Poesía. De esa casa fue enviado a Gora y allí enseñé 1 año Gramática con Sintaxis, y de nuevo a Radom un año, donde enseñé por segunda vez Gramática con Sintaxis, y otro sólo Sintaxis. Luego otra vez a Varsovia, donde enseñé Sintaxis, y por tercera vez a Podolín, donde enseñé Retórica y Poesía, de donde vine a Rzeszów a la escuela, a la que me dedico actualmente.
4.Siempre me he dedicado a la escuela. En Lowicz mientras estudiaba me ocupé de la economía un año.
5.Aunque esta casa en otras cosas tenga méritos, no tiene ninguno en lo que se refiere en primer lugar al respeto de la mesa, que es muy abundante, e incluso se cometen algunas irregularidades, pues en días de abstinencia, en los que no nos está permitido comer carne, sin embargo nos dan verduras cocidas con grasa, también en Adviento. Además es muy raro que nos den la comida a su hora, lo que crea una gran confusión al buen orden. Por lo demás estoy contento con mi suerte. Si fuera posible me gustaría ver a mi padre, al que no veo desde que tomé el hábito religioso, y que vive en Piotrkow.
6.Todos los oficiales cumplen con sus responsabilidades. Se debería hacer una revisión del erario, pues no sé si a final de mes se comprueban las cuentas, por lo cual resulta confuso ver en qué gasta el dinero. Hay que señalar también que los fieles suelen dar abundantes donativos en los funerales, y que normalmente ese dinero no se guarda en el depósito de la casa, sino que queda a libre disposición del P. Rector, como otras cosas. El año pasado el P. Lucas recibió por un cuadro suyo como gratificación 200 florines, que él entregó al P. Rector, y no se sabe qué ha sido de ellos. Se descuida la atención a los enfermos, lo cual es grave.
7.El P. Rector muy raramente está en casa, y frecuentemente vuelve de noche, y además se suele ir a la ciudad con el coche, y se queda conversando y bebiendo en casa de la hermana del piadosamente difunto P. José de la Madre de Cristo, cosa que es pública y notoria. También es muy frecuente que si no, invite sin necesidad a sus amigos visitantes a su habitación, en la cual se hace un enorme gasto de vino, y si es a costa de la casa o con dinero particular suyo, no lo sé. En una ocasión el P. José de la Purificación, profesor, le llamó la atención porque se había bebido 2.000. De vez en cuando recibe también mujeres en el claustro, e incluso ofreció la comida cerca de la sacristía a la Sra. Portaestandarte de Sandomierz, y el P. José citado le reprobó que hiciera entrar en su habitación a la señora. Solía tener también cochero y unos caballos elegantes para su uso, los cuales vendió y luego se compró otros. Además bebe demasiado, por lo cual a veces no es dueño de sí. Acerca del pasado Provincial el P. Vicente de S. José, nunca me ha tratado mal, ni tengo nada en contra suya. En cuanto al presente P. Provincial, Juan de Jesús María, cuando estuve con él en Varsovia tenía muy buena fama, y apenas se decía nada malo de él, pues era un religioso ejemplar, sobrio y trabajador, lleno de doctrina y caridad. Sin embargo hubo protestas ante su nombramiento en Varsovia entre los nuestros, que le acusaban de que había ascendido al Provincialato por ambición. Yo, viendo que el P. Rector y otros sacerdotes habían firmado un escrito contra él, también lo firmé a petición suya. Lo cual ahora libre y espontáneamente revoco, aunque entre nosotros no se publicó el decreto acerca de su legítimo nombramiento e instalación dado por V. Paternidad.
8.Las órdenes de los Superiores Generales y Provinciales no se llevan a efecto, ni se leen según esta mandado en la mesa. Ni se observa la religiosidad para proveer las cosas necesarias. Yo hasta la venida de V.P. he estado sin saco, sin manta, almohada, etc. Y como se puede ver, unos reciben capas largas, y otros cortas, contra la debida conformidad regular. Yo desde el noviciado no he recibido ninguna capa.
9.Hubo un conflicto enorme entre el P. Vicerrector y el P. Glicerio de S. Esteban, estudiante suyo durante dos años, con gran enfado del P. Vicerrector Pablo de Jesús. No sé cuál es el origen de ello, pero me lo imagino. Sé que entonces el P. Glicerio se apartó de él haciéndole derramar lágrimas. Y del mismo modo regularmente surgían disputas entre el P. Rector y estos, porque el P. José y el P. Glicerio le llamaban judío y hereje. Ante la llegada de V.P., estos cuatro, o sea, el Rector, el Vicerrector, José y Glicerio, me llamaron junto a los otros Padres para que calláramos y guardáramos el secreto, y no contáramos nada a V.P. Ha habido también alguna disputa entre los clérigos estudiantes, que se dijeron palabras duras unos a otros, dividiéndose, y el P. Rector proveyó para arreglarlo.
10.He notado que no se dan ejercicios a la altura de los discípulos, sino demasiado difíciles, en lo cual parece que yerran especialmente los nuevos maestros, que son los H. enrique, Esteban, y a veces el H. Damián, con un vocabulario que excede la capacidad de los estudiantes. Hay que decir también que en la iglesia los alumnos no están atentos, de manera que participen bien en las cosas sagradas, porque los maestros no están con sus clases, por lo cual hay mucho parloteo. Además somos pocos los que oímos las confesiones de los estudiantes. Además para el tiempo de las solemnidades hay confesonarios que no tienen cancela.
11.No he oído nada de escándalos. Frecuentemente son admitidos seglares en la habitación de los PP. Rector, Vicerrector, José y Glicerio. No se sabe en qué se ha gastado el dinero que el P. Lucas recibió por una pintura. El P. José no usa en la prefectura una simple correa, sino un látigo bastante grande. El hermano Joaquín, lego, abusa de la bebida, y si le avisan, no hace caso. También le han llamado la atención por haber dado a gente de fuera comida de la casa.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano lo escrito, recordando los preceptos dados.

Yo, Eustaquio de S. Lucas, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S., escribí a petición suya.

[14. Padre José de la Purificación]

El día 17 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, José de la Purificación, sacerdote profeso, de 36 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace tres años, en el ministerio de Profesor de Filosofía. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó

1.Llevo 15 años en la Orden.
2.En Podolín durante el segundo año del noviciado estudié Humanidades siendo maestro el P. Esteban de S.M., fallecido en campamento al servicio del Ilmo. Sr. Tesorero nuestro fundador. Después de ser admitido a la profesión estudié Humanidades en Rzeszów. Escuché la Filosofía en Lowicz con el profesor húngaro P. Gabriel del Ángel Custodio. Estudié la Teología en Varsovia con el citado P. Gabriel del Ángel Custodio, y con el P. Benito de Sta. Catalina, actual Viceprovincial de Lituania.
3.Enseñé en la escuela primero en Podolín, Principios, durante un año. Luego en Rzeszów enseñé un año Ínfimos, y los dos siguientes Sintaxis. Después de estudiar Filosofía y Teología, enseñé Retórica un año en Podolín. Luego seguí estudiando Filosofía en Podolín otro año con el P. Gabriel del Ángel Custodio. Después fui enviado a Rzeszów a enseñar Filosofía durante tres años.
4.Además de enseñar en la escuela y las clases de Filosofía no he hecho otra cosa en la Provincia, aparte de la prefectura de las escuelas.
5.Gracias a Dios, no me hace falta nada.
6.Creo que hay que corregir el retraso del Padre Ecónomo Plácido de S. Luis en la preparación de la mesa, pues de vez en cuando ocurre que no respeta el horario.
7.Creo que esta casa, convertida en Juniorato, requiere por parte del Superior una disciplina tenacísima de los juniores, pero parece que el actual P. Rector carece de ella, pues muy frecuentemente invita a huéspedes inútiles, además con un enorme dispendio para la casa, y además pasa muchos días en casa de sus amigos, de manera que es raro verlo alguna vez durante la semana sentado a la mesa. Se dice también que no cuida diligentemente a sus súbditos. Además, según charlas y murmuraciones de los criados frecuenta una cosa, por lo demás honesta, de esta ciudad, a la cual suele ir en coche, y allí está varias horas charlando y bebiendo, dejando el coche por allí durante varias horas etc. Frecuenta la misma casa a menudo en otras ocasiones para pedir, y la misma Ilma. Tesorera murmura a causa de este asunto. En cuanto a la administración económica, gasta tanto dinero para ofrecer bebida a sus visitas que apenas guarda para gasta con la comunidad, de modo que el año pasado se gastó más de dos mil que tomó de la economía doméstica. Pero en lo que se refiere a detalles económicos, el P. Ecónomo informará mejor a Vuestra Paternidad. Se compró una fábrica de ladrillos, pero no avanza la construcción de las escuelas. Por su trabajo como pintor pagaron una suma al P. Lucas, que la entregó al P. Rector, y no se encuentra en qué la gasto, pero no para la comunidad. Por otra parte, se entregaron cantidades en la iglesia y en casa para que se haga un vestido de plata para la imagen de la B. Virgen que está expuesta en la iglesia, para comprar la plata y pagar el trabajo, que en total suponía casi 800 florines. Y él con 400 se compró dos caballos de raza, que luego vendió por 520 florines polacos. Me atrevo a proponer que se vea la conveniencia, si se quiere conservar esta casa como casa de estudios, de que se le envíe a otra casa, y se traiga aquí a alguien que se ocupe mejor de la cuestión económica, para poder mantener a los juniores. Sólo cambiará le orden de esta cas si el Superior Provincial envía a alguien amante de la disciplina y que dirija mejor las cosas económicas. Del pasado Provincia, el P. Vicente de S. José, no noté nada que mereciera ser corregido. Del P. Juan de Jesús María, el Provincial actual, siento que no tiene el afecto de la Provincia, y difícilmente se ganará su debido respeto, a causa de que carece de autoridad personal, y no tiene en cuenta la opinión de los Padres de peso, y los Superiores Provinciales tienen la obligación de ir a verlos y hablar con ellos. En cuanto a su opinión de la Provincia, creo que él mismo aprecia a muy pocos. Cosa que experimenté cuando estaba en Varsovia, y él estaba de comunidad allí también, y sólo se llevaba bien con los PP. Francisco de Jesús María, Benito de Sta. Catalina y Gabriel del Ángel Custodio. Además es un inútil para las cosas prácticas, y especialmente para las económicas.
8.Hay algunos rumores contra el P. Pablo de Jesús, a causa de alguna familiaridad excesiva con personas del otro sexo, que por otra parte son honestísimas, y no ocasionan sospechas de un mal comportamiento. Sin embargo se duda si no recibirá para sí alguna gracia por parte de la misma Sra. Tesorera, que ella ofrezca para el rectorado. Lo que es cierto es que fa con mucha frecuencia a su casa, con cualquier ocasión que se le presente, y que charla de nuestras cosas, por lo cual se ofendió el hermano del cabeza de familia. A causa de ello hay desconfianza por parte de algunos con respecto al Superior, y mientras tanto se ofrecen menos limosnas, pues no se pueden gastar para las cosas necesarias sin su permiso.
9.Hubo algún problema en cuanto a los estudios provocado por el H. Enrique de S. Antonio, clérigo, contra mí, el profesor, y quienes me eran afectos, siendo el P. Vicerrector el que le guiaba, y así se produjo una división entre los estudiantes, de los cuales algunos querían seguir estudiando este tercer año, y otros no. Los que no quisieron fueron los HH. Cipriano y Enrique, reacios a la disciplina, pues temían que yo los corrigiera. En lo que se refiere a la Provincia y los recientes movimientos contra el nombramiento del Provincial no sé nada más. El principio de estos movimientos fueron los ánimos ofendidos de muchos contra él. Pues antes de venir, en cartas a sus parciales les decía que no venía con buen ánimo a la Provincia, y a ellos les decía que se alegraran, que otros ya se entristecerían. Sucedió que había sido elegido vocal para el Capítulo General porque siendo Rector de Varsovia pudo captarse a los vocales y también por el hecho de que la nueva distribución de la gente en las casas en aquel tiempo le favoreció. Y entonces ocurrió que, como querían que el P. Vicente, anterior Provincial, fuera (…), al P. Ignacio de Warez, donde no tenían Capítulo local, procuraron que fuera a Gora, y el otro a Chelm. En lo que a mí respecta, soy neutral. Los que apoyan una u otra parte es porque temen sufrir algunas vejaciones, y quieren evitarlas.
10.Acerca del instituto todo va bien, e iría mejor si se preparara un maestro de Poesía más diligente, porque el P. Eustaquio no está atento ni hace las declamaciones habituales.
11.Ningún escándalo, gracias a Dios.
12.La ausencia al mismo tiempo de la casa de los Padres Rector y Vicerrector resulta perjudicial para el buen orden. El P. Vicerrector es propenso a entablar familiaridad con mujercillas. El H. Esteban de S. Alberto es flojo en los estudios, y ya también en Podolín hablaba mal de mí, el profesor, diciendo que no era filósofo. El H. Damián de la Purificación es óptimo en los estudios, y él mismo, aunque se une al H. Enrique en sus comentarios negativos con respecto a mí, ya me tuvo como profesor de Filosofía en Podolín. El H. Joaquín de S. Benito, lego, está frecuentemente borracho, con escándalo por parte de los laicos.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano todo lo que escrito y recordando los preceptos dados por el Padre General, Visitador Apostólico, de decir la verdad y guardar secreto, dando fe.

José de la Purificación, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[15. Padre Glicerio de S. Esteban]

El día 17 de marzo de 1696 por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Glicerio de S. Esteban, sacerdote profeso, de 33 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace tres años, en el ministerio de maestro de Retórica. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó, y yo le respondí:

1.Llevo 15 años en la Orden.
2.Estudié Retórica en el siglo, parte con los PP. Jesuitas, parte en nuestra escuela de Varsovia. Cuando ingresé en la Orden, estudié un tiempo Elocuencia aquí en Rzeszów, con el profesor P. Ladislao de la Concepción de la B.V.M. Luego estudié Filosofía en Prievidza, con el Profesor Gabriel del Ángel Custodio. Teología en Varsovia con el Profesor P. Benito de Sta. Catalina y el P. pablo de Jesús.
3.Enseñé en la clase ínfima de Gramática en Podolín. Luego en la escuela de leer de Varsovia. De nuevo en Varsovia enseñé en la clase media de Gramática. Sintaxis en Lowicz. Retórica en Chelm. De nuevo Retórica en Rzeszów, donde ahora enseño desde hace tres años.
4.Además de las clases escucho confesiones. No hago nada más.
5.Me gustaría al terminar este trienio en esta casa ser enviado a otro colegio y de buena gana tomar algunas clases para dominar mejor lo que enseño, y no olvidarme. También como mi señora madre está ya en una vejez avanzada me ruega que vaya a verla si me lo permite la obediencia, cosa que pro afecto filial me gustaría hacer. No sería difícil, pues vive a unas 9 leguas de Varsovia, y tres millas de Gora.
6.No he notado nada que corregir en los oficiales de la casa. A no ser que en el vestuario no se preparan cuando hacen falta zapatos y calcetines, y los que hacen son de un material ligero, que fácilmente se rompen. A veces ocurre que la comida no se prepara a tiempo. Además a causa de que hay muchas visitas se hacen muchos gastos para tratarlos a ellos bien, omitiendo el tratar bien a la comunidad.
7.Diré en conciencia ante Dios lo que pienso del P. Rector Agustín. Considero que no sirve para ser superior, porque está ausente de casa, porque actúa de manera poco religiosa con sus continuas sesiones de beber con seglares. Apenas vive en esta comunidad de Rzeszów, pues sale fuera y vuelve a las 9 o las 10 de la noche, con escándalo de los seglares y nuestro. La señora tesorera fundadora, cuyo hermano carnal es el Sr. Canónigo Bokum, amigo nuestro que tiene afecto a nuestra Orden, le dijo que si nuestro instituto era atacado se debía a que había gente que tenía sesiones de beber, y se refería sin duda al P. Rector. Y le doy la razón. De ello se sigue la falta de disciplina y observancia de los juniores enviados al Juniorato de esta casa. Al no estar él en casa, no hay un buen orden para la formación. Del anterior P. provincial, Vicente de S. José, no tengo nada que decir, sino que bebía más de la cuenta y tenía un trato fácil. Respecto al P. Juan de Jesús María, el Provincial actual, sé que no es aceptado porque muchos en la Provincia le odian, y son pocos sus partidarios que le tienen confianza: los PP. Francisco de Jesús María y Benito de Sta. Catalina. Y que fue elegido vocal para el Capítulo General por la Provincia porque era Rector de Varsovia, y entonces se notaba menos que más tarde su parcialidad, que favoreció también mediante una carta escrita desde Roma, a causa de la cual muchos se sintieron ofendidos.
8.No he notado nada grave contra la observancia regular ni contra los votos solemnes. A no ser que oí que el P. Rector tenía dinero, cosa que quizás confirmarán a V.P. quienes están mejor enterados que yo.
9.Ha habido algunos conflictos domésticos entre algunos, y también yo he tenido mis problemas con el P. Vicerrector, hombre de juicio crítico que desaprueba las acciones de los demás, pero estas cuestiones fueron arregladas por el P. Rector después de la visita provincial, y ahora están pacificadas. Con respecto a la Provincia, ha habido recientemente discusiones a causa del nombramiento del P. Juan de Jesús María, por las razones citadas anteriormente. Estos conflictos comenzaron en la casa de Varsovia, y también envió cartas a otros lugares en el mismo sentido.
10.Me parece que el P. Eustaquio de S. Lucas, maestro de Poesía, no es capaz de llevar adelante su ministerio, pues la bebida le hace inhábil para ello. A parte de esto no he notado nada digno de ser mencionado.
11.El P. Rector y el P. Vicerrector están ausentes a menudo, por lo que la casa queda sin cabeza. El P. Vicerrector es demasiado adicto a los seglares, buscando la gracia de los magnates. Además durante un trienio ha estado excitando al Rector contra los súbditos y a los súbditos contra el Rector, como lo muestra la experiencia. El P. Plácido, aunque es un óptimo religioso, y fiel a su tarea, entrega al P. Rector dinero para las sesiones de bebida de las que he hablado, a causa de lo cual sufre la comunidad. Al P. José de la Purificación, Profesor y Prefecto de las escuelas, habría que avisarle que es demasiado severo con los escolares. Los HH. Cipriano y Enrique han sido causantes de intrigas en los estudios. El H. Joaquín bebe demasiado y hace desaparecer cosas de la casa.

Y no teniendo nada más que decir, firmo con mi mano todo lo que escrito y recordando los preceptos dados por el Padre General, dando fe.

Glicerio de S. Esteban, m.p.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[16. Padre Lucas de San Pantaleón]

El mismo día por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Lucas de San Pantaleón, sacerdote profeso, de 40 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace 17 años, aunque mientras tanto estuve fuera a veces por razón de obras, en el ministerio de confesor. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó, y yo le respondí:

1.Llevo 17 años en la Orden.
2.Sólo hice estudios de Retórica en Rzeszów, y ya no hice más estudios a causa de que hacía falta que me dedicara a la pintura.
3.A causa de que me dedico a la pintura, nunca he trabajado en la escuela.
4.No hago ningún otro oficio; siempre estoy dedicado a pintar.
5.Gracias a Dios no hecho nada en falta para estar contento con mi suerte.
6.No tengo nada que decir en cuanto a los oficios de la comunidad.
7.No sé nada seguro sobre el P. Rector, ni de los PP. Provinciales pasado y moderno. Es cierto que hubo oposición contra este, y que yo firmé ignorando absolutamente que hubiera tal oposición. Firmé porque me lo pidió el P. Rector, sin explicarme lo que hacía como Superior, y lo que mandaba, y no tengo ningún motivo para confirmar aquella firma.
8.Hasta ahora ha habido algún desliz en cuanto a la observancia regular, pero lo cierto es que el P. Rector cuando lo ha visto lo ha corregido. Es cierto que hubo algunas disputas del P. José de la Purificación con el P. Rector, y también del P. José y el P. Glicerio contra el P. Vicerrector, cosa que alguna vez ocurrió en comunidad, estando presentes los juniores. Sería bueno que los separaran, para que no vuelva a ocurrir. No sé nada más.
9.De vez en cuando hubo también algunas disputas entre los juniores, y además comenzaron a dejar de hacer el discurso semanal, que solían tener antes, a causa de la ausencia de los Superiores, y cuando el P. Rector se enteró, los corrigió, y les pidió que volvieran a tener esos discursos en la comunidad.
10.No he oído nada acerca de la enseñanza.
11.No he oído que haya habido ningún escándalo.
12.Los juniores no muestran el respeto debido a los sacerdotes, etc. Oí a unos seglares que el H. Joaquín de S. Benito había sacado fuera de casa trigo y otras cosas.

En fe de lo cual, firmo con mi mano

Lucas de S. Pantaleón.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[17. Padre Plácido de San Luis]

El 18 de marzo de 1696, por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Plácido de San Luis, sacerdote profeso, de 41 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace 6 años, en el ministerio de predicador, confesor y ecónomo. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó, y yo le respondí:

1.Llevo 22 años en la Orden.
2.Estudié Retórica en Rzeszów, con el maestro P. Pedro de la Visitación de la B.V.M., actual Rector de Lowicz. Estudié Filosofía y Teología en Varsovia, siendo profesor de Filosofía el P. Benito de Sta. Catalina Virgen y Mártir, actual Viceprovincial de Lituania; de Teología fue el P. Juan de Jesús María, actual Provincial.
3.Durante seis años enseñé Gramática en Varsovia; luego Ínfimos en Gora, un año, y también un año Sintaxis en Chelm.
4.Estuve encargado de la economía en Varsovia durante 4 años, y aquí en Rzeszów llevo 6 años en el mismo cargo.
5.Siempre me he guiado por la sentencia “hágase de mí lo que quiera la obediencia, y así viviré feliz”. Sin embargo a los Provinciales pasados alguna vez rogué que me libraran de la economía y me dieran el consuelo de dedicarme a los estudios y a predicar.
6.No he notado nada notable en cuanto a desorden en lo relativo a los oficios de tipo doméstico, pues cada cual lo hace lo mejor que puede.
7.Convendrá que hable ampliamente de mi Superior el P. Agustín del S. Juan Bautista. Él sabe que se dicen cosas contra él, y que se dirán. Y también que han surgido entre los PP. Vicerrector Pablo de Jesús y el P. José de la Purificación de la B.V.M., profesor de Filosofía, pues el mismo P. José dijo al P. Rector que las había oído por confidencias que le habían hecho a él tanto del P. Vicerrector como otros. Y por ello luego fui con cautela para que no sospechase de mí. En primer lugar se nota la irreligiosidad del P. Rector en cuanto al Oficio Divino, que omite muchas veces. Es muy raro que celebre misa en casa. Rara vez asiste a los actos habituales de la observancia regular. Pues o bien está con visitas, o bien fuera de casa. Aunque él no da ejemplo, no deja de hacer las debidas correcciones cuando ve la falta de observancia en los demás. Tenía una cajita con dinero suyo, que llevó al depósito común antes de la llegada de Vuestra Paternidad. Cuánto dinero había, lo ignoro. Y tampoco sé de dónde sacó el dinero; puede ser que entre otras cantidades haya allí una suma de cientos de [florines] polacos que donaron para volver a hacer el vestido de plata que robaron a la B.V.M. en nuestra iglesia, pues él no había depositado aquella suma en la caja común. Le entregaron dos caballos de raza, por los que pagó 400 florines. Al cabo de unas semanas vendió los caballos, y no colocó el producto de la venta en la caja común. También se queda parte de los ingresos que llegan a sus manos para la caja común, para su libre disposición, de lo que no da cuentas. Estas cantidades están anotadas en los registros, pero dudo que se dediquen a gastos legítimos. El Ilmo. Oficial de Przemysl regaló 8 áureos para la casa al P. Rector, y él nunca los entregó, aunque cuando tuvimos la Visita del anterior P. Provincial Vicente de S. José dijo que los había gastado en un incensario de plata. Hasta ahora no hemos visto el incensario ni los áureos, aunque en los registros aparecen como entregados para sus gastos particulares. De vez en cuando llegan a sus manos donativos por los funerales y por las misas, y cualquier dinero que le dan no lo entrega a la comunidad, sino que lo retiene él. Del mismo modo se hicieron donativos como agradecimiento a la casa, por razones extraordinarias, y él no entregó absolutamente nada a la casa, como consta a parte de nuestra comunidad. A menudo invita a beber a sus amigos visitantes en casa, o bien se va a verlos en la ciudad, solo o alguna vez con un compañero, y está allí hasta tarde, de modo que cuando vuelve ya la gente se ha retirado a dormir. También acostumbra algunos días, principalmente el lunes y el miércoles, en los que no comemos carne, salir temprano con el coche fingiendo que va lejos, y luego quedarse en la ciudad durante muchas horas, y luego vuelve a casa, habiendo dejado el cochero y el carro delante de la puerta de una casa con la que tiene familiaridad (se trata de una casa honrada, en la que vive la hermana del difunto P. José de la Madre de Dios, antiguo Provincial. Es una madre de familia, y vende vino allí), de la cual habitualmente vuelve muy tarde, con admiración de los nuestros, que ya se han retirado para dormir. Y a veces me hacen burlas a mí, ecónomo, cuando voy alguna vez a la ciudad, porque todos ven que el P. Rector ha dejado allí parados el coche, el cochero y los caballos; por lo que la cosa en pública y notoria. Además después de pasar tanto rato en aquella casa frecuentemente vuelve bebido a casa. Acostumbra también a llevar de vez en cuando a aquella casa en la que se vende vino nuestra música, para tocar y cantar. Respondiendo a la pregunta de Vuestra Paternidad sobre si estos aparatos de música tienen un fondo particular, diré que existe una fundación de 10.000 para ello. Pero difícilmente cobramos los intereses, como yo mismo he podido experimentar alguna vez, para cobrar en la ciudad de Sudruszow, y en la Villa Wiercsany, en las cuales fueron inscritos los fondos al principio por el Ilmo. palatino de Cracovia Feliciano Potochi, y luego por el Sr. Gorski. Hay también en la caja común desde hace mucho tiempo parados unos 400 florines, que deberían colocarse a interés para atender a las necesidades de la misma música, pero como el P. Rector tiene intención de comprar algún producto para la casa, mientras tanto no producen nada, ni se compra ningún producto, y mientras tanto la caja se agota. Sospecho que tendremos que usar esa suma para pagar al boticario, pues le debemos mil florines. En cuanto al ejercicio de las escuelas, yo no me ocupo, pero creo que las visita raramente. Por otra parte sería un hombre muy dotado para el gobierno, si se ocupara de las cosas de la comunidad, y no de las suyas privadas. Pero de lo que se ocupa principalmente es del vino. Parece además que el P. Agustín tenía muchas ganas de ser Rector de este rectorado, cuando el P. Pedro de la Visitación de la B.V.M. fue obligado a dimitir a causa de lo que había ocurrido en su tiempo. Resulta que un soldado fue asesinado por nuestros estudiantes, sin que él tuviera poco ni nada que ver con tal exceso, sino que fue cosa del ímpetu de los mismos estudiantes y quizás del descuido de los nuestros, pues el P. Marcelino de S. Felipe Neri, que entonces era maestro de Poesía en Rzeszów y ahora es profesor de Poesía en Piotrkow, los animó a los estudiantes la venganza contra el militar, a causa de que había golpeado a algún estudiante nuestro, como los mismos estudiantes confesaron al P. Provincial anterior. El Rector anterior P. Pedro no había tenido nada que ver, sino el P. Florián de S. Andrés, a quien se unió el H. Félix de S. Antonio, que quiso lavar la mancha de nuestra religiosidad en las escuelas sin saberlo el superior. Yo aseguro que el P. Pedro fue exacto y fiel en su gobierno, y cuando se fue dejó 2000 en la caja común. Pero volveré a lo que decían sobre el actual P. Rector Agustín que mostraba tantas ganas de obtener el rectorado que le empujó para que saliera más aprisa. Oí decir que él mismo había contactado la corte del mismo Ilmo. Tesorero contra el citado P. Pedro; si es cierto, lo ignoro.
8.Todas las cosas se hace de acuerdo con la observancia de las Reglas, cosa a la que se dedica en serio el P. Vicerrector en ausencia del P. Rector. Y después que surgió una oposición contra ello por parte de los PP. José y Glicerio, él mismo actuó de manera más calma. Por lo demás durante el trienio no ha habido ningún escándalo.
9.Durante los tres años que el P. Glicerio de S. Esteban lleva viviendo en esta casa ha tenido tantos enfrentamientos con el P. Vicerrector que le plantó cara en comunidad, con escándalo de los de casa. El P. Rector lo corregía de manera ligera, por lo que el P. Vicerrector se quejaba de que actuaba de manera demasiado blanda con él. También he oído que el P. Glicerio a causa de esa rivalidad con el P. Vicerrector lo difamó entre seglares diciendo que había nacido de familia judía, y que el Sr. Canónigo Bokum, amigo nuestro y hermano de la Ilma. Tesorera Fundadora que también lo ha difamado diciendo lo mismo entre la gente importante. Por lo cual la reputación del P. Vicerrector en la corte del Ilmo. Tesorero está destruida, según se enteró el P. Rector. En cuanto a otras rivalidades, me refiero a lo dicho más arriba. En cuanto a las facciones de la Provincia, no sé otra cosa sino que la oposición a la elección reciente del P. Juan de Jesús María como Provincial creo que nació de que el P. Ignacio de S. Estanislao fue apartado del rectorado por las informaciones que él había dado en Roma acerca de su gobierno, por lo cual, recordando el asunto, intentó apartar del provincialato a aquel que, según él creía, era el causante de que a él le hubieran quitado el rectorado. Y como él tiene muchos amigos en Varsovia, los atrajo a su causa, y todos atrajeron a los demás en la Provincia mediante cartas. Yo, a ejemplo de los demás, como nos persuadía el P. Rector, aunque reluctantemente, también firmé. Revoco ahora aquella firma, queriendo obedecer a mis superiores como corresponde a un religioso. Volviendo a los asuntos de la casa, el verán pasado oí que el P. José de la Purificación fue a Cracovia para hablar con el nuevo P. Provincial a causa de algunos altercados con el P. Rector por mutuas recriminaciones. En los altercados que ocurrían entre los PP. Vicerrector y José, vi que éste inexorablemente rechazaba todo tipo e escrúpulo para celebrar misa, a la que llevaba con una disposición contraria a cualquier tipo de concordia con el P. Vicerrector. También me parece digno de consideración el hecho de que el P. Rector, aunque se confiesa muy raramente, se confiesa con el P. Lucas, que no está aprobado por el P. Provincial, y que luego otros, con permiso del P. Rector, se confesaban también con el P. Lucas de S. Pantaleón, quien por otra parte me parece que tiene una índole débil para practicar este ministerio.
10.Oí quejarse a algunos seglares de que nuestros maestros se sirven de los alumnos para hacer recados, como enviar cartas, etc. Por lo demás, como ecónomo ignoro lo que se hace en las escuelas.
11.Gracias a Dios no oí que ninguno de los nuestros causara ningún escándalo.
12.Parece que el P. Vicerrector va demasiado de visita a la casa de un noble. Parece que algunos de los nuestros lo odian, y por eso lo bloquean. El P. José parece demasiado arrogante en sus acciones. El P. Eustaquio tiene facilidad para beber y para murmurar. El H. Enrique de S. Antonio es un tanto arrogante para hablar y para actuar. El H. alejo se hace notar por las murmuraciones que hace sobre los otros, y busca lo más cómodo para sí. El H. Wenceslao me parece ligero.

Y como no tengo nada más que decir, y recordando los preceptos dados, firmo con mi mano

Plácido de S. Luis.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[18. Padre Pablo de Jesús]

El 18 de marzo de 1696, por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Pablo de Jesús, sacerdote profeso, de 37 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace 3 años, en el ministerio de Vicerrector y predicador. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó, y yo le respondí:

1.Llevo 20 años en la Orden.
2.Estudié Humanidades en Rzeszów con el maestro P. Pedro de la Visitación, actual Rector de Lowicz. Filosofía en Lowicz, con el profesor P. Gabriel del Ángel Custodio; finalmente Teología y Matemáticas en Varsovia, siendo profesor de Teología en P. Juan de Jesús María, actual Provincial, y de Matemáticas el P. Domingo de S. José, italiano.
3.Durante dos años enseñé en la Ínfima en Podolín; Gramática, un año en Chelm; Poesía, dos años en Lowicz mientras estudiaba Filosofía. Teología moral tres años: uno en Rzeszow y dos en Lowicz. A los nuestros he enseñado Humanidades, concretamente Retórica y Poesía, un año en Rzeszow; dos años Filosofía: uno en Gora y otro en Varsovia. Filosofía especulativa otros dos años, en Varsovia. En Rzeszów, por orden del P. provincial he enseñado Elementos Euclidianos durante un año.
4.Además del actual vicerrectorado, fui Vicerrector en Lowicz durante dos años, y en Gora durante un año.
5.A Dios gracias no me hace falta nada, ni por dentro ni por fuera. En cuanto a lo que me gustaría hacer para servir mejor a la Orden, si a V. Paternidad le parece bien, es tener la ocasión de estar en Cracovia a causa de que allí hay excelentes predicadores, y oyéndolos podría aprender algo. O a Lowicz, donde me gustaría trabajar en el colegio, o bien dedicarme a estudiar.
6.Si bien es cierto que ha habido algunos problemillas en las cuestiones domésticas ya los ha arreglado el P. Rector.
7.En conciencia he de decir que el P. Rector no sirve para el gobierno de esta casa, a la cual se han enviado jóvenes para vivir según la disciplina regular, pues no sirve para promover las cosas espirituales ni de palabra ni con los hechos. Está muy frecuentemente ausente de casa, lo cual destruye el buen orden y trastorna la observancia. El año pasado, por poner un ejemplo, apenas ha pasado 20 días en casa, yéndose a menudo a Varsovia, o a Cracovia, o a Leópolis, o a Jaroslaw, etc., y no he podido saber a qué negocios iba. Pues si se tratara de temas relacionados con la casa nos enteraríamos. A Leópolis fue para cobrar una cierta suma. Y cuando no está por lugares lejanos, casi cada día, especialmente los de ayuno, va a casa de amigos y correspondientes suyos, principalmente a una casa de la ciudad en la que venden vino, y pasa allí muchas horas, a menudo hasta que es noche avanzada, a veces sin llevar compañero, bebiendo y charlando. Y en ocasiones especiales se lleva los instrumentos musicales de casa allí, donde tocan y cantan. Y si Vuestra Paternidad hubiera llegado a Rzeszów aquella tarde en la que pernoctó en Glogow[Notas 3], no lo habría encontrado en casa, porque se quedó buena parte de la noche en la boda de una criada de aquella casa, a pesar de que teníamos un huésped Dominico. Y siempre, o al menos cuando va de viaje, antes de venir aquí va corriendo a aquella casa, dejando durante muchas horas el coche, el cochero y los caballos a la puerta de la casa citada. Conozco el hecho no sólo porque es público y notorio, sino por relatos de seglares que están admirados y escandalizados de tal frecuencia, y que me lo comentaron. Se trata de seglares que nos quieren bien, y que se admiran de que descuide el colegio yendo fuera, y que pase tanto tiempo en esa casa. Se trata de una casa honrada, aunque vendan vino en ella, y cuya madre de familia tiene confianza con el P. Rector desde hace ya más de 30 años. Y como bebe tan a menudo, a veces se emborracha. Lo cual hace no sólo fuera, sino también en casa con seglares, en su propia habitación y también en la sala de los criados y los músicos, y allí cantan y tocan sin ningún respeto al domicilio en que están. Y en los registros consta cuántos son los gastos que hace en vino, sin el cual parece que no puede pasar. Y además, el P. Juan Crisóstomo, Visitador General, ya creyó conveniente enviarlo a Podolín, donde existe esa comodidad. Hay que notar, además, que de tanto vino como se consume apenas da algún vasito de vez en cuando a la comunidad, cosa que es público y notorio. Cuando se enteró de que iba a tener lugar la visita de Vuestra Paternidad aconsejó a los miembros de la comunidad que no sacáramos los trapos sucios, y les precavía individualmente, quizás porque no estaban enterados de esta precaución. Algunos de los comestibles y bebidas que ofrece a sus huéspedes los guarda en su habitación provenientes de regalos, pero otros los toma de la comunidad, como es público y notorio. Por ejemplo, de dinero proveniente de misas celebradas y de funerales solemnes, que retiene y luego gasta según su libre disposición, todo lo que llega a sus manos. Tenía sus propios caballos en pastos junto a los de algunos bienhechores, aunque no sé cuántos y en la finca de quién. Sé que uno estaba en la propiedad del Sr. Ustrycki, y ese yo lo vi. Vendió él mismo dos caballos, obtenidos como gastos de los funerales del Sr. Linowski y de la Sra. Blotricka; uno al Sr. Chelmski, el otro no estoy muy seguro, pero el P. Plácido conoce todos los detalles, y el precio, que no entró en la caja común, ni la entregó al depositario. Y veo que el P. Rector no tiene ningún escrúpulo en administrar las cosas domésticas a su capricho. Sus gastos de viajes son excesivos. Fue de aquí a Varsovia, para asuntos que nada tenían que ver con la casa, y gastó 90 polacos. Lo mismo, fue a Rozniatov, y gastó otros 90, como está escrito en los registros. Con el dinero que había recibido para volver a hacer el vestido de la Virgen se compró dos caballos de raza, que luego vendió, pero no entregó el dinero de la venta. Se guardó también otros 100 polacos que había recibido con la misma finalidad, y me extrañaría que no tuviese en su poder alguna otra importante cantidad. Ha dejado en el depósito una cajita sellada; lo que hay en ella, lo ignoro. En relación con esta manera de administrar los bienes ya le procesó el citado P. Juan Crisóstomo, Visitador General, y una cosa notable entonces fue que sólo entregó 16 áureos al P. Visitador como viático, y que después, a causa del proceso que había promovido el P. Simón de Sta. Catalina de Siena, entonces Rector de Lowicz, entregó una cantidad importante a la casa de Lowicz, para que no siguiera adelante la causa, de la que el P. Simón había sido nombrado juez. Sobre este asunto sólo puedo declarar yo; los demás lo ignoran. Mandó también entregar 5 áureos a los de Varsovia para promover la causa contra la elección del actual P. Provincial Juan de Jesús María, y lo sé porque me mandó que los entregara del depósito. Da la impresión de que teme mucho que este le quite el rectorado, y se jacta mucho de algo que no es cierto. Y quizás actuó de manera fraudulenta con Vuestra Paternidad en el caso de la remoción del P. Pedro de la Visitación y su sustitución por él mismo, pues el Sr. Tesorero y la Sra. Tesorera apreciaban a aquel Padre como un religioso bueno y pacífico, y nunca fue cierto que el Sr. Tesorero quisiera que sacaran al P. Pedro para sustituirlo por el P. Agustín, cosa que afirmo la Sra. Tesorera diciendo que los Padres estaban en un error si creían que aquello agradaba al Sr. Tesorero. El mismo Sr. Tesorero dijo al P. Ignacio de S. Estanislao, refiriéndose al P. Agustín y su nombramiento, dijo que él ni aprobaba, ni desaprobaba; lo que hacía falta es que fuese un hombre activo. Y en modo alguno escribió ninguna carta a Vuestra Paternidad recomendándolo para que lo promoviera al rectorado. Lo que sí es cierto es que el Sr. Tesorero se enfadó mucho cuando la muerte del soldado culpando de ella al P. Pedro, como oí al P. Agustín, pero luego se calmó, y hasta ahora dura la vehemente animosidad del P. Rector contra el citado P. Pedro, al que él sucedió en el rectorado, y cada vez que sale el tema, habla de ello con mordacidad. En cuanto a la recomendación hecha por el P. provincial Vicente, quizás él mismo estaba mal informado en cuanto a las relaciones de uno y otro, y quizás intercedió por él a causa de la amistad que tenía con el P. Ignacio, que quizás se lo recomendó. Si el P. Vicente de S. José, anterior Provincial, no tropezase tan a menudo en la embriaguez, y cuidara sus amistades, sería un buen Provincial. En cuando al P. Juan de Jesús María, afirmo absolutamente que no sirve para Provincial, a causa de sus intolerables ímpetus y su falta de madurez. Pues viví con él durante un trienio en Varsovia, y tengo experiencia de su condición, y aunque como alumno suyo de Teología le aprecio y le valoro, en conciencia tengo que hablar por el bien común tal como lo siento. El origen de las recientes intrigas contra él está en Varsovia, de donde se transmitió por cartas a las demás casas. No sé quién fue el promotor de tantos jaleos que provocaron esas cartas disuasorias, que firmaban todos los de Varsovia. Yo también firmé aquí, apoyando a los demás; no obstante estoy dispuesto a hacer lo que me ordene la obediencia. Volviendo al P. Rector, he de decir que a menudo omite la misa y la recitación del oficio, cosa que ya fue señalada por otros en otros tiempos. Por lo demás, el P. Lucas de S. Pantaleón se dedica a pintar asiduamente, y sus cuadros a través de las manos del P. Rector van a parar a seglares, y cualquier cantidad que le paguen, no la entrega. De un altar que pintó le pagaron 100 florines, y se los quedó él, sin dejar ninguna nota en los registros, como toras veces ha hecho, pues el citado Padre es mantenido con los gastos comunes de la casa. Además, aunque el citado P. Lucas no está en la lista de nuestros confesores, el P. Rector lo ha hecho confesor suyo y de otros, con lo cual se duda si lo hace válidamente, pues corresponde al P. General y a lo PP. Provinciales el aprobar a los confesores, y principalmente porque al P. Lucas le prohibió expresamente el P. Provincial que oyera confesiones, y el mismo P. Provincial explicó al P. Rector que él no podía en absoluto aprobar confesores, sino que cada vez que hiciera falta podía dar permiso para una sola vez.
8.Aparte de las normales imperfecciones, no me consta que haya notables faltas graves contra la observancia regular.
9.En cuanto a la paz y la concordia domésticas, hubo algunas intrigas domésticas entre algunos, que ya se han arreglado.
10.Las escuelas, según me consta, funcionan bien.
11.No oí que hubiera ningún escándalo rodando por fuera.
12.Hablando de las personas en particular, el P. Glicerio de S. Esteban no ha conseguido la solidez religiosa, y oí que alguna vez vino al refectorio con el cabello aspergido con polvo de Chipre. El P. Eustaquio de S. Lucas y el H. Joaquín de de S. Benito, laico, caen frecuentemente en la embriaguez.

Y como no tengo nada más que decir, y recordando los preceptos dados de decir la verdad y guardar secreto, firmo con mi mano dando fe.

Pablo de Jesús Vicerrector.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[19. Padre Agustín de S. Juan Bautista]

El 20 de marzo de 1696, por orden de nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, comparecí yo, Agustín de S. Juan Bautista, sacerdote profeso, de 55 años de edad, de comunidad en esta casa desde hace varios años, en el ministerio de Rector desde hace tres esta segunda vez. Nuestro Padre General me exhortó y me mandó formalmente, en virtud de santa obediencia, decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar en la presente visita, cosa que acepto. Me preguntó, y yo le respondí:

1.Hace 36 años que ingresé en la Orden.
2.He estudiado Retórica, Filosofía, Teología.
3.Durante 15 o 16 años he enseñado en las escuelas, tanto a seglares como a los nuestros; a los nuestros enseñé Filosofía.
4.Oficios en la Provincia: he sido casi continuamente predicador, siempre confesor. No sólo he sido predicador en nuestras casas, sino también en los campamentos del precedente Rey Casimiro y del rey actual Juan. Fui Vicerrector durante diez años, Asistente de varios Provinciales, y es la segunda vez que soy Rector de Rzeszów. La primera lo fui por 11 años; ahora ya llevo 3.
5.Hubo la salida de varios Padres a 20 millas de la casa sin permiso, pero ya lo corregí y lo perdoné caritativamente. Lo demás, bien.
6.No me parece adecuado el actual maestro de la escuela de Poesía, pues bebe demasiado, para la cual serviría si se abstuviese.
7.Se gasta por los enfermos para que curen todo lo que podemos; en cuanto a los huéspedes y pobres, no dejamos de gastar abundantes limosnas en ellos.
8.El P. Vicerrector tiene sospechas siniestras con respecto a mí a veces, y las manifiesta a algunas personas por la que siente un especial afecto. Además cuenta fácilmente los asuntos de la casa. Es propenso a la iracundia y pronto para el juramento, y se enreda fácilmente en intrigas; no es nada sincero.
9.El P. Plácido es un religioso bueno, tenaz, trabajador, con sentido común. El P. Glicerio está demasiado inclinado a los seglares, y es ligero en sus acciones y comentarios, y tiene un alto concepto de sí mismo. Lo mismo pienso del P. José de la Purificación, que es además fastuoso. Del P. Eustaquio ya he hablado antes, y a causa de su ineptitud no cuenta entre los hombres válidos. El P. Wenceslao no aprovechó mucho en los estudios de Filosofía, pues no es una persona de mucho ingenio, aunque es de rectas costumbres y sirve para predicar. El H. Joaquín de S. Benito, operario lego, es un adicto fiel a beber aguardiente. De los demás tengo buena opinión en todas las cosas, exceptuadas las imperfecciones corrientes que se pueden corregir y se corrigen fácilmente. Para responder a los Vuestra Paternidad me pregunta sobre lo que pienso acerca del actual P. Provincial Juan de Jesús María, le seré sincero. Creo que no es apto para el provincialato, en primer lugar porque es un hombre impetuoso e irracional. En segundo, porque no está habilitado para las actividades y negocios de la Provincia, ni tiene la debida prudencia. Como cabeza de la Provincia no tiene ninguna información, ni goza del afecto de las personas, pues odia a la gente excepto a los pocos que le siguen. En cuarto lugar, porque él es el autor de todas las turbaciones y sucesos de la Provincia con sus seguidores. Y estoy preparado y dispuesto a probar todo lo que digo, porque conozco bien el tema, pues él estuvo bajo mi mandato cuando fui nombrado Viceprovincial por el P. General, y encargado del gobierno. Envié una carta con el título de Viceprovincial, con la patente anexa, en la que se me daban los poderes de Padre Provincial. Sin embargo él no me quería reconocer ni nombrar como tal, a pesar de que el P. Bernardo de Sta. Catalina, un partidario suyo, intentaba persuadirle. Y si fue elegido Vocal para el Capítulo general, la cosa se urdió de la siguiente manera. Cuando estaba en el gobierno el P. José de la Madre de Dios, y se mostraron tan próximos a él que eligió como Asistentes suyos al P. Francisco de Jesús María y Juan de Jesús María, que se entendieron para trabajar, y ajustaron las cosas de tal manera y distribuyeron las comunidades de tal modo, estando entonces presente el Visitador General P. Juan Crisóstomo, que votaran al P. Juan de Jesús maría como vocal para el siguiente Capítulo General, como así ocurrió, pues fue elegido. Volvió de Roma a Polonia nombrado Provincial, y desde su llegada comenzaron las intrigas, por lo que los que no conocían su índole in su ineptitud, pronto descubrieron su astucia, y se unieron en masa a los que sí lo conocían. Después de que se promulgara el decreto de Vuestra Paternidad acerca de su instalación, ellos lo aceptaron, esperando que se tranquilicen las cosas en todas partes y se consolide la Provincia, cosa que a mí me parece imposible que se logre bajo su gobierno a causa de las razones expresadas, y a causa de que son de temer males peores.
10.Acerca de las recientes turbaciones contra el nombramiento del P. Juan de Jesús María como Provincial, no sé nada más que lo que he dicho. En cuanto a escándalos y relajación, no sé nada.

Y como no tengo nada más que decir, y recordando los preceptos dados de decir la verdad y guardar secreto, firmo con mi mano dando fe.

Agustín de S. Juan Bautista, Rector.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

[Cuestionario especial para el P. Rector]

Como nuestro P. General, Visitador General y Apostólico en nuestra casa de Rzeszów, de la Provincia de Polonia, durante el mes de marzo de 1969, se enteró de que había algunas cosas contra mí, Agustín de S. Juan Bautista, Rector, me llamó a su habitación y después de obligarme con juramento sacerdotal, poniendo la mano en el pecho, a decir la verdad sinceramente, y guardar secreto sobre las cuestiones que me iba a preguntar, me interrogó.

1.Sobre si yo había sido procesado alguna vez, por quién, por qué, y si había sido decretado absuelto.
  • Fui procesado por el P. Juan Crisóstomo de S. pablo en el tiempo en el que era Visitador General de nuestra Provincia, acusado de violar la pobreza, y otras cosas que aparecían en el proceso. Todas las acusaciones que me habían hecho resultaron falsas, por lo que fui absuelto por el Provincia Vicente de S. José, por orden de P. Visitador, y unos meses más tarde me enviaron las patentes para el presente rectorado. Si fui decretado, no me consta, pues no se me intimó ningún decreto.
2.Si es cierto que los religiosos o yo mismo vamos frecuentemente a la ciudad sin compañero a casa de seglares.
  • Puede haber ocurrido alguna vez que haya tenido que salir de improviso con algún sacerdote seglar honrado, y que al salir yo mandara que mi compañero me siguiera inmediatamente, como luego me siguió el P. Wenceslao de S. Alberto, y fue a causa de que el citado sacerdote quería hablar con unas parientes suyas en mi presencia, por causas razonables, nacidas de la confianza que tenía conmigo.
3.Si conozco a la hermana del P. José de la Madre de Dios, si voy frecuentemente a su casa, y qué hago allí.
  • Hace unos 24 años que conozco a la hermana del Padre citado, una matrona honestísima, como todos los testimonios pueden confirmar. Y si voy a esa casa no es por otra causa sino porque he tenido diversos negocios con esa señora, y con su marido, al que convertí del luteranismo. Y por eso voy a tratar de diversos negocios que tiene que ver con la casa, pues allí compro diversos artículos necesarios paras nuestro funcionamiento: allí compramos velas, cirio, vino e hidromiel, cosas necesarias tanto para la iglesia como para la casa, pues ella se dedica a la venta de esos artículos.
4.Si alguna vez he ido a comer y a beber a casas de seglares, con qué frecuencia, y a casa de quién. Si de noche o de día.
  • Si recuerdo bien, este año he ido a comer dos veces: la primera, con el P. Ladislao, y la segunda con el H. Casimiro, y me vi obligado a hacerles el favor de acudir, y no había otros seglares que el señor y la señora de la familia, y su familia, y algunos Padres Bernardinos y otros religiosos que suelen acudir allí frecuentemente. Recientemente fui invitado en la ciudad por el Sr. Canónigo Bokum, hermano de la Sra. Tesorera nuestra Fundadora, que se despedía, y también estaba invitado el P. Vicerrector. Hablo de la casa de la hermana del P. José, piadosamente difunto, pues a otras casas raramente voy alguna vez, y entro un rato para hablar o para dar gracias, y tras una simple cena vuelvo a casa a una hora adecuada, pues siempre estoy en casa antes del toque de la noche.
5.Si alguna vez ha habido gente a comer aquí, con música y cantos, y quién los trajo.
  • Cuando fui invitado por el Canónigo citado, quiso venir a una honesta recreación a nuestra capilla claustral, a cuya orden accedí de buena gana a que los músicos ganaran algo, pues suelen ir a otras casas a cantar, y si no hubieran estado ellos habría llamado a otros músicos, como suelen hacer los magantes.
6.Si reflexionando mejor recuerdo haber vuelto haber muy tarde a casa y a veces habiendo bebido demasiado.
  • Refiriéndome a la casa citada antes, me remito a lo dicho. Puede ser que volviendo alguna vez de algún lugar más lejano llegara tarde por la noche, bien porque el negocio que tenía que tratar estaba a mucha distancia, o bien porque me viera obligado por algún bienhechor. En cuanto a que había bebido mucho, eso no puede ser cierto, pues siempre he buleto a pie o en choche, sin que me llevara nadie desde él a la habitación, ni ningún hombre serio y religioso me puede achacar tal torpeza. Muy bien pudo ocurrir que bebiera cierta cantidad de vino, pero nunca me produjo vacilación ni en la cabeza ni en los pies.
7.Con qué dinero conseguí ese vino bebido abundantemente.
  • Los que me invitaron o trataron bien, me propusieron que bebiera vino o me lo impusieron, como es la costumbre del país cuando se trata a los amigos o a los huéspedes con cortesía. Y cuando algunos de los nuestros visitan la casa citada de la hermana del P. José ocurre lo mismo, y también el mismo Visitador General Juan Crisóstomo experimentó la misma cortesía, cosa que no hubiera hecho si hubiera constado a los Superiores que en aquella casa se cometía algún exceso.
8.Si iba a pie o en coche a esa casa, y donde se quedaba el coche mientras yo estaba allí.
  • Casi siempre he ido a pie, pero cuando hay mucho barro y no se puede ir a pie, cosa que ocurre muy raramente, he tomado el coche, y también cuando tenía un compañero conmigo. Mientras yo estaba en la casa el coche permanecía en el lugar acostumbrado a la puerta de la casa, donde suelen estar los demás cuando van a esa casa.
9.Si alguna vez no he estado a comer aquí, y en qué casa he estado.
  • Por insistencia del Sr Gobernador de esta fortaleza, el pasado domingo de quincuagésima, que era tiempo de Carnaval, después de comer en casa con la comunidad, fui a su casa con el P. José el profesor, que había sido invitado por el citado Sr. Gobernador, y no quería ir sin mí, así que me obligado a ir, como muestra de respeto a dicho Gobernador, que es uno de los principales oficiales de nuestro S. Tesorero. Había allí una boda, de una joven pariente del padre de la casa. Pero ni yo ni el P. José ni el Sr. Gobernador y otros familiares próximos comimos con los esposos, sino en una habitación aparte. Y volvimos antes de la cena, pues teníamos en casa un huésped dominico al que rogamos que viniera para decirnos un sermón sobre Santo Tomás de Aquino. Y entonces me enteré de la noticia de la llegada de Vuestra Paternidad, que se había quedado a pernoctar en Glogow.
10.Cuántos caballos tiene nuestra casa de Rzeszów.
  • Hay 9 de la casa, que sirven para los trabajos domésticos y para los viajes. Y hay otros dos más pequeños en los pastos que me fueron regalados por magnates bienhechores cuando fui a visitar sus establos para bendecirlos, como consta al P. Ecónomo y al Vicerrector.
11.Qué se hizo con dos caballos comprados con un dinero entregado para hacer un vestido de plata a la Virgen de nuestra iglesia.
  • Los vendí al P. Prior de los Carmelitas Descalzos de Przemysl, por 450 florines polacos. Es cierto que habíamos quedado en un precio de 500, pero luego el P. prior se dio cuenta de que uno cojeaba, por lo que rebajé el precio en 50. Y no tuve dificultad para rebajar aún el precio, pues se trataba de caballos ya viejos, por lo que al final se los vendí por 300 florines.
12.Dónde está el dinero de la venta de los caballos citados, y por cuánto se compraron.
  • El dinero lo tengo yo, para mandar hacer el vestido de la Virgen, pues para ello me entregaron el dinero a mí, en primer lugar. Temo además que el ecónomo la gaste en otras necesidades de la casa. No entregué esa cantidad porque quería consultar con Vuestra Paternidad acerca de quién debía guardarlo, para que el deseo de los bienhechores no se frustre por distracción o por alguna otra razón. El crédito asignado a la compra, como puede comprobarse, fueron 350, y yo he recibido para hacer ese vestido 100 florines, que entregó un señor llamado Piromiezny.
13.Si fueron asignadas otras limosnas para la restauración de dicho vestido.
  • El Sr. Gogiomoski me dio con el mismo fin 100 florines al contado, que guardo conmigo contados por el ecónomo de la casa, y que no he depositado hasta ahora por las razones citadas antes. Y ya no se han entregado más limosnas para ese vestido. Y como esa suma no basta, hay que esperar que lleguen otras.
14.Si la caja de la casa, según la costumbre, está custodiada por tres oficiales ecónomos, cada uno con su llave.
  • Se custodia de la manera habitual, y los tres oficiales son el P. Vicerrector, el P. José, profesor, y el P. Plácido, ecónomo.
15.Si hay ofrendas para celebrar misas, y otras recibidas por los funerales, y si son incorporadas todas al depósito.
  • Esto puede verse en el registro de la casa, lo que se deja en el depósito, pues cada mes se hacen las cuentas de las oblaciones, que se incorporan al depósito. Hay que señalar que de esas ofrendas un parte se gasta en las necesidades de la sacristía, como consta al P. Ecónomo. Por ejemplo, no hace mucho el Sr. Gasciminski entregó 330 florines por un funeral y para celebrar misas, y como consta en el registro, dispuse que de esta cantidad una parte se gastara en lo necesario para la sacristía; otra parte fuera al erario, y otra parte para comprar pescado para el Adviento.
16.Si tengo algún depósito en mi cuarto o en casa de algún seglar.
  • Tengo un depósito de dinero en una caja en mi habitación, que me han confiado diversas personas para que lo guarde en mi habitación. Son cantidades confiadas por algunos bienhechores nuestros, por la razón de que sus casas son de madera y tienen miedo de que se puedan quemar, pues es fácil que ocurran incendios. Es el caso de los Sres. Chelmiski, Mekorowski y otros. Ciertamente yo no tengo ningún depósito propio en ningún lugar.
17.Si se observa los decretos de la Sede Apostólica en relación con los huéspedes de los religiosos.
  • Sé cómo define Clemente VIII en su Constitución sobre los excesos mundanos los límites de la hospitalidad de los Regulares, y lo que dicen los Doctores sobre que los regulares pueden tratar en su mesa a sus huéspedes de la manera como la persona recibida suele tratarse a sí misma en su mesa, según la frugalidad de sus raciones. Por eso yo, cuando se presenta la ocasión, procuro recibir a los huéspedes con la debida cortesía, de modo que sin exceder tales términos, agradezcan la buena voluntad y el buen ánimo con que los recibimos. Y no puedo estar de acuerdo fácilmente con los oficiales de la casa, pues temo que si recibimos a los huéspedes de una manera descortés se ofendan con nosotros.
18.Si vienen frecuentemente huéspedes a nuestro colegio de Rzeszów y en qué condiciones.
  • Como Rzeszów es una ciudad de paso de muchos a otros muchos lugares, son numerosos los huéspedes que vienen aquí a causa de su antigua amistad conmigo, o por beneficios a nuestra Orden, o por nuestros religiosos, y muchos de ellos son de condición noble. Tenemos también frecuentemente religiosos de un convento u otro que vienen por negocios a Rzeszów, como ha ocurrido recientemente con el Padre Prior y su compañero de los Carmelitas Descalzos de Przemysl, y el Padre Prior de los Dominicos y el Superior de Borkovren. Y recíprocamente, ellos reciben a los nuestros en sus casas, como recientemente ha ocurrido con nuestros neo sacerdotes en Przemysl, que han residido en su casa varios días mientras eran ordenados; estuvieron en casa de los Padres Teresianos. Tengo también muy a menudo huéspedes de todo tipo cuando reside aquí el Ilmo. Tesorero, que como él no los puede acoger, se dirigen al colegio, y debo acogerlos.
19.En qué lugar son acogidos los huéspedes, de qué modos son tratados y quién los acoge.
  • Como la construcción está sin terminar, y no hay una habitación para huéspedes, suelo acogerlos en el colegio, en una de nuestras habitaciones. Los trato moderadamente, al estilo de la gente, y para ellos he comprado vino para tratarlos cordialmente. Alguna rara vez, los más dignos son invitados a nuestro refectorio. En cuanto a las personas, bien los acojo y atiendo yo, o bien se lo encargo a algún otro.
20.Cuánto se gasta al año con los huéspedes, y si está anotado.
  • El P. Ecónomo acostumbra a anotar todos los gastos, especialmente cuando se trata de vino, como ha hecho con ocasión de la venida del P. General y de otros Superiores, como consta por escrito.
21.Cuánto se gasta al año en comprar vino y cuanto se da a la comunidad.
  • Sin consultar los registros de la casa, así, de repente, no puedo decirlo. Lo que sí puedo decir es que como a veces vienen más huéspedes, y a veces menos, el consumo de vino varía. Ordeno que se distribuya vino a la comunidad en muchas fiestas de primera clase. Es cierto que de vez en cuando distribuyo algunos vasitos a los Padres en mi habitación, en algunas ocasiones en que he recibido dinero de algunos trabajos, de funerales, y así. Sin embargo no he podido invitar a toda la comunidad, que consta principalmente de juniores.
22.Si llegan a la Casa limosnas extraordinarias y se entregan a la comunidad.
  • De vez en cuando llegan para la iglesia, y para su servicio. También llegan alimentos, que en el momento oportuno son entregados a la comunidad. O bien los reservo para los huéspedes más importantes o para los días más solemnes en la habitación del H. Casimiro, pues el P. ecónomo no tiene habilidad para esta providencia, pues si cayeran en sus manos los consumiría sin hacer distinción de personas, y luego cuando surgiera la necesidad haría falta que la casa hiciera importantes gastos.
23.Si suelo celebrar cada día la misa, si observo las rúbricas al celebrar y si recito el Oficio Divino.
  • En lo que se refiere a la celebración cotidiana de misa, puede consultarse el libro de la sacristía. Tal vez alguien una tal delación con respecto a mí ha podido ser hecha por alguien que no sabe que voy frecuentemente a la fortaleza y celebro misa allí, y como no me ve celebrar misa aquí, piensa que no lo hago. Confieso que en alguna ocasión, por motivo de enfermedad, o por otro impedimento temporal, como estar de viaje, no he celebrado, y por eso hay omisiones en el libro de misas. En cuanto a rúbricas descuidadas u omitidas por mí, no soy consciente de que las haya descuidado a conciencia o por ignorancia, pero es posible que no me diera cuenta de alguna. En cuanto a la recitación del Oficio Divino, digo que es falso que lo haya omitido. Yo no observo si otros los recitan, y no por ello sospecho que lo omitan, sino que creo que cada cual satisface sus obligaciones en sus habitaciones. Así yo recito mis horas solo, y cada día cumplo mis obligaciones antes de la meditación de la mañana.
24.Si hay alguien que esté ofendido en la Provincia conmigo, y por qué.
  • A causa de algunas dificultades que surgieron, motivadas por la ingratitud y la mala correspondencia, quizás algunas veces el P. Pedro, Rector de Lowicz, y predecesor en el Rectorado, principalmente a causa de la negligencia en el culto sagrado y cosas de ese estilo, pero no es un hombre que se sienta ofendido. También podría ocurrir con el actual P. Provincial [Juan] de Jesús María, por las razones que he explicado antes, en la visita personal, concretamente por algunas quejas mías que transmití al Visitador General, por su parcialidad en la Provincia, ya que pensando en el bien común no me parece que él no puede servirlo, ya que no tiene el afecto de la Provincia.
25.Si se observa la clausura en esta casa, y qué lugares están señalados para ella.
  • Exceptuada la Ilma. Tesorera, que goza del privilegio de los fundadores para pasar por el pasillo a la iglesia cuando viene de la fortaleza, me refiero al pasillo del piso bajo, se observa en todo lo demás, a no ser que alguien diera entrada en la casa a alguna mujer ignorando los límites de la clausura. Los limites son toda la casa, y Vuestra Paternidad puede dar alguna indicación para que no vuelvan a presentares dificultades de este tipo.
26.Si he recibido a algunas mujeres en el claustro, y ha ocurrido que haya hecho entrar a alguna en la sala de los nuestros.
  • Incidentalmente alguna vez he recibido a bienhechoras tal como lo requería el honor y la obligación hacia ellas. La única vez que la Portaestandarte de Sandomierz entró en la clausura mientras iba de paso hacia la fortaleza, sin saberlo yo vino a nuestra sala, pasando por el corredor inferior, pues no sabía que era clausura, y quería hablar conmigo para promover la construcción. Estaba con su marido, y después de esperarme un momento volvió a salir, y le advertí que respetara la clausura.
27.Si ha llegado alguna vez dinero a mis manos y si en ese caso lo entregué totalmente al erario común.
  • Llegan a menudo, y la mayoría de las veces las apunto en el registro, y si quedan en mis manos son para algún asunto particular de la casa, como lo anota el ecónomo en el registro. Aunque a veces ocurre, especialmente en ausencia del ecónomo, al que he enviado fuera por algún asunto relacionado con la comunidad, que como algunos están ocupados en la escuela, y otros no tienen pericia para hacer las cosas, yo mismo dispongo del dinero para las cosas necesarias, y después lo escribo para que los oficiales de la economía vean las cantidades entradas y salidas, como puede constatarse en los libros. Ocurrió recientemente que llegó a mis manos, como dije más arriba, una suma de 330 florines por la sepultura de la Sra. Gasciminska, y dispuse de ella entregando parte al erario, parte para comprar pescado, y parte para la sacristía.
28.Si el P. provincial anterior me había preguntado por ocho áureos entregados a la casa por el Oficial de Przemysl para hacer un incensario de plata, y qué se hizo de ellos.
  • El P. Provincial nunca me preguntó por este tema. Es cierto que me fueron entregados 8 áureos por un sacerdote para hacer lo que se ha dicho. Pero fueron gastados para la casa, y fueron debidamente anotados en los libros de economía, como se podrá comprobar.
29.Si el P. Lucas, pintor, recibe algún pago por su trabajo y si se incorpora a la comunidad.
  • El P. Lucas, en efecto, pinta y trabaja para la casa, como se puede ver en la iglesia y en el comedor, y alguna vez fuera. Por el dorado de un altar recibió 100 florines, que gastó en comprar pinturas, otra parte para un hermano suyo pobre, y otra parte para sus necesidades, con la debida licencia, A veces sus cuadros sirven para agradecer a nuestros bienhechores, que luego nos dan trigo, cerveza o miel, que sirven para el consumo de la casa.
30.Si el mismo P. Lucas es un confesor aprobado para los nuestros.
  • No es confesor de los nuestros, pero el P. provincial me dio permiso para que en caso de necesidad pudiera yo darle facultad para oír las confesiones de los nuestros.
31.Qué viajes he hecho he hecho el año pasado hasta ahora, y con qué finalidad.
  • He hecho varios viajes por orden del P. Provincial, por negocios de la Provincia o de la casa. En el mes de febrero de este año fui a Varsovia para ver al Palatino de Cracovia para reivindicar una suma de 6000 de esta casa con permiso del P. Provincial que tengo por escrito, y para ese viaje gasté 40 Fl, como consta en el registro. El mismo año fui dos veces a ver a la Sra. Rosnowska a Jaroslaw, con el motivo de reclamarle 5000, de los que cobré 6000, y recibí 6 para el viaje, como consta en el registro. No mencionaré los otros viajes hechos antes, que han sido siempre hechos con motivo de negocios de la casa o de la Provincia, o por encargos que me han hecho.
32.Si voy frecuente a casa de seglares por la noche, y en qué días principalmente ocurre eso. Y si cuando voy a la ciudad o vuelvo de ella me detengo en casa de algún seglar.
  • Alguna vez ocurre que por asuntos de la casa me detenga con los vecinos, pero nunca sin motivo, sino actuando como Rector. Y alguna vez también, a causa de la longitud del viaje, o de lo tardío de la hora, hago noche en su casa. Nunca he tenido unos días determinados para hacer esos tipos de viajes, sino que lo he hecho cuando lo ha exigido la necesidad, y confieso que alguna vez volviendo de viaje me ha ocurrido detenerme en la casa de la que hablé antes, porque tenía que trata algún asunto, o por motivos de cortesía.
33.Qué he hecho por la casa durante mi gobierno en la misma, y si hay deudas y créditos.
  • Puede verse en la misma casa que se han hecho múltiples mejoras en ella. En primer lugar fui a reclamar 6000 al Palatino de Cracovia que nos habían sido legados por un sacerdote, pero como la cosa estaba escrita en un simple papel, fue una causa ardua, que sin embargo gané gracias a la habilidad. Del mismo modo recibimos de la Sra. Gasciminska 7000, que están produciendo interés. Además 4700 entregados por el Sr. Frado para construir escuelas. También he recibido de la Sra. Ronowiska 2000, y faltan por recibir otros 2000. También la botica que hemos construido, por la cual hay que pagar aún 1000 F, y otras mejores que se pueden ver en la iglesia y la sacristía, e la cual se ha dorado el altar de S. José por la piedad del Sr. Tesorero, que quiere decorar ese altar. Finalmente con mi esfuerzo y la ayuda divina he procurado asegurar y consolidar toda la Fundación, como es público y notorio.
34.Si hay en depósito algunas sumas que deben colocarse para que fructifiquen y si cuando se colocan se observa lo que hay que observar.
  • Hay 400 florines que están en el depósito porque no se ha presentado la ocasión de colocarlos sino en los judíos, y yo he experimentado que el dinero dejado en sus casas están siempre en peligro, por lo que prefiero conservarlo seguro mejor que produciendo interés en peligro. Además puede ser que se presente una ocasión oportuna de comprar algo bueno, y entonces utilizaré esa suma, mejor que otras que ya tenemos en los judíos. Cuando se presenta la ocasión de hacer un contrato, se observa lo que hay que observar. De momento tenemos 3000 en manos de los judíos, pues el Sr. Chelmski los colocó allí para que con el interés celebremos misas a su intención.
35.Si la comunidad mantiene en la mesa la observancia regular.
  • Como a la casa de Rzeszów vienen muchos huéspedes a los que hay que atender, por una cosa o por otra, y cuando el Ilmo. Fundador está aquí a menudo necesita que le ayudemos, en estos casos tengo que procurarme entre los vecinos lo que falta en la comunidad; pero cuando no hay nada que lo impida, me esfuerzo para que se siga la observancia.
36.Si se cumple la intención del que testó para la música correctamente y si antes se mantenía el legado para la música.
  • Se cumple con la música como se puede, pero los deudores para la misma no nos pagan la pensión, como todos y concretamente el P. Ecónomo saben, pues él sabe cuántas dificultades hay para exigir los réditos. Antes este legado se mantenía también de las casas que nos pedían la música, y tal vez mejor porque se podían tener mejores cantores; alguno bueno se fue a causa de la disciplina, como un niño que cantaba muy bien y que nos lo quitó el Sr. Podolski, oficial de Przemysl.
37.Si juro que he dicho la verdad sobre todo lo que se me ha preguntado más arriba.
  • Todo lo que he dicho es cierto, y todo lo que se me achaca creo que es por ignorancia o por sospechas y murmuraciones, como suele ocurrir en las comunidades, máxime con respecto a los Superiores, que son como los blancos para los arqueros. Sin embargo en mi debilidad me esforzaré para actuar según los consejos de Vuestra Paternidad para que en el futuro los religiosos de esta comunidad o de cualquier otra no tengan que sufrir a causa mía, y me comprometo a decir y hacer religiosamente lo que me sea indicado, como conviene que hagan los Superiores.

En fe de lo cual todo lo que he dicho lo firmo con mi mano, en este día 24 de marzo de 1696.

Agustín de S. Juan Bautista, Rector.

J. Francisco de S. Pedro, Prepósito General y Comisario y Delegado Apostólico de S.S.

Notas

  1. El P. General con sus dos acompañantes llegó a Rzeszów el 5 de marzo de 1696. Como era el tiempo del Carnaval, retrasó el comienzo oficial de la visita hasta el 7. Permaneció en la misma casa hasta el 30 de marzo, en que comenzó el viaje hacia Podolín. Había visitado antes las casas de Varsovia (la “visita” oficial duró del 8 de enero al 8 de febrero, aunque en realidad tuvo que atender a muchos otros asuntos, de modo que no la terminó. Visitó Gora del 9 al 22 de febrero; Radom, del 24 de febrero al 2 de marzo. Después de Rzeszów visitó Podolín, del 9 de abril al 10 de mayo, aunque en realidad la visita empezó después de la Pascua, el 25 de abril. En Podolín recibió una carta del Papa Inocencio XII en la que le apremiaba para volver a Roma, así que ya no regresó a Polonia para visitar las demás casas, pasó rápido por las de Hungría y Moravia y dejó de lado las de Bohemia. Está claro que a la casa de Rzeszów es a la que más tiempo de “visita” dedicó (la comunidad era más numerosa que la de Gora y la de Radom, pero menos que la de Podolín), y sin duda buena parte de los Decretos de la Visita, que escribió en Podolín, intentan corregir las deficiencias que ha constatado principalmente en Rzeszów. En Cracovia había estado del 21 al 30 de noviembre, pero allí no llevo a cabo ningún acto oficial de visita. (De la Crónica de la Visita, del P. Antonio del Campo, N. del T.)
  2. Posiblemente se trata de una referencia a la Odisea, en la que aparece la diosa Minerva, protectora de Ulises, pero es la maga Circe la que convierte en cerdos a parte de los compañeros de Ulises.
  3. Se refiere a la tarde antes de llegar a Rzeszów. Glogow se encuentra a sólo una legua de Rzeszów [N. del T.]