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Datos
Demarcación Liguria
(1759-1968)
Historia
El primer intento de fundación en Finale Ligure, gran centro comercial de Ponente, a casi 20 kms. de Savona, hay que remontarlo al tiempo en que el farmacéutico del mismo Finale, Pedro Galli Alviggi, después de su muerte, dejó como «heredero universal una escuela pía para establecerse en su propia casa y habitación». En 1637, el arcipreste y los cónsules de Finale Ligure Marina presentaron una solicitud a Calasanz, pero sin resultado alguno. Del mismo modo no puede atenderse una nueva petición, elevada en 1648 por el obispo de Savona, Mons. Francisco M. Spínola. Otra tentativa, igualmente fallida, realizaron en 1683 las autoridades de Finale Ligure Borgo. Estas ponían a disposición de los escolapios las casas del oratorio de la Santísima Annunziata.
En cambio obtuvo un éxito positivo el abogado Juan Andrés Aicardi, natural de Finalborgo, hombre culto y buen creyente, quien, con testamento del 1757, donaba todo su patrimonio a los escolapios. A pesar de la oposición del clero y de los religiosos del lugar, la labor escolar de los escolapios se inició el 16-12-1759 en el palacio del abogado Aicardi, habilitado hasta el 1832 para habitación de la comunidad, del internado y de la escuela. Para comenzar las Escuelas Pías contaron con cuatro religiosos sacerdotes y dos hermanos operarios. De la enseñanza de la gramática se ascendió a la retórica y finalmente a filosofía. El abogado Aicardi, que vivía con los escolapios, vistió el hábito calasancio y poco antes de morir, emitió la profesión religiosa en 1763. Después de las leyes de supresión, los bienes de las Escuelas Pías, en 1801, pasaron al municipio, mas en 1814 los escolapios pudieron reintegrarse su propiedad y sus mismas habitaciones. Resultando insuficiente el palacio Aicardi, para las nuevas exigencias, tanto de las aulas, como del internado, en 1831, el conde Emilio Carenzi compró el exconvento de San Antonio, en otro tiempo de los PP. reformados de San Francisco, situado entre Finalborgo y Finalmarina. A este edificio se trasladaron las Escuelas Pías en el año escolástico de 1832-1833. Los escolapios procedieron a la reconstrucción del inmueble, sobre todo para adaptarlo a internado. En esta transformación, se distinguieron dos rectores, el P. Agustín Scaroni y el P. Agustín Dasso.
El 30-11-1844, con una solemne academia, se inauguró el colegio Aicardi y se descubrió un busto de mármol del fundador Juan Andrés Aicardi. El internado se vio acrecentado tanto que, en 1848, los internos alcanzaron la cifra de 68. En 1866, a causa de las leyes subversivas, el Instituto pasó a manos del ayuntamiento. Sin embargo, las autoridades locales quisieron que los escolapios continuaran su ministerio docente, concediéndoles el uso del edificio, a cambio de un arriendo simbólico.
A finales del siglo XIX, flanqueando el camino que conduce al colegio, los escolapios construyeron una iglesia, dedicada a San Antonio de Padua, y una casa para la formación de los futuros escolapios. Pasada la primera guerra mundial, los religiosos del colegio Aicardi, con la ayuda de los habitantes de Finalborgo, erigieron en la pendiente de la Caprazoppa, monte que se levanta en frente del colegio, una capilla votiva a la Virgen «Regina Pacis», todavía centro de gran devoción. Mérito particular alcanzó el P. Esteban Sasso, que por muchos años animó y sostuvo su fiesta anual.
El colegio Aicardi funcionó hasta la mitad de nuestro siglo, período en el que las escuelas se sometieron a la ley general del Estado y pasaron a su dirección. En 1968, el caserío y terrenos colindantes fueron exigidos por el municipio y así los escolapios forzosamente abandonaron el célebre colegio. Actualmente es sede de la escuela elemental estatal. En el área circundante se levanta una escuela de hostelería.
Superiores
Bibliografía
- P 1. 107-108
- P 12, II, 49-50
- «Ricerche» (1983), n. 9; (1984) n. 11.
Redactor(es)
- Severino Giner, en 1990, artículo original del DENES I