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Contenido
Datos
Demarcación Cataluña
(1858- )
Antecedentes históricos.
El primer intento de fundación del colegio de la Escuelas Pías de Olot, comarca de la Garrotxa, en la provincia de Gerona se remonta a mediados del siglo XVIII. Después de largas deliberaciones, el 31-9-1760 se firmaron las capitulaciones entre el ayuntamiento y los escolapios y todo quedó acordado y a punto para comenzar seguidamente la actividad docente. Pero los tiempos eran adversos para la expansión de las Órdenes religiosas: el rey Carlos III, a través de su Consejo real, denegó el permiso para la creación del proyectado centro docente en Olot que contaba entonces con unos tres mil habitantes.
El establecimiento de las Escuelas Pías en la población no se consiguió hasta el año 1858, un siglo después, gracias a la preocupación del consistorio municipal; se hacía eco del clamor popular que pedía insistentemente y desde hacía mucho tiempo la ampliación de los niveles de enseñanza en la villa; contaba ya con unos diez mil habitantes. El 30-11-1857, en presencia del notario de Barcelona, Antonio Graciós, se había firmado un contrato entre el ayuntamiento y los escolapios para el establecimiento de un colegio de segunda enseñanza. Era alcalde de la villa D. Francisco de Toralla; Provincial de las Escuelas Pías de Cataluña el P. Narciso Tarter; rector de la parroquia de San Esteban de Olot, Francisco Quer y obispo de Gerona D. Florencio Lorente. La real orden, firmada en Madrid el 7-9-1858 lo aceptaba; y pocos días después se establece en Olot un colegio de segunda enseñanza dirigido por los escolapios, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción y sostenido totalmente por el municipio: un «Instituto libre» en el cual se imparte una enseñanza pública y absolutamente gratuita.
Desarrollo pedagógico.
Se destinó para colegio el espacioso edificio llamado vulgarmente el «Hospicio», (hoy destinado una parte a residencia de ancianos y otra a museos de la ciudad y biblioteca municipal) y que ya venía sirviendo de escuela. A últimos de septiembre de 1858 tomaron posesión del edificio y se instalaron en él los PP. Pedro Amat, rector, Salvador Corominas y Miguel Sabadell; y se dio comienzo al curso escolar de 1858-1859 con un número bastante regular de alumnos, siendo 44 los matriculados.
Poco después, el 28 de noviembre, vistieron sotana dos jóvenes en esta casa, cuyo religioso e imponente acto conmovió agradablemente a los habitantes de la villa. Al finalizar el curso componían la comunidad religiosa siete sacerdotes y un hermano. Para el curso 1860-1861 es ya insuficiente el lugar disponible asignado, por lo cual el ayuntamiento cedió nuevos locales dentro del mismo edificio después de realizar importantes obras de reforma y acondicionamiento a costa del mismo ayuntamiento y aumentando la dotación al centro hasta dieciocho mil reales anuales. El día 20-10-1860 se abrió el internado con ocho colegiales, habiéndose satisfecho el importe de las obras con los recursos del colegio. El 18-7-1869 era declarado de enseñanza pública por el rector de la Universidad de Barcelona facilitándole la concesión de títulos de bachiller en artes. En 1870 se amplía el internado; en la iglesia del colegio se coloca una imagen de la Inmaculada Concepción obsequio de los olotenses en agradecimiento popular a las Escuelas Pías. El 17-6-1871 después del solemne oficio religioso y bendición, se coloca una campana con el nombre de «calasancia» en el pequeño campanario del edificio. Con las guerras civiles entre carlistas e isabelinos o conservadores y liberales, en 1871, se inician unos años en los que la actividad docente sufre notable deterioro. Así «queriendo este Municipio sustituir nuestra enseñanza por la laica, acordó en sesión del 22-9-1871 que abandonaríamos el edificio por nosotros habitado» dejándolo a disposición de este municipio. Repetidamente en pocos años los escolapios fueron expulsados y repuestos en su sitio según los continuos cambios de los partidos que se sucedían en el consistorio municipal. A pesar de las condiciones adversas, no abandonaron Olot y continuaron su docencia viéndose obligados a alquilar y vivir en casas particulares y a percibir de los alumnos, previa autorización, la mensualidad de diez reales por asignatura. «El día 18 de marzo de 1875 entraron en la villa las tropas liberales, a lo que siguió un cambio de ayuntamiento, y como éste fue favorable a nosotros incluyó nuestra asignación en el presupuesto, cesando nosotros de percibir la mensualidad que habíamos impuesto a nuestros alumnos». Pero a falta de buenas condiciones y para evitar nuevas posibles vicisitudes, en 1877 la comunidad pensó en edificar una casa-colegio propia. «Después de varias tentativas, (dice la Crónica del colegio, Libro 1.° página 32), el Sr. D. Rafael Solé Ortet nos vendió juntamente con dos plumas de agua un terreno de su posesión lindante con la Plaza de Cataluña llamado vulgarmente Campo de Marte, (hoy plaza del escultor José Ciará), cuyo terreno tiene la forma de un perfecto rectángulo de 104 metros de longitud por 70 de latitud». El 5-4-1877 se ponía la primera piedra del actual edificio. Era rector el P. Miguel Sabadell. Los planos del nuevo colegio los realizó el P. Manuel Roca (a quien la ciudad nombró hijo adoptivo y le dedicó una de sus calles en 1918), y sacó copia para darle oficialidad el maestro de obras Sr. D. Esteban Pujol. El 29-9-1879 los religiosos se instalaban en las dependencias habitables del nuevo edificio, cuya construcción total no se acabaría hasta 1901 y cuyo presupuesto ascendía a 205.618,84 pesetas. La compra del terreno había costado 22.200.
En atención a la independencia adquirida, en 1880 el alcalde da por terminado el contrato del ayuntamiento con los escolapios.
A últimos del mes de octubre de 1885 se solicita al Gobierno que el centro fuera reconocido como «Libre asimilado» cosa que se concedió pocos días después por real orden del 24 de noviembre. El 13-6-1891 terminaron los exámenes de segunda enseñanza presididos por profesores seglares con el resultado de 22 sobresalientes, 23 notables, 26 buenos y 23 aprobados; no hubo ningún suspenso. El día 27 se examinaban los alumnos agregados al seminario conciliar con el resultado de 9 meritissimus, 6 benemeritus y 3 meritus. El 22 de septiembre, bajo la presidencia del Sr. alcalde se examinaban los alumnos que querían acceder a la segunda enseñanza. El 25 del mismo mes acabó la colocación de cuatro pararrayos por el Sr. Balat, cuyo precio ascendió al precio de 800 ptas. El 26-1-1893, en virtud de la reclamación del rector, Félix Sors, el negociado de Hacienda de Gerona declaró al colegio olotense exento perpetuamente de la contribución territorial que venía pagando. El 21-2-1896 tuvo lugar la bendición de las dos campanas que debían colocarse en una de las torres de la nueva iglesia. Pocos días después, el 7 de marzo, se inauguraba con toda solemnidad la iglesia, de estilo neorrománico, obra del P. Manuel Roca, quien dirigió el coro y la orquesta que cantaba la gran «Misa Pompiliana», a cuatro voces, que él mismo había compuesto y cuyas partituras originales se conservan todavía hoy en el archivo de la casa. En esta iglesia hay dos enormes cuadros, obra del pintor, Mariano Vayreda que reproducen dos milagros de San Pompilio y que la comunidad le encargó en 1890 con motivo de la beatificación. Son también notables en ella sus vidrieras policromadas, restauradas en 1957 por suscripción popular y por los antiguos alumnos. Un año más tarde se inauguraba el salón de actos. En 1910 se instaló la luz eléctrica. En 1913 se llevó a cabo una reorganización de enseñanzas con una graduación perfecta de clases que realzó la fama del colegio y le dio un gran impulso; fue obra del P. Tomás Garí-Montllor, de reconocida preparación pedagógica. En 1917 se creó la asociación de antiguos alumnos. Durante una docena de años hasta 1928 tuvo gran éxito la escuela agrícola con sus campos de experimentación, museo y exposiciones (como la que se realizó en 1919, cuya memoria se conserva en el archivo y que llamó poderosamente la atención). Era obra del P. Manuel Montaner. En 1920 había 63 internos. En 1921 el número total de alumnos ascendía a 542. En toda la provincia de Gerona no había otro colegio que se le pudiera comparar y que gozara de mayor prestigio. «Después de este período de 1913 a 1921 que pudiera llamarse la edad de oro del colegio (leemos en la Crónica, Libro 1.° páginas 104 y 105), se inicia otra vez un descenso que nadie sabe detener hasta llegar a la reducida matrícula de unos 200 (alumnos) en nuestros días» (año 1930). Entre las causas que el cronista menciona como motivo de este bajón, indica: «Las discordias en el seno de la comunidad hasta llegar al descrédito mutuo en las casas de los seglares..., la mala administración..., y el trasiego continuo de planes y profesores...». Se tuvo que hacer un gran esfuerzo para recuperar el buen nombre: adecentamiento del edificio escolar, seriedad y exigencia en la tarea escolar y educativa y conciencia de equipo y de obra realizada en común. En 1926 se inaugura la «colonia de verano», tradición que continua en nuestros días. En 1930 debiéndose alinear la calle dedicada al escolapio P. Manuel Roca, de acuerdo con los nuevos planos de urbanización, el ayuntamiento construyó la tapia de la huerta, más tarde patio, a cambio de 146,47 metros cuadrados. El 30 de enero de 1931 se firma un nuevo contrato entre el ayuntamiento y las Escuelas Pías para asegurar la segunda enseñanza en la ciudad. Un curso más tarde, los escolapios dejaban de impartir el bachillerato porque se creó el «Instituto municipal de segunda enseñanza» subvencionado por el Estado. Los alumnos internos son 13 solamente y el total del colegio 262 alumnos. En el curso 1931-1932 comienzan a impartirse los estudios de comercio con 18 alumnos.
En 1936 el colegio sufre las consecuencias de la guerra civil. El día 22 de julio los escolapios eran desalojados del edificio por una delegación del «Comité antifascista» de Olot, en cumplimiento de un decreto del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, publicado el día anterior. Firman el acta de incautación la Federación local de sindicatos unidos y la CNT. Era rector el P. Jaime Subirana, el mismo que el 20-2-1939 después de entrar en Olot el ejército del general Franco, tomaba posesión del colegio saqueado, robado, destrozado y que había servido para todo: escuela, cuartel de milicianos, prisión y hospital militar. (Se conserva en el archivo el Libro de Registro de los 6.980 soldados y militares hospitalizados en el colegio entre junio de 1938 y principios de febrero de 1939).
Comienza nuevamente la actividad escolar; se imparte sólo estudios de primera enseñanza y comercio. Hay también un aula de párvulos. En julio de 1943 acababa el curso con 302 alumnos de los cuales 10 eran internos. La secuela de la guerra, la escasez de bienes y la penuria de medios exigió a la comunidad escolapia, durante largos años, privaciones, esfuerzos y sacrificios sin cuento para mantener e ir restaurando el inmueble. Es notable y muy de agradecer la caridad de multitud de personas amigas que con sus donaciones suavizaron la dureza de los tiempos, ayudaron a levantar el colegio y estimularon y sostuvieron el entusiasmo de los escolapios. En septiembre del curso 1947-1948, con la intención de implantar progresivamente los estudios de bachillerato, se comienza a impartir el primer curso con una matrícula de 12 alumnos, que finalizado el curso irán a examinarse al instituto de Gerona para el reconocimiento oficial de sus estudios. Después de una efímera existencia, en 1953 dejan de darse estas clases por insuficiencia de alumnos y por disposición del P. General con motivo de su Visita canónica. A finales del año 1949, previo acuerdo entre ambas partes, el ayuntamiento derriba la pared de cerca del patio del colegio lindante con la actual avenida de los Reyes Católicos por razones de urbanismo y para construir aceras. La tapia es reconstruida nuevamente por el ayuntamiento reduciendo el solar colegial en 175 m2.
Últimos treinta años.
Con la llegada a Olot (5-9-1955) del P. Laureano Perecaula, rector, cargo que desempeñará tres trienios seguidos, el colegio experimenta un cambio importante en su crecimiento y prestigio; en septiembre de 1957 llega, procedente de Alella, un grupo de veinte aspirantes que inauguran el postulantado calasancio. Se crea la escolanía, cuyos componentes vestían sotana blanca con fagín y esclavina azul. Se da un gran impulso a la floreciente asociación de antiguos alumnos y amigos de las Escuelas Pías; se acometen diversas e importantes mejoras en el edificio escolar y se decide la implantación del bachillerato: el 25-4-1958 era clasificado como colegio de enseñanza media en la categoría de reconocido de grado elemental; aprovechando las circunstancias, prepara su expediente para solicitar su reconocimiento como «Centro superior de enseñanza media», (14-8-1960), reconocimiento oficial que se consigue con fecha del 8-3-1961. El 15-9-1957 se crea la asociación de padres de alumnos y comienza a publicarse el boletín mensual llamado «Colegio». El 7-3-1962 se inauguran los magníficos laboratorios de física, química y ciencias, los más amplios y mejor dotados de la Provincia, obra del P. Pablo Martí. Este mismo día es presentada en público la tuna del colegio organizada y dirigida por el P. Ramón Martí; en 1963 se crea en el colegio el «cine club juvenil», legalizado oficialmente por el ministerio con el n.° 10 de toda España y que contó pronto con doscientos socios. Hacía meses que en el teatro del colegio y con las máquinas compradas gracias a la aportación económica de los antiguos alumnos se venían proyectando sesiones públicas de cinefórum que eran muy concurridas. Se va recuperando su prestigio: en el curso 1963-1964 el número total de alumnos es de 525. En 1964 se dedica una calle de la ciudad a San José de Calasanz. Entre 1972 y 1973 se instaló la calefacción de gas, con radiadores con salida al exterior, en todas las clases, internado y cocina, y se asfaltaron todos los patios. Toma un nuevo impulso la asociación de padres de alumnos que tan buenos servicios ha prestado siempre a la entidad. En 1973 el colegio recibe las primeras ayudas económicas del Estado hasta llegar a ser centro de E.G.B. subvencionado totalmente. Este mismo año se renueva el mobiliario de los alumnos de básica. En el curso 1976-1977 acaba la última promoción de alumnos de bachillerato y el colegio, se transforma definitivamente en «Colegio de Educación General Básica y Centro de Formación Profesional». La cuestión trajo mucha polémica. La formación profesional deja de impartirse poco después por falta de matrícula. El 1977 se suprime el internado que tan buenos servicios había prestado a la comarca durante más de un siglo; ya no era necesario. En 1978 abre sus puertas a las niñas y se establece la coeducación con la intención de introducirla progresivamente en todos los niveles educativos. Esta innovación ha sido aceptada por el pueblo con manifiesta satisfacción.
El 15-1-1980 el Gobierno civil de las comarcas de Gerona aprueba los nuevos estatutos de la asociación de padres de alumnos, registrándola con el número 680 de la Sección Primera. Este mismo mes se implanta el «Estatuto del centro en cumplimiento de la correspondiente ley». El 2 de julio del año en curso, se reconoce oficialmente el parvulario con seis unidades. En el curso siguiente, pensando en las familias en las que ambos padres trabajan se pone en marcha con verdadero éxito un servicio de guardería. El colegio goza de buen nombre; 802 alumnos llenan sus 23 aulas con fuerte tendencia a aumentar; la plantilla del colegio está formada por 8 personas que realizan tareas no docentes; 22 profesores seglares y 7 religiosos que constituyen la comunidad escolapia.
De entre los muchos alumnos del colegio que han sobresalido posteriormente se puede citar al escultor José Ciará, a los pintores Joaquín y Mariano Vayreda y José María Prim, al compositor Javier Montsalvage, al médico e historiador Joaquín Danés, a los escritores José María Capdevila, Juan Teixidor, Ramón Grabalosa, Santiago y Eugenio Nadal (en memoria del cual se instituyó el premio «Nadal»), al catedrático y jesuita Alberto Dou, al reverendo Este ve Canadell y a otros más.
Superiores
Bibliografía
- Arch. de la casa
- Arch. Cat.
- Puig Reixach, M. L’Escola a l’Antic Règim: L’ensenyament a Olot en las III Jornadas de Historia de la educación en los países catalanes, Gerona, 1979.
Redactor(es)
- Luis Marañón, en 1990, artículo original del DENES I