Diferencia entre revisiones de «Santo Domingo (DO) Colegio Calasanz»

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Revisión de 10:00 20 oct 2014

Datos

Demarcación Centroamérica

(1954- )

Fundación.

En marzo de 1951 el P. Joaquín Ferragud, superior de los colegios de León, Managua y Jinotega en Nicaragua, sin previo conocimiento de la Provincia visitó Ciudad Trujillo. Durante su estancia y recorrido por la isla fue huésped oficial del gobierno y el entonces secretario de Estado de educación, Joaquín Balaguer, le acompañó a todas partes,. Ferragud había ido en plan particular (aunque el viaje fue preparado por vía diplomática) para estudiar las posibilidades de fundación. La Congregación provincial envió en septiembre al P. Francisco Ásensi para que comprobara la generosidad de las ofertas hechas por las autoridades, las concretase y viera su viabilidad. Asensi llegó el 11-10-1951. El gobierno había ya adquirido el solar escogido por el P. Ferragud para el colegio internado al fondo de la avenida principal del ensanche Ramfis, aunque, finalmente, se estableció en los pabellones desalojados por la Policía Nacional en la Avenida de la Independencia, a petición del mismo religioso. En 1954 se habilitaba lugar para los cuatros cursos de primaria a cargo del gobierno. Mientras el P. Ferragud tenía a su cargo la residencia universitaria, el 6-4-1954 había llegado el P. Adolfo Catral para ocuparse de la enseñanza primaria. El 1 de septiembre comienza la inscripción de alumnos. El 10 de octubre fue la apertura oficial con doce alumnos. En diciembre eran dieciocho. El día 20-4-1955 se firmó el contrato entre el gobierno dominicano y el P. Ferragud representante de las Escuelas Pías ya que diversas circunstancias lo impidieron antes. Aquél se compromete en el documento a la creación del colegio para alumnos internos, seminternos y externos de primaria, intermedia y secundaria, confía su dirección y organización a las Escuelas Pías. Estas se comprometen a establecer y garantizar su funcionamiento, aplicando su propia metodología y experiencia pedagógica. El colegio se edificará en el ensanche Rhamadés. El gobierno edificará, además, la residencia para la comunidad religiosa. Las edificaciones y el menaje se entregarán a la Orden en usufructo mientras cumpla con las condiciones pactadas. El colegio funcionará con completa autonomía disciplinaria y administrativa, sujeto a la inspección de la Secretaría de Estado de Educación y Bellas Artes y en él se seguirán los planes de estudios generales de la República y su sistema de exámenes. Las pensiones o mensualidades de los alumnos se fijarán de común acuerdo con la mencionada Secretaría de Estado. El colegio se compromete además a establecer un 10% de becas totalmente gratuitas en cada una de sus categorías de alumnos y las otorgará según sus propios estatutos y reglamentos; pero será la Secretaría de Estado de Educación la que elabore las listas de beneficiarios. El colegio tendrá carácter de «centro oficial» de manera que gozará de todas las prerrogativas, favores, privilegios y facilidades que tenían éstos. El gobierno se compromete, además, a costear los pasajes del personal religioso que ingrese en la República con fines docentes. Por lo demás, todo cuanto se relacione con la vida y actividades de cualquier género tocante al centro se tramitará y resolverá a través de la Secretaría de Estado. En 1959 se pide al arzobispo de Ciudad Trujillo permiso para la formación canónica del colegio y comunidad religiosa y se erige canónicamente la casa. La escrituración de terrenos se llevó a cabo en 1963 a nombre de la Orden. Dos años más tarde la Congregación provincial queda enterada de que el proyecto de nuevo colegio está en marcha. Hasta 1967 la residencia universitaria y el colegio forman una única comunidad religiosa y en este año se separan.

Aspectos educativos.

El alumnado fue creciendo hasta llegar a casi dos millares en los últimos tiempos. La escasez de personal escolapio hizo que desde 1971 se hablara de la posibilidad de que la Provincia de Aragón se hiciera cargo de la obra valenciana en la isla. Y desde la curia provincial de Valencia se hizo una petición de personal a las diversas demarcaciones escolapias españolas. En 1972 trabajaban ya algunos padres escolapios aragoneses junto a los valencianos. He aquí una estadística de religiosos y alumnos:

Año Religiosos Alumnos
1954 2 18
1955 2 50
1956 3 77
1965 7 1.013
1976 5 1.100
1984 7 1.984

Desde el punto de vista del servicio educativo el colegio ha atendido a tres frentes fundamentales: los alumnos de las clase diurnas, los alumnos de la escuela nocturna, —ambos grupos en la sede misma del centro—, y la escuela de Gualey. En el diurno el colegio ha llegado a su máximo desarrollo con kinder, primaria, intermedia y bachillerato. La escuela nocturna con grupos de alfabetización, grupos de tres niveles y los cursos 7.° y 8.°. La organización interna del diurno, a parte de las exigencias oficiales y propias de las Escuelas Pías, tiene un matiz democrático reglamentado. Además, en 1971 se organizó la asociación de padres de familia y ya en 1972 se venía trabajando con grupos de exalumnos. El colegio publicó algunos números de la revista En marcha. Ya desde la aparición de los escolapios en Santo Domingo, diversos miembros del colegio han prestado sus servicios como profesores de la Universidad y otros han obtenido diversas graduaciones universitarias. En el aspecto religioso cabe distinguir dos vertientes: la interna, de atención al alumnado y la prestación de servicio a capellanías y parroquias y la atención a los cursillos de cristiandad.

Escuela nocturna «calasanz».

Durante el curso escolar 1967-1968, un grupo de alumnos del último curso del colegio, junto con algunos otros de la promoción 67, el profesor del colegio Magín Domingo Puello y el jesuita P. José Olmos abrieron esta escuela en los locales del colegio. Previamente hicieron una encuesta por los barrios cercanos del colegio para detectar los casos de analfabetismo y gentes con pocos estudios; después abrieron las inscripciones para cursos de alfabetización y primaria. En estas primeras etapas colaboraron las alumnas del colegio Santo Domingo, próximo al Calasanz, así como algunos residentes de la residencia Javier de universitarios que dirigía J. Olmos. Tras algunas dificultades, la escuela quedó definitivamente establecida gracias a los esfuerzos de uno de sus fundadores, el exalumno Manuel Morales Lama que actuó de director. En el curso 1970-1971 se pidió la colaboración al P. Antonio Monzó del colegio Calasanz. Morales siguió dirigiendo la escuela, pero al P. Monzó fue, desde entonces el alma de la misma. En 1972 la escuela completó los cursos de intermedia (7.° y 8.°) que era el objetivo que tenía señalado. El promedio de alumnos se ha mantenido desde estas fechas entre 250 y 300 alumnos. Aunque estas cifras se han sostenido posteriormente, ha ido disminuyendo la inscripción en alfabetización y primer nivel, pero se ha tenido que limitar en los niveles altos. En el curso 1972-1973 comenzaron a colaborar los padres José Luis Benito y José Escrivá, ambos del Calasanz; después (1979-1980) los padres Jesús Gómez y José Eraso; A. Monzó quedó como director de la misma. Todos los que han trabajado en esta empresa lo han hecho gratuitamente. El mantenimiento y el material escolar ha corrido por cuenta del colegio Calasanz. Durante el curso 1972-1973 el director general de Educación de adultos de la República insistió en que la escuela recibiera alguna ayuda del Estado. Como la subvención estatal era para el personal docente y éste se negaba a percepción alguna, la poca ayuda percibida finalmente, le fue entregada al colegio como compensación y ayuda al mantenimiento y para material escolar. Más adelante la misma Secretaría de Educación ofreció nuevas ayudas. En el Plan de Estudios de Educación de Adultos de la República no figura la asignatura de Religión y durante los primeros años la escuela no la impartió. Después comenzó a impartirse formación religiosa y una asignatura de «Moral y Cívica». La enseñanza ha logrado un cierto nivel de aprovechamiento de modo que los exalumnos de la escuela nocturna continúan estudios en los liceos públicos. El nivel de disciplina, asistencia y perseverancia del alumnado ha sido bueno para este tipo de escuelas. Sin embargo, la escuela vive todas las dificultades propias también de las mismas por la heterogeneidad del alumnado (muchachos de servicio, limpiabotas, billeteros, «chiriperos», canillitas, trabajadores de taller, hijos de personas humildes del barrio «Mata Hambre»): dificultad en lograr un horario legal completo, en lograr la imprescindible docilidad propia de la educación misma, la susceptibilidad y la inconstancia.

Superiores

Persona Año
Joaquín Ferragud 1954
Alfonso Esteve 1967
Jesús Gómez 1970
Vicente Sacedón 1976
José A. García Nuño 1982

Bibliografía

  • Eph. (1952) 64; (1955) 92.

Redactor(es)

  • Vicente Faubell, en 1990, artículo original del DENES I