Diferencia entre revisiones de «Tamarite de Litera (ES) Colegio»

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Revisión de 10:00 20 oct 2014

Datos

Demarcación Aragón

(1741-1947)

Historia

Las autoridades de Tamarite, en 1710, se dirigen a los escolapios pidiendo una fundación. Esto fue debido a la fama de los religiosos establecidos en las cercanas poblaciones de Peralta de la Sal y Barbastro, y a la deficiencias de los dos maestros que había en la ciudad. Sin embargo debido a la guerra de Sucesión española, la inseguridad de la situación y la escasez de escolapios, no se pudo satisfacer inmediatamente. En 1740, aprovechando la visita del P. Provincial a Peralta de la Sal, el ayuntamiento reiteró su petición. Un mes más tarde el Provincial se entrevistó con el obispo de Lérida, de cuya jurisdicción era Tamarite, D. Gregorio Galindo, quien acogió con mucho agrado la fundación y se prestó a cooperar en todo lo que fuera posible. El 24-4-1740 el P. Provincial, Agustín Paúl, se personó en Tamarite con la finalidad de sentar las bases: el cabildo exigía ciertas condiciones sobre diezmos, aniversarios, entierros, etc.; todo ello se les concedió. Las comunidades de carmelitas descalzos, capuchinos y religiosas de San Bernardo acataron la voluntad del obispo, sin oponer ninguna objeción a la nueva fundación. En mayo del mismo año se firmaba el concordato con el municipio y el cabido eclesiástico, ante los dos escribanos José Tomás Coll y José Valentín. La población se obligaba a habilitar una casa amueblada para vivienda con escuelas; a dar 200 escudos en una sola vez para comprar una huerta; a dar 300 escudos anuales para el sostenimiento de los religiosos. Las Escuelas Pías se obligaban a suministrar cuatro maestros, dos de primeras letras y dos de gramática; a no pedir de puerta en puerta; a poner un lector de filosofía, siempre y cuando el Común o algún particular asignase 80 libras jaquesas de subvención. Llegaron a Tamarite el P. Juan Miguel Casajús y el H. Andrés Vidal, de oficio albañil. El primero llevaría la dirección de las obras, el segundo haría el trabajo material. Dispusieron la morada que debía servir a la comunidad, satisfaciendo la villa todos los gastos. Hechos los trámites debidos, el 13-10-1740 llegaron los escolapios; después de tres días en el domicilio de D. José Zaydín, se trasladaron a su nueva residencia. La primera comunidad la formaron el P. Francisco Laguerri, como rector, P. Tomás Mateo, Cl. Silvestre Aragón y H. Juan Bautista Terrafeta. Osciló siempre entre los 7 y 8 religiosos.

El 25 de octubre del mismo año se inauguraron las escuelas de primera enseñanza y gramática. Unos días antes se inauguró la iglesia dedicada al Dulce Nombre de María. D. Francisco Caón, canónigo y vicario de la colegiata, dijo la primera misa, asistiendo el pleno del ayuntamiento.

Estaba emplazado el colegio en el lugar conocido con el nombre de Estudio Mayor, extramuros de la ciudad, al noreste de la misma. La ubicación del inmueble en las afueras, y el aumento de niños pedía otro local más céntrico. Por eso concertaron con el ayuntamiento la permuta por un nuevo local situado en el centro de la villa. Se trataba de la casa de D. Jaime Maull. El 10 de septiembre se trasladaron a la misma. Al colegio acudían niños de los pueblos cercanos de la comarca; así que de varios ayuntamientos pidieron al P. Provincial una fundación; sólo la consiguió Albelda. Comenzaron con 60 alumnos de gramática y 160 de primeras letras. Parece ser que más tarde se implantó una clase de filosofía. En 1808 los franceses se incautaron de los bienes de los colegios y conventos. El ejército napoleónico entró en Tamarite; el H. Julián Fort murió trágicamente. La ley de exclaustración de 1834 originó desconcierto en los mismos escolapios. Sin embargo la ley de desamortización de Mendizábal no les afecto. La ley Moyano de 1857 impuso una reestructuración en la organización del colegio. Pasado el sexenio revolucionario y consolidada la restauración borbónica, en 1876, el ayuntamiento solicitó la implantación del bachillerato. El P. Provincial, Eugenio Torrente, accede mandando los religiosos necesarios para ello. Diez años más tarde, por escasez de alumnos y problemas económicos, tiene que suprimirse. Apenas se poseen datos sobre el número de alumnos. En 1878, el P. rector, Toribio Esteban, solicitó la permuta del local ocupado por el del convento de capuchinos, los cuales habían tenido que abandonarlo y salir de Tamarite como consecuencia de la desamortización de Mendizábal en 1835. Hecha la tasación e interesando a ambas entidades, se acepta la permuta. Ese mismo año se hizo el traslado a los nuevos locales; en 1928 se celebró con toda solemnidad los 50 años de estancia en los mismos. En este momento ya existía tensión con el ayuntamiento. En la primavera de 1936, el inspector Sr. Bellotas se personó en la villa de Tamarite para clausurar las escuelas de los PP. escolapios. Varios padres de alumnos protestaron pero fueron duramente respondidos; la guerra de 1936 cogió prisioneros a todos los sacerdotes de Tamarite, entre ellos a los escolapios; era el 24 de julio; dos días después fueron fusilados los PP. Salvador Lizana, Julián Pascual, Pompilio Torrecilla, H. Antonio Artigas y Cl. Antonio Ortiz.

Después de la guerra civil, el P., Ramón Castell, que se había librado por encontrarse de vacaciones, intentó reabrir el colegio, pero no secundaron su deseo. De una manera privada y sencilla, en 1940 se celebró el II centenario de la fundación. En 1945 se intentó de nuevo renovar la presencia escolapia en la población. El ayuntamiento de la ciudad adaptó las dependencias del colegio para fundar allí una escuela práctica de agricultura. La dirección espiritual de dicho centro estaría encomendada a los escolapios. El P. Ramón Castell fue el que promocionó esta vuelta. El Estado daba 50.000 ptas. para el adecentamiento y dotación del material de los locales; igualmente se haría con la iglesia. El P. Ramón Castell estuvo los cursos 1945-1947. Su quehacer pastoral quedó plasmado en la construcción de una capilla en «La Melussa». Pero terminado este curso la presencia escolapia en Tamarite finalizaba.

Del siglo XVIII se pueden destacar los siguientes alumnos: Constancio Bonet Zanuy, arzobispo de Tarragona; Julián Miranda, obispo de Segovia; los escritores: Francisco Rabal, Joaquín Regales, Pedro Sabau, Joaquín Cipri; los escolapios: Narciso Coll y Antonio Ausín. El siglo XIX cuenta entre los alumnos distinguidos a los PP. León Vidaller, Manuel Coll, Lorenzo Grúas, José Villegas, los hermanos Sabaté, los hermanos Carrera y Pedro Capalvo. Del siglo XX se distinguieron varios exalumnos: el sacerdote D. Santos Subías López, que dejó sus bienes en testamento al colegio; el catedrático D. Julio Palacios; y D. Antonio Sorriba Zaidín, eminente abogado.

Superiores

Persona Año
Francisco Laguerri 1740
Nicolás López 1751
Bernardo Carlomagne 1754
Miguel Pequerut 1757
Manuel Segarra 1760
José Sampedro 1763
José Félez 1766
Mariano Bamala 1769
Lucas Traid 1772
Manuel Segarra 1775
Jerónimo Martínez 1778
Juan José Soriano 1781
Joaquín Ibáñez 1784
Clemente Guillen 1787
Vicente Bamala 1790
Gregorio Tartax 1794
Lucas Tomás 1804
Matías Cebollada 1814
Juan Bautista Garay 1817
Felipe Millán 1826
Taedo Jiménez 1829
Pedro Crespo 1845
Francisco Bayod 1854
Vicente Lajusticia 1865
Toribio Esteban 1869
Antonio Jover 1882
Rafael García 1890
Agustín Gimeno 1897
Elias Serrano 1909
Leonardo Martínez 1912
Lorenzo Grúas 1915
Ramón Castell 1922
Salvador Lizana 1931
Ramón Castell 1938

Bibliografía

Redactor(es)

  • Martín Sobrino, en 1990, artículo original del DENES I