Diferencia entre revisiones de «Villanueva y Geltrú (ES) Colegio»
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Contenido
Datos
Demarcación Cataluña
(1877- )
Antecedentes.
La población, por medio de su ayuntamiento, había solicitado una fundación escolapia al menos en 1791, en 1853 y en 1864. Don Salvador Samà Martí, marqués de Marianao, residió en Cuba; allá conoció la labor de los escolapios y se propuso invertir los cuantiosos bienes allegados de sus negocios en la isla para erigir un colegio de segunda enseñanza en su ciudad natal, encomendándolo a tales religiosos. Otorgó testamento en Cuba con fecha 24-3-1866 y dejó 30.000 pesos fuertes para la fundación del colegio. El ayuntamiento, los albaceas y el P. Provincial de las Escuelas Pías iniciaron nuevamente trámites para redactar el contrato de fundación. El ayuntamiento se comprometía a amueblar el edificio, incluir en el presupuesto municipal del año ciertas cantidades para pagar al profesorado y costos de mantenimiento y a utilizar unos censos que había recibido de varios vilanovenses para educación si las obras no se podían terminar con el legado; los escolapios abrirían un colegio de segunda enseñanza y después de primera (que no estaba incluido en la voluntad del marqués); dicho colegio debería llevar el nombre de «Colegio Sama». El 31-6-1876 el gobierno concede la autorización; el 18 de agosto siguiente el P. Provincial remite el contrato al P. Vicario general, quien dio su aprobación el 25 de septiembre; antes, el 11 de este mes, el obispo diocesano ya había dado el visto bueno a la fundación.
Desarrollo histórico.
El 13-9-1877 llegó el P. Provincial, José Draper, para tomar posesión de la nueva casa y con él venía el P. Eduardo Llanas, como primer rector y fundador. Se instalaron primeramente y de modo provisional en la antigua «escuela industrial» o «escuelas Ventosa». A los diez días se colocó la primera piedra del que sería colegio nuevo en un solar a las afueras del núcleo urbano pero relativamente cerca, que permitía a los alumnos acudir a las clases sin atravesar demasiado despoblado. Las aulas de segunda enseñanza se abrieron el 22-9-1877; la construcción del edificio se demoró a lo largo de dos años; en septiembre de 1879 trasladaron los muebles y el material escolar para que el 24 del mismo mes se pudiera celebrar solemnemente la bendición del colegio.
Según la voluntad del marqués, la parte del edificio que se levantó en primer momento fue la dedicada a la segunda enseñanza; pero como el P. Llanas y el ayuntamiento no concebían una obra educativa si no se comenzaba por la escuela primaria, se alargó para tal fin el ala-este costeando las obras las Escuelas Pías y así en 1884 se pudo instalar e inaugurar dicha sección. Sobre este nuevo cuerpo se construyó el observatorio meteorológico que ya venía funcionando provisionalmente y de manera sistemática llevó sus observaciones en 1886 bajo la dirección del P. Antonio Mirats. Había sido voluntad del P. Llanas levantar en el ala-este la iglesia en lugar de escuelas, a lo que se opuso rotundamente el P. Provincial. En 1880, en la parte noroeste se construyó un gimnasio abierto con diversos aparatos.
El bello edificio está abierto al mar —del que le separa un parque, la vía férrea, una fábrica y alguno otra construcción- con amplia fachada de 75 m. de larga; el solar ocupa 6.075 metros cuadrados. Diversos patios rodean el edificio, especialmente en la parta norte. No ha sufrido muchos cambios, ya que su estructura permite las acomodaciones necesarias para las distintas exigencias que han venido surgiendo en los cien años de historia.
El colegio Sama fue dotado de buenos museos de ciencias naturales, en parte provenientes del colegio Ventosa y por donación de la colección particular del marqués de Marianao, que también regaló los armarios de maderas preciosas que tenía en el piso del paseo de Gracia de Barcelona; contó con gabinete de física, aula de dibujo con sistema novedoso y luego imitado en los demás colegios escolapios. Desde el primer momento contó con doble biblioteca: una para la comunidad, la otra para los alumnos. En 1879 se compró una tartana para recoger a los alumnos que venían del centro de la villa. Todo ello hizo que tomara un aire distinto que el resto de los colegios escolapios de Cataluña. El internado se abrió en 1877 con un alumno, y se mantuvo -con más alumnado- hasta 1961 en que se cerró para ampliar el número de aulas.
Junto con el bachillerato se impartieron las clases de comercio, la enseñanza primaria y los estudios eclesiásticos; también hubo clases en turnos de noche, a las cuales se añadieron durante mucho tiempo las complementarias de bellas artes y de deportes. En 1964 fue colegio reconocido elemental y al año siguiente reconocido superior. Después de 1970 fue abandonado el bachillerato por la educación general básica; y como sustitución de aquél funciona desde 1977 en sus locales un colegio asociado mixto «Enrique Cristóforo Ricart», que como institución no depende de las Escuelas Pías. En la actualidad, el colegio Sama, que es mixto, cuenta con veinte aulas entre el parvulario y la EGB, además de las alquiladas al bachillerato y con locales aptos y preparados para auditorio, secretaría, sala de profesores, gimnasio, gabinetes y, en los patios, pistas de baloncesto, hockey sobre patines -principal deporte local-.
En 1980 la comunidad trasladó su residencia a un edificio de la rambla de la Paz a fin de habilitar los locales que ocupaban en el centro para servicios colegiales; y en 1983 se restauró toda la fachada principal.
Desde 1906 a 1922 funcionó una sucursal en la calle San Gervasio n. 62, en el antiguo colegio de las Madres escolapias, a cuyo frente estuvo el P. Constantino Martínez, célebre en la población. En 1933 el colegio Sama cambió por la «Mutua Manuel de Cabanyes» para poder continuar su tarea educadora ante las adversas leyes para con la enseñanza de los religiosos. El 12-11-1933, el ayuntamiento, creyéndose dueño, como patrono que era, expulsó a los escolapios del colegio Sama y lo convirtió en Instituto de enseñanza media; los religiosos continuaron su labor en la antigua sucursal hasta que en 1936 tuvieron que cerrar todas las instalaciones. El edificio Sama se convirtió en los últimos años de la guerra civil en hospital militar. En 1939 los escolapios recuperaron el edificio y colegio para la Orden y el P. Pompilio Pagés procedió a inscribirlo en el Registro de la propiedad, cosa que anteriormente no se había realizado por temor a los herederos del marqués poco afectos a los escolapios.
Datos complementarios.
En el colegio se fueron fundando distintas asociaciones y movimientos en bien de la educación de los alumnos. Hay datos para afirmar que en los primeros años debió existir la congregación menor de la Virgen de las Escuelas Pías y San José de Calasanz; en 1908, el P. Luis Fábregas fundó la «Asociación calasancia» que engloba a alumnos y antiguos alumnos y que tenía una finalidad similar a la «Academia calasancia» de Barcelona. Su órgano de prensa El Calasancio se publicó de 1908 a 1912; durante varios años estuvo viva una congregación mariana, dirigida por el P. Antonio Pibernat; algunos cursos contaron con la agrupación «minyons escoltes». En los últimos años se han cedido los locales del centro para las actividades de la parroquia de la Inmaculada a la que pertenece el colegio.
Los alumnos del colegio no estuvieron inclinados a publicar revistas escolares; el único ejemplar conocido data de 1900; se trata de la revista La reforma, que es la segunda revista escolar de los escolapios de Cataluña, sólo precedida por El Colegial de Mataró; no fueron prolíferos, pero sí pioneros.
La asociación de antiguos alumnos tuvo larga y fructífera vida, especialmente a partir de 1948; durante diez años publicó un boletín; últimamente creó la asociación de padres de alumnos.
Las principales celebraciones fueron con motivo de la canonización de San Pompilio, en 1933, a pesar de las dificultades que atravesaba el colegio en su relación con el ayuntamiento; con motivo de la visita de las Reliquias del santo Fundador en el curso 1948-1949; en el centenario de la fundación del colegio, curso 1977-1978; y en el tercer centenario de la presencia de las Escuelas Pías en Cataluña, curso 1983-1984. Fiestas deportivas se celebraron con motivo de los IV Juegos deportivos escolares en Villanueva y la Geltrú con su apertura a la vida local. El primer rector, Eduardo Llanas, colaboró en el Ateneo, en la fundación de la biblioteca-museo Balaguer, en la creación de un centro delegado de los «excursionistas de Cataluña», en el descubrimiento de los restos prerromanos de San Miguel de Olérdola y en muchas otras actividades de aquella primera época. Otros escolapios siguieron sus huellas.
Entre la lista de los alumnos caben destacarse: los pintores Alejandro de Cabanyes, Juan Llaverías, Enrique Cristóforo Ricart y Salvador Massana; entre los escritores Trinidad Catasús, Javier García y Oriol Pi de Cabanyes; el arquitecto urbanista José M. Miró; el periodista José Cruset; el dirigente de la HOAC Guillermo Rovirosa; los escolapios Salvador Soler, Pompilio Pagés, Juan Puig, José Olalla, Modesto Galofré; los sacerdotes Juan Serra Puig -Vicario general de Barcelona-, Juan A. Ventosa, Casimiro Martí, los hermanos Serrano; y un largo etc. de profesionales, políticos, artesanos y obreros.
Superiores
Bibliografía
- Varios, Collegi Samà de l’Escola Pia. Vilanova y Geltrú, 1877-1977 «Catalaunia» 201 (1978)
- B 2, 378-382
- Eph (1903) 62, (1907) 89 y 215 (1909) 62 y 95; (1910) 57; (1913) 30; (1935) 79
- Arch. Cat.
- Arch. de la casa.
Redactor(es)
- José M. Claramunt, en 1990, artículo original del DENES I