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- CAPÍTULO 28 De cómo Su Santidad el Papa Gregorio XV Hizo Orden a la Congregación Paulina De las Escuelas Pías [1621-1622]
A final de enero, el día 28, del año 1621, pasó de este mundo a mejor vida su Santidad, el Papa Paulo V Borghese, romano. Estando, como se dijo, en la iglesia de Santa Inés, el día de su octava, a una milla fuera de Roma, adonde había ido a visitar aquel sagrado templo, pues era particularmente devoto de la santa, y estando en oración ante su sepulcro, entregó el alma a Dios, Sumo Pastor, de quien había hecho sus veces, siendo su Vicario poco menos de dieciséis años.
Al cabo de pocos días, es decir, el 9 de febrero de 1621, fue creado Sumo Pontífice el Cardenal Ludovisi, ciudadano y Arzobispo boloñés. Éste había conocido en Roma a Nuestro Venerable P. José de la Madre de Dios, Fundador de la Congregación Paulina de las Escuelas Pías.
Al pasar por Narni, donde nuestro Padre estaba haciendo las Constituciones, fue alojado en nuestras escuelas. Ocupando más tarde la cátedra de San Pedro con el nombre de Gregorio XV, el día 18 de noviembre del mismo año 1621, declaró Orden a la Congregación Paulina de las Escuelas Pías, llamada desde entonces en adelante “Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías”, confirmando con Breve apostólico el decreto hecho el 13 de agosto del mismo año, por la Congregación de Obispos y Regulares, a la que el mismo Pontífice había encomendado este negocio, para que, con mucha consideración examinara una cosa de tanta importancia, y luego le refiriera todo, -como en efecto hizo-, después de resolver muchas dificultades que existían, tanto entre los mismos Cardenales de la Sagrada Congregación, como por parte de otras Órdenes, que se oponían mucho; sobre todo el Sr. Cardenal Tonti, Datario, quien era en absoluto contrario a erigir nuevas Órdenes, pero de mucha doctrina, estimado en la Corte, y, ante el mismo Sumo Pontífice, se oponía mucho a esto.
Pero, finalmente, con la ayuda de Dios y la intercesión de la Santísima Virgen, el Señor Cardenal [Tonti]l quedó tan satisfecho, después de haber visto nuestras Constituciones y haber valorado especialmente el Capítulo de la suma pobreza, que vencida toda dificultad, fue Su Eminencia quien sacó todo adelante. Pues, con un Decreto de la Sagrada Congregación, se consiguió que los anteriores votos simples de Pobreza, Castidad y Obediencia que antes hacía dichos clérigos, fueran, de entonces en adelante, votos solemnes. Su Santidad corroboró dicho Decreto con la autoridad Apostólica, supliendo todos y cada uno de los defectos contraídos, tam ab homine, quam a jure; para que, en todo y por todo, ayudara, tanto a dicho P. José, como a todos los demás clérigos; y afirmando que así lo debía declarar cualquier juez eclesiástico, no obstante otra Constitución o costumbre, aunque estuviera confirmada con juramento apostólico.
En las manos de dicho Cardenal Tonti, y en su propio palacio, hizo la profesión solemne nuestro Padre Fundador, José, el día 20 de abril de 1622. Y ordenó a otros Padres, -esto es, al P. Pedro [Casani] de la Natividad de la Virgen, luqués, y al P. Francisco [Castelli] de la Purificación, florentino, al P. Viviano [Viviani], de Espoleto, y al P. Pablo [Ottonelli] también de la Asunción, modenés-, que la hicieran en manos del Fundador, como la hicieron, en la Capilla de Santa María Mayor. Y después, para quitar todos…un Prelado de la Corte Romana, que fue Monseñor Arnachani<ref group='Notas'>Los puntos suspensivos quieren decir que algunas palabras han sido cortadas a pie de página.</ref>.