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CAPÍTULO 32 Toma de posesión en Roma, Hecha por el Emmo. Cardenal Vicario [1646]

El Emmo. Y Revmo. Sr. Cardenal Ginetti, Vicario de Nuestro Señor, ha tenido siempre particular veneración a N. V. P. Fundador y General, y devoción singular a nuestro santo Instituto; en la Congregación delegada para nuestras cosas hizo siempre su gestión a favor muestro con todo afecto.

Por eso, cuando se publicó el Breve de nuestra reducción a Congregación, con el sometimiento a los Ordinarios de los lugares donde teníamos casas, Su Eminencia, muy compadecido de nuestro sufrimiento, y sabiendo de dónde procedía, sin culpa nuestra, tomó el camino más flexible que fue posible, de un modo suavísimo, para no añadir dolor; lo describiré aquí, tal como me lo escribió estando en Nápoles. Pondré la carta al pie de la letra.

Carta

Fuera

“Al P. Vicente [Berro] de la Concepción, Sacerdote de las Escuelas Pías. Nápoles.

Dentro

Pax Christi

Le envío a V. R. la forma como ha sido hecho Superior de esta nuestra Comunidad de San Pantaleón, para que, si fuera necesario, se pueda imitar en aquello que sea conveniente.

El día 25 de marzo, día de la Anunciación, y Domingo de Ramos, vino a casa el Sr. José Palamolla, Secretario del Emmo. Vicario, a recoger los votos de todos, para la elección de Superior. Luego, al toque de la campanilla, y reunidos todos los Padres y Hermanos en el Oratorio, después de un breve discurso, cogió los votos de cada uno, y, como se hicieron varios nombramientos no pudo haber elección. Se dijo que el mismo P. General eligiera tres de su agrado, y el que de ellos tuviera más votos, fuera elegido. Quedando todos de acuerdo, él nombró al P. Juan Estebas [Spinola] de la Madre de Dios, y al P. José [Fedele] de la Visitación, y al P. Francisco [Bafici] de la Anunciación, y se volvió a hacer la segunda votación para la segunda elección, en la que tampoco encontraron los votos suficientes.

Finalmente, obtenido el permiso, los Padres se reunieron entre ellos, los partidarios del P. Esteban [Cherubini], que eran cinco, se retiraron primero aparte; y los del P. General, viendo esto, se retiraron también ellos a una habitación cercana, donde se pusieron de acuerdo en elegir al P. Juan Esteban. Reunidos de nuevo todos en el Oratorio, hicieron una tercera votación, donde hubo elección, que entonces no se publicó, sino que dicho Secretario, todo contento, la llevó al Emmo. Vicario, para que él nombrara al elegido, cuando viniera a tomar posesión de la Casa.

El día 26 vino el Emmo. Vicario a las veinte horas. Salimos todos a su encuentro a la puerta de casa al sonido de la campanilla, como de ordinario; se le ofreció el hisopo con agua bendita, y, todos de rodillas, nos asperjó y bendijo. Subió al Oratorio y, después de una pequeña oración, se sentó en su puesto, que le habíamos preparado, es decir, una silla sobre una alfombra, un dosel en la pared, detrás de la silla, y una mesita delante, también recubierta con un paño, y papel, pluma y tintero. Después de un breve discurso, que consoló muchísimo a todos, recibió él mismo los votos de todos, para la elección del Superior.

Dado que el Secretario vino sólo para anotar la opinión de todos, y, para que Su Eminencia no tuviera que oír discrepancias, sino que se fuera a cosa hecha, sin oposición alguna, fue elegido el P. Juan Estaban [Spinola] de la Madre de Dios.

Y, como se preguntó si debía ser “ad tempus” o “ad semper”, a instancia de los Padres, a Su Eminencia le pareció bien declararlo por un año completo, por esta vez; no concluyendo que así debía seguir, porque se reservó poder prolongar el tiempo, según le pareciera, y en conformidad con las nuevas Constituciones que se debían hacer.

Es cuanto ocurrió en tal cambio de gobierno, por el cual el P. Esteban [Cherubini] fue también privado de todo cargo. Alabado sea el Señor por todo, que así lo ha permitido, para sus santísimos fines.

Procure V. R. enviar enseguida copia de ésta a las casas de Chieti, Bisignano y Campi, pues yo no puedo hacerlo todo.

Roma, a 31 de marzo de 1646.

De V. R.,

Afmo. en el señor,

Gabriel [Bianchi] de la Anunciación”.

El P. Esteban de los Ángeles, con el favor de Monseñor Ilmo. Albizzi y del P. Silvestre Pietrasanta, jesuita, nuestro Visitador Apostólico, había ordenado poner, en la minuta del Breve de la reducción de la Orden a Congregación, una cláusula en la que lo nombraban Administrador perpetuo y Rector del Colegio Nazareno, pero el Emmo. Cardenal Vicario la sacó y eliminó. Por eso, después de publicar el Breve, cuando vio en él que el Colegio quedaba sometido del todo a la Sagrada Rota Romana, dichos Emmos. Y Revmos. Señores eligieron a dos de ellos para tomar posesión de él; y fueron también a N. V. P. Fundador y General, para que él pusiera allí un Rector. De esta manera, N. V. P. juzgó a propósito para aquel cargo al P. Camilo [Scassellatti] de San Jerónimo, en la actualidad Prepósito General de toda nuestra Congregación.

No estará fuera de lugar poner aquí debajo también la elección que hizo el Emmo. Cardenal Roma, Obispo de Tivoli, en cuya Diócesis está nuestra Casa de Poli, fundada por el Ilmo. y Excmo. Sr. D. Apio Conti, Duque de Poli, y de la Ilma. y Excma. Sra. Dña. Jacinta Sanvitali, su mujer, que lo dotó de algunos centenares de escudos anuales. Dicho Emmo. Roma, llamó al P. Superior de aquella casa en Tivoli, lo acogió con mucho afecto, y lo exhortó a someterse a la voluntad de Dios y a la santa perfección, aconsejándolo que dejara el hábito regular y se vistiera de Cura secular; pero viendo que en esto le ponían toda resistencia, los dejó, diciendo que las Constituciones nuevas lo ordenarían. Y, finalmente, le hizo esta patente:

“Julio, Cardenal Roma, Obispo de Tivoli, a nuestro querido en Cristo, el Presbítero Francisco [Rubbio] de la Corona de Espinas, de la Diócesis de Parma.

Para proveer de Superior en el Colegio de San Esteban en la ciudad de Poli, nuestra Diócesis Tiburtina, que presida a los presbíteros y a los demás operarios que allí residen, hemos pensado destinarte a ti, a modo de provisión y a nuestro beneplácito, como te destinamos, para Superior de dicha Casa, concediéndote la misma autoridad en el gobierno de dicha casa y de las personas que en ella viven, para que dicha casa, bajo el gobierno del General de la anteriormente llamada Orden de las Escuelas Pías. Te ordenamos no salir de ella, ni concedas licencia para salir a los demás súbditos tuyos, a no ser pidiendo licencia, dada por escrito, a nos o a nuestro Vicario General, bajo las penas consideradas por nos o por dicho Vicario General.

En fe de lo cual, firmamos de mano propia la presente,

En Tivoli, a 4 de abril de 1646.

J. Cardenal Roma, Obispo”.

Sobre lo que pasó en otras casas y Provincias, se dirá en otros lugares; porque hubo muchas diferencias. Lo haré de forma más completa en el tomo tercero, o lo harán otros en otros sitios. Porque es muy cierto que yo no soy conocedor de todo, o al menos no lo recuerdo, y tampoco tengo los apuntes de los acontecimientos ocurridos, tomados por mí o por otros. Por eso, no puedo decir que lo ponga todo; pero sí que doy como seguro y cierto lo que pongo. Estando tan limitado, podría extenderme retóricamente.

Notas