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05.11. Los jesuitas y la Universidad

Llegó a ser frecuente que los jesuitas, en algunos colegios más señalados, instituyeran 'dos lecciones de Teología' para sus propios estudiantes religiosos. Ya vimos el caso en el Colegio de San Pablo de Valencia, en 1567. Ese mismo año, las ponen también en Plasencia,<ref group='Notas'>Cf. B. ALCÁZAR, ‘Chrono-Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia de Toledo’ (Madrid 1710) vol. II, p.159.</ref> en 1573 ocurre lo mismo en el Colegio Imperial de Madrid,<ref group='Notas'>Cf. R. M. DE HORNEDO, o.c, p.63, n.16.</ref> en 1586 las ponen igualmente en Salamanca.<ref group='Notas'>Cf. J. BARRIENTOS GARCÍA, ‘Pleito de la Compañía de Jesús con la Universidad de Salamanca (1586-1603)’: Studia Zamorensia, VIII (1986) 466. En todos estos casos se habla expresamente de 'dos lecciones de Teología'.</ref>

No hubo dificultades especiales en las ciudades en que no había Universidad. Pero en las que sí la había, provocaron a veces conflictos muy serios cuando abrieron las puertas para que pudieran oír las lecciones los alumnos que frecuentaban la Universidad. Ya vimos el que surgió en Valencia en 1567 y que duró prácticamente un siglo.

Casi veinte años después de declararse el de Valencia, empezó otro similar en Salamanca en el curso 1586-87, que duró diecisiete años. Como ocurrió en Valencia, los derechos y privilegios de los jesuitas chocaban con los estatutos de la Universidad.<ref group='Notas'>En el documentadísimo estudio citado en la nota anterior se sigue paso a paso todo el engorroso conflicto, tan similar al de Valencia.</ref>

Parece ser que la primera experiencia se tuvo en Alcalá, pero la comprensión y aun admiración mutua mantuvieron la concordia y la paz entre Colegio y Universidad. Escribe el P. Alcázar:

... en el Colegio de Alcalá florecían a maravilla nuestros Estudios y crecían a su emulación en las demás Familias Religiosas. No avía exemplar en aquella Universidad de tenerse fuera de ella Lecciones ni Actos algunos, hasta que començó a leer en nuestro Collegio el P. M. Deza [P. Maestro Alonso Deza] el año 1559... Teníanse desde entonces cada día Conferencias privadas... y cada ocho días conclusiones públicas, que presidía el P. Deza... Diose principio a los Actos mayores por uno general de todas las Artes el año 1563 presidido por el P. M. Gil Gonzá lez. En el mismo curso, entrado ya el año de 64, presidió otro Acto mayor de Theología el P. M. Deza al H. Alonso de Montoya, a que fueron también convidados los Cathedráticos y Doctores, los quales no menos admirados de la novedad que de las grandes letras de los Nuestros ensalçaban a la Compañía, cuyo exemplo començaron a seguir las demás Religiones, introduciendo Lecciones y Actos en sus Collegios.<ref group='Notas'>Quizá fue así en Alcalá, pero en Valencia los Estatutos de 1563 ya prohibían a los universitarios salir a oír lecciones en los monasterios de franciscanos y agustinos, antes de que los jesuitas abrieran al público sus aulas en 1567 (cf. R. ROBRES LLUCH. o.c., 131). Y en Salamanca, los universitarios acudían también a los dominicos de San Esteban en la década de los cincuenta (ib.).</ref> En el nuestro el año adelante de 65 se añadió la lección de Vísperas a que dio principio el P. Juan de Lobera… hasta ahora [1568] que el P. Gil González, pasando a la Visita de Aragón, se lo llevó consigo, para que leyesse theología en Valencia: y le succedió en su Cátedra el P. Juan Azor, que leía de una a dos por no concurrir con la Universidad. La hora del P. M. Deza era de diez a onze y coincidía con la Lección de Escritura de la Universidad... El año de 67, aviendo entrado en la cátedra de IEscritura el Doctor Don Alonso de Mendoza, como la Universidad se despoblaba en aquella hora por oír al P. M. Deza en nuestra casa,<ref group='Notas'>Cuando en 1586 surge el conflicto en Salamanca 'eran ya más de 150 los estudiantes teólogos que acudían a escuchar las lecciones del Colegio de la Compañía' y se temía que se quedara 'la escuela despropriada de estudiantes' (cf. J. BARRIENTOS GARCÍA, o.c., p.467).</ref> acudió a quexarse a la Corte y ganó una Provisión de el Consejo, para que el P. Deza mudase de hora... [Hubo protestas de los estudiantes, pero...] los nuestros, ‘no queriendo dessazonar a la Universidad’, negociaron con los estudiantes... y en ‘obsequio de la Universidad mudaron la hora’ de el P. Deza de siete a ocho de la mañana… y con ser tan desacomodada, especialmente en hibierno, no era menos frequentada de Religiosos, de Collegiales Theólogos y de Estudiantes; antes fue menester ensanchar el Aula, añadiendo otra pieza vezina, y aun no bastaba; porque todo el zaguán se llenaba de oyentes: y porque algunas mañanas apenas a aquella hora avia amanecido, llevaban todos sus velas, con que alumbrarse'.<ref group='Notas'>B. ALCÁZAR, oc., p.201-202.</ref>

Seguimos creyendo como muy probable que en el curso 1579-80 el estudiante teólogo José Calasanz fuera uno más entre los muchos universitarios que acudían al Colegio de jesuitas con su velón en la mano para aquella lección de 'anteprima', al rayar el alba. Y volviera luego, de una a dos, para la lección de Vísperas.

Esta lección de Vísperas la tuvo durante diez años el P. Azor, hasta fines de febrero de 1578 en que fue nombrado Rector de aquel Colegio de Alcalá, 'passando a leer su Cáthedra de Escritura el P. Alonso de Sandoval'.<ref group='Notas'>Ib., p.548. En octubre de 1580 asiste a la Congregación Provincial, en Alcalá. como rector de Murcia (cf. ib., p.641). No sabemos el tiempo exacto que ocupó la cátedra de Escritura.</ref> La otra cátedra de escolástica la ocupó “al principio de el curso de 79” el célebre teólogo Gabriel Vázquez, “leyéndola a los de Casa, y por el 83 la començó a explicar a los de fuera”<ref group='Notas'>Cf. ib., p.243. En 1570 había empezado sus estudios de teología en aquel mismo colegio de Alcalá, y de él dice Alcázar: 'oía una lección en la Universidad y las demás en nuestro Collegio, en el que tuvo por Maestros a los PP. Alonso Deza y Juan Azor, dignos de tan insigne discípulo' (ib., p.242).</ref> . Y nos quedamos sin saber —si las cosas fueron exactamente así— quién leyó para los de fuera en el curso 1579-80 y siguientes. Tal vez siguió el anciano P. Deza, junto a su ínclito discípulo Vázquez, hasta el otoño de 1580, en que fue elegido Vocal para la Congregación General, en la Congregación Provincial celebrada en Alcalá.<ref group='Notas'>Cf. ib., p.641-642.</ref>

Tuvo de nuevo ocasión nuestro estudiante teólogo de Peralta de tratar al P. Baltasar Alvarez, pues habiendo sido nombrado Provincial 'començó con el año [1580] su Visita, dándola principio en la Casa Profesa de Toledo, de donde pasó al Collegio de Alcalá'.<ref group='Notas'>Ib., p.62O. A mediados de julio estaba en Belmonte y moría ese mismo verano</ref>

Había sucedido en el cargo al P. Antonio Cordeses, que lo ejerció desde finales de 1573 hasta las mismas fechas de 1579, por lo que fácilmente pudo conocerle personalmente José Calasanz en el primer semestre de su curso complutense 1579-80. De este santo varón volveremos a hablar, pues saldrá de nuevo en la experiencia religiosa de Calasanz en sus primeros años romanos. De él escribió el P. Alcázar: 'Fue este V. Padre uno de los Varones más perfectos y consumados en todo género de virtudes, que ha tenido Nuestra Religión, adornado de sabiduría, zelo de las almas, charidad y amor de Dios y de quanto se puede desear en un perfecto Religioso y cabal Superior'.<ref group='Notas'>Ib., p.447.</ref>

Las circunstancias históricas hicieron posible que el joven Calasanz conociera personalmente a estas dos egregias figuras de la Compañía, cuyo recuerdo influyó en el aprecio, estima y veneración que sintió por los jesuitas toda su vida. De ambos escribió el P. Astrain: 'dos hombres verdaderamente santos y de los más insignes que entonces honraban a la Compañía en España, cuales eran los PP. Antonio Cordeses y Baltasar Alvares. Pocos religiosos igualaban a estos dos hombres en fervor de espíritu, en humildad, en prudencia y en todas las virtudes'.<ref group='Notas'>Cf. A. ASTRAIN, o.c., III2, p.185.</ref>

Notas