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05.15. De nuevo en Lérida
La larga enfermedad le hizo perder curso. Pero en aquel año de inactividad en su casa se dio cuenta de la situación angustiosa en que se vivía, debido a dos factores prácticamente compenetrados: el bandolerismo y la subversión o 'guerra civil'. Su propio hermano había sido una de las víctimas y nadie podía asegurarle que un buen día no lo fuera también su padre, por su estrecha relación con los Señores de Castro durante sus largos años al frente de la bailía de Peralta.
Su padre le había dado el consentimiento para seguir la carrera eclesiástica, pero pudo pedirle también —o comprenderlo él mismo— que, dada su avanzada edad y el ambiente revuelto que se respiraba, no se alejase demasiado de Peralta para poder acudir rápidamente en el momento oportuno. Es una hipótesis, pero sin ella, apenas si podemos explicamos por qué no volvió a Alcalá para acabar la teología y doctorarse. Decidió, sin embargo, irse a Lérida, a una jornada de camino de Peralta, resignándose a concluir los dos años de teología que le faltaban en aquella Universidad que en un principio había excluido para tales estudios. Más aún, cuando se ordene de sacerdote, en vez de incorporarse a su propia diócesis de Urgel, buscará ocupaciones en las diócesis de Lérida y Barbastro, que le permitan moverse un radio de moderada cercanía de su pueblo, hasta que muera su padre. Y sólo luego cortará las amarras y se pondrá al servicio de su diócesis, lejos de Peralta.
Acabó el verano de 1581 y a mediados de octubre tomó el camino de Lérida. Lo conocía bien. El día de San Lucas empezaba —como siempre— el nuevo curso. Tuvo que presentar los certificados de los estudios hechos en las universidades 'aprobadas' de Valencia y Alcalá incluso el título de Bachiller en Artes por Lérida, y se inscribió en el tercer curso de teología.
Lérida nunca se había distinguido por su facultad de teología. Todavía en 1557 sólo tenía dos cátedras: la llamada 'Conchillos', con fondos propios que no dependían de la Pahería,<ref group='Notas'>Jaime Conchillos fue obispo de Lérida (1513-1542) y fundó una cátedra de teología con un capital de mil ducados de oro (cf. J. LLADONOSA, ‘Humanisme i reformes a l’Estudi General de Lleida durante el s. XVI’: VIII Congreso de Historia de la Corona e Aragón, III, II, p.89).</ref> y otra. Como en otras universidades, se llamaban respectivamente Cátedra de Prima, que empezaba a las ocho de la mañana, y Cátedra de Vísperas, a las cuatro de la tarde, a las que se añadió una tercera en mayo de 1560.<ref group='Notas'>Cf. P. SANAHUJA, OFM, ‘La universidad de Lérida y los franciscanos’: Archivo Ibero Americano 7 (1947) 205-206.</ref>
Cuando en 1585 pasó por Lérida el holandés Enrique Cock, anotó en su agenda: 'Tiene una Academia muy célebre en la cual hay cuatro profesores teólogos'.<ref group='Notas'>Cf. J. GARCÍA MERCADAL, ‘Viajes de extranjeros por España y Portugal, vol. I, P.1342.</ref> En 1565 efectivamente eran ya cuatro las cátedras de Teología, es decir, Prima, Vísperas, Santo Tomás y Durando.<ref group='Notas'>Cf. M. ANDRÉS, ‘La teología española en el s. XVI’ (BAC, Madrid 1976), vol. I, p.40.</ref> Las dos primeras se dedicaban probablemente al Maestro de las Sentencias, según tradición española, mientras las otras dos al Doctor Angélico, incluso la última, a pesar del nombre.<ref group='Notas'>Cf. ib., p.32 y 40.</ref> No hubo ninguna de Sagrada Escritura hasta 1603.<ref group='Notas'>En un documento del Supremo Consejo de Aragón (ACA, leg. 345) fechado el 7 de abril de 1603, se lee: 'hace poco que se enseña escritura en Lérida'.</ref>
Después de su experiencia universitaria en Valencia y Alcalá, tuvo que notar el contraste tanto en el número de cátedras —ocho en Valencia y seis en Alcalá, más las 'dos lecciones' optativas del Colegio respectivo de los jesuitas— como en el de alumnos, que pasaban de dos mil en dichas ciudades, mientras en Lérida había sólo unos centenares, según vimos. Sin embargo, también aquí era patente la importancia dada a la doctrina de Santo Tomás, como lo había constatado en Valencia y Alcalá.
En el Estudio General de Lérida cursó, pues, José Calasanz los dos últimos años de teología que le faltaban, es decir, los cursos académicos de 1581-82 y 1582-83. Probablemente durante el primer semestre del curso 1583-84 hizo los ejercicios académicos requeridos para graduarse de 'bachiller en Teología', que fue el único título que consiguió entonces en esa facultad,<ref group='Notas'>En documentos oficiales de 1589 y 1590 se le da este título o el similar de 'profesor en sacra teología', por ejemplo, al nombrársele Oficial Eclesiástico de Tremp el 1 de julio de 1589 se le califica: 'Rdum. Josephum Calaçans, Sacre Theologie baccalaureum' (P. PUJOL I TUBAU, Obra completa, p.335, doc. IX); al nombrársele Visitador de Tremp, Sort, Tirvia y Cardós, el 5 de mayo de 1590, se lee: 'Josepho Calaçans presbitero et professori sacre Theologie' (ib., p.336, doc. XII). El mismo Calasanz en su visita pastoral a Durro hizo extender al notario que le acompañaba unas 25 escrituras en las que se le nombra a él con las iniciales 'S. T. B.' [Sacrae Theologiae Baccalaureus] (cf. J. MIR DURÁN, ‘S. José de Calasanz gloria de la diócesis de Urgel y honor de su clero’. [C. RABAZA] Memorias de un cronista [Valencia 1912] p.347). No obstante, en un documento fechado el 12 de octubre de 1585 en Barbastro se le nombra así: 'muy Rdo. y muy magnífico mossen Jusepe Calasanz, graduado en Sacra Teología' (cf. J. P0CH. ‘Aportación documental a la Historia de la Univ. de Huesca…’, p.211).</ref> sin que sepamos por qué no siguió hasta doctorarse. En el segundo semestre, exactamente el día 10 de febrero de 1584, lo encontramos ya situado como “familiar” del obispo de Barbastro, don Fray Felipe de Urríes y Urríes,<ref group='Notas'>Cf. J. POCH, o.c., p.210-211.</ref> a cuyo servicio empieza su actividad sacerdotal. Su larga y agitada carrera universitaria había terminado.