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Hacia 10 de febrero de 1645, llegaron a Roma tres cartas de Su Serenísima Majestad el Rey Vladislao IV Rey de Polonia y Suecia a favor de las Escuelas Pías, en mano de su Ilmo. Residente, dirigidas a los Emmos. Sres. Cardenales Pallotta y Mattei, Protector del Reino; una, escrita de propia mano de Su Majestad a Su Santidad Nuestro Señor Inocencio X, que era de este tenor: | Hacia 10 de febrero de 1645, llegaron a Roma tres cartas de Su Serenísima Majestad el Rey Vladislao IV Rey de Polonia y Suecia a favor de las Escuelas Pías, en mano de su Ilmo. Residente, dirigidas a los Emmos. Sres. Cardenales Pallotta y Mattei, Protector del Reino; una, escrita de propia mano de Su Majestad a Su Santidad Nuestro Señor Inocencio X, que era de este tenor: |
Última revisión de 17:38 27 oct 2014
Ver original en ItalianoCAPÍTULO 19 Carta del Rey de Polonia A Su Santidad [1645]
Hacia 10 de febrero de 1645, llegaron a Roma tres cartas de Su Serenísima Majestad el Rey Vladislao IV Rey de Polonia y Suecia a favor de las Escuelas Pías, en mano de su Ilmo. Residente, dirigidas a los Emmos. Sres. Cardenales Pallotta y Mattei, Protector del Reino; una, escrita de propia mano de Su Majestad a Su Santidad Nuestro Señor Inocencio X, que era de este tenor:
“Santmo. Y Beatmo. Padre:
En cuanto al tema de los Padres de las Escuelas Pías, yo he presionado y presiono mucho, por el daño considerable que de ello se deriva aquí, en las fundaciones que ellos han hecho, si ocurriera que tal siniestro se produjera, como aquí se vocifera; pues con él quedarían sin continuación; y además por la buena tarea,- muy ajustada a las necesidades de este Reino mío- que este Instituto realiza; ya que , por este camino, tendría que cesar, con gran disgusto mío y de los diversos Caballeros que se han interesado en las dichas fundaciones. Pero, como resulta que su causa está aún delegada ahí a Monseñor Asesor [Albizzi] del Santo Oficio, de cuyo poco afecto hacia ellos y a sus cosas yo mismo he percibido signos nada dudosos, suplico humildemente a Vuestra Santidad se digne poner a los Padres bajo la potestad de otro, para que reciban, al menos, el consuelo de verse acogidos y escuchados en sus necesidades y razones, y no se vean rechazados sin este refugio, con tan grave aflicción e ignominia por su parte, como casi siempre ha sucedido en el anterior gobierno. Hágame, pues, Vuestra Santidad la gracia que con toda reverencia y obsequio le suplico, en servicio de estos buenos religiosos, agradeciéndole este pleno y grato favor que me haga, etc.
Varsovia,…enero de 1645
De Vuestra Santidad,
Obedientísimo Hijo
Vladislao Rey de Polonia y Suecia”
De las cartas de los Emmos. Sres. Cardenales Mattei y Pallotta yo no he tenido copia, pero, viendo la de Su Santidad, se puede suponer que eran muy vehementes.
Además, Su Majestad dio orden a su Ilmo. Residente e Internuncio, que había ido a Roma, para rendir obediencia a Su Santidad de parte de Su Majestad, para que tratara especialmente nuestro problema con toda vehemencia, de parte de Su Majestad.