Diferencia entre revisiones de «GinerMaestro/Cap17/11»

De WikiPía
Saltar a: navegación, buscar
m
m
 
Línea 30: Línea 30:
  
 
{{listaref|grupo='Notas'}}
 
{{listaref|grupo='Notas'}}
 +
 +
[[Categoría:GinerMaestro]]

Última revisión de 10:41 27 feb 2019

Cap17/10
Tema anterior

GinerMaestro/Cap17/11
Índice

Cap17/12
Siguiente tema


Aviso OCR

Este texto ha sido obtenido por un proceso automático mediante un software OCR. Puede contener errores.

17.11. El nuevo ciclo de estudios medios

Si poca inspiración pudo recibir Calasanz del sistema de clases del Colegio Romano pura organizar el ciclo de estudios primarios, porque allí no los tenía, no fuera tampoco de mucha ayuda la disribución de cursos de latinidad que prescribía la ‘Ratio’ jesuítica aplicaba en dicho Colegio en los últimos años del siglo XVI, cuando Calasanz empezaba a ordenar sus escuelas. Desde 1568 había en el Colegio Romano cinco años de gramática, seguidos de uno de humanidades y otro de retórica, además del estudio y el hebreo. Pero aun entonces la clase infima de gramática (la 5ª) empezaba por las concordancias sintácticas, suponiendo ya sabido el ‘Donato’.[Notas 1]

En la ‘Ratio Studiorum’ (1586-1599) las llamadas 'escuelas inferiores' se reducen a cinco, que -según la costumbre universalizada- son de mayor a menor: retórica, humanidades y tres de gramática, a saber, suprema, media e ínfima. Esra úlrima trataba “del conocimiento perfecto de los rudimentos y principios de sintaxis” y los alumnos tenían que aprender de memoria algunas cartas de Cicerón más fáciles y ejercitarse en traducción directa e inversa del latín.[Notas 2] Con otras plabras, para inscribirse en esta clase ínfima se tenía que saber ya hasta los verbos impersonales, según Berro.[Notas 3]

Calasanz, pues, tuvo que recomponer por su cuenta todo este nuevo ciclo gramatical-humanístico, acomodándolo a las peculiares necesidades de sus alumnos. También él lo resumió en cinco clases, pero no coincidían con las cinco del Colegio Romano, pues prácticamente su ciclo gramatical empezaba con los nominativos y trrminaba con los impersonales, es decir, era un ‘ciclo medio’ entre la escuela primaria y la latinidad superior del Colegio Romano.

La clase ínfima de gramática de las Escuelas Pías, como vimos, empezaba en ra 5ª con los nominativos, declinaciones y conjugaciones. Y de ella pasaban a la 4ª, en la que seguía declinando los nombres simples y los compuestos, conjugando los verbos y tratando las concordancias. En la 3ª se estudiaban las reglas de los verbos activos y pasivos 'y si falta tiempo para los exámenes, se sigue con los verbos neutros'. En esta clase se hacen ejercicios con los ‘Dialogos’ de Luis Vives. Y de ella se pasa a la 2ª ,”en la que se declaran todas las reglas de los verbos personales e impersonales, adverbios locales, etc., y cada mañana se ejercitan sobre las ‘Cartas Familiares’ de Cicerón”. Con ella, según lo dicho, se empalmaba con la 5ª del Colegio Romano, con los ‘impersonales’. Y de hecho, así se dice en la Relación que venimos citando: “De esta 2ª clase, al final del curso van al Colegio Romano, y si se hace examen entre año, pasan a la 1ª”.[Notas 4]

Con la 1ª se facilitan otras opciones, abreviando el ciclo gramatical del Colegio Romano. En ella 'se explicaban los gerundios, supinos y participios y el resto de la gramática hasta las humanidades, se traducía el ‘De Officiis’ de Cicerón y a Virgilio'. Al terminar esta clase había varias posibilidades: “algunos van a oír lógica, otros se hacen religiosos, otros van a dar humanidades en el Colegio Romano o a la clase 1ª o a la 2ª”. Es decir, que al ingresar en el Colegio Romano les examinaban, incorporándoles a la clase adecuada, según el resultado del examen.[Notas 5]

De nuevo se advierte que esta ‘clase primera’, última del ciclo medio, era también un arreglo con finalidad práctica, como la 5ª respecto al ciclo inicial. Hay una síntesis del resto de la gramática latina, de humanidades y retórica. Por otra parte, era un coronamiento de toda la enseñanza recibida en las. Escuelas Pías, completando la formación latino-humanística para quienes no podían seguir carreras universitarias, pero podían aspirar a una colocación más digna con ese bagaje de conocimientos; o podían ganar tiempo inscribiéndose en cursos superiores de gramática o de humanidades en el Colegio Romano, sin tener que repetir materias o empezar desde la ínfima.

Esta 'escuela primera' la llevó mientras pudo el ultracentenario P. Dragonetti (+ 1628), de quien se cuenta una sabrosa anécdota relacionada con sus clases de Virgilio. Pasando un día Urbano VIII por delante de la iglesia de San Pantaleón, le llamó la atención la figura venerable de un anciano de luengas barbas blancas, rodeado de una nube de muchachos. Preguntó quién era y le dijeron: el P. Gaspar Dragonetti, que no obstante sus ciento y muchos años sigue dando latín a los chicos de las Escuelas Pías, sobre todo exponiendo a Virgilio, de quien se dice ser un magistral especialista. El papa, fino humanista, le hizo llamar y tras breve conversación le rogó que fuera a palacio para dar una prueba en su presencia de sus conocimientos. A la hora convenida se presentó el venerable viejo y ante aquella insólita concurrencia -el papa, cardenales, monseñores- empezó diciendo, como todos los días ante sus alumnos: “¡Atención, muchachos!”.[Notas 6]

En las cuatro clases de gramática, paralelamente a lo que se hacía el ciclo inferior y a ejemplo del Colegio Romano, los alumnos se dividían en dos bandos para competir en sana emulación, llamados en latín ‘Romani et Carthaginienses’ (Romános y Cartagineses), ‘Pars Pia et Pars Angelica’ (Bando Pío y Bando Angélico), ‘Equites et Pedites’ (los de Caballería y los de Infantería), ‘Legio velox et Legio florens’ (Legión veloz y Legión florida). Y también, igual que en el ciclo inferior, en las cuatro clases de gramática, la primera lección de la mañana era recitar de memoria seis o siete líneas de catecismo.

Comparando el ciclo gramatical que nos describe la ‘Breve relazione’ o ‘Documentum princeps’, de los años 1604-1605, con el informe de los luqueses de 1614, se aprecia un cambio notable en la distribución de materias, aunque se conserva el mismo número de clases con sus respectivos nombres. En un principio se crea un ciclo que encaja perfectamente y se condiciona con el esquema del Colegio Romano. Salvo la última clase (la 1ª), que tiene su propia finalidad de coronamiento de estudios, las otras cuatro (5ª – 2ª) preparan y engarzan con la 5ª o ínfima de los jesuitas, sin solución de continuidad. Pero en 1614 advierte que en esas cuatro clases se da ‘toda la gramática’, quedando clase 1ª como síntesis de humanidades y retórica, manteniendo su carácter de coronamiento de todo el ciclo.[Notas 7] Las clases de humanidades y retórica aparecen como asignaturas autónomas en 1629-1 630, en Reglamento del recién fundado Colegio Nazareno, si no más,[Notas 8] aunque ya se anunciaba su introducción desde el tiempo de la unión con los luqueses.[Notas 9] Con ello, pues, quedaba completo todo el período preuniversitario.

Por otra parte, si toda esta división de clases y asignaturas había surgido por necesidad, por exigencia del crecido número de alumnos lógicamente no podía mantenerse en su integridad en los pueblos pequeños en que el alumnado era reducido. En cada Colegio, por consiguiente, se establecía un plan de estudios, dependiendo del número de alumnos con adecuada flexibilidad, llegando al extremo de dos clases únicas, una para el ciclo primario y otra para el medio o secundaria.[Notas 10]

Quizá no fuera necesario insistir -por demasiado obvio- en notar la enorme evolución llevada a cabo por Calasanz en la planificación de la enseñanza primaria y media o preuniversitaria, partiendo del precario y confuso sistema de las escuelas públicas unicipales de Roma, de una sola aula y un solo maestro. Pero no es menos digno de notarse la diferenciar entre el plan de estudios del Colegio Romano y la ‘Ratio’ respecto a los estudios preuniversitarios por una parte y el organizado por Calasanz en sus Escuelas Fías, por otra. En el Colegio Romano no sólo se prescinde de la escuela elemental, sino que se empieza la gramática latina no desde el principio o nominativos, sino desde los verbos impersonales y concordancias, suponiendo ya sabidos los rudimentos (el Donato). El plan de estudios de Calasanz, por el contrario empieza con el deletreo y acaba con la retórica, ordenando todo el conjunto en nueve cursos con un equilibrio y simetría admirable: cuatro clases para el ciclo elemental y cuatro para el superior y en medio la clase 5ª en que acaban de perfeccionarse los del primer ciclo y empiezan los rudimentos del ciclo segundo. Una obra maestra de Pedagogo genial.[Notas 11]

Notas

  1. Cf. R. GARCÍA-VILLOSLADA, o.c., p.88.
  2. Cf. ib., p.98-101; A. PIGNATELLI, ‘Il Collegio della Compagnia di Gesù e l’educazione in esso incentrata’, en P. BRAIDO, ‘Esperienze di pedagogia cristiana nella storia’ p.122-124.
  3. Cf. BERRO I, p.72.
  4. ‘Doc Princeps’ I.c., P.47-48.
  5. Cf. ib.
  6. La anécdota la conservó Caputi en ‘Notizie Historiche’, I,3, ff.34-35, nn.135-138; trad. latina en SÁNTHA, SJC, p.170-171, n.4.
  7. En dicho informe se lee: (5ª) 'docet declinare et coniugare'; (4ª) 'docet concordantia et regulas latinorum usque ad verba passiva inclusive'; (3ª) 'docet regulas latinorum usque ad ‘adverbia localia inclusive’'; (2ª) 'docet ‘omnes regulas’ latinorum… epistolas Ciceronis et multa componit'; (1ª) 'explicat Ciceronem et Virgilium, docet etiam scandere versus' (PosCas, p.173). En la ‘Relatione’, la 2ª trata de 'tutte le regole delli verbi personali et impersonali et li ‘adverbi locali’'; en la 1ª se enseña 'li gerundi supini et participii et ‘il resto della grammatica’ insino all'humanità et in questa si dichiara Cicerone d'officiis et Virgilio' (‘Doc. princeps’, 1.c., p.48).
  8. 'La estancia en el Colegio tendrá una duración de cinco años, duante los cuales se leerá Gramática, Humanidades y Retórica y Lengua griega' (‘Reglamento del Colegio Nazareno’ [1629], en V. FAUBELL, ‘Antología Pedagógica Calasancia’, p.158). En un ‘Bando’ publico de Frascati, impreso en 1620, se dice que en las Escuelas Pías locales enseñan a 'leggere et scrivere, far conti et insegnino anco Grammatica et ‘Humanita’' (cf. SÁNTHA, SJC, p.256, n.13). Y en la Visita Apostólica de 1625 se lee: 'Li maestri che insegneranno Humanità e Retorica haveranno udita Humanità prima di insegnarle' (cf. ib., p.258, n.15) Parece ser, sin embargo, que en ambos casos se trata de la clase 1ª en la que a la vez que enseñaban ambas cosas, y no de dos clases independientes, como serán las del Nazareno (cf. P. VANNUCCI, ‘Il Collegio Nazareno’, p.126, n.l6). De hecho, en el plan de estudios de Narni de 1624-1625 aparecen cuatro clases de gramática y otra llamada 'In classe humanitatis', en la que se enseña por la mañana a Cicerón y por la tarde a Horacio y ‘Ars metrica’ (cf. SÁNTHA, SJC, p.264, n.34).
  9. Hacia 1614 escribía Bernardini: 's'insegna leggere, scrivere et abbaco per quelli che se ne vogliono andare a diversi arti; ad altii, che vogliono imparare lettere latine, s’insegna tutto il curso della grammatica et in breve al Signore piacendo s'insegnerà humanità e retorica' (PosCas, p.265). Es curioso ver esta evolución en tres informes: en un Memorial de Calasanz de 1602-1605 se lee: 'insegnano… leggere, scrivere, abbaco, grammatica et la dottrina christiana' (EGC II, p.47-48); en un ‘Sumario’ castellano de Calasanz del tiempo de la Congregación Paulina (1617-1621) se dice: 'enseñándoles per sola charidad con orden y división de clases leer, scrivir, contar y toda la lengua latina y en particular la dottrina cristiana' (ib, p.56); y en la ‘Narratione del P. Morandi (hacia 1634) se dice: 'cominciando ad insegnari dalli primi elementi a ben leggere, scrivere et abbaco, et a quelli di buon ingegno grammatica, humanità et rethorica' (Archivum 15 [1984] 6).
  10. En un ‘Libro delle Case et Religíosi che in esse sono circa annum 1624-1625’, autógrafo de Calasanz (RegCal 11, VI), se ve que las casas eran once. De ellas, sólo se da expresamente el número de clases y correspondientes alumnos de Nursia, Moricone y Savona: en Nursia había 320 chicos divididos en cinco clases, a saberl: 1ª de gramática, 2ª de gramatica, de escribir y ábaco (3ª), de leer de corrida (4ª) y de leer silbeando (5ª) En Moricone había 48 alumnos en dos clases; 1ª de concordancia y gramática y 2ª de leer y escribir. En Savona había 390 alumnos para 7 clases: 1ª y 2ª de gramática, 1ª y 2ª de escribir y ábaco, 1ª 2ª y 3ª de leer de corrida y silabeando: Véase como distribuye Calasanz por grupos a los alumnos de las dos clases de Moricone en carta del 20 de abril de 1621 (cf. EGC X, c.911).
  11. Desafortunadamente no han sido muchos los que han escrito sobre pedagogía calasancia, quizá por falta de textos impresos que sirvieran de base a estudios serios. Entre los que merecen recordarse figuran los siguientes: A. CANATA, ‘I'Educatore Cattolico secondo lo spirito di S. Giuseppe Calasanzio’ (Savona 1848, Firenze 1887, 1894) traducido al castellano (Valencia 1886, Barcelona 1925, 1943); V. CABALLERO, ‘Orientaciones pedagógicas según el espíritu de S. J. Calasanz’ (Barcelona 1921, Madrid 1945); A CAMPANELLA, ‘La Pedagogía Calasanziana’ (Roma 1925); G. GIOVANOZZI, ‘Il Calasancio e l'opera sua’ (Firenze 1930); A. SAPA, ‘Teologia spirituale pedagogíca di S. G. Calasanzio’ (Firenze 1951); G. SANTHA, SJC (Madrid 1956, 1984); C. VILÁ, ‘Fuentes inmediatas de la Pedagogía Calasancia’ (Madrid 1960); G. AUSENDA, ‘La pedagogia calasanziana, en P. BRAIDO, ‘Esperienze di pedagogia crístiana nella storia’ (Roma 1981); ID., ‘La escuela Calasancia’ (Salamanca 1981); V. FAUBELL, ‘Antología Pedagógica calasancia’ (Salamanca 1988)