Última revisión de 12:32 14 mar 2019

PRÓLOGO

Hay muchas maneras de prologar un libro. Yo he pensado una muy concreta para este libro del P. José Pascual Burgués, que se entrega como regalo a todos los miembros del 47º Capítulo General de las Escuelas Pías, y a través de ellos, al conjunto de la Orden: compartir con los lectores alguno de los sentimientos y de los descubrimientos que he hecho al leer el libro.

En primer lugar, quiero agradecer al P. Burgués el trabajo realizado, de manera sistemática y laboriosa, a lo largo de los meses que ha dedicado para hacer posible esta publicación. Como él mismo indica, con su trabajo nos ofrece una “fotografía” de las Escuelas Pías de Europa Central a finales del siglo XVII, sólo cincuenta años después de la muerte de Nuestro Santo Padre. Es una fotografía apasionante, reflejo de una historia que quizá es todavía un poco desconocida para muchos de nosotros. La lectura de este libro nos ayudará a conocer mejor una etapa apasionante de la Orden.

Pienso que estamos ante un libro no sólo interesante, sino oportuno. Ve la luz en pleno Capítulo General, el primero de toda la larga historia de la Orden que se celebra en Europa Central. El Capítulo General se convoca para que los escolapios seamos mejores discípulos y testigos del Señor, y para encontrar los caminos que nos hagan más fieles al Carisma, más audaces en la Misión y más comprometidos en la construcción de las Escuelas Pías para el bien de los niños, de los jóvenes y de los pobres.

Por eso es un libro oportuno. Porque, al leerlo, podemos contemplar cómo aquellos escolapios de la “primera hora” entendían la misión, cómo avanzaban en un dinamismo misionero en profunda apertura a las necesidades de la Iglesia, cómo configuraban las comunidades, con cuánto esfuerzo sacaban adelante las escuelas, cómo iban poco a poco marcando la dirección en la que la Orden pudiera crecer y encontrar nuevos caminos.

Hoy hablamos mucho de reestructuración, de consolidación y de expansión de las Escuelas Pías, y podemos caer en la tentación “cortoplacista” de pensar que eso es algo de hoy, algo propio de nuestro tiempo. La lectura de este libro nos puede ayudar a entender que estos desafíos son permanentes, aunque se desarrollen en contextos diferentes que exigen, a su vez, respuestas diferentes.

Pero es claro que hay cosas que no cambian: el coraje apostólico, el amor por Calasanz, la entrega generosa a la Misión, la identidad vocacional… signos todos ellos propios de la pasión por Jesucristo y por la Misión encomendada por el Señor. Estas son las claves de la historia de la Orden, y las que nos harán capaces de seguir construyendo el futuro, sabiendo que la única manera de construirlo es trabajando en el presente, en el momento en el que nos ha tocado vivir, pero en apertura al Espíritu.

Os invito a leer con interés. Pero quiero aprovechar esta oportunidad para invitaros a escribir. Este libro ha sido posible porque nuestros mayores dejaron escrita su vida, su día a día, su historia comunitaria y demarcacional. No dejemos nunca de hacerlo.

Que el Señor nos ayude a ser mejores discípulos y testigos, al estilo de Calasanz.

P. Pedro Aguado Sch. P.

Padre General de las Escuelas Pías

Roma, 24 de mayo de 2015, solemnidad de Pentecostés.

Notas