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Última revisión de 12:33 14 mar 2019
Cracovia (1664)
Cracovia era la primera ciudad en la que habían puesto pies los escolapios, primero en 1640, cuando el fallido viaje del P. Casani, y luego en 1642, con el P. Onofre Conti. Ya no era la capital del reino, pero sin duda guardaba mucha de su antigua grandeza y todo su prestigio de gran ciudad. En los primeros años de su llegada a Polonia, los escolapios se centraron más bien en la fundación de Varsovia, patrocinada por el Rey, y en la del Podolín graciosamente ofrecida por el Conde Lubomirski, y que serviría como noviciado y casa de estudios para los jóvenes. Pero al ir pasando el tiempo, antes de la fundación de Rzeszów, se interesaron por tener una fundación en Cracovia, que pudiera servir como casa de estudios para los juniores escolapios, que podrían así frecuentar la Universidad de la ciudad.
Lo más fácil fue conseguir el permiso real. El Rey Juan Casimiro les autorizó, en 1654, a comprar un terreno en el suburbio de Cracovia para edificar su vivienda, y un huerto contiguo, y además declara sus propiedades exentas de impuestos, por su carácter religioso. Obsérvense los matices: no apoya económicamente la fundación, como hacía con la de Varsovia; el permiso es para establecerse en el suburbio, no en la ciudad; no habla de escuelas o iglesia. Era evidente que los escolapios se encontraban con una fuerte oposición para su fundación en la ciudad, por parte de la Universidad, sobre todo (que no quería competencia en materia de enseñanza secundaria), y del obispo, quizás influido por las demás órdenes religiosas ya presentes en la ciudad desde antiguo.
Sin embargo el obispo Pedro Gembicki, que se refugió en Podolín huyendo de las invasiones enemigas en 1656, conoció la obra de los escolapios en aquella ciudad, y de enemigo se convirtió en admirador, prometiendo su permiso para fundar en Cracovia. El permiso, sin embargo, llegó de su sucesor Andrés Trzebicki, en junio de 1660, aunque se trata de un permiso muy limitado: “Os concedemos permiso con nuestra autoridad ordinaria para erigir una casa de probación en Cracovia, en el distrito Casimira, para que viváis de acuerdo con las normas de vuestro instituto. Sin embargo no podréis erigir ninguna escuela según vuestro instituto con finalidad lucrativa, de modo que causéis perjuicio a la Academia de la ciudad”. Es decir, les permite crear una casa de formación fuera de Cracovia, y sin pensar en abrir escuelas.
Todavía no estaban resueltas todas las dificultades. Hacía falta aún el permiso de las autoridades locales, o Asamblea de Cónsules del distrito de Casimira, quienes eran reticentes a concederlo porque por un lado temían perder las contribuciones que pagaba la casa que supuestamente iba a ocupar los escolapios, y que pasara a depender de la jurisdicción eclesiástica. Por otra parte seguían las presiones de la Academia o Universidad de Cracovia, que no querían a los escolapios ni cerca ni lejos. Los escolapios buscaron el apoyo de la Reina María Luisa de Gonzaga (viuda de Ladislao IV y casada luego con su hermano Juan Casimiro), quien se interesó vivamente en el asunto por medio de sus abogados de confianza, en el año 1663. Gracias a esta ayuda, la fundación comenzó en 1664. La casa comenzó a servir como casa de estudios para una reducida comunidad, y como residencia del P. Provincial.
Hubo que esperar todavía años para poder entrar en la ciudad como era el deseo de los escolapios. En 1679, a petición del P. Provincial Miguel Krausz, las Cortes del Reino aprobaron que los escolapios de Cracovia pudieran trasladarse a la ciudad, pero el permiso del Obispo no llegó hasta 1685, por medio de Juan Malachowski, más favorable que sus predecesores a la Orden. Dio además permiso para abrir la capilla al culto público, celebrar misa en ella y administrar los sacramentos correspondientes. Su obispo auxiliar Nicolás Oborski bendijo la capilla y celebró misa en febrero de ese año. Sin embargo los escolapios no podían abrir una escuela, algo totalmente excepcional en la historia antigua de la Orden. Y no deja de ser paradójico que la única fundación polaca a la que no se permitió abrir escuela en los tiempos antiguos fue la única a la que los comunistas permitieron tener escuela abierta después de la II Guerra Mundial.
La casa de los escolapios en Cracovia era un edificio de dos pisos, con una capilla adosada, y una docena de habitaciones. En 1696 la comunidad estaba formada por los siguientes religiosos:
- 1.P. Simón de Sta. Catalina de Siena, Rector
- 2.P. Juan Casimiro de S. Teófilo
- 3.P. Vicente de S. José, exprovincial
- 4.P. Alejo de la Visitación de la B.V., predicador, confesor de los nuestros
- 5.P. Aurelio de Sta. Rosa, predicador, confesor también de los nuestros
- 6.H. Francisco de S. Pedro, operario