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Primer Instrumento de Fundación, Altwasser

CARLOS, OBISPO DE OLOMUC POR LA GRACIA DE DIOS, DUQUE DEL S.R.I., PRÍNCIPE DE LA REAL CAPILLA DE BOHEMIA, CONDE DE LICHTENSTEIN

El Santísimo Rey y Profeta David, lleno del Espíritu de Dios, cuando invita a todo tipo de cosas creadas a alabar a su Creador con dulcísimos salmos, se entiende claramente que se refiere principalmente a los hombres. En efecto, las mentes angélicas, a las que invoca en primer lugar, junto con las cosas animadas e inanimadas, a las que llama después, no necesitaban un mandato o invitación para hacerlo, sino que proclaman con voz incesante su himno al tres veces Santo como necesidad de su propia felicidad, de modo que estas, aunque callen, alaban, y sirven a la divinidad de su creador de otros modos. Por lo tanto son los fieles cristianos los principalmente invitados por las voces proféticas: “Alabad al señor en sus Santos, honrad a los santos y amigos de Dios, principalmente a aquellos por los cuales nuestro Señor Jesucristo se hizo carne y sangre, a los cuales él coronó en el cielo de gloria y honor por encima de los demás”.

Nos, atendiendo a que hace siglos la Madre de la Virgen Inmaculada y Abuela de nuestro Salvador Santa Ana, que fue encontrada digna de dar a luz a la Madre del Unigénito, siendo preservada en su seno del pecado original, eligió su sede en Altwasser, cerca de Libava, y que recientemente ha sido construida desde los cimientos una iglesia por los piadosos fieles cristianos en honor de Santiago y de la santísima Madre Ana, como distribuidores de las gracias de la Santa Virgen, de modo que aquella antigua devoción, culto y reverencia surgida desde antiguo hacia la Santísima Madre Ana , y continuada hasta ahora, no sólo se conserve, sino que crezca y aumente aún más, hemos considerado importante que, de la misma manera que hay una iglesia nueva, se le asocien también nuevos ministros, por medio de los cuales el culto vaya teniendo un incremento continuo, y de este modo los peregrinos que llegan para llevar a cabo sus devociones sean servidos con la administración de los sacramentos y otros oficios y auxilios saludables.

Por lo tanto, como ese lugar Altwasser está situado en el distrito de Libava y Budisov y desde antiguo ha pertenecido y pertenece a nuestro señorío de Kremsier, y nosotros hemos fundado en él, en nuestra ciudad residencial de Kremsier, un colegio de los RR. PP. Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, como puede verse en detalle en el instrumento que se refiere a ello, motu proprio, después de haberlo pensado bien, a ciencia cierta, asignamos e invertimos, y por medio de este instrumento asignamos e invertimos a favor del citado colegio, además de dicha fundación, un capital de 8000 FR, con un interés perpetuo del 5% anual, para mantenerse, alimentarse y sustentarse en adelante en Altwasser como residentes permanentes tres sacerdotes y un clérigo o lego, con esta condición expresa: que los Padres permanezcan en aquel lugar a modo de misioneros incorporados a su Casa de Kremsier hasta que, con la ayuda de Dios, y si nos da la vida suficiente, puedan vivir en un colegio (que queremos fundar y edificar con el tiempo, y si no esperamos que sea hecho por nuestros sucesores) y puedan sustentarse allí decentemente un número suficiente de religiosos, de acuerdo con las Bulas Pontificias.

Mientras tanto los Padres que están allí viviendo en una casita de madera tendrán paciencia, y su cuidado y preocupación consistirá, además de vivir la vida religiosa que según su instituto y profesión debían observar, en primer lugar promover el culto divino, satisfacer a los peregrinos que fueran a la iglesia, recibir a los niños en la medida que se lo permitieran sus otras obligaciones para formarlos en la piedad, buenas costumbres y letras y en las demás buenas artes, y además recordarnos en sus oraciones incesantemente, tanto en vida como después de muerte.

Y para que no surjan discordias entre el Párroco de Libava y los Padres a causa de la proximidad de los lugares y de las funciones eclesiásticas, ordenamos que los Padres, cuando los domingos y días de fiesta se tenga misa y sermón en la iglesia parroquial de Libava, no tengan sermón en Santa Ana, ni toquen las campanas (excepto los días de la Dedicación, del Patrocinio, y otras solemnidades celebradas desde antiguo), para no distraer de ningún modo a la gente de su madre iglesia parroquial. Sin embargo podrán siempre hacer diligentemente el catecismo por la tarde, así como decir algún sermón si lo ven conveniente.

Por lo demás, no se mezclarán en la administración de sacramentos y tareas parroquiales, es decir, en los entierros de difuntos, bodas, dar el sacramento del Viático o la Extremaunción, y menos en asuntos temporales. Si se lo pide el párroco podrán decir sermones, oír confesiones, y lo mismo harán en casos similares según más convenga. En cuanto se refiere al culto divino, aquella iglesia está sujeta a la visita decanal.

Para que los Padres puedan atender a la iglesia en todas sus necesidades, como cera, sebo, vino y cosas similares, queremos que todo lo que se ofrezca, excepto las cosas de comer, que pueden guardar los Padres, principalmente en las fiestas de la Dedicación Patrocinio y todas las demás solemnidades y fiestas, tanto en el altar, como en saquitos o en el cepillo, se guarde como capital de la iglesia, y que no puedan reclamar como suyo ni los Padres ni el Párroco. Para tal fin ordenamos que ese dinero y obligaciones se guarde bajo tres llaves, de las cuales guardará una el párroco, otra los Padres y la tercera el que es llamado vulgarmente “custodio de la iglesia”, que siempre debe ser un miembro del senado de Libava. Al final del año se harán las cuentas, al mismo tiempo que se revisará el inventario, y se proveerá a lo que sea necesario. Y para que se sepa, los Padres tendrán un libro en el que anotarán las cosas referentes al incremento del culto divino, como todas las misas celebradas, y por quién; las ofrendas de los fieles cristianos; las gracias y beneficios obtenidos, y todo lo que sea de interés.

Y para que los citados Padres cumplan, observen y hagan todas y cada una de las cosas indicadas más arriba, de manera verdadera, inviolable y constante, les obligamos seria y estrictamente, para que Dios no se vengue de ellos no sólo en esta tierra, sino en el Juicio Final, en el caso de que no hubiesen satisfecho sus obligaciones de la manera debida. Y si los mismos Padres por su propia voluntad abandonaran el lugar, o (Dios benignamente lo impida) si ocurriera que su instituto pereciera en este marquesado de Moravia, o en Kremsier y Altwasser, o fuera suprimido por el Sumo Pontífice, entonces queremos que esta fundación se nos devuelva a Nos y a nuestros sucesores obispos, y se aplique a otras causas piadosas. Por ello rogamos en el Señor a los obispos sucesores nuestros que secunden con ánimo benévolo esta piadosa intención, y que se complazcan en protegerla con su autoridad, por lo cual recibirán un gran premio en la otra vida.

Y para que todas estas cosas tengan valor perpetuo, y obtengan plena fe en cualquier lugar, hacemos dos ejemplares de este instrumento, firmado por ambas partes, y con nuestros sellos, y además pedimos a N. y N. que firmaran con nosotros sin perjuicio propio ni de sus herederos.

Se hizo en nuestra ciudad residencial de Kremsier, el 19 de octubre de 1690.

Carlos. Juan Godofredo Cosa, de Radiscitz, testigo. Carlos Masimiliano Pandowsky de Wolschim, testigo.

José de Santa Catalina, Prepósito Provincial de las Escuelas Pías de Germania.

Notas