Última revisión de 18:30 21 may 2022

[1759]

El año 1759 Podhorowski, diputado de Kiev, dividió el congreso de Varsovia.

Casimiro Kamienski, un juez de Lutsk, salió de casa hacia mediodía con un niño que le servía, y rezó el rosario. Al terminarlo volvía a casa cuando una tropa de cosacos, armados como suelen, cayó sobre él y lo asesinaron vergonzosamente.

El historiador recuerda dos veces a Catalina Skrzynska, de la familia Sieciuska. Después de distribuir sus propiedades entre sus hijos, separada de todas las cosas mundanas, puso su asiento en la iglesia de Miedzyrzecz, en la cual durante los 30 años que vivió brillaba su piedad admirable. Ni la edad avanzada, ni el calor o el frío le impedían asistir a todas las misas, desde la primera a la última, arrodillada. Ningún día de fiesta dejaba de confesarse. Cuando ya al final cayó enferma, y estaba lista para la muerte, pidió un confesor, y que le hicieran un funeral simple. Murió con la muerte de los santos, en manos del confesor, en medio de fervientes actos de virtud. A menudo ayunaba, y era generosa dando limosnas; pasaba día y noche orando. Se esforzaba por reconciliar a los que disputaban; de su boca nunca se oyó una mentira, o una palabra que pudiera dañar el nombre del prójimo. Falleció a los 80 años. Siempre había deseado morir el día de la Asunción de la Virgen María, y su deseo fue satisfecho, pues precisamente ese día, durante el canto de vísperas, devolvió a Dios su espíritu. Sus hijos trajeron a hombros su cuerpo a la iglesia, donde fue enterrada bajo el altar de la Virgen de Czestochowa. También trabajaba siempre por la iglesia de Miedzyrzecz.

Notas