Última revisión de 09:47 23 may 2022

7. Historia de la casa de Poniewiecz

En el año 1719, a petición del Ilmo. y Rvmo. Constantino Brzostowski, Obispo de Vilna, fue enviado a Vilna el P. Cipriano de S. Lorenzo por el entonces Provincial P. Matías de S. Tadeo para atender a las confesiones de las monjas de la Visitación de la B.V. María. Era un varón docto, buen religioso, con madurez de costumbres, insigne predicador, prudentemente celoso de las almas confiadas a él. Sus dotes eran evidentes tanto para los magnates espirituales como para los seglares, para los nobles y magistrados de la ciudad de Vilna. Y entonces he aquí que un hombre íntegro comenzó a apreciar nuestra Orden, que no conocía hasta entonces, el muy ilustre y Rvmo. Cristóbal Montuid Biallozor, canónigo decano de la catedral de Vilna, prepósito de Borisovia y párroco de Pogirie, que siempre se llamaba de palabra y por escrito pobre de la Madre de Dios. Cuando este leyó el título de nuestra Orden, se quedó admirado (pues pensaba que nadie se daba ese nombre sino sólo él), por lo que sintió un gran afecto hacia nuestra Orden. El prelado, ya mayor, escribió una carta al P. Vicente de Cristo, Prepósito Provincial, pidiéndole que le enviara un sacerdote a la iglesia parroquial de Pogirie, y le indicó su intención de establecer allí una fundación para los nuestros, ofreciendo una hermosa imagen de la V. María y los bienes de los Biallozor, con sus sepulcros.

En el año 1723 para satisfacer sus deseos fue destinado a Pogirie el P. Atanasio de Todos los Santos, querido de todos, profesor de artes liberales y filosofía, ex Rector de Warez, a quien poco después se unió el P. Lucas para ayudarle en la parroquia. Pero los dos ignoraban el lituano, especialmente en aquellos temas para el que era más necesario, como escuchar confesiones, así que el P. Lucas, que era más joven, dedicó todo su empeño a aprenderlo del hermano operario Miguel que vivía con ellos.

En el año 1725, como los ingresos de la parroquia eran demasiado escasos, y no bastaban para comer, el Rvmo. Fundador ayudó a mantenerlos con sus fincas.

En el año 1727, después de unos cuatro de que los nuestros habían servido a la parroquia, y cuando acudía mucha gente a venerar la hermosa imagen, los nuestros comenzaron a experimentar dificultades, y a ser turbados por el heredero que incluso les amenazaba de muerte si seguían en Pogirie, y no quería pagar lo que había prometido el Rvmo. a los nuestros de Pogirie. Además los nuestros sufrían las molestias de ser un sitio demasiado pequeño, y de las incomodidades para enseñar a la juventud (pues sólo había algunas casas rústicas). Pero Dios proveyó de comodidad a sus siervos en el lugar de Poniewiecz, localidad real vecina a Curlandia y Samogicia, situado en el distrito de Upiten, en el cual el aire mejor, y había muchos más jóvenes para instruir, y además era un distrito más bien noble a causa de los comicios que tenían lugar allí y de los frecuentes juicios de capitanía. Había construido la iglesia de Poniewiecz el Ilustre y Mag. Señor Cristóbal Dabski, notario del distrito terrestre indicado con su consorte, y una residencia al lado para dos o tres Rvdos. Padres Predicadores (porque antes había tenido la Ilustre y Mag. Dabska un hermano en la Orden de Predicadores, un hombre docto, que fue Provincial de Lituania). Pero hasta entonces esos religiosos no habían llegado. Entonces el Ilmo. Cristóbal Pustyna, capitán del Distrito y castellano de Mscislaw, y luego palatino, sugirió a los fundadores que la fundación de Biallozor fuera trasladada de Pogirie y se uniera a la de los Dabski en Poniewiecz, y los convenció para hacerlo. Se confió al P. Boguslao la comunidad reunida, quien envió a al P. Lucas de S. Andrés a Poniewiecz, para que celebrara misa allí, y restaurase la residencia. Al final, tras recibir la aprobación para recibir la iglesia y le colegio de Poniewiecz por parte del Ilmo. y Rvmo. Carlos Pancerzynski, Obispo de Vilna, tras devolver la iglesia y la casa de Pogirie con sus inventarios a los comisarios señalados, en agosto se trasladó el P. Boguslao a Poniewiecz con dos hermanos operarios, y comenzaron a vivir allí con el P. Lucas.

En 1728 el Reverendísimo Fundador inscribió y entregó al colegio la propiedad de Zyzmy con sus súbditos, campos y bosques para la fundación.

Ese mismo año los ilustres fundadores Dobski inscribieron y entregaron la finca de Lopacijski con sus siervos, campos, bosques, prados etc. como parte de la fundación. El Ilmo. y Mag. Dobski vio que el lugar era pequeño para un colegio y una iglesia, que el Rvmo. Fundador dijo que iba a construir de ladrillo, aunque su intención no se llevó a cabo, a causa de las violentas hostilidades, o porque cambió de idea, y luego su muerte hizo desvanecer su intención. El Ilmo. y Mag. Fundador Dabski para ampliar los terrenos trató con el Excelso Príncipe Czartoryski, pro-Canciller del Gran Ducado de Lituania, además de propietario del pueblo de Poniewiecz perteneciente a la capitanía de Sadov, y mediante permutación le cedió unas tierras de su capitanía de Barnati en Sadovie a cambio de unos campos contiguos a la iglesia, cediendo los más amplios a favor del colegio, por medio de comisarios, estando todo aprobado por un escrito del Excelso Príncipe. Cuando tuvieron un edificio de madera para los nuestros y para los estudiantes, a instancias de los nobles se abrieron las escuelas, y el P. Lucas de S. Andrés comenzó a enseñar, y para ayudarle en la instrucción de la juventud vino el clérigo Jerónimo de la Asunción de la V. María. En la fiesta del Nombre de María, tras obtener el permiso del Ordinario del lugar, se hizo la introducción solemne de la imagen de Santa María Mayor, ofrecida por el Rvmo. fundador, que es como la gente llama a la Virgen de Roma, y como reconoce sus gracias.

En el año 1729, como ya se terminó de construir el colegio de madera con sus locales, y el número de los nuestros había aumentado, se hizo la bendición e ingreso de los nuestros en presencia de los fundadores y los nobles presentes, el 13 de noviembre. La primera residencia se destinó a local para las escuelas.

En 1730, gracias al cuidado y gestiones de los Ilmos. y Magníficos fundadores, el serenísimo Rey de Polonia Augusto II confirmo con un privilegio el colegio con los fondos que le habían sido asignados.

En 1734, tras la muerte del Rey Augusto II, sintió este colegio la ruina, tanto a causa de la República como de los auxiliares o milicias, pues los militares ocuparon las habitaciones, y consumieron los recursos, y las fincas quedaron devastadas a causa de las frecuentes exacciones y tributos demasiado elevados. Esta calamidad duró unos tres años.

En el mes de abril de 1735, durante la Semana Santa, el P. Adalberto de Sta. Teresa, con permiso de sus superiores, salió del colegio para dirigirse a Remigolie, a petición del Rvdo. Sr. Comendador, para recibir las confesiones de Pascua. Este Padre fue invitado el primer día de Pascua a comer por la Magnífica Sra. Marcinkieniczowa, jueza terrestre del distrito de Upiten, en compañía de su hijo, que había hecho los primeros votos el Rvdo. P. Iwanowicz, sacerdote de la Compañía de Jesús, que entonces era Prefecto del colegio de Minsk y predicador. El Rvdo. Padre de la Compañía de Jesús, olvidando la caridad fraterna y la modestia, atacaba a las Escuelas Pías de Vilna con palabras insultantes, y no sólo al Padre Adalberto, sino a toda nuestra Orden, e incluso se atrevió a hablar mal de nuestro Venerable Padre Fundador. Inmediatamente fue atacado por una fiebre maligna en la mesa, y a los ocho días murió. Acudió a su funeral el P. Hipólito de S. Estanislao de Kotska, rector de la casa de Poniewiecz, con dos Padres, y celebró la misa en la iglesia de Remigolie. La causa de su muerte, afirmaban tanto los criados como los varones espirituales y religiosos presentes, y los no católicos, había sido aquel discurso que hirió el Nombre de Nuestro Venerable Padre Fundador.

El año 1737, continuando sus muestras de afecto hacia nuestra Orden, el Magnífico Sr. Casimiro de Imbraim Straszewicz, portaestandarte y vice capitán del distrito de Upit inscribió un capital a favor del colegio de Poniewiecz para poner un profesor de filosofía, que comenzó a enseñar filosofía a los nuestros y a los seglares.

En 1741, por la generosidad de los Ilustres y Magníficos Sres. Dabski, fundadores, inscribieron a favor del colegio la finca Doumiany, con los siervos, casas, capos, prados etc., entregando el inventario. Luego entregaron una suma de 9000 florines polacos, colocada en bienes de Lepsze en Biallo Zorovia, de modo que pudieran recobrarse.

Notas