BerroAnotaciones/Tomo3/Libro1/Cap25

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CAPÍTULO 25 Otros desórdenes En las Escuelas Pías de Nápoles [1646]

Habían llegado de varios sitios, sobre todo de Florencia, algunos de nuestros Religiosos sacerdotes profesos, y otros; y entre éstos, el principal, el P. Juan Francisco [Apa] de Jesús y el P. José [Marci?] de la Natividad, ambos naturales de Nápoles. El primero de ellos había prometido a N. V. P. Fundador volver a Toscana, pero, una vez que llegaron a Nápoles, se olvidaron entre ellos, bajo el frívolo pretexto de que, al pasar por Roma no fueron bien acogidos por la Co[munidad] y otros oficiales de la Casa con un primer aprecio; aunque yo supe que no era verdad lo que decían. Aquello bastó para que fueran adonde el Emmo. Arzobispo a decir que eran tantos que no se podía vivir, y por eso suplicaban que enviara fuera a los forasteros.

Esto fue el pretexto, pero, de hecho, el motivo verdadero era que estaban irritados por lo que se cuenta en último capítulo, que habían considerado como dañoso, y sin gran perjuicio del alma no podían aceptar, lo que, en efecto, nunca obtuvieron del Papa. Luego ellos mismos experimentaron lo que significaba dejarse guiar por el olfato por los oficiales del Arzobispo, llenos de intereses, como era el Sr. Pedro Pablo, canciller de aquél.

El resultado fue que obtuvieron del Sr. Cardenal Arzobispo la orden siguiente:

“Nos, Ascanio, del Título de Santa María Araceli, de la S. R. I. Cardenal Filomarino, Arzobispo de Nápoles, habiendo oído que en las casas y lugares de las Escuelas Pías de Nápoles, a causa de la cantidad de Religiosos en ellas, y que diariamente van aumentando, recibiendo a otros en dichas casas, así como la comunicación entre comunidades de una casa y otra, por lo que no pueden vivir cómodamente, dada la escasez de limosnas,

Por el presente Edito ordenamos, y expresamente mandamos a todos y a cada uno de los Ministros o Superiores, presentes o futuros de dichos lugares, y a otros, que no intenten ni presuman, ni ninguno de ellos intente o presuma venir en el futuro, ni permitir que nadie vista el hábito, ni en aquéllas casas recibir a nadie de comunidad, a excepción de los asignados a ellas; y que los Religiosos de las comunidades asignados a una casa no puedan ir a otra sin nuestra expresa licencia, o de nuestro Vicario General “in scriptis”. Y que los extraños existentes en dichos lugares y casas, en el término de seis días, a partir del día de fijación del presente, salgan de dichos lugares y casas, y vayan a sus Provincias a residir, bajo pena de privación de oficios a los Superiores, y a los inferiores pena de cárcel formal, y otras a nuestro arbitrio, a los cuales, desde ahora hasta entonces, se considera incursos, si desobedecen a la contravención. Y para que ninguno pueda alegar causa de ignorancia, queremos que una copia del presente sea fijada y publicada en las puertas de dichas casas y lugares, y tenga vigor como si hubiera sido intimado personalmente a todos.

Dado en Nápoles, en nuestro palacio Arzobispal, el día 29 de octubre de 1646.

Ascanio, Cardenal Arzobispo de Nápoles.

Pedro Pablo Monti, ejecutor Maestro de Curia.

Forasteros son:

P. Vicente [Berro] de la Concepción, genovés.- P. Juan Carlos [Caputi] de Santa Bárbara, de Campi.- H. José [Varazi] de San Joaquín, de Campi.- H. Esteban de San Francisco, de Campi.

Los salientes y los renuentes, o que molesten de alguna manera sean “ipso facto” excomulgados.

Con el fin de que se vea que todo provenía del deseo de molestarme a mí en persona por el Sr. Pedro Pablo, el canciller antes nombrado por el Emmo. Arzobispo, por el obstáculo que yo puse para recibir a aquel Ghirelli, juez rechazado por la Orden y por algunos otros, que en mi presencia no se atrevían a darse a la libertad, y luego se la tomaron, porque sabían que yo no saldría, dado que N. V. P. Fundador quería que me quedara en Nápoles por sus justos fines, pondré aquí la lista de todos los forasteros que en aquel tiempo estaban en nuestras casas de las Escuelas Pías de Nápoles.

En nuestra Casa de Porta Reale

P. José [Penezzi] de San Eustaquio, de la ciudad de Pesaro.- H. José Andrés de San Carlos, florentino.- H. José María [Bergallo] de la Pasión, genovés, del Reino.

P. Juan Domingo [Romani] de la Virgen de los Ángeles, de Cosenza.

P. Carlos de Santa María, de Lecce.

P. Francisco [Vecchio] de todos los Santos, de Lecce.

P. Francisco [Amalfa] de San Juan Bautista, de Nocera.

P. José [Rossi] de la Concepción, de Castel Volturno.

H. Gregorio [Casco] de Santo Domingo, calabrés.

H. Alejandro [Politi] de la Asunción, de Lecce.

H. Francisco [Morelli] de Santo Tomás de Aquino, calabrés.

H. Francisco de San Miguel Arcángel, de Matalone.

H. Vicente [Bergamo] de Santa María, de Arenzo.

H. Salvador [Donnarumma] de la Natividad, de Basilicata.

H. Santiago [Lippi] de la Santísima Virgen, de Basilicata.

H. Juan Domingo, terciario, de Bisignano.

En la Casa de la Duchesca:

P. Vicente [Berro] de la Concepción, de Savona, y el H. Francisco [Gentile] de San Miguel, palermitano, del Reino.

P. Tomás [Taquinto] de la Pasión, de Montorio, Terra de Lavoro.

P. Juan Carlos [Caputi] de Santa Bárbara, de Lecce, y el H. José de San Andrés, de Cerreto, Terra de Lavoro.- H. Buenaventura de San Ciriaco, calabrés.- H. Marcos [Agostini] de Santa Ana, de Caserta.- H. José de San Joaquín, de Lecce.

Los cuatro HH. De arriba son clérigos

H. Esteban [Epifani] de San Francisco, de Lecce.- H. José de la Anunciación, de Lecce.- H. Silvestre [Licore] de Jesús, albanés.- H. Domingo [Palascandalo?] de la Madre de Dios, de Basilicata.- H. Policarpo [Sommella] de Santa Inés, de Aversa.- H. Santiago de San Miguel Arcángel, de Monte Catino.- Vespasiano, terciario de Abruzzo.- Bartolomé, terciario de Campagna d´Evoli.

Así que de treinta y dos Religiosos forasteros que ahora estaban en las Casas de las Escuelas Pías de Nápoles, no había anotados más que los cuatro arriba nombrados.

Se dio al Emmo. Arzobispo una lista de todos, para que conociera la pasión del Canciller, pero de nada sirvió para nuestro fin.

Notas