Viena (AT) Internado cesáreo y colegio académico
Datos
Demarcación Austria
(1802-1919)
Historia
En 1802 el emperador Francisco II funda en Viena este internado cesáreo y colegio académico en el antiguo colegio de jesuitas de la plaza de la antigua universidad y lo encomienda a los escolapios. La enseñanza abarcaba cuatro clases de gramática o gimnasio inferior y dos de humanidades o gimnasio superior. El número de escolapios que componían la comunidad fue generalmente de once o doce. Su primer rector, y, por consiguiente, quien dio solidez, prestigio e impulso al colegio en sus primeros años (1803-1817) fue el P. Inocencio Lang, director cesáreo de todos los gimnasios y escuelas del Austria Inferior, consejero permanente de corte en cuestiones de enseñanza, reformador del plan de enseñanza del imperio, que en tiempos de María Teresa había propuesto el no menos célebre escolapio P. Graciano Marx. Los internos debieron ser numerosos, pues entre los miembros de la comunidad suelen nombrarse siete u ocho como prefectos de internado. Hacia mitad de siglo el total de alumnos era de 475. En 1803 por mandato del emperador Francisco II son acogidos en el internado los 10 niños cantores de palacio (Hofsángerknaben), cuya pensión es sufragada por la corte. En 1848 estalló la revolución antimonárquica en Viena y el internado y colegio académico fueron ocupados violentamente por un grupo de sediciosos, procedentes de la Universidad, situada enfrente del colegio. Los escolapios y los internos fueron obligados a abandonar el colegio. Dominada la sedición, las milicias imperiales colocaron un piquete de soldados en el colegio, que fue cerrado por mandato imperial. Los escolapios no volvieron a ocuparlo. Los diez niños cantores de palacio pasaron al internado escolapio de Lówenburg, subvencionados por el emperador, y allí permanecieron hasta 1919 en que cayó la monarquía.
Niños cantores.
Este famosísimo grupo de niños cantores de Viena (Sängerknaben de la Burgkapelle) fue instituido a finales del siglo XV al establecer su corte en Viena el emperador Maximiliano I. Poco después de fundar los jesuitas su primer colegio en Viena (1554), la corte determinó que acogieran en él a los niños cantores de la capilla imperial (Hofsangerknaben) (1558). Un siglo más tarde (1651) pasaron al Barbaraeum, nuevo internado de jesuitas y allí permanecieron hasta la supresión de la Compañía (1773). Durante los reinados de María Teresa y sus hijos José II y Leopoldo II no gozaron de la protección de la corte y a duras penas sobrevivieron como institución privada. Con Francisco II vuelven a ser considerados oficialmente como capilla palatina y son acogidos por voluntad y a expensas del emperador en 1803 en el recién fundado internado y gimnasio académico, que el emperador había encomendado a los escolapios. Su permanencia en el internado cesáreo duraba aproximadamente tres años, es decir, hasta que empezaba a notarse el cambio de voz de los niños. En el internado seguían normalmente las clases de gimnasio, pero tenían además clases de canto y música instrumental. El primer rector del gimnasio, P. Inocencio Lang, estableció un riguroso examen de selección para admitir a tales niños, fijándose no sólo en sus dotes especiales para el canto, sino también en su inteligencia y cualidades morales. Durante el medio siglo que permanecieron en el gimnasio académico contribuyeron, sin duda, a aumentar el prestigio del centro escolapio. Durante ese medio siglo Viena es prácticamente la capital musical de Europa. Y los niños cantores de palacio, además de sus funciones oficiales en la capilla palatina, intervienen constantemente en recitales y conciertos que se celebran en los palacios de la nobleza vienesa y en estrenos de misas solemnes y oratorios de los grandes compositores, siendo aplaudidos y admirados por los grandes músicos de la época y por todo el ambiente culto de la capital del imperio. Durante este período de residencia en el gimnasio académico formó parte de los niños cantores Franz Schubert en los años 1808-1813, llamando poderosamente la atención de sus maestros tanto por su preciosa voz como, sobre todo, por sus precoces dotes musicales, que hacían presentir al futuro genio. Al cerrarse el internado cesáreo y colegio académico en 1848, los diez niños cantores pasaron al internado de Lówenburg, también escolapio, y allí permanecieron, subvencionados por la corte, hasta 1919 en que cayó la monarquía. El nuevo Estado republicano les negó la subvención de que gozaban con los emperadores. En 1927, considerando que eran una auténtica y prestigiosa institución cultural, el ministerio de educación volvió a subvencionarlos. Durante el largo medio siglo que permanecieron como internos en el Lówenburg, continuaron siendo uno de los elementos notables del mundo musical de Viena. El emperador Francisco José transforma la ciudad con maravillosos palacios, parques y jardines, templos y estatuas, y apenas si hay inauguración oficial o acontecimiento solemne en que no participen los niños cantores de palacio, como en la inauguración de los monumentos al archiduque Carlos, al príncipe Eugenio de Saboya, a Schwarzenberg, a Beethoven, a Haydn, a María Teresa, a Radetzky, en la consagración de la Votivkirche, en la colocación de la primera piedra del nuevo Rathaus, etc. Además, el grupo de niños cantores se convierte en una escuela permanente de compositores, directores de orquesta, cantores de ópera, músicos de toda clase, y todo ello gracias a la formación específica que reciben en el Lówenburg. Entre sus famosos maestros hay que recordar a Antón Bruckner, que les dio clase durante los años 1875-1878. Sin duda cabe afirmar que la época más gloriosa de los Sángerknaben y la que los consagró para el futuro como el más prestigioso grupo de niños cantores, cuya fama internacional dura hasta nuestros días, fue el siglo largo que vivieron en los dos internados escolapios sucesivos del colegio académico y del Lówenburg.
Bibliografía
- Grobauer, F. J. Die Nachtigallen aus der Wiener Burgkapelle, Horn, 1954
- Familiae domorum ms. en Archivo Provincia
Redactor(es)
- Severino Giner, en 1990, artículo original del DENES I