José López Navío
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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual |
Contenido
Procedencia
Demarcación Aragón
Cualidades
Filólogo. Literato. Investigador.
Fechas
Campillo de Dueñas (Guadalajara) 17-9-1909, Madrid 27-12-1970
Biografía
Vistió el hábito escolapio en Peralta el 10-10-1924 y profesó el 11-10-1925. Ejerció el magisterio sucesivamente en Zaragoza, Alcañiz y Jaca. En 1936 fue destinado a Argentina y permaneció siempre en el colegio Santo Tomás de Córdoba, demostrando sus dotes de buen profesor e investigador. Muchos de sus éxitos posteriores arrancan de este período cordobés (1936-1957), sobre todo sus comentarios al Quijote. Desde allí mandó «papeletas» de nuevas voces y significados a la Real Academia Española, aceptadas y alabadas por su secretario perpetuo, Julio Casares. Volvió a España para completar con nueva bibliografía y el contacto directo con cervantistas, sus comentarios al Quijote. Residió en la Casa Pompiliana de escritores (1958-1962), Daroca (1962-1964), Zaragoza (1965-1966), Roma (1967-1968) y de nuevo en la Casa Pompiliana de Madrid (1968-1970), siempre investigando y escribiendo los ratos que le dejaban libres sus clases, la preparación del Capítulo General extraordinario y el ser cronista oficial de la Provincia de Aragón. Dotado de extraordinaria memoria, ideas claras, curiosidad de saber y tesón inquebrantable, llegó a poseer conocimientos humanísticos sorprendentes, especialmente en filología, literaturas clásica y española, arte e historia. Su biblioteca personal era la de un especialista y hay que valorarla por los libros mismos y por las glosas de que iba llenando sus páginas. Actualmente, bajo el título «fondo P. Navío», esta biblioteca está en el Colegio «P. Scío» de Salamanca. Tenía especial talento y como una especie de instinto natural para la investigación archivística. Poseía, además, las cualidades del sabio: humildad para no valorar lo propio, generosidad para ayudar a los demás, estima y aprecio de lo ajeno, sencillez en el trato y empeño para entusiasmar a los jóvenes con vocación científica. Su gran deseo era crear una escuela de jóvenes investigadores escolapios. La producción literaria del P. Navío no es abundante, pero sí valiosa. Han quedado, en primer lugar, miles de fichas de sus hallazgos históricos en los archivos de España y Roma. Escritas a mano, son casi indescifrables. Se cumplió en él a la perfección el proverbio latino: vir doctus male depingit. Queda, además, su Quijote sin publicar. Sus conocimientos del tema cervantino pueden sintetizarse en la teoría de la «génesis y desarrollo del Quijote». Para él, Cervantes quiso combatir los retoños de los libros de caballerías, que renacían pujantes en el teatro de Lope y Tirso y que suponían un serio peligro para la sociedad española. De ahí, la sátira y la fina ironía de Cervantes, que se centran en el «doble» literario de los tres personajes centrales de la novela, Don Quijote, Sancho y Dulcinea equivalentes en la realidad vital a Lope, Tirso y Lucinda. El acierto de esta solución interpretativa que en nada mengua la genialidad de la inmortal novela cervantina, fue advertida y no encajada por Lope y sus seguidores. De ahí, la publicación del falso Quijote de Avellaneda y de su prólogo especialmente. En cuanto a la identificación Sancho-Tirso, la dificultad para verlo ironizado en la primera parte de la novela (1605), desaparece desde el momento que el P. Navío acepta las alusiones en la segunda parte, ya descubiertas por doña Blanca de los Ríos, y prueba que una comedia de Tirso, perdida según doña Blanca, existe y es anterior a 1604. Esta teoría, que me animaría a llamar de ironía vitalista, se va abriendo camino entre los actuales cervantistas de Francia y Estados Unidos sobre todo, y puede ser total si alguna vez se publica la obra manuscrita. Un anticipo valioso puede verlo el lector en los artículos publicados por el P. Navío en «Analecta Calasanctiana», «Anales Cervantinos» y otras revistas especializadas.
Obras
Obras en Base de Datos Bibliográfica
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Obras en Enciclopedia Escolapia
- La Madre del Salvador y Nuestra vida interior, Mariología (traduc. del P. Garrigou-Lagrange). Buenos Aires 1947
- Don Quijote de la Mancha. Madrid 1959
- Numerosos artículos especializados, entre ellos:
- Duelos y quebrantos los sábados: Ib. VI, 1958
- El tipo somático de Don Quijote idéntico al de Lope de Vega; Ib. n. 2 (1959)
- Una comedia de Tirso que no está perdida: Estudios, abril-junio (1960)
- Cide Hamete Benengeli. Lope de Vega: Boletín de la biblioteca Menéndez y Pelayo n. 36 (1960)
- Lope de Vega estuvo en Zaragoza cuando las revueltas de Antonio Pérez: Cuadernos de historia Jerónimo Zurita. Zaragoza (1960)
- Velázquez tasa los cuadros de su protector D. Juan de Fonseca: Archivo español de arte, 133 (1961)
- Sobre la frase de la duquesa: las obras de caridad hechas floja y tibiamente y Dos notas cervantinas: Anales Cervantinos IX (1963)
Bibliografía
- Ephemerides Calasanctianae 4 (1979) 180-185.
Redactor(es)
- Dionisio Cueva, en 1983, artículo original del DENES II