La Habana (CU) Colegio San Rafael

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Datos

Demarcación Cuba

(1905-1961)

Historia

Desde que entraron los escolapios a Cuba desearon fundar colegio en la capital. Llegado el año 1904, los pareceres se dividían en cuanto a la ubicación del colegio en La Habana: unos preferían «el Cerro», otros «el Vedado». El Provincial, P. Mirats, encargó el asunto al P. Antonio Sumalla, rector de Guanabacoa, quien alquiló la casa n.° 50 de la calle de San Rafael, en el casco de La Habana, propiedad de doña Aurora Márquez de Brea, a la que prometió la compra del inmueble para enero de 1905. Habilitó y amuebló el edificio destinando al mismo tres religiosos de Guanabacoa y se inauguró solemnemente. El Provincial desautorizó el contrato hecho sin su aprobación. Al no hacerse la compra, surgió el pleito. Fue enviado como Visitador al caso el P. Juan Bautista Ambrós; medió un impostor que se largó con una gran parte del anticipo de dinero. Se continuó el alquiler de la casa, que al fin no se incorporó al colegio. En ella funcionaban tres aulas con un total de 90 alumnos; dependía de Guanabacoa y la regía como vicerrector el P. José Vila. Logra autonomía en 1906. Mientras tanto se había alquilado la casa n.° 82 de la calle de San Nicolás confluyente con San Rafael, con cuyo n.° 50 había comunicación interior; los religiosos viven en la 82 hasta octubre de 1909. El segundo rector, P. Miguel Simón recibe un legado de 11.000 pesos y compra (1910) la casa n.° 52, subiendo el número de alumnos a 160, con algunos internos. Pronto se llegó a los 200 alumnos. Se celebran con pompa las primeras comuniones, secundando las orientaciones de San Pío X. En 1914 se abandona la casa n.° 82, se derriba la n.° 52 y en el solar se edificó el colegio de tres plantas que albergó ya 140 alumnos en 1915, comprándose las casas nos. 54 y 56 posteriormente; derribadas a su vez, se siguió edificando según el plan previsto. Así surgió el colegio que hace chaflán con las calles Manrique y San Rafael. Es edificio sobrio, pero con empaque y hasta con cierta majestad que proviene de sus severas líneas dóricas. Fue dedicado al servicio de familias modestas del casco de La Habana. Se debió al impulso decisivo del P. Prudencio Soler. En 1917 el colegio fue objeto de vergonzosa calumnia: pero brilló al fin la inocencia en el foro y surgió la paz y se creció el alumnado. En 1923 se completaban las obras y se agasajaba el cardenal Benlloch Vivó que llevó el mensaje de Alfonso XIII a las naciones de Hispanoamérica. En 1932 el colegio de Guanabacoa entrega como sucursal el naciente colegio de la Víbora. Fue rector el P. José Castelar quien durante ocho años imprimió ritmo ascendente, a ambas sedes. Se implanta una rigurosa graduación de estudios, según se ideara en 1926 por la junta de superintendentes de Escuelas; impone el diario escolar, la elección de tareas y su debida corrección, la regulación de premios y castigos, deportes, excursiones formativas, etc. En 1934 se llega a los 370 alumnos; y el colegio festejó gozoso la canonización del escolapio italiano San Pompilio M.ª Pirrotti. Es gloriosa la serie de sus efemérides escolares, de actos literarios, exámenes, actividades varias, actos religiosos, etc. Se van liquidando deudas, se derriba un pequeño pabellón del patio interior, y se adquiere por compra la propiedad del hotelito de «La Víbora», vivienda en otro tiempo del presidente Gómez. La fama del colegio se crece y es San Rafael en la persona de su rector, P. Castelar, quien dirige en 1940 el mitin pro libertad de enseñanza organizado por sus antiguos alumnos en el teatro nacional. En 1933 se inició la publicación de las Memorias Escolares editándose con gran lujo e innegable acierto de contenido. En 1952 se dio independencia a la sucursal de «La Víbora». Más tarde se organizó la primera asociación de padres de familia. Se celebra al final de cada curso la graduación de alumnos con solemne festival de educación física. En 1960 se preparó la primera colonia escolar en Cuba, en una finca alquilada en las cercanías de Aguacate, organizada por la asociación de padres de familia. Al año siguiente, esto es, el 2-5-1961 el Estado se incautó del colegio y de la docencia, quedando custodiados los religiosos en su propia residencia por milicianos y milicianas, día y noche. Hoy el colegio de «Las Pías», como se llama todavía familiarmente, sigue dando enseñanza primaria. Su iglesia fue desvalijada posteriormente y dedicada a usos escolares.

Superiores

Persona Año
José Vila 1904
Miguel Simón 1909
Eloy Vidal 1911
Prudencio Soler 1912
Pedro Figueras 1915
Santiago Ollé 1919
Ignacio Lorente 1922
Miguel Simón 1925
Jaime Carceller 1931
José Castelar 1932
Julián Centelles 1940
José Homs 1946
Ángel Casamitjana 1950
Jaime Manich 1952
Salvador Salitjes 1955

Bibliografía

  • Memorias Escolares del colegio desde 1933
  • Memoria de la Asociación de Antiguos Alumnos de las Escuelas Pías de Cuba. La Habana, 1929.

Redactor(es)

  • Salvador Salitjes, en 1990, artículo original del DENES I