BerroAnotaciones/Tomo3/Libro3/Constituciones/Cap07

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CAPÍTULO 7 De los ejercicios espirituales Que se deben hacer en común

Cada mañana, después de levantarse, se reunirán todos en el Oratorio o coro; y juntos, de rodillas, harán media hora de oración mental; y por la noche, antes de ir a dormir, en el mismo lugar y en común, recitarán las Letanías de los Santos, con las preces y oraciones acostumbradas; y durante un cuarto de hora, harán el examen de sus conciencias, añadiendo, cada viernes que no sea fiesta, la disciplina, durante el tiempo de un Miserere y un De profundis. Y, como cada sacerdote y Ordenado in sacris debe recitar todos los días el Oficio Divino, hágalo privadamente y no en coro, para no desorganizar el ejercicio de las escuelas, el principal del Instituto.

En la noche del día de Navidad y de la Semana Santa, y en el de la conmemoración de los Difuntos, todos juntos en el coro, recitarán los Oficios Divinos con las debidas ceremonias y ritos usados comúnmente en la Iglesia Romana.

Cuando ocurra la muerte de alguno de los Operarios, se celebrarán públicamente en la iglesia, presente el cuerpo, las acostumbradas exequias, cantando la Misa con todo el oficio de Difuntos, aplicando además por él, cada uno de los sacerdotes, tres sacrificios de la Misa; los clérigos, tres Comuniones y tres Vísperas de Difuntos; y los Oblatos, tres Rosarios, y las Comuniones dichas. Y, para proporcionar la ayuda debida a las almas de los difuntos de la Congregación, además de los dicho, o el P. Rector ordene celebrar durante una semana doscientas Misas, o bien, avise a todas las casas de la Congregación, además de lo dicho, o al Padre Rector le manda celebrar en una semana doscientas misas, o avisará a todas las casas de la Congregación, y los PP. Rectores estarán obligados a mandarles celebrar dos misas a cada uno de los sacerdotes; y esto, bajo precepto, para que sean más puntuales en oficio de tanta caridad.

      • Observa, lector, el gran fervor y devoción que busca el P. Esteban [Cherubini] de los Ángeles para esta erigida Congregación de las Escuelas Pías, rica ya por haber hecho las Constituciones, unida con los muertos, y sin caridad con los vivos. ¡Oh! ¡Ay dolor!

Notas