BartlikAnales/1620

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Año 1620 de Cristo. Vigésimo cuarto de las Escuelas Pías. Décimo quinto de Paulo V.

Ephemerides Calasactianae VI (1937, 135-142)

Puesto que la Regla, según los dicho delos canonistas, es un requisito sustancial para cualquier instituto religioso, y que parecía que nuestra nueva congregación fallaba en este requisito principal, conforme al Indulto de Su Santidad al comienzo de este nuevo año se dio principio a las Reglas o Constituciones de la Congregación de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías en la casa de S. Casio de Narni. Muchos asuntos interrumpieron la redacción de las mismas, pues al redactor, es decir al P. Prefecto, se le llamó a menudo a Roma.

El primero de todos fue la provisión de nuestra casa de Frascati. Viendo detenidamente todas las dificultades para construir un edificio nuevo, y que esto parecía de primera importancia, puesto que si se tomaba alguna cantidad de la suma de doscientos escudos anuales (como quería la ciudad) para erigir el edificio, la obra se alargaría mucho en el tiempo; reunidos y consultados nuestros padres que vivían allí, así como los peritos, el P. prefecto se resolvió a comprar la casa del Sr. Ambrosio de Parentis, que le pareció comodísima para continuar nuestro instituto. Así, pues, se firmó el contrato el 7 de marzo, y se hizo instrumento público por mano del Notario público D. Vatelli, según el cual el P. Prefecto se comprometía a pagar tres mil escudos romanos en diversos plazos, a los acreedores que aparecen en dicho instrumento. Así, pues, vinieron a habitar en esta casa de D. Ambrosio, y se asignó una habitación para que sirviera como oratorio, y otras para celdas, y con el permiso de Rvmo. Ordinario Cardenal Sforza, se llevó en solemne procesión la Imagen Milagrosa el día siguiente a Pentecostés (en cuyo día suele celebrarse el aniversario de la procesión), y se dejó constancia, y allí mismo después de la fiesta de Pentecostés tuvo lugar un ejercicio de los escolares, según atestigua el archivo de Frascati. Después de esto (como previsto) el P. Prefecto volvió a Narni, y continuó su labor hasta principios de junio, mes en el cual hizo mudar el noviciado romano a la Cuesta de San Onofre, a casa de D. Felipe Neri, florentino, comprada por 1300 escudos, y 30 julios por el canon, como puede verse en instrumento hecho con fecha 10 de junio. En el presente año se recibieron en el noviciado 23 personas. Profesaron 18 de Roma, 4 de Magliano y dos de Narni.

Durante estemes de junio también se decidió la preparación el proceso sobre la Vida y Milagros del Venerable Abate Glicerio Landriani. El P. Prefecto nombraba siempre al Abad, y era consciente además de que había testigos que de reciente memoria podrían hablar sobre sus virtudes y milagros, constituyó como procuradores de nuestra casa a los PP. Benito de los Arcángeles y Octavio de la Concepción, quienes presentaron una petición para formar el proceso sobre su vida y hechos, dirigido a Su Santidad, que dice como sigue:

“Beatísimo Padre. La Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías expone humildemente a Vuestra Santidad que el Abad Landriani, llamado Glicerio de Cristo, vivió de manera muy santa, y se han producido muchos signos de sus virtudes y milagros. Por lo cual suplica a Su santidad que se digne bondadosamente pedir a su Vicario el cardenal Millini que autorice el Proceso de su vida y costumbres con su autoridad ordinaria, para poder dar luego los pasos sucesivos. Gracia que esta Congregación espera obtener de vuestra Santidad, por cuya salud no cesa de pedir al Altísimo”.

Hasta ahí el memorial. Que no fue inútil para llevar adelante el proceso, como se ve por lo que sigue:

“En el nombre del Señor, amén. Que sea evidente y conocido por el presente instrumento público que en el año 1620 de la Natividad de N.S. Jesucristo, III de la Indicción, el 23 de junio, durante el pontificado de SS Paulo V, Papa por la Providencia de Dios, en el XV año de su pontificado, ante el Ilmo y Rmo Sr. Cardenal Vicario y del Vicegerente, el Ilmo y Rvmo D. César Fidele, Obispo de Salón. El Ilmo y Rvmo. Cardenal Millini, Vicario General y el Vicegerente de N.S. el Papa, ante mí, etc. Comparecieron los RR. Padres Benito de los Arcángeles y Octavio de la Concepción, procuradores de la Congregación de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías (como consta en el mandato de procura en las actas de D. Juan Lorenzo Berardinelli, notario del Ilmo. Vicario), que expusieron y narraron al dicho Rvmo. Sr. Vicegerente, para noticia y memoria suya, de parte de la religión citada, que su Prefecto General, el Rvdo. P. José de la Madre de Dios ha preparado un memorial para Su Santidad, que fue entregado por el citado Imo. Sr. Cardenal Vicario a Rmo. Sr. Vicegerente. En el cual memorial se pida que se pueda reunir información sobre la vida, muerte, santidad, milagros y otras buenas obras de feliz memoria del Rvdo. P. Glicerio de Cristo, en el siglo Glicerio Landriani, milanés noble, abad de S. Antonio de Piacenza. Los cuales RR.PP. cuyos nombres han sido citados, humildemente pidieron y rogaron al citado Rmo. Sr. Vicegerente en el citado memorial que con la fuerza de su autoridad ordinaria ordenar de la mejor manera posible que se llevara a cabo dicho proceso, y nombrara alguien con las facultades necesarias y oportunas del Rmo. Sr. con el efecto de llevar a cabo todo de la mejor manera posible. Lo cual visto y oído por el Ilmo y Rmo Sr. César Fidelie Vicegerente, sentado, etc., teniendo en sus manos el memorial de que se habla más arriba, y transmitido por medio de Su Santidad al Rmo e Ilmo Cardenal, y por él al Rvmo. Sr. Vicegerente, el cual me lo entregó a mí, Notario, y lo anoté e inserté como se dice más arriba con su autoridad ordinaria, y otras cosas de la mejor manera etc. En fuerza de lo cual, tras contar con la palabra de Su Santidad N. Sr. El Papa, visto que él estaba de acuerdo con la petición, y de acuerdo con la razón presentada, y que no había motivos para denegar lo pedido, decretó que se hiciera y se preparar el Proceso sobre la Vida, costumbres, obras piadosas, veneración, muerte, acceso a su tumba, milagros, prudencia, humildad y otras virtudes de dicho P. Glicerio de Cristo de feliz memoria. Y a este efecto delegó al Sr. Odoardo Tibaldesco, secretario de dicho Ilmo y Rvmo Cardenal Vicario, allí presente, y él aceptó la tarea, y prometió y afirmó mediante juramento, tocando etc., hacer y preparar fielmente y de buena fe, sin ningún fraude ni engaño, el Proceso, de la mejor manera que puede y debe, para lo cual el vicegerente César Fidelis dio a D. Odoardo toda facultad necesaria y oportuna para recibir a los testigos jurados y examinar la recepción de todo tipo de escritos, tanto públicos como privados, y otras pruebas, como se suele dar en casos similares, y todo lo necesario para llevar a cabo las cosas del mejor modo posible.”

Con estas condiciones fueron examinados 27 testigos, cuyos nombres y referencias aparecen a continuación:

1.R.P. F. Domingo de Jesús María, general Definidor de la Orden de los Carmelitas Descalzos y confesor del abate Glicerio.
2.D. Cosme, hijo de D. Ángel Contini de Terantillo, Doctor en ambos derechos, vecino y procurador en la Curia Romana.
3.R. P. José de la Madre de Dios, General Prefecto de la Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.
4.D. Francisco Silvagi, hijo de D. Tomás Silvagi.
5.R.P. Bernardo de Lucca, de la Orden de los Mínimos de la Observancia de S. Francisco.
6.R.P. Pedro de la Natividad de la Virgen, profeso de la Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.
7.D. Francisoc María Sachetti, hijo de D. Andrés Sachetti.
8.D. Andrés, en otro tiempo Leonardo Sachetti de Sarzano.
9.Dñª Laura Cheri, de Siena, esposa de D. Andrés Sachetti.
10.D. Bartolomé Tabernario, hijo de Santos Tabernario del Foro Julio Mercator de la Ciudad.
11.Dñª Albina, esposa de D. Bartolomé.
12.D. Luis Vagner, romano, notario en la ciudad.
13.Dñª. Epifania, viuda de Polidoro.
14.D. Polidoro de Sannazaro, hijo de Dñª Epifania.
15.D. Agustín Mirón de Monticello, diócesis tiburtina, barbero en la plaza de S. Pantaleo.
16.¿?
17.D. Andrés Carrocio, romano.
18.D. Lucas Antonio Vespino, de Pisa.
19.D. Horacio Guardo, de Turricella.
20.Dñª Drusilla Capelletta, esposa de D. Jorge de Flondis.
21.R.P. Vicente de la Concepción, de las Escuelas Pías.
22.D. Juan Grazzino, tornero en la Ciudad para la corona.
23.D. Cosme Azolini, romano.
24.Juan Magnates, criado en la Ciudad.
25.R.P. Francisco de la Anunciación de las Escuelas Pías
26.R.P. Alfonso de Castro de a Villa, de la Orden del Espíritu Santo en Sajonia.
27.R.P. Juan García del Castillo, ecónomo de las Escuelas Pías.

Hasta aquí el nombre de los testigos, de los cuales fueron examinados en el año presente los cuatro primeros. Los restantes se especificarán en otros años.

Con el primero de los cuales, a saber, el Rmo. P. Domingo Carmelita, hubo que darse prisa, pues tenía que irse fuera pronto, ya que fue enviado por su Santidad con la Espada Bendita a Maximiliano de Bavaria, jefe del ejército del emperador contra el líder Federico del Palatinado y sus secuaces herejes y rebeldes. El P. Domingo entregó con la debida reverencia la dicha espada, esperada por todo el ejército, al jefe citado, y animó a todo su ejército exhortándolos a afirmar la fe ortodoxa, para que los soldados atacaran como fieros leones al enemigo; y además el P. Domingo precedía a las cohortes bélicas armado con la imagen de la Gloriosa Virgen; y de este modo se luchó felizmente, de modo que triunfaron el depravado Federico y sus rebeldes desplegados cerca de Praga, capital del reino de Bohemia, en la Montaña Blanca (en el mismo lugar que los rebeldes capturaron el año anterior al rey Federico), y los católicos entraron gozosos entraron en Praga con muchos signos de victoria en el séquito: así lo cuenta Spondanus.

Mientras tanto nuestro P. Prefecto, después de coordinar todo para el citado proceso de la vida de Glicerio Landriani, y después de haber cumplido su parte en el examen que tuvo lugar el 23 de septiembre, en el cual depuso todas las cosas dignas de mención observadas en Glicerio, se puso en camino hacia Narni para continuar su trabajo con la redacción de las Constituciones. Sin embargo su viaje a Narni no fue nada feliz, como escribió al P. Castilla el último día de octubre. El burro que lo llevaba tropezó en una piedra y lo arrojó, cayendo sobre el costado, lo cual produjo un gran dolor al buen Padre. Aunque no sea seguro hasta cuándo estuvo sufriendo, por lo menos fue hasta el catorce de noviembre, como lo atestigua una carta que escribió al P. Catilla, con estas palabras: “Aunque uso aceite y polvo de rosas, siento algún dolor”, y concluye diciendo: “Hágase como plazca a la divina Majestad”. Así escribe de Narni a Roma. Donde, estando él ausente, falleció el Cardenal Lancelloto víctima de una enfermedad fatal, siendo su último día de vida el 9 de noviembre. Lo consideramos digno de ser nombrado aquí, puesto que él se dignó acordarse de nuestra Congregación, pues nos dejó en su testamento 6 mil monedas de plata. Para recuerdo de su buena obra, en el atrio de nuestra escuela de S. Pantaleo se puso una lápida de mármol grabada con buril de hierro, con un epígrafe que dice lo siguiente:

“La Congregación de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías puso este monumento dedicado en testimonio de gratitud a S.R.E. Cardenal Horacio Lancelloto, que dejó en su testamento 6 mil escudos de plata para ser gastados en esta casa, su primer bienhechor meritísimo, y que fue ejemplo para otros que vinieron después. Murió el 9 de diciembre del año 1620 del Señor.”

Lo mismo aparece en su Vida, escrita por Ciaconio.

En ese mismo mes de diciembre, el 21, para evitar cualquier tipo de desorden que pudiera surgir entre nuestros escolares y la plebe de Frascati, el Rmo e Ilmo D. Juan Costa Gutta, protonotario apostólico y actual Prefecto de nuestro Papa Paulo V, editó un edicto muy saludable que dice como sigue:

“Puesto que la Congregación Paulina de las Madre de Dios de las Escuelas Pías fue introducida en esta ciudad por Nuestro Smo. Sr. Paulo V para enseñar, según si instituto, gratis a los niños pobres y sin ningún estipendio u honorario, los primeros elementos, gramática y cálculo, y especialmente para formarlos en los rudimentos de la fe cristiana, buenas costumbres y virtudes cristianas, deseando Nosotros, de acuerdo con el deber de nuestro cargo, que no se ocasione ninguna perturbación o confusión con los escolares de dichas escuelas, y para que todos procedan rectamente en las mismas, pro las presentes ordenamos expresamente que todos y cada uno que las frecuente en cualquier grado de dichas escuelas, de todo estado y condición, dé una nota al P. Rector, su nombre y apellido, y la parte de la ciudad donde vive, para que cuando estén ausentes los maestros puedan saber por sus padres la razón de su ausencia. Ordenamos que todos los escolares, tanto fuera como dentro de la escuela, y especialmente en el camino de ida y vuelta a la escuela, se comporte con modestia, sin escándalo ni perturbación de las escuelas, de los maestros y los condiscípulos, y observe las Reglas y leyes que existen en las mismas escuelas.
Ordenamos que nadie, en ningún tiempo, y máxime durante las fiestas saturnales, durante el horario escolar ni después de terminar, cometa ninguna insolencia, ni organicen farsas ni burlas, clamores, cantos y otros estrépitos, ni tire piedras a las escuelas o a los escolares, ni ensucie con barro o basuras.
Ordenamos y mandamos que nadie se atreva a molestar a alguien de las escuelas, colegio o congregación burlándose con hechos o dichos, ni se ría de los que frecuentan las Escuelas Pías, y queremos que nadie que no sea escolar se atreva a burlarse de este modo, o provocar burlas sobre los escolares.
Mandamos además que nadie se atreva a agredir con dichos u hechos amenazadores a nadie de dicha Congregación, ni a escribir con carbón en el atrio o las paredes de las escuelas, o mancharlas con algún otro color torpe.
Y conste a todos los que contravengan las órdenes anteriores que, además de las penas prescritas por las Bulas Pontificias, las leyes canónicas, el derecho civil para los contraventores, Nosotros añadiremos además penas arbitrarias pecuniarias y corporales según lo exijan las culpas y los casos, y queremos que nuestro Auditor pueda proceder contra los trasgresores con la autoridad de su oficio, e incluso por la Inquisición, o cualquier otro medo mejor. Dado el 21 de diciembre del año 1620. Juan Bta. Costa Gutta, Prefecto y Gobernador del S. Palacio. Laercio Cherubini, Auditor. Peregrino Bartolomasi, Secretario lo escribió con su mano.”

Así suena el edicto, que se mandó imprimir, y se colocó en los lugares públicos, para que los contraventores no pudieran alegar ignorancia.

El día 23 de diciembre el P. Prefecto escribió desde Narni al P. Juan Pedro en Moricone, según sigue:

“Procure vuestra reverencia con sus acciones y con su buen ejemplo proveer para que no sólo los de casa, sino también los e fuera glorifiquen al Señor. Si le parece conveniente, podrá de vez en cuando salir a los pueblos vecinos para explicar allí la doctrina cristiana, para que en esos lugares puedan recibir también algún beneficio espiritual de nuestro instituto. Advierta sin embargo que nosotros somos Pobres de la Madre de Dios, y no de los hombres; por lo tanto nuestra importunidad y peticiones deben dirigirse a nuestra Madre, a la cual nunca molestan ni fastidian nuestras importunidades, al contrario que ocurre con los hombres; no quiera importunar a los hombres, pues conveniente actuar así en los fundadores de los lugares nuevos.”

Esto dice el P. Prefecto a Moricone. Puesto que parece que lo que dice es digno de ser comunicado a los que vengan después, lo pongo aquí copiado de la misma carta, en la cual notifica que ese año han muerto cuatro novicios, y como no se dice nada en particular sobre ellos, voy a pasar al año siguiente.

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