Concepción (CL) Seminario diocesano
Contenido
Datos
Demarcación Vicaría General de España
(1886-1890)
Historia
Los primeros escolapios llegaron a Concepción el 8-2-1886; eran los PP. Mariano Guíu, Esteban Terradas y Leandro Cuixart. Se hospedaron en la casa de los Padres jesuitas, hasta que a primeros de marzo pudieron instalarse en el seminario diocesano. Esta obra tiene la honra no sólo de ser el primer seminario, sino el primer colegio de Chile; erigido en Imperial en 1576, sede, entonces, del obispo de Concepción, D. Antonio de San Miguel. Tras diversas dificultades fue cerrado y se abrió en 1858 por Mons. Salas ubicándolo en el nuevo edificio. Los escolapios llegaron a él tras ser llamados por D. Domingo Benigno Cruz, Vicario capitular. A cada uno de los religiosos se les asignó clases y desde un primer momento no sólo las autoridades, sino también los alumnos mostraron satisfacción por los nuevos maestros. Todo quedó atestiguado por múltiples cartas. Sin embargo, el P. Vicario, Félix Sors, se negó a firmar las bases del contrato; quizás la razón estuviera en que «desempeñaban el papel de tres meros profesores con la asignación de 400 pesos anuales», pero sin poder vivir la vida escolapia. Por otra parte, no siendo casa propia les era imposible dar hospedaje incluso al P. Vicario. De ahí que muy pronto pensasen en construir un nuevo colegio, propio de la Orden, en cuya tarea se embarcó el P. Guíu. Al año siguiente, 1887, la comunidad creció a cuatro sacerdotes y un hermano operario, quien desempeñaría el oficio de mayordomo del seminario, agrupando en esta comunidad a todos los religiosos de la Provincia de Aragón. El día 17 de abril del mismo año era consagrado nuevo obispo de la diócesis D. Fernando Blaitt, de origen español, delicada salud, quien apreciaba a los escolapios; pero moría el 15 de julio siguiente siendo nombrado en la misma fecha el Vicario capitular, D. Vicente Chaparro; D. Domingo B. Cruz quedaba de deán de la catedral. Pronto comenzaron las dificultades en el seminario: el P. Terradas es enviado a fundar en Copiapó molestando tal decisión a los superiores diocesanos por la valía y fama alcanzada por el religioso en la clase y en los pulpitos, el P. Roca -que debía sustituirle en las tareas- enferma y ha de regresar a España, los hermanos Marcos Sainz y Francisco Montaner escriben al presbítero Benjamín Sotomayor desvelando intimidades de la comunidad y, como consecuencia, han de darse nuevos destinos, el mal entendimiento entre los PP. Sors y Fierro agravado por la aportación económica que deberían entregar para la fundación de la estatua a San José de Calasanz en la abadía de Montserrat. Ya el 24-6-1889 el Sr. Chaparro escribe al P. Sors denunciando no cumplir el compromiso sobre el número de religiosos destinados al seminario. No obstante y al poco tiempo, en julio del mismo año nombró al P. Mariano Guíu maestro de ceremonias de la Catedral «a quien se le abonará la cuota correspondiente a partir del día 16 del presente mes, día en que empezó a prestar sus servicios». Además surgieron nuevas tensiones, palabras fuertes y falta de entendimiento entre los superiores del seminario y el P. Fierro; conocimiento de tales hechos llegó a la curia diocesana. Cuando el P. Sors anunció que los escolapios abandonaban Yumbel, rescindiendo el contrato suscrito en 1886, el Sr. Vicario capitular rompe todo compromiso mutuo. Así a comienzos de 1890 los religiosos se trasladaron al nuevo colegio, construido de planta; ocasionalmente alguno fue llamado más tarde para impartir clases en el seminario.
Bibliografía
- Maeztu, F. Historia de la Escuela Pía en Chile. I. Santiago, 1972, pp. 73-87.
Redactor(es)
- Fermín Maeztu, en 1990, artículo original del DENES I