Città della Pieve (IT) Colegio y casa de formación

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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Datos

Demarcación Romana

(1674-1907)

Historia

D. Antonio Orea, canónigo de la «Rotonda» de Città della Pie ve, nombró herederos de sus bienes a las Escuelas Pías de San Pantaleón (Roma) (13-6-1673), imponiéndoles la obligación de fabricar vivienda para sí y escuelas para los niños del pueblo. Dejaba también una serie de muebles. La Sagrada Congregación daba su consentimiento con fecha 26-1-1674 y el General de la Orden designó para llevarla adelante al mismo Procurador general de la Escuelas Pías. Este permutó la casa ofrecida por el testador por la del Sr. Oddi (16-5-1674). Cuando todo se ponía en marcha, frenó el obispo diocesano; intervino Clemente XIV con un breve ordenando (12-10-1674) proseguir las obras y preparativos de la fundación. Uno de los pasos siguientes fue la adquisición de la casa del duque Bonelli (30-10-1674) y el pleito para impedir que el Sr. Brandini levantase a mayor altura cierta pared que hubiera perjudicado las condiciones higiénicas del colegio (20-4-1675). Las escuelas debieron funcionar desde 1674 en alguna casa provisionalmente.

Para llevar la edificación del colegio, se vendió en Roma una casa que formaba parte de la herencia de Orea (1677). Se ayudaría también con los bienes dejados el 6.5.1678 en su favor por doña Ana de Rosis. En aquellos momentos (1676) formaban la comunidad once religiosos; a saber: cuatro sacerdotes, cinco clérigos y dos hermanos operarios. Era rector el P. Lorenzo Renzis de San Miguel, florentino. Funcionaban, al parecer, seis escuelas, cuatro de ellas, desempeñadas por clérigos profesos, que se hallaban cursando sus estudios filosóficos.

Es de notar que esta fundación se constituyó en la segunda casa de estudios de la Provincia Romana. A la sazón era maestro de júniores el P. Carlos M.ª de San Felipe Neri. En ella se observaba perfecta vida común, como era de rigor. La erección canónica de esta fundación no tuvo efecto hasta el 26-1-1679. Seguían aún las obras de construcción del colegio, obstaculizadas por ciertas reclamaciones. Al girarse la Visita canónica generalicia de 1682 aún la casa, acabada al parecer, estaba todavía falta de muchos detalles. Se prohibió recibir niños de menos de siete años. Más tarde se tuvo que reducir el personal del colegio por la pobreza del mismo.

Ya en el siglo XVIII se echó mano de algunos bienes de la herencia en Tívoli (1736), lográndose un censo vitalicio de mil escudos el 7-2-1737. En 1752 se reorganizaban las escuelas y enseñanzas con la aprobación de la Santa Sede. Ciertamente la parte literaria y científica no se descuidaban en ningún momento, como lo demuestran numerosas academias impresas que aún se conservan en la «Biblioteca Scolapica de San Pantaleón». Estas, no obstante, serán mucho más numerosas y de mayor valor científico a lo largo del siglo XIX hasta producirse la reunificación nacional y aparición de leyes anticlericales. Con todo, siguieron funcionando las cuatro escuelas exigidas por el fundador, la de filosofía con matemáticas, y la de teología, mientras hubo clérigos estudiantes; esto es, hasta 1810. En los primeros años del siglo XIX pasaron no pocas dificultades por disposiciones revolucionarias contra la enseñanza privada y eclesiástica y por la negación del juramento de fidelidad a Napoleón: fueron expulsados el 28-2-1811. Al serenarse el ambiente (1814) se empezó sólo con dos escuelas, pagándose luego maestros seculares para el servicio completo. Más tarde se echó mano de clérigos seculares.

La iglesia estuvo bien atendida. Pero el colegio había sido despojado de todo y luchaba con una pobreza implacable aún en 1819. Cuando pasó visita el General, Juan Bautista Rosani, en 1838, las cosas habían cambiado y felicitaba a la comunidad por el esfuerzo con que todos trabajaban y la satisfacción que proporcionaban a la población con su ejemplaridad y les estimulaba a la publicación impresa de las veladas y academias que se realizaban. Llegaría sin otras novedades la última supresión de Órdenes religiosas (1870) y todo pasó al Estado. Algo se recuperó años después y por ello vivía un religioso allí para cuidarlo, hasta que se vendió todo y se cerró definitivamente en 1907.

Bibliografía

  • Regestum Provincia, A, n.l, B, n. 4 y Suppl. n. 37

Redactor(es)

  • Claudio Vilá, en 1990, artículo original del DENES I