Demarcación Colombia - Ecuador

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Estatuas de José de Calasanz y Virgen de las Escuelas Pías en la parroquia escolapia de Medellín.

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Datos

Viceprovincia dependiente de las Escuelas Pías de España, tercera Demarcación (1964- )

Historia

La Viceprovincia de Colombia fue erigida por el P. General Vicente Tomek, por decreto del 21-7-1956. Posteriormente, en 1964, al abriré casa en Cañar (Ecuador) pasó a llamarse «Viceprovincia de las Escuelas Pías de Colombia-Ecuador».

Antecedentes.

El Papa Pío XII había manifestado repetidamente al General, Tomek, su voluntad de proporcionar una mayor asistencia a los pueblos de América Latina en materia de educación. En ese ambiente acude a Roma, por razón de la visita «ad limina», el obispo de El Socorro-San Gil (Colombia), Ángel M. Ocampo, jesuita, quien se presentó ante el P. Tomek con el fin de solicitarle religiosos para su diócesis. Era el año 1946. La llamada pudo ser atendida por la abundancia de religiosos en España en esa época. Previamente salieron hacia el lugar el P. Provincial de Castilla, Juan Pérez, y los PP. Aurelio Isla, Eliseo Díaz con el Hno. Indalecio Baña. Zarparon de Cádiz el 19-11-1947 y llegaron a Barranquilla el 11 de diciembre; de ahí por carretera a Bucaramanga pasando después a El Socorro; era el 17 de diciembre. Posteriormente, el 5-2-1948, llegaron Antonio Ruiz y Atilano Gómez, quienes, con los anteriores constituyeron el primer equipo de trabajo; dio comienzo el ministerio escolapio en Colombia. Las dificultades fueron grandes desde un primer momento. El obispo no cumplió la promesa de darles una casa apropiada; de algún modo lo suplieron el pueblo y el párroco, acomodándoles una en deficientes condiciones. Sin embargo, el 9 de abril con la muerte del líder popular Jorge Eliécer Gaitán las cosas cambiaron de signo al desencadenarse una revolución violenta que dio un vuelco a la historia de la nación. La comunidad de El Socorro tuvo que desistir de su intento de fundar un colegio, aunque permanecieran en el pueblo el año 1949 por compromiso con el obispo. El P. Juan Pérez que había intuido el futuro viajó a Medellín y Bogotá con intención de buscar mejores lugares; dejó al P. Eliseo Díaz hospedado en el colegio de San Bartolomé, regentado por jesuitas y el 17 de febrero regresó a Madrid. Los religiosos de El Socorro marcharon a Medellín al finalizar el curso 1949, y en esta ciudad abrieron colegio en 1950. En Bogotá se había abierto antes, en 1949, pero en condiciones precarias. Colegios y obras y casas se han ido sucediendo. En un principio se orientaban inspirándose en los modelos de España; pero cada uno ha ido fundando una escuela anexa para atender a niños pobres.

Desarrollo.

La Viceprovincia tiene asentadas sus obras en dos repúblicas americanas que le dan el nombre. Ambas fueron parte del imperio español; ambas libertadas por Bolívar; Colombia el 7-8-1819 en la batalla de Boyacá, Ecuador el 24-5-1822 en la batalla de Pichincha. Las dos formaron parte de la «Gran Colombia», pero el general Juan José Flórez las separó en 1830. Económicamente han vivido en dependencia de otras. Las dos repúblicas son oficialmente católicas; el pueblo de fe sencilla, profunda, pero muy contaminada en creencias, ritos y costumbres ancestrales, prehispánicas, de origen negro e indio. Es, pues, sentimentalmente cristiana, pero con una evangelización incipiente.

En el aspecto cultural tiene elementos comunes, pero son diversas. Lo común es su ancestro indio (mayor en Ecuador) y su cultura hispánica-occidental; económicamente pertenecen al tercer mundo. Hace 50 años los colegios de enseñanza media eran escasos; quienes pudieron adquirir esa educación tuvieron ocasión de hacerlo en los seminarios. A partir del «bogotazo», el 9-4-1948, la educación tuvo enorme impulso. Ha disminuido el analfabetismo y ha crecido la educación universitaria. El país cuenta ya con suficientes maestros para la población escolar que puede atender el gobierno. Las universidades han proliferado desmesuradamente, con niveles educativos muy bajos. Culturalmente depende de Estados Unidos y del mundo occidental. Hoy va surgiendo una minoría de nacionalismo indígena que lucha contra toda sombra de colonialismo. En el aspecto escolar existe libertad de enseñanza; los gobiernos actuales apoyan la enseñanza privada, que es muy apreciada, ya que consigue los mejores triunfos. La estatal se encuentra totalmente ideologizada y montada con fines políticos; es deficiente en todos sus ámbitos. La atención escolar rural se encuentra en situación peor.

En Ecuador el problema es más grave por la preponderancia del elemento humano indio. Puede ser ilustrativo el siguiente cuadro tomado en Colombia el año 1973:

Situación Ciudad Campo
Sin educación 17,98% 41,24%
Con educación primaria 55,90% 55,44%
Con educación secundaria 22,90% 3,11%
Con educación superior 2,75% 0,11%

Algo típico de estas naciones es la llamada «educación vocacional», que es una parte de la educación media y se lleva a cabo mediante los INEM (institutos de enseñanzas medias), el SENA (servicio nacional de aprendizaje) y SECAP (servicio de capacitación) y el instituto técnico de Ecuador. Todos de inspiración e ideologización americana. En este marco se van a fundar los colegios escolapios:

Antes del Concilio. Abarca desde 1948, año del primer curso escolar en Colombia, hasta 1962, años del Concilio Vaticano II. En este período se fundan los colegios a los que se les aplica hoy el concepto de «clasistas». Para no olvidar a los pobres se abrieron «Escuelas Pías» en barrios marginados;, pero como apéndice de los colegios ya existentes. Así Cúcuta y Pereira se fundaron expresamente para la élite social; Bogotá no con tanta acentuación; Medellín fue más popular.

Después del Concilio. Suavemente prevaleció un nuevo criterio acorde con la reflexión que lentamente se hacía en la Orden sobre su carisma original. Se fue imponiendo un mayor acercamiento a los pobres. A tal criterio responde lo siguiente. La creación de las dos casas en Ecuador, con la diferencia de 10 años (Cañar -1964- y Saraguro -1974-), la transformación de las «Escuelas Pías» en colegios cooperativos, como solución económica y social, acercamiento al pueblo y vida económica propia, independiente de la de los religiosos (Cúcuta -1969-, Bogotá -1972-), la creación de bachilleratos nocturnos (Bogotá -1972-, Medellín -1972-, Cúcuta —1981—), la creación del colegio San José de Calasanz en los locales del antiguo seminario y sostenido económicamente por la Viceprovincia, el intento de dirigir el colegio del barrio «El minuto de Dios», fundado por el P. Rafael García Herreros y dirigido en 1967 por el P. Fermín Abella.

Resumiendo, el aspecto de la Viceprovincia es hoy muy diferente al que presentaba en sus orígenes: ha disminuido el número de religiosos en cada comunidad, ha crecido la formación humano-religiosa de los mismos, ha crecido el número de obras disminuyendo el número de religiosos; por el contrario, ha aumentado el número de los mismos que se dedican a trabajar entre los pobres. Tras una dificultad de entendimiento entre la mentalidad de dos grupos -uno centrado en el seminario, otro centrado en los colegios- se ha dado en todos una mayor conciencia social, se ha caminado hacia una educación de liberación integral, decidida y abierta del hombre, siendo una punta abanderada de este movimiento el P. Fernando Torija, creador de Almatá.

Momentos o hitos importantes

En la historia de la Viceprovincia hay que citar:

  • La llegada a finales de 1947 e instalación en El Socorro el 17-1-1948.
  • La fundación del seminario Calasanz; fue trascendente por su proyección hacia el futuro; era el año 1953 con la llegada del P. Salvador López; se comenzó a cuidar el tema de las vocaciones autóctonas y fue dando sus resultados, aun trabajando casi sin medios.
  • La erección como Viceprovincia; sin tal acción hubiese sido muy difícil atender a las vocaciones. Quienes venían como Superiores mayores centraban su atención en el seminario: Aurelio Isla emprendió la obra del seminario menor al día siguiente de su llegada a Bogotá; Elíseo Díaz construyó contra viento y marea el noviciado sabiendo las dificultades materiales que existían y los problemas en que se metía; Pedro Turiel emprendió la construcción de una ladrillera para conseguir medios y material de obra; compró la finca de Arbeláez (Cundinamarca) para las vacaciones de los seminaristas; Laureano Gómez y Miguel García no escatimaron gastos para su mantenimiento, ni personal para su dirección. A Fermín Abella le tocó la difícil tarea de dirigirla en la época posterior.
  • La erección del noviciado el 14-2-1959 -el primer maestro de novicios fue el P. Leopoldo García- y del juniorato al año siguiente, -siendo maestro de jóvenes el P. Isidro García-.
  • La ordenación sacerdotal de los primeros escolapios colombianos, hecho que tuvo lugar en la sabana de Bogotá con ocasión de la visita del Papa, Pablo VI, en el Congreso Eucarístico internacional de 1968, el 22 de agosto. Fueron cuatro y el que todos fallasen pocos años después ha constituido la mayor prueba a que ha sido sometida la Viceprovincia.

La dimensión misionera con las fundaciones en Ecuador; los religiosos las han acogido con simpatía y sacrificio, sin faltar nunca voluntarios para esos lugares.

La orientación hacia los pobres.

La transformación del seminario: este hecho debe ser leído desde dos ámbitos: la pastoral vocacional y la formación de candidatos. Transformación en la pastoral vocacional; se abandonó el sistema de la llamada «propaganda vocacional» entre los niños de los primeros cursos y bachillerato y se dirigió hacia adolescentes y jóvenes que ya terminaban sus estudios. La base de la pastoral vocacional posterior fue o estuvo en los movimientos juveniles. El primero de ello fundado en Medellín por el P. Fernando Torija y se constituyó en modelo de los demás. De ese centro llegaron al seminario bastantes jóvenes, pero llegaban con tendencias politizadas; hubo que corregir tal tendencia y hoy parece dar mejor resultado.

Funcionó en Cúcuta otro movimiento juvenil dirigido por el P. Manuel Jiménez; de él salieron algunos seminaristas. En Bogotá, tras varios ensayos de instauración, sólo llegaron a funcionar unos grupos llamados «campamentos misión», creados por el P. Fermín Abella, que también han aportado vocaciones.

El método de formación de candidatos

También tuvo un largo y doloroso camino. En primer lugar, los que representaban el método tradicional tuvieron que abandonar el seminario; se dio paso a otros que debían ser de nueva formación y colombianos; al frente estuvo el P. José Naranjo, acompañado de los PP. Gabino Vinuesa, Alberto Moreno, Luis Padilla, Jesús Vázquez. Posteriormente tras algunos fallos y cambios se ha colocado a Luis Guillermo Jaramillo y Diego Bernal. Con ello apareció un nuevo estilo o modo de actuar.

No todo han sido éxitos, pero se ha perfeccionado el método con resultados positivos. Un tercer elemento, el cambio de residencias; se abandonó el edificio grande y los seminaristas fueron a vivir en pequeñas casitas junto al pueblo; la experiencia ha sido varia y los resultados ha habido que ir depurando; han sido cuatro (para preño vicios, para novicios, para estudiantes de Universidad pública -Pedagogía y Filosofía- y para teólogos); la dirección de todas esas casas era única, para conservar la unidad. Finalmente no hay que olvidar en este momento la tensión con la Jerarquía, que sospechó que algunas ideas que subyacían por debajo de esos hechos eran peligrosas doctrinalmente. Pero el enfrentamiento se produjo principalmente cuando escolapios, claretianos y vicentinos, inicialmente, quisieron crear el instituto Intercomunitario de Reflexión Teológica (PIRT). El cardenal Aníbal Muñoz Duque no lo veía con buenos ojos, pues sospechaba doctrinalmente de algunos profesores que se proponían para dicho Instituto. Particularmente de algunos jesuitas y de un salesiano. Basándose en un texto en el que se esbozó una programación, que alguien hizo llegar al cardenal, denunció el hecho a distintas Congregaciones romanas -Seminarios y Universidades, Religiosos y de la Fe-. No valieron los esfuerzos del P. Viceprovincial, Fermín Abella, para hacerle comprender que el documento manejado por él no era el que sirvió de base al instituto.

Planificación.

Con tiempos nuevos, ideas nuevas era necesario que la Viceprovincia hiciera un serio trabajo de planificación frente a su futuro. Era necesario coordinar los esfuerzos de actualización dispersos y a veces caóticos, realizados por religiosos sensibles a lo nuevo, pero sin equilibrio; las ideas de éstos pusieron, en más de alguna ocasión, en peligro la unidad de la Demarcación.

El P. Viceprovincial, asesorado por expertos en planificación de Provincias religiosas en Latinoamérica (Joaquín Panini, Hugo Hidalgo y Miguel Cabello) emprendió esa tarea en el Capítulo de 1976; tras un año de intensa investigación, culminó en el seminario de planificación, con la participación masiva de los religiosos en La Ceja (Antioquía) en julio de 1977. Fueron diez días de intenso trabajo, pero de enorme eficacia formativa. Fruto de ello salió el Documento de La Ceja, base de la vida de la Viceprovincia desde entonces y lugar de referencia común en reuniones, encuentros, evaluaciones , discernimientos.

Algunos puntos importantes de dicho documento son: La implantación de la «educación personalizada en todos los centros educativos de la Viceprovincia, la revitalización de la tarea pastoral en unión de la pedagogía, perfeccionamiento de la acción catequética y educación para el pueblo y concientización a los marginados. Otro capítulo importante es el correspondiente a la formación humano-religiosa de miembros de distintas Congregaciones y especialmente de los propios, es decir, de los de la Viceprovincia. En esa tarea se han distinguido tanto el P. Jesús Fernández como Salvador López.

Conclusión.

La Viceprovincia goza de personalidad jurídica ante el gobierno de la nación. Su situación respecto a la Orden escolapia, ha querido ser transformada en algunas ocasiones, pidiendo la categoría de Provincia. La crisis religiosa se cebó ampliamente en los años pasados. Hubo una gran diferencia entre los religiosos que llegaron en los diez primeros años y los que llegaron en la década de los 60. Un ambiente de zozobra y duda se apoderó de muchos de ellos. De hecho se han perdido 44 religiosos españoles que pasaron por Colombia y 6 colombianos. En la actualidad hay 40 sacerdotes, 11 júniores y 4 novicios, para atender a más de 3.500 alumnos en 8 colegios y 5 parroquias.

Superiores:

Persona Año
Aurelio Isla 1956
Elíseo Díaz 1958
Pedro Turiel 1961
Laureano Gómez 1964
Miguel García 1967
Fermín Abella 1970
Jesús Alonso 1980

Obras:

Obra Años Años en Demarcación
BOGOTÁ (Col. Calasanz) (1949- ) (1964- )
MEDELLÍN (Col. Calasanz) (1950- ) (1964-)
BOGOTÁ (Sem. Calasanz) (1953- ) (1964-)
CÚCUTA (Col. Calasanz) (1953- ) (1964-)
MEDELLÍN (Col. Escuelas Pías) (1955- ) (1964-)
BOGOTÁ (Col. Escuelas Pías) (1956-1969) (1964-1969)
PEREIRA (1960) (1964-)
CAÑAR (Col. Fiscom. agrónomo) (1964- ) (1964-)
CAÑAR (Parq. S. Rafael) (1967- ) (1967-)
CÚCUTA (Col. Cooperativo) (1969- ) (1969-)
BOGOTÁ (Col. S. José de Calasanz) (1972- ) (1972-)
SARAGURO (Col. C. Vivar Espinosa) (1974-) (1974-)
SARAGURO (Parq. S. Pedro) (1974- ) (1974-)
CAÑAR (Vicaría S. Antonio) (1980- ) (1930-)

Bibliografía

  • Arch. Viceprov. Colombia

Redactor(es)

  • Salvador López, en 1990, artículo original del DENES I