RenanoSuiza/Carta del Conde Felipe Carlos de Oettingen y Wallerstein y los PP. Escolapios a S.S. Clemente XIII, 13 de marzo de 1761
Carta del Conde Felipe Carlos de Oettingen y Wallerstein y los PP. Escolapios a S.S. Clemente XIII, 13 de marzo de 1761
Santidad,
A causa de la calamidad de los tiempos, Santo Padre, y de la guerra actual con los suecos, el hecho es que en el condado de Oettingen buena parte de las Iglesias Católicas están en parte destruida y en parte abandonadas y bajo la potestad de los heterodoxos. Por esta razón hay tres capellanías dedicadas a los Santos Materno, Gall y Ana, que en otro tiempo poseían clérigos seculares, fundadas por la piedad de mis mayores, cuyas capillas fueron destruidas u ocupadas a la fuerza por acatólicos. Sus rentas, sin embargo, fueron conservadas en la medida en que lo permitieron los tiempos, de modo que bastan para sustentar a tres sacerdotes.
Como la Divina Providencia, Santo Padre, me ha llevado a gobernar el citado condado de Oettingen-Wallerstein, no sin grave dolor en mi alma vi que mis súbditos católicos no sólo viven mezclados con los acatólicos en todas partes, sino que viven abandonados y privados de escuelas públicas, que usan los acatólicos y que son cómodas y espléndidas. De pronto tomé la decisión de hacer algo por el bien de la Iglesia y de mis súbditos católicos: como durante un tiempo yo fui alumno del floreciente Colegio Nazareno que existe en su Ciudad, Santidad, en el que los PP. Escolapios movidos por el celo de la religión se dedican a enseñar las humanidades desde el principio a los niños católicos, quiero asignarles una casa en mi ciudad residencial de Wallerstein.
Y por ello ruego humildemente a Su Santidad que las rentas de esas tres capellanías citadas, que en otro tiempo fundaron mis mayores para clérigos seculares, y que no están cargadas con nada más sino la celebración de un cierto número de misas, dé la dispensa apostólica para que sean transferidas para sustento de los PP. de las Escuelas Pías. Lo cual no sólo satisfará la piadosa intención de los fundadores, sino que servirá al nuevo Reino de Jesucristo, del cual su Santidad es vicario en la tierra.
Santísimo Padre, de Su Santidad devotísimo y obedientísimo hijo,