General35/La vida de la Orden durante este periodo

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La vida de la Orden durante este periodo

Durante el periodo que estudiamos se produce un acontecimiento de particular importancia: la canonización de S. Pompilio María Pirrotti, segundo santo escolapio. La provincia de Nápoles, apoyada por la Congregación general, llevaba mucho tiempo esforzándose por conseguirlo. Había sido proclamando Beato por León XIII en 1890, pero tanto los escolapios como la población de Campi estaban decididos a llegar hasta la canonización. El P. Del Buono anota en su Diario el 24 de junio de 1933: “El P. General comunica el resultado favorable de la Congregación Preparatoria sobre los dos milagros del Beato Pompilio (20 de junio), y recomienda vivamente la colecta para la causa del Beato Pompilio, pues los gastos serán muy elevados”. Sí, era una cuestión de milagros y de dinero, en un momento en que el P. Del Buono andaba buscando dinero para construir el Calasanctianum de Monte Mario.

El 12 de noviembre de 1933 en el Palacio Apostólico Vaticano, en el Aula del Consistorio, tiene lugar la lectura del Decreto, ordenado por S.S. Pío XI, que aprueba los milagros obrados por Dios por intercesión del Beato Pompilio. El 15 de enero de 1934 tiene lugar el Consistorio semipúblico para la canonización de los Beatos Juan Bosco y Pompilio M. Pirrotti y las Beatas María Micaela del S. Sacramento y Luisa de Marillac, viuda Le Gras. Es el momento para pedir una contribución a las provincias para cubrir los gastos de la canonización. Y el P. Del Buono establece una derrama como sigue: Italia, 210 mil liras (Roma, 20; Liguria, 100; Nápoles, 70; Toscana, 20); España, 130 mil (Cataluña, 40; Aragón, 20; Castilla, 30; Valencia 15; Vasconia, 25); Europa Central, 55 mil (Hungría, 50; Bohemia, Polonia, Austria, Rumania, Eslovaquia: mil cada una)[Notas 1]. El P. General, que conoce bien la situación económica de las diversas provincias, asigna una contribución proporcional a sus posibilidades. Hay algunas que responden que no pueden dar nada, pero pueden, a cambio, celebrar misas a intención del P. General, que se quedaría las limosnas correspondientes.

Llega entonces la preparación de la peregrinación de los escolapios y alumnos que llegarán de Italia y de otros países para asistir a la ceremonia de la canonización, que tendrá lugar en el Vaticano el 19 de marzo de 1934. El P. Vives, Provincial de Cataluña, anuncia que de su provincia llegarán 700 peregrinos. El 14 de marzo anota el P. Del Buono en su Diario los peregrinos esperados: Además de los 1500 + 300 + 1500, está anotado: Otras personas: de España, 250; Liguria, 200; Toscana, 150; Roma, 600; exalumnos, 100; bienhechores, 70; Lecce 130; Ultramar, 50. Peregrinos: Nazareno, 600; Alatri, 60; Poli, 20; Frascati, 180; Rieti, 10; Liguria, 300; Toscana, 330; Nápoles, 55; Hungría 25; Polonia, 20. Componen la peregrinación unas 5.000 personas. Se trató, sin duda, de una de las más grandes manifestaciones de alegría en la historia de las Escuelas Pías.

Pero por aquellos años se estaban moviendo otras causas de beatificación, las de Pietro Casani y de Glicerio Landriani. El P. Del Buono escribe en su Diario (19 de febrero de 1931): “El Ven. Pietro Casani, y dificultades para que la causa tenga éxito, faltando un proceso incluso privado, a la muerte del Venerable. No tenemos más que los testimonios de las cartas de N. S. Padre”. Con respecto al segundo, escribe el 24 de febrero: “A las 9 ½ en la sala de las Congregaciones del Vaticano se ha tenido esta mañana la Congregación Preparatoria de Ritos en la cual los Cardenales y Consultores de dicha Congreg. han discutido y dado su voto sobre el heroísmo de las Virtudes del Siervo de Dios Glicerio Landriani, clérigo novicio de la Congr. de los Clér. Reg. de las Escuelas Pías, llamados Escolapios, muerto el 15 de febrero de 1618. La causa fue introducida el 16 de abril de 1885, y la Congr. ante preparatoria se tuvo el 21 de diciembre de 1915”. Y el 20 de mayo de 1931 escribe: “El Promotor General de la Fe, Mons. Salvatore Natucci ha telefoneado al Postulador para informarle del éxito felicísimo de la Congregación General, y que el Santo Padre ha fijado para el domingo de la Santísima Trinidad, 31 de los corrientes, día de su aniversario, la lectura del decreto relativo a la heroicidad de las virtudes del Venerable Glicerio Landriani”. Glicerio Landriani, pues, se convirtió en Venerable, a la espera de algún milagro para seguir adelante en su causa de beatificación. En cambio, Pietro Casani, contrariamente a las expectativas del P. Del Buono, fue proclamando Beato en 1995.

Según los cálculos del P. De. Buono, en 1935 debía celebrarse Capítulo General (habían pasado 6 años desde que había sido nombrado General en 1929). Anota en su diario el 5 de enero de 1935:

“El P. General menciona al Cardenal Protector el próximo Capítulo General, que debería reunirse a finales del próximo mes de julio, e invita al Cardenal a asistir. Promete su asistencia, y después hace algunas preguntas al P. General sobre la modalidad de la elección, y si el anterior General puede ser reelegido, y con qué condiciones. El Cardenal expresa su opinión contraria a la reunión del Capítulo, diciendo que vería oportuno que la actual Curia continuara en su cargo, y dice al P. General que hablará en este sentido al Papa y a la Congregación de Religiosos”.

Y, en relación con este tema, el 7 de enero anota:

“Capítulo General. Monseñor Pasetto viene a San Pantaleo para comunicar que esta mañana fue enviado por el Cardenal Vicario a Monseñor La Puma para la suspensión de nuestro Capítulo General. Monseñor Secretario ha acogido muy bien el deseo del Cardenal Vicario, temiendo que un Capítulo General de los Escolapios como aquel de 1919 pueda traer sorpresas (¿?)”.

En aquella fecha el Card. La Puma era el Prefecto de la Congregación de Religiosos, y Mons. Pasetto era el Secretario de la misma.

Otro tema de importancia durante este periodo es la revisión y edición de las Constituciones, adaptándolas al nuevo Derecho Canónico y a las exigencias de los tiempos. Era una tarea que había hecho el P. Viñas, pero su trabajo no agradó a la Sagrada Congregación de Religiosos, que lo remitió a Mons. Pasetto para que fuera rehecho. El mismo visitador trabajó en ello, y cuando llegó el final de la Visita las Constituciones fueron aprobadas ad experimentum, con un septenio de validez.[Notas 2] El P. Del Buono pensó que había que revisar aquella versión de las Constituciones, y tomó la decisión de convocar una comisión de escolapios que hiciera el trabajo. A finales de 1934 se reúnen en San Pantaleo los PP. Valentín Caballero, Vicario General de España; Vicente Tomek, rector de Budapest; Francisco Tiboni, del juniorato de Florencia, y Antonio Martínez, de Argentina, que trabajan hasta finales de enero para realizar la revisión. La Congregación General revisa después, en varias sesiones, el trabajo hecho. El 12 de enero de 1937 escribe en su Diario el P. Del Buono: “Constituciones. Entrega del manuscrito de las mismas al P. As. Walter para su transcripción a máquina en dos ejemplares, que deben presentarse a la S. Congregación de los religiosos para su aprobación definitiva. Con fecha 27 de noviembre de 1929 las nuevas Constituciones fueron aprobadas y confirmadas para un septenio”.

La Congregación de Religiosos aprueba la versión revisada el 27 de agosto de 1939, y se procede a su edición. Escribe en su Diario el P. Del Buono el 30 de octubre:

“Edición de las nuevas Constituciones. Propuesta de imprimir en un pequeño volumen las Constituciones, poniendo antes el breve de aprobación de las Constituciones de S. José de Calasanz del Papa Gregorio XV y el decreto de aprobación de las enmiendas y adiciones de fecha 17 de agosto de 1939, nº 2850-37, S. 53, firmado por el Card. Prefecto de Religiosos La Puma. Como apéndice del volumen se añadiría el texto genuino de las primeras Constituciones del S. Fundador, aprobadas por Gregorio XV, respondiendo al voto de los PP. Capitulares en el Capítulo de 1919, y al deseo expresado por muchos religiosos.

Un segundo pequeño volumen contendría las Reglas Comunes según el texto preparado por la Comisión para las Constituciones y revisado y aprobado por la Curia General.

Seguirían los Directorios para los Capítulos Locales, Provinciales y Generales”.

El 15 de febrero de 1940 escribe: “Se están imprimiendo las Constituciones de la Orden. Se espera poder enviarlas a las provincias a finales de este mes. Por lo demás, las nuevas Constituciones en lo sustancial no tienen nada de nuevo, si se exceptúan algunos cambios en la elección de los superiores, para volver a las antiguas Constituciones”.

El P. Leodegario Picanyol está preparando las Reglas Comunes, muy deseadas en las Provincias de la Orden. Dice al P. General que espera que estén listas para la prensa en octubre de 1940[Notas 3]. No era la manera normal de hacer las cosas, pero puesto que no estaba prevista la celebración de un Capítulo General próximamente, había que salir del paso mediante un procedimiento inusual.

Otro tema importante es el de la formación de los candidatos. A diversos niveles. Empezando por los más pequeños: en Italia, por la necesidad de religiosos, a veces se aceptaba a muchachos con una preparación cultural insuficiente, de 4º de gimnasio. La Congregación Provincial de Roma decide que no está bien admitir como postulantes en Frascati niños de la Apulia y de Poli, pues las familias quieren aprovecharse para los estudios[Notas 4].

Escribe el P. Del Buono en su diario el 21 de febrero de 1937:

“La Curia General ha vuelto al importante tema de los estudios en los postulantados y en el juniorato interprovincial de Monte Mario. Los PP. Asistentes están de acuerdo con el P. General al querer seriedad en los estudios, particularmente en los postulantados, pues no deben vestirse jóvenes que no hayan conseguido la licencia gimnasial. El ciclo de Filosofía debe durar tres años, y después de él los jóvenes no deben ser admitidos al ciclo de Teología si no han conseguido la Madurez o la licencia de Magisterio. Las decisiones unánimes de la Curia serán comunicadas a los PP. Provinciales, que ya se habían reunido a este fin en San Pantaleo el 11 de noviembre del año pasado 1936”.

Pero no es fácil seguir las decisiones tomadas, pues el 13 de marzo de 1942 el P. Del Buono escribe en su Diario: “Se recomienda también que el P. General insista a los Provinciales de Italia que no acepten en los postulantados a jovencitos que no tengan hecho el examen de admisión en la escuela media, y, si no lo han conseguido aún, se lo hagan conseguir inmediatamente. En todo caso, se desea que para ir al noviciado los jóvenes haya conseguido el diploma de la Escuela Media para el curso 1943-44”.

No es este un problema en las provincias españolas, que comprenden que para tener abundancia de novicios es necesario tener muchos postulantes, y abren numerosos postulantados, que favorecerán el boom vocacional de los años 40 y 50.

No aparecen dudas en lo referente a la formación de los novicios: las Constituciones establecen claramente qué hay que hacer durante el tiempo del noviciado. Pero sí surgen dificultades en lo referente a la formación de los juniores. En Italia los juniores debían hacer los estudios de liceo, e intentar conseguir pasar el examen de madurez o acceso a la universidad. En España los estudios de filosofía (en Irache) eran similares a los de liceo en Italia, con materias filosóficas. Y luego se estudiaba la teología. La Sagrada Congregación de Religiosos había dado normas muy claras sobre la formación de los seminaristas (aplicables a los juniores religiosos): debían estudiarse las materias filosóficas y teológicas antes de hacer estudios profanos. Esto iba contra los deseos de los escolapios en algunas provincias de Europa Central, que enviaban a los juniores a la universidad mientras en casa hacían los estudios teológicos.

Al crearse los junioratos interprovinciales de España e Italia, los respectivos provinciales se reúnen varias veces para determinar y revisar los planes de estudios, tratando de observar siempre las instrucciones de la Congregación de Seminarios, y al mismo tiempo introducir alguna variante pedagógica para preparar a los jóvenes para la enseñanza.

Un avance notable del tiempo del P. Del Buono es el referente a revistas de la Orden. A principios de siglo existían ya diversas publicaciones en algunas provincias y casas. El P. Luigi del Buono se había ocupado de publicar Ephemerides Calasanctianae, revista nacida como consecuencia de una decisión del Capítulo general de 1892 para ofrecer las consuetas de los religiosos y otros hechos notables de toda la Orden. Pero la revista, tras unos años de continuidad, dejó de publicarse. El P. Del Buono llama de nuevo a Roma al P. Picanyol en 1931, tras su exilio en Cuba, para que se ocupe, entre otras cosas, de Ephemerides Calasanctianae[Notas 5]. El nº 1 de la nueva serie aparece en febrero de 1931, y tiene muy buena acogida en medios escolapios y ajenos. Comienza con una carta circular del P. Del Buono, que, traducida del latín, dice lo siguiente:

“A los RR. PP. Provinciales, rectores y demás Religiosos. Salud en el Señor.

Ya hace CUARENTA años, queridos hermanos, que, después de más de treinta años de interrupción de la costumbre de celebrar los Capítulos Generales de toda la Orden, a causa sobre todo de las leyes de las naciones, por fin pudo celebrarse en Roma. Este hecho mostró claramente que nuestra Congregación, aunque entonces la unión entre sus miembros no era suficientemente fuerte, tenía un solo espíritu, y la empujaba un único espíritu de amor. Se puso entonces de manifiesto también en esa ocasión el deseo de no pocos religiosos de que en adelante se dieran a conocer más nuestras noticias. Y eso es un mérito. Pues si te interesas por toda la Orden e ignoras lo que hay de bueno en ella, ciertamente puedes tomar una decisión según tu ánimo, pero si conoces que otros están luchando en ella, tu ardor se excitara de manera vehemente, de manera que no causes daño a tu ejército, e incluso no dudarás, si las circunstancias lo exigen, ofrecer una muerte hermosa para mayor incremento de la piedad, educando a los niños, a los que amaba Jesús, en las letras y en la verdad evangélica.

Además más de una vez ofende nuestros oídos la opinión de algunos hombres, a los que mueve una malvada intención o la crasa ignorancia para hacer afirmaciones gratuitas diciendo que los religiosos de las Escuelas Pías han sido ajenos a serias meditaciones y a estudios de importancia, y no tienen ningún mérito en las ciencias ni en las letras. Es estúpida esta opinión de los que piensan así sobre nuestros méritos, pues de sobra sabemos que nuestro Instituto ofreció un aumento de erudición media a la sociedad.

Pero no basta con sentirse honrado de nuestras prendas intelectuales: conviene ponerlas ante la vista. Es necesario tejer la gloriosa historia de nuestra Orden durante tres siglos, y poner de manifiesto los ejemplos que todavía quedan, y proclamarlos diligentemente a plena voz. Pues todo lo que se escriba nos ganará la benevolencia y el corazón agradecido de quienes lo lean.

Parece que este conocimiento y utilidad no puede conseguirse de una manera más fácil que sacando a la luz los hechos de los nuestros en cada nación, con comentarios adecuados a los tiempos. Y así, si alguno de los nuestros, dotado por Dios con una mente más aguda, hiciera reflexiones que se considerasen dignas de ser divulgadas, disfrutará de la comodidad de que en el futuro el olvido no borre al menos las huellas de su obra. Y, finalmente, se valorará el mérito de aquellos a los que El Señor llame de este exilio a recibir en la patria el premio merecido, presentando sus virtudes y las acciones dignas del trascurso de toda su vida.

Por los cuales los Capitulares citados decidieron unánimemente lo siguiente: “Para que se conozcan más fácilmente por todos los nombres de los difuntos y sus obras, los Padres han decidido que se edite una Ephemerides en latín cada dos meses, en la que no solo se les conmemore a ellos, sino que también se haga mención de todos los acontecimientos dignos de memoria, que ocurren en todo el Instituto en la actualidad”. Nuestros predecesores decretaron que para lograr la anterior se publicaran las Ephemerides Calasanctianae, las cuales aparecieron en el año 1892, y llegaron hasta el año 1900. En el año 1901 se había decidido seguir imprimiéndolas, con una distribución mejor y un lenguaje más cuidado, pero como se sentía el peligro de una guerra europea, ya no salieron más.

Ahora Nos, movidos por las consideraciones citadas y la decisión de aquel Capítulo General, con el acuerdo de nuestra Curia, decidimos y mandamos que el año próximo vuelva a editarse Ephemerides Calasanctianae, de modo que, como dijo nuestro predecesor Manuel Sánchez de la Virgen de los Dolores, el que había sido como un órgano de nuestra Orden, vuelva a serlo de nuevo.

Los decretos y órdenes emanados de las Sagradas Congregaciones Romanas, para mayor comodidad de los religiosos y las casas, aparecerán en ella, lo mismo que los actos oficiales de la Congregación General que se refieran a todos. También la constituimos como órgano oficial de la Orden por la presente para las necrologías de nuestros hermanos, vulgarmente consuetas, con lo que se suprime en adelante el fascículo separado que se editaba a final de año con este fin.

Por lo cual, como ya se hizo en el año 1892, se enviarán dos ejemplares de Ephemerides a cada casa, uno para conservarlo en el Archivo, y otro para uso de los religiosos.

Antes de poner fin a esta carta, queremos rogaros, queridos hermanos, que continuéis teniendo un máximo afecto a nuestra Orden y a nuestras cosas. Alimentad vuestra mente en primer lugar con la fuerza de la virtud, y luego con los estudios de las ciencias y las letras, y entonces recibiréis una dulzura inenarrable y un indudable provecho. Recibamos Ephemerides para mejor conocer y divulgar nuestras cosas, para promover el honor de nuestras Orden, para alabar dignamente a los hermanos insignes por sus obras magníficas, confiando en el aplauso de toda la Orden, y con la bendición de Nuestro Divino Patriarca, José de Calasanz, y la nuestra.

En Roma, en nuestra sede de San Pataleo, a 8 de diciembre de 1931”.

Fue precisamente su tío Luigi del Buono quien dirigió las Ephemerides de 1892 a 1900. Para esa fecha los corresponsales de las diversas provincias apenas enviaban noticias, y además él estaba muy ocupado: le habían elegido Provincial de Liguria. Esta vez las Ephemerides arrancaron con más ganas, y han seguido saliendo ininterrumpidamente hasta nuestros días, a razón de 10 números por año.

Surge entonces una nueva iniciativa, como escribe el P. Del Buono el 3 de febrero de 1933:

“El P. Asistente de España P. Garrido y el P. Picanyol, director de Ephemerides Calasanctianae y Archivero General, proponen al P. General la publicación semestral de Archivum Scholarum Piarum que debería contener los documentos de la Orden como los Capítulos Generales, los documentos históricos y la bibliografía calasancia[Notas 6]. Todas las Órdenes que se respetan tienen este estudio y los Escolapios a este respecto tienen mucho material.

El P. General da su consenso elogiando la hermosa iniciativa, que ciertamente encontraría en todas las Provincias la plena aprobación como la han tenido las Ephemerides Calasanctianae”.

Mientras tanto el mismo P. Picanyol llevaba a cabo una ingente labor como archivero e historiador. Publicó en 1932 una obra que le valió mucho renombre, Brevis Conspectus historico-statisticus Ordinis Scholarum Piarum, antecedente en 320 páginas del DENES. Y, además, estaba preparando la edición del Epistolario de Calasanz, que aparecería en el generalato siguiente.

Un problema que se presentaba, sobre todo en Italia, era la presencia de profesoras y niñas en nuestros colegios. El gobierno italiano exigía a las escuelas no privadas que acogieran también niñas, y en el concurso de profesores podían participar también las mujeres. Por otra parte, la Sagrada Congregación de Estudios exigía que los religiosos no tuvieran en sus colegios profesoras ni alumnas. No parece que en España existiera este problema: el gobierno era más respetuoso con los colegios religiosos, y probablemente las niñas tenían más colegios de religiosas a mano. Y los religiosos, siendo más numerosos, generalmente cubrían todos los puestos de profesores. Una excepción fueron las “Escuelas Vascas” creadas en Pamplona en 1934 por el P. Pantaleón Galdeano, en las que también se admitían niñas.

A los escolapios no les queda otro remedio, probablemente a regañadientes, que admitir la presencia femenina en nuestros colegios. El P. Carrara, director del colegio de Chiavari, en el que el P. Del Buono había pasado más de 30 años de su vida, le comenta en 1934: entre los enseñantes hay cuatro religiosos, cinco mujeres, un seglar; las alumnas que vienen al gimnasio son alrededor de una cincuentena. El número total de alumnos del gimnasio es de 210. El aumento de chicas continuará, ya que los de Chiavari prefieren enviar a sus hijas al ambiente más serio del gimnasio escolapio[Notas 7].

El P. Oberti, Provincial de Liguria, le escribe que les invitan a admitir alumnas en el colegio de Ovada. Algunos escolapios renunciarían a dar clase antes que entrar en una clase mixta. En Ovada hay una escuela media femenina. Le pide que elimine el peligro, prohibiendo su admisión. En Carcare, añade, tenemos aún algunas alumnas, por desgracia[Notas 8].

Un caso curioso es el que se presenta en la escuela comercial de Lida, provincia de Polonia. Y que afecta no solo a las niñas, sino también a los judíos. Cada circunstancia nueva exige una solución nueva. El P. Jerónimo Stusinski, Provincial de Polonia, escribe al P. Del Buono el 23 de septiembre de 1935[Notas 9]:

“Confieso que en la historia de nuestro Provincia nunca se ha visto una cosa igual: ¡una escuela de coeducación en Lida! Fui a ver al Emmo. Nuncio Apostólico, el cual, diciendo que era muy amigo de nuestra Orden, me acogió benignamente y me exhortó a que haga todo lo posible por impedir el asunto sin demora. En esta ocasión el Emmo. Nuncio me dijo que el P. Luis, rector de Lida al que yo envío el año anterior, unos días antes le dijo que había pedido la opinión privada al P. Garrido sobre una escuela de coeducación, y afirmó que tenía la aprobación de los Superiores de Roma para abrirla. Envié a Roma la opinión del P. Garrido[Notas 10] y la transcripción de mi conversación con el Nuncio. Esta estúpida defensa del P. Luis puede hacer mucho daño a nuestro Instituto, y por ello, aconsejado por el Nuncio, he enviado un telegrama pidiendo que se entregue la relación a la S. Congregación, para que se pida que se lleve inmediatamente a cabo, al pie de la letra, la decisión de la Congregación General. Cuando se concluya la cosa, enviaré una relación más amplia. Ahora veo claramente que el Rmo. P. Garrido fue inducido a error por el P. Luis, totalmente carente de espíritu religioso, que ya ha sido privado del cargo de rector”.

Pero las cosas evolucionan, y el mismo P. Stusinski, tras pensárselo mejor, escribe al P. Del Buono el 11 de mayo de 1936[Notas 11]:

“Según la decisión de la S. Congregación de Religiosos y el mandato de V.P. Rma., la Escuela Comercial mixta del Colegio de Lida desde el 15 de octubre del año pasado solamente permanece bajo nuestra administración: el director y los profesores son seglares. Asisten a ella 88 alumnos, de los cuales 28 judíos, y 101 muchachas, de las cuales 28 judías.

El curso siguiente, según lo ordenado, no deben admitirse en el primer curso ni judíos ni niñas. Pero los judíos esperan que se lo prohibamos, pues, aunque han intentado abrir una escuela, el gobierno se lo ha prohibido porque en Lida ya está nuestra escuela. De modo que, si la nuestra se les cierra, el gobierno les permitirá abrir una escuela judía de comercio, que con ayuda de los recursos instalarían en muy buenas condiciones, de modo que algunos de nuestros católicos y todas las chicas irían a ellas. Entonces nuestra escuela no tendrá suficientes alumnos como para pagar a los profesores y mantenerla decentemente. Muchas ciudades de Polonia tienen ya ese tipo de escuelas, a las que comienzan a ir católicos que quieren estudiar comercio, y no son solo para judíos, con gran daño de las almas para la religión cristiana y para la Patria.

Al mismo tiempo hay que señalar que esta es una región considerada de misión, molestada por cismáticos [ortodoxos] y judíos, íntimamente asociados con los vecinos bolcheviques, que quieren poner todo patas arriba. Por lo cual los católicos desean mucho que el gobierno no ceda terreno ante los enemigos de la religión y de la patria.

Si se cierra la escuela, el gobierno secuestrará inmediatamente todas nuestras posesiones, cosa que la hacienda de la República ha pedido ya judicialmente. Pues un sacerdote se hizo cargo de todas las propiedades antes de que pudiéramos nosotros hacernos cargo de ellas, cuando huyeron los rusos. Hizo un contrato con el gobierno como arrendador, de modo que el gobierno no las cediera a otros, que pensaban alquilarlas. Y si la escuela cierra, habrá que pagar el alquiler del contrato, que hasta ahora no hemos pagado. Además, el gobierno concedió una subvención de 19.000 marcos al anterior rector, P. Napieracz, a cambio de un buen servicio escolar, sin pagar alquiler. O sea: tendremos que irnos de Lida.

Por lo cual rogamos humildemente que, en medio de tales problemas, V. Rma. Paternidad nos permita evitar este inconveniente, y revise las órdenes que nos dio. El colegio de Lida está en medio de dos edificios con la iglesia, y está separado de los dos como se muestra en el plano adjunto. Un edificio tendría la escuela comercial para muchachos, bajo nuestra dirección y servicio pedagógico; el otro, totalmente separado de la iglesia y la vivienda de los padres, serviría para escuela de niñas, totalmente bajo la dirección de seglares, en la que solamente daríamos clase de religión, recibiendo nosotros la subvención y ocupándonos de que todo funcione recta y santamente.

Para evitar la apertura de una escuela judía de comercio, que sería nuestra ruina, convendría admitir algunos judíos, aunque muy pocos, para que no dijeran que estaban excluidos y reclamaran abrir su escuela. Dicho esto, es lo mismo que desea el Procurador o Inspector, que nosotros dirijamos esta escuela, cosa muy útil a la gente y al gobierno, para evitar los problemas que podrían surgir con los mortales vecinos bolcheviques y no ser mal vistos por los judíos”.

A veces las decisiones pedagógicas y pastorales deben subordinarse a las políticas…

Regresemos ahora a la vida ordinaria de las provincias durante este periodo 1930-1947, después de haber visto en ellas la incidencia de la guerra.

Italia

La casa de San Pantaleo tiene una actividad desbordante durante este periodo. Durante su restauración (1923-1925) se había pensado en establecer una escuela primaria en la planta baja, para continuar con la tradición escolapia, pero se decidió, con razón, que el lugar era poco apto para establecer una escuela en aquel tiempo, pues no satisfacía a las necesidades pedagógicas más elementales (sí se establecería, en tiempos del P. Tomek, una doposcuola). Pero se atiende a una actividad pastoral totalmente única: el Grupo Militar “San Sebastián”, formado (en el contexto de la Acción Católica para Jóvenes) por soldados que cumplían su servicio militar en Roma, del que hemos hablado más arriba.

Una actividad que tenía orígenes calasancios, la Congregación de Santa Ana, había perdido mucho de su vitalidad en tiempos pasados (anteriores a la supresión de las Órdenes religiosas en Italia), todavía se hace notar en este tiempo. Escribe el P. Del Buono el 19 de julio de 1932 en su Diario:

“La Congregación de Santa Ana en S. Pantaleo, que el P. General, para darle nueva vida, quiere confiar al P. Francesco Grillo, al cual entrega todo lo que tenemos sobre la citada Congregación. Aunque dicha Congregación (cuyos orígenes se remontan al mismo Santo Fundador) ya no desarrolla sus actividades desde hace muchos años, todavía cada año se celebra solemnemente la fiesta de Santa Ana (el 26 de julio), precedida de novena, y en el octavario de los Difuntos se celebra una Misa solemne con exequias en sufragio de las inscritas difuntas”.

También en el contexto de la Acción Católica para grupos especializados, se crea una nueva actividad en San Pantaleo: la atención de la Asociación de Médicos de Roma, ya que San Pantaleo era su patrón. El Dr. Aminta Milani (médico del Papa, y conocido del P. Del Buono, tal vez pariente del arquitecto Milani, restaurador de San Pantaleo y más tarde diseñador del juniorato de Monte Mario) indica al P. General que ayer viernes (10 de marzo) en la Junta diocesana de Acción Católica se ha decidido la creación de la Asociación de Médicos Católicos “San Pantaleo”, que desea tener como iglesia la nuestra de San Pantaleo[Notas 12]. Escribe el P. Del Buono en su diario el 16.3.33: “El P. General ha accedido de buena gana, alegrándose de que los médicos vuelvan a San Pantaleo, como ya en siglos pasados nuestras crónicas en los años 1600 y 1700 lo mencionan”.

Y ya en 1933 se tiene en la capilla de la Aparición los ejercicios espirituales para la Pascua de la Asociación de Médicos Católicos “San Pantaleo”[Notas 13]. El P. Agostino Gemelli, Rector de la Universidad Católica de Milán, está muy vinculado a la Asociación. El 17 de noviembre de 1935 el P. Gemelli celebra la misa para ellos en la capilla de la Aparición. Acuden unos 40[Notas 14]. El 11 de abril de 1936 anota el P. Del Buono en su Diario:

“Comunión pascual de los médicos. Misa solemne a las 7 ½ cantada por S. E. Rvdma. Monseñor Ernesto Ruffini, Secretario de la Congregación de los Estudios. Asisten unos 250 médicos. Después de la función, en el refectorio de San Pantaleo se les ofrece el desayuno. Esta tarde, en la recepción usual del sábado, el profesor Aminta Milani informó al Santo Padre sobre la comunión pascual de los médicos en San Pantaleo, en la cual participó también S. E. el Director General de Sanidad. El Santo Padre se dignó expresar su satisfacción por el servicio prestado por los PP. Escolapios de San Pantaleo para el éxito de la función”.

Los médicos tenían su misa cada tercer domingo de mes en la capilla de la Aparición, y, cuando su número aumenta, en la iglesia de San Pantaleo. El 23 de marzo de 1937, anota el P. Del Buono: “Los Ejercicios Espirituales de los médicos, que habían comenzado ayer en el policlínico con predicación de Monseñor Ruffini, por deseo de los médicos son trasladados a San Pantaleo, donde esta tarde a las 19 Monseñor ha tenido la segunda conferencia. Mientras ayer los médicos en el Policlínico apenas eran una cincuentena, en San Pantaleo a finales de la primera tarde ya pasaban de 150”. A la misa de comunión pascual de ese año acuden más de 200 médicos[Notas 15]. El mismo número, aproximadamente, que el año 1938[Notas 16].

Las actividades de los médicos se interrumpen parcialmente en 1940. El 1 de enero de ese año se produce un terrible incendio en la Basílica de S. Lorenzo in Damaso (se ha hundido el techo de la nave central y ha caído la Confesión. Se han salvado las naves laterales y la parte inferior de la basílica), y mientras duran las obras de restauración, hasta el verano de 1942, a petición del Cardenal Vicario, las actividades parroquiales se trasladan a nuestra iglesia de S. Pantaleo. El párroco se hospeda desde entonces en San Pantaleo. Los médicos, mientras San Pantaleo funciona como parroquia, tienen sus ejercicios espirituales en otra iglesia, la de Propaganda Fide en la Plaza de España. Pero cuando la parroquia vuelve a su sede, los médicos vuelven a San Pantaleo. La misa del tercer domingo de mes se sigue celebrando en la capilla de la Aparición. El P. Del Buono sigue anotando estas actividades con los médicos hasta el final de su Diario, en 1946. El 22 de diciembre de ese año escribe:

“En la sala de la Inmaculada, en la Plaza de los Santos Apóstoles de los PP. Conventuales ha comenzado el año escolar de la Unión Italiana Médico- Biológica San Lucas, en presencia del Emmo. Cardenal Ernesto Ruffini, fundador de la Unión San Lucas, con más de 300 médicos.

El Presidente de la Sección Romana, profesor Vincenzo Virno, profesor de Anatomía en la Facultad de Medicina y director del Instituto homónimo, ha leído el informe anual de 1946 en el que ha recordado que “la vida religiosa de la Unión ha sido incrementada por medio de la práctica de los ejercicios espirituales de Pascua, que fueron predicados por el Emmo. Cardenal Ruffini y por la Misa los terceros domingos de mes en la capilla de Calasanz de San Pantaleo.

Esta última práctica, a petición de algunos socios, ha continuado también en los meses de verano, con la participación del P. Martegani, director de la Civiltá Cattolica, a quien el profesor Virno dirigió el más cálido agradecimiento. El Presidente hizo una viva recomendación para que esta práctica de reunir periódicamente a los médicos de elevados sentimientos espirituales se desarrolle cada vez más”.

Por cierto, el Cardenal Vicario agradece al P. Del Buono la hospitalidad concedida por las Escuelas Pías a la parroquia de S. Lorenzo in Damaso en nuestro San Pantaleo. Anota el P. Del Buono en su Diario el 2 de enero de 1940: “En toda Roma es profunda la impresión causada por el grave incendio en la iglesia de S. Dámaso. Se ha hundido el techo de la nave central y ha caído la Confesión. Se han salvado las naves laterales y la parte inferior de la basílica. ¿Cómo ha ocurrido el incendio? Por ahora, oscuridad completa…” La parroquia sigue funcionando en San Pantaleo hasta el 13 de mayo de 1942, vigilia de la Ascensión[Notas 17].

Durante la duración de la guerra, e incluso antes, la vida se vuelve un poco más dura en San Pantaleo, como en toda Italia. Escribe el P. Del Buono en su diario 2l 21 de enero de 1940: “Hoy se han entregado al P. Procurador las cartillas de racionamiento para la comunidad de San Pantaleo. Son 26 las personas declaradas (de las cuales 20 religiosos y 6 religiosas). Con el decreto de ayer no solo el café, sino que también el azúcar estará racionado”. Otra prueba de esta escasez de alimentos es la entrada del Diario el 27 de agosto de 1942, fiesta de S. José de Calasanz: “A causa de la escasez de víveres, no se tuvo el acostumbrado ágape a mediodía. El P. General ni siquiera puedo invitar a comer a sus juniores del Calasancio, a los cuales ofreció un refresco antes de la función de la tarde. A los sacerdotes que vinieron a celebrar no se les pudo ofrecer el desayuno". Esta penosa situación se refleja también en otra entrada del diario, el 8 de octubre de 1944: “Esta mañana viene a hospedarse en San Pantaleo sin previo aviso S. E. Mons. Antonio Melomo, Arzobispo de Conza. En verdad había rogado con su carta del 22 de agosto al P. General que le acogiera en San Pantaleo, donde no faltan habitaciones para acoger huéspedes, pero andamos escasos de comida, pues ya hace tiempo que no tenemos carne, huevos ni vino. Económicamente se está verdaderamente mal en Roma, si uno no tiene mucho dinero. ¡Es el momento dorado para el mercado negro! Parecía que los aliados iban a desmontarlo, pero no lo han hecho, pues ellos tienen mucho dinero en papel”. Y el problema sigue aún después de la guerra. El 7 de marzo de 1946 el P. Del Buono copia en su diario una nota de Sor Teresa, suyperiora de las religiosas de San Pantaleo, al P. Albusceri, ecónomo de la casa: “Rvdo. P. Albusceri. He oído que alguno se queja porque la comida es poco sustanciosa e insuficiente para quien debe trabajar mucho. Se compara con Monte Mario (donde dicen que dan carne tres veces a la semana). ¿Qué debo hacer? ¿Debo ofrecerla un día a la semana, además del domingo? El precio mínimo de la carne es de 300 L el kilo, y hacen falta dos kilos. Respetuosos saludos”.

Tras los Pactos de Letrán entre el Gobierno Italiano y la Santa Sede, el Procurador General presenta al Ministerio de Justicia y Culto la petición para el reconocimiento de la Personalidad Jurídica de la Orden. El P. Maja será el representante de la Orden[Notas 18]. Se consigue el reconocimiento jurídico de las Provincias de la Orden en Italia; la Curia quiere dejar plena libertad a cada provincia para el paso de los inmuebles a la Orden, y para la reivindicación de los antiguos edificios que pasaron a causa de la supresión a los municipios, y que actualmente están ocupados por nuestros religiosos[Notas 19].

En Liguria existe el problema sobre el reconocimiento oficial de algunos colegios, y sobre la propiedad de los edificios. Larga y prolija es en Chiavari la relación con el Ayuntamiento, dueño oficial del colegio desde la supresión de las órdenes religiosas, pero que mantiene la presencia escolapia porque aprecia su servicio. Los escolapios se plantean dejar la casa, y construir un colegio nuevo. Se buscan recomendaciones, se acude a los más altos niveles, pues se espera recuperar el edificio después de los pactos lateranenses de 1929, pero el asunto no acaba de resolverse. Hasta 1940. El P. Del Buono anota en su Diario el 18.1.40:

“Respuesta del Ministerio del Interior a la Prefectura de Génova sobre el pleito de las Escuelas Pías con el municipio de Chiavari: “… en consecuencia, este Ministerio entiende que el Ayuntamiento de Chiavari no tiene ninguna obligación de devolver a los Padres Escolapios los inmuebles en cuestión, ni siquiera una parte de los mismos. Sin embargo, nada obstaría a que el Ayuntamiento, por consideraciones de oportunidad y de conveniencia administrativa, y teniendo en cuenta la finalidad educativa que la Orden religiosa se propone conseguir con la creación de un instituto de educación, tomase los acuerdos del caso con los Padres citados para cederles una parte de la construcción en la que tiene la sede la fundación escolar”.

Y dos días más tarde escribe:

“Termina así una cuestión enojosa para ambas partes. Naturalmente, los escolapios no obtienen todo lo que pretendían según el testamento de los Fundadores, pero quedan en una situación de poder continuar trabajando en aquella sede, si se quiere en menor proporción, en la que están hospedados, con tanta benevolencia, por la gente de Chiavari, desde el otoño de 1750. No se conseguirá nada, incluso con la nueva transacción, si no se ponen al frente de aquella casa hombres capaces”.

Y el 4 de abril de 1941, en efecto, el P. Provincial de Liguria P. Giuseppe Oberti firma en nombre de la Provincia el acto de aceptación de la casa de las Escuelas Pías en Chiavari (y de la iglesia, pero no el colegio), que aquel Ayuntamiento dona a las Escuelas Pías en consideración de la misión en Chiavari de los Escolapios desarrollada durante casi dos siglos.

Un deseo de los directores de los gimnasios reconocidos de Liguria y aún no parificados (Carcare, Savona y Finalborgo) durante estos años es conseguir la parificación[Notas 20]. Hay razones a favor y en contra; las leyes del Estado van cambiando. Se crea un organismo eclesiástico a nivel nacional, el ENIM para defender los derechos de los centros privados. Y a ellos se asocian los centros escolapios. Pero en 1945 la Congregación de Estudios decide suprimirlo, y crear la Asociación de las Escuelas dependientes de la Autoridad Eclesiástica en Italia, para la tutela jurídica y moral de sus intereses. Esta asociación cuenta entre los adherentes 2000 escuelas secundarias[Notas 21]. A partir de entonces los problemas escolares de los centros religiosos se regulan de manera colectiva.

Para hacernos una idea más exacta de la vida en las provincias, acudimos a los libros de la visita canónica a la Orden, que durante el generalato del P. Del Buono solo se hizo una vez. Él visito personalmente las casas de Italia, acompañado del P. Leodegario Picanyol, como secretario, en 1932. Delegó en el P. Tomás Garrido, Asistente General, para visitar las provincias de Europa Central, acompañado también del P. Picanyol como secretario, en 1934. La visita a España no era prudente en aquellos años; la llevó a cabo el P. Manuel Pazos, Asistente General, entre 1941 y 1943, acompañado de secretarios diferentes para cada provincia. El mismo P. Pazos hizo en 1945-46 la visita a las casas de las demarcaciones americanas (Argentina, Chile y Cuba).

La visita a las provincias italianas la comenzó con Liguria, precisamente con su querido colegio de Chiavari, el 4 de abril de 1932. Se trata de una visita clásica: comienza por la iglesia, sigue la sacristía, la casa (con la biblioteca y el archivo), el internado (hay 53 internos y 24 mediopensionistas), los libros de administración. Económicamente la casa está muy bien: tienen más de 800.000 libras en títulos y en metálico (y bien lo recordará el P. Del Buono para pedir ayuda a la hora de construir el juniorato de Monte Mario). La escuela primaria está “regificada”, es decir, bajo el control de la administración pública. Los escolapios dirigen el gimnasio parificado, con 182 alumnos en cuatro cursos (uno, duplicado). En él enseñan cuatro escolapios, y algunos profesores seglares. La visita termina con una exhortación a la comunidad (compuesta de cinco padres y un hermano) en el oratorio, y la lectura del decreto de la visita.

Los días siguientes visita la otra comunidad de Chiavari, que se ocupa de los Institutos de Sordomudos y de Aprendices. Esta comunidad fue erigida como casa independiente en 1909, pero en 1928 pasó a ser filial de la casa del colegio. El P. Del Buono la vuelve a hacer independiente durante esta visita. Realiza la visita como en el caso anterior. En el Instituto Bancalari, de aprendices, hay 46 niños internos, que aprenden la tipografía. En el Assarotti, de sordomudos, hay 24 niños. Hay tres religiosos en la comunidad.

Después de Chiavari, visita Savona, el 10 de abril. El colegio, fundado por Calasanz en 1622, se traslado en 1907 a una zona fuera de la ciudad, Monteurbano. Tiene una rica biblioteca (algo que interesa especialmente al P. Picanyol). Hay un gimnasio regificado con 163 alumnos. La escuela primaria es privada, con 150 alumnos. En el internado hay 55 muchachos, y 60 mediopensionistas. La comunidad está formada por 9 padres. La casa tiene una buena situación económica, con unas 750.000 liras ahorradas.

El 13 de abril comienza la visita a la casa de Finalborgo. Allí hay un colegio, y el noviciado. La escuela primaria fue trasladada por el ayuntamiento a otros locales. En el gimnasio hay 87 alumnos. El internado cuenta con 34 niños, y 10 mediopensionistas. La comunidad está compuesta por 4 padres. No tienen problemas económicos, aunque su situación no es tan boyante como la de las dos casas anteriores. En el noviciado Interprovincial hay dos padres y ocho novicios de las cuatro provincias italianas.

El 16 los visitadores llegan a Carcare. Se trata de la casa más antigua de Liguria, fundada en 1621. Visitan con especial atención el archivo y la biblioteca, que el P. Picanyol describe con detalle. En el gimnasio hay 98 alumnos (de los cuales, 7 niñas). En la escuela primaria hay 219 alumnos. Hay 57 internos y 9 mediopensionistas. En Carcare está instalado el Museo Ighina (que luego será trasladado a Cornigliano, donde se encuentra hoy). La comunidad está formada por siete Padres y dos hermanos operarios. Económicamente la casa está bien, con buenos ahorros.

La visita continúa el 20 de abril en Ovada. Fue fundada en 1827. Había una escuela primaria, que fue trasladada por el municipio a otro lugar, por lo que no tenían alumnos. También habían abandonado el internado, pues la provincia había decidido instalar en esta casa el postulantado. Había entonces 48 postulantes, que recibían la formación escolar en casa. La comunidad estaba formada por seis padres, algunos de los cuales daban clases en el gimnasio municipal.

El 23 de abril continúa la visita al colegio de Cornigliano, el más importante de la provincia y el más reciente, fundado en 1892. En él hay escuela primaria (con 135 alumnos), un instituto técnico inferior (con 128), el gimnasio (con 210) y el liceo (con 86). Son 559 alumnos en total, de los cuales 170 internos y 150 mediopensionistas. La comunidad la componen once padres, un junior y un hermano. Sin problemas económicos; tienen buenos ahorros.

En Génova está también la casa para sordomudos, dependiente de un consejo administración. La comunidad está formada por cuatro padres, que atienden a 65 niños sordomudos internos y 9 externos. Se conserva también la antigua casa de Génova, que fue fundada en 1625 y mantiene la iglesia abierta. Hay un hermano que reside en la casa y cuida de la iglesia. Un sacerdote de la comunidad de sordomudos va a celebra la misa cada día.

Vemos, pues, que en la provincia de Liguria hay siete localidades con presencia escolapia. Sólo el colegio de Cornigliano, por el número de alumnos, sería considerado hoy como “mediano”. Los de Chiavari, Savona, Carcare y Génova-Sordomudos serían “pequeños”. Finalborgo y Ovada eran casa de formación exclusivamente. La provincia goza de una buena situación económica, por lo que el P. Del Buono, en su charla conclusiva con la Congregación Provincial, les pide que contribuyan en la construcción del juniorato interprovincial que tiene pensado crear en Roma.

El colegio de Cornigliano, por otra parte, goza de gran prestigio en Liguria. El P. Del Buono escribe en su Diario el 12 de marzo de 1935:

“En Cornigliano por la tarde ha tenido lugar la gran Academia para la proclamación del Príncipe de la Academia[Notas 22] y el reparto de premios a los alumnos del curso 1934 – 35. Han asistido a ella S. E. el Ministro de la Educación Nacional, Conde Cesare de Vecchi de Val Cismo; el Cardenal Minoretti, Arzobispo de Génova; el Prefecto de Génova Umberto Albini; el Podestá de Génova, Carlo Bombini, ex alumno del Calasancio; el Provisor de los Estudios Hon. De Regibus; el Rector de la Universidad, Mattia Moresco”.

La provincia de Liguria intenta volver a Milán, donde hubo un colegio escolapio de 1759 a 1815. El P. G. Oberti, Provincial, escribe al P. Del Buono el 9 de marzo de 1937 que ha ido a Milán, para ver la posibilidad de la fundación[Notas 23]. Ha visitado los locales que le proponen. La curia pide 1.400.000 liras. La congregación provincial está a favor, a pesar del precio. Regatearán el precio, y alargarán el plazo de pago. Quisiera empezar con una escuela elemental y algunos postulantes. Así resolverían el problema de los padres estudiantes[Notas 24]. Pedirá su aprobación, y una contribución especial a los rectores. Pero la fundación en Milán (dos: la parroquia de San José de Calasanz y el internado Girola) deberán esperar hasta 1962, con un Arzobispo Montini más acogedor) no es factible. Escribe el P. Del Buono en su diario el 12 de marzo del mismo año:

“El P. Provincial de Liguria informa por escrito al P. General de su visita para la fundación en Milán. El Provicario General de la archidiócesis, Monseñor Cavezzale, le informa sobre la oposición del Cardenal Arzobispo, del que se dice que, para no desagradar al clero secular, se opone a la entrada de más religiosos en aquella archidiócesis, y particularmente en la ciudad de Milán. El P. Provincial quisiera que el P. General interviniese ante la Santa Sede para que el Cardenal Arzobispo diera el nihil obstat deseado; sin embargo, el P. General, por muchas otras consideraciones, no es de esta opinión”.

Después de visitar Liguria, el P. Del Buono hace la visita canónica a la provincia de Nápoles. La comienza el 9 de mayo de 1932 en la casa de las Escuelas Pías de Donnaregina. El edificio había sido comprado en 1877, y allí funcionó el Colegio Calasanz hasta 1904, año en que el edificio se alquiló. Recuperado en 1926, volvió a funcionar como colegio. Era un gimnasio y liceo privado, con 140 alumnos en total. En aquel año era también residencia provincial y postulantado (otras veces este estaba en Campi), con 19 postulantes. Los miembros de la comunidad eran tres padres y el diácono Filippo Ciotta, que luego será gran provincial napolitano. Asociada a esta comunidad se encontraba la iglesia de San Carlo all’Arena, lo único que había quedado del colegio escolapio en aquel lugar al ser suprimidas las órdenes religiosas en 1866. Se trataba de una iglesia muy frecuentada, con unos locales dados por el municipio en los que residía un escolapio a cargo de la iglesia.

Junto a Nápoles, en Portici, se encontraba el colegio de Bellavista. Había una escuela primaria con solo 38 alumnos, y un gimnasio con 92, de los cuales 33 internos. La comunidad estaba formada por cuatro padres, y económicamente estaba bien provista.

La otra casa de la provincia era Campi Salentina. Comienza la visita el 14 de mayo. Los visitadores se fijan sobre todo en la iglesia que contiene los restos del Beato Pompilio, que pronto será canonizado. Se trata de una casa antigua, fundada en 1628. Después de su pérdida en 1866, fue recuperada en 1897, y gozaba de gran aprecio entre los habitantes de Campi. Tenía un gimnasio privado con 79 alumnos, de los que 35 eran internos. La comunidad estaba formada por tres padres.

Vemos, pues, cómo la provincia de Nápoles iba adelante, con tres pequeñas escuelas y dos templos públicos bastante frecuentados. Las comunidades estaban reducidas al mínimo. Su situación económica era satisfactoria. Y, en conjunto, se encontraba mejor que durante las décadas anteriores.

La casa de Campi celebró con gran esplendor las fiestas de la canonización de San Pompilio. Escribe el P. Del Buono en su diario el 19 de agosto de 1934 que resultaron un éxito más allá de toda expectativa por el número de peregrinos, la piedad y las comuniones hechas. Cinco obispos adornaron con su presencia las bellísimas fiestas. Los gastos totales superaron las 100.000 liras, que fueron cubiertas, excepto 4 o 5000 liras, por las ofrendas de los campiotas.

La provincia se esfuerza por salir adelante con su escaso personal. Las hacen varias ofertas de nuevas fundaciones (vuelta a Francavilla[Notas 25], Bronte[Notas 26], Caltagirone[Notas 27], Conversano[Notas 28], un centro para sordomudos en Nápoles[Notas 29], Bovino[Notas 30]). Ninguna puede ser aceptada, por falta de personal. En 1937 comienza su rectorado en Campi el P. Filippo Ciotta, de solo 29 años, que será el gran restaurador de aquella casa y de la Provincia en años sucesivos.

En Toscana fallece en 1930 el Cardenal Alfonso M. Mistrangelo, Arzobispo de Florencia, que tanto había hecho por toda la Escuela Pía desde su nombramiento como General en 1904.

En 1931 la provincia de Toscana rescata por 43.000 liras la casa del Pellegrino, comprándola a una familia. La casa servirá para instalar en ella durante algunos años el juniorato interprovincial italiano, y también el noviciado.

La visita canónica a Toscana comienza el 31 de mayo de 1932. Y comienza en el Instituto Péndola de Siena. Este depende de un consejo de administración; los escolapios se ocupan del funcionamiento de la sección de niños. En la escuela se atiende a 80 niños sordomudos internos, de los que se ocupan los cuatro padres que forman la comunidad.

El 2 de junio comienza la visita a Empoli. Había una escuela primaria con 193 alumnos, de los que se ocupaban solamente maestras. En el gimnasio, 122 alumnos. Tan solo dos padres enseñaban en el gimnasio; los demás profesores eran seglares. Había un internado con 30 internos, del que se ocupaba un sacerdote diocesano. En esta casa se encontraba también el postulantado de Toscana, con 36 postulantes, al cargo de dos padres. El postulantado llevaba una vida independiente de la otra comunidad. En total había cinco sacerdotes y un hermano operario. Observa el visitador que, si hubiera más religiosos, se pagarían menos salarios y la situación económica de la casa, bastante crítica, sería más desahogada.

Pasan luego los visitadores a la casa del Pellegrino en Florencia, donde se encuentra el juniorato interprovincial italiano. Es una casa fundada en 1638 para noviciado de la provincia. El P. Picanyol se entretiene describiendo la riqueza de su archivo y biblioteca. Durante un corto periodo de tiempo había tenido una escuela, pero desde 1926 estaba dedicada exclusivamente a casa de formación. En 1932 había una comunidad formada por cuatro padres (de la provincia de Liguria), que se ocupaban de la formación de 43 juniores de las cuatro provincias italianas. Los 25 juniores de filosofía (liceo) recibían la formación en casa; los 18 de teología acudían al seminario de Florencia.

Del Pellegrino pasan los visitadores el 8 de junio a la casa de San Giovannino en Florencia. La casa y la iglesia habían pertenecido antes a la compañía de Jesús, de quienes las heredaron los escolapios en 1775. En 1878 el gobierno expropió las escuelas, pero dejó a los escolapios el uso de la iglesia, la casa de la comunidad y el Observatorio Ximeniano, también heredado de los jesuitas. Alaba el P. Picanyol el archivo provincial, bien ordenado. En la comunidad residen cinco padres, dos de los cuales dan clases fuera.

De San Giovannino pasan los visitadores a las Escuelas Pías de la vía Cavour, edificio en el que se encontraban desde 1925. Los florentinos apreciaban la labor de los escolapios, por lo que enviaban con gusto sus hijos a las Escuelas Pías. Había cuatro niveles de escuelas, como en Cornigliano. En primaria había 489 alumnos; en el gimnasio, 297; en el liceo, 113, y en el instituto técnico inferior, 208. Un total de 1107 alumnos, lo que hacía de este centro el mayor colegio escolapio de Italia. Había 89 alumnos internos y 173 mediopensionistas. La casa era la residencia provincial, y la comunidad estaba formada por diez padres y un hermano. Estaba gravada por una fuerte deuda, contraída al comprar el actual colegio y agrandarlo, pero la iban pagando a plazos.

Había en Florencia otra casa, la de Santa Isabel, fundada en 1903, y administrada por una comisión de seglares. Había en ella una escuela primaria, con 172 alumnos. Había también una imprenta y grupo de aprendices de las artes tipográficas. La comunidad estaba formada por tres padres y un hermano.

El 11 de junio fueron los visitadores a la Badia Fiesolana, cercana a Florencia. La abadía era propiedad de los canónigos de Fiesole, que la habían arrendado a perpetuidad a los escolapios en 1876. Se trataba de un “colegio de nobles”, con 119 alumnos internos únicamente (excepto unos pocos externos de Fiesole). De ellos 14 en primaria, 52 en gimnasio y 53 en liceo. Era la casa que el ex General P. Brattina había elegido como residencia. Además de él, la comunidad la formaban otros siete religiosos y un hermano.

La casa de Volterra fue visitada el 14 de junio. Era una casa fundada en 1710. Había tenido una gran importancia en el pasado (ampliada por la presencia, entre sus alumnos internos, del futuro Papa Pío IX), pero en la actualidad se encontraba en una situación económicamente delicada. No se podían hacer las reformas necesarias por falta de dinero. Se había abierto recientemente una escuela primaria privada, con menos de cien alumnos y atendidas por maestras[Notas 31]. Había solamente 20 internos. Y habían abierto ese año un instituto técnico. La comunidad estaba formada por tres religiosos y un hermano. La casa no estaba bien administrada. Eera propietaria de dos villas: una, Santa Margarita; otra en Antignano junto a Livorno, que servía como residencia veraniega para los internos.

Vemos, pues que la provincia tenía ocho comunidades. Había un colegio grande, cinco pequeños, y dos casas sin alumnos. El juniorato interprovincial estaba a cargo de padres de Liguria; Toscana andaba mal de personal. El Observatorio Ximeniano tras la retirada del P. Guido Alfani por razones de edad, gozaba aún de cierto prestigio, pero había comenzado su decadencia. La provincia tenía una villa cerca de Florencia, “La Mortinete”, que podría ser muy útil, en opinión del visitador.

La provincia, que está haciendo un gran esfuerzo económico para acomodar las Escuelas Pías Florentinas al nuevo edificio en Vía Cavour, atraviesa una fuerte crisis económica y de personal, y decide abandonar algunos colegios, como el de Empoli y el de Volterra, con protestas de ambas poblaciones. Al final la casa de Empoli sigue, pero la de Volterra se abandona en 1934. Como también se abandona (forzados por la institución promotora) la casa de aprendices de Santa Isabel, en Florencia, en 1934[Notas 32]. Su fundador, el P. Antonio Gandolfi, disgustado, se exclaustra hasta su muerte (1951) en Bordighera. Por falta de personal se rechaza la insistente invitación de los habitantes de Fanano para volver a aquella población, una de las más antiguas de la Orden, que había sido abandonada en 1810[Notas 33]. Se rechaza también una fundación en Lucca[Notas 34].

Las autoridades de Florencia quieren honrar al P. Eugenio Barsanti, inventor del motor de explosión. El 11 de diciembre de 1931 escribe el P. Del Buono en su Diario:

“El P. General envía la adhesión de la Curia General a la solemne conmemoración del P. Eugenio Barsanti al P. Provincial de Toscana, y le ruega que exprese el agradecimiento al Comité Fascista para la Defensa de las Glorias Nacionales, que ya hace tiempo tomó la iniciativa de reivindicar la gloria de nuestro hermano como primer inventor del motor de explosión.

El domingo próximo, 13 de los corrientes, a las 16 en el Salón de los Quinientos, el P. Alfani leerá una lección conmemorativa que será la demostración científicamente documentada, en base a los documentos que se encuentran en el archivo del Observatorio Ximeniano, de la absoluta prioridad de la invención del P. Barsanti frente a todos los demás que se han dedicado a los motores de explosión”.

Se hace un esfuerzo por mantener en funcionamiento el Observatorio Ximeniano de Florencia, de glorioso pasado. Con el P. Guido Alfani al frente (1905-1945) adquirió su máximo esplendor. El P. Alfani se dedicó especialmente a la sismología, inventando diversos aparatos como el trepidómetro portátil, el vibrógrafo y el fotosismógrafo. Se convirtió en una gran autoridad de esta especialidad en Italia, hasta el punto de que cuando se producían algunos terremotos especialmente dañosos (cosa frecuente en Italia), del Vaticano invitaban al P. Alfani a ir a los lugares más afectados para dar una conferencia sobre los volcanes y calmar de algún modo a la gente. Y siempre que pudo, aceptó este tipo de invitaciones, así como las invitaciones a congresos científicos. Además de la sismología se dedicó a la meteorología, la radiotelegrafía y la historia de la ciencia. Tras la muerte del P. Alfani, le sucedió al frente del Observatorio Ximeniano el P. Cesare Coppedè (1880-1964), quien fue su Director desde 1941 hasta el año de su muerte. Le tocó el delicado momento de la II guerra Mundial, con los daños consecuentes, pero logró volver a poner en funcionamiento el Observatorio después de tres años de inactividad.

Hay que señalar que el P. Del Buono no tenía muy buena opinión de los escolapios toscanos (¿tal vez por su condición de ligur?). El 17 de febrero de 1933 escribe en su diario:

“Nuestros asuntos de Florencia verdaderamente confirman lo que a menudo decía el Cardenal Mistrangelo sobre nuestros religiosos de Toscana: “pocos y además malos”. Falta en ellos todo espíritu religioso de piedad y de regularidad. Terminadas las clases, no piensan sino en ir a dar vueltas. La iglesia de San Giovannino está abandonada. Para las funciones de la tarde va un sacerdote diocesano. ¡El P. rector de San Giovannino, P. Coppedé, suele salir de casa a las 14 para volver a las 20! Al P. Provincial, que personalmente es serio, estudioso y trabajador, le falta energía para llamar a los súbditos a su deber. Poca energía en la dirección de las Escuelas Pías de Vía Cavour, donde es Presidente, poco ayudado por el P. Novelli. El incidente del niño golpeado en la cabeza por un maestro… ¡Pobre provincia Toscana!”

Otra prueba de su poco pareció por los toscanos se lee en su diario el 28 de agosto de 1933, en relación con el abandono de la casa de Volterra, que se consumó en 1934:

“Visita del Podestá[Notas 35] de Volterra Sen. Conde Guidi al P. General para lamentar el abandono deseado de los Padres Escolapios de la dirección del internado. Carta del P. Provincial del 15 de agosto, que con pocas líneas suspende una tradición de hospitalidad y de afecto de los volterranos por las Escuelas Pías. El Podestá tiene palabras amargas por la manera, y rogaría que continuasen al menos por un año más, para dar tiempo a tomar medidas. Además, estamos ahora en vísperas del año escolar…

El Podestá quisiera ligures en la dirección de aquel colegio. Dificultades presentadas al Conde Guidi, que lamenta la falta de afecto de los escolapios toscanos a Volterra. No es culpa de la falta de afecto, sino más bien del urbanismo[Notas 36], que es por desgracia también una plaga de las Congregaciones”.

La visita a la Provincia Romana comienza con la casa de Alatri, el 20 de junio de 1932. En aquel momento era la residencia del P. Provincial, Domenico Sciarra. La casa había sido fundada en 1722. El gimnasio había sido regificado, de modo que los escolapios solo gestionaban el internado, con 62 internos. Además del P. Provincial residían en Alatri otros dos padres, que se ocupaban de los internos. Alatri poseía una hermosa finca rústica, La Magione, que servía como lugar de veraneo. La economía de la casa, con la villa incluida, era deficitaria.

Los visitadores llegan a Frascati el 23 de junio. Casa venerable, fundada en 1616 por el mismo Calasanz. En su iglesia se conserva la venerada imagen de la Virgen María llevada por el fundador desde Roma. Por dificultades tras la expropiación de 1870, los escolapios estuvieron a punto de abandonar la casa en 1889. En 1910 se recuperaron las escuelas. En 1932 hay una escuela primaria con 62 alumnos. En la casa está también el postulantado de la provincia romana, con 39 postulantes. La comunidad está formada por tres padres, un junior y un hermano. Su economía es muy ajustada.

Después de Frascati, la visita a la provincia romana es interrumpida (tiene lugar en 1934 la visita a las provincias de Europa Central), y continua en noviembre de 1937 en Rieti. De la antigua casa, fundada en 1698, se habían trasladado a causa de las reformas urbanísticas promovidas por el ayuntamiento en 1927 a la parroquia de Santa Escolástica. En 1937 formaban la comunidad dos padres y un hermano, que además de la parroquia se ocupaban del postulantado provisionalmente instalado en ella, con 13 postulantes de los dos últimos cursos de gimnasio. La casa tenía también campos y viñas, que producían algunos ingresos para equilibrar una economía muy ajustada.

En el libro de la visita no se menciona el colegio Nazareno. Posiblemente el P. Del Buono no consideró oportuno ir a visitar una casa que dependía de una comisión estatal. Tampoco se habla de Poli. ¿Omisión del secretario, o no se hizo?

Las mayores inquietudes de la provincia giran en torno al colegio Nazareno, del que ya hemos escrito más arriba. La casa de Rieti, por motivos urbanísticos, cambió de lugar. Se derribó la iglesia que servían desde la fundación en 1698 y pasaron a una nueva iglesia, de Santa Escolástica, en la que siguieron prestando servicio parroquial durante unos años más. La casa de Poli se mantiene, no sin dificultades. En Frascati se instala el postulantado de la provincia. La casa de San Lorenzino, en Roma, fundada en tiempos de Calasanz, debe ser abandonada por motivos urbanísticos (construcción de la Vía de la Conciliazione, que lleva al Vaticano) en 1938. La provincia romana queda privada de su residencia provincial. El P. General expone brevemente al Cardenal Vicario su idea de pasar la parroquia de Monte Mario a la provincia romana, que tendría allí su sede provincial. El Cardenal se muestra contrario al proyecto, ¡tanta es la falta de estima que siente por la provincia romana![Notas 37] A los escolapios se les ofrece, a cambio, la iglesia y la casa de Santa María del Pianto, no muy lejos de San Pantaleo, donde residen desde 1940 hasta 1947. Más tarde pasarán al Instituto Calasanzio, en Monte Mario, heredero legal del colegio de San Lorenzino. El colegio de Alatri sigue funcionando con normalidad, aunque con algunas negociaciones no siempre fáciles con el ayuntamiento de la ciudad, propietario del mismo. El ayuntamiento pretende incluso quedarse con el colegio, y construir un edificio nuevo para internado de los escolapios, pero estos rechazan la oferta, pues la cantidad dinero presupuestada para construcción es considerada insuficiente[Notas 38].

La Provincia Romana había quedado tan disminuida de personal que había pasado a la categoría de “provincia no formada”. En 1931 el provincial Giulio Angelini pide que en el próximo capítulo la provincia romana sea considerada formada para la elección de su Provincial y de la Congregación Provincial. El P. Del Buono accede a la petición, considerando las razones históricas de la provincia.[Notas 39]

Europa Central

En Europa Central nos encontramos con seis provincias en situaciones muy diferentes: una conserva aún su grandeza, y se va recuperando de sus pérdidas, hasta que llega la II Guerra Mundial (Hungría); otra está renaciendo y creciendo (Polonia); dos se esfuerzan por salir adelante después de su reciente creación (Rumania y Eslovaquia); una resiste en su decadencia con esperanzas de salir adelante (Austria); la última sigue debilitándose y acabará por desaparecer (Bohemia).

La provincia de Hungría había puesto, y seguía poniendo, muchas dificultades para su perfecta reunificación con Roma. Había obtenido una serie de privilegios en 1910 y quería mantenerlos a toda costa. Había dos cuestiones pendientes: la celebración de los capítulos (y elecciones) de acuerdo con las Constituciones, como en las demás provincias, y el tema de la “vida común” u observancia de lo que las Constituciones prescribían con respecto al voto de pobreza. Ya en una conversación del P. Del Buono con el P. Francisco Sebes, Provincial de Hungría en 1930, este le advierte que la aplicación de la “vida común” es imposible hasta que se imponga también a las demás Órdenes de Enseñanza. Él propone que se comience con los jóvenes que entran en el noviciado[Notas 40]. En 1931 el P. Sebes pide que para el Capítulo Provincial de ese año Hungría siga gozando de los privilegios antiguos. La petición es discutida en la Congregación General, y se decide que “solo por esta vez” se celebre de ese modo el Capítulo. El P. Juan Walter, Asistente General, húngaro, informa al P. Del Buono en 1932 que el P. Provincial de Hungría, tras las reiteradas invitaciones del Nuncio Apostólico, ha dado el paso decisivo para la introducción de la clausura. Le anuncia también que el P. Provincial enviará como regalo a la Curia un aparato de radiotelefonía. “Es un aparato de gran valor, finísimo, que costó 3000 liras hace algunos años”. El aparato será enviado por medio de la Embajada de Hungría[Notas 41].

Pero las dificultades siguen. El P. Walter informa al P. Del Buono que se acentúa en la provincia, y especialmente entre los padres más ancianos, una oposición a las directivas de la Santa Sede. La clausura impuesta en todas las casas ha herido. Acción enérgica del P. Vicente Tomek, Asistente Provincial, que es el autor de la reforma y habla claro en la Congregación, amenazando con dimitir si no se procede resueltamente por parte del P. Provincial y con escribir a Roma. De hecho, el P. Tomek escribe al P. Del Buono pidiendo que se imponga la restauración de la observancia regular en Hungría, a pesar de que haya algunos religiosos que se oponen[Notas 42]. Mientras tanto algunos religiosos han dado pasos ante el Ministro de Educación Pública, y también se ha enviado un recurso a Monseñor Francisco Luttor, Consejero eclesiástico de Hungría (en la embajada de Roma), para que lo presente a la Santa Sede. Pero este ha hablado con el P. Walter, que le ha desaconsejado presentar el recurso[Notas 43].

El P. Del Buono decide que se haga la visita canónica a las provincias de Europa Central, pero como no puede hacerla él en persona (está muy ocupado con la construcción del juniorato de Monte Mario), delega al P. Asistente Tomás Garrido para hacerla, acompañado del P. L. Picanyol como secretario. La visita de Hungría, que duró del 5 al 25 de junio de 1934, culminó los días 26 y 27 del mismo mes, con el Capítulo Provincial en Budapest, presidido por el P. Garrido.

La casa de Veszprém presenta al Capítulo una petición para ser trasmitida al próximo Capítulo General: “Las inesperadas novedades del último Capítulo Provincial pertenecientes a la vida interna de la Orden perturbaron mucho los ánimos. Pedimos que se nos devuelva el estilo de vida para el que emitimos los votos, y en el que hemos vivido durante 130 años”[Notas 44]. Previamente habían escrito al P. Garrido la siguiente carta:

“Como el Rvdmo. Sr. Visitador no conoce la lengua vernácula, ni nosotros podemos expresarnos en la italiana, y es de temer que tampoco en la latina, te expresamos por escrito, Rvdmo. Padre, la ansiedad común de todos nosotros de manera simple.

Nosotros no emitimos antes los votos para lo que ahora las novedades establecidas para renovar la Orden nos quieren imponer.

El voto debe ser voluntario. Los votos que emitimos antes no pueden ser interpretados como el intento de reforma quiere obligarnos ahora a hacer. Pues la materia del voto consiste en la intención del que lo hace (Cf. Noldin, Summa Theologica Moralis, libro 2º, cuestión 3ª, artículo III)- ‘El voto ha de interpretarse según la intención del que lo hace, de manera expresa o razonablemente presunta. Puesto que la obligación del voto depende de la intención del que lo hace, el voto no obliga más allá de la intención del que lo hace’. Y también 3: ‘El voto ha de interpretarse siempre de la manera más favorable: puesto que la obligación es odiosa, se debe más bien restringirla que ampliarla’.

El escrito del Rvdmo. Sr. Padre General nuestro demuestra también que él se da cuenta de que los votos que emitimos en otro tiempo no tienen el mismo significado que aquellos a los que ahora quieren que nos atengamos, pues sus votos nos obligan a la perfecta vida común.

Por ello elevamos reverentemente nuestras peticiones al Señor Visitador para que podamos vivir la vocación según el sentido de los votos que emitimos, y en el que luego quisimos vivir.

Estamos preocupados por las novedades impuestas a nuestra Orden con motivo de reformarla, y las consecuencias que esto tendrá para el futuro.

Pues nuestra Orden es la única en el Reino de Hungría dedicada principalmente a la educación de los niños. La sociedad nos ayuda con la entrega de tierras y con dinero, pero solo en tanto vivamos de acuerdo con esa vocación. Nuestra Orden ya ha dado muchas pruebas a nuestra patria de sobresalir en hechos piadosos. La sociedad nos pide en este tiempo que ejerzamos esa tarea.

Poder seguir ejerciendo esta tarea en el futuro, es algo que también la Iglesia nos pide con insistencia. Pues en Eslovaquia, donde nuestra Orden ya no tiene gimnasios, la Iglesia carece de apoyo en la base.

Nadie se fía de los clérigos ficticios, a quienes se atribuyen por completo las calamidades actuales, cuando tantos jóvenes sin vocación reciben la ordenación sacerdotal por la simple razón de que no tienen otra cosa de lo que vivir.

Cambiadas estas circunstancias negativas, algunos caen en la apostasía, y muchos que iban a entrar en la Orden, al enterarse de la cosa, inmediatamente cambiarán de intención y solo quedará en la Orden lo vil. Como demuestran muchos ejemplos.

La cuestión de las novedades ya dura muchos años, y la indecisión para resolver estas cosas nos produce muchas preocupaciones para poder llevar a cabo bien el oficio a que nos obligan las escuelas.

Al exponer nuestras ansiedades, nadie piense que aborrezcamos la vida sacerdotal y la disciplina regular, pues queremos vivir en la Orden la vida interior y sacerdotal que exige nuestra tarea educativa, y vivimos en el estilo que la vivíamos antes y que queremos vivir ahora.

Por tanto, rogamos al Rvdmo. Sr. Visitador que quiera clementemente dejar esta grave cuestión según el statu quo anterior, como lo hemos pensado maduramente.

En Veszprém, a 8 de junio de 1934. (Firman 11)”.

Ya antes de comenzar la visita, el P. Garrido ha captado el ambiente que existe en la provincia. El 3 de junio escribe al P. General diciéndole que hay que reelegir a Sebes; hay un candidato opuesto a la reforma. Ha hablado con el Nuncio, a quien ha comunicado sus temores. “Él me respondió que, aunque era de la misma opinión, podía hacer poco o nada en la elección, ya que las actuales Constituciones reservan este derecho en las provincias formadas a los capitulares. Me dijo que había una manera para encontrar el remedio, que era recurrir al Padre General y a la Sagrada Congregación de Religiosos para obtener el permiso para nombrar el Provincial y su Curia incluso contra los votos de los capitulares. Refiero simplemente lo que me dijo, para que vea si es prudente hacerlo y provea”[Notas 45]. De hecho, es lo que hará el P. Del Buono en 1946, nombrando Provincial al P. Tomek.

La visita de Hungría comienza con la casa de Vác, el 5 de junio de 1934. La casa tiene un gimnasio con las usuales en Hungría 8 clases (en Italia eran 5; luego venía el liceo). Acudían 486 alumnos, de los cuales eran romano-católicos 438; 3 uniatas o greco-católicos; 35 protestantes (entre luteranos y calvinistas) y 10 judíos. En la casa, perfectamente separado del colegio, se encontraba el noviciado. La comunidad estaba formada por 16 padres. Había 10 novicios. La economía está asegurada, como en las demás casas de Hungría, por diversas subvenciones provenientes de la Diócesis, del Estado y del Municipio. Y, además, las pensiones de los alumnos. Los profesores reciben el salario del Estado. Comenta el secretario P. Picanyol que en esta casa comienza a aceptarse el principio de la “vida común”, especialmente por los más jóvenes, aunque no por todos. Pero ni se hacen todas las oraciones comunitarias, ni se lee en el comedor, a pesar de que asisten los novicios. No se dan decretos particulares; el P. Garrido espera hacer la visita a toda la provincia para dar decretos comunes.

Después de Vác, los visitadores van a Mernye, el 6 de junio. Desde ella se cuidan los bienes del llamado “Custodiato de Alba”, una finca enorme que el gobierno les había cedido para ayuda de las necesidades de la provincia. Se había creado una comunidad en 1923. En 1934 estaba formada por 5 padres, uno de ellos el ex Provincial y ex Asistente General Cornelio Szinger, que escribe regularmente al P. Del Buono para informarle de su vida y de la marcha de la casa. Los padres se ocupan de la administración de las fincas; cuidan de los empleados y de vez en cuando echan una mano a la parroquia del pueblo. Reciben buenos ingresos de las fincas, que envían al P. Provincial.

Sigue la visita de Nagykanizsa. Habían erigido recientemente una iglesia dedicada a S. Pompilio; antes solo tenían un pequeño oratorio. Después de la I Guerra Mundial el municipio les entregó, a cambio del edificio antiguo, otro más amplio que había sido cuartel. La casa tenía un real gimnasio de 8 cursos con 462 alumnos, de los cuales 374 eran católicos, 3 uniatas, 65 protestantes y 64 judíos. En el internado había 23 alumnos. Forman la comunidad 16 padres. Los religiosos aceptan la reforma propuesta en lo referente a clausura y oración en común, pero no lo referente al dinero. Sin problemas económicos, lo mismo que en las demás casas de Hungría.

Veszprém recibe la vista el 8 de junio. Se trata de un edificio antiguo y pequeño, en opinión del visitador, que no puede admitir muchos alumnos. Había un total de 459 alumnos, de ellos 413 católicos, 24 protestantes y 22 judíos. La comunidad estaba formada por 13 padres. Se mantenía con los ingresos del gimnasio.

Sigue la visita en Magyaróvár. El gimnasio tiene 276 alumnos, de los cuales 239 católicos, 3 uniatas, 17 protestantes y 16 judíos. Forman la comunidad 12 padres. Además de los ingresos comunes, la comunidad posee algunas fincas, de la que reciben algunos ingresos. También aquí, indica el secretario, algunos padres jóvenes están bien animados para recibir la reforma (clausura, oración comunitaria, vida común).

De Magyaróvár los visitadores pasan a Tata el 12 de junio. Había en Tata un edificio antiguo, construido en 1765, y un gimnasio moderno construido en 1911-1912. A este acudían 500 alumnos, de los cuales 350 católicos, 3 uniatas, 1 ortodoxo, 58 protestantes (luteranos y calvinistas juntos) y 34 judíos. Los niños católicos acudían a misa cada día a las 7.30; durante el invierno la misa era facultativa, durante la semana. La comunidad la formaban 10 padres. También aquí las opiniones con respecto a la reforma estaban divididas.

Al día siguiente los visitadores se dirigieron a Sátoraljaújhely. El convento y la iglesia habían pertenecido a la Orden de los Paulinos, suprimida. La comunidad de Tokaj se trasladó allí en 1789. Los escolapios construyeron un gimnasio al lado, que en 1934 contaba 323 alumnos, de los cuales 195 católicos, 47 uniatas, 48 protestantes y 33 judíos. La comunidad estaba formada por 11 padres.

El 14 de junio los visitadores llegaron a Debrecen. La iglesia desde 1807 era parroquial, con permiso de uso a los escolapios, por lo que no fue visitada. El colegio´, construido por la ciudad, pertenecía a la parroquia, pero lo dirigían los escolapios. Tenía 672 alumnos, de los cuales 513 católicos, 63 uniatas, 67 protestantes y 20 judíos. La comunidad estaba formada por 21 padres. Como en las demás casas, algunos padres jóvenes están a favor de la reforma; los mayores, en general, en contra.

Por proximidad geográfica, después de visitar Debrecen los visitadores hicieron la visita de Rumania, de la que hablaremos luego. Terminada esta, vuelven a Hungría, a Szeged concretamente, cerca de la frontera rumana, el 21 de junio. También la iglesia de este colegio había sido entregada por José II al clero secular, para hacer de ella una aparroquia, con derecho de uso a los escolapios. La ciudad sufrió una grave inundación en 1879, y en 1885 la ciudad reconstruyó un magnífico edificio para colegio de los escolapios, separado de la anterior iglesia. El gimnasio contaba 653 alumnos, de los cuales 535 católicos, 6 uniatas, 53 protestantes y 63 judíos. La comunidad estaba formada por 23 padres.

El 22 de junio pasaron a Kecskemét. Tenía una magnífica iglesia, que años más tarde se convertiría en parroquia, atribuida a los escolapios. Tenía la casa un magnífico huerto, y fincas fuera de la ciudad. En el gimnasio estudiaban 327 jóvenes, de los cuales 321 católicos, 4 protestantes y 2 judíos. La comunidad estaba formada por 15 padres. El provincial apoyaba económicamente, pues sus ingresos no llegaban a cubrir sus gastos. En la casa se encontraba también el juniorato de filosofía. Había 7 juniores que estudiaban en los dos últimos cursos de gimnasio.

El 23 de junio llegaron a Budapest. Era la residencia provincial y sede del juniorato de teología. El colegio se había construido veinte años antes, era espléndido (y lo sigue siendo). Llamaba la atención de los visitadores que cada padre tenía una habitación con dos salas: una era el dormitorio; la otra, despacho y para recibir visitas (desde hacía un año se había implantado la censura y no recibían mujeres). El gimnasio recibía 733 alumnos, de los cuales 666 eran católicos, 13 uniatas, 2 ortodoxos, 36 protestantes y 11 judíos. La comunidad estaba formada por el P. Provincial y otros 43 religiosos, cuatro de los cuales vivían en el juniorato. El rector era el P. Vicente Tomek.

El juniorato se encontraba en el 4º piso. Duraba 6 años. En el primero se dedicaban exclusivamente al estudio de la filosofía y la teología. Durante los cuatro siguientes asistían a la universidad para obtener un título académico, y recibían clases de teología en casa. El 6º año era dedicado a prácticas pastorales y pedagógicas en casa. En el momento de la visita había en Budapest 84 juniores.

Terminada la visita canónica, el P. Leodegario Picanyol, secretario de esta, redacta el siguiente informe[Notas 46]:

“ESTADO DE LA PROVINCIA DE HUNGRÍA

Breve imagen de la Provincia

Aunque ya se ha dicho mucho en la descripción de la visita a cada casa sobre las peculiares características de esta Provincia, de modo que cualquiera puede tener una imagen del estado actual de la misma, no estará de más que hagamos un resumen sintético en el que aparezcan más claramente los rasgos o singularidades de la Provincia de Hungría, y se presente el estado actual de la misma descrito de manera más lógica.

El principio general es que en esta Provincia hay un gran centralismo y una uniformidad absoluta. Todas las informaciones llegan por el rector de la casa y el director del colegio al Provincial y a su Consistorio, quienes determinan cada cosa para todas las cosas, menos las características peculiares de los gimnasios. La uniformidad es absoluta, lo que se aplica, por ejemplo, a la disposición del comedor: en todas partes se ponen las mesas de la misma manera, menos en Budapest y Szeged, a causa del mayor número de religiosos.

En lo que se refiere a lo espiritual

Estos últimos años algo se ha introducido en nuestras casas en lo que se refiere a la oración. La de la mañana no se hace en ningún lugar. Los Padres, profesores o doctores, como son llamados, celebran la Misa; algunos al terminar la Misa dan gracias durante un breve momento; otros salen inmediatamente de la capilla o la iglesia. Antes de mediodía se hace el examen de conciencia en todas partes; en cuanto a las preces, hay que señalar que se omite el motivo por el cual se recita el Ave María. En el comedor, se hace en todas partes la bendición y acción de gracias con oraciones más largas, que están impresas y se conservan en el comedor. No se dice el Ave María por los infieles ni el Sub tuum praesidium.

No hay oración de vísperas, ni se recitan las letanías después de la cena. Tan solo en los últimos años, con el P. Provincial Sebes, se han introducido las Letanías de la Virgen, con algunos versos de las Letanías de los Santos, recitación que se hace en casi todas las casas de rodillas en el comedor, lo cual es ciertamente del todo reprochable. Pero esta manera de recitar muy a menudo se suprime, y en general se hace en periodo de clases y días laborales, por lo que se omite el sábado, la víspera de cualquier fiesta escolar, el domingo, durante el periodo de exámenes, durante las vacaciones, etc. etc. A parte de esto, no se recita nada en común.

En cuanto a las iglesias, no tienen nada durante los días de la semana; en los días de fiesta tienen algunas misas fijas; raramente se dedican a confesar fieles, excepto a los nuestros que asisten los días laborales. Los domingos van a confesarse niños y otras personas. No se hacen funciones eclesiales[Notas 47] en nuestras iglesias allí donde las tenemos (pues hay casas que no tienen una iglesia propia y exclusiva). Raramente se cantan Misas solemnes, y donde hay jóvenes clérigos ellos desempeñan la función de diácono y subdiácono, aunque no hayan recibido la tonsura. En Budapest no se admite este abuso, pero en Kecskemét sí se hace, bajo la dirección del P. Tiburcio Fejes, su Prefecto, que en Roma enseñó Ceremonias. Nuestros Padres húngaros, al menos los ancianos, y también los más jóvenes, nunca ayudan en el altar.

Entre los Padres jóvenes, algunos predican los domingos, y se dedican a otras actividades espirituales.

En cuanto a la disciplina doméstica

En muchas casas existe la costumbre de que los criados lleven el desayuno a las habitaciones de los religiosos. Así que en casi todos los lugares se ve a los criados llevando lo necesario para tomar el desayuno. Este año el Provincial quiso corregirlo. Después de comer generalmente se quedan en el comedor en todas partes durante un espacio de tiempo, hablando entre sí. Después de la cena se hace lo mismo.

No se tiene ninguna lectura en la mesa, ni el Kalasantino, ni siquiera en el noviciado.

En casa, y también fuera de casa, en todas partes todos llevan el traje talar y un píleo, diferente según los gustos de cada cual. Con este píleo llegan también al comedor, aunque se lo quitan. No se usa en absoluto el manteo; tan solo algunos se ponen una capa cuando salen de casa. Cada cual tiene libertad para salir de casa durante el día, sin decir nada al Rector. Cuando salen de paseo, en general van solos, no de dos en dos.

En cuanto a la clausura

Hace dos años se introdujo la clausura en todas partes, con algunas protestas, y se observa rigurosamente en casi todas las casas, en parte por el motivo de que en todas partes se han señalado las zonas de clausura, pero principalmente porque las puertas deben estar cerradas, y cada cual ha de tener su propia llave.

Se ha establecido la clausura solamente en las partes anexas a las habitaciones de los religiosos y sus respectivos pasillos. En general en cada piso hay una sala para recibir a las mujeres, de modo que hay escaleras para llegar al lugar oportuno.

En las zonas señaladas como clausura, que son pocas, las mujeres no entran, ni en el comedor, al menos cuando los padres están en la mesa. En todas las partes hay fámulos, criados o jóvenes llamados “credenciales” que estudian gratis y hacen todos los servicios de la casa, y principalmente se ocupan de limpiar y ordenar las habitaciones, mañana y tarde, y de limpiar los zapatos de madrugada. Antes no existía la clausura, así que en casi todas las casas y casi todos los hermanos tenían, y generalmente aún tienen, dos habitaciones, una para recibir visitas, incluso mujeres, la otra con la cama. Las habitaciones en todas las casas son elegantes, con hermosas alfombras, las paredes cubiertas de cuadros y fotografías, y con abundante y magnífico mobiliario. Se podría decir verdaderamente de ellas aquello de S. José de Calasanz: “¡Brille la pobreza en las habitaciones!”

En cuanto a economía y vida común

En todas las casas el ecónomo es el Rector, que se ocupa de las cosas materiales. Los demás religiosos son solamente como huéspedes que comen y viven en casa, y reciben su salario cada mes. Reina aquí un poderosísimo individualismo, que brota del sistema económico y de la complejidad de toda nuestra vida húngara. Las casas húngaras no son autónomas, como en otras partes; en cuanto a las escuelas, dependen totalmente del Provincial, a quien hay que enviar el dinero recibido de los alumnos (en los gimnasios que dependen de nosotros), el cual luego les entrega lo necesario. Él provee también a las casas más pobres, etc. Las cuentas de las escuelas y de otros conceptos económicos deben enviarse cada mes al Provincial para su aprobación. Esto se refiere a los gimnasios y a también a las casas.

En cuanto a cada religioso, el Provincial envía cada mes a los rectores de las casas 70 o 71 pengös[Notas 48], cantidad que es el subsidio del Estado por cada profesor. Pero el Estado no paga 71 pengös, sino 150 por cada profesor, cuya recepción es firmada para el Ministerio cada mes por el Provincial. El mismo Provincial además envía cada mes 20 pengös, como subsidio de la Orden. De vez en cuando envía también a los rectores intenciones de misa para distribuirlas a cada religioso. Así que cada religioso recibe mensualmente al menos 91 pengös, de los que cada cual dispone libremente, aunque debe comprarse su propia ropa, excepto la sotana, que se da cada año a cada uno pagada con dinero de la Provincia. Hay algunos cargos a los que corresponde una cantidad de dinero mayor: los Asistentes Provinciales reciben 150 pengös al mes; el P. Cornelio Szinger, ex Provincial, recibe 231; los rectores reciben algo más por su cargo; los directores de los colegios cada mes reciben una paga no pequeña.

Poco lustre viene a la vida común del uso de este dinero, según parece. Pues los religiosos húngaros, que se consideran a sí mismos profesores, al igual que los que sirven al Estado, no quieren depender de los superiores, de modo que no quieren que se gaste el dinero sin su permiso, sin el visto bueno de cada religioso. La ignorancia religiosa en estos asuntos es absolutamente enorme.

En cuanto a las escuelas

En la Provincia húngara casi todas pertenecen al Provincial. Por ley, tiene derecho a visitar nuestras escuelas en todas partes, que, por otra parte, están obligadas a observar las leyes escolares dadas por el Gobierno. El Provincial dispone libremente de los súbditos para enviarlos a este o aquel lugar, a lo que por parte del Gobierno no se ponen dificultades. Así que el gobierno de la Provincia en este tema es más fácil que en otras Provincias, pues los profesores están totalmente bajo la jurisdicción del Provincial, a quien, en cuanto moderador de la Orden, se entrega siempre el dinero para los nuestros. Hay una buena relación con el Estado, y para mantenerla en la Provincia húngara nada se refiere a este o aquel religioso piarista, sino solo a la Orden en sí, mediante su legítimo superior, de modo que el piarista húngaro es reconocido por el Estado como miembro de la Orden de las Escuelas Pías, y está bajo la potestad del Provincial.

En Hungría nuestras escuelas tienen en todas partes el mismo método u horario, establecido por el Provincial y no por el Gobierno, en todas sus partes, menos en lo que se refiere al horario en que hay que dar cada materia. Nuestros alumnos entran en la escuela a las 7.30, e inmediatamente pasan a escuchar la Misa por obligación, pues cuenta como una hora de clase. A las 8 empiezan las clases, que duran 50 minutos, a las que siguen 10 minutos de recreo. Así se hace cada día, hasta las 13. Por la tarde no hay clase: nuestros Padres se dedican a sus ocupaciones hasta el día siguiente, exceptuados los que, principalmente los más jóvenes, se dedican a los scouts o a otras actividades con los niños cuando tienen lugar. Cada uno de los nuestros no tiene muchas horas diarias de clase; en general 18 [a la semana], cuando se trata de los jóvenes, e incluso menos. Algunos tienen 20.

De los gimnasios húngaros algunos son de la Orden; otros no nos pertenecen, sino a la ciudad en cuanto a tal, o a la llamada comunidad católica. En nuestros gimnasios los alumnos pagan cada año una cantidad determinada por el Consistorio Provincial (70 pengös generalmente; en Budapest 90, además de los 20 o 30 p. por la inscripción anual), que es recogida por el director del colegio y enviada al Provincial, tras descontar los gastos por el mantenimiento de la escuela. En los gimnasios que no son nuestros (Kekskemét, Nagykanizsa, Debrecen, Szeged) la ciudad o la comunidad católica nos paga en concepto de alimentación según el contrato (a veces no pagan), y se quedan con los pagos escolares de los alumnos. El Provincial envía dinero a estas casas cuando se lo pide el rector, lo mismo que hace con las demás, para el mantenimiento de la casa y el gimnasio.

En resumen: en asuntos económicos existe una perfecta centralización a favor del Provincial y su Consistorio.

Conclusión

En unas cuantas líneas hemos presentado el estado de la Provincia de Hungría. Hay que reconocer que, en lo religioso, los nuestros son absolutamente diversos de los Piaristas de hace 30 años; en esto están todos de acuerdo. En primer lugar, los Obispos, que a una voz confiesan que los piaristas cada año hacen progresos en las cuestiones espirituales, y esperan la deseada reforma, para mayor incremento de nuestra Orden. Los Obispos no temen nada en absoluto de la introducción de esta reforma, aunque también en este asunto se ven vanas ficciones, pues algunos de los nuestros dicen que se va a perder la estima de la gente, etc. Vistas como están las cosas en Hungría, el Provincial con su óptimo Consistorio tiene todo el poder, y de él depende el éxito de toda la reforma.

Archivo provincial

Se encuentra en la llamada mezzanina, entre la planta baja y el primer piso. Ciertamente no tiene una sala cómoda para consultar los documentos. Los documentos se encuentran en varios armarios, con una numeración sucesiva. El archivo está totalmente catalogado. Hay un gran libro con la descripción, en general y en particular, para describir cada una de las cajas, que sirve muy bien para consultar el archivo.

El archivo es bastante rico. En primer lugar, se conserva en él todo lo referente a cada casa, incluso las suprimidas, de cuya historia se tienen muchos documentos. Se conservan muchos documentos de las casas de Podolin y de Prievidza. Hay que señalar todo lo que de la casa de Podolin se ha enviado a Budapest en diversos momentos, entre otros la preciosa Historia de las Escuelas Pías (1600-1683) escrita por el P. Miguel Krauss, los Anales de la casa de Podolin y otras cosas notables escritas por el mismo escolapio polaco. Entre ellas, se conservan aquí 14 cartas del S. Fundador escritas a la casa de Podolin, en nueve de las cuales se ha recortado su firma. Nueve de estas cartas iban dirigidas al P. Franchi, que residía en la casa citada. Hay que señalar los manuscritos del P. Lucas Mösch de S. Edmundo, célebre piarista de la segunda mitad del siglo XVII. Se conservan también muchos y hermosos manuscritos del P. Cristiano Kácsor, piarista húngaro y primer historiador de su Provincia, entre los cuales destaca el libro de Varones húngaros o polacos y germanos famosos por su erudición, en el que se cuenta la vida de 52 escolapios. Se conserva otro manuscrito sobre varones famosos por su piedad, doctrina, etc., donde aparece también nuestro P. Pompilio Pirrotti, entonces recientemente fallecido, sobre el cual hay una carta del P. Jonás Hulini, Asistente General húngaro, al rector de Prievidza, de fecha 10 de enero de 1767.

Además de estos documentos más antiguos y que en cierto modo se refieren a toda la Orden, hay muchísimos otros documentos que se refieren a la provincia húngara, y muchísimas series de manuscritos con el nombre y apellido del autor, y la materia de que tratan.

En resumen, se trata de un archivo muy bien ordenado y brillantemente distribuido, del cual pueden sacar mucho provecho los historiadores de la Orden de las Escuelas Pías en general y de la provincia de Hungría en particular. Hay que destacar muchas cartas provenientes del archivo de Podolin de antiguos PP. Generales enviadas a las casas de la Provincia de Polonia o de Hungría. De algunas de estas cartas no se tiene noticia en Roma, por lo que tienen gran importancia por ello.

Economía de la Provincia

Se ha dicho más arriba que el eje económico de toda la Provincia húngara es el P. Provincial. A él llega el dinero y las cuentas mensuales de las casas para recibirlo y aprobarlas respectivamente; él envía el dinero a las casas para mantener los gimnasios y todo lo necesario. No existe la autonomía económica de las casas, como se encuentra generalmente en las provincias italianas y españolas, y también, al menos en parte, en las demás provincias. En cuestiones económicas todo depende del provincial, sin el cual los rectores no hacen nada en cuestiones económicas. Este sistema tal vez ofrece algunas ventajas, pero tiene más inconvenientes, y ciertamente favorece el individualismo.

La base económica de la Provincia se encuentra en la denominada Custodiato Albense concedido por el Rey Francisco I a las Escuelas Pías en el año 1807. Este custodiato, dirigida por el Provincial, y encomendado los Padres de la casa de Mernye, era muy rico en tiempos pasados, principalmente por el dinero producto de la venta de las cosechas, pero después de la guerra han disminuido mucho las entradas. No obstante, en el presente la buena y provechosa administración agraria de nuestros Padres, más de una vez alabada por el Estado, produce cerca de 150.000 pengös. Hay que añadir los alrededor de 50.000 pengös que llegan al Provincial cada año de la casa de Budapest, que ayuda a toda la Provincia. La casa de Budapest, que no tiene otros ingresos sino las pensiones de los alumnos (90 pengös cada uno, más 28 por la inscripción, y son más de 800 alumnos, de los cuales algunos no pagan nada) y el alquiler de la parte inferior (tiendas), económicamente no se mantiene. El Provincial para alimentar a los religiosos y mantenimiento de la casa cada mes paga 10.000 pengös.

Así que se pueden calcular unos 200.000 pengös anuales de ingresos. De estos se pagan casi 120.000 a Budapest (no siempre se dan 10.000), y luego se envía cada mes a cada casa 20 pengös por cada Padre, más otras cantidades para Asistentes y Rectores (150 p. a los Asistentes en total; a los rectores 100 o algo más). Los religiosos son unos 200, por lo tanto 4.000 pengös al mes, y unos 50.000 al año.

De estos cálculos se puede deducir el estado financiero o económico de la Provincia. No hay que omitir que, en caso de necesidades de las casas, siempre ayuda el Provincial, como también en casos particulares de los individuos, y también para el noviciado y el juniorato. También ofrece, como hemos visto, ayuda a la Provincia de Rumania.

Esto es lo que podemos decir sobre el estado económico de la Provincia de Polonia.

En Budapest, el 28 de junio de 1934. Tomás Garrido de S. Pompilio, Asistente Visitador General. Leodegario Picanyol del S.C.J., secretario”.

Una cosa que el P. Garrido no destaca, pero que nos parece significativa, es la variada composición religiosa de los alumnos, que sin duda no se daba en España ni en Italia.

El P. Del Buono tiene oportunidad de ir a conocer Hungría en 1938, con motivo del Congreso Eucarístico, pero excusa su presencia. Escribe en su Diario el 9 de mayo de ese año:

“Hungría. A la carta recibida del P. Provincial, en la que con expresiones verdaderamente corteses renueva la invitación al P. General a ir a Hungría para el 34º Congreso Eucarístico, hoy se responde que no es posible para el P. General aceptar la graciosísima invitación. El P. General lamenta mucho responder de manera negativa, tanto más que le gustaría mostrar a los hermanos húngaros su gran agradecimiento por tantos signos de cortesía y de apoyo recibidos en las dificultades económicas en la que se encuentra por la deuda contraída con las provincias de Liguria y de Nápoles para pagar a la Empresa Provera y Carrassi por las obras realizadas en el Juniorato Interprovincial de Monte Mario".

El P. Walter sigue de cerca la evolución de la provincia. La visita a menudo, preside los capítulos provinciales, aconseja las medidas a tomar. En 1940, para suceder como provincial al P. Sebes es elegido el P. Julio Zimanyi, que no apoya la reforma en la práctica. Con el final de la II Guerra Mundial, las cosas se enrarecen en Hungría. En 1946 debía celebrarse el capítulo provincial, pero el P. Walter cree que no conviene hacerlo. El 5 de julio de 1946 escribe desde Budapest una carta al P. General[Notas 49]:

“Por su querida carta con fecha 9 de junio de 1946, veo que por desgracia mis proposiciones para nombrar al provincial y los 4 asistentes no las ha recibido Usted. Yo la entregué al Secretario del Cardenal al principio del mes de mayo. Era una carta clara, con datos particulares sobre la situación nuestra en la Provincia, en todos los sentidos. Quizás le haya llegado mientras tanto. En todo caso, teniendo una buena ocasión que no me da mucho tiempo, brevemente le resumo el contenido de la carta, que antes le dije de palabra.

Repito que muchos religiosos ven difícil la convocatoria de un capítulo. Ahora parece más difícil de lo que parecía hace un mes. Los mejores ven que ahora, más que antes, sin el P. Tomek no se puede andar adelante. Es más, son unánimes en creer que, esperando lo que hay que esperar, él sería el único y que puede ser Provincial ahora. Lo ven también otros, y si no lo confiesan es por causa del miedo: qué dirán los obstinados. De modo que hoy es más fácil proponer la siguiente Curia:

Provincial: P. Vicente Tomek de S. Antonio de Padua. Serían Asistentes: P. Alejandro Sík de S. Estanislao; P. Juan Karl de S. José de Calasanz; P. José Kerkai de la Virgen de los Dolores y P. Esteban Albert de la B.V.M.

En la misma carta escribí sugerencias útiles y necesarias con respecto a la observancia religiosa en nuestra provincia. Habría que imponer a la nueva Curia, nombrada ad nutum, que sea solicita en restablecerla como existía antes de la guerra, volviendo a poner en cada casa, antes que nada, la clausura. (Sigue en latín; antes, en italiano)

I. En todas las casas de la Provincia se restaure cuanto antes la disciplina en la forma en que debía existir según las normas de los decretos.

II. En cuanto a otras prescripciones de las Constituciones, se tengan a la vista las siguientes:

a. Los juniores que estudian en el Calasanctinum vivan según las Constituciones, que ya les obligan ahora, después de terminar los estudios.

b. Sería muy útil el que, junto con los jóvenes, también los Padres mayores, especialmente los superiores, aceptaran espontáneamente todo lo mandado por las Constituciones.

Intentaré enviar a las otras provincias el decreto con respecto a la suspensión de los capítulos. Creo que el intento saldrá bien. Le beso afectuosamente la mano que nos ha hecho tanto bien al enviar el decreto de la suspensión de los capítulos. Es un acontecimiento histórico en nuestra provincia, posiblemente la orden más útil que un General haya dado”.

El mismo P. Tomek había escrito una durísima carta al P. Del Buono unos meses antes[Notas 50]:

“Reverendísimo y querido Padre General.

La necesidad me empuja a que, después de un silencio de varios años, informe con filial confianza a V. Paternidad Rvdma. de la tristísima crisis en que se encuentra en este momento la provincia de Hungría. Ruego humildemente que me oiga con paterna paciencia y sabiduría.

En el Capítulo Provincial de 1943 ocurrió algo inaudito en los anales de la provincia, y que en otras congregaciones no quedaría sin castigo. Un hermano de firme voluntad, pero de vida escandalosa, el P. János Jeney, logró organizar de tal modo a la generación más joven, de carácter antirreformista e hipernacionalista, que en el Capítulo fueron elegidos Asistentes de la misma línea antirreformista e hipernacionalista[Notas 51]. Se trata de esa parte de la Provincia que en el año 1940 quitó al P. Sebes y eligió Provincial al P. Zimányi, que era considerado reformista sólo en teoría, no en la práctica. Las elecciones del Capítulo de 1943 no solo fueron inválidas, sino claramente ilícitas. Y para manifestar más claramente el escándalo citado, el citado P. Jeney, nada más terminar el Capítulo cometió apostasía huyendo de la casa de Vác de las Escuelas Pías, y entre otras circunstancias verdaderamente escandalosas, contrajo un llamado matrimonio civil. En todo este asunto es muy lamentable que toda esta conspiración fuera conocida, como suele ocurrir en tales tiempos de revolución, a ciencia y a conciencia de los que ahora están en el gobierno de la provincia. La consecuencia fue que el Provincial, que nunca fue un hombre de fuerte persuasión y mano, quedó plenamente bajo el influjo de sus Asistentes, y que su gobierno durante la primera parte del trienio fue antirreformista e hipernacionalista, a causa de lo cual el P. Provincial perdió por completo el apoyo de los mayores de la Provincia, que lo vieron. Cuando en este último año ha despedido a dos de sus Asistentes (uno llevaba ocho meses en la cárcel por su orientación fascista, y del otro se sabía que ocultaba esa condición), empezó a hacer algunas cosas en el último año que tienen apariencia de querer restablecer la disciplina e intentan sacarnos de la gran crisis. Pero entonces perdió a sus seguidores, los antirreformistas. Ahora nadie le quiere, y ahora se ha levantado tal agitación contra él como la que él levantó contra el P. Sebe en 1940. Y a ciencia y conciencia suya, en el año 1943 contra sus antiguos Asistentes, y contra la restauración de la disciplina. Y se prepara el Capítulo de 1946.

En el mes de junio o julio tendrá lugar el Capítulo Provincial. Si V. Paternidad permite la celebración de este Capítulo, serán elegidos peores superiores que en el Capítulo precedente. Por lo ocurrido en los dos últimos Capítulos consta que en el Capítulo se postularán como Provincial y Asistentes aquellos que la fracción de los religiosos jóvenes quiera presentar bajo la bandera antirreformista e hipernacionalista. Esta fracción ya no quiere al P. Zimányi, sino que prefiere a otros que no son mínimamente aptos para resolver nuestra crisis. Uno de los candidatos en un hombre muy popular, de cuyo adulterio se escribió en los periódicos tiempo atrás; otro es muy bien conocido en toda la provincia por antirreformista; el tercero no tiene ninguna cualidad para el gobierno. Pero de proponer a alguien como el P. György Balanyi, no se puede ni hablar.

En estas circunstancias, en mi opinión solo existe un remedio: que, a causa de las calamidades de los tiempos, esta vez no debe concederse la celebración de un Capítulo, sino que el Provincial y los Asistentes, con permiso de la Santa Sede, sean nombrados por el P. General y sus Asistentes, a partir de la propuesta que le haga el Asistente General P. János Walter. Sería aún mejor solución que nombrara Provincial al P. György Balanyi directamente, para que él con el P. Walter hicieran las propuestas de los demás superiores. Esta solución sería la mejor y más plausible en estos tiempos difíciles, pues hace seis años el P. Balanyi era candidato al provincialato.

Quiero informar también a Vuestra Paternidad para tranquilidad suya sobre la esencia de la peligrosa crisis de nuestra provincia. Nuestra crisis es común en algunas cosas con la de las demás congregaciones de Hungría. Por ejemplo, en cuanto a asuntos materiales, escuelas, etc. No quiero escribir sobre lo que es común, sino tan solo de lo que es especial en nuestra crisis. ¿Qué tiene de especial nuestra crisis?

1.La mayor parte de los religiosos de la provincia están en contra de la restauración de la disciplina mandada por la Santa Sede. La mayor parte de los superiores piensa de este modo. Por ello en los últimos años ya no regía la praxis laudable según la cual antes se elegían superiores que no iban en contra de la restauración de la disciplina.
2.La mayor parte de los hermanos, en la cabeza y en los miembros, tienen una mentalidad política de derechas, vulgo fascista, que actualmente es tenida como reaccionaria. Lo cual ocurre no solo en el foro interno, sobre lo que no se puede juzgar, sino también hacia fuera, de manera exagerada, a causa de lo cual surgen ahora muchas dificultades.
3.El crecimiento por debajo de la provincia desde hace algunos años se ha reducido funestamente. P. e., cuando en el año 1942 las Escuelas Pías celebraron el III Centenario, solamente cuatro jóvenes recibieron el hábito, cuando harían falta tres o cuatro veces más, y ahora solo hay 2 novicios.
4.Por el contrario, el número de apostasías ha crecido dramáticamente (p.e., en los años 1940-43, ¡10!). Sin hablar de las secularizaciones y de los religiosos que en los últimos años han sido expulsados (¡la apostasía del P. Fejes!) y de los que quieren irse.
5. En lo que se refiere a juniores estudiantes, entre los cuales sin motivos suficientes y para gran daño suyo cesó la vida común durante medio año, y se abandonó miserablemente su formación religiosa y teológica. Como en un mundo nuevo es necesario un espíritu nuevo, ha sido nombrado maestro suyo, sin la aprobación del P. General, y sin ninguna necesidad, un religioso que hace algunos años, por orden del P. General, debió abandonar inmediatamente el juniorato de Florencia. Y los dos años solamente que dedicaban al estudio de la teología, sin hacer estudios profanos, han quedado reducidos a uno solo, cuando los años de teología más bien debían aumentar. El número de estudiantes es también mínimo.
6.Durante el tiempo de la ocupación rusa, de 300 religiosos solo unos 80 se quedaron en sus propias casas, y los demás huyeron. Incluso ahora hay unos cuantos (¡14!) en Alemania y muchos con su familia. Había casas de las Escuelas Pías en las que no quedó nadie, ni siquiera el superior, y huyeron fuera del convento, con grave daño para la provincia.
7.La mayor parte de los clérigos y sacerdotes que vivían fuera del convento, tras quitarse el hábito religioso, vestían ropas seglares, y vivían sin disciplina. Verdaderamente “no había entonces en Israel un rey, y cada cual hacía lo que quería”[Notas 52]. También entre los que viven en el convento la disciplina está totalmente relajada y aún no se ha restablecido del todo. No se respeta la clausura en ningún lugar, vivimos en la mayor miseria, pero mínimamente la pobreza religiosa; se toleran los mayores abusos en cuanto al hábito y residir fuera del claustro, etc.
8.En cuanto a lo realizado por el gobierno durante el último trienio, son también acontecimientos tristísimos para la provincia. Véanse algunos ejemplos. Como eran los Asistentes, así eran también los superiores locales. De 14 superiores locales, el año pasado hubo que cambiar a 9, pues a causa de la tensión o bien huyeron, o bien se hicieron inoperantes. Los nuevos superiores son absolutamente inválidos e ilícitos, pues no tienen la confirmación del General ni permiso de la Santa Sede. De lo enumerado en los puntos 5, 6, y 7, y en parte en el 2, la principal causa es el actual gobierno inepto. Desde el año 1940 se han abandonado por completo las visitas canónicas, y en lugar suyo se han introducido las visitas privadas del P. Provincial y sus Asistentes.
9.Los mejores de los nuestros, cuyas voces en tiempos de angustia no debieran acallarse, sino hacerse oír, por el bien de la paz se callan y esperan ya desde hace años el auxilio de Roma, en vano. Nuestros superiores no quieren ver nuestra crisis, pues no pueden resolverla. El querido y humilde Asistente General, que reside entre nosotros, ve muy bien las heridas de la provincia, pero no se atreve a hablar de ellas con el P. General, probablemente porque no espera recibir ayuda de Roma. Y los superiores de Roma no saben nada de esta crisis, porque ya hace años que no reciben ninguna información sincera de la provincia. De modo que somos como el paralítico de la piscina del evangelio[Notas 53]: no tenemos a nadie que nos meta en la piscina salvadora. Y estas circunstancias son el signo más claro de la crisis de las Escuelas Pías húngaras.

Pido humildemente a Vuestra Reverendísima Paternidad que sea para la provincia de Hungría el hombre que nos saque de esta crisis y nos meta en la piscina de la vida regular. ¡Pues ya arde el vecino palacio de Ucalegonte![Notas 54]

Encomendando confiadamente todo lo escrito a la sabia discreción y benevolencia conocida del Reverendísimo Padre, y enviando mis saludos filiales también a los PP. Asistentes, quedo, besando la mana paterna, en Budapest, el 6 de febrero de 1946, hijo adicto, Vicente Tomek, sacerdote de las Escuelas Pías”.

En el Registro de Actas de la Congregación General, sesión 193, del 5 de agosto de 1946, leemos[Notas 55]: “En vigor de las facultades concedidas por la S. Sede Apostólica por el rescripto de la S. Congregación de Religiosos nº 1858 de fecha 31 de mayo de este año, para que el P. General pueda proceder, solo por esta vez, a la suspensión de los capítulos provinciales y locales en nuestra provincia formada de Hungría y en las demás provincias no formadas de Europa Central, el P. General, con su autoridad y con el consenso y voto de los PP. Asistentes, en esta sesión elige y nombra Delegado Provincial con una duración a beneplácito al M.R.P. Vicente Tomek de S. Antonio de Padua, y como Asistentes suyos, por un plazo a beneplácito, al R.P. Alejandro Sik de S. Estanislao, al R. P. Juan Karl de S. José de Calasanz, al R. P. José Kerkai de la V. de los Dolores y al P. Esteban Albert de la B.V.M.”

Vemos que el P. Del Buono sigue fielmente los consejos del P. Walter. Estos nombramientos aparecen en el boletín oficial Ephemerides Calasanctianae de 1946, 3-4 (mayo-agosto), pág. 47. Pero aquí al P. Tomek se le llama Prepósito Provincial, no Delegado. Una vez nombrado Provincial, el P. Tomek es más optimista en cuanto a la situación de la Provincia. El 25 de enero de 1947 escribe al P. Del Buono, dándole noticias[Notas 56]:

“Omitiendo todo lo que aparece en los informes anuales en cuanto a ordenaciones, ejercicios espirituales, exámenes de teología de los nuevos sacerdotes, etc. (que se han hecho según la manera acostumbrada), y también callando las cosas que el Rvdmo. Padre ya conoce bien por otras fuentes, concretamente por las relaciones de mis predecesores, por la conversación con el Cardenal Príncipe Primado de Hungría, por los informes del Asistente General y Visitador de las provincias de Europa Central, etc., esta vez quería informar a V. Paternidad Rvdma. de algunas cosas que siguen.

1.Temas escolares. Después de la guerra se ha introducido en Hungría un nuevo programa de estudios, por el que se ha creado un nuevo tipo de escuela, la llamada escuela general, que consta de cuatro cursos de primaria y las cuatro antiguas clases inferiores de la escuela media. Consta, pues, de ocho cursos, que son obligatorios para todos los niños de la República, a los que siguen los 4 cursos del gimnasio. El desarrollo de la escuela general y la disminución de las clases del gimnasio se hace poco a poco: en este momento hay 6 cursos de la escuela general y 6 de gimnasio; el año escolar próximo habrá 7 clases en la escuela general, y 5 en el gimnasio; en 1948-49 el gimnasio tendrá definitivamente 4 clases, y la escuela general, 8. Nosotros, al igual que las demás órdenes docentes, no teníamos las 4 clases primarias o clases inferiores de la escuela general, pero al principio de curso hemos organizado también esas clases. Este acontecimiento es de gran importancia, pues al introducir este programa de estudios nos hacemos semejantes a las demás provincias de nuestra Orden, donde, según la voluntad del S. Fundador y de las Constituciones, tienen escuelas primarias. Este acontecimiento inesperado ha aumentado y hará aumentar el número de nuestros alumnos, y además el influjo de las Escuelas Pías en Hungría. Como maestros para las 4 clases de primaria tuvimos que contratar maestros seglares, pues nuestros hermanos no tienen aún un diploma para enseñar en las clases de primaria. Pero los directores y catequistas en estas clases son también religiosos nuestros. Quiera Dios que esta escuela nueva sirva también para mayor incremento de la piedad.
2.Formación teológica. Desde el mes de septiembre de 1946 se ha introducido una nueva ratio studiorum en el Kalasantinum, o Instituto de Teología de nuestros juniores, en la cual, según lo ordenado por la Santa Sede, se separan estudios profanos y estudios sacros, y se introducen nuevas disciplinas, que son necesarias a causa de los errores de los tiempos, como psicología, sociología y pedagogía cristiana.
3.Restauración de la disciplina, que a causa de las calamidades de los tiempos había caído en muchos puntos, y ahora la hemos restaurado. Con respecto a esto, puedo informar a Vuestra Pat. Rvdma. de lo siguiente:
a.La pobreza religiosa se ha introducido plenamente en el Kalasantinum de acuerdo con las Constituciones,
b.La clausura papal se ha introducido hasta ahora en Budapest. Esta restauración se ha hecho poco a poco. Primero en el primer piso, luego en el segundo, etc., de modo que a finales de 1946 estaba ya vigente en toda la casa. Seguirán ahora poco a poco las demás casas de la Provincia, que ya están preparadas psicológicamente y en parte también técnicamente.
c.Se han vuelto a hacer las visitas, y hasta ahora se ha hecho la visita canónica, tal como lo ordena canónicamente Calasanz, a Kecskemét, y visitas paternas a tres casas, concretamente las de Tata, Vác y Debrecen. Seguirán las demás casas.

A este informe añado el catálogo de la provincia, editado de manera amplia en latín, y de manera más breve en lengua vernácula. Envío mis saludos etc.”

En 1947, con todo, debe celebrarse un Capítulo provincial no electivo (de Superior Provincial) en el que se elijan los vocales para asistir al Capítulo General en Roma y se presenten, si las hay, algunas proposiciones de Hungría al mismo. El P. Tomek hace una Declaración en el mismo, que quiere se lea en todas las comunidades, intentando tranquilizar las tensiones que vuelven a aparecer en la provincia entre los favorables a la reforma y los contrarios a ella, y la envía al P. General, junto con una carta, firmada por él y sus Asistentes, en la que de nuevo pide que no se celebre un capítulo electivo en Hungría antes del Capítulo General. Copiamos la carta y la declaración[Notas 57]:

“Del Prepósito Provincial de la Orden de las Escuelas Pías en Hungría.

¡Reverendísimo y queridísimo Padre General!

En sesión de hoy, la Congregación Provincial examinó la cuestión del Capítulo Provincial Extraordinario celebrado el 20 de abril pasado. No solo la cantidad de asuntos nos impidió examinar este tema, sino que además hemos decidido establecer un espacio de tiempo para poder hacernos un juicio más objetivo sobre este Capítulo. Por lo que a las actas del Capítulo añadimos nuestro juicio.

Cuando en el mes de agosto de 1946, en lo más grave de la crisis de la provincia, asumimos el gobierno, volvió la paz y serenidad de espíritu a muchos hermanos, incluso a los que están en contra de la restauración de la disciplina, tanto más cuanto que los restantes superiores locales y creados son de un parecer distinto al del Padre Provincial actual y su Congregación con respecto a la restauración de la disciplina religiosa y otros asuntos.

Poco antes de la intimación del Capítulo extraordinario de repente empezó de nuevo a turbarse la tranquilidad de los espíritus: probablemente algunos padres jóvenes, de manera desconocida para nosotros, se enteraron, antes de que llegaran las Ephemerides Cal., del Capítulo que se va a celebrar próximamente.

Convocado el Capítulo extraordinario, en los meses de marzo y abril la paz de la Provincia se vio alterada totalmente por obra de algunos padres jóvenes que ya en el año 1943 quisieron organizar el Capítulo Provincial de manera sumamente desafortunada, guiados por cierto padre que luego se hizo apóstata, en un espíritu contrario a renovar la disciplina de las Constituciones y entregándose a un nacionalismo exagerado, que reinaba en aquel tiempo en nuestra región. Estos padres enviaron cartas y directivas a todas las partes (de las cuales tenemos ejemplares en nuestras manos) y con falsos anuncios y medios adecuados, de pronto inclinaran a casi toda la Provincia contra el “nuevo gobierno”, y sus acciones lograron ganar a muchos Padres con el “terror” explícito (es la expresión usada por ellos mismos en alguna carta que hemos recibido). Estos hechos bien muestran que hay una conspiración y una propia procuración de votos, severamente prohibida en el derecho. Pero en aquel tiempo tratar de impedir con mano fuerte esta acción hubiera sido una medicina peor que la enfermedad. Sin duda en esta acción ejercieron gran influencia varias noticias que en aquel tiempo llegaron de Roma por cierto padre húngaro. Esta acción conquistó incluso algunos rectores, entre los cuales -como ya se ha dicho- se encuentran algunos que por el bien de la paz no son favorables a la restauración de la disciplina en sentido eclesiástico y romano. Lo que más nos duele es que entre los Padres favorables a esta maniobra de los jóvenes se encuentra también un padre anciano cuya alabanza resonaba en toda la provincia entre aquellos favorables a la restauración de la disciplina, aunque desde hace años ha sido la burla en manos de los Padres jóvenes (no queriendo ya ser Provincial desde hace algunos años), y que les ayudó en el mismo capítulo, e incluso aumentó su audacia, ya que ahora, tal vez a invitación suya, se trabaja en contra de la restauración. Se trata, ¡qué pena! del ex Provincial Julio Zimányi.

El pretexto para todo esto era la queja por no haberse celebrado el Capítulo Provincial de 1946. Pero los verdaderos fines son: remover ahora el Asistente General Juan Walter, y en el próximo Capítulo Provincial, la elección de un Superior Provincial que impida la restauración de la disciplina y las normas de las Constituciones. Se trata de objetivos, ¡ay! muy populares en gran parte de la Provincia.

De modo que lo arreglaron todo para que ya antes del Capítulo extraordinario se preparase ya entre los conspirados una lista precisa con los nombres de todos los que había que elegir; para Asistente General se debía proponer al P. Zimányi (que, en su opinión, goza de excelente fama en Roma), y había prometido su renuncia. Tenemos también en nuestras manos este escrito secreto con las directivas. De lo cual se puede entender el previsible resultado de las votaciones, que se producirá sin vacilar ni titubear, previsto ya antes de que se vote por los que organizaron todo el asunto, y para quienes la restauración de la disciplina de acuerdo con las Constituciones es y era totalmente ajena. Lo cual hay que decir en primer lugar del primer vocal a enviar a Roma (P. Imre Szita) y de los candidatos a Asistente General (PP. I. Szita y Segismundo Sörlei).

Nosotros los infrascritos, conscientes de nuestra responsabilidad, consideramos que es obligación nuestra informar a Vuestra Paternidad de todo lo anterior, para que se forme su propia opinión sobre la legitimidad de este Capítulo extraordinario y sobre la validez de las candidaciones presentadas y de las proposiciones del Capítulo Provincial electivo, y cuántas aserciones falsas se hacen en él.

En lo que se refiere a tener en Hungría próximamente un capítulo electivo, para presentarla al Capítulo General y al Prepósito General, presentamos humildemente nuestra petición:

No se conceda el Capítulo electivo en Hungría antes de que el P. General futuro sepa algo cierto del verdadero estado de la Provincia, y antes de que la Santa Sede dé un decreto definitivo sobre la restauración de la disciplina religiosa, en el sentido de la declaración adjunta del P. Provincial.

Un Capítulo convocado sin estas cautelas, en nuestra opinión significaría la ruina de la Provincia.

Nos atrevemos a sostener esta petición porque la conmoción de ánimos surgida en el Capítulo ya se ha calmado, felizmente. La calma fue producida también por la declaración adjunta del P. Provincial y ahora ya conocida en la mayor parte de la Provincia. En el tiempo del Capítulo extraordinario el P. Provincial había visitado ya 5 colegios bastante grandes, y encontró en todas partes la calma y serenidad de espíritu que existía antes. En ninguna parte oyó voces de conflicto o recriminación. Todos los sujetos trabajan esforzadamente con el nuevo gobierno. Los hermanos ahora, como suele ocurrir con los pecadores, se han vuelto más mansos. Después de la casa de Budapest (donde la clausura se practica desde finales de 1946), en otras tres casas se impondrá la clausura papal dentro de muy poco tiempo; en las demás probablemente a comienzos del próximo curso escolar. Todo ello habría sido muy difícil sin la acción citada, por lo cual ya muchos se arrepienten y les duele. No hay duda de que todo esto se interrumpiría si se convocara un nuevo Capítulo Provincial electivo, y comenzaría una agitación aún peor si vencieran los elementos inquietos, y que bajo la presión del terror incluso los mejores se convertirían a una vida más disoluta.

28 de mayo de 1947. Prepósito Provincial. Asistentes Provinciales (la copia mecanografiada está sin firmar)”

“Alocución del P. Provincial al Capítulo Extraordinario de 1947 en Budapest

La provincia de Hungría sin duda no está tranquila. Para su inquietud hay causas externas e internas. Las causas externas tenemos que sufrirlas todos y no podemos poner ningún remedio. Además, están las causas internas. Eliminarlas es una obligación elemental, no solo de todos los superiores conscientes de su responsabilidad, sino de todos los hermanos de la Orden. Sin querer ser exhaustivo, me limito a presentar las causas internas más importantes.

La primera es la cuestión de la reforma. Desde hace más de 10 años surge una agitación a veces borrascosa que viene fomentada por la cuestión de la reforma, y todavía no ha llegado a su punto de tranquilidad. Todos sienten que no se vive sin miedo, porque en cualquier momento puede venir una carga nueva. El intento de querer extender la reforma a todos los hermanos, la reforma llamada “sensim sine sensu”[Notas 58] es el origen de continuos disturbios. El actual gobierno de la provincia, tanto si es su duración larga como si es breve, siente la responsabilidad y quiere afrontar la cuestión, y nutre una buena esperanza de que pueda ser resuelta sin producir la división en la provincia. La idea, que comparten los 4 Asistentes, es la siguiente:

1.Para los Padres ya salidos del juniorato, no haya más obligación de la que existía en el tiempo de la Primera Guerra Mundial.
2.En el noviciado y en el juniorato se aplicarán las Constituciones, y este camino será obligatorio también para los que salgan de ahora en adelante del juniorato.
3.A los Padres que por voluntad propia acepten las Constituciones, les será posible seguirlas.

No es ahora el momento adecuado para hablar de los detalles. Con respecto a este tema surgirán el siguiente tipo de consideraciones:

1.“Apruebo la idea, aunque yo no me siento con fuerzas para someterme a ella. Aprecio a los que se sienten capaces”. Nada obsta para que en la Congregación Provincial y entre los rectores haya este tipo de Padres.
2.Los habrá también que piensen de este modo: “Yo me uno a los jóvenes, porque mi alma tiene necesidad de más, y quiero ser más útil a la Provincia. No pierdo el aprecio por los que piensan de una manera diferente, y no me vanaglorio de hacer más. Con mi decisión no busco ventajas, no pretendo siquiera convertirme en superior. Quiero simplemente estar más cercano al Santo Fundador y a la Iglesia. Estoy convencido de que las partes I y II de las Constituciones con su contenido disciplinar son más importantes que la parte III, que contiene solamente prescripciones jurídicas”. Por ahora habrá pocos de estos Padres, pero no faltarán. Luego habrá aquellos que no admitirán la reforma entera, pero aceptarán solo una parte. A algunos les agradará la oración; otros celebrarán más veces por la comunidad. No es imposible que a estos les esté reservada la tarea importante de conservar la Provincia y alejar el peligro de que se introduzca de golpe toda la reforma sobre todos. Quizás les corresponderá a estos la eliminación de la intranquilidad, no con batallas continuas, sino con el trabajo tranquilo y con el recogimiento en la oración.
3.Y luego habrá aquellos que encuentren esta idea peligrosa e irreal. Confiamos en que estos serán desmentidos, e incluso convencidos por los mismos acontecimientos futuros.

Considero absolutamente necesario que los Padres del primer y segundo grupo se dan la mano para que sus consideraciones se realicen. Para que vuelva el sable a su funda antes de que sea tarde. Quien es capaz de leer en el libro de la historia, ve sin ninguna duda que la presente situación de nuestra vida no es sostenible. Todavía no se ha restablecido la disciplina de antes de la guerra, la cual ni siquiera era la forma definitiva de la vida religiosa- El tiempo pasa rápidamente, y otras órdenes han dado pasos mejores para restablecer la disciplina de antes de la guerra, e incluso han publicado ya nuevas prescripciones. Pienso en la clausura y en la lectura en la mesa, lo cual en cualquier Orden se observa mejor que entre nosotros. Pienso en los Cistercienses, que en Navidad han introducido la oración de la mañana y la meditación. Como he dicho antes, nosotros somos incapaces de seguirlos en la totalidad, pero no hay duda de que al menos una parte, un grupito, puede ir adelante. Estamos convencidos de que, si los hermanos comparten nuestra manera de pensar y si nuestra consideración está bien vista por el Padre General y la Santa Sede, se llevará a cabo la cosa más importante en nuestra Provincia. Esto es lo que he querido decir al hablar de la reforma, y nada más. Solo quiero que todos conozcan mi manera de pensar, qué es lo que intentamos, y que, por tanto, no escuchen los rumores esparcidos evidentemente con la finalidad de enturbiar el agua.

II. Es cierto que se eliminarían algunas causas de la intranquilidad si pudiéramos tener contacto inmediato con los que con suma autoridad deciden sobre nuestros asuntos. Pienso en la Santa Sede y en el Padre General. Por desgracia, esto por ahora es imposible a causa de las vicisitudes de los tiempos. Más de una vez nos ha respondido el P. General a nuestra petición que esto o aquello lo podremos tratar mejor personalmente, de palabra. Esperamos que ahora, con ocasión del Capítulo General, el Provincial y los vocales podrán ir a Roma, y que alguna cuestión, al menos la más importante, podrá resolverse, o por lo menos tendremos respuestas inesperadas a peticiones que ahora turban a los hermanos. Quizás tendremos una respuesta inesperada a la pregunta de por qué no se reunió el Capítulo Provincial ordinario. Recibiremos la respuesta que eliminará malentendidos.

Para dar un paso adelante, llegan noticias de que apenas sea posible, en la forma de visita destinada a las diócesis y a las órdenes religiosas, Roma intenta acercarse a Hungría. Para las autoridades eclesiásticas no es extraña la idea de un visitador destinado a todas las órdenes religiosas, igual que hace 20 años fue enviado el P. Hansen. Un tal visitador sería la cosa más útil para ajustar los asuntos eclesiásticos, porque un visitador que viene de fuera podría ser más decisivo, sería más objetivo, vería mejor las llagas, podría encontrar el remedio más adecuado. Hay cosas que nosotros somos incapaces de resolver por nosotros mismos. Tenemos necesidad de un juez de fuera enviado por la más alta autoridad eclesiástica, que no actúe según ideas preconcebidas. Con un pensamiento formado y claro, y que traiga la calma.

La tercera cosa de la que debo hablar es el Capítulo próximo. Muchos piensan que un Capítulo electivo resolvería todas nuestras cuestiones indecisas y problemas inquietantes. Resolvería una parte, sí; pero en la presente atmósfera de tensión haría surgir otras y quizás más graves todavía. No quiero ocuparme de esto. Quisiera tratar solamente una cuestión personal, y me refiero a la cuestión de las proposiciones enviadas a la Congregación Provincial para transmitirlas al Capítulo General.

a.Los que gobiernan ahora la Provincia no han dado ningún paso para llegar allí donde les ha colocado la voluntad del Superior. Han aceptado la carga porque han visto que deben dar ayuda a la Provincia, que se encuentra en una grave crisis. Están convencidos de que si la voluntad romana (en lugar de gobernar ahora con superiores no presentados por el Capítulo y nombrados por el Padre General) quiere que la provincia sea gobernada por superiores nombrados por el Padre General, el Padre General y la Santa Sede tienen no solo el derecho, sino también un motivo suficiente, aunque no sea conocido porque no se ha manifestado. Mientras el Superior nos mantenga en el cargo, permaneceremos, y si él pone a otros en nuestro lugar, obedeceremos sin reserva y obedeceremos a los nuevos superiores. Ninguno de nosotros está apegado al poder; más aún, permanecer en él es un gran sacrificio para todos nosotros. Pero mientras debamos permanecer, queremos corresponder a la confianza, y queremos alejar todo lo que amenace envenenar el alma de nuestra Provincia. En nuestro actuar nos guían dos principios: en lo material, queremos asegurar la vida, promoviendo la restauración de la Provincia; en lo espiritual queremos asegurar la paz de los espíritus; buscamos restablecer sin ningún alboroto la disciplina de antes de la guerra.
b.De las once casas se han enviado nueve proposiciones que piden al Capítulo General o al Padre General la reunión lo más pronto posible del Capítulo suspendido en el año 1946. No hay duda de que la proposición o mejor la intención de una proposición de una casa de que el Padre General reúna el Capítulo ordinario, incluso en este verano, no es materia de este Capítulo, que debe discutir proposiciones a presentar el Capítulo General. Por el contrario, no veo ninguna dificultad en que nos ocupemos de las proposiciones que piden al Capítulo General la reunión del Capítulo ordinario provincial. No serviría para calmar los ánimos la cuestión discutida sobre si existe la posibilidad de un Capítulo ordinario antes de 1949 o no. No voy a discutir para cuándo se debe pedir el Capítulo. Mi petición es que no nos preocupemos de cosas que somos incapaces de resolver y que nos van a complicar las cosas todavía más, sino que dejemos toda la cuestión en manos del Capítulo General. Que él decida y nosotros obedeceremos a lo que se decida. Que apoyen la cuestión personalmente los que serán nuestros vocales en Roma. Por lo tanto, yo propongo la fórmula siguiente: “De las 11 casas de la provincia de Hungría, 9 casas piden que el Capítulo Provincial ordinario suspendido en el año 1946, se celebre lo más pronto posible. El presente Capítulo remite toda la cuestión a las manos del Capítulo General y a las del Padre General, que decidirán sobre ello”. Ruego al Capítulo extraordinario que acepte mi proposición.

Tras una discusión bastante larga se determinó la siguiente fórmula aceptada (en latín): “De las 11 casas de la provincia de Hungría, 9 casas piden al Capítulo General y al Padre General que, en lugar de los Capítulos electivos no celebrados en Hungría en el año 1946, se celebre lo más pronto posible el Capítulo Provincial electivo. Añádanse las proposiciones de los respectivos Capítulos locales. El presente Capítulo provincial extraordinario remite toda la cuestión del Capítulo electivo no celebrado y de la celebración del próximo, confiando en la gracia de su decisión, al Capítulo General, y al respectivo Prepósito General que será elegido en este Capítulo”.

Se nota cómo el P. Tomek va imponiendo orden y tranquilidad en la provincia. Su acción directa dura poco, porque un año más tarde es elegido General de toda la Orden. Pero entonces deja al frente de la misma un hombre de su confianza, el P. Sándor Sík, que deberá enfrentarse a la nueva situación creada por el gobierno comunista. Pero eso pertenece ya al generalato del P. Tomek.

Ya hemos comentado más arriba cómo se va recuperando la Provincia de Polonia. El P. Borrell, que había sido el superior de la Provincia desde 1903 hasta 1925, no goza de mucho prestigio por sus modos de actuar, muy estrictos y personales. Ha pasado a un segundo lugar, ocupándose sobre todo de la formación de novicios y juniores. Pero no ha perdido sus criterios y su deseo de mejorar la provincia. El 28 de mayo de 1930 escribe (en buen italiano) desde Szczuczyn al P. Del Buono[Notas 59]:

“Escribió ayer el P. Provincial, o mejor, el Vicario Provincial, que el 1 de junio sale hacia Roma. He oído que va también el P. Estanislao Paprocki. Cosa santa. Las dos columnas de la Polonia escolapia a los pies de SS y a resolver por V.P. Rma. nuestros serios asuntos. Esperemos que todo se haga con mucha sinceridad. Pero no estoy seguro de que los enfermos hayan descubierto o descubran nuestras graves llagas tal como son. Excuse V.P. Rma. si las enumero.

Gran parte de esta Provincia está gangrenada. Seguro que hablarán del H. Antonio Pastucha, quien, profeso de votos solemnes, quiere salir para ser sacerdote, dice; pero se dice que va continuamente con mujeres, así que en el mejor de los casos querría la dispensa para el matrimonio. Antes ya han salido tres de votos solemnes, por falta de castidad. Quedan tres sacerdotes que son de hecho inseguros en esta materia: los PP. Antonio, Luis y Tomás Kolakowski. El P. Antonio Frzeciak estaba aquí en el noviciado, y el Arzobispo de Vilna dijo que lo sacásemos de la archidiócesis. Un señor de Poznan lo acusó de haber seducido a su mujer. El P. Estanislao ha ido a ver si la acusación era fundada. Dicen que encontró que no había ido tan lejos, y así se lo dijeron al Arzobispo, pero ya tenía bastante. Mucho antes llegó un telegrama, che la tía de Poznan estaba gravemente enferma, que fuera inmediatamente. No le dieron el telegrama. Luego fue a la exposición de Poznan: dijo que con la excursión de Vilna, pero fue separado y lo vieron con una señora por las calles de Poznan. No lo he visto, naturalmente; lo he oído. Pero que le gustan las mujeres, y va con ellas más de lo necesario, lo sabemos. Ahora está en Rakowice, y allí tiene muchas ocasiones para ir a Cracovia, a ver a quien quiera.

El P. Luis Napieracz era en Lida quizás demasiado ligero, sin la modestia necesaria por las calles; se hablaba de ello en la ciudad, que un sacerdote joven, un religioso, no debe hablar tanto con las señoras. Fue a Cracovia para ir a la Universidad y obtener un título para enseñar. He oído que el metropolita Sapieha ha pedido que lo saquen de su diócesis, que ha habido dificultades para ordenar de menores a nuestros juniores de teología, a pesar de que han sido ya formados en otra escuela, la del P. Jerónimo Stusinski.

El P. Tomás Kolakowski está en Lida; tiene muchas clases de catecismo en las escuelas del gobierno, pero va a menudo a casa de algunas muchachas, tiene correspondencia separada en correos, y tras perder un paquete de cartas estaba todo alborotado porque no fueran a parar a manos del P. Rector. Este le corrige, le grita, se lamenta; aquel le promete todo, pero no cumple nada.

El asunto del P. José Floryan no que creo que lo desconozca V.P. Rma.; la cosa ocurrió en el noviciado hace tres años. Desde entonces no estamos juntos. Supongo que el peor error se habrá corregido, pero no hay garantías; y no creo que vaya regularmente a la oración, etc.

El P. Maximiliano Aldrich, Asistente Provincial y Rector de esta Casa Noviciado, muchas veces, en público y en privado, nos ha dicho a nosotros y a otros de fuera que quiere irse a los Camaldulenses. La principal dificultad para hacerlo creo que es el que, siendo aquí rector, tiene aquí a su madre, y tal vez los Camaldulenses no querrían recibirla. Sin embargo, la madre podría muy bien estar, y estaba, en casa del hermano y de familiares próximos, pero él o ella prefiere estar con él.

Creo que estaría bien que, antes de tomar ninguna decisión, V.P. Rma. visitase esta Provincia personalmente y se informase sobre el terreno. Si no es posible, que el P. Garrido u otro Visitador venga para informarse bien. Si ni siquiera eso es posible, creo que estaría bien pedir al P. Valentín Caballero, que conoce a todos los Padres de España, dos padres, uno para Provincial y otro para maestro de novicios o de juniores. Yo les enseñaría durante el verano suficiente polaco para hacerse comprender, y usando el latín se haría lo necesario. Luego yo ayudaría al Maestro de novicios en todo lo que fuera necesario.

¡Pero que no venga ningún P. Fábrega! Ha sido una verdadera desgracia enviarlo aquí. Nos ha traído el espíritu americano, y ha echado a perder lo poco que había de espíritu religioso, y en lugar de llevar adelante lo que había comenzado, se ha ido: arrancó y no plantó.

Perdóneme mil veces V.P. Rma. Entiendo que no corresponde a un particular dar consejo a los Superiores, que ya están los Consultores y Asistentes, pero ¿qué hacer? Temía que le pintaran las cosas demasiado bellamente, y que las llagas queden escondidas al médico. Por supuesto que, si estos Padres saben que he escrito esto, estarán muy descontentos, así que, si V.P. Rma. no lo cree indispensable, le rogaría que no les dijera que sabe estas cosas por mí”.

El mencionado P. Paprocki tiene otro modo de pensar sobre la provincia, y así se lo escribe al P. Francisco Fábrega, que durante un año fue superior de la misma, pero no pudo aguantar más[Notas 60]:

“Supongo que el P. Ladislao ya le habrá dado algunas noticias de esta Provincia nuestra. Como V.P. amó mucho a los polacos, y en particular a los que estuvimos bajo su dirección, quiero escribirle algo acerca de nuestro presente estado. Supongo que V.P. ya sabe que el P. Fernando Kozlowski fue nombrado Provincial. V.P. sabe que este hombre no es idóneo para gobernar la Provincia. V.P. trabajaba para que la Provincia polaca recobrar su prístino esplendor, y ahora, bajo el gobierno del P. Fernando, todo va peor. Este es un hombre de ideas cortas, y no es adecuado para este cargo; es nervioso, suspicaz, y desanima a todos para trabajar por el bien de la Provincia. Si tiene que decir algo a alguien, no se lo dice a la cara, pero como es un hombre bajo que teme a todos, se lo dice a otros de manera hipócrita. En su opinión todos son malos, menos él y acaso el P. Borrell, que son buenos.

Tengo el ejemplo de cómo persigue este hombre al P. Ladislao [Berbeka], amigo mío y persona inocente, que V.P. conoce bien. Oí de un junior que el P. Ladislao no es un buen religioso (¡Quiera Dios que abunden en nuestra Provincia hombres como él!), y sin hacer ninguna investigación y sin el consenso de los Asistentes escribió a Roma y quiere que al P. Ladislao se le quite el cargo de rector. No es de extrañar que el P. Ladislao esté ahora totalmente deprimido y piense abandonar la Orden, ya que no se puede trabajar con tal hombre y sus adjuntos. Si se persigue de este modo a las personas, no tiene nada de raro que religiosos buenos y bien pensantes no puedan vivir con él.

No esperábamos que Roma nombrara a tal hombre Provincial sin hacernos ninguna consulta. Después de leer el decreto, el P. Maximiliano Aldrich dijo que no podía trabajar con el P. Fernando, abandonó la Orden y ha ingresado en los PP. Camaldulenses. Todos quedaron descontentos, y el P. Asistente General Walter preguntó qué significaba aquello. Esperábamos que íbamos a tener otro Provincial, que V.P. se quedara con nosotros, a quien siempre recuerda el P. Ladislao, al que ahora quiere matar moralmente el P. Fernando. El P. Fernando no ha recibido ninguna respuesta de Roma. Quizás en Roma piensan en cambiar de Provincial, pues el P. Walter se arrepiente de haber nombrado Provincial a un hombre tal.

Ahora veo que nuestra Provincia no puede regirla otro hombre sino aquel a quien V. P. transmitió su espíritu, y nosotros, que también recibimos de V.P. su gran amor por las Escuelas Pías, podríamos ayudarle a dirigir la Provincia. Estoy convencido de que si el P. Ladislao fuera Provincial, y el P. Luis y yo sus Asistentes, nuestra Provincia crecería, y con el tiempo brillaría su esplendor. Los PP. Borrell, Kozlowski y Tomás son hombres de ideas cortas, y no pueden hacer otra cosa sino suscitar pleitos y envidias. No tienen una visión amplia de las cosas, algo tan necesario para reconstruir y gobernar la Provincia. Con gran confianza pregunto a Vuestra Paternidad, que tanto ama a la Provincia polaca, qué debo hacer como Asistente Provincial, para que la Provincia no caiga en ruinas. Espero que V.P. me responderá pronto, diciéndome qué debo hacer”.

Puede percibirse, pues, en Polonia una fuerte división entre una línea “tradicionalista” y otra “liberal”, que, sin tener las mismas características que en Hungría, es igualmente fuerte.

Mientras tanto, el número de religiosos de la provincia va aumentando, y también sus deseos de expandirse. El P. Provincial Fernando Kozlowski escribe al P. General el 23 de noviembre de 1931[Notas 61]:

“Hace unos diez años compramos en Gdansk unos 50 acres de tierra, pues el lugar se encuentra cerca del mar, con la intención de que los religiosos de la Provincia fueran a descansar durante las vacaciones, y tal vez también los internos. Pensamos construir allí un colegio, pero estando todos ocupados en las cuatro casas, la cosa no fue adelante. La semana pasada, visitando el lugar, vi que hay un gimnasio a un km del mar Báltico, con laboratorios etc. que podemos obtener fácilmente, y tiene una casa para los religiosos e internado. en Polonia todos miran hacia esta ciudad, que en poco tiempo ha pasado de ser un pueblo de 300 habitantes a una ciudad de 50.000. Hacen falta escuelas. Si obtenemos el gimnasio citado, nos irá bien económicamente para pagar deudas. En Rakowice hay 6 padres; podrían venir aquí dos con algunos hermanos. Yo me ocuparé de que todo empiece bien. si no lo cogemos nosotros pronto, lo harán otros. Ya sé que me dijo que no pensáramos en nuevas casas, pero esta es una oportunidad especial: permítalo”.

La situación de Austria es delicada, aunque se vive con esperanza. Cuando se recibe la circular del P. General sobre la observancia, el P. Provincial Teodoro Till le responde que algunos puntos ofrecen problemas. Algunos padres mayores no quieren renunciar al peculio. Trabajan en escuelas estatales. Con los jóvenes que trabajan en nuestras escuelas no hay problema. Se trata de un problema antiguo, que había intentado resolver sin completo éxito el P. Viñas. Los visitadores Garrido y Picanyol llegan a Viena el 4 de mayo de 1934, y permanecen en la provincia hasta el día 12.

En la casa de Maria Treu de Viena se encuentra la residencia provincial, además del noviciado y el juniorato. Describe el secretario la maravillosa iglesia parroquial, muy frecuentada. Tienen una escuela primaria con cuatro cursos (dos de ellos dobles), con un total de 234 alumnos. En la biblioteca hay unos 15.000 libros. Alaba también el archivo, aunque está desordenado. Hay tres novicios y dos juniores. En total son 12 religiosos los que viven en esta casa.

En la visita a Krems, alaban la belleza de la iglesia. Todo el edificio está ocupado por seglares (con escuela), menos la vivienda de los dos escolapios que residen en la casa. Tienen 12 internos (en otros tiempos eran unos 30). El estado de la casa es pobre, por no decir miserable. Tienen deudas elevadas.

En la casa de Horn se atiende al culto público en la hermosa iglesia. Sólo hay un escolapio, el exasistente general P. Rapp, que atiende a la iglesia. En esta casa está además el postulantado, con 7 postulantes. El P. Rapp se esfuerza por recuperar la propiedad de la iglesia; el colegio se perdió en 1872. La biblioteca se perdió, y pertenece al gimnasio público. El P. Rapp da clases de francés en el gimnasio, y la casa no tiene deudas.

Visitan luego la casa de Santa Tecla, en Viena. Tiene una iglesia pequeña y bonita. En aquel momento la escuela estaba alquilada a los HH. de La Salle. Residen en ella cuatro padres, de los cuales dos dan catequesis en escuelas públicas. La casa no tenía deudas. Señala el secretario que cada padre vivía por su cuenta, por lo que dieron algunas normas para que rezaran y comieran en común.

Como observaciones finales, señalan que la caja provincial está vacía. El P. Provincial (párroco de Santa Tecla) tiene que pagar las reparaciones que se están haciendo. Dan consejos con respecto al archivo (menos ordenado que antes), y esperan que en el capítulo provincial se traten varios asuntos de interés, como la recuperación de las escuelas de Santa Tecla.

El 18 de marzo de 1938 el P. Josef Tremel escribe al P. Del Buono desde Krems una carta muy pesimista sobre aquella casa y sobre Austria en general[Notas 62]. Le dice:

“En Austria termina el trabajo de los escolapios y nosotros en Krems esperamos cualquier cosa cualquier día. Hemos comenzado con pocos muchachos; ahora tenemos 56 en toda la escuela, que pagan poco. Yo soy el prefecto del internado. Hay 15 estudiantes. Yo debo estar en nuestro internado todos los días, menos dos días al mes en los que voy a Viena. He hecho por la vida religiosa de nuestro internado cuanto he podido, pero todo ha sido inútil. Todos los estudiantes son nacionalsocialistas y nosotros no podemos decir nada o iremos a prisión. Es imposible establecer un horario, porque hacen siempre fiestas y reuniones, y nosotros debemos callar y mirar. Yo estoy comprometido, y por eso no he sido ordenado sacerdote. Ahora es seguro: nosotros en Krems no podemos durar mucho tiempo. Durante los años en los que el P. Rapp fue rector, resucitó nuestro colegio. Toda la casa fue restaurada, gastamos mucho dinero en la casa. Todo es inútil; este es el final de Krems”.

Se equivocaba el P. Tremel: pasó la guerra, y los escolapios han sido capaces de mantener una pequeña comunidad escolapia en Krems hasta nuestros días, atendiendo desde la iglesia a los estudiantes del que en otro tiempo fue nuestro colegio.

Después de visitar Austria, los visitadores Garrido y Picanyol se dirigen a la provincia de Bohemia-Moravia. La casa más próxima a Austria, y la más antigua, es la de Nikolsburg. Llegan allí el 14 de mayo de 1934. José II arrebató la iglesia a los escolapios en 1784, convirtiéndola en parroquia diocesana. Dos escolapios eran vicarios de la parroquia. También el colegio fue arrebatado a los escolapios. Con todo, escribe el visitador, “es la única casa de la provincia en la que se ejerce un ministerio genuinamente calasancio: el seminario lauretano, fundado por el Cardenal Dietrichstein antes de la llegada de los escolapios en 1631. Contaba 24 alumnos internos, que asistían a clase al gimnasio público. La mitad de ellos eran becados por el fondo dejado por el Cardenal y, de algún modo, preservado hasta entonces. A cambio llevaban a cabo la actividad para la que había sido creado aquel seminario o internado: los jóvenes estudiaban música por la tarde, y cantaban y acompañaban con instrumentos la misa en honor de la Virgen María, en alemán. La comunidad estaba formada por tres padres y un hermano. En esta casa se encontraba el noviciado; pocos meses antes había muerto allí el único novicio que tenían. Esperaban algunos más en el futuro. La situación económica de la casa es delicada, con deudas, como la de las demás casas de la provincia. Se queja el visitador de que en esta casa son mujeres las que se ocupan de la cocina y la limpieza. Reconoce que la situación de la casa y de la provincia es triste, aunque no desesperada, y no se puede hacer nada para cambiarla.

El 15 de mayo visitaron la casa de Straznice. Había sido fundada en 1633, y guardaba el recuerdo de tres años de presencia en ella del P. Pietro Casani (1638-1641). La iglesia fue convertida en parroquia por el emperador José II en 1784. En 1875 se abandonaron las escuelas. Unas religiosas ocupaban el edificio que había sido gimnasio. La casa conservaba un amplio huerto, que ayudaba a cubrir las necesidades de la casa. Criaban animales con el mismo objeto. En el momento de la visita solo residía en la casa el rector y párroco, que daba clases de catequesis en las escuelas. Otro padre se encontraba enfermo, en Eslovaquia. No se podía hacer más: el visitador se conforma con que se conserve la iglesia.

El 16 de mayo llegan a Litomysl, ya en Bohemia. Tenía la iglesia más hermosa de la provincia. Había sido fundada en 1640. En el siglo anterior se había perdido el gimnasio, que en 1934 era museo. El visitador alaba la biblioteca y el archivo, y la restauración de la casa y la iglesia que estaba llevando a cabo el P. rector. Era el único escolapio que vivía en la casa. Daba clase en el gimnasio, y con ello sobrevivía.

El 19 llegan a Mlada Boleslav. Es un edificio pequeño. A la capilla acudían a misa los niños de la parroquia, a quienes el P. rector daba clase de catequesis. Además del rector en la casa vivía otro escolapio que había sido rector de la casa de Benesov, que se había vendido años antes. Recibía una buena pensión, tenía cocinera propia y vivía por su cuenta. Los visitadores le dijeron que entregara el dinero de la pensión al P. rector e hiciera vida común con él. De lo contrario, podía pedir la secularización.

El 22 de mayo llegan a Praga, residencia del P. Provincial con otro religioso. Habían tenido que vender la casa en 1920, para pagar las deudas de guerra, como tenían que pagar las demás casas de la provincia. Tan solo les quedaban algunas habitaciones en el segundo piso, donde residían. En el primer piso tenían una capilla donde celebraban misa, y el domingo era abierta al público. También habían perdido la iglesia, que había pasado a la diócesis.

El Provincial, por falta de religiosos, tenía que gestionar todos los asuntos de la provincia. La pobreza se hacía sentir en todas las casas. En cuanto a los religiosos, el visitador escribe: “En cuanto al estado moral y religioso, los pocos religiosos son buenos y trabajan mucho. Tan solo hay uno que no merece esta alabanza. La única esperanza y salvación de esta provincia está en el aumento de religiosos; todos deben trabajar buscando candidatos al noviciado, y deben por tanto esforzarse en abrir un postulantado, que podría muy bien establecerse en Straznice. Se trató de ello en el reciente Capítulo Provincial. Si hubiera algunos religiosos más en las casas, se podrían eliminar algunos abusos que hoy debemos tolerar, pues el espíritu está bien dispuesto”. Existe un buen archivo provincial; el Provincial intenta obtener una sala de la casa para colocarlo, junto con la biblioteca provincial.

Ya al poco de llegar a Bohemia el P. Garrido escribe al P. General diciéndole que han sido bien recibidos[Notas 63]. Le dice, además:

“Las condiciones en las que viven estos Padres a causa de las leyes inicuas son verdaderamente difíciles, por lo que es de admirar que trabajan con todas las fuerzas para conservar los colegios y promover las vocaciones. No carecen del espíritu calasancio, y si pecan en algo contra él se debe más a las duras condiciones o a la ignorancia no culpable que a verdadera malicia. Creo que, si cambiaran un poco a mejor las condiciones políticas, cabría esperar el resurgir de nuestra Orden en estas regiones”.

El joven P. José Breitkopf, que había hechos sus estudios en San Pantaleo y acaba de regresar a su provincia, es también optimista cuando escribe desde Praga al P. Del Buono el 6 de julio de 1935[Notas 64]:

“No quiero comenzar solamente la carta con las palabras de mis antecesores en el trabajo (“Benedicite”) sino más bien quiero comenzar el trabajo mismo con el corazón lleno amor y con la misma energía del padre Ambrosio Leailth, del P. Tencani, como todos los padres que han trabajado en nuestros países por la Iglesia Católica. Hoy somos poquísimos en nuestra provincia, pero estoy convencido de que nada será imposible si todos nosotros somos del mismo espíritu de San José de Calasanz. Espero haber traído conmigo este espíritu”.

El P. Provincial, Enrique Gregor, es menos optimista[Notas 65]:

“¿Cuáles son las causas de tan tristes circunstancias? La irreligiosidad de nuestra juventud, que en el gimnasio recibe religión solo hasta el curso 5º, y después del examen de madurez entran algunos en una orden o en el seminario para tener la comida segura. No tengo ninguna esperanza de que la Orden de las Escuelas Pías recupere la vida en Bohemia con las escuelas florecientes del pasado. No tenemos casas aptas para escuelas; no tenemos padres para enseñar y no tenemos dinero para edificios nuevos y para mantener a los maestros. Si alguien, incluso la suma autoridad eclesiástica, me acusa de que no hago nada por la vida religiosa en Bohemia, ignora nuestras dificultades internas en cuanto a las casas que tenemos hasta ahora, e ignora los enormes gastos para conservar las casas y las iglesias. Últimamente se nos ha impuesto una contribución de casi 800.000 coronas para los años 1920 – 1936. Es imposible reunir una suma tan elevada sin deshacernos de nuestros bienes y eliminar la vida de toda la Provincia. Hoy día solo tenemos una preocupación: conservar las casas y las iglesias existentes hasta hoy y proveer, donde los haya, a los religiosos para que sobrevivan.”

Las cosas se ponen más difíciles cuando en 1938 Hitler anexiona parte de Bohemia y Moravia a Alemania. En el territorio anexionado se encuentra Nikolsburg, la casa más activa de la provincia, que pasa a la de Austria, ahora llamada Germania, con sus religiosos, uno de ellos el superior provincial P. Lanz. El P. Del Buono escribe al Provincial de Eslovaquia pidiendo ayuda para Bohemia. Necesita un sacerdote para Praga, donde hay 3 juniores sin sacerdote[Notas 66].

El 10 de diciembre de 1942, el P. Zampach escribe al P. General para felicitarle la Navidad[Notas 67]. Le dice que son un cuerpo sin alma. Se han llevado sus archivos, bien ordenados, a centros estatales. Han tenido que evacuar el colegio de Praga, que él quería salvar. No tiene noticias de algunos religiosos. Terminada ya la guerra, da algunas noticias. Han vuelto a Praga, donde ocupan una parte del edificio. No han sufrido mucho los colegios e iglesias, tan solo el de Nikolsburg[Notas 68]. Esperan tiempo mejores. Pero estos tardan en llegar: en 1946 viven racionados, con comida insuficiente, cosa que no ocurre en Eslovaquia[Notas 69]. Así están distribuidos los religiosos: en Nikolsburg, 3 padres; en Litomysl: 1; en Praga: 3 padres y 2 juniores; en Straznice: 2 padres; en Mlada Boleslav: él solo, de 67 años de edad. El 20 de mayo de 1947 anuncia al P. General que no van a poder asistir al Capítulo General, por no poder pagar el viaje. Tienen un elevado déficit. El colegio de Praga ha sufrido muchos daños. Y tienen otras obras pendientes. Pero de hecho sí que fueron, él y un vocal.

La Provincia de Bohemia había llegado a un punto de difícil recuperación. Y la situación se fue haciendo cada vez más difícil cuando el Partido Comunista, que gobernaba en Checoslovaquia, fue endureciendo las condiciones en que vivían las entidades religiosas. A partir de 1947 apenas llegan a Roma noticias de algunos escolapios bohemos, en mensajes cortos, personales y difíciles de comprender (estaban sometidos a la censura). La provincia bohema acabó extinguiéndose, a diferencia de la eslovaca, que fue capaz de sobrevivir en la clandestinidad.

El P. T. Garrido y su secretario P. Picanyol llegan a Polonia para hacer la visita canónica el 24 de mayo de 1934, y visitan las cuatro casas de la provincia en cuatro días. No consta que hiciera un informe final en el libro de la visita, como hará luego con Hungría[Notas 70]. Pero sí escribe el secretario sus observaciones sobre cada casa. Así, de Cracovia dice:

“La iglesia es pequeña y poco decorada; necesita reparaciones. Hay 6 altares, feos. La iglesia es muy frecuentada.

La casa es antigua, y desordenada. Reside el Provincial, que es a la vez maestro de juniores. Hay 13 que estudian teología en los Misioneros de Cracovia. Hay unos 20 internos, que van a gimnasios de Cracovia, y 5 mayores. No parece que contribuyan mucho a la economía, y nada a la disciplina: mejor que se fueran.

En el archivo no hay casi nada antiguo. Lo reciente está bien ordenado. Hay algunos manuscritos de historia interesante.

El juniorato funciona bien, observante. Sería bueno que en Cracovia estuvieran todos los juniores, con otro maestro, y los sacerdotes jóvenes que estudian en la universidad.

La biblioteca está encima de la iglesia, en un rincón. Se perdieron muchos de los libros antiguos. Hay ahora unos 4000.

Visita personal: Viven el Provincial F. Kozlowski, el rector L. Berbeka, el p. B. Kadeja, sacristán, y E. Niszkurka, prefecto. Hay 13 juniores, 2 hermanos, El rector trabaja poco por la iglesia, y tal vez nada por la casa. Los otros dos se ocupan bien de la iglesia y del internado.

Económicamente, viven de la iglesia. El internado, lo comido por lo servido. Sólo tienen una deuda de 3000 z por la reparación de la fachada de la iglesia”.

De Rakowice escribe:

“No hay iglesia, sino una capilla fuera del colegio. Es incómoda, distante unos 200 m de la casa. Sirve para novicios, juniores, gente de fuera, religiosos, etc.

La casa se construyó en 1910-13, en un hermoso lugar. El colegio, que debía ser mucho más grande en la intención de los fundadores, tiene tres pisos. Faltan elementos como habitación de los padres, oratorio, etc., que debían estar en la parte no construida. El hall es hermoso.

La escuela, oficialmente reconocida, tiene buena fama. Hay la primaria y 8 cursos de gimnasio, según la nueva ley. Hay 154 internos, 53 externos y 9 juniores: 216 en total. Nuestros juniores llevan el hábito, y al aprobar la madurez, pasan a Cracovia. Haría falta más vigilancia y disciplina.

La biblioteca está en el piso superior, para uso de los novicios. Hay unos 3000 libros.

Juniorato. Viven en una casa aparte, poco cómoda. Sin capilla, ni lugar de recreo. El maestro es Clemente Czabanowski.

Noviciado. Antes estaba en Szczuczyn; ahora lo han trasladado a Rakowice, en una casa separada de las demás. Tiene muchas incomodidades. Tiene que salir de casa para ir a la capilla, a comer y cenar… Como el jardín está abierto, hay gente que viene y va. No parece conveniente que siga el noviciado aquí. Esto parece Babel. Ven poco a los padres, pues tienen diferentes horarios.

Las cuentas las lleva un seglar; mejor que las lleve uno de los nuestros. Los ingresos son inferiores a los gastos, pero ya el año que viene se podrá nivelar. En el momento de la construcción, muchos dieron dinero a Olkusznik, que cayó en bancarrota, y ahora muchos nos siguen reclamando a nosotros. Se llega a arreglos, pero es de temer que nos obliguen a pagar más. El obispo dice que atención, muchos son falsos acreedores, judíos, y como corre el rumor de que los escolapios pagan, viene a ver si sacan algo. El obispo desea que se acabe con esto. Por lo demás, la casa ha tenido muchos gastos estos últimos años, terminando el tercer piso, comprando aparatos para los laboratorios, etc. Se puede decir que, si esta está bien llevada, puede ser la fuente de ingresos para toda la provincia.

Personas: Rector: S. Paprocki. Borrell, maestro de novicios. Floryan, Stusinski, Clemente C., Tito Suliga. 15 juniores; 8 hermanos; 12 novicios; 2 oblatos. Hay que enmendar muchas cosas, con una buena cabeza que lo dirija todo”.

Tras la visita a Szczuczyn, escribe el secretario:

“Visita el 26. Iglesia grande y bella, bien provista. Parroquia, única católica de la ciudad. Pinturas del H. Lucas; altar de S. José de Calasanz.

Casa. En su tiempo fue la sede provincial y casa de estudios. Se abandonó en 1832; la recuperamos en 1927, y estaba casi arruinada. Está ya restaurada, y serviría muy bien como noviciado. Tiene un gran jardín en torno. Más de 30 has. que podrían sustentar a la comunidad. La escuela está alquilada al municipio; uno nuestro da catequesis. Hay que procurar recuperar las escuelas. Los sucesores de los fundadores nos han ayudado mucho a restaurarla.

No queda nada del archivo; se dice que el gobierno lo llevó a Vilna. Libros hay pocos. La economía, bien. Personas: T. Olszowska, rector y párroco; y otro. Hay que aumentar la comunidad, para vivir según la observancia regular”.

Visitan también Lida, y el secretario escribe:

“El 27 de mayo. Iglesia pequeña y redonda, dedicada a s. José de Calasanz. Vivía aquí un pope. Al irse los rusos, nos llamaron. Con ayuda de la gente se restauró la iglesia. La casa es pequeña, caben pocos. Se ha construido una escuela comercial, además de las otras escuelas. Los nuestros trabajan mucho en las escuelas. Tienen 90 alumnos en 6 clases de primaria. En la escuela comercial, de 4 años, hay 78 alumnos.

No queda nada del archivo y biblioteca. Hay libros de administración, desde 1927. La casa tiene 60 Has. de fincas. Hay animales para la comunidad. Tienen deudas porque tuvieron que gastar mucho para poner en marcha las escuelas.

Rector: L. Napieracz; L. Rusek, A. Stepnik. 1 junior, 3 hermanos. todos trabajan mucho en las escuelas y la iglesia”.

Como resumen sobre el estado de la provincia, escribe:

“Además de los religiosos citados, está el P. Ceslao Naumowicz, que fue enviado a Lubieszow con el H. Fabián para reivindicar la casa.

Es de lamentar que no exista Caja Provincial. A los gastos del P. Provincial contribuyen las casas con un impuesto, sobre todo la de Rakowice, que cubre la mayoría de sus gastos. Se han indicado algunos cambios que habría que hacer. Habría que llevar el noviciado a Szczuczyn, el juniorato a Cracovia. Mejorar la economía, obtener títulos de enseñanza. Para todo se darán los decretos oportunos”.

El P. Naumowicz, en efecto, recuperó la casa de Lubieszow (hoy en Ucrania), en la que se había formado el héroe polaco Tadeusz Kościuszko. Convertida en casa de formación, en ella encontraría la muerte en 1943 el P. Juan Borrell.

Cuando llega la invasión, todos los religiosos huyen de Cracovia y Rakowice, según informa el P. Fernando Kozlowski[Notas 71]. No tienen noticias de las casas de Lubieszow, Lida y Szczuczyn, que están en manos de los bolcheviques, por el acuerdo entre alemanes y rusos. Se trata de una situación de desconcierto total. El gobierno alemán solo permite volver a Polonia a ciudadanos alemanes. El P. General recibe noticias de Polonia por medio del Príncipe Gabriel Lubomirski: el P. Provincial tiene noticias de todos nuestros religiosos de la provincia menos dos. Como ya se sabía, nuestros Padres no pueden dar clase ni tener internados. Viven de las limosnas que reciben de los fieles que vienen a nuestras iglesias[Notas 72].

El hermano Maximiliano Czapiewski, de comunidad en San Pantaleo y que había ido de vacaciones a su país, da algunas noticias en una carta al P. Del Buono. Escribe este en su diario el 31 de octubre de 1941: “Por una carta recibida de nuestro Hermano Maximiliano nos enteramos de la muerte del hermano op. Felix Urbala de la Pasión del Señor, ocurrida el 27 de junio pasado mientras intentaba apagar un incendio que había alcanzado, a causa del bombardeo de los alemanes, nuestra casa e iglesia de Lida. No se tienen noticias de la casa noviciado de Lubieszow, ni tampoco del P. Juan Borrell de la Encarnación, que era maestro de novicios[Notas 73]. Faltan también noticias de otros Padres. En Lida, según parece, nuestros religiosos trabajan mucho espiritualmente en nuestra iglesia, que se ha convertido, a causa de la ruina de la iglesia parroquial, en la verdadera parroquia de la ciudad. En Szczuczyn nuestros Padres tienen la parroquia y pueden atender al servicio divino”.

Terminada la guerra, las condiciones en Polonia no fueron tan duras como en otras provincias de Europa Central. El gobierno ocupó todos los colegios, pero permitió a los escolapios trabajar en sus propias iglesias y en otras parroquias. Y permitió también que tuvieran una escuela secundaria (alquilada) con internado en Cracovia. Algunos padres polacos, que no podían volver a su país por su condición de militares, participaron también en la fundación de la Provincia de Estados Unidos.

En 1946, el P. Buenaventura Kadeja, nuevo Provincial, informa que han abierto el noviciado, y tienen 6 novicios (no caben más en la pequeña casa de Rakowice donde lo han instalado). Tienen dificultades económicas, pero esperan superarlas. El pueblo polaco es generoso, y trabajo espiritual no falta.

La provincia de Eslovaquia atraviesa un mal momento económico a causa del anterior provincial, P. Cserhelyi, que ha pedido un importante préstamo, sin contar con nadie ni pedir ningún permiso, para reconstruir el edificio de Prievidza. Al parecer tenía permiso del provincial de Hungría antes de crearse la provincia de Eslovaquia, en 1929.

Los visitadores PP. Garrido y Picanyol llegan a Eslovaquia el 30 de mayo de 1934, y comienzan la visita en la casa de Prievidza. Admiran la iglesia y la casa, fundada en 1666, la más antigua del reino de Hungría. Admiran los 27 frescos del claustro que presentan la vida de Calasanz. El visitador anota los datos sobre la construcción del nuevo edificio: costó 2.212.222 coronas checas, y el provincial anterior había pedido un crédito de 1.600.000 a la Banca de Bratislava. Cada año debía devolver una parte del préstamo y los intereses, y no veían cómo. La casa era en aquel año sede del noviciado. La comunidad la formaban dos padres, que atendían a la iglesia y a los cuatro novicios.

El 1 de junio continúan su visita en Sváty Jur, San Jorge. La casa había sido abandonada por los escolapios húngaros al formarse el estado de Checoslovaquia después de la I Guerra Mundial. Había nueve casas en el pías, y pocos religiosos eslovacos para atenderlas. Pero al crearse la provincia de Eslovaquia en 1930, la casa recuperó su antigua función: juniorato. En el momento de la visita la comunidad estaba formada por tres padres y seis juniores. Atendían la pequeña iglesia abierta al culto público. La casa se encontraba en una penosa situación económica, pues debía mantener a los juniores, y la provincia apenas podía mandar ninguna ayuda, envuelta en deudas como se encontraba. Pero la gente de Sváty Jur, escribe el visitador, es muy generosa y ayudaba a la comunidad.

La siguiente casa visitada fue la de Nitra, el 2 de mayo. El gimnasio había sido asumido por el gobierno, lo mismo que los locales del internado. A la comunidad habían dejado solo algunos locales, en el tercer piso, y la cocina en la planta baja. La comunidad estaba formada por el provincial Cserhelyi y otros dos padres (uno sordo y otro enfermo), y un junior. El visitador da un juicio negativo tanto del rector como de la comunidad: no tienen oración común, cada cual va a lo suyo, el junior da clase en una escuela de niñas… La casa tiene buenos ingresos, pero está mal administrada. No es extraño que después de este informe cambiaran al provincial, que mientras tanto ya había complicado seriamente la vida de la provincia con las deudas contraídas en Prievidza.

La casa de Trencin la visitaron el 29 de mayo, después de haber visitado Polonia. El gobierno había ocupado el gimnasio, y solo vivían dos sacerdotes, uno de ellos mayor y enfermo, que se ocupaban de la iglesia. Vivían en una casa privada ofrecida por el gobierno. El rector (futuro provincial) P. Branecky se esforzaba por recuperar el colegio.

Como sumario de la visita, escribe el visitador:

“La condición de esta Provincia ciertamente no es feliz; sufre de la pobreza de personas, y, lo que es peor, está destruida por el abuso económico del actual Provincial por la desgraciada gestión de la casa de Prievidza. Pues quiso fabricar un edificio nuevo, y para ello contrajo una deuda enorme, hipotecando su provincia. Además, muchos carecen de espíritu religioso, especialmente en lo referente a la pobreza, sobre todo dos o tres religiosos de la Provincia. Por otra parte, es necesario un cuidado mayor de los novicios y de los profesos. Para corregir estas cosas se ha convocado el Capítulo Provincial, en el que hemos dicho lo que había que decir, y hemos mandado lo que había que hacer. Después ha cambiado completamente el gobierno, eligiendo Provincial al P. Branecky, con nuevos Asistentes, Secretario y Ecónomo Provincial. Hemos hecho lo que hemos podido; que Dios dé incremento. Por lo demás, el cambio y el nuevo gobierno agradó a todos. Dimos decretos sobre economía y sobre el noviciado”.

El nuevo provincial, José Branecky, no ve cómo se puede devolver el préstamo, y escribe desesperado al P. General, contándole sus apuros[Notas 74]. Le dice que la Orden está destruida económicamente en Eslovaquia. Han secuestrado los bienes de Nitra, porque el P. Cserhelyi había formado un préstamo que debía devolver, y no han devuelto nada. Él no informó a nadie del contrato. Ahora han secuestrado también los bienes de Prievidza. Luego Leva, y Trencin. Tienen doce juniores y dos novicios en Sváty Jur, y no tienen con qué mantenerlos. Han secuestrado también la próxima cosecha de vino. Han perdido todo. Todo para construir el nuevo edificio de Prievidza, que no era necesario. Adiós a nuestras esperanzas… Pide permiso para actuar judicialmente contra el P. Cserhelyi, para evitar la ruina total. Pero este, al sentirse atacado, se defiende. Y, entre otras cosas, escribe cartas informando a sacerdotes diocesanos del país y a los provinciales de la Orden, acusando a su sucesor e incluso al P. General, lo que causa muy mala impresión entre los receptores de las cartas.

El P. Branecky escribe al P. General el 17 de agosto de 1942 pidiéndole que apruebe la venta del colegio de Sabinov[Notas 75]. Es una casa abandonada, cuyo mantenimiento cuesta caro. El municipio les pide repararla o demolerla. En lugar de ello, quieren venderla por 100.000 coronas. Han pedido ya permiso a la Santa Sede para vender Podolin. Con el dinero obtenido aumentarán en un piso el internado de Trencin, que está funcionando bajo el cuidado del P. Branecky.

Desde Rumania escribe el P. Provincial J. Patay al P. General el 14 de marzo de 1930[Notas 76]. Le dice que no han recibido con gusto el decreto sobre la vida común. Los viejos, porque no pueden adaptarse a nuevos modos; los jóvenes porque deben ayudar a sus padres con dinero. Y es malo que los juniores deban terminar la filosofía y la teología, y solo después estudiar materias profanas. Pide que este decreto se difiera hasta más adelante.

La visita canónica a la provincia comienza en Carei, el 15 de junio de 1934. Los escolapios atienden en su iglesia la única parroquia católica de la ciudad. Al visitar la iglesia el visitador nota que la lámpara del Santísimo Sacramento no es de aceite, sino eléctrica. Extrañado por la innovación pregunta el motivo. El rector dijo que era debido a la dificultad para obtener aceite, y que tenía permiso del obispo. Antes de la guerra, cuando la casa pertenecía a Hungría, había 12 religiosos, que se ocupaban del gimnasio. Ahora, sin gimnasio, solo están el rector, que es párroco, y otros dos padres que le ayudan en la iglesia, y dan catequesis a los niños católicos en las 12 escuelas de la ciudad. En Rumania el gobierno no da ningún subsidio a los sacerdotes católicos. La comunidad sobrevive con las entradas por servicios parroquiales y la ayuda que envía el P. Provincial. Escribe al final el visitador: “La vida religiosa en esta provincia se desarrolla como en Hungría. Hay clausura, examen de conciencia, y quizás nada más. Aunque las casas son pobres, nunca falta a cada religioso la pensión mensual, que es de 1000 lei para las necesidades propias y vestuario (un para de zapatos cuesta en Rumania entre 600 y 700 lei, y lo demás en proporción). Hace falta cambiar esto, y también en Hungría”.

Visitan al día siguiente la casa de Sighet. No visitan la iglesia, que fue transformada en parroquia diocesana. Hay un pequeño oratorio para uso de la comunidad. Los escolapios habían construido un colegio nuevo a cierta distancia del antiguo, y tenía muchos alumnos antes de la I Guerra Mundial. Pero al final de esta el Estado lo nacionalizó. La casa era el noviciado de la provincia, y en el momento de la visita había cuatro novicios, y dos padres que se ocupaban de ellos. El visitador estima que los novicios no reciben una buena formación, entre otras cosas porque el maestro vive en sus dos habitaciones en medio del lujo, pésimo ejemplo. Es mayor y poco apto. No hay un programa de formación, los novicios comen aparte de los dos padres… Para sobrevivir cuentan con la subvención del provincial, los alquileres de los negocios instalados en la planta baja del edificio, y poco más.

El 17 de junio se trasladan a Cluj, que es la residencia provincial y juniorato. El colegio, iglesia y otros edificios pertenecían a los jesuitas, y al ser expulsados estos, en 1776 pasaron a los escolapios. También aquí, para escándalo de los visitadores, las lámparas del sagrario son eléctricas. Pero no por falta de aceite, sino por miseria: la electricidad cuesta más barata que el aceite. Todos los bienes pertenecían al “Estado Católico de Transilvania”, que los obispos habían establecido para proteger los bienes eclesiásticos católicos. Había dos internados controlados por la diócesis, y uno más pequeño, con diez internos, propio. En el gimnasio, también bajo control diocesano, pero confiado a los escolapios, había 412 alumnos, de los cuales 391 católicos, 1 uniata, 20 protestantes. La población húngara que había quedado en Rumania quería tener su propio gimnasio, y allí enseñaban algunos padres que habían conseguido un título rumano. Seis de los padres enseñaban en el liceo estatal. En Cluj existía, desde tiempos antiguos, un juniorato. Habían mantenido el estilo de vida húngaro. Era la comunidad más importante de la provincia. En ella había en el momento de la visita, además del Provincial, otros doce sacerdotes, y doce juniores, que estudiaban en la universidad. Lo mismo que en Hungría, los padres más jóvenes estaban abiertos a la reforma, mientras los mayores se estaban quejando siempre de la miseria presente. Con los ingresos recibidos por el liceo y la iglesia no se podía mantener el juniorato. Recibía una subvención de Hungría, tal como habían acordado al separarse Rumania de Hungría en 1920.

L última casa es la de Timisoara, a donde llegan el 19 de junio. El espléndido gimnasio se había construido en 1908-1909, y constituía, con la iglesia, uno de los más hermosos conjuntos educativos de todas las Escuelas Pías. El edificio colegial contaba con dos pisos; el inferior estaba alquilado al obispo como gimnasio húngaro; el piso superior era un gimnasio rumano a cargo de los escolapios. Pero el número de alumnos, que antes era de casi 900, a causa de la política actual se había reducido a 288 entre rumanos, alemanes, húngaros, judíos y de otras nacionalidades. En cuanto a la religión, había 191 católicos, 61 ortodoxos, 17 protestantes y 12 judíos. Había 48 alumnos internos. A falta de profesores religiosos, debían gasta una importante cantidad de dinero en salarios a los profesores laicos. La comunidad estaba formada por doce padres y un junior. Todos daban clase en el gimnasio. Y todos estaban en contra de la reforma propuesta por el P. Del Buono.

Como conclusión, escribe el visitador:

“Por lo dicho, se puede comprender bien el estado actual de la Provincia de Rumania. Las casas son pobres; los religiosos, en especial los mayores, pide volver a Hungría; nuestras escuelas en Cluj y en Timisoara sufren continuas dificultades a causa del Gobierno. La principal dificultad proviene de la condición del estado rumano: en él obtienen condición privilegiada los griegos-ortodoxos, luego los griegos-católicos. Los católico-romanos, que en su gran mayoría son húngaros y alemanes, más bien son molestados por el Estado, pues no les resulta fácil reivindicar sus derechos. En nuestra Provincia hay algunos que quieren la rumanización, especialmente entre los jóvenes nacidos en estas regiones, pero entre los hermanos que viven aquí la mayoría tienen sentimientos húngaros. Y hay otras dificultades no menores. Por una parte, está Hungría, que ayuda secretamente con dinero a Rumanía, y el Estado Católico de Transilvania quiere que los nuestros cultiven el sentimiento húngaro. Por otra parte, algunos se quejan de que si llevamos a cabo está hungarización nunca tendremos paz, por lo que hay que abstenerse de hacerla y trabajar más bien para que el Gobierno rumano nos dé un subsidio. Hablando objetivamente, nos hemos de abstener de ambos peligros. Es más bien de desear que la nueva generación solo hable en rumano, sin que mostremos ninguna hostilidad tampoco a la otra parte. Por lo tanto, es necesaria una gran prudencia y cautela.

La provincia no tiene ninguna propiedad; para la formación de novicios y juniores recibe una importante subvención secreta de Hungría, que en el trienio anterior se elevó a 791.250 lei”.

En los años sucesivos, el Provincial de Rumania informa a menudo de la situación de inseguridad en la que viven, bajo la amenaza de que el gobierno les expropie de algunos bienes, en particular del colegio de Timisoara. Por suerte el nuncio de Rumania Mons. Cassulo, exalumno de los escolapios de Liguria, les ayuda todo lo que puede. Anota el P. Del Buono en su diario el 8 de octubre de 1942:

“Coloquio con el Señor Nuncio de Rumanía sobre las cosas de las Escuelas Pías en Rumanía. Colegio de Temesvar (Timisoara). Interés del Nuncio para que el colegio no fuese tomado ni por el Gobierno ni por la administración de la ciudad que querían ocuparlo. Cuando a causa de la presente guerra el colegio debió ser ocupado por los alemanes como hospital, el Nuncio se las arregló para que al menos una parte fuese conservada para nuestros religiosos. Los cuales habrían deseado también un subsidio de 50000 lei para el mantenimiento de los novicios y de los juniores, pero no pudo obtener nada del Gobierno al respecto, entre otras cosas porque los Padres en su mayor parte son húngaros”.

En 1940 las tres casas más al norte son reintegradas a la provincia de Hungría, con la mitad del territorio de Transilvania. En Rumanía solo queda la casa de Timisoara. Su rector y Provincial, P. L.P. Tóth, informa al P. General que han pasado un curso difícil. El gobierno no les permitía aceptar alumnos rumanos, ni en clase ni el internado, y son el 30-40%, lo que significa una ruina. Ponían dificultades para dar clase a los padres que no conocían bien el rumano. En Timisoara hay 12 padres. Terror por los bombardeos y alarmas nocturnas. Los padres están bien, pueden comer lo suficiente hasta ahora.

Vemos, pues, que las circunstancias en Europa Central dejan que desear, en especial en algunos países más oprimidos por el gobierno (Checoslovaquia y Rumania). Pero las cosas se pondrán peor cuando en todos ellos, menos en Austria, después de la II Guerra Mundial se impongan gobiernos comunistas. Pero lo peor está por venir durante los primeros años del generalato del P. Vicente Tomek.

España

Hemos comentado ya más arriba los graves daños causados a España durante la Guerra Civil. Pero al llegar la paz en todas las provincias surge un gran entusiasmo por restaurar lo derribado y recobrar el personal perdido. Por prudencia política es necesario sustituir al Vicario General P. Valentín Caballero por otro escolapio de gran valía, pero no “marcado” políticamente, como el P. José Olea Montes, que se esforzará por coordinar las acciones de los provinciales españoles en estos años de la posguerra. Y por apoyar todas las iniciativas del nuevo Asistente General, P. Manuel Pazos, en quien el P. Del Buono (que sigue sin venir a España) ha delegado buena parte de su autoridad. El P. Pazos comienza a coordinar a los provinciales de España, que no tienen recelos contra él, como los tienen con el P. Caballero. El P. Pazos, tras una primera reunión de los Provinciales en Zaragoza, informa al P. Del Buono de los acuerdos alcanzados: 1, Organización escolar. 2, En cada provincia un cronista recogerá lo sucedido en nuestros colegios de España, para remitirlo a un cronista general. 3, Agradecimiento a las familias que nos han protegido durante la guerra. 4, Estadísticas de nuestros alumnos y exalumnos durante la guerra, condecoraciones, etc. 5, La casa de Peralta merece especial atención en su restauración. 6, No conviene que nuestros religiosos entren en milicias. 7, Necesidad de un Procurador ante el gobierno de España. 8, Fomento de vocaciones. 8, Conformes y agradecidos con el Asistente Pazos[Notas 77].

El 8 de enero de 1940 la Congregación General trata sobre las propuestas de los Provinciales de España. Y el P. General anota en su diario:

“A las 10, sesión 119ª con asistencia de la Curia al completo. Informe sobre la reunión celebrada en Zaragoza los días 14 y 15 de octubre por los Provinciales de España, bajo la presidencia del P. As. Pazos. En ella los PP. Provinciales expresaron su deseo de que se nombre un Procurador en Madrid, para que se cuide de sus intereses ante el Gobierno. Tienen poca confianza en el actual Vic. Gen. P. Valentín Caballero. La Curia no tiene ninguna dificultad para darles gusto, e incluso ha discutido si no sería el caso de hacer retirar al actual Vicario que, por desgracia, como dice el Asistente de España, tiene fama de separatista vasco. Por lo demás, tampoco ha cumplido bien el cargo de Vicario General según el espíritu del decreto de Pío XI del 27 de noviembre de 1929, actuando como un verdadero antiguo Vicario General de España".

En efecto, se produce el cambio de Vicario General de España. Tras comunicar la orden y recibir la respuesta del P. Caballero, escribe el P. Del Buono en su diario el día 17 de mayo de 1940:

“Carta del P. General al P. Valentín Caballero agradeciéndole su pronta adhesión a los deseos del General en la demarcación española. El P. Olea, nuevo Vicario personal del General en la demarcación española. No está bien que el P. Caballero resida en las casas centrales de estudio. Su residencia, según las Constituciones, está en su provincia. No obstante, teniendo algunos encargos del Gobierno, puede permanecer mientras sea necesario en Madrid, pero no en la residencia del P. Provincial (S. Antón)”.

El colegio de San Antón era la residencia oficial del provincial de Castilla Eusebio Gómez, que no se llevaba nada bien con el P. Caballero.

El P. General encarga al P. Pazos que lleve a cabo la visita canónica a España. Y, así como en Italia y en Europa Central normalmente bastaba un día para visitar una casa, el P. Pazos se lo toma con más calma (quizás era necesario, pues en las provincias españolas había muchos colegios, y algunos muy grandes). Tardará tres años en visitar las cinco provincias, y luego irá además a visitar las provincias americanas, que dependían de tres provincias españolas, y por lo tanto las considera bajo su jurisdicción como Asistente por España, por lo que la visita no termina hasta 1946, un año antes de que se celebre el capítulo General.

En el libro de la visita del P. Pazos a los colegios de España las anotaciones son muy escuetas: fecha de principio y final de la visita, miembros que componen la comunidad, datos numéricos del colegio, situación económica de la casa. No muestra el detallado interés del P. Picanyol por la biblioteca y el archivo que mostró en sus visitas como secretario a las casas de Italia y Europa Central. Pero, al parecer, visitan todas las clases, cuando es posible. Vamos a copiar estos datos, para ofrecer una imagen completa de la Orden en un momento del generalato del P. Del Buono.

La visita a España comienza por la provincia de Castilla, y concretamente con el colegio de Sevilla. Sevilla. El P. Pazos ha elegido como secretario al Vicario General, P. José Olea[Notas 78]. Llegan a la capital andaluza el 17 de mayo de 1941. Encuentran una comunidad formada por 23 padres y 3 hermanos operarios. El colegio tenía entonces 871 alumnos, de los cuales 168 internos y 18 mediopensionistas. Mediopensionistas eran los alumnos que se quedaban en el colegio a comer. Además, había las categorías de vigilados (que se quedaban un tiempo a estudiar en el colegio después de las clases de la tarde, vigilados por algunos padres; en Sevilla eran 531) y externos, los alumnos que al terminar las clases de la tarde se iban a casa. Naturalmente, estas atenciones extra se pagaban. A los externos en otros lugares se les denomina “gratuitos”: no pagaban nada. En el colegio había además un aspirantado, con 20 aspirantes. Durante la visita hicieron la Primera Comunión en el colegio 80 alumnos. La economía era desahogada.

Continuó la visita en el Colegio Genil de Granada el 27 de mayo. El colegio había sido fundado en 1860, en un antiguo convento de monjes basilios. La comunidad estaba formada por 17 padres y 3 hermanos. El secretario dice que se visitaron todas las clases, pero no dice cuántos alumnos había. El catálogo de 1948 indica que había 850 alumnos, de los cuales 354 de primaria y 496 de bachillerato.

El 1 de mayo se comienza la visita al colegio Buen Suceso de Granada, que se había abierto en 1924 como una sucursal del Genil, y que se cerraría en 1944. La comunidad estaba formada por 14 padres y 1 hermano. En 1934 se había constituido como comunidad independiente. Sólo admitía alumnos vigilados y externos. Se visitaron las clases, pero no se indica el número de alumnos.

Siguiendo en Andalucía, el 9 de junio se hace la visita al colegio de Archidona. Había sido fundado en 1757 y, aunque había conocido momentos de gloria, estaba viniendo a menos. Se abandonaría en 1952, por dificultades económicas. La comunidad constaba de cuatro padres y un hermano, y en 1941 solo tenía dos clases de primaria, con unos 80 alumnos.

De vuelta hacia Madrid, el 13 de junio escribe el secretario: “El día 13 de junio, viernes, nos detuvimos en Linares para ver el edificio de nuestro Colegio, tan próspero en otro tiempo, y hoy cedido temporalmente al ‘Auxilio Social’”. El colegio había sido fundado en 1920; durante la guerra civil sufrió importantes deterioros, la gente lo saqueó. Al terminar la guerra el ‘Auxilio Social’ estableció en el un internado en condiciones precarias. Los superiores por fin lograron recuperar la propiedad del colegio en 1960, pero no consiguieron el apoyo económico necesario para restaurarlo, así que el P. Provincial decidió venderlo a una inmobiliaria, que destinó el edificio a viviendas y locales comerciales[Notas 79].

La visita continuó en el centro el 16 de junio, en Alcalá de Henares. Escribe el secretario:

“Por la tarde se empezó la visita de las escuelas. La República había desposeído a nuestros Padres de su antiguo colegio, la célebre Universidad Complutense, donde estudiara San José de Calasanz. Pero conviniendo a la Provincia continuar en Alcalá, se instaló la reducida comunidad en una casita propia, en la calle de Santiago nº 13. Allí hay dos escuelas de primaria con un total de 60 alumnos”. La comunidad estaba formada por cuatro padres y un hermano.

La visita se interrumpe durante las vacaciones de verano, y se continúa el 9 de octubre en el norte, en Monforte de Lemos. El colegio, propiedad del Duque de Alba, fue ofrecido a los escolapios en 1873. En el momento de la visita formaban la comunidad 15 padres y 2 hermanos. Tenían primaria y bachillerato, con un total de 417 alumnos, de los cuales 136 internos y 205 vigilados.

De Monforte pasaron a Toro, el 24 de octubre. Había una numerosa comunidad, de 16 padres, un junior y tres hermanos, para un colegio de 407 alumnos, de primaria y bachillerato, de los cuales 127 internos y 85 vigilados. Se comprende que en aquellos tiempos algunos colegios pudieran funcionar con solo profesores escolapios, lo cual suponía un importante ahorro en salarios, que permitía a la comunidad salir adelante en unos años económicamente difíciles para España.

De Toro pasaron a Villacarriedo, uno de los colegios más antiguos de la provincia, fundado en 1746. Comenzó la visita el 3 de noviembre. La comunidad estaba formada por 17 padres y 2 hermanos, que se ocupaban de un pequeño colegio con 247 alumnos de primaria y secundaria. De ellos 159 eran internos. Había además una sección de aspirantes.

El 8 de noviembre comenzó la visita de Santander. Era un colegio moderno, fundado en 1926. Como de costumbre, la visita comenzaba por la noche en la capilla con una plática sobre la observancia regular, y terminaba el último día con otra plática a la comunidad, generalmente sobre la caridad y los votos. La comunidad de Santander estaba formada en 1941 por 20 padres y dos hermanos, que atendían a un colegio que contaba con 821 alumnos, de los cuales 470 de bachillerato, 231 de primaria y 120 externos.

Después de visitar los colegios del norte, los visitadores fueron a visitar el colegio más reciente, el de Santa Cruz de Tenerife, fundado en 1940. Viajaron en barco, desde Sevilla. Partieron el 6 de diciembre, y llegaron a Tenerife el día 10 por la noche. Fueron solemnemente acogidos, según las fotos que tenemos en nuestro archivo. Escribe el secretario: “Admiramos y alabamos el que en tan poco tiempo haya prosperado tanto esta Casa, con ayuda de Dios y de N.S.P.”. Se trataba de una comunidad más reducida que las anteriores, con “solo” 9 padres y 1 hermano. Los alumnos eran 530, de los cuales 65 internos, 60 mediopensionistas, 335 vigilados y 70 gratuitos. Terminó la visita el 25 de diciembre.

Vueltos a la península, comienzan la visita de los dos colegios que les quedan en el centro. El 17 de enero llegan a Getafe. La comunidad estaba formada por 13 padres y 4 hermanos. Era además casa de formación: había en aquel momento 15 novicios y 59 postulantes. El colegio tenía solo cuatro clases de primaria y otras cuatro de bachillerato, con un total de 371 alumnos. De ellos eran internos 203, 104 los vigilados y 64 los externos.

Y luego visitan el colegio de San Antón en Madrid, el mayor de la provincia. Recordemos que el colegio de San Fernando había sido destruido durante la guerra, y hasta octubre de 1941 no volvió a abrirse el nuevo colegio en locales provisionales, por lo tanto, no hubo visita a San Fernando. San Antón contaba en el momento de la visita 702 alumnos de primaria y 772 de bachillerato. No había internado. La comunidad la formaban 25 padres y 3 hermanos.

La visita a la provincia de Castilla terminó el 27 de febrero de 1942. Podemos ver que tenían en casi todos los colegios un buen número de alumnos, y que las comunidades eran numerosas. De este modo podían salir adelante, ahorrando los salarios que en otras circunstancias habrían tenido que pagar a los profesores contratados. Era la lógica del momento: no podían abrir nuevas fundaciones porque el personal religioso eras “escaso”, apenas suficiente para cubrir todos los puestos de profesorado de nuestros colegios. El problema era la falta de dinero para pagar los salarios del profesorado seglar. Pero cuando esta mentalidad cambia, la provincia está en condiciones de enviar buen número de religiosos a fundaciones en Colombia, cosa que ocurriría en el generalato siguiente, aunque la aceptación de la fundación en Colombia estaba ya tomada en 1946[Notas 80]. El 28 de febrero el P. Pazos escribe a Roma: “Ayer terminamos la visita de este colegio de S. Antón (Madrid) y con ello hemos dado fin a la visita de la prov. de Castilla. Gracias a Dios todos los colegios funcionan con gran número de alumnos; las leyes del Gobierno favorecen mucho la enseñanza religiosa. En los colegios se han hecho las reparaciones de los grandes desperfectos hechos por los rojos. La dificultad principal en la actualidad es la escasez de personal…”[Notas 81]

Continuó la visita en la provincia de Cataluña. El primer colegio visitado, a partir del 23 de marzo de 1942, fue el de las Escuelas Pías de Balmes, en Barcelona. La comunidad estaba formada entonces por 14 padres y 3 hermanos. El colegio tenía completas todas las enseñanzas: párvulos y tres grados de primaria con 390 alumnos; cuatro cursos de Comercio con 93 alumnos, y los 7 de enseñanza media o bachillerato con 294. En total, 777 alumnos. La visita terminó el 4 de abril; puede verse que hacían las cosas con mucho detenimiento (o dedicaban mucho tiempo a hacer turismo, algo de lo que alguien acusó a los PP. Pazos y Olea).

El 7 de abril comenzaron la visita del Colegio Calasancio. El colegio no era propiedad de las Escuelas Pías, sino alquilado, y por él se pagaban 700 pesetas mensuales. La comunidad estaba formada por 7 padres y 2 hermanos. El colegio contaba 440 alumnos, entre párvulos, tres grados de primaria y otros tres de Comercio. No tenía bachillerato.

Continuaron con la visita del Colegio de San Antón, maltratado durante la Semana Trágica y luego durante la guerra civil. Comenzó la visita el 12 de abril, y concluyo el 19. El colegio servía a 960 alumnos durante las clases de día, de los cuales 152 eran de párvulos, 537 de primaria y 271 de bachillerato. Pero además tenía clases vespertinas, con un total de 351 alumnos, de los cuales 251 estudiaban Comercio, 25 Cultura General, 68 Peritaje Industrial y 7 preparaban algún examen de Estado. La comunidad era muy reducida: tan solo contaba entonces con seis padres. Anota el secretario: “Este Colegio ha hecho un empréstito en 1928 para la construcción de un nuevo edifico, comprometiéndose a pagar al Banco Hipotecario de España un dividendo anual de 27.000 pts. que importan los intereses y amortización del millón de pesetas tomadas en préstamo durante 50 años. Los alquileres de las tiendas de su planta baja ascienden a 100.000 pts. actualmente, e irán aumentando con otros nuevos alquileres”.

Sigue la visita en el colegio de Tarrasa, el 22 de abril. La comunidad está compuesta de 14 padres y 4 hermanos. El colegio cuenta con 812 alumnos, que estudian Bachillerato y Comercio exclusivamente. De ellos 33 estudian Peritaje en la Escuela Industrial; hay 40 internos, 7 mediopensionistas, 397 vigilados y 335 externos. Forman la comunidad 11 padres y 4 hermanos. El colegio tiene 567 alumnos, de los cuales 13 internos, 9 mediopensionistas, 420 encomendados o vigilados, y 125 gratuitos.

Tras Tarrasa, se visita el colegio de Sabadell, el 1 de mayo de 1943. En la escuela hay 567 alumnos, de los cuales 13 internos, 9 mediopensionistas, 420 encomendados y 125 gratuitos. El secretario no indica qué tipos de estudios cursan, pero según el catálogo de 1948 en Sabadell había cursos de primaria, de secundaria y de comercio. Los más numerosos eran los del primer grupo.

Mataró fue el siguiente colegio visitado, entre el 9 y el 15 de mayo. El colegio contaba 576 alumnos, de los cuales 47 internos, 14 mediopensionistas, 239 encomendados[Notas 82] y 276 vigilados. Existían escuelas de párvulos, primaria, secundaria y Comercio. Había una clase de aspirantes, que estudiaban latín. La comunidad estaba formada por 16 padres y 4 hermanos. El día 14 un centenar de niños recibieron la Primera Comunión.

Los visitadores fueron a Calella del 16 al 19 de mayo. El colegio tenía clases de primera enseñanza y Comercio, con un total de 272 alumnos, de los cuales 244 eran vigilados y 28 gratuitos. La comunidad estaba formada por 6 padres y 4 hermanos.

Visitaron a continuación el suntuoso colegio de Sarriá, concebido como internado principalmente. De los 477 alumnos, 264 eran internos. Había además 163 mediopensionistas; el resto eran externos. Se ofrecía la enseñanza primaria, la secundaria y Comercio. La comunidad estaba formada por 17 padres y 4 hermanos. La visita duró del 22 de mayo al 1 de junio.

El 2 de junio los visitadores fueron a Villanueva y Geltrú. El colegio ofrecía enseñanza de párvulos, primaria, bachillerato y Comercio, con un total de 375 alumnos, de los cuales 23 eran internos, 6 mediopensionistas y 336 recomendados. Había además 10 alumnos que acudían a la escuela nocturna. La comunidad estaba formada por 11 padres y 1 hermano-.

Puigcerdá fue el siguiente colegio visitado, el 8 de junio. El colegio tenía 157 alumnos, en clases de párvulos (61), primaria (46) y Comercio (50). Formaban la comunidad tres padres y dos hermanos, y en aquel momento estaban convaleciendo un padre y dos juniores. El colegio, situado en el Pirineo, ofrecía un aire sano a quienes tenían problemas pulmonares.

Los visitadores fueron a Olot del 11 al 15 de junio. El colegio tenía 288 alumnos, distribuidos en párvulos (52), primaria (161) y Comercio (75). La comunidad estaba formada por 7 padres y 3 hermanos.

Pasaron luego a visitar el colegio de Moyá, el más antiguo de España, fundado en 1683. La principal función de la casa era servir como casa de formación. Había en el momento de la visita 7 novicios clérigos y 2 novicios hermanos; y 8 prenovicios. Tenía además una pequeña con tres grados de primaria (en el 3º se daban algunas nociones de Comercio) con un total de 148 alumnos. La comunidad constaba de 5 padres y 3 hermanos.

El 21 de junio comenzó la visita al colegio de Caldas de Montbuy. Tenía 156 alumnos, de los cuales 26 en comercio, y el resto en Primaria y Preparatoria. Formaban la comunidad 4 sacerdotes y 1 hermano.

Antes de las vacaciones de verano fueron todavía a visitar el colegio de Granollers, el 26 de junio. El colegio tenía 369 alumnos, de los cuales 94 en Comercio, 52 en párvulos y el resto en primaria. La comunidad estaba formada por 5 padres y 1 hermano.

Pasadas las vacaciones, el 24 de septiembre los visitadores fueron a Morella, en la provincia de Castellón. Antes se encontraba allí el postulantado, pero había sido trasladado a Alella. Era un pequeño colegio con 60 alumnos de primera enseñanza y 30 de comercio. También la comunidad era pequeña: dos padres, un junior y un hermano operario. El secretario anota que a la escuela dominical asisten 78 niños, y a las conferencias de los Jóvenes del Frente de Juventudes, 197.

El 6 de octubre comenzó la visita a Igualada. Tenía el colegio 282 alumnos. De ellos 196 en primaria, 76 en Comercio y 10 en 1º de bachillerato. La comunidad estaba formada por 5 padres y 1 hermano.

Sigue la visita a Tárrega, el 13 de octubre. El colegio contaba 318 alumnos, de los cuales 52 internos, 7 mediopensionistas y el resto externos, que se repartían en las clases de primaria (180), media (63) y Comercio (75). La comunidad constaba de 8 padres y 1 hermano.

Pasaron los visitadores a continuación al colegio de Balaguer. El colegio tenía 182 alumnos, de los cuales 157 en primaria y 25 en Comercio. La comunidad estaba compuesta de tres padres y un hermano.

La visita de Alella comenzó el 29 de octubre. El colegio solo tenía 51 alumnos, de ellos 23 en primera enseñanza y 28 en Comercio. Además, había 25 postulantes. La comunidad estaba formada por cuatro padres y tres hermanos.

El último colegio visitado fue el de Nuestra Señora en Barcelona, sede del P. Provincial. Era un colegio de 1155 alumnos, de los cuales 638 en bachillerato, 111 en Comercio, 197 en primaria y 109 en párvulos. La comunidad estaba formada, además del P. Provincial, por 21 padres y 3 hermanos. La visita de la casa terminó el 29 de noviembre, y con ella la de la provincia de Cataluña. Señalamos como dato característico de esta provincia que en todos los colegios se daban cursos de formación profesional, en la rama de Comercio.

Los visitadores se tomaron unas semanas de descanso y el 16 de febrero de 1943 comenzaron la visita la provincia de Valencia, empezando en el colegio de Algemesí. El colegio tiene 218 alumnos, de los cuales 142 estudian primaria, y 76 bachillerato. La comunidad está formada por 4 padres y 2 hermanos.

El 18 de febrero pasan los visitadores a Alcira, que solo tiene dos clases de primaria, con un total de 115 alumnos. La comunidad está formada por tres padres y un hermano. Señala el visitador: “El colegio atraviesa momentos anormales; no estamos en posesión completa del mismo; dos de los padres están muy enfermos y no pueden llevarse los libros de contabilidad en la forma acostumbrada”.

En Gandía comienza la visita el 22 de febrero. El colegio tiene 551 alumnos, de los cuales 372 en primaria y 179 en bachillerato. Son gratuitos 241. Está formada la comunidad por 8 padres y 1 hermano. Señala el visitador que “este colegio tiene próspera vida, y la tendrá más cuando logre recuperarse de los destrozos causados durante la guerra y después de ella”. En efecto, durante la guerra el colegio había servido como cárcel, y la iglesia había sido incendiada. La iglesia fue devuelta a los escolapios el 30 de marzo de 1939, parte del colegio el 15 de septiembre de 1940, y el resto el 13 de agosto de 1941.

Continuó la visita en Castellón, del 8 al 15 de marzo. La comunidad estaba formada por 11 padres y 2 hermanos. El colegio tenía entonces 529 alumnos, de los cuales 320 en primaria y 209 en bachillerato. Los alumnos gratuitos eran 203.

El 22 de marzo comenzó la visita al colegio de Albacete, fundado en 1924. El colegio tenía 601 alumnos, distribuidos en primaria (271) y bachillerato (330). De ellos 164 eran internos. Había 177 gratuitos, y 260 vigilados. La comunidad estaba formada por 9 padres y dos hermanos.

Continuó la visita con el histórico y glorioso colegio de Valencia, fundado en 1738. Era el mayor colegio de la provincia, y uno de los mayores de España, con 1469 alumnos. De ellos, 918 en primaria y 551 en bachillerato. Había 140 alumnos internos, 65 mediopensionistas, 826 encomendados (o vigilados) y 489 gratuitos. El colegio era la residencia del P. Provincial. Además de él, la comunidad estaba formada por 13 padres, un junior y 5 hermanos. El edificio sirvió de cárcel durante la guerra civil, y sufrió graves daños, hasta el punto de que se consideró la posibilidad de abandonarlo cuando se recuperó en 1939. Pero prevaleció la decisión de repararlo, y para ello se pidió al Instituto de Crédito de la Reconstrucción nacional un préstamo de 442.400 pesetas, a amortizar en 20 años.

El colegio era propietario de la Masía de la Godelleta. Por necesidades económicas la mayor parte de sus fincas se habían parcelado y vendido, pero se conservaba el edificio, en donde estaban instalados el noviciado y el postulantado de la provincia. Existía en la Masía una comunidad formada por 5 padres y dos hermanos, que se ocupaban de 17 novicios clérigos, 2 operarios y 50 postulantes. Concluyó la visita a la Masía el 14 de abril de 1943.

A continuación, los visitadores hicieron una rápida visita al colegio de Albarracín en la provincia de Teruel, que estaba convertido en seminario menor de la diócesis de Teruel, pues su seminario había sido destruido durante la guerra y, además, escribe el visitador, la provincia de Valencia no podía abrir el colegio a causa de la escasez de personal, después de las bajas producidas por la persecución religiosa. Quedaba en el colegio como custodio de la casa y de la iglesia un solo padre.

Con la visita a esta casa terminó la visita a la Provincia de Valencia. Proporcionalmente era la que más bajas había sufrido durante la guerra civil, y se notaba en el tamaño de las comunidades. Pero no faltaba entusiasmo en sus miembros para recuperar lo perdido, e incluso para partir a nuevas fundaciones en América, como se vio pronto durante el generalato siguiente.

Terminada la visita a Valencia, y tras unas semanas de reposo, los visitadores continuaron con la provincia de Vasconia. Comenzaron con la casa de Tolosa, el 27 de mayo de 1943. El colegio tenía 406 alumnos, distribuidos entre primaria (247), Comercio (50), Bachillerato (96) y una categoría nueva: “papeleros” (13). En Tolosa había una importante industria papelera, es de suponer que estos alumnos recibían una formación profesional pensada para ir a trabajar luego a aquella fábrica, o quizás era ya obreros de la fábrica que recibían una formación general nocturna. Había 13 alumnos internos, 320 vigilados y 73 gratuitos. La comunidad, como todas las de Vasconia, era numerosa. Estaba formada por 15 padres y 1 hermano. Anota el visitador que una tercera parte del edificio pertenece al Ayuntamiento, que la ha cedido en usufructo perpetuo al colegio; el resto es propiedad de las Escuelas Pías. Este edificio se encontraba en el centro de la localidad. En 1978 se trasladó a su localización actual, a las afueras.

El 7 de junio los visitadores fueron a Orendain, sede del noviciado y del postulantado. Había en aquel momento 16 novicios clérigos y un hermano. Los postulantes eran 51. La comunidad estaba formada por 5 padres y dos hermanos. La formación de los candidatos era la única actividad de la casa. Indica el secretario que el fundador de la casa (en 1937) impuso a la Provincia de Vasconia la celebración de 36.000 misas a su intención.

Los visitadores llegaron a Estella el 12 de junio. El colegio tenía 155 alumnos; de ellos 98 en primera enseñanza, y 57 en bachillerato. De ellos, 109 eran vigilados y 46 gratuitos.

Después de la visita a Estella llegaron las vacaciones de verano. Los visitadores continuaron la visita el 21 de octubre en el colegio de Tafalla. La comunidad estaba formada por 11 padres, un junior y 3 hermanos. El colegio contaba 314 alumnos, de ellos 242 en primaria y 72 en secundaria. No había internado.

De Tafalla pasaron a Bilbao, el 3 de noviembre. El colegio contaba con las secciones de primera enseñanza (267), bachillerato (328) y comercio (93), con un total de 688 alumnos. De ellos, 100 eran gratuitos y el resto vigilados. La comunidad estaba formada por 17 padres.

El último colegio visitado fue el más importante, el de Pamplona, recientemente construido (1931). Era la residencia del P. Provincial. Además de él formaban la comunidad 19 padres y 4 hermanos. Contaba 867 alumnos, distribuidos en primaria, bachillerato y Comercio. De ellos 28 eran internos, 6 mediopensionistas, 634 vigilados y 199 gratuitos. Y en Pamplona termina visita a la provincia de Vasconia.

Después de las navidades y unas semanas de descanso, comienza la visita a la Provincia de Aragón el 6 de febrero de 1944. Y comienza por el colegio más importante de la provincia, el de Zaragoza, sede del P. Provincial. En aquel momento es el mayor colegio de España (y de toda la Orden), con 2.044 alumnos, de ellos 1317 en primaria y 727 en bachillerato. Tiene 243 internos, 39 mediopensionistas, 1178 vigilados y 584 gratuitos o becados. También tiene esta casa la mayor comunidad de España y de toda la Orden. La componen, además del Provincial, 40 padres y 6 hermanos.

En Zaragoza se había abierto en 1941 una sucursal del colegio de Santo Tomás, que recibiría el nombre de Calasancio. De momento lo atendía la misma comunidad del colegio principal, y tenía entonces 189 alumnos: 148 en primera enseñanza, y 41 en dos cursos de bachillerato. Poseía el colegio además algunas fincas fuera de la ciudad, entre ellas la Torre de Cascajo, que años más tarde se convertiría en sede del postulantado y del colegio Cristo Rey.

Continuó la visita el 17 de marzo de 1944 en Logroño, colegio fundado en 1928 y que había sufrido daños en 1936, lo mismo que la iglesia. Formaban la comunidad 18 padres y 3 hermanos. El colegio tenía entonces 691 alumnos, de ellos 430 en primera enseñanza y 261 en bachillerato. Había 103 internos, 7 mediopensionistas y 413 vigilados. El colegio estaba ya totalmente restaurado.

De Logroño pasaron los visitadores a Sos del Rey Católico. Se trataba de un pequeño colegio con 134 alumnos en dos clases de primaria, y 43 en bachillerato. La comunidad estaba formada por 8 padres. El colegio era una fundación benéfico-docente; no era propiedad de los escolapios. Y tenía dos grandes fincas donadas por el fundador D. Isidoro Gil de Jaz, una cerca de Sos, en Sofuentes, y otra en Gandía.

La siguiente visita fue al colegio de Jaca, el 22 de abril. Jaca tenía 139 alumnos en primaria y 50 en bachillerato. De ellos 8 eran internos, 90 vigilados y el resto gratuitos. Formaban la comunidad 4 padres, un junior y 1 hermano.

De Jaca pasaron a Barbastro, el 5 de mayo. El colegio tenía solamente 176 alumnos; de ellos 123 en primaria (en dos clases), 27 en bachillerato (en tres cursos) y 26 postulantes. Formaban la comunidad 6 padres y un hermano. También este colegio poseía una amplia finca cerca de la ciudad, y una huerta.

Los visitadores van después a la vecina Peralta de la Sal, el 11 de mayo. El colegio y la capilla habían sufrido graves daños durante la guerra, y la restauración no había terminado aún. El colegio escolapio había ofrecido años antes educación primaria a los niños de la población, pero en el momento de la visita era exclusivamente noviciado de la provincia (lo había sido siempre) y postulantado. Había en aquel momento 10 novicios y 19 postulantes, que recibían formación en casa. La comunidad estaba formada por 5 padres y 1 hermano.

El último lugar visitado fue Daroca, a donde llegaron los visitadores el 24 de mayo. Contaba el colegio con 251 alumnos, de ellos 152 en primaria y 99 en bachillerato. Contaba la comunidad con 9 padres y un hermano.

No se menciona el colegio de Alcañiz, fundado en 1729, porque durante la guerra había sufrido graves daños, y no pudo repararse hasta 1944. Los escolapios volvieron al colegio el 1 de octubre de 1944, ya terminada la visita.

No se visitan los junioratos de Irache y Albelda, por estar bajo la jurisdicción directa del P. Vicario General de España. Pero en el libro de la visita aparece la composición de ambas casas en el curso 1945-46. En Albelda había 11 padres y 8 hermanos; en Irache 7 padres y 4 hermanos. En cuanto a los juniores,

  • 12 salieron de Albelda en abril de 1945
  • 26 salieron de Albelda en abril de 1946
  • 44 salieron de Albelda en agosto de 1946
  • 38 llegaron a Albelda en agosto de 1944
  • 47 llegaron de Irache en agosto de 1945
  • 43 llegaron a Albelda en septiembre de 1946
  • 59 llegaron a Irache en agosto y septiembre de 1945
  • 100 llegaron a Irache en agosto y septiembre de 1946.

Como las cuentas resultan algo confusas, acudimos al Catálogo de 1948, que nos dice que la casa de Irache tenía una comunidad de 241 miembros, de ellos 6 padres, 5 hermanos profesos, 15 hermanos juniores y 215 juniores. La casa de Albelda tenía una comunidad formada por 7 padres, 104 juniores, y 4 hermanos profesos. En total, 115. Y, además, 6 postulantes para hermanos.

De vuelta de la visita a las casas de América el 15 de abril de 1946, los visitadores llegan a tiempo para los Capítulos Provinciales, que debe presidir el P. Pazos, con la facultad concedida por el P. General de nombrar a los superiores de España. En efecto, el Capítulo Provincial de Castilla se celebró del 29 de junio al 2 de agosto en el colegio de San Antón de Madrid; el de Vasconia, en Pamplona, del 1 al 4 de julio, presidido este por el P. Valentín Caballero; el de Valencia, del 8 al 10 de julio; el de Cataluña, del 15 al 18 de julio en el colegio de Sarriá, y el de Aragón del 22 al 26 de julio. El P. Pazos ya había presidido los capítulos provinciales y nombrado a los superiores de España en 1943. No regresa a Roma hasta finales de 1946, ya para dedicarse a la preparación del Capítulo General. El nuevo P. General, Vicente Tomek, confió en él como Asistente General, cargo en el que permaneció hasta su muerte en 1953, a los 76 años. Le confió numerosos asuntos de España, como había hecho el P. Del Buono.

América

Terminada la visita canónica a España a finales de mayo de 1944, el P. Pazos no regresa a Roma, pues la guerra seguía en Italia. Terminada ya la guerra, en mayo de 1945 escribe al P. General felicitándole por el fin de la guerra. Las comunicaciones no estaban aún restablecidas; lleva la carta un diplomático en mano[Notas 83]. Ofrece un informe positivo sobre los colegios y los noviciados de España. Y le dice:

“Con el fin de completar la Visita General de nuestras provincias de España pienso hacer, si V. P. no dispone otra cosa, la Visita de nuestros colegios de América. Habré de comenzar por la Argentina y continuar a Chile, en donde los colegios tienen abierta sus aulas hasta mitad de noviembre, en que empiezan las vacaciones escolares. Saliendo de España en julio llegaría en agosto, quedando tiempo suficiente para practicar la santa Visita en los colegios de ambas naciones. El curso escolar en Cuba se desarrolla en los mismos meses que en Europa. Me trasladaría, pues, en el mes de diciembre a aquella isla y podría regresar a España, con la ayuda del Señor, en febrero o primeros de marzo. Podría haberme trasladado a América hace algunos meses, pero la incomunicación casi completa con Roma y varios asuntos de España, a los que por deseo de los PP. Provinciales había de atender, me impidieron ausentarme”.

El 1 de agosto el P. Pazos informa desde Zaragoza al P. Del Buono que saldrá hacia América hacia el 20 de agosto “con el objeto de completar la visita de estas provincias con la de aquellos colegios. El no practicarla después de 24 años pudiera ocasionar algún disgusto, pues no todos se dan cuenta de las circunstancias difíciles actuales, Deseo que la santa Visita produzca frutos saludables en la observancia regular y prosperidad de aquellas nuestras casas, y para ello necesito en primer término las oraciones y bendición de V.P., como asimismo las plegarias de nuestros religiosos”.

Le acompaña como secretario y cronista el P. Joaquín Seguí, rector de Sarriá, que narra con detalle las incidencias del viaje. Embarcaron los padres en Barcelona el 22 de agosto de 1945, en el vapor “Cabo de Hornos”, de una compañía sevillana. En el vapor celebraron la fiesta de Calasanz (entonces el 27 de agosto), con la participación de numerosos religiosos y religiosas que viajaban a América. El barco llegó a Trinidad, y desde allí continuó el viaje, con paradas en Río de Janeiro, Santos y Montevideo, entre otras. A buenos Aires llegaron, por fin, el 1 de octubre.

Tras diversas gestiones en la capital, los visitadores parten hacia Córdoba para comenzar allí la visita al vicariato de Argentina. La visita del colegio Santo Tomás de Córdoba comienza el 7 de octubre. La comunidad estaba formada por 13 padres y 1 hermano. El colegio contaba con 496 alumnos; exactamente la mitad en primaria y la otra mitad en bachillerato. De ellos 144 eran internos, y 352 externos. El secretario es más explícito al referirse a la plática con la que el P. Pazos clausuró la visita: “El día 17 de octubre por la tarde se cerró con todas las formalidades de ritual la Santa Visita en el colegio de Santo Tomas. El Rmo. P. Visitador habló a la Comunidad, comunicando sus impresiones de la visita, señalando rutas orientadoras y exhortando con fervorosa insistencia a la vida interior, a la observancia regular, y elevando las almas por la confianza en el Señor y por la intercesión de la Santísima Virgen y de Nuestro Padre S. José de Calasanz. Con el recogimiento pertinente y consecuencia, además de las palabras del Rmo. P., recibieron todos la Absolución General que les dio el P. Visitador”.

Terminada la visita del colegio Santo Tomás el 17 de octubre, el 18 comienza en el colegio “General Paz” de la misma ciudad de Córdoba. La comunidad la formaban 12 padres. Ese colegio tenía 300 alumnos en aquel momento, de los cuales 162 en primaria y el resto en bachillerato. Divididos según categorías de pago, eran 54 internos, 18 mediopensionistas, 6 recomendados, 175 externos y 47 gratuitos.

Durante la visita a Córdoba los visitadores participaron en diversos actos, como la celebración del Centenario del Apostolado de la Oración, repartos de premios a los colegiales, un festival gimnástico. Recepciones a diversos grupos, etc. La visita de Córdoba concluyó el 24 de octubre. El día 25, por tren, partieron hacia Río Cuarto. Al día siguiente comenzó la visita. Copiamos unas líneas para conocer mejor el ritual de las visitas. Escribe el cronista-secretario: “Los alumnos por la mañana de este día (26), reunidos en una de las espaciosas aulas del colegio, saludaron al P. Visitador con discursos y cantos, y le ofrecieron un bellísimo ramo de flores que el Rmo. Padre colocó a los pies de la Virgen del Pilar, a la que está dedicada la capilla. Las palabras vibrantes con que el P. Visitador quiso corresponder al gesto de los niños fueron escuchadas por estos con gran interés y coronadas con un aplauso cerrado y unánime. Todos los alumnos se esmeraron en quedar bien ante el P. Visitador en las clases; con atención recibieron los consejos que les diera sin regateos, y muy contentos estuvieron con la estampita con que el Padre les obsequió.”

También en Río Cuarto los alumnos ofrecieron un festival gimnástico al P. Visitador. El colegio, entonces, solo tenía construida una planta, y solo ofrecían estudios de primaria. Había 197 alumnos, de los que 31 internos, 5 mediopensionistas, 118 externos y 43 gratuitos. La comunidad estaba formada por 6 padres.

Después de la visita a Río Cuarto los visitadores fueron a Rosario, a donde llegaron el 29 de octubre. La comunidad estaba formada por solamente 5 padres, que atendían a 206 alumnos, de los cuales 133 en primaria y 73 en bachillerato. Había 43 internos, 13 mediopensionistas y 150 externos. Escribe el secretario: “Este colegio de Cristo Rey tuvo muy penosos comienzos, pero la gracia del Señor auxiliando y fortaleciendo a sus religiosos ha fecundado la acción de estos y se han superado obstáculos de monta, se han vencido dificultades serias; se cuenta con edificio propio que hace poco tiempo se amplió y se espera poder realizar otras ampliaciones con lo que podrán admitirse más alumnos. Son muchos los que solicitan plaza y no pueden ser admitidos por no disponer de local”.

Terminada la visita en Rosario, partieron hacia Buenos Aires, donde comenzaron la visita el 4 de noviembre. Como modelo de charla al comienzo dela visita, transcribimos la de Buenos Aires, según la ofrece el secretario: “El Rmo. P. en su plática llego al corazón de los religiosos al exponerles los altos fines perseguidos por la Visita, el interés del Rmo. P. General y demás Superiores y propio, por los colegios de América; los merecimientos que puede ostentar la Escuela Pía para exigir de sus individuos trabajo solicito, mirando a Dios; las responsabilidades que les serán pedidas al escolapio frío o negligente; la necesidad de imprescindible para el fruto del trabajo, para el prestigio del colegio y para la gloria de la Orden, de la oración, de la vida interior, de la observancia regular; la confianza y que hay que tener en Dios y la potencia intercesora de la Santísima Virgen, de nuestro Santo Padre, de nuestro hermano San Pompilio y de cuantos religiosos nuestros gozan de la visión del Señor en el cielo”. El P. Pazos tuvo que apresurar su visita a las clases, contra su costumbre, pues el curso estaba para terminar.

La casa de Buenos Aires tenía a su cargo la parroquia, erigida en la capilla del colegio. Era además la residencia del Vicario Provincial de Argentina. Formaban la comunidad 15 padres y 2 hermanos. El colegio tenía un total de 714 alumnos, en los niveles de primaria (543) y bachillerato (171). De ellos, 71 eran internos, 86 mediopensionistas, 18 recomendados, 419 externos y 120 gratuitos.

Con cierta prisa, salieron los visitadores de Buenos Aires hacia Pontevedra el 7 de noviembre. En esta casa se encontraban el noviciado y el postulantado de la provincia. En ella, que poseía una amplia finca, solo había dos padres y un hermano. En aquel momento había en la casa 8 postulantes. El 8 regresaron los visitadores a Buenos Aires, para continuar la visita del colegio Calasanz. El día 15 se celebró el santo del P. Rector, y se hizo la despedida a los alumnos de bachillerato del último curso. El 16 se cerró la visita a la Vicaría de Argentina. Se tuvieron varios actos en honor del P. Visitador, por parte de diversos grupos.

Para desplazarse a Chile había pensado el Visitador ir en avión (para ganar tiempo), pero no había plazas, así que salieron por tren el 21 de noviembre. Se detuvieron en Mendoza, para obtener el visado que les daría el cónsul chileno. El 23, conseguido el visado, siguieron viaje en tren hasta el país vecino Hicieron noche en Los Andes, y el 24 llegaron al colegio Hispano Americano de Santiago.

En aquel tiempo la Vicaría de Chile solo tenía aquel colegio. La comunidad estaba formada por 12 padres y 5 hermanos. Asistían al colegio 609 alumnos, de los cuales 346 en primaria (“cursos preparatorios”) y 263 en secundaria (“humanidades”). Había 94 internos, 125 mediopensionistas y 390 externos. No faltaron visitas oficiales: al Arzobispo, al Nuncio, al Círculo Español, a la Universidad Católica… El 1 de enero de 1946 celebraron el santo del visitador. Cumplidos todos los requisitos, se cerró la visita el 7 de enero. Tras despedirse de autoridades y amistades, el 10 de enero salieron los visitadores en avión hacia Lima.

El P. Pazos explica en una carta desde Camagüey al P. Del Buono el motivo de detenerse en su camino hacia Cuba[Notas 84]:

“Dispusimos nuestro viaje a Cuba de manera que pudiéramos detenernos 4 días en Lima y otros tantos en Bogotá, puesto nuestro pensamiento en conocer aquellos países en orden a la enseñanza y dar a conocer en ellos a nuestra Orden.

En Lima visitamos al Sr. Nuncio Apostólico, Monseñor Fernando Cento. Nos recibió con extremada amabilidad; nos instó repetidas veces a fundar en el Perú: “Que la fundación de las Escuelas Pías sea un regalo de su visita al Perú; me ofrezco para todo”. Tiene mucha influencia y su informe ante las autoridades; basta para que una corporación docente pueda ejercer la enseñanza.

El Sr. Arzobispo y nuevo cardenal Monseñor Manuel Guevara, a pesar de hallarse muy ocupado en los preparativos de su viaje a Roma, estuvo muy atento con nosotros y nos abre las puertas de su diócesis (…) El día 15 del corriente mes nos trasladamos a Colombia. Por un retraso en la salida del avión a causa del estado atmosférico, no llegamos a Bogotá y nos detuvimos en Cali. Visitamos al Sr. Obispo y, sin que mediase ninguna petición, nos ofreció un internado, actualmente Seminario Menor, pero que quiere convertir en colegio para toda clase de alumnos y enseñanzas. Creo que es capaz para 200 internos.

El 17 continuamos a Bogotá. Colombia es la nación más religiosa de América; campo muy fértil en vocaciones religiosas y muy apropiado para la enseñanza. (…)

Fuimos a visitar al Sr. Arzobispo; estaba en ejercicios espirituales con sus dos obispos auxiliares y el clero fuera de Bogotá. Vimos al Sr. Vicario General, Monseñor Restrepo, quien nos recibió con grandes atenciones y amabilidad. Nos dicen que es el brazo derecho del Sr. Arzobispo. Nos citó para ver al Sr. Arzobispo, a pesar de los ejercicios, al día siguiente. El Sr. Arzobispo nos dispensó también la más favorable acogida, y estuvo sumamente atento y amable. Nos ofreció una fundación fuera de la capital, sin que nosotros se la pidiésemos. El resultado de estas visitas y conversaciones no pudo ser más halagüeño para la Escuela Pía. Al día siguiente se presentó el Sr. Vicario General en la casa de los PP. Claretianos, en donde nos hospedábamos, para pedirnos expresamente una fundación en Bogotá. Nos dio varias razones que hacían más necesaria la fundación de las Escuelas Pías en la capital de Colombia, y se ofreció para ayudarnos en cuanto pudiese. Manifestó grandísimo interés en este asunto, que quisiera ser realizarse pronto. Se despidió con estas palabras: “les esperamos”.

Está fundación nos interesa en gran manera. Muchas Corporaciones religiosas han querido establecerse en Colombia. Todas tienen vida muy prospera, y creo que nosotros no debemos desaprovechar está petición y apoyo que nos brindan las autoridades eclesiásticas. Tan pronto como pueda hablaré con V.P. sobre este asunto que considero de gran importancia para la Escuela Pía. (…) América ofrece vasto campo para toda la Escuela Pía y creo nos conviene ampliar nuestras bases con nuevas fundaciones".

Seguramente el P. Del Buono, tan apegado a Roma, sentiría admiración por la audacia de su Asistente General, pero no tuvo ánimos (u oportunidad, estando ya casi a la vista el próximo Capítulo General, y el final de su mandato) para intentar las fundaciones, que debieron esperar a los primeros años del generalato del P. Tomek.

Tras las peripecias narradas por el P. Pazos, el 21 de enero de 1946 los visitadores llegan a Camagüey en Cuba, y el día siguiente comienzan la visita. Llevan a cabo las visitas de cortesía al Alcalde, al Gobernador, al Jefe Militar, y a las autoridades académicas (el Obispo estaba ausente, aunque llegó días más tarde y también pudieron saludarle). Hubo numerosos actos en honor del visitador. La comunidad de Camagüey constaba de 9 sacerdotes y 3 hermanos. El P. Enrique Pobla, miembro de la comunidad, se encontraba en Los Ángeles intentando una fundación en aquella metrópoli. El colegio tenía 317 alumnos, de los cuales 245 en primera enseñanza y 72 en bachillerato. De ellos, 62 internos y 255 externos.

Terminada la visita, el 4 de febrero salieron hacia la Habana. El día 6 comenzaron la visita al colegio de San Rafael. El colegio de San Rafael había sido fundado en 1905. En 1930 se abrió una sucursal en el barrio de “La Víbora”, que ocupaba un local alquilado hasta que en 1949 se construyó un colegio de planta, y en 1952 se independizó del de San Rafael. En el momento de la visita de 1946 solo existe una comunidad, formada por 14 padres y 4 hermanos. En el número de alumnos no se distinguen los de una sede y la otra (como tampoco se hace en el catálogo de 1948). Eran un total de 1222, de ellos 897 en primaria, 104 en Comercio, 155 en Bachillerato, 65 en la escuela nocturna y 1 universitario. Había 13 internos, 51 mediopensionistas, y el resto externos. También en La Habana, como es natural, el P. Pazos tuvo que realizar diversas visitas y recibir diversos agasajos. Entre otros, el del Centro Gallego (el P. Pazos había nacido en Orense). En el acto de despedida del colegio un alumno leyó un discurso, del que reproducimos un párrafo, para dar a conocer un poco del espíritu que animaba aquellos tiempos:

“Reciba, carísimo Padre, nuestro más ferviente saludo de respeto y cariño filial; el de los miembros de la Juventud de Acción Católica; el de sus Aspirantes, Congregantes y el de todos los alumnos de las Escuelas Pías de La Habana. Deseamos que el Señor le conceda muchos años de vida, para que siga sembrando el bien en el corazón de nosotros, de todos los alumnos de las Escuelas Pías de España y de América, hasta que en el cielo formemos todos una corona eterna”[Notas 85].

Larga fue la visita a La Habana, con tantas formalidades que cumplir. El 25 de febrero comenzó la visita del colegio escolapio de Guanabacoa, el más antiguo de la isla y de América, fundado en 1857. El colegio es también noviciado y postulantado. La comunidad la forman 15 padres, 4 hermanos y 1 junior. Parece que no hay ningún novicio ese curso (en el año 1948 hay 2). El colegio tiene 875 alumnos, de los cuales 610 en primaria, 114 en Comercio, 144 en bachillerato y 7 “para las Escuela Pías” (se supone que son postulantes). Hay 123 internos, 119 mediopensionistas, 450 vigilados, 176 gratuitos y los 7 postulantes. Al terminar la visita, los profesores seglares dirigen al visitador unas palabras que suenan muy modernas, como de las Fraternidades Escolapias actuales: “Somos, Rmo. P., hijos de la Escuela Pía en el grado que puede serlo quien de los PP. Escolapios ha recibido el don inapreciable de la educación y la instrucción en la Piedad ya las Letras. Los que no, lo somos por adopción, pues el espíritu escolapio, que para nosotros ha sido espíritu cordialísimo de hogar, tiene para todos nosotros un encanto conquistador especial”.

El 12 de marzo llegan al colegio de Pinar del Río. Se trata de un colegio más pequeños, servido por 4 padres. Tiene 259 alumnos, de los cuales 6 en Bachillerato y Comercio oficial, 55 en “Mecanografías” y el resto en primaria. El día 17 el P. Pazos dio la Primera Comunión a 48 alumnos. Y así termina la visita de los colegios de Cuba. Escribe el secretario:

“En todos los colegios los religiosos de sus comunidades fueron obsequiados por el Rmo. P. Manuel Pazos con sendos bellísimos crucifijos de acertadísima ejecución. En la parte posterior de la Cruz hay un pequeño relicario que contiene una reliquia de N. S. Padre y una medallita escapulario situada en la parte interior de la puertecita que en el exterior ostenta la imagen del Santo Fundador. Cada religioso posee la correspondiente auténtica de la reliquia. Todos estimaron efusivamente el tan netamente escolapio obsequio y su actitud, más que sus palabras, daba a conocer la más viva y sincera gratitud para con el Rmo. P. que tan delicada y piadosamente supo agraciarles”.

El 18 de marzo salen de Pinar, de vuelta a La Habana. El 19 se celebró el santo del P. Rector, José Homs. Siguieron nuevos agasajos y despedidas, que retuvieron a los visitadores hasta el 30 de marzo. Ese día salieron hacia España en el vapor “Marqués de Comillas”, que se detuvo tres días en Nueva York, tiempo aprovechado por los visitadores para conocer un poco la ciudad. El barco llegó a La Coruña el 15 de abril de 1946.

Notas

  1. Diario, 21.1.34.
  2. Cuando el P. Del Buono envió las Constituciones para su aprobación el 29 de julio de 1929, las acompañó de la siguiente carta explicativa (RG 320 B): “Reverendísimo Señor, es una grata obligación de nuestro cargo poner en las manos de Vuestra Reverendísima Grandeza las Constituciones de las Escuelas Pías recientemente elaboradas, las cuales, diligentemente revisadas según el precepto de la Visita Apostólica, esta Curia General presenta a la Sede Apostólica para que las apruebe. Estas Constituciones han nacido del mismo texto primigenio de nuestro legislador Calasanz, y se han elaborado basadas en él, contando también con el volumen preparado por nuestro predecesor que fue aprobado por el último Capítulo General reunido en Florencia en 1919, teniendo además en cuenta el nuevo Código de Derecho Canónico y las observaciones sugeridas por el Visitador Apostólico. Las nuevas Constituciones, a diferencia de las antiguas, constan de tres partes. Las partes primera y segunda reproducen casi las mismas palabras del texto antiguo, mitigando tan solo algunas normas más ásperas del Santo Fundador, pues es demasiado difícil y arduo observarlas al pie de la letra por hombres ya bastante fatigados por los deberes cotidianos de la escuela. Otro capítulo que modificamos es el titulado “Sobre la disciplina uniforme a observar en las escuelas”, puesto que, dejando a salvo la finalidad fundamental de formar a los niños en la doctrina cristiana, en la piedad y en las buenas costumbres, es necesario seguir los programas que en cada nación ha impuesto el Gobierno. Las modificaciones más importantes aparecen en la tercera parte en la que para el gobierno interno de la orden se establece nuevas leyes principalmente a en lo referente a las elecciones, según un sistema de elecciones propuesto en las nuevas Constituciones, más simple y más conforme a los cambios ellos tiempos, y que responde a los deseos del Capítulo General citado. Finalmente, la Curia General presenta humildemente a la Sede Apostólica las nuevas Constituciones, con el deseo de que Su Santidad se digne aprobarlas con su suprema sanción, y ordene que, no obstante cualquier costumbre contraria, las nuevas Constituciones sean admitidas en todas las provincias y, en la medida de lo posible, sean observadas lo más fielmente posible. Beso devotísimo la mano de Vuestra Grandeza”.
  3. Diario 15.2.40.
  4. Diario, 27.10.31.
  5. Diario, 28.9.31.
  6. Esta primera serie de ASP apareció en 1936, y consta de 15 volúmenes a razón de un volumen anual, hasta 1956, con el hueco de los años 1944-1949, todos dirigidos por el P. Picanyol. Como indica el P. C. Vilá en la presentación del nº 1 de la segunda serie (la actual), el nuevo Archivero General, P. G. Sántha no continuó su publicación. Fue, pues, el P. Claudio Vilá quien relanzó la publicación en 1977, con dos volúmenes anuales. El P. Vilá dirigió ASP hasta el nº 18 (1985), y luego fue el P. Osvaldo Tosti quien tomó el relevo, hasta el nº 46 (1999). Le sucede Goffredo Cianfrocca (nn. 47-53, 2000 a 2003). Sigue después el P. A. García Duran, del 54 al 78 (2015). El director actual es el P. José P. Burgués.
  7. Diario 30.1.34.
  8. RG 259 a, 61. 14.11.43.
  9. RG 268, 39.
  10. Tomás, 1879-1937. De la Provincia de Cataluña, Asistente General desde 1929 hasta su muerte.
  11. RG 268 f, 46.
  12. Diario, 11.3.33.
  13. Diario, 10.4.33.
  14. Diario, 17.11.35.
  15. Diario, 28.3.37.
  16. Diario, 9.4.39.
  17. Diario, 19.4.42.
  18. Diario, 20.3.30.
  19. Diario, 21.3.30.
  20. En la Italia de aquel tiempo, un centro “parificato” o reconocido obtenía su reconocimiento año tras año, mediante una convención con el Estado o entes locales. En cambio, un centro “pareggiato” podía conceder diplomas de estudios, reconocidos por un ente público territorial. Para ello debía ser reconocido legalmente. Se hablaba también de centros “regificados”, en tiempo de la Monarquía: eran centros que se transferían a la gestión directa del Estado.
  21. Diario, 18.5.45.
  22. Se trataba del alumno más brillante del centro durante aquel curso.
  23. RG 258 e, 13.
  24. La Santa Sede había establecido que los religiosos que quisieran hacer estudios universitarios debían hacerlo en la única universidad católica que había entonces en Italia, la del Sacro Cuore, en Milán.
  25. Diario, 4.10.32. “El Municipio devolvería a los Escolapios no solo los antiguos locales ocupados por ellos, sino también sus antiguos bienes”.
  26. Diario, 8.8.33. “El P. General da una respuesta negativa, por el número de religiosos en las provincias italianas, y especialmente meridionales, y por la dificultad para encontrar sujetos adecuados para la dirección y el ambiente siciliano”.
  27. Diario, 11.8.33. “El P. Gen. da una respuesta negativa a Mons. Ragusa ab. de la Rota para el Sr. Obispo de Caltagirone para introducir los Escolapios en aquella diócesis”.
  28. Diario, 5.1.34. "Visita del abogado Paolo Tarsia de Conversano, que ofrece al P. General un convento de su propiedad en Conversano (antes de la Tercera Orden de S. Francisco, pasado a poder de la familia después de las leyes de supresión), sin ninguna obligación particular excepto la de tener abierta la iglesia aneja”.
  29. Diario, 15.4.36. “El Ministerio de Educación Nacional ha invitado al Provincial de Nápoles a crear un instituto propio en Nápoles para sordomudos de la provincia. El Ministerio contribuiría con un subsidio anual 80.000 liras. Asumiría las escuelas, y la provincia debería ofrecer los locales”
  30. RG 259 v, 23. 17.8.38. Escribe el P. T. Bianchini, provincial, que n Bovino les ofrecen una fundación. Ha enviado al P. Cibarelli a ver y le ha gustado. Podría enviar a F. Ciotta. Haría falta otro, si puede mandarlo. Pide su opinión para responder al obispo.
  31. La relación sospechosa del P. Rector de la casa con una de ellas fue la causa inmediata para el abandono de Volterra al año siguiente.
  32. Diario, 21.10.33: “Larga conversación con el P. Antonio Gandolfi. Informe sobre la situación del Instituto Umberto en Vía dei Serragli. El Cardenal Arzobispo no se pronuncia, y parece que tenga miedo del Fascio, al que apetece el Instituto bien encauzado. El P. Provincial está en contra del P. Gandolfi, y desea el cierre del Instituto por nuestra parte. Mientras tanto, el P. Gandolfi recibió el despido como director, pero no por medio de la Asamblea, como establece el estatuto, sino del Consejo, y tiene dos meses de tiempo para preparar su salida. Él desearía que el P. General escribiese al Presidente Marqués Torregiani rogándole que llevara la discusión a la Asamblea General sobre el despido del P. Gandolfi de la dirección”.
  33. Diario, 10.9.31. “No es posible aceptar la propuesta, que tiene la simpatía de todos, por la falta de religiosos. El P. General no conoce las promesas hechas al canónigo Ferrari por el Rvmo. P. Viñas de s.m., pero ciertamente nuestro llorado Cardenal no era muy propenso. El P. General, aun viendo con simpatía el proyecto, no ha hecho promesas formales”.
  34. Diario, 3.6.41. “Fundación en Lucca. Carta de invitación con fecha 31 de mayo de 1941 de Pier Luigi Pollera Orsucci, de Lucca, que es el Presidente de la Pía Casa de Beneficencia, que tiene como finalidad el mantenimiento y la educación de los jóvenes. Se trata de una obra antigua y muy benemérita que tiene amplios y bellísimos locales y notables posibilidades económicas. En la actualidad la obra se ocupa de 150 jóvenes, pero el número puede ser bastante más elevado”.
  35. Podestá era el título de los alcaldes en la época del fascismo.
  36. Entendido como emigración de las pequeñas poblaciones hacia las grandes ciudades.
  37. Diario, 16.10.39.
  38. Diario, 23.5.39. Escribe el P. Del Buono: “El P. Provincial, tras ver el proyecto general del Arq. Milani para un internado en Alatri, y considerando que la suma de 600 mil liras prometidas por el Municipio de Alatri no sería de ninguna manera suficiente para dicho proyecto, ha escrito al Podestá de Alatri para darle las gracias y para retirar la promesa hecha de satisfacer las necesidades del Municipio. El cual, por la reforma de los estudios según la Carta de la Escuela, necesitaría los locales del actual internado. Pero con 600 mil liras ciertamente no se puede construir un internado con capacidad al menos para cien alumnos en estos momentos en que cuesta tanto la construcción, especialmente por la falta de hierro”.
  39. Diario, 30.4.31.
  40. Diario 3.5.30.
  41. Diario, 24.2.33.
  42. RG 268 c, 10. 25.8.32.
  43. Diario, 21.6.33.
  44. Reg. Prov. 69, Hungría.
  45. RG 256 g 1934, 2.
  46. RG 270 B, pp. 242-252.
  47. Rosarios, novenas, triduos… como se hacían cada día en San Pantaleo. Comparar con los Diarios contemporáneos del P. General Giuseppe Del Buono.
  48. Moneda que se usó en Hungría desde el 21 de enero de 1927, cuando remplazó a la corona, y el 31 de julio de 1946, en que fue remplazado por el forint. La terrible inflación de esos años obligó al Estado a cambiar dos veces de moneda.
  49. RG 256 g 1925, 4.
  50. R. G. 268, 100. Hay una copia en Reg. Prov. 69, Hungría.
  51. La Provincia de Hungría había ido dilatando una reforma de su estilo de vida que la acercara más estrechamente a la observancia de las Reglas, tal como se vivía en el resto de la Orden. Cuestión del estipendio de los religiosos, elecciones, dependencia del P. General de Roma… Era una reforma que estaban promoviendo, sin demasiado éxito, los padres generales desde principios de siglo. El hipernacionaismo hace referencia a la situación del momento: Hungría, aliada de Alemania, va ganando la guerra; de hecho, ha recuperado algunos territorios que le fueron arrebatados por el tratado de Versalles tras la primera guerra mundial. Algunos escolapios se dejan dominar por su entusiasmo patriótico.
  52. Jue 17,16; 21,25.
  53. Jn 5, 1-16.
  54. Cita de Virgilio, Eneida, II, 311.
  55. Reg. Gen. 339.
  56. Reg. Gen. 268, Hungría.
  57. AGSP, Tomek 1, 340 a.
  58. Suavemente, sin notarlo.
  59. RG 268 f, 4.
  60. RG 268 f, 7. 9.10.31.
  61. RG 261 1931, 8.
  62. RG 268 b, 18.
  63. RG 256 g 1934, 1. 18.5.34,
  64. RG 261 h, 12.
  65. RG 261 h, 17. 22.8.36.
  66. RG 284, 93. 7.11.38.
  67. RG 268 a, 36. 10.12.42.
  68. RG 268 a, 40. 10.10.45.
  69. RG 268 a, 43. 10.7.46.
  70. RG 270 B, pp. 150-166.
  71. RG 268 f, 78.
  72. Diario, 26.12.39.
  73. Murió en Lubieszow, donde siguió hasta el final, en octubre de 1943, tras pisar una mina. Antes había enviado a Cracovia a los jóvenes que vivían con él.
  74. RG 268 e, 12. 15.9.34
  75. RG 264 h, 17.
  76. RG 324, 97.
  77. RG 267 B b (Pazos). 16.10.39.
  78. Tenemos dos cuadernos con las actas de la visita a España. El que parece original es el RG 271 b, y está escrito con la que parece caligrafía del P. Olea, en orden cronológico; hay otro cuaderno, el 270 c, en el que aparecen las casas ordenadas alfabéticamente, con exactamente las mismas informaciones, con la caligrafía del P. Pazos. El cuaderno de la visita a las casas de América tiene la signatura RG 271 a, escrito por el secretario Joaquín Seguí, rector de Sarriá, y es mucho más detallado.
  79. DENES I.
  80. RG 269 d, 66. 18.10.46. El P. Provincial Juan Pérez escribe al P. General diciendo Han aceptado la fundación de dos casas en Colombia, una en Bogotá y otra en Socorro. Irán 5 padres y un hermano de momento. Pide permiso para aceptar las fundaciones, como también la de Oviedo en España. De hecho, los escolapios de Castilla no llegaron a Colombia hasta el 11 de diciembre de 1947.
  81. Diario, 1.3.42.
  82. En este caso parece que el secretario tiene un pequeño despiste. En otros colegios “encomendados” tiene el sentido de “vigilados”; aquí podría significar “gratuitos”. No hay más que cuatro categorías de alumnos.
  83. RG 267 B b, 36.
  84. RG 267 B b, 48. 24.1.46.
  85. Tomamos esta cita, y otras anteriores, del Libro de la Visita, RG 271 a.