HB23B/1687
[1687]
El 5 de febrero de 1687 se tomaron aquellos dos candelabros de plata que nos había legado el Excmo. Sr. Fundador (de los que se habla más arriba) y se trajeron a casa; pesaba 3 libra y ¼, y quizás más. Se arreglaron las cancelas del coro, a expensas de la casa.
Fallecido el Sr. Conde Jaroslaw, le sucedió el Ilmo. y Excmo. Sr. Conde Jorge Adán, con el cual al poco tiempo surgió una dificultad en relación con nuestro capital, pues él amenazaba, en serio o para tantear, diciendo que quería entregarnos nuestro capital, que se lo pidiéramos y lo invirtiésemos en otro lugar. Después de no pocas agitaciones, tanto escritas (que se guardan en un fascículo especial del archivo), como orales, en molestos viajes a Praga y a Smetzna, al final consintió, y recibió el capital tantas veces citado, parte de la Señora hija del piadoso difunto proto-fundador, parte de su Sr. hermano Maximiliano, en el siguiente orden:
- -Primero, el 16 de noviembre de 1685 recibió 5000 sesentenas de misniacos, como lo prueba un recibo firmado por los testigos el Ilmo. D. Juan Francisco, Conde de Wrtby, y Francisco Carlos Przehorzowski, con sus sellos.
- -El 24 de abril de 1686 recibió otros 5000, en presencia de los mismos testigos.
- -El 3 de noviembre del mismo año 1686, recibió 6.500 sesentenas, ante los mismos testigos.
- -El 4 de octubre de 1687 recibió 2750 FR con los mismos testigos.
Ese año quedaban 2750 FR en poder del Sr. Conde Wrtby, por añadir a las otras sumas ya recibidas por el Sr. Conde Jorge Adán, por lo cual el P. Rector escribió una carta al Excmo. Sr. Conde Jorge Adán a Viena pidiéndole que viniera de Viena a Praga, cosa que por fin hizo y también aceptó la suma citada.
Hay que saber que esta suma representaba una hipoteca sobre sus bienes del dominio de Prunnesdorff, y que él debía conservarla durante un periodo de tiempo breve o largo, y que debería restituírnosla si se la pedíamos, con medio año de plazo, y que también nosotros estábamos obligados a recibirla, en las mismas condiciones. Autorizó que esta obligación suya, incluso en su ausencia, fuera inscrita en los registros del reino por los ministros reales.