México D. F. (MX) Centro San Jeronimito,
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Contenido
Datos
Demarcación México
(1978- )
Inicio de la obra.
Los hogares Providencia tienen un origen muy trabajado. En México D. F. y en otras grandes ciudades del país son muchos los niños que viven en la calle. Unos porque no tienen a nadie; otros, los más, porque han huido de sus casas donde se les trataba mal, o, sencillamente, no se les quería. Estos niños, para sobrevivir, se ven empujados a ejercer un sinnúmero de oficios: lavacoches, limpiabotas, vender chicles, cantar en los autobuses... Cuando el dinero no les alcanza tienen que robar para comer, la mayoría son explotados por adultos sin conciencia. Casi todos recurren a la droga para evadirse de su triste realidad. En el año 1974, cuando el P. Alejandro García-Duran fue destinado a Puebla para trabajar en la parroquia de San Baltasar y en la escuelita «Calasanz» de las Granjas, comenzó a preocuparse de los niños callejeros de la ciudad, y además frecuentemente se desplazaba al Distrito Federal donde estos niños son innumerables. Durante el curso 1976-1977 el P. García-Duran pasó a residir a México D. F. sin abandonar el cuidado de los niños de Puebla. En esta ciudad encontró las primeras familias que aceptaron un niño de la calle para incorporarlo a su propia familia. El P. Chinchachoma (como le llaman sus muchachos) pagaba una parte de gastos. El primer hogar independiente formado por varios niños con un «tío» (educador adulto) como responsable fue fundado en México D. F. en 1978. Al frente estaba el propio P. García-Duran. Estaba ubicado en una casa alquilada situada en la zona de La Villa de Guadalupe.
Metodología educativa.
Con la experiencia de los primeros años se llegó a plasmar un sistema educativo eficaz para estos muchachos. Se les instala en grupos no superiores a nueve en casas habitación (no en «internados»). Al frente de cada hogar hay un adulto que es el responsable asumiendo el papel, de «papá» o «mamá» aunque se le llama «tío» o «tía». Además hay tíos y tías que sólo van unas horas para ayudar a los niños en sus tareas escolares, llevarlos a pasear, jugar con ellos... Es importantísimo que traten con educadores de ambos sexos. El régimen del hogar es abierto, es decir, los niños pueden entrar y salir cuando gusten, excepto a partir de cierta hora de la noche. Los muchachos son y se sienten libres. Las normas son mínimas, y algunas se toman de común acuerdo en las reuniones con los niños. Los tíos velan para que se cumplan. Algunos niños van y vienen, y poco a poco sus estancias son más prolongadas. Otros piden que se les acompañe a su casa y, lógicamente, se les complace. En los hogares los muchachos van tomando conciencia de su propio valer. Se tranquilizan emocionalmente. Ya no se consideran diferentes a los demás y dejan la droga. La escuela es una ayuda incalculable para lograrlo. Asisten a distintos centros educativos, según conviene. Pero la obra de hogares ha creado una entidad propia, la «Escuela Puente», con organización especial para preparar a cada niño que lo necesita a fin que pueda incorporarse a alguna de las escuelas habituales.
Organización y expansión.
En 1979 comenzó una mejor organización y la expansión de los hogares en México. El arzobispado ofreció al P. Alejandro una iglesia y sus dependencias anejas, «San Jeronimito», junto a la boca del metro «Candelaria de los patos» que se convirtió en núcleo, sede centro de la obra, cuyas oficinas céntricas están en la Colonia del Valle, Gabriel Mancera, 1815. En 1982 la obra se inició en Veracruz. Hoy, entre las tres ciudades, hay más de cuarenta hogares. Las asociaciones titulares de hogares Providencia y hogares Calasanz tienen personalidad civil propia, pero han sido promovidas por escolapios. Además del P. García-Duran hay que mencionar a los PP. José Margalef, Javier Zavala, José Segalés, José Ignacio Rivadeneyre, Eduardo Tototzintle... Algunas organizaciones internacionales, como la UNICEF y el Bureau International Catholique de l'Enfance (BICE) siguen con peculiar interés esta obra en favor de los niños callejeros. La obra de hogares, junto con otras actividades de educación popular promovidas por escolapios y otros religiosos, forman parte del SENEC (Secretariado de Experiencias Nuevas de Educación Comunitaria) creado en 1974 para asesorar, apoyar y financiar proyectos de educación popular comunitaria.
Bibliografía
- García-Duran, A., La porción olvidada de la niñez mexicana. México, 1979 (varias ediciones)
Redactor(es)
- Senio Roma, en 1990, artículo original del DENES I