ViñasEsbozoGermania/Cuaderno07/Cap41

Capítulo 41º. Sobre el P. Lucas Mösch de S. Edmundo y sobre la toma de Buda.

En la obra del P. Alejandro Takáts Sch.P. Historia del Colegio de las Escuelas Pías de Budapest se lee lo siguiente, en húngaro:

“Antonio Mosel, notario público de Pest, después de ofrecer escuelas a varias órdenes religiosas, entre otras la Compañía de Jesús, que estimaron la fundación de poca importancia, y de ser rechazadas, por fin dirigió su atención a las Escuelas Pías. Él mismo, y el prefecto de Pest, Juan Lenner, se alegraron al recibir noticias de una nueva Orden religiosa que mostrando en su estandarte la pobreza se dedicaba a la educación de los niños pobres y abandonados. En el tiempo en que Buda fue tomada a los turcos, vieron al primer religioso de las Escuelas Pías, concretamente a Lucas Mösch (…) cuyo recuerdo nunca será olvidado en el futuro, quien se dedicó a ampliar de día en día la obra benéfica de las Escuelas Pías(…)”.

Corresponde ahora hablar de este hombre de tanto mérito.

Lucas de S. Edmundo, en el siglo Juan Mösch, de Maguncia de Alemania, nació el 28 de agosto de 1651. Vistió el hábito escolapio en Rzeszów el 21 de septiembre de 1668, de manos del P. Miguel Krausz de la Visitación de la B.V.M., rector y maestro de novicios, hombre de insigne piedad y no menor preparación doctrinal, bajo cuya disciplina hizo progresos tan admirables que superaba ampliamente en todo tipo de materias a todos sus condiscípulos. Profesó los votos en Podolín el 20 de octubre de 1669 en las manos del P. Alejo de S. José.

Cuando estudiaba teología en Varsovia en 1680, el serenísimo rey Juan III envió al Ilmo. D. Karczewski, prefecto de su custodia, para pedir al P. Wenceslao del Stmo. Sacramento un profesor de alemán para su primogénito el príncipe Jacobo. Fue asignado el P. Lucas, quien le dio clases de alemán durante medio año en el palacio real. También enseñó a los más jóvenes príncipes Lubomirski.

El 17 de enero de 1683 el P. Lucas fue enviado a Bela para decir un sermón, y cuando volvía al día siguiente a Podolín, en el camino de Bussovice fue capturado por los rebeldes, y después de media hora, orando asiduamente el salmo “El que vive en la casa del Señor”, y no sin ser maltratado y golpeado en el pecho con el plano de una espada, por gracia de Dios fue dejado en paz, mientras un soldado polaco fue terriblemente golpeado en la cara a patadas, y un estudioso fue despojado, que acompañaban a dicho padre.

Era el tiempo en que los cristianos luchaban contra los turcos. Tras la caída de Esztergom, parecía que no pocas fortalezas húngaras cederían. Los cosacos obtuvieron una victoria contra los tártaros, con gran alegría de la ciudad, por lo cual Su Santidad el Sumo Pontífice hizo cantar solemnemente en el oratorio pontificio el Te Deum el día de la fiesta de la Purificiación del año 1684. Se esperaba la adhesión de los persas a las tropas de los rebeldes, así como de los moscovitas. Pues si se unían al ejército del rey de Polonia los cosacos, los croatas, los moldavos, los valacos y otros muchos pueblos, el ejército turco lo pasaría mal. Si al final Hungría cayera totalmente bajo el poder del Emperador, y Tököly quedase solo y desesperado, el imperio turco yacería en la consternación. El 22 de julio de 1684 el P. General escribía al P. Joaquín Goralewicz de la Natividad de la B.V.M., rector de Varsovia: “Nos llegaron noticias de Germania que Pest ya había sido capturada, con muchas víctimas entre los turcos y los rebeldes que huían. Esperamos que del mismo modo tomen Buda. Se espera que el rey de Polonia tenga éxito y tome Kamenec este verano”.

Algunos de los nuestros alcanzaron gran fama, imitando a sus predecesores que habían prestado auxilio espiritual a los combatientes. “Nos hemos enterado con gran alegría – así escribía el Rvmo. P. General al P. Provincial de Germania el 1 de julio de 1684 – que nuestro Serenísimo Duque de Slakoverd se llevó consigo dos de los nuestros a su campamento como capellán y confesor. Recibimos por ello un especial honor en la Orden. Por lo tanto Vuestra Reverencia no sólo debe conceder de buena gana los que le pidan, sino ofrecer otros más. Ojalá los nuestros luchen con sus oraciones, y vuelvan a la patria al Duque victorioso y a su ejército”. Nuestro P. Lucas se ganó un nombre famoso en la conquista de Buda.

Tököli, liberado de la cárcel turca, prometió ofrecer todos los despojos a los otomanos. Pero batido en todas partes, confió su salvación a huir con los turcos. Los jefes de Europa fueron alegres a Buda, la capital de Hungría, y la rodearon con un cerco muy severo, y el 2 de septiembre, por la tarde, mientras en una colina vecina estaba el Gran Visir, que no se atrevía a ayudar a los que estaban cercados, la tomaron con un cruento ataque. Parte fueron muertos, parte cautivos; el Visir con las tropas auxiliares huyó hacia oriente para llevar a su emperador la funesta noticia, y toda Hungría, excepto Szeged y Alba Reale (Székesfehérvár) se entregó a Leopoldo tras la victoria. A Debrezen, la Roma de los calvinistas en Hungría, la penalizó con una fuerte multa por su colaboración con los turcos. El P. Mösch, apoyó al Conde Palffi, que lo había llevado como su director espiritual al campamento frente a Buda, y contribuyó con su insigne pericia para tomar castillos en la feliz toma de de Buda, y adquirió después fama de ciencia militar en el ejército imperial.

Después de que el P. Lucas fuera el director espiritual del Conde Carlos Palffi en el campamenteo frente a Buda, felizmente ocupada el 2 de septiembre de 1686, el mismo Excmo. Conde pidió al P. Miguel de la Visitación B.V.M. que le permitiera tomarlo como preceptor de sus hijos, los Ilmos. Condes Nicolás y Francisco Palffi, a los cuales tuvo bajo su dirección en la fortaleza de Bojnice durante año y medio, y les enseñó Filosofía, Geometría, arquitectura práctica y militar, y ambos fueron al ejército como su padre contra los turcos, quien les había provisto para su estudio de abundantes libros sobre geometría práctica, arquitectura militar y práctica militar, que les fueron de gran provecho. El Conde Nicolás, después de visitar varias provincias europeas, fue nombrado camarlengo de la corte familiar de José I, Rey de Romanos; el otro conde, Francisco, creado Maestro de Caballeros por su padre, el día 4 de octubre de 1693, día de su fiesta titular, fue alcanzado por un proyectil que puso fin a su vida en la guerra con los franceses en Saboya.

Durante muchos años brilló como profesor en las cátedras de Retórica y Poesía, Filosofía, Teología y Matemáticas en Polonia y en la Viceprovincia de Hungría. Solía desempeñar dichas cátedras al mismo tiempo que desempeñaba cargos importantes en la Orden, como rector, comisario general y viceprovincial. Mandó editar las obras, primero de retórica y poética, luego de matemáticas. Lo que hizo cuando fue nombrado Comisario General y Viceprovincial, lo contaremos en su momento oportuno, para alabarlo por sus grandes obras.

Después de desempeñar esos cargos de manera egregia, reunió sus manuscritos y libros y se retiró a Nikolsburg en Moravia, donde a causa de una ardiente fiebre maligna que sufrió durante catorce días, mezclada con delirios, tras recibir devotamente los sacramentos de los moribundos, entre las oraciones de los presentes falleció piadosamente el 24 de marzo de 1701.

En el Hemerologio se le recuerda así: “Falleció en Nikolsburg de Moravia Lucas de S. Edmundo, sacerdote piadoso, y célebre por haber enseñado durante muchos años en las escuelas”.

Podemos leer la prosopografía del P. Lucas Mösch en el librito del Ven. P. Juan Cris. Salístri Descripción de las casa de Prievidza en Hungría Inferior, condado de Nitra (1690):

“El P. Lucas de S. Edmundo, rector, alemán de Maguncia, de 39 años de edad, y unos 29 de religión. Teólogo, retórico y matemático; alto de talla, de rostro redondo, rojizo, activo; le empiezan a salir canas, seriamente alegre, alegremente serio; trata con caridad a los religiosos, infatigable en el trabajo; guarda todas las escrituras en el archivo; trabaja en el huerto; fuerte en economía, tiene su casa bien y tranquila, y mezcla la autoridad con el amor, para que si se le teme, se le ame más aún; frente redonda, ojos vivos, sienes amplias; buen superior religioso; estuvo en la toma de Buda con el Ilmo. Sr. Palffi, etc. Habla alemán y polaco o eslavónico. Cabello negro, tiene poca barba en las mejillas pero más abundante cerca del mentón, etc.)”

La fiesta de S. Esteban, rey de Hungría, el 2 de septiembre, recuerda cada año la toma de Buda. Dice el Breviario Romano: “Esta fiesta (S. Esteban) fue instituida por Inocencio XI Pontífice Máximo el 2 de septiembre para recordar la insigne victoria del ejército de Leopoldo I, elegido Emperador de Romanos y Rey de Hungría lograda sobre los turcos con la ayuda de Dios”.