Alcira (ES) Colegio
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Datos
Demarcación Valencia
(1877-1950)
Historia
Los primeros intentos de fundación se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII. Pero se pierden estas primeras pistas. En 19-11-1814 el ayuntamiento volvió a pedir al rey un colegio escolapio. El Consejo de Estado solicitó informes (20 de diciembre) al real Acuerdo valenciano y, finalmente, una real orden de 16-1-1816 autorizó las gestiones de fundación al ayuntamiento. El P. Vicario general Hernández y el P. Provincial de Aragón Foncillas, dieron amplios poderes de fundación (8-2-1816) a P. T. Báguena y P. J. Polo. El 12 de marzo se estipuló la fundación en el ayuntamiento; éste cedía la casa «Primicia» del arcedianato y la «Abadía» del Vicario mayor para colegio y la capilla de Nuestra Señora del Sagrario para iglesia; 20.357 1/2 reales-vellón anuales y cuatro hanegadas de huerto; las Escuelas Pías llevarían once escolapios. Pero la situación política no permitió ejecutar el plan, hasta que una reunión del ayuntamiento (25-2-1829) y del P. Ramo, Vicario provincial de Valencia, y Vicente Borja, comisionados por el P. Esteve, rehicieron los acuerdos de 1816; el ayuntamiento cede el local de las escuelas y todo su terreno anejo, capilla del Sagrario, 18.500 reales de dotación y licencia de pedir limosna de arroz, seda y cuanto convenga; las Escuelas Pías tendrán seis maestros; los cofrades del Sufragio seguirán con sus actos en la capilla. El P. Esteve exigió un convenio con la Cofradía de las Almas «para evitar dudas y quejas». Hasta el 31-10-1833 no dio la Audiencia su informe; el 25 de noviembre el fiscal lo hace suyo y finalmente, el 4-4- 1834, José Gómez Hermosilla participa al P. Vicario general, desde la Inspección general de Instrucción pública, que la reina Gobernadora concede el permiso de fundación a consulta del Consejo Real de 4 de febrero. Pero nuevamente la situación sociopolítica iba a retrasar la fundación. Nuevas propuestas del Provincial P. Escolano pidiendo la iglesia y terreno del convento de S. Agustín con un huerto contiguo; pero retiró la petición para solicitar el convento de S. Francisco. Las bases aprobadas el 9-6-1868 por el P. Valle, eran: instrucción primaria elemental y superior y 1.° y 2.° grupos de segunda enseñanza, maestros suficientes, 3.300 reales por cada religioso, local y su habitación y equipamiento. El 1 de septiembre escribía el alcalde, Aparicio, al Provincial haber recibido el día antes la real orden de autorización de apertura de Gracia y Justicia. Pero la septembrina estaba a vuelta de hoja de calendario. Todo se vino abajo con la revolución, aunque el 1-2-1873 el Vicario general, Balaguer, autorizaba la fundación al Provincial valenciano. Las obras se ejecutaron sobre planos de Camaña, con un presupuesto de 156.971,40 ptas. El alma de las obras fue la Junta directiva, bajo la presidencia del alcalde Francisco Just. Casi acabadas las obras, el 21-8-1877 aprobó el ayuntamiento las bases definitivas que el P. Provincial le había remitido el día 2. El Vicario general autorizó la apertura interina el 16 de septiembre, el gobernador eclesiástico el 4 de octubre y el 24 daba el arquitecto la obra por sólida y útil. La escritura definitiva se firmó en Alcira (notario, Agustín Peris y Vergara) con estas condiciones: establecimiento de primera enseñanza elemental y segunda enseñanza; personal necesario; colegio equipado levantado en el antiguo convento de S. Agustín, iglesia contigua al mismo, dotación anual de 40.000 reales-vellón. La Congregación general aprobó estas bases el 2 de diciembre; la diócesis, el 24 de diciembre. Después de tantos años de lucha se inauguró el colegio el 28-10-1877. Con el diputado provincial Alcón estuvo en la providencia Vicente Boix. La primera comunidad constaba de siete escolapios. Los alumnos de primer curso eran 60 con un total de 88 para la segunda enseñanza. El colegio tuvo, además, clases nocturnas para adultos.
Durante el rectorado del P. Garrigós (1909-1912) el culto de la iglesia alcanzó gran brillantez, provocando emulaciones en el arcipreste de la ciudad, que presionó al arzobispo Guissasola para que la iglesia fuera cedida al clero secular; pero P. Garrigós defendió hábilmente el derecho de las Escuelas Pías, y arcipreste y arzobispo no lograron sus propósitos. Durante la II República el P. J. Tomás (1931-1934) y el P. J. Martí (1934-1936) resistieron en sus sobresaltados rectorados. Pero durante la inmediata guerra civil se dispersó la comunidad, que tuvo cinco víctimas sangrientas en 1936: tres sacerdotes José Martí, Juan Tomás, Vicente Gimeno y dos hermanos, Vicente Garrigós y José Mariñón Roca. Acabada la guerra, ni el ayuntamiento se mostró generoso, ni la Provincia de Valencia disponía de personal. Aunque tuvo aún cuatro rectorados y el colegio llegó a su reconocimiento académico, se cerró en 1950.
Entre los exalumnos contó este colegio con el P. José M.ª Blay Garés, Tomás Peris Mora, José M.ª Parra Ballester, sacerdote, archivero municipal y autor de algunos libros de importancia histórica, José Pellicer Magraner, profesor del Instituto y exalcalde de la ciudad, José Negueroles Sifre, del comercio, propietario y escritor periodista, defensor de este colegio durante la II República en el ayuntamiento del que era concejal, que ha escrito algún artículo sobre las Escuelas Pías y que recibió la carta de hermandad en 1941.
Superiores
Bibliografía
- VARIOS: Escolapios víctimas de la persecución religiosa en España, 1936-1939, Salamanca, 1963-1966, IV, 69-70, 155-176
- Piedad y Letras 4 (1944) 10
- Las Provincias (Valencia) 24-8-1976 y 27-5-1977
- Ephemerides Calasanctianae 6 (1902) 213.
Redactor(es)
- Vicente Faubell, en 1990, artículo original del DENES I
