BerroAnotaciones/Tomo3/Libro3/Cap06

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CAPÍTULO 6 Respuesta a un escrito Del Padre Pietrasanta [1646]

Pondré primero el sumario de los puntos que en este escrito hace dicho Padre, para que el lector lo comprenda mejor. Estos puntos tienen también cierta conexión con la Relación anterior, en su primera parte.

1. Dice el P. Pietrasanta que la Orden de las Escuelas Pías se ha extendido con aplauso y provecho por varias partes de Italia, Germania y Polonia, con un número de más de 500 Religiosos.

2. Que tiene una cabeza, que es el General, de mucha bondad y espíritu; y un buen número de Religiosos observantes.

3. Que ha visitado la casa de San Pantaleón de la Orden; y que en Roma hay más de cien Religiosos.

4. Que dos Hermanos intentaron atacar con cuchillos a uno o dos sacerdotes, con el pretexto de que se oponían a que recibieran Órdenes sagradas.

5. Que se han ordenado muchos Hermanos laicos, ineptos, indisciplinados y ambiciosos.

6. Que éstos consideran nulo el Breve de la Orden, y, en consecuencia, las Constituciones; y los votos, nulos e inválidos.

A esto se responde:

Al 1º y 2º: El P. Visitador dice bien.

Al 3º: Si en el tiempo de su Visita había en Roma más de cien individuos ¿por qué sólo eligió a 25 de ellos, todos los más díscolos e inobservantes; y el P. confiesa que estaban los que quería salir de la orden por cualquier camino, como, en efecto, hicieron 12 de éstos, examinados? Es cierto que, en cuanto salió el Breve, se salieron también ellos; pero otros, a pesar de haberlo cogido, se quedaron. ¿No pudo hacer un examen también a éstos? El Visitador pudo, más aún, debió basarse para hacer la Relación el un examen hecho a los observantes, todos los cuales vivían con hábito religioso. Y, aunque no quiso visitar otras casas, debía en Roma haber llamado a Religiosos más observantes; dice, incluso, que había muchos también en las otras casas. Sobre todo, al P. General Fundador, pues él mismo se ofreció a decirle la verdad de lo que pasaba en la Orden. De ellos habrá oído la verdad. Pero no quiso oírlo, haciendo más caso a los relajados que a los buenos y perfectos Religiosos.

4º: Que hay amarguras y pasiones, etc. Él debió remediarlas, como era su obligación. Es el caso de los dos Hermanos, de quienes ya le habían dicho que tenían cuchillos, etc. Debía haberse asegurado de la verdad, y castigarlos; tanto más cuanto que se trataba de un caso de ambición y vana pretensión. Lo mismo, cuando la herida que sufrió uno, que, queriendo meter en la celda a un Hermano de poca observancia, al intentar quitarle el cuchillo que tenía, quedó ligeramente herido en una mano.

5º: Que fueron ordenados Hermanos ineptos, ignorantes e indisciplinados. Como aquéllos que fueron ordenados por voluntad del mismo P. Visitador, donde no debió tener en cuanta la pasión de los favores, porque eran verdaderamente ignorantes y piedras de escándalo.

6º: Sobre que el Breve de la Orden sea nulo, porque el P. Fundador hizo una súplica en nombre de todos, de que ellos no sabían por qué incluso las Constituciones y los votos eran nulos, se equivoca. El P. Pietrasanta no ha leído, y no ha querido leer los Breves. Los Breves son dos, uno para la fundación de la Orden, y el otro para la aprobación de las Constituciones.

Nuestro Padre General y Fundador hace la súplica en su nombre y no de los otros, como dice el P. Visitador, al Papa Gregorio XV, de feliz memoria, para la aprobación de la Orden, y el mismo Papa encomienda el examen a la Congregación de Obispos y Regulares, la cual declara, el día 31 de agosto de 1621, que se pueden elevar a solemnes los votos simples, y esto fue aprobado por Su Santidad. Hicieron los votos solemnes a los dos meses y dieciocho días después, que fue el día 18 de noviembre de 1621.

En 1622, el 30 de enero, confirmó Nuestro Señor el Papa las Constituciones, sobre las cuales no se verifica lo que afirma el P. Visitador, que fueron hechas sólo por el P. General, y que después, con nombre de otros más, el Padre se las entregó al Papa, sin que los otros supieran nada. Dichas Constituciones no sólo fueron conocidas, sino aprobadas; y cada uno dijo su parecer; pero además, se leyeron de continuo en la mesa más de dos años; y se practicaron, y se enviaron a otros lugares. Hoy vive aún el P. Francisco [Castelli] de la Purificación, uno de los delegados, que se ocupó de expedirlas, y obtuvo el Breve; también él tuvo su parte en ellas. Pero después fue uno el que tuvo que escribirlas.

Además, hay otro Breve con fecha de 18 de abril de 1623, que aprueba de nuevo las Constituciones. Y otro Breve de Urbano VIII, de feliz memoria, de 8 de abril de 1641, que corrige todo defecto, quatenus, etc, como cita el mismo P. Visitador. Así que, etc.

Notas