Bogotá (CO) Colegio Calasanz y parroquia San José de Calasanz

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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Datos

Demarcación Colombia - Ecuador

(1949- )

Antecedentes históricos.

Si se buscan los motivos que pudieron provocar esta fundación los encontrarán en la necesidad sentida de poseer una casa en la capital de la República, una vez que los escolapios estaban instalados en El Socorro desde 1947. El primer religioso en llegar a Bogotá con ánimo de permanecer en esa ciudad fue el P. Eliseo Díaz, acompañado por el P. Provincial de Castilla, Juan Pérez, quien había de autorizar los primeros pasos. Aquél se hospedó en el colegio de San Bartolomé de los PP. jesuitas durante el año 1948; impartía clases en dicho colegio, en el colegio Cervantes y en el seminario archidiocesano. El 28-1-1949 llegaron los PP. Ángel García, Conrado Ruiz y Manuel López con el H. Javier López; la obra comenzaba a dar sus primeros pasos. Las dificultades surgieron con la falta de dinero; nadie conocía a los escolapios y el curso abría sus puertas con sólo veinte alumnos. Los religiosos casi pasaron hambre; solucionaban la escasez buscando trabajo en otras tareas; pero al final el tesón triunfó. Como institución educativa oficial tuvo su nacimiento el 21-3-1949. Para el curso 1950 se contaban ya ciento cincuenta alumnos; un gran autobús, carrozado en USA fue la propaganda; la vida comenzó a normalizarse; el pueblo veía y aprobaba el trabajo de los religiosos. En julio los visitaba el P. Agustín Turiel quien sembró en ellos la necesaria confianza; y, al mismo tiempo, la compañía de teatro española, la de Rambal, estrenaba en el Colón el drama Calasanz que sirvió de acicate.

El colegio pasó por diversas sedes hasta la actual. Primeramente estuvo en la Carretera 7, n.° 79-28, frente a la parroquia de los Ángeles, regentada por los Padres agustinos. Después en la calle 75, n.° 13-10; allí permaneció los cursos 1951-1954. En 1953 se firmó un contrato con la compañía urbanizadora «Inversiones Bogotá, S.A.» mediante el cual se compraba un solar para edificar el nuevo colegio y se hacía un empréstito para la construcción del mismo; estaba situado en la calle 100, en la autopista Norte, todavía en obras. Se colocó la primera piedra el día 18-11-1953 en presencia del alumnado y padres de familia; levantar el pabellón duró todo 1954; así que el día 14-2-1955 dieron comienzo las clases en el nuevo edificio, autopista Norte, n. 95-00. Y ahí ha permanecido hasta que en 1981 se vendió, adquiriendo otro solar, más al norte, en la carretera 40, n. 174-36, en donde se construyó un nuevo edificio durante los cursos 1981-1982; empezaron las clases en la nueva sede el 14-2-1983.

Las primeras casas eran pequeñas, incómodas e inadecuadas, con falta de medios e insuficientes para los alumnos y para los religiosos. Fue, por fin, el colegio de la autopista Norte, construido para ese destino el que dio posibilidades educativas: además de buenas pistas de deporte, una amplia extensión de cinco cuadras, poseía dos pabellones de tres pisos, que sí resultaban incómodos para la disciplina académica; también poseía un torreón de cuatro; en el tercer piso del pabellón se ubicaron las habitaciones de la comunidad y los salones para el internado; en el torreón, los dormitorios de los internos. Las obligaciones del préstamo pudieron ser pagadas regularmente y sin dificultad. La inauguración de esta sede no sólo estuvo ausente de toda solemnidad, sino que incluso se encontró rodeada de últimas dificultades y deficiencias.

Pero hubo que cambiar la sede. El «impuesto predial» que aumentaba continuamente con el incremento del valor del terreno, la necesidad de un capital para sostener el noviciado, e, incluso, para apoyar un colegio para pobres en un barrio marginado de Bogotá, el no haber dinero para mejorar el local, para comprar material moderno y para la construcción de un polideportivo, aconsejaron la venta del colegio existente y la construcción de otro. Es de cuatro cuadras, las pistas de deporte son inferiores, pero tiene un magnífico coliseo, buenos laboratorios de física y química, buena biblioteca y teatro. También las clases comenzaron con incomodidades el 14-2-1983; pero la inauguración oficial se dejó para agosto, con motivo de dar comienzo al año jubilar del IV centenario de la ordenación sacerdotal de San José de Calasanz; este acto se tuvo en la catedral de Bogotá con la asistencia de todo el alumnado y las comunidades de escolapias y calasancias con sus respectivas alumnas.

Hitos en la historia del colegio.

Fueron momentos importantes en la marcha del colegio Calasanz las visitas de los Superiores mayores quienes alentaron e impulsaron la obra comenzada. Así el P. Tomek en noviembre de 1951, el P. Agustín Turiel en julio de 1950 y agosto de 1954, el mismo P. Tomek en diciembre de 1959, el P. Suárez en octubre de 1965, el P. Teófilo López en mayo de 1972 y el P. Ángel Ruiz en varias ocasiones. También han de mencionarse otros hechos como la construcción del segundo pabellón, empezado en 1956 y bendecido el 25-3-1958; la compra de una finca de esparcimiento para los internos en Sasaima en agosto de 1960; la construcción del edificio del teatro y de la biblioteca durante el rectorado del P. Abella; la construcción en esa misma época de una hermosa iglesia, declarada parroquia de San José de Calasanz a petición del obispo auxiliar, Rubén Isaza; la vivienda para la comunidad se preparó durante el rectorado del P. Pesquera; y en el mismo período, 1972, se abrió el bachillerato nocturno, si bien hubo de cerrarse en 1977 por diversas razones: poco alumnado en esa zona de la ciudad apropiado para tal tipo de estudios y dificultades por parte del director Virgilio Crespo; se crearon las «Escuelas Pías» en el barrio de Rionegro. Deben reseñarse igualmente la preparación de los «cursillos de líderes», en el rectorado del P. Abella, 1968, y tenidos en la finca de Sasaima, asistiendo jóvenes procedentes de todos los colegios y dirigidos por los PP. Ángel Nevado y Zacarías Blanco; en el mismo año, la olimpiada calasancia celebrada en Bogotá y la creación de la asociación de antiguos alumnos y redacción de su reglamento; funcionó algunos años y luego decayó. En 1969 se colocó la primera piedra de la iglesia; al acto asistió el arzobispo de Bogotá, luego cardenal Aníbal Muñoz Duque y actuó el prestigioso coro del colegio, dirigido por D. Jorge Humberto Briceño; también actuó en el templete eucarístico con motivo de la visita del Papa al Congreso eucarístico nacional.

A raíz del documento de La Ceja, en julio de 1977, se implantó la enseñanza personalizada, corno en toda la Viceprovincia, y se elaboraron las fichas para la primaria, que se han ido imprimiendo año tras año, mejorándolas. Otro capítulo importante en la historia del centro lo llena la pastoral juvenil con su marcado carácter social; se creó un movimiento juvenil en el trienio 1967-1970 animado por el P. Ángel Nevado; unos años después se busca una casa que albergue las actividades de tal movimiento, llevado por el P. Delgado Beteré, quien lo hizo mixto, y pronto fracasó. En su lugar se creó un grupo apostólico con la modalidad de los «campamentos de misión» y dirigido por el P. Fermín Abella; todavía trabajan en Pacho, Cundinamarca, y de él han brotado varias vocaciones hacia la vida religiosa.

Otros datos.

El colegio ha contado en su breve historia con elementos y acciones educativas que merecen especial mención. Así, por ejemplo, no se puede olvidar que la biblioteca del centro es una de las mejores de los colegios de secundaria de Bogotá, y está muy usada por el alumnado; igualmente ha de decirse de los laboratorios de ciencias físicas y químicas. De 1968 a 1971 se publicó un periódico juvenil por los alumnos de 6.° de bachillerato; los más pequeños sacaban otro, titulado «Voces»; y en 1956-1957 se publicó la «Revista Calasancia». Si bien las «escuelas de padres» se han intentado en diversas ocasiones, aunque nunca se ha llegado a un feliz resultado, las «comunidades eclesiales calasancias» se intentaron en 1983 en el nuevo colegio, duraron casi todo el año, pero se notó la dificultad de la situación de la casa, localizada en el extremo norte de la ciudad.

Parroquia, 1966-1983.

La fundación de esta parroquia se debió al crecimiento de la ciudad de Bogotá hacia el norte, en donde se encontraba el colegio Calasanz; fue apoyada esa instancia por el celo del obispo auxiliar Rubén Darío Isaza, quien veía que de ese modo podía atenderse a un número mayor de fieles. Todo fue aprobado por el cardenal, Luis Concha y el entonces Vicario provincial, Laureano Gómez. El P. General, Vicente Tomek escribió al rector, P. Miguel García, dando su aprobación y preguntando si se había solicitado el beneplácito de la Santa Sede. Nunca hubo dificultades y los fieles siempre vieron la empresa con buenos ojos. El edificio se había construido como un elemento más del centro, para ayudar en la educación religiosa de los niños. Mediante un convenio con el arzobispo se fijó el futuro destino de las aportaciones de los fieles en caso de que dejara de ser parroquia, como después sucedió.

El territorio parroquial comprendía desde la calle 95 a la calle 100, dirección sur-norte, y entre la paralela occidental de la autopista Norte y la carretera a Suba, dirección oriente-occidente; incluso, en un principio, el barrio Pasadena perteneció a la parroquia.

La construcción de la fábrica duró un año; y como ya se ha indicado arriba, el 19-3-1969 bendijo la primera piedra el entonces arzobispo de Bogotá, Anibal Muñoz Luque con asistencia del alumnado y de muchas familias; incluso compartieron el acto soldados y oficiales de la escuela de policía «Jiménez de Quesada», que limita con el colegio por el norte. El mismo arzobispo bendijo el templo el 22-3-1970 dentro de un ambiente similar.

Las actividades pastorales de la parroquia han sido, además de las celebraciones sacramentales ordinarias en tales servicios, la atención a grupos de oración, que funcionaban en las mismas casas de los feligreses; el grupo juvenil «San José de Calasanz», alumnos mayores del colegio, que colaboraban en las acciones litúrgicas, llevaban los tiempos fuertes de la vida parroquial, tenían los «campamentos misión», hacían obras sociales, y trabajaban en cursos de preparación para la primera comunión, para la confirmación, en retiros a jóvenes y encuentros también juveniles; un grupo mariano, dirigido por una feligresa, con trabajo social; y, finalmente, cursos de preparación sacramental antes del bautismo, confirmación y matrimonio.

Así funcionó hasta el año 1983, en que, vendidos los terrenos del colegio, y trasladado éste al nuevo lugar con la misma comunidad religiosa, la parroquia fue donada a la Archidiócesis. Seguirá con el título de «San José de Calasanz» pero será atendida por el clero diocesano. En el nuevo colegio se ha levantado una pequeña capilla, que sirve para la atención religiosa del alumnado, pero sin más pretensiones. Han sido párrocos los PP. Miguel García (1966-1967), Aniano López (1967-1973), Mauricio Gaviria (1973-1983).

Superiores

Persona Año
Elíseo Díaz 1949
Pedro Turiel 1956
Maximiliano Diez 1961
Miguel García 1964
Fermín Abella 1967
Urbano Pesquera 1970
Juan Ramón Torres 1973
Jaime Guerra 1976
Jesús Alonso 1980
Carlos Izco 1982

Redactor(es)

  • Salvador López, en 1990, artículo original del DENES I