ChiaraVida/Cap24
Cap. 24. De la esperanza del venerable Padre José de la Madre de Dios
Haría falta repetir aquí todo lo que hemos escrito de la vida de nuestro venerable Padre fundador, para comprobar cómo fue la virtud de su esperanza que tenía en Dios, en la cual estaba tan firme y seguro durante su vida como podrá saber quien la lea, que parece que la tenía en el alma como el respirar en el cuerpo, y que no le importaba nada sino lo que le sostenía en el esperar en su Señor, al cual se encaminaba con seguridad y acierto, sin desconfiar jamás de su Dios en todos sus asuntos, pareciéndole seguir su divino querer, al cual estaba entregado desde la hora en que comenzó a mover los pies, y a tener alguna capacidad de razón, sólo se encaminó hacia el amor de su amado bien, al cual esperaba no tener que abandonar nunca, no temiendo ni el padecimiento, ni la muerte. A la manera de un monte firme y fijo, se disponía a hacer aquello que lo movía a su servicio, y fue tal como dice el Eclesiástico: “Quien teme al Señor no temblará y no tendrá miedo, porque Él mismo es su esperanza”.