Diferencia entre revisiones de «Demarcación Toscana»

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Última revisión de 14:30 5 dic 2014

Cosme III de Médicis, gran benefactor y protector de las Escuelas Pías.
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Las Escuelas Pías florentinas se establecieron finalmente en Vía Cavour, 94, Primitivo edificio y pabellón nuevo
Demarcación Toscana
Aviso de contenido

Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Ver Presencias (30) / Religiosos (110) / Cartas de hermandad

Datos

Provincia escolapia (1630- )

Constitución de la provincia.

Juan B.ª Fiammelli, antiguo colaborador de Calasanz ofreció a los escolapios la escuela que él había abierto en Florencia. Hubo oposición, pero el gran duque Fernando II concedió el permiso. Los primeros escolapios llegaron en otoño de 1629; iniciaron las clases en la primavera de 1630. Luego la peste mantuvo cerrada la escuela más de un año. El 22-5-1630 Calasanz nombraba Provincial de Toscana al P. Francisco Castelli. Se le adjudicó, además, la casa de Fanano, que funcionaba desde 1621. Castelli gobernó la Provincia hasta 1641, habiendo abierto las casas de Guiglia y Pieve di Cento. En 1641 se abrió la casa de Pisa. Al producirse la reducción inocenciana (1646), Toscana comprendía cinco casas: Florencia, Fanano, Guiglia, Pieve di Cento y Pisa. El citado P. Castelli era uno de los escolapios más calificados desde el punto de vista religioso y cultural. Siendo Provincial de Génova, envió algunos religiosos a Milán para aprender de Gaspar Schopp su método para enseñar latín y otros a la escuela de matemáticas del somasco P. Santini, admirador de Galileo. No es, pues, de maravillar que en Florencia y con el beneplácito de Calasanz, surgiera el grupo de escolapios galileianos y la escuela de nobles de tipo humanístico dirigida por el P. Juan Francisco Apa. Ayudó también a la Provincia el gobierno del P. Mario Sozzi (1642-1643) porque concentró en Florencia a muchos de los mejores religiosos de la Orden.

Tras la reducción inocenciana se cerró la casa de Guiglia. En 1654 se abrió otra en Castiglione Florentino. Con el decreto de Alejandro VII (24-1-1656) comienza para Toscana un período de reconstrucción y consolidación; pero comienza mal.

En efecto, en 1657 se abandona la casa de Pisa con disgusto de muchos; pero una de las razones fue la escasez de personal: en 1658 había 4 casas, 37 religiosos (14 sacerdotes, 17 clérigos y hermanos legos, 6 novicios). Hasta 1700 la Provincia hizo notables progresos, cuyo mérito corresponde a los dos Provinciales Carlos Casani y Segismundo Coccapani. Se independizó la casa del Pellegrino (1675) y se abrieron las de Modigliana (Forli) y Pavullo (Módena). Falló el intento de reabrir Pisa. El aumento de religiosos no fue rápido, pero sí constante: en 1658 había 37 religiosos, en 1700 eran 88. En 1686 el número de alumnos de la Provincia era de 657, repartido así: Florencia, 414; Fanano, 124; Pieve, 86; Castiglione, 33. En este período florecieron los estudios literarios más que los científicos. Se distinguieron como humanistas los PP. Ambrosio Beretta, Segismundo Coccapani y Alejandro Fiorita.

El período siguiente (1700-1766) se caracteriza por los provincialatos trienales. Es el período verdaderamente próspero. Algunos lo consideran como la edad de oro de la Provincia Toscana; pero hay quien juzga que el siglo XIX o una parte de él es más próspero. La Provincia se amplía con las casas de Cortona (1706), Volterra (1710), Correggio (1722), Pistoya (1723), Lugo (1758), Módena (1764), Massa Ducale junto a Carrara (1766). Lo que más interesa en este período es la calidad de los religiosos, que se distinguieron en la santidad y en la cultura sobre todo en el ejercicio diligentísimo de las escuelas. Los nombres de los PP. Eugenio Orlandi y Bruno Bruni, aún figuran hoy en la historia de la Pedagogía. Mayor importancia tuvieron los textos escolares de literatura y matemáticas, continuamente puestos al día, que se usaron así casi dos siglos no sólo por los escolapios sino también fuera de la Orden. Célebres en toda Europa fueron Alejandro Puliti y Eduardo Corsini, catedráticos de la Universidad de Pisa; como más tarde el P. Carlos Antonioli. Toscanos fueron los más autorizados biógrafos de Calasanz, PP. I. Cinnacchi, V. Talenti, U. Tosetti. El P. Manetti ordenó el Archivo general de la Orden; el P. G.V. Stefani recopiló memorias escolapias; Giuliano Sabbatini, gran predicador, fue obispo. En santidad de vida y escritos ascéticos descuellan los PP. Juan Crisóstomo Salistri, Ricardo Baccei, M. Guadagni, S. Coccapani, G.S. Pallavicini. Toscana dio a la Orden en este período dos destacados Generales: el P. Salistri y el P. Eduardo Corsini. La Provincia pasó de 7 a 11 colegios; el número de religiosos, sin ser elevado, era suficiente: en 1709 hay 104 religiosos; en 1761, llegan a 131.

Apogeo y esplendor.

Entramos en el tercer período (1766-1827): las condiciones de la Provincia mejoran notablemente. Tres Provinciales llenan un período de 41 años; los otros 5 los 20 restantes. El Provincial más importante fue el P. Audrich, que en tiempos difíciles mantuvo firme el gobierno y atendió a la buena formación de los júniores. En esta época la mayor parte de las Provincias italianas se trastornaron con los sucesos políticos. Toscana, casi única, aunque no inmune de crisis, logra mantener sus obras y prepara una renovación maravillosa. Gozan los escolapios de notable fama y son llamados a sustituir a los jesuitas de Parma, lo que duró poco; les sustituyeron con éxito en el colegio de S. Giovannino en Florencia y en el Tolomeo de Siena. En Florencia, además, se hacían con el observatorio Ximeniano, con las cátedras de astronomía y de hidráulica, que el propio Ximenes adjudicó a los escolapios Cayetano del Ricco y Estanislao Canovai. Así se reemprendió la gloriosa tradición científica que aún hoy no se ha perdido.

Se abrieron también colegio en Módena y el Hospicio de Bolonia, aunque de vida efímera. El gran duque, Leopoldo I, siguiendo el regalismo del emperador José II, sustrajo los escolapios de la jurisdicción del P. General (1788). Como resultado pasaron a la Provincia Romana las casas de Fanano, Pieve, Correggio y Lugo, con sus religiosos, que perdió la Provincia Toscana además de los que fueron exiliados, como Pompilio Pozzetti, que luego enseñó en la Universidad de Bolonia. Fernando III derogó tales disposiciones para las Escuelas Pías, como pedía Audrich. Con todo no pudieron recuperarse las casas perdidas. Esto, en parte, explica el descenso que presentan estas estadísticas: en 1770, 12 casas y 123 religiosos; en 1800, 7 casas y 87 religiosos.

Las 7 casas en 1800 eran las de S. Giovannino, Pellegrino, Castiglione Fiorentino, Modigliana, Cortona, Volterra y Siena. El General, Beccaria, residió año y medio en S. Giovannino. En 1816 se inauguró en Florencia la tipografía «Calasanziana», que aún hoy subsiste y que es la única escolapia en Italia, pues la de Pompeya y otras, administradas en el pasado, no eran de la Orden. En este período fue muy estimada la labor catequística de los escolapios por su fidelidad a las Santa Sede. Por ello su catecismo no agradó a los jansenistas. Se distinguió en la defensa de los derechos de la Santa Sede el P. Santiago Baldovinetti, después Vicario general de la Orden.

Llegamos al período quizás de mayor esplendor (1827-1874). Se inicia con el provincialato del P. Juan Inghirami, que duró 18 años y termina con el inicio del gobierno del P. Zini, que duró algo menos. Se atendió muy bien a la formación religiosa y cultural de los júniores, hubo seriedad en el estudio de la teología; se alimentó el amor a la Orden con numerosos escritos repartidos profusamente entre los júniores y fue viva la preocupación por los niños más pobres. Así surgió la obra de los sordomudos de Tomás Péndola en Siena y la sucursal de San Giovannino en la barriada pobre del otro lado del Arnó, colegio que se llamó de S. Carlos oltr’Arnó. Al mismo tiempo el Provincial, Pablo Sforzini ayudaba, prestándoles casa, a la fundación de las religiosas de las Llagas, la vida de cuya fundadora escribió más tarde el P. Mauro Ricci. Con ello aumentaron las vocaciones. He ahí una estadística: en 1828 había 97 religiosos y alumnos 3.707. En 1831 se hace cargo del colegio de Urbino (de la Provincia Romana) y le da celebridad en toda Italia. Se abren además las casas de Arezzo, Pietrasanta y Empoli (esta aún perdura). Mayor celebridad alcanzó la Provincia con el cultivo de las ciencias en el observatorio Ximeniano gracias a Juan Inghirami y Juan Antonelli. El P. Eugenio Barsanti inventa el motor de explosión, que ha revolucionado enteramente la civilización contemporánea. Pero no se descuidaron las letras y artes, como lo pregonan los nombres de G. Barsottini, P. Tanzini, Z. Carini, A. Checucci, F. Donati, E. Gatteschi, G. Zucconi. En el campo de la pedagogía destacan Everardo Micheli y Tomás Péndola, que fundó «La educación de los sordomudos», primera revista del género en Italia y tercera en el mundo; él promovió el primer congreso de educadores de sordomudos. Permanece en la Provincia su tradicional fidelidad a la Santa Sede sin perjuicio de aquel sentido de libertad y apertura que es connatural a los toscanos.

Crisis, lucha y situación actual.

Última etapa: de 1874 a hoy. La Provincia Toscana gozaba, de las glorias del pasado; luego se vio afectada de una crisis que aún no ha superado. Las leyes de supresión del gobierno italiano de 1866 sólo se aplicaron en Florencia un decenio más tarde: así el colegio Tolomei se perdió en 1876 y el de Urbino en 1884. En 1876 se abrió en compensación la Badía Fiesolana por el P. Zini; en 1874 se cerró San Giovannino sin que valieran protestas. Se abrieron seguidamente escuelas en lugares provisionales hasta hallar sede fija en el Cepparello, sustituida muchos años después por el colegio actual de Vía Cavour. La afluencia de alumnos a las clases fue siempre muy grande y ello por muchos motivos: el afecto de Florencia a las Escuelas Pías, el renombre de sus profesores tanto religiosos como seglares; la tradición cultural y religiosa, fielmente mantenida, eran una garantía de seriedad y éxito en la vida para cuantos frecuentaban sus colegios. Entre los profesores últimos se hace mención tan sólo: C. Zini, Mauro Ricci, E. Pistelli, G. Giovannozzi, G. Manni, T. Catani y tantos otros que honraron la Orden. También el Instituto de Sordomudos de Siena debió cambiar sede.

En cuanto a la enseñanza de la Religión en sus colegios, finalidad primaria de las Escuelas Pías, se recuerda que el catecismo escolapio florentino fue adoptado en 1880 por el Vicariato de Roma por sus excelentes cualidades didácticas. Más tarde Dati publicó un tratado de teología en tres volúmenes (Siena 1885). Cuando el gobierno prohibió la enseñanza de la Religión en el ámbito escolar, Giovannozzi comenzó en Florencia sus famosas conferencias de cultura religiosa, a las que acudían en tropel los alumnos de todas las escuelas, aún de las estatales, y que luego publicó en tres volúmenes I problemi dell’esistenza, que en su juventud leían con interés y gran provecho, según su confesión, los que fueron Juan XXIII y Pablo VI.

En el último siglo Toscana dio a la Orden un General entre los más ilustres, Mauro Ricci, y a la Iglesia un santo obispo en la persona de C. Zini, que fundó las religiosas calasancias de Florencia. Finalmente hay que citar entre otras muchas, dos cosas de esta Provincia: la generosidad con que ha ayudado con personal a otras Provincias, en especial a la de Nápoles; la genial iniciativa de la fundación del «Instituto de Artesanos» en la calle Serragli de Florencia, iniciada en 1904 y abandonada 30 años después por falta de personal. En 1976 son 6 las casas, 40 los religiosos y 1.595 los alumnos, siendo en el momento actual el problema más grave de la Provincia la falta de vocaciones.

Superiores

Persona Año
Francisco Castelli 1630
Clemente Settimii 1641
Santiago Tocco 1641
Mario Sozzi 1642
Bernardino Chiocchetti 1644
Carlos Casani 1656
Simón Bondi 1662
Carlos Casani 1665
Lorenzo Florita 1668
Carlos Casani 1671
Segismundo Coccapani 1676
Ángel Bertini 1683
Juan Esteban Pallavicini 1686
Ángel Bertini 1689
Segismundo Coccapani 1692
Juan Domingo Rossini 1695
Segismundo Coccapani 1698
Antonio del Monte 1700
Juan Domingo Rossini 1703
Andrés Boschi 1706
Eugenio Orlandi 1709
Felipe Andrés Martellini 1712
Juan Domingo Rossini 1715
Octavio Mancini 1718
Juan Esteban Pallavicini 1721
Octavio Mancini 1724
Ricardo Baccei 1727
Francisco María Balestri 1730
Octavio Mancini 1733
Ferrando Monoglia 1735
Cayetano Bonlieti 1736
Esteban Terzoli 1739
Cosme Pitti 1742
Juan José Cremona 1744
Juan Crisóstomo Galilei 1747
Mauro Bindi 1751
Leonardo Targioni 1754
Vicente Talenti 1757
Arcángel Landi 1760
Leonardo Targioni 1763
Luis Barducci 1766
Everardo Audrich 1772
Pablo Antonio Fabbri 1784
Everardo Audrich 1787
Plácido María Margheri 1793
Benito Cioni 1799
Cosme Peitinger 1805
Benito Cioni 1809
Cayetano del Ricco 1815
Raniero Comandoli 1818
Benito Cioni 1822
Juan Inghirami 1827
Tomás Péndola 1845
Estanislao Gatteschi 1848
Luis Gheri 1849
Alejandro Checcuci 1857
Pablo Sforzini 1861
Juan Antonelli 1863
Luis Gheri 1871
Celestino Zini 1874
Benito Pincetti 1889
Estanislao Consumi 1892
Victorio Bianchi 1898
Alejandro Pessuti 1912
Pablo Santangeli 1919
Juan Giovannozzi 1921
Alejandro Pessuti 1922
César Coppedè 1924
Basilio Pieraccini 1925
Domingo Mosetti 1928
Vicente Rafael Viti 1931
Basilio Pieraccini 1934
Pío Alderico Chiaroni 1937
Guido Meucci 1943
José Tomasselli 1946
Mario Mazzantini 1958
José Tomasselli 1967
Fausto Tosti 1970
Juan Diño Bravieri 1976

Obras

Obra Años Años en Demarcación
FANANO (1621-1810) (1630-1789)
FLORENCIA (S. María dei Ricci) (1630-1777) (1630-1777)
FLORENCIA (Escuelas Pías) (1630- ) (1630- )
FLORENCIA (Pellegrino) (1638- ) (1638-1927; 1935- )
PISA (1641-1657) (1641-1657)
PIEVE DI CENTO (1642-1798; 1841-1870) (1642-1789)
CASTIGLIONE FIORENTINO (1654-1870) (1654-1870)
PAVULLO (1686-1764) (1686-1764)
URBINO (1686-1884) (1831-1884)
MODIGLIANA (1690-1866) (1690-1866)
BOLONIA (? -1789) (? -1789)
CORTONA (1706-1880) (1706-1880)
VOLTERRA (1710-1934) (1710-1934)
CORREGGIO (1722-1816) (1722-1789)
PISTOIA (1723-1726) (1723-1726)
LUGO (Colegio) (1758-1810; 1881-1884) (1758-1789)
MÓDENA (1764-1778) (1764-1778)
MASSA CARRARA (1766-1772) (1766-1772)
PARMA (1768-1772) (1768-1772)
MIRÁNDOLA (1774-1783) (1774-1783)
SIENA (1774-1876) (1774-1875)
FLORENCIA (S. Giovannino) (1777- ) (1777- )
FLORENCIA (Ximeniano) (1777- ) (1777- )
AREZZO (1816-1825) (1816-1825)
PIETRASANTA (1819-1872) (1819-1872)
FIGLINE (1820-1838) (1820-1838)
SIENA (Inst. Péndola) (1828-1979) (1828-1979)
FLORENCIA (S. Carlos) (1838-1887) (1838-1887)
EMPOLI (1861- ) (1861- )
FIESOLE (1876- ) (1876- )
LUGO (Casa Pompilia) (1881-1884) (1881-1884)
FLORENCIA (Cepparello) (1883-1924) (1883-1924)
FLORENCIA (Santa Isabel) (1903-1934) (1903-1934)
COSTALPINO VOLTE ALTE (1979- ) (1979- )

Bibliografía

  • «L’educazione dei sordomuti» 1872 y ss
  • Cioni, M. I documenti galileiani del S. Ufficio di Firenza, Florencia, 1928
  • «II piccolo sordomuto» 1931 y ss
  • «Prima vigilia», Florencia 1957 y ss
  • Archivo Provincia Toscana
  • Viti, V. -Tosti, O.: Gli Scolopi nell’Emilia - Romana: cenni storici: Catalogo delle Scuole Pie di Toscana, 1982-85, 87-124.

Redactor(es)

  • Giovanni Ausenda, en 1990, artículo original del DENES I