Florencia (IT) Colegio Santa María dei Ricci, casa profesa

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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Datos

Demarcación Toscana

(1630-1777)

Historia

Juan Francisco Fiammelli, sacerdote florentino y célebre matemático, fue compañero de San José de Calasanz y maestro de sus escuelas en los años 1602-1606. En 1617 fundó por su cuenta en Florencia unas «escuelas pías», pero el año 1630, a la edad de 75 años, las cedió a los escolapios. Estas escuelas de Fiammelli estaban en la calle de Cimatori, cerca de Orsanmichele. Para llevar a cabo la fundación Calasanz mandó a Florencia al P. Castelli, quien con ayuda de algunos personajes, sobre todo, del Secretario de Estado, Andrés Cioli, y del famoso humanista Gaspar Schoppe, consiguió del gran duque, Fernando II, y del arzobispo los permisos y la benevolencia para establecer las Escuelas Pías, que se abrieron en mayo de 1630. Pero por causa de la peste, que invadió la ciudad, las escuelas estuvieron cerradas desde septiembre de 1630 hasta noviembre de 1631. Los escolapios prodigaron sus servicios a los apestados con tal generosidad que les valió la estima del pueblo y la fama para sus escuelas. Después de una visita de los delegados del gran duque a las escuelas en 1632, se obtuvo licencia de poder llamar a cuantos religiosos fueran necesarios, en vez de los seis permitidos al principio. No teniendo iglesia capaz de acoger a los numerosos alumnos, que en 1633 llegaban a 500, consiguieron se les cediese el uso de la Santa María dei Ricci, situada cerca del palacio del duque Salviati. Junto a la iglesia el gran duque les cedió una casa, ampliándola a sus expensas, y los escolapios compraron, por su cuenta, otra casa vecina, acomodándolas ambas para habitación, mientras las escuelas seguían instaladas en los locales de Fiammelli. En 1638 el P. Juan Francisco Apa abrió una escuela para nobles con el nombre de «Academia degli sviluppati» (Academia de los desarrollados), haciendo realidad la aspiración que desde 1633 había tenido el P. Castelli, respondiendo a los deseos de la nobleza florentina. La escuela estaba en la calle del Estudio, separada por tanto de la habitación de los religiosos y del edificio de las escuelas de Fiammelli y tenía unos 30 alumnos. Para esta escuela de nobles compuso y editó el P. Apa su famosa gramática latina. En 1646 salió para Nápoles el P. Apa y las escuelas de nobles decayeron de rango, pero aunque no hay documentación para los años sucesivos, todo parece indicar que siguió existiendo y de ella se vuelve a hablar desde 1680 hasta la invasión napoleónica. Junto a esta escuela de nobles tuvo también suma importancia la de matemáticas superiores, formada por un grupo de escolapios galileianos, que tanta fama dieron a la casa florentina, y entre ellos sobresalen los PP. Castelli, Michelini, Settimi, Ambrosi, Grise, Conti, Romani, Morelli. La envidia y las malévolas acusaciones del P. Mario Sozzi contra los escolapios discípulos y admiradores del perseguido Galileo, fueron la causa de que todos ellos huyeran de Florencia y la escuela se desintegrara. Esto hace recordar que por varios años la comunidad de Florencia tuvo que sufrir la presencia y prepotencia del célebre P. Mario, particularmente durante el bienio en que por decreto del Santo Oficio de Roma fue nombrado Provincial de Toscana (1642-1644). La comunidad de Santa María dei Ricci, o casa profesa de Florencia, fue siempre numerosa y tuvo a su cuidado los clérigos profesos, sobre todo los que estudiaban filosofía y teología.

Sirvan de ejemplo estas estadísticas: en 1640 había 8 sacerdotes, 6 clérigos y 3 hermanos; en 1664 eran 18 los religiosos y 31 en 1699; en 1740 había 22 sacerdotes sin contar clérigos ni hermanos; en 1759 eran en total 40 religiosos. Hacia 1680 había 359 alumnos divididos en seis clases, siendo la más numerosa la de párvulos con 95 alumnos. En las estadísticas de los distintos colegios en todos los tiempos se advierte que las escuelas primarias son siempre las más numerosas, siguiendo en ello las preferencias del Fundador.

En 1748 el emperador, Francisco I, que había sido gran duque de Toscana, hizo ampliar y reformar los antiguos locales de las escuelas. Por estos años existe en las Escuelas Pías florentinas una academia de teólogos dogmáticos, en número que oscila entre 30 y 40, del clero secular y de escolapios, que tiene semanalmente una reunión en la que se exponen disputas teológicas, disertaciones, experimentos, solución de casos de moral y otros actos parecidos. Tales academias, tanto de alumnos como de profesores, eran muy comunes en los colegios escolapios de Italia, como en otros centros escolásticos. En 1771 se decide la restauración total de la iglesia, que continuó siendo propiedad de la «cofradía de operarios», que había concedido su uso en 1633. Y en 1775 el gran duque, Leopoldo I, cedió a los escolapios el colegio e iglesia de San Giovannino, que había sido de la Compañía de Jesús, recién suprimida. A cambio de ello, los escolapios debieron ceder al patrimonio del Estado tanto la casa en que habitaban junto a Santa María dei Ricci, como el edificio en el que tenían las escuelas, devolviendo a sus propietarios al uso de la referida iglesia. Desde entonces, la casa profesa de Florencia deja de llamarse de Santa María dei Ricci y empieza a ser la de San Giovannino. El historial de la antigua casa profesa es tan glorioso como la historia misma de la Provincia Toscana, no sólo por haber sido sede de los Provinciales, sino porque todas las grandes personalidades escolapias toscanas pasaron, casi sin excepción, por ella, ganándose la protección y admiración de la familia granducal, de la nobleza y del pueblo florentino por la altura científica y literaria con que ilustraron las viejas aulas de sus escuelas.

Bibliografía

  • Regestum Provincia, 20
  • Tosti, O., Giovan Francesco Fiamelli e l’introduzione degli Scolopi a Firenze. Ricerche 13 (1985) 3-67.

Redactor(es)

  • Severino Giner, en 1990, artículo original del DENES I