General34/Intento de algunos Padres Vasco-navarros de fundar la nueva Provincia de Vasconia

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Visita a las casas de Cuba (febrero-abril 1920)
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Visita canónica del P. Viñas a la provincia de Cataluña durante los meses de agosto y septiembre de 1922
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Intento de algunos Padres Vasco-navarros de fundar la nueva Provincia de Vasconia

Cuando el P. Viñas fue reelegido como Supremo Moderador de la Orden, algunos Padres de origen vasco o navarro empezaron en algunas casas del norte de España una lenta pero eficaz acción que intentaba lograr, por razones etnográficas, religiosas y pedagógicas, la creación de una nueva provincia, denominada de Vasconia, o provincia vasco-navarra, con las cinco casas de Pamplona, Tolosa, Tafalla, Estella y Vera, pertenecientes a la provincia de Aragón, y la de Bilbao, de la de Castilla. Cuanto antes, para tenerla ya formada al llegar el tiempo de los Capítulos en 1922. Los líderes de esta acción eran los PP. Pantaleón Galdeano, de la provincia de Cataluña, el P. Gonzalo Etayo de la Provincia de Castilla y el P. Tomás Garrido, de la provincia de Cataluña. Se trataba de tres religiosos que antes habían sido generalicios; eran también ayudados por el P. Valentín Caballero, rector y maestro de juniores en el juniorato de Irache[Notas 1].

Líder de esos Padres y de todas sus acciones, el P. Pantaleón Galdeano envió una carta a finales de octubre de 1919 en nombre de todos al P. Antonio Mirats, Vicario General de España, en la que expresaba los deseos de los Padres navarros y vascos. El P. Vicario General le respondió el 6 de noviembre de 1919, diciéndole que presentara el asunto al P. Prepósito General, que iba a llegar pronto a Barcelona[Notas 2]. El P. Viñas, camino de Cuba, estuvo en Barcelona los días 22 a 25 de diciembre. En uno de esos días, inmediatamente el 22 de diciembre, como dice el P. Galdeano[Notas 3], o el 25, como dice Pascual Juan de Sta. Teresa, Viceprocurador por España[Notas 4], el P. Galdeano presentó al P. Viñas todo el proyecto de crear una nueva provincia. Este no rechazó el proyecto, pero parece que le dio algunos consejos para lograr de manera más segura el objetivo deseado[Notas 5]: pedía a los Padres que eliminaran todo lo que sonara a separatismo, y que actuaran en todo de tal modo que no dieran lugar a temer que la ambición de los antiguos religiosos generalicios fuera la causa que estaba detrás del deseo de fundar una nueva provincia[Notas 6]. Tras tener este coloquio, tanto el P. Galdeano como los demás promotores de la nueva provincia consideraron que el P. Viñas aprobaba la idea, y se trataba solamente de encontrar la manera de conseguir su objetivo. Al año siguiente, 1920, no tuvieron ocasión del P. Viñas a su vuelta de Cuba, y no se hizo nada digno de mención por la causa[Notas 7].

Pero en el mes de septiembre de 1921, el P. Antonio Vidal, de la provincia de Cataluña, mientras investigaba en el Archivo General de Roma, a petición del P. Pantaleón Galdeano presentó de nuevo la causa de la erección de la provincia de Vasconia al P. Viñas, quien no la rechazó, pero el P. Marcelino Ilarri, Asistente General por España, religiosos de la provincia de Aragón, la condenó absolutamente[Notas 8]. Pero la acción comenzada ya no se pudo detener. A finales de 1921, mientras el P. Agustín Narro, Provincial de Aragón, estaba haciendo la Visita General en las casas de Argentina y Chile[Notas 9], y ejercía el cargo de Vicario General en Aragón el P. Patricio Mozota, los tres Padres que dirigían el asunto, es decir los PP. Galdeano. Etayo y Garrido describieron las razones naturales, etnográficas, nacionales y sociales, que inducían a los religiosos de Vasconia y Navarra a la creación de una nueva provincia separada de Aragón. Una exposición de estos motivos fue enviada el 8 de diciembre de 1921 tanto a los religiosos que podían estar interesados como al mismo Prepósito General. En su último punto pedían, humilde pero insistentemente, al Prepósito general que la elevara a la Santa Sede para obtener el permiso de su erección cuanto antes, de modo que en el Capítulo Provincial de junio de 1922 la nueva provincia, independizada de la provincia de Aragón, pudiera ya comenzar su vida propia. Los nombres de los autores de esta exposición no figuraban, tan solo aparecía la denominación general “Escolapios de Vasconia y Navarra”[Notas 10].

A finales de diciembre de 1921 algunos navarros enviaron también a Roma una breve exposición de todo lo hecho, movidos por diferentes razones y con acusaciones contra la provincia de Aragón[Notas 11]. Casi por las mismas fechas[Notas 12] el P. Veremundo Erdozaín envió una carta circular informando a los Padres y Hermanos de Vasconia y Navarra sobre el proyecto de la nueva provincia, rogándoles que pidieran al P. General la pronta erección de esta provincia[Notas 13]. Se añadía un modelo de carta para que escribieran su petición[Notas 14]. La misma Exposición fue también enviada al P. Patricio Mozota, Vicario Provincial de Aragón, pero no la carta circular[Notas 15]. El P. Mozota, tan pronto como se enteró, comunicó el asunto tanto al P. Vicario General de España como al P. Viñas[Notas 16], y rogó al P. General que respondiera cuanto antes con una Circular a la Exposición citada[Notas 17], y que cortara todo intento cuanto antes[Notas 18]. Tras escuchar su deseo, el P. Viñas examinó minuciosamente la Exposición, y después de recibir casi 50 cartas de adhesión y petición por parte de religiosos de Aragón[Notas 19], con el acuerdo de su Consejo[Notas 20] envió una Circular a los Provinciales, Rectores y demás religiosos de la provincia de Aragón[Notas 21], en la cual, negando que hubiera aprobado tal acción, acusó a los autores de la misma y promotores de la nueva provincia de estar desprovistos de sinceridad, de razón y de respeto a nuestras leyes, y les acusó de regionalismo y separatismo, animados simplemente por razones políticas y humanas; y de que querían destruir a su Madre, precisamente entonces, cuando estaba tan afligida por los colegios perdidos en Hungría.

Esta Circular fue recibida con gran gozo tanto por el Vicario Provincial como por los demás Padres de Aragón[Notas 22], pero no así por los promotores de la creación de la nueva provincia[Notas 23], los cuales (PP. Gonzalo Etayo y Pantaleón Galdeano), informados previamente por cartas privadas, pidieron al P. Viñas en una carta de fecha 20 de enero de 1922 indicaciones para pedir de manera adecuada el indulto de erección[Notas 24], y al mismo tiempo, incluso dos días antes, redactaron una segunda Exposición, en la cual, omitiendo los argumentos expuestos en la primera, decían que el principal motivo para crear una nueva provincia era vivir más fielmente la observancia regular[Notas 25]. Esta segunda Exposición, de fecha 18 de enero, escrita en Irache, y firmada por los PP. Etayo y Galdeano en nombre de todos los demás, no habiendo recibido en febrero ninguna respuesta a la carta anterior, fue enviada a Roma en febrero, con la lista de los religiosos que pedían la erección de la nueva provincia. La Congregación General, después de leerla en la sesión del 1 de marzo de 1922, decidió informar de todo el asunto a la S. Congregación de Religiosos[Notas 26].

El P. Viñas envió una súplica a la Santa Sede el 3 de marzo de 1922, pidiendo que decidiera sobre la oportunidad de la erección de la nueva provincia[Notas 27]. Sin embargo, la información y voto del P. Pascual Juan, Viceprocurador por España, fueron negativos[Notas 28]. Por lo cual la S. Congregación de Religiosos el 24 de marzo de 1922, después de pensar maduramente lo expuesto por el Prepósito General con respecto a la petición de un indulto para la erección de la nueva provincia, y teniendo en cuenta todas las circunstancias, dio una respuesta negativa[Notas 29]. Al recibir la respuesta, el P. Viñas envió un Circular con fecha 1 de abril dirigida a quienes estaban interesados[Notas 30]. Pero ni el rescrito de la Santa Sede, ni la Circular del P. Viñas pudieron poner fin al asunto. Pues los promotores de la nueva provincia, impacientes a causa de las dudas del P. Viñas y su tardanza en responder, para que el asunto llegara a la Santa Sede decidieron ya a principios de marzo componer unos “Antecedentes Históricos sobre la formación de la nueva Provincia de Vasconia en las Escuelas Pías”, junto a una “Legítima defensa”, que enviaron al P. Vicario General el 7 de marzo de 1922[Notas 31], junto con las dos Exposiciones anteriores, la Circular del P. Viñas y la lista de las nuevas peticiones a favor de la Provincia de Vasconia, para que el la transmitiera al Prepósito General, y este a la Santa Sede[Notas 32].

El P. Mirats envió efectivamente estos documentos a Roma, y llegaron allí a mediados de marzo. Pero el P. Viñas, después de inspeccionarlos, consideró que iban contra su persona, y los devolvió a los autores, para que los enviaran ellos mismos a la Santa Sede, si querían. Y ellos los enviaron el 22 de marzo directamente al Cardenal Prefecto de la S. Congregación de Religiosos[Notas 33]. Mientras tanto, ellos comenzaron a sentirse vejados porque el P. Vicario General de España escribió una Circular contra ellos[Notas 34]; el P. Provincial de Aragón, que había regresado a fines de marzo de Argentina a Zaragoza, les preguntaba cómo llamaban a su acción[Notas 35], y el mismo P. Viñas había mandado a los PP. Garrido y Etayo que salieran cuanto antes de Irache[Notas 36], no mucho después enviaron otra Exposición con 10 documentos anexos, pidiendo de nuevo la erección de la provincia de Vasconia[Notas 37], y que se designara para examinar más de cerca el asunto un “Visitador Apostólico” ajeno a las dos partes[Notas 38]. La S. Congregación de Religiosos, tras oír de nuevo la información y el voto del Viceprocurador por España, el 1 de julio respondió que “se mantenía lo decidido”. Sin embargo, añadió que anda obstaba para, observando lo mandado en las Constituciones, se sometiera la cuestión de nuevo al próximo Capítulo General[Notas 39].

Como el P. Pantaleón Galdeano y el P. Tomás Garrido, enviado de Irache a la provincia de Cataluña, habían empezado a esparcir falsos rumores, el P. Viñas en la sesión de la Congregación General del 22 de junio decidió hacer una investigación general en la provincia de Cataluña, a partir del 1 de agosto[Notas 40], y envió una carta el 23 de junio al Vicario General de España mandándole la suspensión de las vacaciones de verano y la cancelación de los nombramientos hechos[Notas 41]. Al mismo tiempo, intimó al P. Pantaleón Galdeano la suspensión a divinis a beneplácito del P. General[Notas 42], la privación de voz activa y pasiva y la supresión de las vacaciones de otoño, y la suspensión tuvo efecto a partir del 27 de junio[Notas 43]. Algunos días después, el 11 de julio, hizo lo mismo con el P. Tomás Garrido[Notas 44]. El P. Viñas solo les levantó la suspensión el 1 de agosto, cuando, apenas llegado a Barcelona para llevar a cabo la investigación citada, tuvo una larga conversación con los Padres Galdeano y Garrido, en presencia del P. Vicario General y del P. Provincial de Cataluña, tratando de nuevo sobre la historia de toda la acción de los vascos y navarros, y mandó a los Padres Galdeano y Garrido que pidieran perdón por este “error” mediante una declaración sobre la correcta actuación del P. General en este asunto, siempre[Notas 45].

De este modo, por fin, se obtuvo paz con respecto a este asunto, al menos por entonces. De momento vencieron el P. Viñas y la provincia de Aragón, que, en el Capítulo Provincial, el 21 de junio de 1922, dejó constancia de que “expresa a nuestro Prepósito General Tomás Viñas el más ferviente y elocuente testimonio de adhesión y agradecimiento, que trabajó sabia y duramente como Pastor de la grey aragonesa para contener y eliminar por completo el nuevo y nefando cisma”[Notas 46]. Pero fue una victoria pírrica. Pues ni la Santa Sede impuso silencio perpetuo a los promotores de la nueva provincia, ni los mismos Padres renunciaron a seguir adelante con su intento[Notas 47]. De modo que cuando el Excmo. y Rvdmo. Ermenegildo Pasetto, Visitador Apostólico, hizo la visita a España en 1926[Notas 48], se volvió a tratar nuevamente del asunto[Notas 49]. De momento no se obtuvo nada. Dos años después, al nombrar a los Superiores el año 1928, el 27 de julio el Visitador Apostólico nombró al P. Pantaleón Galdeano Provincial de Cataluña[Notas 50], eligiéndolo de la terna, aunque pocos meses después, en el mes de diciembre, cesó en el cargo[Notas 51]. El P. Tomás Garrido fue nombrado Asistente General por España el 31 de septiembre de 1928. El 27 de noviembre de 1929 se puso fin por medio de un decreto a la Visita Apostólica. De acuerdo con este decreto, el P. Giuseppe Del Buono, Prepósito General, el 12 de enero de 1930 nombró al P. Valentín Caballero Vicario General de España. Colocados en cargos elevados de la Orden, los principales promotores de la nueva provincia de Vasconia, y apoyados por otros, en los años 1930-1931 comenzaron una nueva acción para crear la provincia de Vasconia[Notas 52].

Los días 23 de mayo y 28 de junio de 1931 se trató la cosa en la Congregación General, a propuesta del P. Tomás Garrido, y, admitida la necesidad de crear una nueva provincia, parecía que se trataba solamente de encontrar el modo y el momento oportunos[Notas 53]. Al año siguiente, 1932, la Congregación General elevó una petición a la S. Congregación de Religiosos para poder erigir la nueva provincia de Vasconia con las casas de Tolosa, Tafalla, Vera, Estella, Pamplona y Bilbao, anexionándole también las tres casas de la Viceprovincia de Chile, con tres casas[Notas 54]. Fue concedido el permiso solicitado al P. General con un rescrito de fecha 19 de noviembre de 1932[Notas 55]. Sin embargo, solo se puso en ejecución el 15 de junio de 1933[Notas 56].

Así, por fin, después de tantos enfrentamientos, se fundó la provincia de Vasconia. El camino podía haber sido más breve y más fácil si el P. Viñas hubiese tratado el asunto con más diplomacia, y los promotores dela nueva provincia hubieran actuado con mayor serenidad y humildad un asunto tan santo para ellos. Pero “en aquel tiempo se pecaba dentro y fuera de las murallas”. Y así sucedió que se difirió un decenio la creación de la provincia de Vasconia, y hubo no pocas denuncias a la S. Congregación de Religiosos contra la persona del P. Viñas y contra la observancia regular en España, de las que no se puede decir que no contribuyeran a la indicción de una Visita Apostólica a nuestra Orden, a la renuncia forzada del P. Viñas, y a la prolongación de la misma Visita Apostólica durante un largo periodo de seis años.

Notas

  1. Cf. esta parte de la carta del P. Valentín Caballero al P. Viñas, con fecha 17 de diciembre de 1921 (RG 58 b, 2): “Recibí la contestación de V.P. a mi consulta y no puedo menos que lamentar se haya procedido de ese modo en asunto tan delicado y al propio tiempo tan interesante. ¿Por qué no acudir antes a V.P.? ¿Por qué no pedirle consejo, exponiéndole los motivos que había para ello? ¿Cómo se atreven a tomar el nombre de V.P. siempre tan respetable y sagrado? Es el caso que con eso estropean una causa que pudiera ser santísima y muy conveniente para la Escuela Pía. Porque la cuestión étnica en este caso es lo de menos. Yo de mí puedo asegurar a V. P. que este motivo, en lo que se refiere a nuestras relaciones interiores, no me mueve en absoluto para nada. Yo me siento muy bien en la Provincia de Aragón; estoy contentísimo con los Padres, sumamente agradecido a todos y particularmente a los Superiores, y gozo en ella de estima y de respeto. Si me mueve esta cuestión es porque veo que la Escuela Pía no tiene arraigo ni lo tendrá si no es con gente del país, en esta región. Resurgimiento del idioma, tradiciones, fueros, etc. Si a esto se añade, y es para mí el motivo principal, que una tal Provincia, en país tan religioso, había de erigirse a base de la más exacta observancia de las Constituciones, ahora sobre todo que van a implantarse las nuevas, sin corruptelas envejecidas que tanta oposición han de hacer en otras partes y con la decisión más firme de ponerlas en práctica fielmente, con la organización que el Santo Padre estableció de la oración continua, del confesor para los niños, fomento de Congregaciones piadosas, turnos eucarísticos bien llevados, etc. etc., no me cabe la menor duda que seríamos idolatrados, y nos haríamos dueños del país. ¡Oh, y qué satisfacción sería para todos, y para V.P. en particular, ver observadas con puntualidad las nuevas Constituciones en toda una Provincia, acordes todos y produciendo los naturales y abundantísimos frutos! Estos deseos existen, muchos me los han manifestado y, si tienen empeño y deseo grande, es particularmente con esta condición. Y entiendo que, si se llegase a pensar en ello, había de ser imponiendo decididamente esa condición, de modo que quien no estuviese conforme con someterse a la observancia íntegra de las Constituciones, no pudiese ser autorizado para su admisión y traslado. Estas dos circunstancias, la regionalidad de la provincia y la religiosidad y observancia de sus miembros, traería otro bien muy grande, y es el de las vocaciones. No hay duda ninguna que, llevada la cosa bien y mirándonos como de casa, no como extraños, habría muchísimas vocaciones, es el país clásico, y buenas vocaciones, que es lo principal, y no serían esas provincias extranjeras las que menos beneficio reportarían, pues se les podría proveer de buenos elementos. Dios N. Señor sabe lo que conviene: yo no hago más que rogar para que nos dé a conocer su santa voluntad. Sólo deseo acertar, solo deseo la prosperidad de la Escuela Pía, de una Escuela Pía observante, tal como la quería N. Santo Padre”.
  2. Cf. el documento Antecedentes históricos sobre el proceso relativo a la creación de una provincia en España con el nombre de “Vasconia”, compuesto por el P. Galdeano el 1 de marzo de 1922 (RG 58 B 3, 5), n.2.
  3. Ibídem, n. 37.
  4. Cf. la información del P. Pascual Juan a la S. Congregación de Religiosos, con fecha de abril de 1922 (RG 58 B 3, 8).
  5. Cf. Antecedentes históricos, nn. 3 y 37.
  6. Ibídem, n. 3: “Llegada efectivamente a Barcelona el 22 de diciembre del propio año 1919 su Paternidad Rma., solicitó y obtuvo del P. Prepósito General el P. Galdeano una audiencia, en la que manifestóle la comisión que le llevaba y le expuso nuestros deseos. El Rmo. por su parte acogió al P. Galdeano con benevolencia suma, con amabilidad y deferencia, alentándole a que hiciéramos la Exposición, recomendándole que la redactásemos de modo que no la pudieran tildar como fautora o inspiradora del separatismo político que se manifestaba en la región, ni tomarla como un resurgimiento o continuación de la Generalidad antigua. Todo esto se puede acreditar con cartas, que en aquel tiempo enviaron algunos compañeros al P. Galdeano, y que éste conserva en su poder, y por el testimonio de religiosos de Cataluña, a quienes en conversaciones privadas se les comunicó el resultado de la entrevista. Y sobre todo, da fe el propio P. Galdeano, que recuerda perfectísimamente con toda exactitud los pormenores de la conferencia, y está por eso mismo dispuesto a deponer en juicio, confirmando sus aseveraciones con la santidad del juramento, si para ellos es requerido por las autoridades competentes. A mayor abundamiento puede el P. Galdeano presentar en corrobación de sus asertos una carta del mismo P. General en la que, a consulta de aquel sobre cuatro puntos delicadísimos referentes a la provincia escolapia de Cataluña, se le contesta así: ‘Carísimo P. Pantaleón Galdeano: tiene V. en España Superiores inmediatos, a quienes consultar sus escrúpulos, sus dudas o lo que sea. Por mi parte, ni una palabra más, ni escrita ni hablada, con el P. Galdeano, que ha sabido tan bien abusar de la bondad del P. Prepósito General que le escucha, y que en este abuso no ha tenido inconveniente en afligir a su Madre la Escuela Pía. Le saludo y bendigo afmo. h. y siervo en Xto. Tomas Viñas de S. Luis. Prepósito General. Roma 12 de febrero de 1922’”.
  7. Ibídem, n. 4.
  8. Ibídem, n. 5.
  9. Cf. Acta de la Visita a América Meridional en RG 68, ff. 119-127.
  10. El principal autor de esta Exposición, según carta enviada por el P. Patricio Mozota al P. General con fecha 14 de enero de 1922 (RG 58 B 4, 9) fue el P. Pantaleón Galdeano. Cf. también Antecedentes históricos, n. 7. Esta Exposición se encuentra en RG 58 3, 2, y dice lo siguiente: “RMO. P. PREPÓSITO GENERAL DE LAS ESCUELAS PÍAS Rmo. Padre: Un pensamiento, en nuestro concepto noble y elevado, embarga desde hace tiempo las almas de los Escolapios que hemos nacido en el solar de la Vasconia: el de la creación en este país de una provincia escolapia independiente. Para nadie es un secreto la grandeza y sublimidad de la misión escolapia en la sociedad: la modelación de los pueblos según el corazón de Dios por medio de la modelación de la base de los mismos: la niñez. El Ángel de las Escuelas, Santo Tomas de Aquino, había ya demostrado en su Summa Theologica que la enseñanza y educación cristianas eran la primera entre todas las obras de caridad. Y San José de Calasanz tuvo la gloria de implantar en la sociedad la primera institución permanente, por la que los pueblos disfrutasen de tan inmenso beneficio. Aspirar al fomento, difusión e intensificación de la Escuela Pía es, por consiguiente, uno de los anhelos que más deben ennoblecer a toda alma cristiana, e inmensamente a todo religioso escolapio. Para que tal fomento y difusión puedan alcanzar los efectos más seguros y permanentes, se hace imprescindible el concurso de dos circunstancias: la primera es el anhelo ardiente de todos los individuos, sobre todo de los Superiores; la segunda, el mayor grado posible de consonancia entre la sociedad y el conjunto de elementos factores destinados a efectuar la supradicha difusión, por la índole especialísima que a la misión escolapia distingue entre las demás. Toda empresa benemérita de la sociedad, sea humana, religiosa o mixta, tiene como origen y término al mismo Dios; pero es indudable que para su desarrollo cuenta el mismo Dios con el factor humano, al que por lo mismo ha dotado de inteligencia, libertad e iniciativas, dignificándolo con la categoría de causa segunda. Este factor humano, en sus manifestaciones, no está dotado de la uniformidad de la masa total de los hombres, porque no es otra cosa que un conjunto complejo de energías y fenómenos psicológicos, que aparece sumamente variado en las distintas razas y naciones, y aun entre las distintas regiones de una misma nación. Si todos los hombres gozasen de tal uniformidad, una sola legislación bastaría en el mundo; no siendo así, resulta muy natural la variadísima organización de los hombres en nacionalidades y agrupaciones societarias tan distintas como el modo de ser de cada una, restante de a sangre o raza, cultura, idioma, historia, tradición, costumbres y temperamentos. La iniciativa de una empresa de carácter social parte ordinariamente de uno o de un corto número de individuos, fermentando al principio, por necesidad, con cualquier clase de elementos. Al iniciarse su difusión por regiones de distinto ambiente o modo de ser, es evidente que, si se trata de comunicarle un impulso de deificación intensa, se conseguirá mucho más fácilmente con elementos peculiares de cada región, como mejor acomodados al modo de ser de la misma y dotados de esa uniformidad y convergencia que suma las energías; como resultaría lenta y precaria tal difusión empeñándose en poner en acción elementos divergentes que restan energías y producen quizá la paralización o la destrucción de la empresa. Estos impulsos autónomos, no difiriendo entre sí en la esencia, sino en la forma de aplicación de los medios más aptos, pueden muy bien conducir por diversos caminos al fin común, que es el máximo desarrollo de la empresa. Por consiguiente, la multiplicación de provincias religiosas en una Corporación, basada en las consideraciones antecedentes, es evidentemente uno de los medios más poderosos para la difusión de la misma; por el contrario, dejar de realizarla cuando las circunstancias proporcionan ocasión oportuna, por consideraciones o intereses de nivel menos elevado, es trabajar en su propio perjuicio e impedir la realización de esperanzas seguras y de éxitos halagüeños. Los escolapios vasco-navarros, después de haber meditado larga y concienzudamente sobre los extremos de la presente exposición y convencidos de hallarse en trance oportuno para presentarla a sus Superiores Mayores con la esperanza de una protección y éxito favorables, se han decidido a exteriorizar de este modo sus deseos de prestar un gran servicio a la Corporación con la creación de una Provincia escolapia independiente en la región que por el momento llamamos Vasconia y que comprende las actuales provincias españolas de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra, con elementos propios de la misma y a base de las Casas escolapias en la referida región existentes. Vasconia es un país esencialmente regional; es el pueblo peninsular de caracteres más distintivos e inconfundibles con los del resto de la Península por su raza, idioma, historia, tradiciones, costumbres y temperamento. La división regional ha sido el sello permanente de la Historia Española, sello que no se ha borrado jamás, ni es fácil que se borre a pesar de los tiempos y del progreso, estrellándose siempre contra él los esfuerzos centralistas de varias centurias. Ese modo de ser reconoce causas tan profundas que permiten asegurar que la organización regional será siempre en España el mejor sistema para el progreso de su Historia en todos los órdenes de la vida. Por esta razón, Vasconia es el país más respetado en sus fueros por los mismos poderes del Estado. Existen en la actualidad elementos propios más que suficientes en Casas y personal para organizar una provincia independiente en la Vasconia, país de extensión y población bastantes para desarrollarla con brillantez en lo futuro. Cataluña comenzó a vivir con seis casas y cincuenta y seis religiosos; Castilla con cuatro casas; Valencia con tres, Vasconia podría contar con seis Casas y más de cien religiosos. Es un rasgo de los más característicos del pueblo vasco-navarro el cariño, interés y confianza singular con que mira todo lo suyo, así como el recelo para con lo que no lo es. El día que viera educando sus niños a escolapios nacidos en su solar amado, abriría su alma y corazón a la Escuela Pía, considerada desde aquel momento como cosa suya y como elemento el más poderoso para su desarrollo. Las clases acomodadas darían sus hijos a vestir la sotana calasancia, como los han dado siempre a la Iglesia y a las demás Corporaciones ante la perspectiva de verlos brillar dentro de los confines del solar vascongado. Está hoy reconocida por todos los pedagogos la necesidad de introducir las lenguas regionales en la enseñanza de los primeros grados. La mitad de Vasconia habla el euskera, habiéndose iniciado por todos los elementos culturales un formidable impulso para extenderlo y cultivar su literatura, precisando por esta razón maestros euskaldunas. Es positiva la tendencia de la pedagogía moderna a nacionalizar la enseñanza. Es igualmente una realidad notoria el impetuoso movimiento regionalista y nacionalista de los pueblos, del cual participa la Vasconia. La enseñanza y educación cívicas, parte integrante de toda misión educativa, por necesidad han de ser ejercidas por los hijos del propio país. Es el punto principal, la razón más poderosa que inclina la balanza en pro de nuestra aspiración, porque toca en lo íntimo del corazón de un pueblo, a quien se trata de educar. Un país, un pueblo, jamás puede comprender en este punto a un pueblo distinto, porque para comprenderlo necesita partir de su propio modo de ser como norma para juzgar al otro, y siendo distintos, equivaldría a medir extensiones con el kilogramo, sería semejante a la paradoja de encargarse de enseñar la Historia Sagrada o la Doctrina Cristiana a los ateos, de cuyos labios saldrían aquéllas convertidas en vilipendio. Es imposible a los extraños enseñar o infundir amor a un país que no es el suyo, infundir cariño a sus fueros, devoción a su historia y a sus héroes, perseverancia en sus seculares tradiciones y costumbres, respetar su temperamento, siendo por el contrario un fenómeno de la realidad el que un extraño trabaja consciente o inconscientemente en violentar el carácter de sus educandos para acomodarlo al suyo propio, originando conflictos entre maestros y discípulos y entre lo mimos maestros cuando conviven de países diversos, conflictos que no pueden producir sino resultados desastrosos. La era de progreso general en que la Vasconia ha ingresado en nuestros tiempos permite considerar el momento presente como el más crítico y oportuno para realizar nuestra aspiración. Todavía no existe en ella Corporación alguna docente formalmente extendida y que sea genuina del país; más tarde, llegaríamos a deshora, impidiéndose de este modo un rápido progreso de la Escuela Pía. Abrigamos la convicción íntima de que Vasconia llegará en época no muy lejana a ser uno de los florones más preciados de la Escuela Pía. Vasconia es un país de vida religiosa intensa en la masa total de sus habitantes. Desde las cumbres de Begoña, Aránzazu y Aralar, atalayas celestiales de la Euskalerría en que la Reina de los cielos y San Miguel in Excelsis defienden y vigilan los ámbitos todos de Vasconia, hasta la humilde ermita que reposa tranquila sobre la loma en cada una de sus innumerables aldeas, todo respira fe, religiosidad humilde, sólida y sincera, todo respira el perfume de sus tiernas costumbres patriarcales. El turista despreocupado y escéptico se conmueve y emociona, como transportado al centro de los tiempos medievales. El sacerdote es el rey de sus feligreses. Diríase que la majestad de sus montes enseña a sus moradores una perpetua y profunda veneración a la Majestad de Dios; que el amor con que aquellos acogen en su regazo los pintorescos y apacibles valles les inspira una confianza segura y un tierno amor a la Divinidad y a sus semejantes. Tan sólida religiosidad es la base formidable del sinnúmero de vocaciones que siempre ha dado, está dando y dará a la Iglesia de Dios y a todas la Corporaciones existentes. Y la Escuela Pía sería por consiguiente el muro inexpugnable que guardaría para siempre el país contra las asechanzas de la impiedad que intentase invadir sus fronteras. Aragón, en cuya provincia viven adscritos la mayoría de los Escolapios vasco-navarros, es un país que, en su modo de ser, no tiene nada de común con la Vasconia, si no es lo poquísimo que resulta de la comunidad de sus fronteras. Las pocas veces que en el decurso de la Historia se han unido ambos países, ha sido con unión puramente político-feudal sin injerencias mutuas de carácter. Uno de estos dos pueblos no puede tener nunca la disposición y adaptabilidad necesaria para acomodarse al modo de ser del otro. Un individuo en particular podrá llegar a conseguir esto y hasta llegar a ser muy benemérito del otro país; todos en masa jamás alcanzarán este resultado sin dejar de ser lo que son, esto es, sin identificar su modo de ser con el del otro pueblo, resultado imposible cuando no existe entre ambos otra comunicación que la de educadores con educandos. Por esto, la Escuela Pía de Aragón en su país; l de Cataluña, Castilla y Valencia en el suyo, ha realizado progresos que hoy todos admiramos; como los obtendría en Andalucía con andaluces, en Galicia con gallegos y en Vasconia con vascongados. De haber actuado siempre con elementos extraños, más todavía con elementos mezclados, no hubieran producido sino la languidez, la paralización o quizás el exterminio. Si la historia del pasado ha de ser maestra del porvenir, la creación de la provincia de Vasconia es un corolario sencillo de la marcha progresiva de la Escuela Pía. San José de Calasanz, primer modelo a imitar en este punto como en todos, organizó cuantas Provincias le fue posible, apenas dispuso del mínimum de elementos en Casas y personal en los distintos países regionales de Italia y de fuera de Italia: Roma, Nápoles, Génova, Cerdeña, etc. Los PP. sardos, ayudados por elementos españoles, fueron los fundadores de los primeros Colegios de España. Nadie ignora los rozamientos y disgustos consiguientes acaecidos en los albores mismos de la Escuela Pía española, debido en gran parte a esa mezcla de elementos cuyo desenlace fue el abandono de España por los Padres sardos y la resurrección de la Escuela Pía por la abnegación de los españoles en pro de su patria y en medio de las mayores dificultades. De haber hecho caso en todo a los PP. sardos, no existiría la Escuela Pía de España. Una Circular del Rmo. P. General Antonio Ginés en 1711 declaró a España Viceprovincia independiente. En 1731 un Decreto del Rmo. P. General Juan Crisóstomo Plana, a instancia de todos los españoles, la erigió definitivamente en provincia; todo sin rozamientos ni resquemores de ninguna especie. Extendida después la Escuela Pía por diversas regiones, los PP. de Cataluña presentaron al Segundo Capítulo Provincial de España celebrado en Madrid en 1741 razonada exposición por la cual pedían lla creación de una viceprovincia independiente con las seis Casas y los cincuenta y seis religiosos de su región. El capítulo, presidido por el M.R.P. Agustín Paúl, nemine discrepante, accedió a sus deseos, decisión confirmada por el Capítulo General Romano de año siguiente 1742. En el Capítulo General de 1751 fue decretada su elevación a provincia. El año 1753 un Decreto del Rmo. P. General Paulino Chelucci separó de Aragón los cuatro Colegios de Madrid, Villacarriedo, Getafe y Almodóvar, erigiendo con ellos la provincia de Castilla, cuyos religiosos agenciaron esta determinación acudiendo directamente al Prepósito General de la Orden. La forma del procedimiento originó largos y serios contratiempos entre ambas provincias por parte de los empeñados en oponerse a un hecho que ahora miramos como muy natural y que la final tenía que suceder. Finalmente, en 1826 una Circular del Rmo. P. Vicario General de España Joaquín Esteve formó, contando con la voluntad de los religiosos, la Viceprovincia de Valencia, erigida en provincia (1830) por otra circular del Rmo. P. Ramo, Vicario General de España, sin contratiempos de ninguna especie. Del breve bosquejo histórico anterior se puede fácilmente deducir: 1º Que todas las provincias españolas pueden considerar, venerar y respetar a la provincia de Aragón como núcleo y madre de todas ellas, de la que, sin embargo, se separaron como los hijos mayores de edad se separan de la tutela paterna. 2º Que los individuos de una región peculiar han tenido siempre una aspiración natural a emanciparse, aspiración secundada con agrado por los Superiores Mayores de la Orden, como medio para hacer prosperar la Corporación. 3º Que los únicos contratiempos han venido solamente por apreciaciones erróneas de mal concebidos intereses, celos mal entendidos, conservación de intereses creados y otras semejantes. 4º Que sobre las varias razones en que se pudieron basar los religiosos para la separación de las provincias aparece una capital, más o menos velada por la delicadeza y el respeto: la razón de la diferencia de caracteres entre los individuos de distintas regiones, como obstáculo insuperable para el desenvolvimiento de nuestra misión. El ejemplo de la táctica que otras Corporaciones vienen observando en la región de Vasconia debe pesar mucho en el lado favorable de nuestra aspiración. Sin ser tan decisiva la influencia de otras Órdenes religiosas en la sociedad en lo referente a la índole de su misión especial, varias de estas (PP. Capuchinos, Redentoristas, etc.) han constituido provincias independientes en Vasconia; y otras que no han llegado a este extremo procuran, en sus posibles, formar sus comunidades con religiosos del país, poseedores del euskera. A principios de la presente centuria formaban los PP. Capuchinos una sola Provincia con Vasconia, Aragón y Cataluña. Cataluña y Vasconia aspiraron simultáneamente a separarse, y bastó una simple manifestación de voluntades para realizarse la separación sin el menor incidente, quedando Vasconia independiente con una sola Casa en Aragón por tres o cuatro individuos de este país. Para nadie es un secreto la vida próspera, la estimación general, el ingreso en ella de los hijos de las familias más acomodadas, la vitalidad con que se desarrolla en el país vasco-navarro la Orden de los PP. Capuchinos. La separación de Vasconia no puede suponer perjuicio ni desdoro para Aragón, su provincia madre, ni en el orden económico, ni en sus intereses morales. Según lo expuesto, sus intereses morales pueden quedar hasta en vías de mejorar; en el orden económico puede quedar en el mismo estado, pues la importancia de las Casas separadas no aventaja a la del resto de la provincia; el número de individuos en disposición de separarse guarda relación exacta con el de las cinco Casas de la Provincia sitas en Vasconia; ambos números son el 23% del total de la Provincia; a separarse lo hacen con los correspondientes derechos, cargas y obligaciones. Vasconia tomaría a su cuenta a manutención y demás obligaciones para con los vasco-navarros del postulantado, noviciado y juniorato. Los gastos hechos por Aragón con ellos hasta el momento de la separación quedarían compensados más o menos con la cuota contributiva que estas Casas de Vasconia habrá proporcionado en la cantidad que les correspondía antes de la separación; además, por algo se han de apreciar los servicios de gran número de vascongados prestados a Aragón durante veinte años sin haber invertido esta provincia gasto alguno por ellos en la carrera. Mas, si se demuestra resultar ser deudora de alguna cantidad, Vasconia no se negaría a una justa compensación. La Casa de Bilbao, de la provincia de Castilla, podrá pertenecer a Vasconia, después de resolver las dificultades que por su situación especial podrían surgir en este punto. Declaramos en conciencia ser las que anteceden las únicas razones que nos mueven a hacer la presente exposición. Manifestamos nuestra confianza en que ellas pesarán sobremanera en el ánimo de todos nuestros Superiores, en especial en el de nuestro Rmo. P. Prepósito General, para realizar un designio cuya perspectiva aliviará su corazón y el de la Escuela Pía entera, a la cual representa, atribulados por las catástrofes escolapias de Hungría, Bohemia, etc. S. José de Calasanz desde el cielo se alegrará al ver que, si se han cerrado las puertas escolapias a tantísimos inocentes niños de las naciones oprimidas por tanta desventura, e preparan en compensación horizontes halagüeños para su amado Orden en un país feliz hasta el presente por la misericordia de Dios, donde los niños vascos a una con sus maestros calasancios darán frutos exuberantes y gloria a Dios y a la Escuela Pía. Nos conforta la esperanza de que los Superiores presentes no se dejarán superar en tan noble emulación por aquellos antiguos organizadores de las ilustres provincias españolas, sino que removerán o evitarán con suavidad cuantos tropiezos pudieran atravesarse don peligros más graves, si cabe, que los que entonces pudieron surgir. Concretamos, finalmente, nuestra exposición, suplicando con la debida humildad y respeto, pero al mismo tiempo con la convicción íntima de la justicia que nos asiste, al Rmo. P. Prepósito General de las Escuelas Pías, nos atienda benignamente y realice las gestiones necesarias ante la Santa Sede para conseguir para la fecha de los Capítulo Provinciales próximos de España la creación de una provincia escolapia independiente con los Colegios de pamplona, Tolosa, Tafalla, Estella, Vera y Bilbao, sitos en el país vasco-navarro y con religiosos naturales del mismo país que tengan voluntad de pertenecer a la misma. Dios guarde a S. Rma. por muchos años”.
  11. Se encuentran en RG 22 C B, 2.
  12. Decimos “casi” porque el P. Mozota ya menciona esta circular en una carta al P. M. Ilarri con fecha 30 de noviembre (RG 58 B 4, 2).
  13. Cf. la carta del P. Mozota a Roma con fecha 14 de enero de 1922 (RG 58 B 4, 9).
  14. Hay un ejemplar de esta circular en RG 58 B 3, 1, y dice lo siguiente: Carísimos Padres y hermanos vascos y navarros. Los escolapios vascos y navarros, con el intento de poner en vías de realización una idea que quizá comenzara a bullir en la mente de cada uno desde los comienzos de su vida escolapia, iniciamos hace algún tiempo con el debido sigilo y prudencia ciertos trabajos de mutua propaganda cuyos resultados halagüeños a seguir en ellos [sic] hasta el momento presente, verdaderamente decisivo. Tal idea es la de crear una Provincia escolapia independiente en los países de Navarra y Provincias Vascongadas con los colegios en ellas existentes y con los individuos nacidos en dicho país cualquiera que sea la Provincia en que residen. Por evitar incidentes desagradables, no pudimos en todo tiempo poner al corriente de todo a cada uno de los interesados, aunque se ha procurado tratar el asunto con el mayor número posible. De la bondad de dignísimos compañeros que en algo hayan sido defraudados en este punto por la necesidad de las circunstancias y con gran sentimiento nuestro esperamos la venia y perdón. El primer paso ha sido tratar la cuestión con el P. Prepósito General. Con alegría nos hemos podido convencer de que tal idea ha sido acogida por el mismo con la mayor simpatía. Hecha la propaganda entre el mayor número posible, hemos observado en todos el mayor entusiasmo y emoción. abrigando la seguridad completa de que no habrá uno siquiera que rechace una idea tan elevada. Contamos, pues, con el apoyo del principal; contamos con el apoyo del país entero, con cuyos personajes más influyentes se ha tratado la cuestión, Diputados, Presidentes, etc., de los que podemos esperar un vivo interés, cariño y decidido apoyo en el presente, así como colaboración moral y material en el futuro. Contamos con la inmensa importancia de la idea misma en sí y en sus relaciones con el fomento de la Corporación, mejoramiento y bienestar de los individuos interesados y progreso de un país que nos ha manifestado querer que seamos suyos, condición sin la cual no ha de prosperar nunca en él la Escuela Pía. Sabedores de que la base principal para conseguirlo es la manifestación libre y sincera de la voluntad de todos o de la inmensa mayoría de los interesados, hemos redactado la adjunta Exposición, cuyos considerandos, de una lógica abrumadora, no pueden dejar en el ánimo la menor duda de su necesidad. Nos hemos propuesto el plan de hacer llegar a las manos de cada individuo un ejemplar de tal exposición acompañada de la presente proclama invitatoria con objeto de enterarle de todo para que lo medite y resuelva en su interior mandar una solicitud en tal sentido firmada con su puño y letra con la fórmula breve que en otro lugar escribimos y con la dirección allí mismo expresada. Siendo imposible una solicitud colectiva, hemos preferido la personal, que encierra la ventaja de salvar el secreto personal de algún pusilánime (si existe), ya que puede hacerlo o dejarlo de hacer sin que lo sepa nadie fuera del P. Prepósito General. Si la casualidad impide que esta exposición llegare a manos de algún individuo, puede este valerse de la que llegue a alguno de los del mismo colegio. ¡A solicitar todos cuantos quieran pertenecer a la futura Provincia de Vasconia! Esta florecerá brillantemente el día en que el país nos tenga como suyos; tenemos fundamento sólido para creer que podremos inaugurarla con dos o tres fundaciones en puntos principales. No nos guía la animosidad contra nadie, no el recuerdo de la antigua provincia generalicia; abarcamos a todos con igual cariño, todos somos iguales cualquiera que sea la provincia a que pertenezcamos. Aragón, en cuya provincia estamos la mayoría, quedará en más libertad y en mejores condiciones de vida por las mismas razones que aducimos a nuestro favor. Suplicamos la reserva conveniente para evitar disturbios en las comunidades, pero energía para defender la causa en caso necesario. Cada uno puede añadir en la solicitud las ideas particulares que crea convenientes. Usamos de la mayor delicadez al anunciar también al P. Provincial de Aragón nuestro designio, existiendo la orden de no perseguir por este motivo. A principios del próximo enero estará en Roma nuestro P. Prepósito; para tal fecha convendrá lleguen a Roma las solicitudes con esta dirección: 16 Via Monserrato, 152 3º, Roma. Fórmula con que puede dirigirse cada uno al P. Prepósito: ‘Rmo. P. General. Roma. Rmo. Padre: recibida en mis manos, leída y bien meditada la Exposición redactada por los Escolapios vascos y navarros en la que se pide a S. Rma. realice las gestiones necesarias para conseguir de la Santa Sede la creación de la Provincia independiente de Vasconia en las condiciones expresadas de la misma, tengo la satisfacción de dirigirme con la presente a S. Rma. para expresarle humildemente mi voluntad y deseo ardentísimo de que tal aspiración llegue a realizarse a todo trance en la fecha indicada en la Exposición que mis compañeros interesados habrán hecho llegar a manos de S. Rma. Dios guarde a S. Rma. muchos años. (Resid., día) de (mes) de 1921. Firma’”.
  15. Cf. Antecedentes históricos, n. 11.
  16. Estas cartas se encuentran en RG 58 B, 4.
  17. Cf. RG 58 B 4, 3. Fecha: 7 de diciembre de 1921
  18. Cf. RG 58 B 4, 6: “Supongo que tendrá ya terminada su Circular, y que dejará las cosas en forma tal que podamos estar tranquilos respecto a esos movimientos, ya que nadie como V.P. por su elevada dignidad, y además por haber abusado como lo han hecho, puede cortarles en seco, con penas a los que, sin tocarles por su cargo, intenten promover estos cismas. Insisto en que me gustaría que V.P. hiciese ver también mi disgusto ante tan vil proceder, para que no se figuren que nos es indiferente e abuso contra V.P.”
  19. Cf. Comentarios al Generalato, f. 95.
  20. Cf. Actas de la Congregación General, 23 de diciembre de 1921, RG 22 a, f. 148. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 134.
  21. Se trata de la Circular XIII, Roma, R. Garron.
  22. Cf. la carta del P. Mozota al P. General, de fecha 27 de enero de 1922 (RG 58 B 4, 10): “Recibí las Circulares, las cursé y he esperado tres o cuatro días para recibir impresiones, que llegan muy pocas: sin duda no se atreven a soltar prenda, y es que, como digo en carta que escribo hoy a uno de nuestros rectores, mientras tengamos Superiores tan Escolapios como el P. Viñas (no sirva de adulación, es que así lo he creído porque he visto a V.P. en varias cuestiones difíciles), viviremos en paz, porque sabrá defender a su Madre, cuando haya quienes quieran deshacerla”.
  23. Cf. Antecedentes históricos, nn. 16-18.
  24. Cf. la carta del P. Etayo al P. General, enviada desde Irache el 20 de enero de 1922 (RG 58 B 1 a, 5): “Comisionado con el P. Galdeano por los Vasco-navarros en su inmensa mayoría para gestionar ante la Santa Sede la formación de la Provincia Vasco-navarra y poco experto en estos asuntos, suplico humildemente a V.P. Rma. se sirva indicarme el camino más conducente: si dirigir nuestra exposición al P. Vicario General para que la informe y remita AV. P. para que asimismo la informe y transmita a la Santa Sede, o dirigirla inmediatamente a la Santa Sede. Dándole por adelantado las gracias, pide a V. Rma. la bendición su hº en Xº Gonzalo Etayo del C. de M.”
  25. El texto de esta segunda Exposición se encuentra en RG 58 B 3, 4, y dice lo siguiente: “Rmo. Padre. Los que suscriben, en nombre y representación de los religiosos, cuya lista va adjunta, deseosos de que lleguen tales, como son, las genuinas aspiraciones de los escolapios nacidos en la región vasco-navarra, a la Santa Sede Apostólica, a la que según el nuevo Derecho canónico toca exclusivamente el objeto de esta petición, acuden respetuosamente a V.P. Rma., como Supremo Jerarca de la Orden, a fin de que por vuestra mediación autorizada y fidedigna conozca la verdad el Padre Santo, con la veneración más acendrada exponen: Que desean, como objetivo primordial, la restauración del genuino espíritu escolapio, la fiel observancia de las Constituciones de nuestro Santo Padre, José de Calasanz, y la implantación íntegra de su admirable sistema pedagógico. Que, como medio muy conducente para lograr ese fin, solicitan a la Santa Sede la creación de una nueva Provincia escolapia, que comprenda los actuales colegios de Pamplona, Tolosa, Tafalla, Estella, Vera y Bilbao, sitos en el país vasco-navarro, y se denomine con el nombre común de “Vasconia” o “Provincia Vasco-Navarra”. Que las profundas diferencias étnicas que distinguen la región vasco-navarra de las otras regiones españolas y que naturalmente se reflejan en los individuos mismos, con menoscabo de la misión educativa, cuando elementos heterogéneos colaboran en un mismo Colegio, aconsejan esta separación para evitar dualismos y rozamientos, tanto de los educadores y educandos, como de los educadores entre sí. Que uno de los rasgos morales más característicos e inconfundibles de Vasconia es su religiosidad acrisolada. Todo respira fe en este país privilegiado: desde las cumbres de Begoña y Aralar, hasta los valles de Aranzazu y del Puy, no hay aldea humilde ni populosa urbe, en donde la piedad más pura no inspire y presida sus costumbres verdaderamente patriarcales, y en donde la persona del sacerdote no este circuida de una aureola de veneración y confianza, que patentiza las arraigadas creencias de sus cristianos moradores. Que este espíritu religioso, que anima todas sus instituciones peculiares, explica otro rasgo distintivo de la raza vasca: el celoso amor con que conserva lo propio, y una como repugnancia instintiva con que s e opone a toda penetración extraña, no precisamente por ser extraña o forastera, sino por el temor o recelo de que se mixtifique lo propio, de que se alteren sus tradiciones seculares y se borre el sello privativo de ingenua sencillez y acendrada religiosidad que distingue sus características costumbres. Los elementos constitutivos y directores de la Escuela Pía establecida en Vasconia, como nacidos fuera del solar vasco-navarro, no han podido comprender ni en ocasiones han respetado este rasgo característico. Por esto no han llegado a compenetrarse con el espíritu del país, que mira, en consecuencia, la Institución de San José de Calasanz como algo exótico. El día en que aparezca constituida por elementos indígenas de la Escuela Pía de Vasconia, ésta se le entregará sin recelos y le confiará gustosa su niñez y juventud, y las Escuelas Pías, protegidas por ella con generosa largueza, inaugurarán, con los admirables frutos de la verdadera Pedagogía Calasancia, una era de florecimiento y esplendor, en que la Provincia escolapia de Vasconia, pro la observancia regular, por su número de vocaciones y por su estado económico, sea un auxiliar poderoso de otras más necesitadas y un medio eficacísimo para propagar en nuevas naciones los beneficiosos resultados de la educación calasancia verdadera. Que esta religiosidad del pueblo vasco explica también la importancia altísima que, en la formación de las generaciones infantiles, concede con toda justicia a la educación religiosa y moral de los niños que confía a los maestros. Ahora bien: los escolapios vasco-navarros están íntimamente persuadidos de que la educación religiosa que hoy se da en sus colegios enclavados en Vasconia no produce los fecundos y positivos resultados que la Iglesia y las familias vascas tienen derecho a esperar de las Escuelas Pías, porque instituciones y prácticas de eficacia trascendental y decisiva para la religiosa educación e sus discípulos, establecidas por San José de Calasanz, como principios fundamentales de su sistema pedagógico, no se han implantado todavía y abrigan la firme convicción de que solo podrán sólidamente restaurarse con la erección de una nueva Provincia independiente, cuyos individuos hacen del restablecimiento de estas prácticas e instituciones calasancias la previa condición indispensable de su incardinación a esta Provincia. Que, fuera de las profundas diferencias étnicas y psicológicas existentes entre Vasconia y otras regiones españolas, el alma del pueblo vasco posee, por decirlo así, una sensibilidad religiosa delicada y exquisita, que naturalmente exige también en sus educadores y en el clero. Práctica, como fumar en público, jugar a las cartas con seglares, proferir ciertas expresiones poco dignas y nada cultas, que en las personas eclesiásticas tal vez no disuenan en otras regiones, disuenan en Vasconia, y aspiramos, por lo mismo, a verlas desterradas de nuestros Colegios. Los propios escolapios de Aragón así lo reconocen, pues, como hemos tenido ocasión de oír no pocas veces, califican de hipócritas a nuestros compatricios. De donde resulta que, en el terreno de la piedad, no solo es infecunda, sino hasta desedificante, nuestra actuación en Vasconia. Que esas mismas diferencias se reflejan también en religiosos nacido en una y otra región, resultando a veces bastante difícil la convivencia armónica entre unos y otros. Que, siendo el suelo vasco tan fecundo en vocaciones, que hasta de fuera han acudido y acuden a él los Institutos religiosos para nutrir sus Noviciados, la implantación de la Provincia Vasco-Navarra sería un medio poderoso para fomentar las nuestras, y abrigamos la seguridad de que con ella aumentaría considerablemente su número. Que el mismo número de Casas que nuestra Orden tiene en Vasconia, debiera ser mucho mayor; y, como no es fácil que aumente, sino más bien lo contrario, por eso quisiéramos nosotros poder encargarnos del resurgimiento religioso de las actuales y de su acrecentamiento con nuevas fundaciones. Que, aparte de lo dicho, la creación de la Provincia escolapia de Vasconia es un forzoso corolario de la natural expansión y progresivo desarrollo de la Escuela Pía. Su Santo Fundador, José de Calasanz, apenas contó con los imprescindibles elementos, constituyó en Italia las Provincias de Roma, Nápoles, Toscana y Liguria, teniendo en cuenta las diferencias regionales y señalando, por decirlo así, un criterio para los casos semejantes que ocurriesen en lo sucesivo. Los PP. sardos, primero, y más adelante lo napolitanos, establecieron en España las Escuelas Pías; pero los roces y disgustos, surgidos entre tan heterogéneos elementos, dieron por resultado el abandono de España por los PP. de Cerdeña, y luego, en la guerra de Sucesión, por lo PP. de Nápoles, quedando solos los escolapios naturales de España, que en 1711 fue declarada por el Rmo. P. prepósito General, Crisóstomo Salistri, Viceprovincia, y nombrado primer Superior el P. Antonio Ginés de San Medardo, y que en 1731, a instancia suscrita por los escolapios españoles al Capítulo General, favorablemente acogida por los Capitulares todos, era declarada por el Rmo. P. Prepósito General, José Lalli, Provincia independiente y elegido, como primer Provincial, el P. Juan Crisóstomo Plana de San Jaime. Extendida después la Escuela Pía por distintas regiones peninsulares, los PP. de Cataluña presentaron al segundo Capítulo Provincial de España, celebrado en Madrid en 1741, razonada Exposición, solicitando, con las seis casas y cincuenta y seis religiosos existentes en el Principado, la creación de la Viceprovincia independiente catalana, y “nemine discrepante”, dicho Capítulo Provincial, presidido por el M.R.P. Agustín Paúl, accedió a los deseos de los escolapios catalanes, que vieron confirmada esta decisión por el capítulo General de 1742, y elevada la Viceprovincia a Provincia por el Capítulo General de 1751. En 1753 un decreto del Rmo. P. General, Paulino Chelucci, separa de Aragón los colegios de Madrid, Villacarriedo, Getafe y Almodóvar, erigiendo con ellos la Provincia independiente de Castilla y, aunque por la forma con que estos PP. procedieron (pues, sabedores de que en el capítulo Provincial no prosperarían sus planes, acudieron inmediatamente al Rmo. P. Prepósito General de Roma) hallaron viva oposición entonces en los Superiores de la Provincia Aragonesa, la separación realizóse, y el hecho fue considerado como sumamente natural y altamente beneficiosa para la prosperidad y dilatación de las Escuelas Pías. Finalmente, en 1826, una circular del Rmo. P. Vicario General de España, Joaquín Esteve, formó, contando con la voluntad de los religiosos, la Viceprovincia de Valencia, que, en 1830, sin contrariedad ninguna, fue declarada Provincia independiente por otra Circular del Rmo. P. Lorenzo Ramo, a la sazón Vicario General de las Escuelas Pías de España. Del breve bosquejo histórico anterior puede fácilmente deducirse: 1º. Que las Provincias escolapias de España pueden y deben tener y venerar a la provincia de Aragón, como madre común e todas ellas, de la cual, no obstante, se separaron, como los hijos mayores de edad se emancipan de la tutela materna. 2º. Que los individuos naturales de una región peculiar han aspirado siempre a formar Provincia independiente y esta aspiración natural ha sido secundada con agrado por los Supremos Jerarcas de la Orden, que han visto en la separación un medio indispensable para la mayor prosperidad del Pío Instituto. 3º. Que los únicos contratiempos y dificultades han acido de apreciaciones erróneas sobre mal concebidos intereses. 4º. Que sobre las varias razones en que se pudieron basar los religiosos para la separación de las Provincias hay una capital, más o menos velada por la delicadeza y el respeto: la diferencia de caracteres entre individuos de distintas regiones, como obstáculo insuperable para el desenvolvimiento de nuestra misión educativa, agravadas en nuestro caso pro as condiciones especiales de Vasconia. Que el ejemplo seguido por otras Corporaciones religiosas en la región vasco-navarra, es para nosotros un nuevo motivo de aliento para solicitar el logro de nuestras aspiraciones. Sin ser, para su misión privativa, tan necesaria como en nuestro Instituto, la compenetración con el medio ambiente social, varias Órdenes y Congregaciones han constituido aquí Provincias independientes. Los PP. Capuchinos, por ejemplo, formaban, a principios de esta centuria, una sola Provincia con Vasconia, Aragón y Cataluña: aspiraron Cataluña y Vasconia simultáneamente a separarse, y bastó una simple manifestación de voluntades para que se realizara, sin el menor incidente, la separación propuesta, y Vasconia quedó, de hecho, independiente con el nombre de “Provincia Navarro-Aragonia”, ya que el único Convento de Aragón (Puebla de Híjar) incorporado a ella destina sus escasos religiosos aragoneses y sostiene con los vasco-navarros sus casas de Vasconia,. Y hoy para nadie es un secreto la estimación general, las numerosas vocaciones y la vitalidad pujante con que se desarrolla en el país vasco-navarro la Orden Capuchina. Que existen actualmente en Vasconia elementos propios, en casas y personal, suficientes para constituir y organizar una Provincia escolapia independiente. Cataluña empezó con seis casas y cincuenta y seis religiosos; Castilla, con cuatro Colegios; Valencia, con tres. Vasconia cuenta con seis casas y más de cien religiosos. Que la separación de Vasconia no supone para Aragón desdoro ni perjuicio, lo mismo en el orden económico que en el orden moral: en este quedan sus intereses en vías de mejoramiento por la homogeneidad de los factores de su actuación educadora; en aquel no sufren sensible menoscabo, ya que la importancia de los Colegios segregados no aventaja a la de los demás de la Provincia, y el número de individuos en disposición de separarse guarda exacta relación con el de sus Colegios en Vasconia (ambos números son el 23% del total de la Provincia), y colegios e individuos, al separarse, lo hacen con sus correspondientes cargas, deberes y derechos, Vasconia tomaría a su cuenta la manutención y demás obligaciones de los vasco-navarros en el Postulantado, Noviciado y Juniorato. Los gastos, hechos con ellos por Aragón hasta el momento de la separación de Vasconia, quedarían poco más o menos compensados con la cuota contributiva que sus Casas habrán proporcionado en la cantidad que antes de separarse les correspondía; además de que en algo se deben apreciar los servicios de gran número de vasco-navarros prestados a la Provincia de Aragón durante veinte años, sin haber ella invertido gasto alguno por ellos en toda su carrera. Con todo, si se demuestra que resulta deudora en alguna cantidad, Vasconia no se negaría a una compensación justificada. Que el Colegio de Bilbao, perteneciente hoy a la Provincia castellana, podrá ser entregado a Vasconia, luego de resueltas las dificultades que, por su especial situación, pudieran surgir en este punto. Que declaramos en conciencia que las razones precedentes son las únicas que nos determinan a presentar a V.P. Rma., para que lleguen a conocimiento de la Santa Sede, que, según el nuevo Derecho Canónico (nº 494, párrafo 1) se reserva para sí sola la creación de nuevas Provincias en las Religiones de derecho pontificio, la actual Exposición, sin que nos mueva a ello ninguna consideración humana, sino solamente el deseo de que la educación cristiana produzca en los niños vasco-navarros, mediante la aplicación íntegra de los principios pedagógicos calasancios, los frutos de bendición que el Divino Maestro se propuso, al inspirar a nuestro Santo Padre, José de Calasanz, la fundación de las Escuelas Pías. En consecuencia, concretamos nuestra Exposición suplicando con la mayor humildad y al mismo tiempo con el interés más vivo, que V.P. Rma. interponga su poderoso valimiento para que la Santa Sede Apostólica nos atienda benignamente y se digne decretar para los próximos Capítulos Provinciales de España la creación de la Provincia escolapia de Vasconia con los Colegios de Pamplona, Tolosa, Tafalla, Estella, Vera y Bilbao, sitos en el país vasco-navarro, y con los religiosos que tengan voluntad de pertenecer a ella. Dios guarde a V.P. Rma. muchos años. Irache (Navarra), 18 de enero de 1922. Gonzalo Etayo del Corazón de María, Pantaleón Galdeano de la V. de los Dolores”.
  26. Cf. Actas de la Congregación General, 1 de marzo de 1922, RG 22 a, f. 154: “El Rmo. P. General anunció que había recibido otra petición acerca de la nueva Provincia de Navarra y Vasconia. Los Padres decidieron recurrir a la Santa Sede, para que ella, tras consultar al Viceprocurador de España, provea al caso”.
  27. Copia de la súplica del P. Viñas a la Santa Sede (RG 58 B 3, 7): “Santidad. Tomás Viña de S. Luis, Prepósito General de la Orden de las Escuelas Pías, humildemente prostrado a los pies de Vuestra Santidad, expone: Que en el mes de diciembre del pasado año 1921 recibí una Exposición firmado con el nombre genérico de los Religiosos de la región vasco-navarra, en la que pedían al Prepósito General que interviniera ante la Santa Sede para que se dignara erigir una nueva provincia independiente de Vasconia, formada con cinco colegios de la provincia de Aragón y uno de la de Castilla. Como hay muchas y graves razones que impiden al Prepósito General llevar a cabo lo que le piden, envió una Circular en la que daba muchas razones respondiendo a las consideraciones de los religiosos, esperando que desistieran de la pretendida erección de la Provincia. Sin embargo, como en lugar de desistir han respondido con una segunda Exposición confirmando su proyecto y decisión, el citado Prepósito General ha considerado necesario presentar francamente el asunto a Vuestra Santidad, para que se digne discernir definitivamente sobre la creación de la citada Provincia de Vasconia. Y Dios… El Infrascrito Viceprocurador de las Escuelas Pías de España, teniendo en cuenta las razones que se exponen en la adjunta información, da su voto negativo con respecto a la creación de la citada Provincia de Vasconia. Humilde siervo en Cristo, Pascual Juan, Viceprocurador de España. Roma, 3 de marzo de 1922”.
  28. Las razones para el voto negativo del Procurador se encuentran en RG 58 3, 8, y son las siguientes: “Información sobre la erección de la Provincia de las Escuelas Oía de Vasconia en España. Siendo Vicario General de las Escuelas Pías de España el P. Manuel Pérez, hacia el año 1885 se hicieron las primeras fundaciones en Argentina y Chile con religiosos elegidos de diversas provincias españolas. Para atender mejor a aquellas fundaciones, el citado P. Vicario abrió en España un Noviciado Generalicio, establecimiento que, dejando a salvo las rectísimas intenciones del fundador, no pocos religiosos eximios por su experiencia y virtud, previeron de funestas consecuencias. Después de algunos años se formó una generación de religiosos llamados “generalicios”, los cuales, habiendo sido enviados a América en gran parte apenas terminados los estudios de teología, e incluso antes de ser ordenados, y sin experiencia, se encontraron en un ambiente nuevo, para el que no estaban preparados, y fácilmente siguieron una marcha que no era la tradicional de las Escuelas Pías de España, y adoptaron una actitud amenazadora cuando, cerrado el noviciado generalicio, después de la muerte del Vicario Pérez, se agruparon las casas de Argentina y Chile formando la Viceprovincia dependiente de la Provincia de Aragón. Cuando en diciembre de 1905 y enero de 1906 visitó aquella Viceprovincia el Prepósito General P. Adolfo Brattina, llevando consigo como Secretario al actual Prepósito General P. Tomás Viñas, el espíritu de rebelión de los PP. Generalicios ante la autoridad y la discordia entre ellos y los religiosos aragoneses llegaron al punto más alto. Se hizo lo que se pudo para reducir a los primeros a la obediencia y al respeto, y a los segundos a la calma y la paciencia, pero en vano. Los generalicios continuaron como antes; no pocos se secularizaron; algunos ni siquiera se sabe dónde están; otros han dado faena a alguna Congregación Romana. Finalmente, los Superiores Mayores de Espala creyeron necesario terminar de una vez con los PP. Generalicios, dándoles la facultad de incardinarse a su elección en una de las cuatro provincias de España, cosa que todos hicieron, aunque la mayor parte quedaron en la Provincia de Aragón. Y así pasaron varios años sin que nadie volviera a hablar de los generalicios, cada cual en su provincia elegida, cumpliendo laudablemente en general con su trabajo. Pero algunos, quizás no más de tres, no habiendo logrado la erección de la Provincia independiente de Argentina y Chile, intentada varios años atrás por los generalicios, comenzaron hace dos años a instigar los ánimos no solo de los PP. Generalicios que trabajaban tranquilos, sino también de los PP. aragoneses nativos de las Provincias Vascas y de Navarra, para crear una nueva provincia independiente, Vasconia, formada por las casas de Pamplona, Tolosa, Tafalla, Estella, Vera (de la Provincia de Aragón) y de Bilbao (de la Provincia de Castilla). Y aquí hay que señalar que de los tres Padres antiguamente generalicios instigadores uno pertenece a Castilla y dos a Cataluña, y son profesores de Filosofía y de Teología en el Colegio central de nuestros juniores en Irache. Después de un trabajo disimulado e intenso, y aprovechando la ausencia del Provincial de Aragón, que estaba visitando precisamente sus casas de la Viceprovincia de Argentina y Chile, llegó al P. Prepósito General una Exposición fechada el 8 de diciembre de 1921, firmada genéricamente por Los Escolapios vasco-navarros, y por correo y poco a poco llegaron una cincuentena de adhesiones (22 sacerdotes y 27 hermanos). En esta Exposición se pedía al P. Prepósito General que “realizara las gestiones necesarias ante la Santa Sede para conseguir la creación de una Provincia Escolapia independiente”, formada por los colegios situados en el país vasco-navarro y con los religiosos nativos del país que quisieran pertenecer a la misma. Los promotores del movimiento de independencia, además de la citada Exposición, enviaron a cada religioso vasco-navarro una carta (tuvieron buen cuidado de no enviarla al P. Prepósito) en la que, en tono demagógico, incitaban a todos los coterráneos a mantenerse firmas en la pretendida independencia, y para atraerles mejor a la empresa, se decía que “El primer paso había sido tratar la cuestión con el P. Prepósito General, y que con gozo estaban convencidos (los promotores) de que tal idea de independencia había sido acogida por el mismo con la mayor simpatía”. Afirmación absolutamente falsa. En la Exposición no había en absoluto espíritu religioso; todo respiraba espíritu de política y de separatismo regional, espíritu condenado años atrás en una Nota emanada de la Nunciatura Apostólica de España, dirigida a todas las Congregaciones Religiosas, y leída en cada una de nuestras casas, en la que se señalaba precisamente el separatismo vasco-navarro como el más peligroso. El P. General, para cumplir su propio deber y a instancia del P. Vicario de España, envió a la Provincia de Aragón una circular impresa en Roma, con fecha 21 de diciembre de 1921, en la cual, con términos firmes, y de un modo que no pudiese molestar a nadie, oponía a aquel espíritu el espíritu religioso, y demostraba que de ningún modo podía dar curso a la Exposición, porque en ella se faltaba contra la sinceridad, contra la razón y contra el derecho; recomendaba la concordia fraterna y rogaba cálidamente a todos que no afligieran a la Orden, y a los Superiores Mayores, suficientemente preocupados en varias Provincias a causa de los desastres y las miserias de la posguerra, especialmente en Europa Central. Con todo ello no se calmaron los promotores, los cuales, además de querer hacer intervenir a la Nunciatura Apostólica de Madrid y de poner en pie algún municipio, que luego se ha echado atrás, han enviado al P. Prepósito General una segunda Exposición, en la cual se presentan, sin dejar el espíritu político-separatista, como reformadores celosísimos de la Provincia de las Escuelas Pías de Aragón, a la cual en la Exposición y en las cartas enviadas a Roma echan por tierra indignamente. Por ello, el infrascrito Vice-Procurador de las Provincias Escolapias de España, conforme con el P. Prepósito General y con su Congregación, además de los Superiores Mayores de España, cree firmemente que de ningún modo se puede aprobar la creación de la llamada Provincia de Vasconia, y ruega insistentemente a esa Sagrada Congregación que se digne declararlo así, imponiendo absoluto silencio a los promotores del movimiento de independencia. Pascual Juan, Viceprocurador de las Escuelas Pías de España. Roma, 3 de marzo de 1922”.
  29. El rescrito de la S. Congregación de Religiosos, nº 1132/22 se encuentra en RG 58 B 3, 9, y dice lo siguiente: “Roma, 24 de marzo de 1922. Rmo. Padre. Esta Congregación, después de pensar maduramente los expuesto por el P. Prepósito General con respecto a la petición de erigir una nueva Provincia, y teniendo en cuenta todas las circunstancias, decide NEGATIVAMENTE. Con ocasión de manifestarte esto, aprovecho la ocasión para rogar al Señor todo lo mejor para ti. Mauro Serafini, Secretario”.
  30. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 136; Cf. Antecedentes históricos, n. 29.
  31. Así dice el P. Pantaleón Galdeano en Antecedentes históricos, n. 22; pero el P. Antonio Mirats, Vicario General, en la carta enviada al P. General el 12 de marzo de 1922 dice que fue el 10 de marzo (RG 58 B 4, 28).
  32. Estos documentos se encuentran en RG 58, 3.
  33. La carta enviada por el P. Pantaleón Galdeano al Cardenal Prefecto de la S. Congregación de Religiosos dice lo siguiente: “Eminentísimo Padre: Enviamos una petición o exposición para crear en España una nueva provincia de las Escuelas Pías, junto con documentos relativos al asunto, el 7 de este mes al P. Vicario General de España, para que él remitiese todo a nuestro Rmo. P. General, y este lo enviase a la Santa Sede con la petición de los peticionarios. Pero el Rmo. P. Prepósito General remitió todo al P. Vicario, diciendo que no lo presentaría a la Santa Sede, y que no enviásemos nosotros mismos si queríamos. Por lo cual enviamos todo a V.E. hoy, esperando firmemente y confinado humildemente que la Santa Seda reciba benignamente nuestra petición y deseos por una mejor formación de los niños, una mejor edificación del pueblo cristiano y fomento de la vida religiosa, principalmente por medio de la caridad y la vida común y para tranquilidad de muchos religiosos. Y Dios… Pantaleón Galdeano” (no encontramos esta carta en RG 58 3, donde el P. Santha dice que se encuentra). Cf. Antecedentes Históricos, n. 25.
  34. El texto de esta Circular se encuentra en RG 58 B 4, 27.
  35. Cf. Antecedentes Históricos, n. 27.
  36. Recibieron la obediencia del P. Vicario General el 5 de mayo, y no salieron de Irache hasta el 5 de junio, después de presentar un recurso a la Santa Sede, la cual pidió información al Viceprocurador de España el 28 de julio de 1922, que recibió en el mes de agosto siguiente. Cf. documentos relativos en RG 58 B, 3. Cf. también Antecedentes Históricos, n. 26.
  37. Cf. Antecedentes Históricos, n. 28.
  38. Cf. la respuesta del P. Viceprocurador por España dada el 13 de mayo de 1922 en RG 58 B 3, 13. Cf. RG 63, Procura General de España. Según ella, el P. Viceprocurador recibió los documentos de la S. Congregación de Religiosos el 4 de mayo de 1922, y dio su respuesta y voto el 13 de mayo de 1922. Cf. Comentarios sobre el Generalato, ff. 85 y ss.
  39. Este rescripto de la S. Congregación de Religiosos se encuentra en RG 58 B 3, 10, y dice los siguiente: “Nº 1132/22. Roma, 1 de julio de 1922. Rvdmo. Padre. Este S. Dicasterio, tras examinar cuando ha sido expuesto por algunos religiosos vaco-navarros para erigir la Provincia Vasca, no cree que debe anular la decisión del 24 de marzo de 1922, pero si dichos religiosos quieren insistir en su petición, la sometan, en su momento, al juicio del Capítulo General, y observen al respecto lo prescrito en las Constituciones. Con sentido de perfecta estima… Mauro Serafini, Secretario”.
  40. Cf. Actas de la Congregación General, 22 de junio de 1922, RG 22 a, f. 160.
  41. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 137; Cf. BAU, Historia de las Escuelas Pías en Cataluña, p. 508.
  42. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 137.
  43. Cf. RG 58 B 1 b, 4. Cf. Antecedentes históricos, nn. 33-34.
  44. Cf. RG 58 B 1 b, 5. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 138. Cf. Antecedentes históricos, nn. 33-34.
  45. Cf. Antecedentes históricos, nn. 36-37. El texto de esta declaración se encuentra en RG 58 B 1 a, 19, y dice lo siguiente: “Los infrascritos, religiosos de las Escuelas Pías, sinceramente se retractan y retiran todas las frases y conceptos ofensivos y calumniosos que en cartas particulares, conversaciones privadas o documentos públicos han vertido contra el Rmo. P. Prepósito General y le piden perdón humildemente de todo ello. Al mismo tiempo reconocen y confiesan que el Rmo. P. Prepósito General ha procedido con toda rectitud y justicia en sus gestiones para la formación de la Provincia de Vasconia. Y para que conste firman de su puño y letra el presente documento para los efectos consiguientes. Dios guarde a V.P. muchos años. Pantaleón Galdeano, Tomás Garrido. Escuelas Pías de San Antón, 1 de agosto de 1922”.
  46. Cf. Actas del Capítulo General de Aragón, 21 de junio de 1922.
  47. Con respecto al P. Valentín Caballero, cf. la carta del P. Antonio Mirats, Vicario General de España, al P. General, con fecha 5 de noviembre de 1922 (RG 255 l, 21). En ella refiere la respuesta del P. Caballero al preguntarle si aceptaba el rescrito de la S. Sede acerca de la formación de la provincia de Vasconia: “Absolutamente y sin reservas: no siendo voluntad de Dios, tampoco lo es mía, y sin extorsión ninguna sacrifico todas mis convicciones en aras de la obediencia. Sea Dios bendito; sólo deseo agradarle”
  48. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 180.
  49. Cf. Memoria sobre la Visita Apostólica (RL-Sc 370, IV), nn. IV-V.
  50. Cf. Libro registro de del Secretario General de las Escuelas Pías (RG 22 d), f. 46.
  51. Ibídem, f. 54; Cf. Actas de la Congregación General, 22 de diciembre de 1928, RG 22 a, ff. 238-239.
  52. Cf. Libro registro de del Secretario General de las Escuelas Pías (RG 22 d), f. 49.
  53. Cf. Actas de la Congregación General, 23 de mayo y 28 de junio de 1931, RG 22 a, ff. 310-311 y 321.
  54. Cf. Libro del Procurador (RG 271), f. 25.
  55. Ibídem
  56. Cf. Actas de la Congregación General, 2 de julio de 1933, RG 22 b, sesión 47.