General34/Visita a las casas de Cuba (febrero-abril 1920)

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Visita a las casas de Cuba (febrero-abril 1920)

Entre tantos y tan importantes asuntos de toda la Orden, a finales de 1919 el P. Viñas destinó también el tiempo necesario para hacer la Visita Canónica a las casas situadas en la isla de Cuba. Ya había visitado estas casas en los meses de febrero-marzo de 1906, como compañero y secretario del P. Adolfo Brattina. Entonces solo teníamos tres colegios: Guanabacoa, Camagüey y S. Rafael en La Habana[Notas 1]. en el mes de febrero de 1920, cuando el P. Viñas hizo la Visita a Cuba, el número de nuestros colegios había aumentado hasta 5, pues mientras tantos se habían añadido los colegios de Pinar del Río y Cárdenas, y se había abierto la sucursal de la Virgen del Pilar en La Habana[Notas 2]. En aquel momento ejercía el cargo de Vicario Provincial el P. Francisco Fábrega, nombrado en agosto de 1919[Notas 3].

Es difícil decir cuándo y por qué razones tomó el P. Viñas la decisión de hacer la Visita Canónica a la isla de Cuba, por falta de los documentos necesarios. Sin embargo, por una carta del P. Sumalla a Roma, fechada en Barcelona el 29 de agosto de 1919, se ve que ya le había elegido como secretario para la Visita a Cuba[Notas 4], y en una carta del P. Viñas al Vicario General de España, con fecha 17 de septiembre de 1919, le menciona ya oficialmente que va a hacer esta Visita[Notas 5]. Probablemente le impulsaron a hacer esta Visita algunas informaciones menos felices[Notas 6], y el peligro, después de la reciente pérdida de la casa de la Virgen del Pilar en La Habana, del cierre inminente del colegio de Pinar del Río[Notas 7]. También el informe del 8 de marzo de 1919 por el P. José Calonge, a la sazón Vicario Provincial, sobre la vida y costumbres de nuestros Padres de Cuba, en el que hablaba de la avidez de los Padres por el peculio, y del gran deseo que tenían de volver a la patria una vez cumplidos los ocho años allí, pidiendo consejo al P. Viñas para actuar[Notas 8]. Así, pues, el 16 de diciembre de 1919 el P. Viñas presentó su plan de Visita a Benedicto XV en audiencia pontificia, y obtuvo su aprobación[Notas 9]. Salió de roma el 19 de diciembre de 1919, y el 22 llegó a Barcelona, desde donde partió el 25 en compañía del P. Antonio Sumalla, secretario de la Visita, que en el pasado había sido rector del colegio de Guanabacoa y fundador del de S. Rafael en La Habana[Notas 10].

Llegó a La Habana el 2 de febrero de 1920, y el 5 del mismo mes de febrero comenzó la Visita Canónica de nuestra casa de Guanabacoa, que llevó a cabo, siguiendo el ritual calasancio, en los días 5-13[Notas 11]. Visitó nuestra casa de S. Rafael de La Habana los días 17-21 de febrero[Notas 12]. La de Pinar del Río, del 26 al 28 de febrero[Notas 13]. El colegio de Cárdenas, del 5 al 12 de marzo[Notas 14], y el de Camagüey, del 13 al 23 de marzo[Notas 15]. Según consta en las Actas de la Visita, entonces la Viceprovincia contaba con 51 Padres y 11 Hermanos; no tenía juniores ni novicios, ni casa de formación. El número total de alumnos era 1559, de los cuales 430 internos, 82 mediopensionistas, 556 vigilados y 496 externos. El P. Viñas se alegró de ver el floreciente estado de la viceprovincia, el incansable espíritu de sacrificio mostrado por los Padres, la prosperidad moral, religiosa y pedagógica de las casas, y aprobó plenamente la manera de obrar del P. Vicario Provincial. Tras un poco de descanso para recuperar fuerzas, el 13 de abril salió de La Habana y después de un viaje marítimo de 44 días, el 27 de mayo llegó a Barcelona[Notas 16] para gestionar algunos asuntos en España, y probablemente se dedicó a visitar las casas de la provincia de Castilla situadas en el norte del país[Notas 17]. Regresó a Roma el 10 de julio de 1920. Informó a la Congregación General sobre la Visita y sobre los decretos que había dado sobre el peculio y la colecta de misas[Notas 18], en la sesión del 17 de julio. En audiencia del 23 de julio de 1920 informó al sumo Pontífice sobre el éxito de su visita y el próspero estado de la viceprovincia[Notas 19]. Por lo demás, del resultado de la Visita no sólo se mostró satisfecho el mismo P. Viñas, sino toda la isla de Cuba, como puede leerse en una carta del P. Francisco Fábrega enviada a Roma el 9 de agosto de 1920[Notas 20]. En la Memoria de este Visita se encuentra también un bellísimo poema del P. Viñas “A la isla de Cuba”, escrito el 5 de abril de 1920 en Guanabacoa[Notas 21].

Un año después, en los meses de septiembre-diciembre de 1921, el P. Agustín Narro, Provincial de Aragón y América Meridional, fue nombrado Visitador General por el P. Viñas[Notas 22], y llevando consigo como secretario al P. Manuel Pazos llevó a cabo la Visita canónica a las cuatro casas de Argentina (Buenos Aires, Santo Tomás de Córdoba, General Paz de Córdoba y Pontevedra) y las dos de Chile (Casa de Huérfanos y colegio Hispano-Americano de Santiago, Concepción)[Notas 23]. No hay nada que decir de esta Visita a las casas de América del Sur. Y tampoco sabemos nada de la Visita General a nuestra casa de Puebla en México, erigida en 1919[Notas 24], aunque el P. Viñas en 1919 tenía intención de visitarla también[Notas 25].

Notas

  1. Cf. BAU, Historia de las Escuelas Pías en Cuba. La Habana, 1957, pp. 290 y 306.
  2. Idem, pp. 320-303.
  3. Idem, p. 335 y ss.
  4. RG 255 i, 399.
  5. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 117.
  6. Cf. BAU, o.c. p. 336.
  7. Cf. Actas de la Congregación General, 4 de agosto de 1919, RG 22 a, ff. 71-73. Cf. también Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 117. Cf. BAU, o.c. p. 336.
  8. Se encuentra esta carta en RG 254 i, 165. Transcribimos la parte que nos interesa: “Tengo para mí que estos colegios no andarán bien se no nos envían el personal suficiente y apto; apto no solo en lo que se refiere a la enseñanza, sino, y sobre todo, en lo que toca a la virtud, religiosidad, observancia, porque da pena ver y oír a ciertos individuos… ¡y son maestros que educan! Otro de los inconvenientes que nos hacen llevar una vida lánguida (hablando en términos generales) es el afán del peculio y ‘la costumbre de volver cuando se han cumplido 8 años’. Quiten tales costumbres, y pongan en Cuba Escolapios de verdad y se nos cambie de país o de colegio ni más ni menos que si estuviéramos en la Provincia y por los motivos que permiten nuestras Constituciones, y verán cómo habrá más afición a buscar la gloria de Dios y el bien de las almas de los niños en el cumplimiento de nuestro deber, y de seguro que no nos faltaría dinero para hacer frente a tantas necesidades. ‘Quaerite primum regnum Dei, etc.; ¡qué verdad tan cierta!”
  9. Cf. Memorias particualres, f. 21.
  10. Cf. Memoria de Guanabacoa 1920. p. 44. Cf. también Memorias particualres, f. 21-.22.
  11. Cf. Actas de la Visita a Cuba, RG 68, ff. 105-109.
  12. Ibídem, ff. 108-110.
  13. Ibídem, ff. 111-112.
  14. Ibídem, ff. 113-115.
  15. Ibídem, ff. 115-118.
  16. Cf. Memorias particualres, ff. 21-22.
  17. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 117.
  18. Cf. Actas de la Congregación General, 17 de julio de 1920, RG 22 a, f. 107.
  19. Cf. Memorias particualres, f. 22: “Narré al sumo Pontífice el resultado satisfactorio de mi visita canónica a los colegios de la isla de cuba. Se alegró conmigo del espíritu de sacrificio de aquellos buenos religiosos, y de la prosperidad religiosa y moral de las casas”.
  20. Cf. RG 254i, 231.
  21. Cf. Carmini libri 4, Barcelona 1924, p. 269; Cf. también Memoria de Guanabacoa 1920. p. 52.
  22. Cf. Libro Registro del Secretario de Oficios Generales (RG 22 d) f. 130. Fue nombrado el 24 de junio de 1921.
  23. Cf. Acta de la Visita a América Meridional en RG 68, ff. 119-127.
  24. Cf. BAU, o.c. p. 319-323.
  25. Cf. carta del P. Antonio Sumalla al P. Viñas de fecha 29 de agosto de 1919 (RG 255 i, 399).