GinerMaestro/Cap03/05

De WikiPía
Saltar a: navegación, buscar

Cap03/04
Tema anterior

GinerMaestro/Cap03/05
Índice

Cap03/06
Siguiente tema


Aviso OCR

Este texto ha sido obtenido por un proceso automático mediante un software OCR. Puede contener errores.

03.05. El demonio entre los olivos

El nonagenario don José Marquet, entre sus recuerdos de infancia, evocó uno en la sacristía de San Pantaleón, por el que prácticamente ha pasado a la historia. He aquí cómo lo cuenta un testigo:

'Me contó un tal D. José Musquez en la sacristía de nuestra Iglesia de San Pantaleo, al tiempo en que el siervo de Dios [Calasanz] estaba expuesto en la iglesia, el 26 de agosto de 1648, un hecho singular del mismo siervo de Dios, sucedido en su tierna edad de cinco años próximamente, en dicha su patria de Peralta. El referido D. José me dijo así: “Padre, no os maravilléis de que este siervo de Dios sea santo; porque ya de niño, siendo yo su paisano y de su misma edad poco más o menos, se salió de casa y de la villa con un cuchillo o puñalito desenvainado en la mano. Yendo así y preguntándole yo dónde iba, me respondió: Quiero ir a matar al demonio, porque es enemigo de Dios'“.[Notas 1]

Aunque esta declaración es de 1690, mantiene una sobriedad tanto más admirable cuanto que ya al cabo de un mes de su primera narración había sido ampulosamente dramatizada.

En efecto, el P. Catalucci, en la ‘Breve notizia’, dijo simplemente que 'en compañía de otro compañero suyo salía del pueblo para matar al demonio como a su enemigo'[Notas 2] Pero el panegirista, P. Jacinto de San Vicente, para quien se había hecho el esbozo o ‘Breve notizia’, hizo subir al niño a un olivo y el demonio le hizo caer de la rama “y dar en tierra con tan fiero golpe que según la relación del amigo, debía de haber quedado muerto. Mas patrocinado por el auxilio del cielo, se levantó como un nuevo Anteo, con más furiosa resolución de acometer y matar al diablo, que le había hecho caer; por lo cual anduvo buscándole por los árboles de alrededor”.[Notas 3]

La escena es totalmente verosímil, salvo que el niño —y menos aún sus compañeros— viera al diablo o a su mala sombra entre las ramas, y si efectivamente llegó a encaramarse y se dio un batacazo, acusaría el golpe y terminaría allí la aventura. Y no se puede menos de evocar la escena paralela de Santa Teresa y su hermano Rodrigo, que salen furtivamente de casa y traspasan las murallas de Ávila para irse a tierra de moros a ser descabezados por amor de Cristo. En ambos casos hay un reflejo del espíritu religioso de la España de entonces y sobre todo del ambiente profundamente cristiano del hogar propio.

No parece justo, sin embargo, que esta aventura se convierta en una obsesión para algunos biógrafos que proyectan la sombra del diablo sobre la vida entera del Santo, casi como un omnipresente antagonista.[Notas 4] Ni menos aún que se perturben los floridos años de su infancia y adolescencia con nuevas y repetidas visiones y ataques violentos, como fantasea Talenti: 'el demonio... se esforzaba en aterrorizarle y estorbarle en las obras santas, apareciéndosele en formas horribles de atroces y monstruosísimas fieras, e incluso intentó varias veces ahogarle y precipitarle en un pozo'.[Notas 5] La vida, incluso para los santos, es mucho más normal y humana de lo que suelen escribir los novelistas de siempre y los hagiógrafos de otros tiempos.

Notas

  1. Ib, p.3O. Esta declaración procesal, de 1690, es del P. Benedicto Quarantotto, y no Saliniero, como escribe Bau. Cf. S. GINER, ‘El proceso de Beatificación de San José de Calasanz’ (Madrid 1973) p.169, y CS, I, p.165, n.6.
  2. Cf. BAU, RV, p. 11. Fotocopia de la primera página de este documento, en cuyo Primer párrafo se narra el hecho, en C. BAU, ‘Historia de las Escuelas Pías en Cataluña’ (Barcelona 1951) p.16-17.
  3. BAU, RV, p.29. Berro dice que se rompió la rama, pero le pareció que la madera de olivo es demasiado resistente y dijo que era una higuera: 'andato in quello oliveto, sali in un albero di fichi, rompendoseli sotto u ramo in che era salito' (BERRO I, P.53-54). Cf. ARMINI, ‘Vita’, p.10; TALENTI, p.2-3. En 1904 se erigió una capillita, ‘el pilaret’, en un ribazo cercano al pueblo, para conmemorar el hecho (véase una reproducción en dibujo en TIMÓN-DAVID, ‘Vida’, p.2-3, lám.). El furor antirreligioso lo destruyó al Principio de la guerra de 1936-39, y en 1956 fue reconstruido con aspecto diverso y más monumental.
  4. A modo de escarceo véanse las siguientes referencias al demonio en la obra hagiográfica del P. Talenti, en menos de cien páginas de las 700 que tiene la obra: 'Due mezzi singolarmente aveva usato il demonio per impedire l’ampliazione delle Scuole Pie a lui si nocevoli' (p.213); 'Erano di gran travaglio al B. Gioseppe quei pregiudizi che... apportava il demonio al suo Ordine' (p.217); 'glielo aggravava enormemente il demonio' (p.239); 'Si gran detrimento apportavano all’inferno le Scuole Pie, e tanto sempre maggiore se lo presentiva da esse il demonio, che rabbioso...' (p.244); 'Lo scatenamento di tutto l’inferno per eccitare tempeste a sommergere le Scuole Pie...' (p.250); 'ne tralasciava il demonio, finto Angelo...' (p.252); 'il demonio non avrebbe ottenuto di darvi la burla.., e udirono ridere e sghignazzare il demonio per la burla fatta...' (p.259); 'Nel 1636 ritrovó il demonio come costringere il B. P.' (p.261); 'Non desisteva il demonio di continuamente soffiar nel fuoco...' (p.269); 'Temendo l’infernale avversario...' (ib.); 'Ma con l’aiuto di Dio non riusci al demonio...' (ib.); 'La nuova zizzania che seminava il demonio...' (p.273); 'furono eccitati dal nemico infernale...' (ib.); 'erano dal demonio spinti a mutar Religione...' (ib.); 'permisse Dio al demonio di indurli...' (p.277); 'Proseguiva pertinacemente il demonio a fomentare...' (p.282); 'si erano lasciati troppo potentemente superar dal demonio' (p.283); 'Non mai cessava il demonio... di soffiare...' (p.286), etc. (V. TALENTI, Vita).
  5. Ib.. n.6.