GinerMaestro/Cap06/10

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06.10. Al servicio del Obispo de Lérida

De la presencia de José Calasanz en Monzón, durante las Cortes Generales de 1585, nadie supo nada entre los escolapios hasta que en 1690 el P. Armini —que tenía concluido el manuscrito de su ‘Vita del Servo di Christo P. Giuseppe della Madre di Dio…’, ya en 1686— tuvo referencias de su intervención en cierta reforma de los agustinos españoles y pidió informes al P. Agustín Passante, que se encontraba en Barcelona. El P. Passante hizo sus pesquisas y mandó a Roma la carta del prior de los agustinos de Toledo en que se copiaba una declaración personal del Fundador de las Escuelas Pías, hecha en 1637, que había sido editada en 1664.[Notas 1] He aquí el texto íntegro de esta interesantísima declaración, en la que el anciano Calasanz, a sus ochenta años y a cincuenta y dos después de los hechos, recuerda con admirable precisión fechas, nombres y sucesos de que fue testigo:

'El año de mil quinientos y ochenta y cinco, bolviendo el Rey Felipe Segundo de Barcelona, hasta donde acompañó a la Alteza del Duque de Saboya y a la Infanta de España, mujer de la dicha Alteza, vino el dicho Rey a Monçón a tener las Cortes o Estado para los tres Reynos de la Corona de Aragón. Hallóse allí, entre otros Prelados, don Gaspar de la Higuera, natural de Fraga, Obispo de Albarracín y electo ya de Lérida: a cuyo Palacio vino a posar un Padre llamado Aguilar, del Orden de San Agustín, gran predicador y pequeño de cuerpo: y me parece que era de aquellas partes de Sevilla y estuvimos ambos en compañía en Monçón, en servicio del dicho Obispo. Este Padre Aguilar comenzó a tratar con el dicho Obispo de la Reforma de su Religión y el dicho Obispo con el Confesor del Rey Phelipe Segundo, llamado el Padre Chaves del Orden de Santo Domingo, trató desta Reforma y por este medio se comunicó después con el Rey: el qual diputó una Congregación para ajustar este negocio y hallávanse en ella el dicho Obispo, el dicho Confessor del Rey y el Conde de Chinchón, el Justicia de Aragón y el dicho Padre Aguilar: y aviéndose juntado diversas vezes, resolvieron, al último, el modo que se devía tener y Yo fui llamado, como Secretario, para hazer los despachos, que se avían de embiar a Roma: y esto fue el mes de Agosto o setiembre del dicho año de 1585: y los papeles fueron embiados por orden del Rey a su Embaxador. El dicho Obispo fue entonces electo con Breve Apostólico Visitador del Convento o Santuario de la Santísima Casa de Monserrate, y Yo fui con él por su Confessor y Examinador. El dicho Obispo murió en dicha visita y Yo me bolví a mi patria: y no he sabido otra cosa deste negocio, hasta tanto que vide la Reforma començada, a la qual Dios dé continuo aumento de espíritu y de fervor. Yo Joseph de la Madre de Dios, Ministro General de las Escuelas Pías, afirmo averme hallado en el sobredicho tiempo en Monçón y ayer escrito de mi mano los papeles referidos y por ser verdad he firmado la sobredicha relación en Roma, a catorze de Diziembre de mil seiscientos y treinta y siete'.[Notas 2]

De este largo informe parece desprenderse que Calasanz entró al servicio de La Figuera junto con el P. Aguilar, a raíz de la propuesta de reforma agustiniana y que ocurrió en agosto o septiembre. Es probable que dicho obispo estuviera ya presente en el acto solemne de la apertura de las Cortes, en la tarde del 28 de junio. Documentalmente consta que el 13 de dicho mes escribía desde Huesca (de cuya Universidad era Visitador) al cabildo de Lérida, comunicándole su nombramiento y su próxima partida para Monzón,[Notas 3] y que el 8 de julio le volvía a escribir, ya en Monzón.[Notas 4] Calasanz tuvo, pues, al menos todo el mes de julio para conseguir entrar al servicio del electo obispo de Lérida.

Quizá confiaba encontrar en las Cortes a su Obispo para solucionar la situación de 'desempleo' en que le había dejado la muerte de Urríes. Pero fray Hugo Ambrosio de Moncada no acudió a Monzón. Hubo, pues, de tratar el asunto con sus procuradores, tal vez presentándoles ya la solución de su adscripción al servicio del obispo de Lérida. Pero ¿quién intervino para conseguirle este puesto?

La respuesta no parece muy difícil. Cabría suponer, en primer lugar, una recomendación directa de los procuradores del obispo de Urgel, o una carta personal de dicho obispo, ausente e impedido. No es inverosímil que el P. Aguilar, admitido en el palacio de La Figuera por el asunto de la reforma, presentara al joven Calasanz como apto colaborador, cuyas dotes pudo conocer muy bien en el Estudio General de Lérida, en que fue catedrático de Sagrada Escritura en los años en que Calasanz terminaba su carrera eclesiástica.[Notas 5] La expresión 'estuvimos ambos en compañía, en Monçón, en servicio del dicho Obispo', da un matiz de relaciones personales, que avala la hipótesis propuesta. Pudo también tener su importancia el recuerdo cariñoso del obispo de haberle ordenado de diácono en Fraga, como también posibles relaciones familiares o de simple amistad entre La Figuera y los Agostí de Fraga, emparentados con el cuñado de Calasanz, de Benabarre.[Notas 6] No hay que olvidar la posible recomendación del doctor Bartolomé Calasanz, prior de Santa María del Romeral y Oficial Eclesiástico de Monzón.

Tenemos, pues, a José de Calasanz familiar de otro obispo, a cuyo servicio estará por poco tiempo, pero hasta su muerte, como le ocurrió con el de Barbastro.

Notas

  1. Fue editada en ‘Historia General de los Religiosos Descalzos de la Orden de los Hermitaños … de San Agustín’, del P. Fray Andrés de San Nicolás (Madrid 1664) t.I, P.128. Véanse referencias de la correspondencia epistolar entre Armini, Passante y el Prior agustino de Toledo en J. POCH, I.c., p.23O-233. El P. Armini murió dejando manuscrita su obra, que publicó en Roma el P. Passante, en 1710, añadiendo al texto de Armini la mencionada declaración traducida al italiano, para probar simplemente que Calasanz había sido 'secretario de la Visita a Montserrat' —cosa que no se afirma en este texto-, sin comentar absolutamente la intervención en la reforma agustiniana.
  2. Cf. J. POCH, I.c., p.233-234.
  3. (Monzón) 'a donde pienso que havremos de acudir muy presto' (J. POCH, ib., p.291).
  4. Cf. ib., p.310-311.
  5. Con fecha del 10 de febrero de 1584 el P. Provincial de los agustinos da licencia para imprimir un libro escrito por el 'Muy Rev. P. Maestro fray Francisco Aguilar, prior de nuestro monasterio de Lérida y cathedrático de Sda. Escritura de la Universidad de la dicha ciudad' (cf. J. POCH, o.c., p138). Al calificarle Calasanz de 'gran predicador' debió evocarle en sus años leridanos de universitario, pues difícilmente en Monzón podría tener oportunidad el P. Aguilar de lucir sus dotes oratorias, dadas las propias ocupaciones y las de las Cortes.
  6. Cf. n.66 de este cap. Esta última hipótesis y la siguiente fueron propuestas por J. Poch, ‘El Fundador…’, p.304-306, n.84.