GinerMaestro/Cap08/05

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08.05. Visitador del arciprestazgo de Tremp.

La solicitud apostólica de fray Andrés Capilla por toda esta diócesis urgelitana le movió a organizar una nueva visita pastoral a sus diecisiete arciprestazgos. Hacía apenas año y medio que los canónigos habían girado la anterior, en octubre-noviembre de 1587, y Calasanz había recorrido siete oficialatos acompañando como secretario al Arcediano Mayor, Rafael Gomis.

A finales de abril de 1589 nombró, pues, el obispo a los nuevos visitadores, que fueron: Francisco Capdevila para Balaguer y Agramunt; Juan Sala para Berga y Bagá; Vicente Vilancosa para Cardona, Solsona y San Lorenzo dels Morunys; Rafael Montella para Cerdaña; Jaime Roig para Guissona y Sanahuja, y Miguel Puig para Pons y Oliana. Todas las patentes de estos nombramientos vienen avaladas con la firma del testigo 'Reverendus Josephus Calaçans presbiter, rector de Claverol'.

Quedaban todavía cinco oficialatos por visitar, de los cuales el Mayor, o de la Seo, quizá se lo reservó el obispo para sí mismo. Los restantes eran Tremp, Sort, Tirvia y Cardós, para los que en fechas posteriores fueron nombrados dos visitadores simultáneos, ambos con plenos poderes para proceder juntos o por separado. Y fueron José Calasanz, plébano de Claverol y Ortoneda, y Pedro Gervás de las Eras, deán de Senterada, natural de Arén, donde se había casado con un Seix, hacia 1576, la hermana del Santo, Isabel Calasanz, que aún vivía. Este último detalle hace suponer que Calasanz y Gervás se conocían ya de antaño, pues es más que probable que el primero hubiera estado varias veces en Arén para visitar a su hermana y hubiera hecho amistad con Gervás de las Eras. Esta supuesta amistad decidiría a Capilla a nombrar a ambos conjuntamente visitadores de los mismos arciprestazgos. Pero de ello volveremos a hablar más adelante. Por el momento nos interesa —por atenernos al orden cronológico— el hecho de que el obispo Capilla, con fecha del 28 de junio de 1589 nombró a Calasanz y a Gervás de las Eras visitadores del oficialato de Tremp.

Indudablemente, este nombramiento era una prueba palmaria de las dotes personales que reconocía y apreciaba en su joven familiar de treinta y un años el íntegro prelado. Más todavía: apenas firmado el nombramiento, emprendieron juntos el viaje hacia Tremp Capilla y Calasanz, como si con su presencia personal quisiera el obispo bendecir el principio de la gran aventura apostólica que iba a iniciar el flamante visitador José Calasanz.

Rápido fue el viaje, pues apenas en dos días recorrieron los ochenta largos kilómetros que separan La Seo de Urgel de la capital del antiguo condado de Pallars por caminos nada cómodos. Efectivamente, el día 30 de junio estaban ya en Tremp, donde en presencia de ambos y de otros testimonios se procedió a la apertura solemne de un curioso testamento: el de don Antonio Berenguer, de Castellgermá, que había sido plébano de Santa María de Ortoneda y rector de Claverol, inmediato antecesor de José de Calasanz, allí presente. Entre otras disposiciones instituía una causa pía para dotar a muchachas casaderas. No se ha podido confirmar documentalmente, pero ya desde la ‘Breve Notizia’ se empezó a decir que precisamente en aquellos tiempos el propio Calasanz había fundado una causa pía 'que dotaba para el matrimonio todos los años a muchas jóvenes'. Es un dato al menos verosímil, pues el caso de don Antonio Berenguer no es el único que pudo conocer Calasanz en aquellas circunstancias locales.