GinerMaestro/Cap10/11

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10.11. Desmembración de la diócesis de Urgel

Íntimamente relacionado con este problema, surgió otro mucho más grave, cual fue la creación de la diócesis de Solsona. Respondía, en realidad, a los deseos de Felipe II de vigorizar la zona fronteriza con los Pirineos con nuevas diócesis, pues siendo más pequeñas estarían mejor atendidas por los nuevos obispos contra las infiltraciones reales o supuestas de hugonotes o ideas luteranas. 'La diócesis del obispado de Urgel —escribía el rey a su embajador romano, duque de Sessa— es tan grande y en tierra tan áspera y de frontera de herejes, que después de haberse considerado mucho el remedio que en esto se podría poner para que fuese mejor y con menos trabajo governada, ha parecido que ninguno sería tan a propósito como dividir dicha diócesis y erigir e instituir de nuevo una iglesia catedral del monasterio de Na. Sra. de Solsona, como más cómoda y conveniente de todas las demás'.[Notas 1]

La petición real fue atendida por Clemente VIII, quien en bula de 1 de agosto de 1593 creó el obispado de Solsona.[Notas 2] Pero la bula no se publicó, dada la oposición que hicieron los comisionados de la extinción y secularización de los canónigos regulares, 'especialmente el obispo de Urgel, a quien se le quitaba Solsona y el territorio competente de su obispado para darlo al nuevamente erigido y se le frustraban sus proyectos, pues, sin duda, juzgaba que de las rentas del monasterio de Solsona podría disponer en favor de la Catedral de Urgel, o para otros fines que a él pareciesen oportunos'.[Notas 3] No pudo, sin embargo, guardarse por mucho tiempo el secreto, y aprovechando la coyuntura, hallándose en Roma Lucas Soriguera pidió y obtuvo del Papa, con fecha del 21 de febrero de 1594, uno de los doce canonicatos establecidos en la bula de creación de la diócesis. El 4 de agosto del mismo año fue nombrado el nuevo obispo oficialmente, don Luis Sans, canónigo de Barcelona.[Notas 4]

En la bula de erección del obispado se decía que se desmembraría de los de Urgel y Vich, y con fecha 8 de mayo de 1595 expidió Clemente VIII otra bula encomendando esta delicada tarea al arzobispo de Tarragona, al obispo de Tortosa y al nuncio apostólico, pero este último delegó en el abad del monasterio de Poblet. La desmembración quedó sancionada el 23 de diciembre de 1597 y supuso la anexión a la nueva diócesis de 258 iglesias con sus respectivos territorios, desgajados del obispado de Urgel, y los decanatos de Cervera y Tárrega, pertenecientes al obispado de Vich. Los dos obispos y sus respectivos cabildos apelaron, pero se les denegó la apelación No obstante, el prelado de Urgel y su cabildo suscitaron un pleito que duro hasta 1623, consiguiendo al fin que fueran sólo 114 las iglesias anexionadas y quedaran para la diócesis de Urgel las otras 144.[Notas 5]

En todo este intrincado proceso, que tan gravemente afectaba a la diócesis entera de Urgel y cuya solución definitiva dependía de Roma, es lógico suponer que interviniera Calasanz mientras mantuvo sus funciones de procurador diocesano, al menos hasta mediados de 1594 en que obtuvo el canonicato de Barbastro.

Lo verdaderamente extraño —insistimos— es que desde la salida de Urgel de José de Calasanz no tengamos documento alguno que lo ponga en relación directa con el cabildo o con el obispo Capilla. ¿Cómo es posible que no se haya conservado ninguna carta cruzada entre Calasanz y Capilla? Y que sepamos, nada hay tampoco —al menos publicado— que aclare documentalmente la actitud del obispo y el cabildo de Urgel en este larguísimo pleito de la desmembración y la Posible intervención del procurador en Roma, José de Calasanz.

Notas

  1. Cf. ‘Diccionario de Historia Ecles. de España’, vol. IV, p.2503.
  2. Cf. D. COSTA Y BOFARULL, o.c., p.335 y Apend. XXIX.
  3. Ib., p.336. Entre esos fines habría que colocar la fundación del colegio de jesuitas y del Seminario Conciliar.
  4. Ib., p.336-339.
  5. Ib., p.344-346.