GinerMaestro/Cap15/08

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15.08. Los luqueses en la escuela

Con reiterada insistencia se ha afirmado últimamente que los luqueses que pasaron a habitar en la casa de San Pantaleón, al tomar posesión de ella en febrero de 1614,no dieron clase en todos los meses que quedaban de curso, es decir, desde febrero hasta mediados de octubre.[Notas 1] Toda su actividad se habría centrado en la labor pastoral de congregaciones pías y oratorios dominicales, en catequesis, confesiones, misas y comuniones y su correspondiente preparación. Pero nada de escuelas.

Ya a priori sería inexplicable esta actitud común, casi programática, de abstenerse de labores escolares, pues la intención de Calasanz sobre todo, de Giustiniani, de Ruzola y aun de Pablo v al proponer y establecer la unión con los luqueses y la de los luqueses mismos al aceptarla era asegurar el porvenir de las escuelas de los pobres, más que su catequización.[Notas 2] No tendría sentido alguno este largo período de inactividad escolar por parte de estas fuerzas nuevas y jóvenes.

Las Crónicas de Bernardini atestiguan sin género de duda que, efectivamente, en aquellos meses de 1614 los luqueses trabajaron en la escuela con la plena satisfacción del P. Prefecto que alababa su labor por encima de la de otros maestros. He aquí sus palabras:

'Para sostener este cuidado [de las Escuelas Pías] y llevarlo a buen estado, la Dieta constituyó al P. Pedro Casani rector de la casa de las Escuelas Pías, dándole la familia conveniente para que tuviese buen gobierno y los nuestros empezaran a ejercitarse y a aprender el modo que se debe tener para el servicio de las escuelas, Cuyo cuidado, como se dijo, quedó en manos del P. Prefecto; algunos de los nuestros se aplicaron al ejercicio de enseñar y pronto se vio cuánto mejor que los extraños ejercían esta tarea, como confesaba el mismo Prefecto'.[Notas 3]

Estas mismas cosas había comunicado por carta el P. Bernardini a su tiempo a los padres de Luca, pues a mediados de junio de aquel mismo año le escribía el P. Cioni: 'Me alegro también de que nuestros jóvenes den satisfacción al P. Prefecto de las escuelas, y no hay duda de que con otras maneras serán guiados y enseñados aquellos jóvenes, pero hay que ir poco a poco para no truncarlo todo y estropear el ensayo'.[Notas 4] Un mes antes le escribía que en su comunidad de Luca todos estaban muy bien dispuestos a ayudar al nuevo instituto de las Escuelas Pías.[Notas 5] Uno de esos jóvenes que tanto habían satisfecho al P. Prefecto en los primeros meses de la unión era el clérigo Nicolás Carincioni, muy versado en humanidades, de las que dio clase en San Pantaleón, y que en verano tuvo que retirarse por enfermo, muriendo luego en Luca.[Notas 6]

El aumento del número de maestros trajo consigo naturalmente el de discípulos. Y no sin cierta autocomplacencia explicable escribió Bernardini: 'Cuando aceptamos nosotros las escuelas, había unos 800 alumnos, mas habiéndose esparcido por Roma la fama del buen orden, en poco tiempo aumentó el número hasta 1.200, de suerte que las aulas no los podían contener ni los maestros soportar tanto peso'.[Notas 7] Y no debió ser la fama “del buen orden”, que ya existía, sino más bien la voz de que podían admitirse más niños, lo que provocó ese aumento espectacular en tan poco tiempo. Y ello sólo fue posible por el improviso aumento de maestros y la adquisición de nuevos locales, como ya vimos. Luego esos nuevos maestros eran lógicamente los luqueses.

Notas

  1. 'Como que el curso estaba ya en marcha (en febrero de 1614), no ejercieron escuela los luqueses' (PosCas, p.147). 'Después de mucho escudriñar en los archivos creemos que los PP. luqueses, aunque enviaron a habitar en S. Pantaleón varios de sus miembros, en la labor estrictamente escolar (no decimos pastoral) sólo ayudaron con el Rector P. Pedro Casani y su íntimo amigo el P. Baltasar Guinigi. Se sabe tan sólo el nombre de un clérigo, Nicolás Carincioni, que al parecer trabajó en San Pantaleón y enfermó por la mucha fatiga, muriendo luego en Luca. Otros clérigos y novicios vivían allí, pero no enseñaban, como se deduce del documento oficial, que luego presentaremos' (C. VIlÁ, ‘En torno a la unión…’, p.218). Y hablando de dicho documento del 17 de octubre de 1614 añade: 'En la relación queda patente que no hacía clase en aquel momento ningún religioso luqués…' (ib., p.224). Otro comentario al mismo documento: en él constaría 'la ausencia total de luqueses en la tarea escolar en aquel curso, que iba a terminan' (PosCas, p.152). Cf. también EC VI, p.2867, n.2. Del mencionado documento hablaremos luego.
  2. Calasanz escribía en su Informe de 1623: 'Poi nel mese di Genº. 1614 fu fatta unione… acciò il detto Istituto delle scuole fusse procurato con maggior diligenza' (EGC II, p.171). Y en otro memorial de 1616 recordaba las promesas de los luqueses, en este sentido: 'vennero dell'accordo… promettendo di attendere a questo instituto con grandisima diligentia' (ib., p.50).
  3. PosCas, p.264.
  4. Ib., p.169. Fechada el 14 de junio de 1614. Las últimas palabras suponemos que están mal trascritas, debiendo ser ‘guastare il saggio’ y no ‘gustire el saggio’ (cf. también BC VI, p.2866).
  5. '… con altra tanta pronteza ho trovato tutti di questa casa ad aiutare il nuovo istituto' (ib., p.167, fechada el 17 de mayo de 1614).
  6. De él escribió Bernardini: 'In questo mese (énero de 161 5) passó a miglior vita nella casa di Lucca Nicolao Carincio, giovanne di etá d'anni 24 in circa, il quale esendo stato al secolo di natura vivace, tocco da Dio haveva fatto in congregatione buonissima riuscita, et havendo talento alle cose di humanità, doppo essersi esercitato nelle Scuole Pie, sopragiunto da grandissima indispositione se ne passó a miglior vita' (PosCas, p.927). Pero en carta del 30 de agosto de 1614 ya decía Cioni: 'Patisco anco allí loro amalati, in particolari di Nicolao Carincioni che ha dato in si mala dispositione, come ni scrive il P. Pietro (Casani), di etico' (ib., p.170-171). Luego antes dé esa fecha había ejercitado la tarea de enseñanza. Por otra parte, el misino Cíoni que se admiraba de su rápida indisposición, había dicho, en carta del 22 de marzo de 1614, que ya antes padecía de úlcera (cf. EC p.2868, n.3).
  7. PosCas, p.265. Los números de Bernardini se confirman exactamente, pues Casani, en carta a su Padre del 25 de enero de 1614, dijo: 'Sono in hora al numero di 800 in circa li scolari' (ib., p.161). y Calasanz, en carta del 23 de mayo de 1614, escribió: 'todos estos niños, que pasan ya el número de mil y dozientos' (EGC VIII, p.451)